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1. Marcano Deanna (2018).

Introducción a la química de los colorantes, Academia de Ciencias Físicas,


Matemáticas y Naturales.

Colorantes naturales (p. 138)


Con este nombre se conoce una buena variedad de materiales orgánicos e inorgánicos obtenidos de
fuentes vegetales, animales o minerales. Aunque están sujetos a los mismos requerimientos de los colorantes
sintéticos, la mayoría son certificados permanentes (exentos de certificación) es decir, no tienen restricciones
sanitarias para su empleo en alimentos, drogas y cosméticos.
Los productos usados como aditivos pueden incluirse dentro de uno de los siguientes grupos:
• Productos naturales, comprenden polvos o fragmentos de vegetales comestibles o no, zumos de frutas
o vegetales, minerales pulverizados, fragmentos de insectos.
• Extractos de productos naturales y sus concentrados. Los polvos obtenidos por desecación también
pertenecen a este grupo.
• Colorantes purificados de los extractos (son poco utilizados).
• Equivalentes sintéticos de los colorantes naturales.
• Derivados químicos de los colorantes naturales.
Algunos de estos materiales como el β-caroteno y el óxido de cinc son puros y de composición química
constante y conocida. Otros como los de onoto y el carmín (cochinilla), son mezclas obtenidas de fuentes
naturales, menos uniformes en su composición química y muchas veces, no totalmente conocida. A menudo
los colorantes naturales se suplen al mercado como extractos concentrados, por ejemplo aceite de
zanahoria, extractos de onoto, oleorresinas de paprika, oleorresina de turmérico (cúrcuma), extractos de
campeche, …..o bien, como jugos concentrados de frutas (fresas, moras, uvas) o de tubérculos (remolacha).
Estos preparados contienen además de las especies químicas que imparten color y de las agregadas durante
el proceso de la manufactura, otros compuestos que ocurren en las fuentes naturales de las cuales provienen:
grasas, ceras, azúcares, etc., que forman parte del material pigmentario, además de preservantes y otros
aditivos agregados a la preparación comercial.
Con la actual tendencia “naturista”, los colorantes naturales parecen adquirir a diario mayor popularidad,
debida principalmente a su probada inocuidad, especialmente en productos de consumo humano:
alimentos y formulaciones farmacéuticas y cosméticas.
Si bien en sus comienzos los colorantes y pigmentos naturales eran obtenidos de materias animales, vegetales
o minerales sin procesos químicos, hoy día están sujetos a la práctica común de extracción y purificación.
Además, como se viera arriba, se aceptan como colorantes naturales a equivalentes sintéticos y a derivados
químicos y ello hace reflexionar sobre la aceptación sin restricciones de estos colorantes. Desde el punto de
vista económico los colorantes naturales tienen ciertas desventajas comparando con los contraparte
sintéticos los cuales cubren el 90% de la demanda global. Entre las desventajas más notorias están su costo
más elevado, la menor reproducibilidad en los diferentes lotes, ya que depende de la calidad del material
biológico del cual provienen, casi siempre imprimen olores y sabores (ésta sin embargo es una ventaja si se
utilizan como condimentos y colorantes simultáneamente para ciertos alimentos), tienen menor poder
tintóreo, son poco estables a la luz, calor y cambios de pH y su uso no es general para todos los preparados
alimentarios, farmacéuticos o cosméticos.
Los colorantes naturales son frecuentemente degradados durante el procesamiento del material de origen,
aunque el grado de descomposición varía. Por ejemplo, las antocianas son particularmente inestables al
calor, mientras que el β-caroteno y la riboflavina se mantienen inalterados hasta 50°C por períodos de 2 horas.
Los carotenoides comerciales, a los cuales pertenece el β-caroteno, no se descomponen apreciablemente
con cambios de pH de 2 a 7, mientras que las antocininas pierden el color y la riboflavina es estable a pH
ácidos, pero se degrada rápidamente en medio alcalino.
Todos los colorantes son sensibles a la luz. La riboflavina sufre una pérdida en la intensidad en el color de un
86% después de 24 horas de exposición. La actividad del agua juega un papel importante en la intensidad
del color: si ésta es mayor (o es mayor la concentración de agua en el producto) el tono es más intenso. Los
aminoácidos y otros ácidos (ascórbico, cítrico, málico, etc., generalmente presentes en las aplicaciones
alimentarias) afectan diferentemente a los colorantes, es más, su combinación en un artículo terminado
guarda una relación única colorante-artículo.
Entre los colorantes naturales orgánicos hay varios grupos químicos y los más importantes son:
A. Carotenoides. Colores amarillos a rojos, se encuentran en alfalfa, zanahoria, onoto, pimentón,
tomate..., y en algunos crustáceos y aves. Son los más abundantes y de mayor aplicación en la
industria alimentaria humana y animal. Se usan como aditivos de productos grasos y de acuosos. De
éstos, los comerciales por excelencia: β-caroteno, cantaxantina, β-apo-8’- carotenal, son productos
sintéticos, más económicos, pero prácticamente con las mismas características, a excepción de la
estereoquímica, de los naturales.
B. Antocianinas. Colores rojos-azules que se presentan en manzanas, uvas, y en cierta flores. Se usan
principalmente en preparaciones acuosas (refrescos, mermeladas).
C. Betalaínas. Colores amarillos muy intensos hasta rojos violáceos, son responsable del color brillante de
las flores de los cactos, su fuente principal es la remolacha. Se aprovechan en preparaciones acuosas.
D. Porfirinas. Colores verde-amarillo, el ejemplo típico es la clorofila, tienen poco valor comercial.
E. Quinonas. Colores amarillos y rojos, se encuentran tanto en animales como en vegetales, como
ejemplo, la cochinilla (ácido carmínico) que se obtiene de un coquito: Coccus lacae.
F. Guanina. Se utiliza como aditivo de otros colorantes para producir efectos iridiscentes, su color es
blanco-perlado y se aísla de las escamas de los peces y del guano de ciertos pájaros.
G. Otros grupos, que incluyen poliolefinas, como la crocetina, componente principal del azafrán (que
en realidad corresponde a un carotenoide degradado), azúcares del color caramelo, fenoles como
curcumina del turmérico (o colorante de la cúrcuma), riboflavina, indigoides, etc.
Entre los colorantes naturales inorgánicos se tienen óxidos de cinc, titanio, hierro, además de algunas sales
como talco, carbonato de calcio, sulfosilicatos de aluminio (ultramarinos), etc.
Como puede entenderse, la obtención de cada colorante requiere de un proceso de extracción y
purificación particular que depende no solo de la naturaleza química del colorante mismo, sino además de
las características químicas y físicas de la fuente.

