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Eso es lo que en realidad somos Eso es lo que en realidad somos

Eso es lo que en realidad somos Que país del Eso es lo que en realidad somos Que país del
sagrado corazón, qué va; ni país del Sagrado sagrado corazón, qué va; ni país del Sagrado
Corazón tampoco, como tampoco país de leguleyos, Corazón tampoco, como tampoco país de leguleyos,
de cafres, de punteros derechos, de tinterillos, de de cafres, de punteros derechos, de tinterillos, de
carteristas, de narcos; ni siquiera somos un país de carteristas, de narcos; ni siquiera somos un país de
arribistas ni de manilargos, ni un país de reinas y de arribistas ni de manilargos, ni un país de reinas y de
reinados. reinados.
Ninguna contramarca de esas nos cabe sola. Porque Ninguna contramarca de esas nos cabe sola. Porque
no sólo de ellas -de leguleyismo, de arribismo, de no sólo de ellas -de leguleyismo, de arribismo, de
reinas y de etcétera- no solo de esos materiales reinas y de etcétera- no solo de esos materiales
estamos construidos, como tampoco somos sólo un estamos construidos, como tampoco somos sólo un
país de frutas y de mares y de montañas y de etnias. país de frutas y de mares y de montañas y de etnias.
Ni de ritmos y de instrumentos musicales; ni de Ni de ritmos y de instrumentos musicales; ni de
bandoleros ni de culebreros ni de modelos ni de bandoleros ni de culebreros ni de modelos ni de
vagos. vagos.
Tal vez la esencia de lo que somos ha aparecido Tal vez la esencia de lo que somos ha aparecido
madura y rotunda en estas épocas en las que todo madura y rotunda en estas épocas en las que todo
se ha vuelto un show: la política se farandulizó, la se ha vuelto un show: la política se farandulizó, la
farándula, desde luego, la economía incluso, la farándula, desde luego, la economía incluso, la
ciencia quizás. La Presidencia de la República y la ciencia quizás. La Presidencia de la República y la
Corte Constitucional y la Conferencia episcopal. Un Corte Constitucional y la Conferencia episcopal. Un
show blandito, con reflectores y confetis, en el cual show blandito, con reflectores y confetis, en el cual
los actores buscan una posición de reconocimiento a los actores buscan una posición de reconocimiento a
cualquier costo y emplean para ello lo que más cualquier costo y emplean para ello lo que más
somos: unos rebuscadores amplios y diversos. somos: unos rebuscadores amplios y diversos.
Lo que pasa fue que le asignamos el término de Lo que pasa fue que le asignamos el término de
rebuscadores a aquellos desempleados que se rebuscadores a aquellos desempleados que se
adueñaron de las aceras y de los semáforos, y de adueñaron de las aceras y de los semáforos, y de
esa manera todo el resto nos sentimos por fuera de esa manera todo el resto nos sentimos por fuera de
la consideración del rebusque. Ya estaban ellos, los la consideración del rebusque. Ya estaban ellos, los
pobrecitos de nómina, y eso nos hacía superiores, pobrecitos de nómina, y eso nos hacía superiores,
qué dicha. qué dicha.
Los realities televisivos son un catálogo que ilustra la Los realities televisivos son un catálogo que ilustra la
clase de rebuscadores que somos y con los que no clase de rebuscadores que somos y con los que no
contábamos. Nos acostumbramos a quienes vendían contábamos. Nos acostumbramos a quienes vendían
chicharrones en las esquinas y flores en los chicharrones en las esquinas y flores en los
semáforos y loterías en las estaciones de gasolina. semáforos y loterías en las estaciones de gasolina.
Pero hemos visto crecer ese número de colombianos Pero hemos visto crecer ese número de colombianos
que se buscan a sí mismos (y por ahí derecho el que se buscan a sí mismos (y por ahí derecho el
sustento y por ahí derecho la fama), que se busca en sustento y por ahí derecho la fama), que se busca en
sí mismo un talento dudoso, pero que de manera sí mismo un talento dudoso, pero que de manera
extrovertida quieren venderse geniales y no les extrovertida quieren venderse geniales y no les
ruboriza quedar expuestos al ridículo. ruboriza quedar expuestos al ridículo.
Héctor Rincón, en Revista Cambio. Bogotá. Febrero Héctor Rincón, en Revista Cambio. Bogotá. Febrero
13 de 2006. Pag.50 13 de 2006. Pag.50

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