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BROMELIA NOS UNE

El arte - sea la música, la pintura, la literatura o el cine, entre otras- es un lenguaje


universal, que traspasa nacionalidades e idiomas para traernos muchas veces un
mensaje de esperanza, de fe, de fortaleza, de respeto al otro ante las
adversidades. Una obra de arte tiene la capacidad de conectar entre sí a personas
de lejanas latitudes, de diferentes culturas, cuando nos hace coincidir con los
sentimientos y pensamientos, que nos atañen como humanos.

Tuvimos la oportunidad de disfrutar del film venezolano “Que Buena Broma


Bromelia”, que logró el premio a la mejor película en el Festival de Valores de
Guadalajara, México realizado recientemente, y realmente la obra cinematográfica
nos lleva a la reflexión sobre los valores en los que nos reconocemos los seres
humanos, y más aún como hermanos latinoamericanos, por encima de las crisis
políticas, económicas, sociales y hasta de la pandemia del COVID que tantos
afectos nos ha arrebatado.

Siempre he sido un convencido de la grandeza y la creatividad de nuestra gente.


Nos decía muy claro en sus intervenciones la escritora y directora de este
largometraje, la venezolana Efterpi Charalambidis y su protagonista, Irabé
Seguías, que más allá de las dificultades por las que tuvieron que atravesar con
un presupuesto reducido en un país asfixiado por las sanciones y las carencias -
les tocó firmarla en el año 2018 y luego la posproducción en pandemia- que lo
importante era rescatar ese mensaje que necesitamos como sociedad; hablamos
de la aceptación del otro, del respeto a los animales, de temas que nos incumben
y preocupan.

Hemos dicho, que las coincidencias entre nuestras culturas y nuestros sueños son
infinitos. México y Venezuela tienen un lazo histórico múltiple, y el cine, un
episodio simbólico en esa unión: allí, en la mexicana ciudad de Morelia, se exilió
Rómulo Gallegos luego de ser derrocado como Presidente de Venezuela, y fue en
tierras aztecas donde pudo retomar su obra como cineasta –la vida política y las
limitaciones financieras la truncaron en su país natal- nada más y nada menos que
con una de sus novelas más conocidas: Doña Bárbara. Fue la primera versión
para la pantalla de esta obra (1943), fue el guionista, y él mismo escogió a María
Félix para encarnar al personaje que la marcaría de por vida. Hoy, esa versión de
Doña Bárbara ocupa su sitial de honor entre las mejores 100 películas del cine
mexicano. Valga este premio de hoy, a cineastas venezolanas, también como
regalo de cumpleaños a la memoria de Gallegos, que nació en Caracas un 2 de
agosto de 1884.

FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS


fariascardenas@gmail.com

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