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BASES HISTÓRICAS DEL SABER CRIMINOLÓGICO

LOS PROCESOS DE ACUMULACIÓN DEL CAPITAL Y LA CONSTITUCIÓN DE LA CUESTIÓN CRIMINAL. INFLUENCIA


DE LOS PARÁMETROS RELIGIOSOS. LA REFORMA.
Carl Marx vivió en el Siglo XIX. En su obra "El Capital", habla de los procesos de acumulación originaria,
punto de partida necesario para un sistema capitalista de producción.
Para explicar el proceso de acumulación originaria, Marx dice que ni la mercancía ni los medios de
producción ni los artículos de consumo son de por sí capital. Estos necesitan convertirse en capital, y para ello han
de enfrentarse dos clases diferentes de poseedores de mercancías: de una parte los propietarios de dinero,
medios de producción y artículos de consumo, deseosos de valorizar la suma de valor de su propiedad mediante la
compra de fuerza ajena de trabajo; y por la otra los obreros libres, vendedores de su propia fuerza de trabajo,
libres en doble sentido: no figuran entre los medios de producción (como el esclavo) y no cuentan con medios de
producción (como el labrador que trabaja su propia tierra). El régimen capitalista presupone el divorcio entre los
obreros y la propiedad sobre las condiciones de realización de su trabajo. Por lo tanto, la acumulación originaria es
el "proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción". Se la llama originaria porque
forma la prehistoria del capital y del régimen capitalista de producción. A partir de allí un enorme número de
personas que durante el feudalismo habían estado afincados a la tierra de su nacimiento, ahora se ven lanzados
fuera de su concepción del mundo, y por ello no podría pretenderse una inmediata aceptación de la disciplina de
su nuevo estado. Es así que a fines del siglo XV se dictarán en Europa leyes persiguiendo el vagabundaje.
Max Weber dice que no basta con el mero afán de lucro para que se dé paso a la etapa capitalista como
modo de producción. En su obra "La ética protestante y el espíritu capitalista" hace una crítica en ese sentido.
Considera que se ha dado una afinidad entre ciertas sectas protestantes, especialmente entre el modo de vida
ascético por ellas pregonado y el modo de producción capitalista. Encuentra que sobre el concepto de "cálculo"
realizado por la moderna contabilidad se construirá un puente entre el ideal ascético y la cultura capitalista. La
calculabilidad penetra en el seno de las asociaciones tradicionales, descomponiendo las viejas relaciones de
carácter piadoso. Dentro de una comunidad familiar todo se calcula y ya no se vive de un régimen comunista. Cesa
la piedad y desaparece toda limitación al afán de lucro. El protestantismo logró crear una ética adecuada para esta
ascesis en el mundo. Ésta caracterización de la idea de profesión permitió al empresario moderno una experiencia
excepcionalmente buena, y además obreros solícitos para el trabajo. Uno de los logros del protestantismo
consiste en haber puesto la ciencia al servicio de la técnica y de la economía, y permitió que el proceso
desencadenase en que la raíz religiosa del hombre económico moderno haya muerto. De este modo, la ética
económica nace del ideal ascético despojada de su sentido religioso.
Georg Rusche, en su libro “Pena y Estructura Social” elabora las siguientes hipótesis:
1) Las relaciones de producción están presentes en la vida social.
2) Los delincuentes provienen de las clases económicas más bajas.
3) Si la pena pretende tener efectos disuasivos, debe ser dura.
4) Si se quiere una ejecución penal eficaz que pueda intimidar a los estratos sociales inferiores (más propensos a
cometer delitos) hay que tener en claro cuál es la categoría económica que determina el destino de dichos
estratos. Como estos estratos no disponen de otro bien que su fuerza de trabajo, es el mercado de trabajo la
categoría decisiva.
De este modo, concluye Rusche que el mercado de trabajo constituye un factor fundamental a fin de
configurar la forma de ejecución penal, y en consecuencia la cárcel cumple la función de reguladora coactiva de
aquel.