2. Roquero, Ana (1995). Colores y colorantes de América. Anales del Museo de América, V. 3.

LAS MATERIAS COLORANTES. CLASIFICACIÓN Y PROCEDIMIENTOS (p. 146)

Un colorante natural es, en términos biológicos aquel qué se sintetiza y acumula en las células de plantas o
animales. La gran mayoría se encuentra en el mundo vegetal y sólo el carmín y la púrpura, entre los de origen
americano, proceden de un insecto y un molusco marino respectivamente. No existe necesariamente una
correspondencia entre el color de la planta y el colorante que contiene, ni puede establecerse una relación
sistemática entre familias botánicas y grupos de colorantes. Hay ejemplos como el de la familia de las
Asteráceas en que prácticamente todos sus miembros contienen colorantes amarillos del grupo de los
flavonoides, pero se da el caso opuesto en que tintes de un mismo grupo, como los indigoides, añil y púrpura,
se encuentren el primero en una planta y el segundo en un molusco. También variable es la distribución
morfológica de la materia tintorería en la planta que la contiene, pudiendo además una misma especie
contener distintos pigmentos en raíz, hojas y fruto.
El hecho de que una molécula biológica esté o no coloreada viene determinado por su estructura, y de
acuerdo con sus afinidades estructurales se han clasificado los colorantes orgánicos en 6 grupos. En la
tintorería tradicional americana son 5 los grupos que interesan:
• Carotenoides: colorantes amarillos y anaranjados.
• Flavonoides: colorantes amarillos y anaranjados.
• Antocianinas: (subgrupo de los flavonoides) colorantes azules y rojos.
• Quinonas: colorantes púrpura, escarlata, anaranjado y rojo siena.
• Indigoides: colorantes azul y púrpura
Cabe mencionar separadamente, aunque en algunos aspectos se solapa con los anteriores, el grupo de los
taninos, sustancias vegetales que en combinación con sales de hierro precipitan dando tintes gris – verdoso,
azul - pizarra o negro, algunos de los cuales contienen además materiales colorantes anaranjados y rojo -
siena del grupo de las quinonas.
Las características estructurales de los colorantes determinan su comportamiento como tintes y por tanto se
precisa de un procedimiento específico para cada grupo (o grupos), que en la práctica se establece el
siguiente modo:
• Tintes con mordiente: carotenoides, flavonoides antocianinas y quinonas.
• Tintes de tinta: (proceso de reducción – oxidación) indigoides.
• Tintes por foto - oxidación y por combinación con sales de hierro: taninos
TINTES
Teñir consiste en transferir un colorante a una fibra o soporte a través de un medio acuoso. La primera
cualidad indispensable que caracteriza a las materias tinturadas es por tanto la de ser hidrosolubles. Incluso
en el caso excepcional del añil, cuyo principio colorante, la indigotina, no lo es en su estado habitual, se ha
de someter transitoriamente a su forma soluble para que pueda ser aplicado como tinte. El procedimiento
común para extraer de forma artesanal el colorante de la planta o animal que lo contiene (excluidos siempre
los indigoides) es la decocción de la materia prima durante un tiempo variable, generalmente no inferior a
una hora. Los tintoreros aztecas tomaban “del arbusto que se llama tesoatl (Micovia sip)… las hojas (para ser
un color colorado muy fino haciéndola servir mucho” y para el color amarillo “en el fuego hacían hervir a
borbotones el color zocatlaxcalli (cuscuta americana)” (Sahagún [1547] 1985: 698).
la segunda propiedad de los colorantes a de ser el poseer una afinidad en mayor o menor grado hacia las
fibras textiles u otros soportes de similar constitución para ser absorbidos por éstos. Esta afinidad se da de
