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Cuadro Mona Lisa o La Gioconda de

Leonardo da Vinci

Revisado por Andrea Imaginario


 
Especialista en artes, literatura e historia cultural

La Mona Lisa, también conocida como La Gioconda, es una obra del Renacimiento
pintada por artista multifacético Leonardo da Vinci. El cuadro fue pintado entre los
años 1503 y 1506 y, hoy por hoy, es uno de los más importantes símbolos de la
cultura occidental. Se encuentra actualmente en el Museo del Louvre en París,
Francia.
Leonardo da Vinci: Mona Lisa o Gioconda. Óleo sobre tabla. Medidas: 77 x 53 cm. 1503-1506.
La Mona Lisa es considerada la pintura más famosa del mundo. Pocas obras han
pasado por tanto escrutinio y estudio. Algunas de las razones que la hacen tan
famosa son:

 El realismo extremo de Leonardo da Vinci al usar métodos matemáticos para medir


las proporciones humanas,
 La técnica única del sfumato que también transmite un realismo muy avanzado para
la época,
 La revolución que generó en las dimensiones y en las formas de retratar,
considerada la base de todos los retratos occidentales,
 La suma de los misterios de la pintura; desde la identidad de la modelo hasta el
porqué Leonardo da Vinci nunca entregó el encargo.

Análisis de la Mona Lisa

La Mona Lisa es una obra que pertenece al género del retrato pictórico. Este género
fue impulsado en el Renacimiento y puede considerarse una verdadera revolución,
pues expresa abiertamente el interés antropocéntrico de ese período. Ahora bien,
¿cuáles son las características de composición del famoso cuadro?

Descripción y características

Desde el punto de vista de la composición, la Mona Lisa  es un retrato de medio


cuerpo, o de tres cuartos, sobre un paisaje que se divide en dos atmósferas, una más
fría (la superior) y otra más cálida con colores terrosos (la inferior).

La postura de la mujer deriva de la “pirámide” usada para representar a


las madonnas sentadas, es decir, que se trata de una geometrización triangular.
1. Composición triangular. 2. Detalle de las manos. 3. Detalle del velo sobre el rostro y
paisaje al fondo.

Sus manos cruzadas forman la base de la forma piramidal. La luz aplicada al pecho y
al cuello es la misma aplicada en las manos.

El centro del cuadro es el pecho de la mujer y está alineado con el ojo izquierdo y los
dedos de la mano derecha. Esto acentúa la presencia del personaje en la
composición.

Su brazo izquierdo está cómodamente apoyado en el brazo del sillón y está cruzado
por el brazo derecho. La posición de los brazos junto con el del sillón transmiten una
distancia entre ella y el espectador.

La cabeza está cubierta por un velo que simboliza la castidad, frecuente en los
retratos de esposa. También se atribuye el uso de este tipo de velo a las mujeres
embarazadas o en período post-parto. No presenta joyas ni signos particulares de
ostentación económica o de poder.

La postura de la Mona Lisa indica serenidad y, junto con la mirada de soslayo, pero


directa hacia el espectador, muestra el dominio de los sentimientos, cosa que
normalmente no se atribuía a una mujer en aquel entonces.
El rostro no tiene cejas. La expresión de la mujer en el cuadro es enigmática o
ambigua. Esto se debe a que la mirada, el cuerpo y las manos están dirigidas a
ángulos sutilmente diferentes, sumado a la ilusión que crea la técnica del sfumato.

En el borde izquierdo de la pintura se ve la base de una columna insinuando que la


mujer está sentada en una galería.

El paisaje en segundo plano está pintado con una perspectiva aérea. El azul humoso
y la perspectiva poco clara y difusa da a la composición una mayor profundidad.

El paisaje de fondo muestra un cierto desequilibrio, ya que crea la ilusión de un


paisaje que se divide en dos. Sin embargo, no existe una continuidad entre ambos.
Pareciera que no hubiera correspondencia en términos de alturas y líneas.

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