EL ILUMINISMO Y LAS IDEOLOGÍAS LEGITIMANTES DEL PODER PUNITIVO. LOS DISCIPLINARISTAS Y LOS
CONTRACTUALITAS.
La criminología es una disciplina que posee sus raíces en las concepciones científico-filosóficas del
iluminismo. La base de la teoría clásica de la criminología se hallaba sustentada en la idea de contrato social, por lo
que se sostenía que los hombres se reunían libremente en sociedad conforme a una serie de pactos convenios que
garantizaban el orden y la convivencia pacífica entre ellos. A partir de tal consenso se castigan las conductas
perjudiciales o peligrosas para el cuerpo social, y se recompensa las conductas que contribuyen al mantenimiento
de su equilibrio. Los partidarios de las teorías de contrato social sostenían que se convenía una tipología de
conductas calificadas como desviaciones que posibilitaban determinar a un individuo como delincuente. En base a
esto, las penas aseguraban el buen funcionamiento y la supervivencia de la sociedad, y así se decía que “toda pena
que exceda ese consenso o que tenga fines distintos es ilegítima y contraviene el contrato social”. Por primera vez
se articula un discurso binario de la sociedad, hay siempre dos grupos, dos categorías de individuos.
Zaffaroni distingue entre contractualistas y disciplinaristas. El contractualismo se basa en el paradigma del
contrato, surge en un contexto de una burguesía en ascenso, con fuerte poder económico, que pretende
deslegitimar el discurso de la posición hegemónica de la nobleza basada en la idea de la concepción de la sociedad
como organismo natural. Así el contrato era postulado como una creación artificial, hecho por el hombre y por lo
tanto mutable. Para el disciplinarismo el crimen era una enfermedad, en tanto que para el contractualismo
constituía la decisión libre de un hombre que violaba el contrato.

THOMAS HOBBES (1588- 1679)


Ferviente defensor del absolutismo monárquico. Sostiene que el hombre es malo por naturaleza, que el
estado natural es de guerra, y que la forma de que no exista éste estado de guerra es que los hombres se sometan
a determinadas formas de organización social y política. Habla del leviatán, que sería un monstruo que representa
el Estado investido con todos los poderes, se presenta como la institución necesaria para asegurar la convivencia y
el orden social. Dice que la naturaleza del hombre está compuesta por dos tendencias: las pasiones y la razón. La
primera empuja a desear los bienes del prójimo, la segunda les hace pensar que sin seguridad los bienes deseados
no tienen demasiado sentido pues no se pueden disfrutar. Las pasiones enfrentan a los hombres consigo mismos,
en cambio la razón los lleva al contrato. Hobbes, a diferencia de Rosseau, defiende no sólo el contrato sino la
consecuencia de un gobierno firme e inconmovible, con su misión de mantener el orden asociada al temor. Para
que el contrato sea efectivo tiene que haber un poder coercitivo que obligue a los hombres a cumplir sus
convenios por terror a un castigo superior a los beneficios que daría el quebrantamiento de su acuerdo. Esa
instancia coactiva, política y de poder es el Estado: un Estado absoluto.

INMANUEL KANT (1724- 1804)


Filósofo alemán. Para él la moral es un imperativo categórico. Le da mucha importancia a lo moral, cree
que la ley debe tener un fuerte contenido moral. El imperativo categórico trasladado a una fórmula sería: "obra
según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal". Para Kant este imperativo
tenia garantía en el derecho, que debía restablecerlo ante cualquier violación. Así, sostuvo como teoría de la pena
la de la justa retribución. Ve el sentido de la pena no en la prosecución de alguna finalidad social útil, sino en que
la culpabilidad del autor sea compensada mediante la imposición de un mal penal, o sea que agota el fin de la
pena en la retribución. La pena es concebida por ésta teoría como reacción por lo sucedido y desvinculada del
porvenir, ya que su fin es reparar el delito y no evitar delitos futuros.

HEGEL (1770- 1831)


Sobre la base de su pensamiento dialéctico respecto de la fundamentación de la pena, se llevó a cabo la
sistematización de la teoría del delito, que concibe el delito como la negación del derecho, y a la pena como la
negación de la negación, y por lo tanto como anulación del delito, como restablecimiento del derecho. En
coincidencia con Kant, tampoco reconoce a la prevención como finalidad de la pena, pero para Hegel es
fundamentada dialécticamente. Así niega una concepción del castigo que se fundamente en razones de utilidad
social que ilícitamente convierta al hombre en “un medio instrumental" en beneficio de la sociedad.

JOHN LOCKE
Locke define al estado de naturaleza como un estado de “paz, benevolencia y ayuda mutua”. Consideraba
que en el estado de naturaleza los hombres gozaban de perfecta libertad para ordenar sus actos, y para disponer
de sus propiedades y sus personas como mejor les parecía, dentro de los límites de la ley natural. Así, el derecho a
la libertad no conoce otro límite que la Ley Natural, la que enseña que nadie debe dañar a otro en su vida, salud y
libertad. Todos los hombres estados dotados de razón. Mediante la razón el hombre conoce la ley natural y por
ello le asiste el derecho de imponer a los demás su cumplimiento y castigar a los transgresores de esa ley. Locke
infiere que es inevitable que el estado de la naturaleza no se convierta en un estado destructivo, de ahí la
necesidad del hombre de establecerse en sociedad, renunciando cada uno al poder de ejecutar la ley natural,
cediéndola a la comunidad. Así se constituye la sociedad civil, al cual el hombre entra movido por el impulso de
salvaguardar lo que constituye su propiedad, de ahí que siempre que los legisladores intentan arrebatar la
propiedad del pueblo se coloca en pie de guerra con el pueblo, el que adquiriría el derecho a readquirir su libertad
primitiva mediante el establecimiento de un nuevo poder legislativo. Entonces el poder no ha sido cedido a nadie,
sino que sigue en la comunidad social.