forma absoluta en unos pocos tintes denominados directos o sustantivos (los contienen algunos líquenes, el
hollejo de la nuez, etc.) que son retenidos por la fibra directamente. En general, No obstante, para que un
tinte quede fijado un soporte de forma permanente es preciso recurrir agentes intermediarios que se conocen
como mordientes. Los indigoides y los taninos requieren procedimientos específicos que se tratan
separadamente.
MORDIENTES
los mordientes tienen como función modificar la estructura molecular de las fibras de modo que las moléculas
de tinte puedan incorporarse a ellas formando nuevos enlaces con carácter irreversible. Por regla general el
proceso de Mordentado se lleva a cabo antes de iniciar el teñido y consiste en hacer hervir las fibras en una
solución acuosa del mordiente adecuado; la duración de este proceso puede variar entre una hora para las
fibras proteínicas o varios días para el algodón.
Las fibras de origen animal (proteínas) poseen funcionalmente carácter ácido y básico; el primero los
capacita para absorber ocasionalmente, de forma directa algunos tintes básicos como el de determinadas
berberidáceas, pero en general la diferencia del grado de acidez entre fibra y colorante no es tan marcada
como para provocar una atracción espontánea de las partes. Mediante el empleo de mordientes avance
sales metálicas se refuerza esta capacidad al desdoblarse estos durante la decocción en un ácido y una sal
básica que son retenidos por la fibra. Es importante que esa retención se produzca de forma gradual coma
lo cual resultará en una absorción uniforme del tinte en la fase posterior. Para regular esa distribución óptima
suelen acompañar al mordiente ácidos orgánicos que reciben el nombre de igualadores.
El carácter de las fibras vegetales (celulósicas) es prácticamente neutro; la decocción en disoluciones tánicas
les aporta acidez y las capacita para absorber así algunos colorantes de carácter básico, pero para fijar la
mayoría de los tintes se precisa además de mordentados posteriores en sales metálicas y álcalis sobre la base
de tanino.
En la tintorería americana se han empleado desde tiempos prehispánicos mordientes de distinta naturaleza:
sales metálicas como el alumbre (sulfato a lumínico potásico) y la caparrosa (sulfato de hierro) procedentes
de minas o depósitos; compuestos solubles como el ácido oxálico, presentes en ciertas plantas, y taninos
extraídos de cortezas de árboles y de los frutos de varias leguminosas.
Dice Sahagún que “la piedra alumbre es cosa bien conocida, hay mucha esta tierra, hay mucho trato de
ella porque los tintóreos la usan mucho” (Sahagún [1547] 1985: 569); “se hallan en estas Indias cuatro o 5
especies y en la nueva España lo hacen muy blanco, lúcido y transparente” (Cobo [1653] 1964: 113). para
beneficiar este alumbre puro del producto en bruto “muelen primero la tierra aluminosa y la echan en vasijas
de barro terminadas en punta, donde luego le agregan agua para licuarla. lo que se destila es lo que se
utiliza: se cuece cuando sea conveniente, pero antes de que adquiera completa dureza se divide en
pequeños trozos, y ya perfectamente condensado se vende en el comercio” (Hernández [1615] 1959: 11, 48).
Otro mordiente mineral de uso todavía habitual en México y Perú es el salitre (nitrato potásico) “que los indios
del Perú llaman zuca … e háylo en muchas partes de este Reino en grande abundancia” (Cobo [1653] 1964:
1, 113), pero “a ninguna otra tierra es inferior nueva España en la producción del verdadero nitro… llamado
por los indios tequísquitl. lo guarden en la tierra seca del lago o lo raspan de los muros o de las grutas: es
rosado y blanco y por lo general ligeramente agujereado (Hernández [1615] 1959: 11,48).

