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Ángeles Cruz: las indígenas dirigen

Yadira López Velasco

La trayectoria como directora de Ángeles Cruz, recién comienza a tomar


impulso, sin embargo, la también actriz tiene detrás de sí, un largo listado de
producciones donde su talento histriónico ha resaltado, pues la hemos visto en
producciones como Tamara y la Catarina, película del año 2016, que narra el
abandono y la situación de vulnerabilidad que viven las mujeres con problemas
de salud mental, con una fotografía realista que enmarca una zona de la
periferia de la ciudad, nos cuenta como Tamara tendrá que sobrevivir en una
ciudad hostil y poco empática, pero que encontrará el cariño y consuelo de
otra, que como ella, vive la soledad, ha participado en producciones
cinematográficas como: Tiempo de lluvia, La otra Conquista, Espiral, El violin,
así como en series televisivas: La Malinche, Lo que callamos las mujeres, por
mencionar algunas y en puestas en escena tales como: La tirisia y Estaba yo
en casa y esperaba que lloviera.

Ángeles Cruz, originaria de Guadalupe Victoria, pueblo asentado en la Mixteca


oaxaqueña, estudió en el Centro de Educación Artística Miguel Cabrera, e hizo
la licenciatura en actuación en la Escuela de Arte Teatral del IINB, se ha
caracterizado por tocar temas de relevancia, pero poco abordados en el cine

Hablar de Ángeles Cruz, es poner sobre la mesa, y el lente, la presencia de las


mujeres indígenas en la industria cinematográfica, no sólo como mujeres que
interpretan una historia estereotipada de sometimiento, sino que coloca la
presencia de mujeres indígenas dirigiendo, desde su particular visión,
producciones que retratan la cotidianidad, problemas y contextos de sus
comunidades de origen.

Con tres cortometrajes, uno ganador del Ariel en 2019: Arcángel, nos narra la
historia del abandono, pero de la solidaridad, basado en su experiencia propia
con una mujer de su comunidad, Ángeles Cruz a través del cortometraje,
protagonizado por Noé Hernández y Patrocina Aparicio, nos llama a la reflexión
acerca de la vejez y el abandono que muchos adultos mayores viven, de la
burocracia en los servicios de asilo que ofrece el Estado, pero de la esperanza
oculta en actos de solidaridad de gente de la comunidad. Esta producción ganó
el Premio Coral al mejor cortometraje en el Festival Internacional de Nuevo
Cine Latinoamericano en Cuba 2018 y fue parte de la Selección Oficial de
Festival Internacional de Cine de Morelia el mismo año.

En La tiricia o de cómo curar la tristeza, explora el tema de la violación, las


emociones y la sanación, con éste cortometraje ganó La Palmita EFM del XVI
Tour de Cine Francés, 2013 gana el Ariel al Mejor Cortometraje que otorga la
AMACC. Mención Especial del jurado GIFF. Mención Especial del jurado
Festival Iberoamericano de Huelva España. Premio Género en el Festival de
Lambayeque Perú. Diosa de plata que otorga Periodistas Cinematográficos
A.C. Nominada a Mejor Guion junto con María Renée Prudencio por el Festival
Pantalla de Cristal.

Mientras que, en La Carta, después de muchos años de ausencia, Lupe, una


mujer indígena, regresa a su comunidad. El reencuentro con Rosalía, su mejor
amiga de la infancia, y la carta que le escribió cuando se despidieron, las hará
replantearse la vida, con este cortometraje, Ángeles Cruz toca un tema que ha
permanecido como tabú en las comunidades indígenas: el lesbianismo; con
maestría, Ángeles enmarca el tema de la migración, y lo que la académica
Norma Mogrovejo definiera como “sexilio”, y que se entiende como una
posibilidad de sobrevivencia para algunos, una opción política para otros, una
estrategia que puede garantizar el cambio, el derecho a la elección, la
autodeterminación de las personas, la libertad individual pero sobretodo nos
habla de la necesidad de salir de las comunidades de origen para poder vivir
más en libertad el gusto y deseo por otras mujeres, pero también, La Carta,
narra el reencuentro, y la aceptación.

Actualmente la oaxaqueña, trabaja en su primer largometraje “Nudo mixteco”


que volverá a poner en la pantalla la historia de dos lesbianas indígenas, tocará
el tema de la sexualidad femenina, pues al tener tres historias dentro de la
producción, abordará el tema de los migrantes retornados, y cómo se
establecen nuevamente los vínculos entre las parejas, y la violación.

Recientemente y a raíz del anuncio de ésta producción, Ángeles Cruz, habló


con varios medios sobre su lesbiandad.
Vale totalmente la pena no perder de vista el trabajo de la cineasta oaxaqueña,
que en 2019 fue invitada a un panel sobre mujeres indígenas en el cine y
comunicación, en el marco del VII Encuentro Continental de Mujeres Indígenas
de las Américas, que tuvo lugar en la Ciudad de México.

Las producciones de Ángeles Cruz reafirman una vez más que las mujeres
indígenas no estamos destinadas sólo a recrear papeles desde el imaginario
social, que nos colocan como mujeres atrasadas, ignorantes, sino que
seguimos pidiendo representación, donde la realidad que vivimos pueda ser
narrada por mujeres que conocen de primera mano la experiencia, y es así que
mediante la obra de la cineasta oaxaqueña, queda claro que las mujeres
indígenas lesbianas existimos resistimos y, algunas, hacen cine.

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