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GUÍA DE TRABAJO N° 2

HISTORIA Y CS. SOCIALES


SEGUNDO NIVEL
UNIDAD I Historia del siglo XX: Los inicios del siglo XX en el mundo y
su repercusión en Chile
Contenidos Consecuencias de la Primera Guerra Mundial
Consecuencias de la Revolución Rusa
Analizar los principales efectos y consecuencias de la Guerra y la
Objetivos
Revolución a principios de siglo XX.

Docente Pablo Riquelme Guerrero

Instrucciones:
- Esta es una guía que tiene por objetivo suplir o avanzar en contenidos producto de la
contingencia
- Será evaluada con una nota al final de la unidad de aprendizaje, por lo que debe realizarla de
la mejor manera posible.
- Incluye trabajo en base a la lectura de textos y documentos.

I. Los efectos y consecuencias de la Guerra y la Revolución en el mundo.


En la clase (guía) anterior ya se han mencionado las principales características de la Primera Guerra
Mundial y la Revolución bolchevique como los grandes acontecimientos que inauguran el Siglo XX
como proceso histórico. En este sentido, ya hemos establecido el impacto mundial que la Guerra tuvo
al involucrar a gran parte de los Estados y potencias de Europa y del resto del mundo; al incluir y
extender los campos de batalla hasta involucrar, muchas veces, ciudades o lugares civiles; y por
supuesto, el desarrollo de tecnología que, de la mano del capitalismo, permitió una característica
nunca antes vista en los conflictos bélicos mundiales.
Mientras que, por el mismo lado, también pudimos observar y comprender los elementos que
precipitaron una revolución en Rusia que terminó con la monarquía, pero que además, agregó
elementos políticos interesantes y que hasta ese momento, se habían mantenido al margen del
protagonismo en la estructuración de un Estado o país, y más bien residían en organizaciones de
trabajadores y otros sectores de la sociedad.
Desde esta perspectiva, habiendo entendido la característica y elementos estructurales de estos dos
grandes acontecimientos, cabe entonces abocarse a los principales efectos que estos sucesos o hechos
históricos supusieron para la humanidad, ya que es justamente por esto, que son objeto de estudio
y de análisis de la ciencia histórica.
La Primera Guerra Mundial: Efectos y consecuencias de la “Guerra total”.
Habiendo comprendido el espectro de las características de la Primera Guerra mundial, es necesario
comprender que el siglo XX, según las definiciones de autores como Eric Hobsbawm, es un siglo
caracterizado inseparablemente por el aspecto de la Guerra, en este sentido, el autor utiliza y describe
la idea de la Guerra Total, entendiendo que el siglo XX tiene como parte inseparable de su
característica histórica a la Guerra. Esta es un continuo histórico que se extiende desde el desarrollo
de la Primera Guerra mundial hasta el término de la Segunda Guerra en 1945, y que pone en
situación crítica a la sociedad mundial de la época; define las características y aspectos centrales de
la primera parte del siglo y, por sobre todo, rompe y socava (derrumba) la estructura social, política
y económica del siglo XIX.
En este sentido, las consecuencias de la Primera Guerra mundial – que estarán fuertemente
conectadas con el inicio y término de la Segunda Guerra mundial – serán determinantes para
comprender la estructura del siglo XX en toda su dimensión. A partir de esto, es que podemos
establecer algunas consecuencias fundamentales de la Guerra como suceso histórico específico, que
podemos dividir fundamentalmente en dos ámbitos (Social y político-económico):
Consecuencias sociales
En primer lugar, como ya se señalaba, la Primera
Gran Guerra del siglo, abarcó gran parte del mundo
en el desarrollo de la Guerra, o al menos de Europa,
lo que significó afectación producto de los
enfrentamientos en lugares o centros urbanos,
ocupados por personas que poco tenían que ver con
el enfrentamiento bélico.

En este sentido, la primera gran consecuencia a nivel


social tiene que ver con la gran cantidad de pérdidas
humanas y civiles luego del conflicto. En general, los
conteos de las crónicas y los historiadores entregan
una cifra de aproximadamente 10 millones de
muertes, entre las que se contaban en su mayoría
soldados de Guerra.

Además de esto, la gran cantidad de muertes en campos de batalla o trincheras generó putrefacción
y centros de infección y enfermedades que provocarían problemas sanitarios importantes en los
sectores afectados por la Guerra.