JEAN JAQUES ROUSSEAU (1712- 1778)


Escribió la obra El Contrato Social, planteaba en esa obra la semilla de la Revolución Francesa. Hablaba de
la soberanía de la voluntad del pueblo, de los soberanos como mandatarios del pueblo, y de la república como
forma perfecta de gobierno.
Los tres momentos de su esquema son: el estado de naturaleza, la sociedad civil, y la república. Es una
ampliación del pensamiento dicotómico del contractualismo, critica a Hobbes al señalar que al ser el estado de
naturaleza aquel en el cual el cuidado de nuestra conservación es el menos perjudicial para la del otro, éste estado
era en consecuencia el más adecuado para la paz y el más conveniente para el género humano. Comparte con
Locke que la necesidad de proteger la propiedad es lo que da origen a la sociedad.
Afirma que el gobierno legítimo y popular debe guiarse por la voluntad general. Pone mucho énfasis en la
voluntad general, que a su criterio representa el hecho de que la comunidad tiene un interés colectivo que no es
lo mismo que los intereses individuales de sus miembros. Así como la naturaleza da a cada hombre un poder
absoluto sobre todos sus miembros, el pacto social da al cuerpo un pode absoluto sobre los suyos. Por ello cuando
cada individuo enajena su poder, sus bienes y su libertad por el pacto social, hay que convenir también que sólo el
soberano es juez en cuanto al uso que le da a la comunidad, pero éste no puede imponer a los súbditos algo que
sea inútil para la comunidad. Es así como sostiene que el punto de partida está en la voluntad general.

JEAN PAUL MARAT (1743- 1793).


Ideólogo de la revolución francesa, creador del periódico El amigo del pueblo, que fue el diario radical más
influyente de Francia. Criticó a los políticos moderados acusándolos de traidores y animó al pueblo a utilizar la
violencia contra ellos.
En su obra política "Plan de legislación criminal", critica las consecuencias injustas del contrato social. Dice
que los individuos que solo obtienen desventajas de la sociedad no están obligados a cumplir las leyes. Sostiene
que en una sociedad donde unos pocos privilegiados gozan de los bienes de los pobres, la justicia y la sabiduría
exigen una mejor distribución de esos bienes. El ciudadano honesto a quien la sociedad abandona en la miseria
vuelve al estado de naturaleza y tiene el derecho a reivindicar a mano armada las ventajas que no logró. Toda
autoridad que se le oponga es tiránica, y el juez que lo condena a muerte es un cobarde asesino.