ENTONADORES
El grado de acidez del baño de tinte es un factor que el tintorero puede modificar añadiendo ácidos o al
cáliz al mismo al finalizar la tintada; la consecuencia de esta manipulación será una variación en la tonalidad
sobre el color que la fibra había adquirido, de ahí la denominación de entonadores para estos productos.
El entonado por graduación del pH conviene a los tintes rojos y azules (antocianinas y quinonas). Una mayor
alcalinidad los hará mirar hacia tonos azulados y su mayor acidez lo hará hacia el rojo. son infinidad de
plantas a las que puede recurrir el tintorero para acidificar el baño. Actualmente, por comodidad, se suelen
utilizar limones, qué es el fruto introducido en el nuevo continente, pero algunos tintoreros de Ecuador y Perú
todavía conocen y usan para este fin frutos, hojas y raíces pertenecientes a plantas de los géneros
Phytolacca, Oxalis, Rumex y Miconia, entre otras. Plantas que figuran precisamente entre los que según
Guamán Poma de Ayala se almacenaban junto a otros productos de tintorería en los depósitos del Inca.
Para alcalinizar el baño se recurría agregar a este la fermentación amoniacal de orígenes humanos o bien
cenizas vegetales ricas en potasa. También mandaba el Inca, junto a las hojas y flores para teñir, hacer
provisión de “lipta (ceniza) de marco (ambrosia peruviana) y de quinua (Chenopodium quinua)” (Guanmán
[ss. XVI – XVII] 1987: 184).
Las sales metálicas, en especial el sulfato de hierro y el de cobre, aplicadas al final de una tintada alteran
igualmente el color de la fibra teñida. “Llámese esta caparrosa (caparrosa verde: es vitriolo verde o sulfato
de hierro. Caparrosa azul: es vitriolo azul o sulfato de cobre) de la tierra, en la lengua general del Perú, colpa…
,millu es una especie de tierra parecida en su estepticidad y casi en el color a la caparrosa, hay 2 diferencias
de ella: una con que se tiñen las lanas de azul y otras de colorado” (Cobo [1653] 1964: 116). En nueva España,
hay igualmente “aceche” (sulfato de hierro) que se llama Hiliac: hacese en muchas partes y sirve para
muchas cosas de teñir y hacer tinta” (Sahagún [1547] 1985: 699);

3. Salinas, Francisca (2020). Guía para la obtención de colorantes naturales sostenibles de la flora local
(Tesis de grado para optar por el título de Diseñador. Pontificia Universidad Católica de Chile.
Santiago – Chile.