En segundo lugar, y cómo efecto de esto mismo,


entendiendo que muchos de los muertos en batalla
eran parte importante de las cadenas de producción
– al ser hombres, que en momentos de normalidad,
muchos se dedicaron a otros trabajos relacionados
con la producción – esta se vio mermada o
disminuida, teniendo que suplir esa mano de obra
perdida, lo que provocó un incipiente y paulatino
ingreso de la mujer al mundo del trabajo, cosa que
hasta el momento no era tan generalizado, y que se
consolidará posterior al término de la segunda
Guerra.

Además de esto, y también durante la Guerra, las mujeres fueron parte fundamental del desarrollo
de las fábricas para sostener las economías en tiempo de Guerra, como también fundamentales en
labores de primeros auxilios en el mismo campo de batalla.

Consecuencias político-económicas

Finalmente, la Guerra dejó una serie de consecuencias políticas y económicas, que supusieron
elementos centrales para la trasformación europea y mundial en el cambio de siglo, pero, además,
para la configuración de la sociedad europea y mundial del resto del siglo XX.

En primer lugar, cabe señalar que la Guerra tuvo


dos grandes bandos: por un lado, el bando
vencedor, conocido como el bando de la “triple
entente” conformada en un principio por Francia,
Gran Bretaña (Inglaterra) y Rusia, que terminaría
retirándose por problemas internos (revolución
bolchevique). Y que en el mismo año del retiro de
Rusia (1917) agregaría a Estados Unidos, esto por
un conflicto generado por el bombardeo a un
crucero en donde viajaban pasajeros
norteamericanos, que impulsó su ingreso a dicho
bando.

Y, por otro lado, el bando perdedor conocido como


las “potencias centrales”, que fue configurado en
un principio por Alemania, Austria-Hungría y
posteriormente el imperio turco-otomano y
Bulgaria entre otros.
Esto configura el primer gran efecto de la Guerra, el Tratado de Versalles (1919) es el tratado que
pone fin a la Guerra y a las condiciones de esta, y que declara a los vencedores y responsables. En
este sentido, el tratado de Versalles considera que el principal responsable de la Guerra, y sobre quien
recaen los castigos, es Alemania, la cual es sancionada con:

• La disolución de su ejército y la prohibición de conformar un ejército nuevamente


• Alemania debía pagar los costos materiales de la Guerra, imponiendo
importantes multas que debía pagar a las potencias vencedoras para reparar los
daños en Europa

Además de eso, el tratado de Versalles para conservar la paz y la estabilidad en Europa creó hacia
1920 la Sociedad de las Naciones con el objetivo de crear una institución internacional que regulara
los conflictos internacionales y así evitar próximos conflictos. Lo que claramente, por lo conocido del
trascurso histórico del siglo, no dio muchos resultados.

En segundo lugar, una segunda consecuencia


eminentemente política dice relación con las
modificaciones territoriales. Esto debido a que,
el término de la Guerra supuso la disolución de
algunos de los imperios vencidos, que dieron
paso a diferentes estados pequeños, que habían
protagonizado problemas internos durante el
largo siglo XIX. Esto generó una importante
modificación en el mapa y la organización
territorial de Europa, con el surgimiento de
diferentes nuevos Estados que tomarían
importancia en el escenario internacional.

En tercer lugar, y como consecuencia


elemental de la Guerra, es la constitución de
una nueva gran potencia mundial, que hasta ese
entonces se había mantenido en silencio con un
importante crecimiento al otro lado del océano
atlántico. Una vez terminada la Primera Gran Guerra,
y consagrado el bando ganador, Estados Unidos se
consagra como la potencia mundial más importante
en el Mundo, consolidando un desarrollo económico
desde su proceso de independencia, además de un
lento y tranquilo proceso de dominio imperial sobre
América Latina, que se vería concluido con la
triunfante entrada en el conflicto bélico, que lo dejaría
situado como potencia ganadora además de ser la
única que se sostiene económicamente luego del
desastre de la Primera Guerra.

En este sentido, Estados Unidos se trasforma en la Gran potencia mundial terminada la Guerra, y es
probablemente de las consecuencias más importantes de la Guerra, pues posiciona a Estados Unidos
como parte elemental del siglo XX como proceso histórico, que tiene a uno de sus grandes
protagonistas.

