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Identificar el matoneo: Oscar

En algún momento, algún hermano o amigo se burló de un niño. Generalmente,


esto no es dañino cuando sucede en un contexto mutuo, de juego y armonía, y
ambos niños lo encuentran gracioso. Sin embargo, cuando la burla causa daño, es
constante y desagradable, cruza la línea, se transforma en hostigamiento y debe
frenarse.

El hostigamiento es un tormento intencional que se da a nivel físico, verbal o


psicológico. Puede implicar desde golpes, empujones, insultos, amenazas y burlas
hasta extorsiones para conseguir dinero y pertenencias. Algunos niños hostigan
evitando a los demás o difundiendo rumores sobre ellos. Otros usan los medios
sociales o los mensajes electrónicos para burlarse de los demás o herir sus
sentimientos. Es conveniente tomar con seriedad el hostigamiento pues los efectos
pueden ser graves y afectar el sentido de seguridad y autoestima de los niños.

Kevin:
Actualmente esta conducta es muy estudiada en el terreno de la psicología, pero es
riesgoso afirmar que una persona es agresora por un motivo y otro. Algo que sí
sabemos por consenso es que los bullys son personas con una ausencia de empatía,
son sujetos que no tienen sensibilidad ante las necesidades de otro.

Los niños hostigan a otros por diversas razones. A veces toman de punto a otros
niños porque necesitan una víctima (alguien que parece más débil en el aspecto
emocional o físico, o que simplemente actúa o parece diferente de alguna manera)
para sentirse más importantes, populares o al mando. Algunos hostigadores son
más grandes o más fuertes que sus víctimas, pero esto no siempre es así.

A veces los niños atormentan a los demás porque es ese el trato que han recibido.
Quizás crean que su comportamiento es normal porque ellos vienen de familias u
otros entornos en donde a menudo todos se enojan, se gritan o se insultan unos a
otros. En algunos programas de televisión populares parece promoverse la maldad:
eliminan a la gente mediante un proceso de votación, la evitan o la ridiculizan por
su apariencia o falta de talento.
Julián:
TIPOS DE MATONEO

-PSICOLÓGICO.

En este tipo de acoso el agresor busca provocar el temor en la víctima. Le acecha,


persigue, le obliga a hacer cosas que no quiere, en pocas palabras intimida y
manipula para causar miedo, bajar la autoestima y generar inseguridad en el niño o
joven.
-FÍSICO.

Este consiste en empujones, jalones, y finalmente a una golpiza colectiva en donde


los cómplices apoyan, observan complacidos o algunos indiferentes e incluso otros
con celulares graban las riñas. Existe una manera indirecta de practicar este tipo de
bullying el cual consiste en hurtos o daños hacia los objetos de la víctima.

-VERBAL.

Este tipo es el más habitual en la práctica del bullying y se caracteriza por poner
apodos, insultar, generar rumores, expresar comentarios raciales o sexistas con la
finalidad de discriminar, realizar acciones de exclusión, bromas insultantes y
continuas en público para poner en evidencia al más débil.

-CIBERBULLYING.

En la actualidad la forma de acosar a la víctima no solo le basta al agresor con


molestarlo en la escuela si no que también utiliza la tecnología en este caso el
Internet mediante las redes sociales, mensajería instantánea; lo amenaza y lo
intimida sin necesidad de estar con la victima frente a frente

Soluciones Ana y Manuel:

Otra perspectiva la ofrece Silvia Aragón*, psicóloga. “Lo que he podido observar es
que los niños y adolescentes que hacen bullying por lo general provienen de
familias en las que también hay dinámicas de violencia. Toda la carga negativa que
traen de sus hogares la descargan con otros compañeros”, expresó Aragón.
Con base a esto podemos incentivar el apoyo, orientación y ayuda tanto a la víctima
como al acosador y trabajar en una convivencia pacífica tanto en los hogares como
el entorno escolar.

Buscar quién tuvo la culpa y adelantar castigos o procedimientos disciplinarios solo


genera resentimientos, rabias y ganas de vengarse Lo acertado, en el caso del
victimario, es enseñar a asumir la responsabilidad y a reparar el daño.

El primer eslabón que debe activarse para estos casos es el monitoreo de los
padres, que deben estar atentos a las señales de alerta. Generalmente, la agresión
escolar es un asunto soterrado y no es fácil de percibir por los adultos.

Frente a una agresión, los padres deben guiar a sus hijos a responder de manera
asertiva. Es decir que los niños puedan desarrollar habilidades que les permitan
pararse bien, mirar a los ojos y responder en torno firme y respetuoso a su agresor:

Sin embargo, es importante tomar conciencia desde el hogar y decirles a los niños
que no respondan al hostigamiento con peleas o con más hostigamiento. Eso
rápidamente puede pasar a la violencia, pueden generarse problemas y alguien
puede salir lastimado. En su lugar, es mejor alejarse de la situación, salir con otras
personas y avisarle a un adulto.

Reforzar en los niños la idea de que no están solos y que se pueden defender sin
necesidad de agredir, resulta clave.

Y concluye que enseñar a manejar emociones, como la rabia, permite que tanto
padres como hijos “respiren, se calmen, no busquen culpables y ayuden a construir
soluciones que permitan terminar con la agresión”.

¿Cómo recuperar la confianza?

Sufrir hostigamiento puede dañar la confianza de un niño. A fin de recuperarla, se


sugiere:

 Conversar sobre el tema. Hablar con alguien de confianza, como un asesor,


maestro, hermano o amigo. Pueden ofrecer algunas sugerencias útiles, e incluso
si no es posible resolver la situación, quizás lo ayuden a sentirse menos solo.
 Sufrir hostigamiento puede dañar la confianza de un niño. A fin de recuperarla,
se sugiere pasar tiempo con amigos que ejerzan una influencia positiva.
Participar en clubes, deportes u otras actividades agradables genera fortaleza y
amistades.

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