FIJADORES DEL COLOR (p.56)

En el contexto actual del teñido natural practicado en Chile, se utilizan por lo general asistentes del color
inorgánicos como alumbre, amónico, sulfato de fierro, sulfato de cobre, bicromato de potasio y cloruro de
estaño (Cornejo, Bustamante e Iglesias, 2017), además de ácidos como el ácido acético, el tartárico y cítrico
(Baixas & Philipp, 1975). Sobre el uso de aditivos en el teñido de lana, según Fletcher (2008), los aditivos
biodegradables derivados de materias orgánicas, como los ácidos orgánicos, resultan tener un menor
impacto ambiental a los otros procedentes de sales, cromo y metales complejos. Si bien, en el cuerpo
humano y los ecosistemas se presentan sustancias metálicas de manera natural para funciones biológicas,
la exposición y absorción a grandes cantidades puede tener un efecto tóxico y posible cancerígenos por su
bioacumulación, a través de las aguas, los alimentos, el suelo, el aire y otras actividades de contacto, un
caso significativo del exceso de metales en el ambiente por efecto de la actividad industrial, corresponde a
las localidades de Quintero, Ventanas y Maitencillo (Rojas, 2015; CENMA, 2013).
La solidez del color, es decir, que tanto perdurará el matiz original del teñido en la fibra antes de su
descoloración, corresponde a un factor buscado en ocasiones por los creadores en sus teñidos. La luz solar y
el lavado constante causan la pérdida del color de los textiles y prendas teñidas con colorantes naturales,
pero debemos recordar que lo mismo ocurre en menor grado con las prendas teñidas con colorantes
sintéticos. El proceso propuesto renuncia a la utilización de mordientes y fijadores de color de composición
metálica, como el alumbre y los sulfatos, que por lo generan presentan una mejor solidez del color, pero con
un costo ambiental.
La descoloración también puede ser un efecto buscado y valorado, como es el caso de la firma Patagonia
y su línea “Clean Color Collection”.
Se resolvió renunciar a los aditivos empleados comúnmente y utilizar aditivos que no causarán en,
pequeñas cantidades, problemas a la salud de los creadores y generan un gran impacto negativo al medio
ambiente (Dean, 2010), al contrario, a los aditivos inorgánicos metálicos, en beneficio del medio ambiente.
Para ello, se revisó la hoja de datos de seguridad (MSDS), para cada uno de estos materiales.
Estos se presentan a continuación:
Cloruro de sodio o sal común, cuya fórmula molecular es NaCl. No es cancerígeno ni bioacumulativo, no es
considerado como peligroso para el transporte y el medioambiente, pero pueden afectar algunas células
somáticas y microorganismos, es degradable pero no debe ser descargada en fuentes de agua directas,
además, pueden actuar sobre la capacidad de absorción de nutrientes del suelo por parte de las plantas
cuando se presentan descargas en grandes cantidades.
Bicarbonato de sodio o carbonato ácido de sodio, compuesto sólido inorgánico de fórmula molecular
NaHCO3, soluble en agua. No es cancerígeno. Es irritante al ser inhalado o ingerido en grandes cantidades.
Para su eliminación se la sustancia se degrada en agua, no es bioacumulativo en personas, pero si en peces.
Cremor tártaro o bitartrato de potasio, fórmula KC4H5O6, subproducto de la fermentación de uva y
proveniente de la sal ácida del potasio del ácido tartárico y utilizado en gastronomía. No es cancerígeno, ni
bioacumulativo, es un material fácilmente degradable, no se han publicado efectos tóxicos para especies
acuáticas. No presenta problemas de seguridad a su interacción y debe ser diluido antes de su eliminación.
Ácido cítrico proveniente del jugo exprimido de limones, la fórmula molecular del ácido cítrico es C6H8O7,
un ácido orgánico tricarboxílico degradable, se comercializa en polvo, pero también se presenta en la
mayoría de las frutas, en el zumo de limón se presenta en una concentración del 5% al 6%. Es fácil de obtener
en frutas, es seguro de manejar y para el ambiente. Es degradable y soluble en agua, no es cancerígeno, ni
bioacumulativo, además no presentan toxicidad en el sistema reproductivo ni en el medio acuático.

4. Plaza Cielo Tierra (S.F.). Pigmentos para colorear. Guía práctica para la extracción de pigmentos
naturales.

ALIMENTOS Y HIERBAS DE USO COTIDIANO PARA CREAR PIGMENTOS (p.10)

Para la obtención de tintes y pigmentos, puedes utilizar los siguientes elementos:

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