II. La Revolución bolchevique: Efectos e impactos en el mundo del siglo XX.

Al igual que la Primera Guerra Mundial, La revolución bolchevique es también un suceso que
inaugura un siglo complejo, rompiendo además con la estructura y los pilares del siglo anterior. En
este sentido, la revolución bolchevique no solo pone fin a la monarquía rusa, sino que también
modifica la estructura social y política de Rusia, que hacia 1920 inaugura la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, e instala en el desarrollo de un Estado, conceptos y fundamentos ideológicos
que hasta antes no habían tenido tal desarrollo, sentando un precedente que dará vida a una
importante arista del siglo XX: el desarrollo y la difusión del socialismo como sistema político.

La primera gran consecuencia de la Revolución es sin duda la difusión de las ideas del socialismo
hacía el resto del mundo, que desde la revolución Rusa, arrastran a todas las revoluciones o
levantamientos en los distintos países, a abrazar las ideas del socialismo, entendiendo que la
revolución bolchevique logró instalar dichas ideas y plantear un modelo de Estado y de sociedad
distinta al capitalismo, que hasta antes de ella no había tenido lugar en las esferas de poder o de
dirección de un Estado, sino que sólo había estado reducida a los movimientos obreros y populares,
y se había mantenido al margen del desarrollo de una política institucional.

Como una segunda consecuencia importante, es


posible señalar que el triunfo de la Revolución de
Octubre, y a las posteriores Guerras civiles en Rusia,
permitieron que hacia 1920 aproximadamente se
instalara definitivamente el régimen de la Unión
soviética bajo el modelo del socialismo, y que luego
de algunos años, le permitirían transformarse en
una de las dos más importantes potencias del globo.

Para estos efectos, fueron fundamentales el


protagonismo de personajes como Lenin y Stalin,
que fortalecieron el sistema político y el control del
Partido comunista liderado por los Bolcheviques en
Rusia, y generaron distintas políticas de desarrollo
económico que fortalecerían de manera importante a
la Unión Soviética. En esa lógica la Nueva política
económica de la URSS contempló, entre otras cosas, la protección interna de los mercados – es decir,
proteger la economía y los productos internos de la URSS -; Distribución de las tierras para mejorar
la producción de los campesinos, entre otras medidas que buscaban acelerar el proceso de tránsito
hacia una sociedad más moderna que sentará las bases del proletariado y el socialismo.

Chile y el cambio de siglo: La república parlamentaria, el ciclo salitrero y el Estado oligárquico


(1890 – 1920).

El cambio de siglo en Chile no estuvo exento de importantes elementos que generaron y permitieron
trasformaciones importantes en la historia del país, y que por cierto, están fuertemente ligados con
los sucesos históricos a nivel mundial.

Chile y el salitre: La Guerra del Pacífico y el ciclo salitrero

En primer lugar, la época del imperialismo de finales del siglo XIX (antecedente fundamental para
entender la Guerra en el siglo XX) no pasó desapercibido en territorio latinoamericano. En este
sentido, el desarrollo del capitalismo y la utilización y explotación de recursos naturales por parte de
diferentes empresarios – muchos de ellos provenientes de Europa – comenzó a poner importantes
tensiones en el continente y específicamente en territorio chileno. En este sentido, hacia 1879 Chile
entrará en lo que es probablemente el conflicto bélico más importante de su historia, que será sin
duda, La Guerra del Pacífico.

Desde esta perspectiva, hacia finales de la década de 1870, Chile entrará en conflicto con Perú y
Bolivia, producto de lo que comenzaba a asomar como el principal recurso que potenciaba la creciente
economía chilena, por lo que, en la búsqueda de mejores rendimientos de su explotación y empujados
por problemas de impuestos y poca claridad de fronteras, los empresarios del Salitre empujarán a
Chile a dicho conflicto bélico que los historiadores más modernos han sugerido llamar la Guerra del
salitre. Este conflicto, que terminaría con el triunfo de Chile sobre Perú y Bolivia, no solo modificaría
la estructura territorial chilena – agregando los territorios del actual norte grande, como Antofagasta,
Iquique y Arica – sino que pondría a Chile en una favorable posición económica en relación al
imperialismo internacional, que consumía grandes cantidades de Salitre hacia finales del siglo XIX.