EL PANOPTISMO COMO FORMA DE CONTROL Y CORRECCIÓN PARA EL ORDEN SOCIAL


Jeremy Bentham escribió una propuesta de reforma de las leyes criminales. Este proyecto nunca se llevó a
cabo, sin embargo, segun Foucault su idea tuvo mucha mayor repercusion. Esa idea no se basaba tanto en castigar
el delito sino en que con su sistema de visibilidad total se alcance cada acto diario del preso. Que éste control le
impida no sólo obrar mal sino también perder la capacidad y el deseo de hacerlo.
Foucalt, utilizando la idea de Bentham, pensó a la sociedad atravesada por ésta ideología. Plantea que a
finales del S. XVIII y principios del S. XIX se constituye la "sociedad disciplinaria", que se caracteriza por la reforma
del sistema judicial y penal en los diferentes países de Europa y el mundo. De estas reforma surgen tres principios:
1) El crimen no tiene relación con la falta religiosa o moral. Para que haya infracción debe existir una ley
efectivamente formulada. Antes de la existencia de una ley no puede haber infracción.
2) Estas leyes no deben retranscribir los contenidos de la ley religiosa o la ley moral, sino que deben representar
lo que es útil para la sociedad.
3) El crimen no es algo emparentado con el pecado y la falta, sino que es algo que damnifica a la sociedad, es un
daño social.
Hay entonces una nueva definición del criminal: es aquel que damnifica a la sociedad. El crimen y la
ruptura del pacto social son idénticas.
El panoptismo es una forma de saber que no se apoya en la indagación (procedimiento que procura saber
lo que ha ocurrido), sino en la vigilancia de los individuos por alguien que ejerce sobre ellos un poder (maestro de
escuela, jefe de oficina, médico, director de prisión, etc.) y que porque ejerce ese poder tiene la posibilidad de
construir un saber sobre aquellos a quienes vigila. Éste saber trata de verificar si un individuo se conduce como
debe, si cumple con las reglas, si progresa, etc. Así Foucalt determina tres aspectos del panoptismo: vigilancia,
control y corrección. A su vez extrae tres conclusiones, en principio considera que la prisión se impuso porque era
la forma ejemplar de todas las instituciones de secuestro creadas en el S. XIX, así considera que la cárcel es mucho
más simbólica que económica, penal o correctiva. En segundo lugar discute con el marxismo diciendo que no
puede ser el trabajo la esencia del hombre, dice que la relación del hombre con el trabajo es política, es una
ligazón operada por el poder, agregando que para que haya plus ganancia es necesario que haya sub-poder, que a
la existencia del hombre se le haya agregado una trama de poder político microscópica que los transforma en
trabajadores. Este sub-poder, condición de la plus ganancia, provocó el nacimiento de una serie de saberes que se
multiplicaron haciendo que nacieran las ciencias humanas, y el hombre como objeto de la ciencia.

LA PRISIÓN COMO INSTITUCIÓN TOTAL: PENA CORPORAL O DISCIPLINAMIENTO


Rusche y Kirchheimer de la "Escuela de Frankfurt" sostenían que la idea central de la pena de prisión
depende del mercado de trabajo, de lo cual se deduce que el capitalismo ha generado la pena privativa de la
libertad. Por otra parte, la teoría de Foucault está más vinculada al poder. Dice que a la burguesía no le interesa
los delincuentes ni su castigo, ni su reinserción, que económicamente no tenían mucha importancia. Se interesa
por los mecanismos a través de los cuales el delincuente es controlado, perseguido, castigado, educado y
reformado: disciplinado.
Existe discusión de si la pena de prisión implica una mera pena corporal o disciplinamiento de sujetos para
constituir “cuerpos dóciles”, entendiéndose que en este tema ambas teorías se entrelazan.
Surgen otras cuestiones, como si estas teorías son aplicables a la realidad de América latina, y si la cárcel
ha cambiado respecto a su función. Desde los centros de poder de Latinoamérica se intenta recrear la lógica de la
feudalización que se da en el marco global. Asi esa creación de centros de privación de la libertad se presenta
como una copia distorsionada de las características de feudalización que está asumiendo el mundo. En éstos
lugares se alzan pequeñas burbujas donde se agrupan los miembros respetables de la sociedad que pese al
contexto de inseguridad donde viven se unen, expulsando a los "otros". En ese contexto aparece con fuerza una
relegitimación por el imperativo de cuidar lo poco que nos queda.
En definitiva, la cuestión es si la función de la pena se mantiene o es hora de analizar que el futuro de la
cárcel podrá estar en la inversión y el signo de las personas que están dentro y las que están fuera.

UNA IDEA DISTINTA DEL PODER PUNITIVO DESDE EL SABER PENAL EN LA OBRA DE RAÚL ZAFFARONI.
A partir de una perspectiva afincada en los procesos empíricamente verificados, Zaffaroni construye una
idea radical de derecho penal, distinguiéndolo de la ley penal. El derecho penal consiste en un saber que mediante
la interpretación de las leyes penales propone al juez un sistema orientador de decisiones dotadas de la menor
irracionalidad posible. El saber penal tiende a contener el ejercicio del poder punitivo, que abarca también el que
las agencias del Estado aplican en forma ilícita, procurando de ésta forma impulsar el estado constitucional de
derecho.
El poder punitivo es el ejercicio de actos del poder político, que no son ejercidos por las agencias judiciales
sino por las ejecutivas. Zaffaroni basa su construcción en la criminalización primaria, que resulta un programa legal
inmenso y la idea de cumplirlo implica una utopía negativa, por lo que la criminalización secundaria, es decir la
que importa una actividad de las agencias ejecutivas respecto de individuos concretos, se apoya en las agencias
policiales que captan mayoritariamente a autores de obras toscas. Estos seleccionados son los únicos delincuentes
quienes encuadran un estereotipo y asumen el rol de etiquetamiento.
Conclusión, el derecho penal se puede concebir como un discurso para limitar, reducir y, eventualmente,
si se puede, cancelar el poder punitivo.

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