El desarrollo de la economía salitrera en Chile posterior al triunfo en la Guerra del Salitre inaugura
el ciclo salitrero, que entrega importantes ganancias económicas al Estado a partir del cobro de
impuestos a las empresas explotadoras de salitre. Esto le permite ampliar la cobertura en aspectos
como salud, educación e infraestructura pública, mejorando las condiciones de vida de algunos
sectores de la población. Lo que contrasta completamente con las precarias condiciones de trabajo
de las masas trabajadores que, en contexto de trabajo capitalista, tenían extensas jornadas de
trabajo, malas condiciones de trabajo, viviendas precarias. Este periodo instalará un importante
momento en el país a finales de siglo XIX conocido como La Cuestión social, referida a los problemas
de los sectores sociales bajos en el país, que veían como el Estado crecía y aumentaba su recaudación,
pero sus condiciones estaban lejos de mejorar.
La Guerra civil, la República parlamentaria y el régimen oligárquico a finales de siglo XX.

El término del siglo XIX en Chile tuvo un importante quiebre institucional, traducido en una Guerra
civil entre dos importantes bandos – por un lado el bando presidencialista, que apoyaba al presidente
y la búsqueda de trasformaciones institucionales importantes; mientras que por otro lado, un bando
asociado al parlamento y los grupos empresariales radicado en el congreso, que buscaba defender
sus intereses económicos – que terminaría dividiendo al ejército y fuerzas armadas y terminando con
un gobierno que buscaba aprovechar los recursos del salitre para modernizar el Estado.

La guerra civil dejaría importantes consecuencias sociales, pero por sobre todo políticas pues,
instalaría a la elite económica-política que se había fortalecido en los primeros años de vida en Chile
en la dirección del Estado, consolidando la idea de un Estado oligárquico, es decir, un Estado
constituido y manejado por un sector social por y para sus intereses. Este sector social será el que
se definirá desde la perspectivas de algunos historiadores como la Oligarquía, un pacto social entre
los dos sectores más poderosos de la sociedad: La aristocracia, sector social descendiente de
españoles conquistadores que se asentó en el territorio chileno y dominó desde la Colonia en adelante;
y por otro lado, la Burguesía, sector social fortalecido desde 1850 por el desarrollo del capitalismo,
dueño de los medios de producción, empresas, fábricas o bancos, y que ascendería rápidamente en
la pirámide social chilena. Este pacto social se materializó en las diferentes alianzas familiares y
económicas, pero por sobre todo políticas, que les permitió dominar el Estado y la política en Chile
durante finales de siglo XIX y principios del XX, muy similarmente al proceso de consolidación de los
Estados europeos, consolidando a la elite política en el poder y con importantes rencillas con los
sectores sociales bajos.

Este periodo se caracterizó por una fuerte tensión entre el sector político de la elite y la sociedad
principalmente representada por los sectores bajos y los movimientos obreros. En este sentido, la
manifestación de la cuestión social como los problemas y tensiones de las precariedades y condiciones
de vida de los sectores populares se reflejaron en incesantes protestas y en la cada vez más importante
proliferación de movimientos obreros que presionarían al Estado por mejoras en sus condiciones de
vida.

Chile y la Primera Guerra mundial: La crisis del salitre y del Estado oligárquico

La Primera Guerra mundial no estuvo ajena al territorio y los intereses de Chile, esto producto de las
importantes relaciones diplomáticas y comerciales que Chile tenía con importantes países que
integraban, principalmente con Alemania (importante comprador de salitre) y Estados Unidos e
Inglaterra por otro lado.

En este sentido, al inicio de la Guerra, las potencias de la triple entente presionaron a Chile para
cortar relaciones con Alemania (potencia del bando contrario) pero más allá de esas situaciones, Chile
mantuvo su neutralidad y sus relaciones con las potencias de ambos lados. Claro está que, los
avances de la Guerra y la situación misma de esta comenzaron a complicar cada vez más la venta de
Salitre a las potencias, que entre otras cosas, era material importante para la producción de pólvora
para el desarrollo armamentista.

En definitiva, y hasta el fin de la Guerra, la crisis que instalará la destrucción de la misma Guerra y
todos los problemas asociados, serán el punto final en el ciclo salitrero que chile había desarrollado
desde hace 20 o 30 años antes. La Guerra y sus consecuencias significarán para Chile perder el
mayor ingreso económico del Estado, que lo sumirá en una importante crisis paulatina, desde
principios de la década del 20 en adelante que, entre otras cosas, generará una profunda crisis en el
Estado oligárquico que permitirá algunas importantes trasformaciones inaugurado el siglo XX en
Chile.

Definitivamente, el siglo XX en el contexto latinoamericano y específicamente chileno, será también


un siglo de importantes trasformaciones, que muestran que Chile no es ajena en absoluto, al contexto
mundial e internacional que se vive durante aquella época.

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