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LECCION 5.
QUINTA UNIDAD:
Introducción.
Por esa razón, el Derecho de Minería ha dedicado una parte de su regulación a promover el
descubrimiento de los yacimientos de diversos modos, y para ello ha establecido distintas
formas e instituciones, a través de su historia.
Una de ellas es la preferencia del descubridor, que consiste en que el primer descubridor
tiene derecho preferente para constituir una concesión minera sobre el yacimiento
descubierto. Veremos más adelante la regulación de este derecho preferente.
Ahora nos corresponde estudiar una institución de derecho minero muy antigua, cuyo
objetivo de promover el descubrimiento de minas y el desarrollo más amplio posible de la
actividad minera, me refiero a la facultad de catar y cavar.
Es una mera facultad que le corresponde a cualquier persona y, por lo tanto, no otorga
derechos exclusivos a ninguna persona respecto de determinado terreno. Por ello, el terreno
puede ser objeto de investigación simultanea por diferentes interesados. (Lira. 2007)
Se entiende por catar ver y examinar una cosa, también se usa la expresión catear; y por
cavar, el hecho de remover y abrir la tierra para examinarla.
Se establece y regula esta facultad en el Párrafo 2° del Título I del Código de Minería.
El artículo 14 expresa: “Toda persona tiene la facultad de catar y cavar en tierras de
cualquier dominio, salvo en aquellas comprendidas en los límites de una concesión minera
ajena, con el objeto de buscar sustancias minerales”
Para Ossa Bulnes, el origen remoto de esta facultad se encontraría en la propia Constitución
Política, cuando esta, además de separar la propiedad de las minas de la propiedad de los
terrenos en que se hallan, dispone que los predios superficiales están sujetos a las
obligaciones y limitaciones que la ley señale para facilitar la exploración, explotación y
beneficio de los minerales, dando a entender que entre las limitaciones está soportar el
ejercicio de la facultad de catar por cualquier persona. (art. 19 N° 24, inciso 6°) (Ossa Bulnes
2012).
Sin embargo, esta facultad ha formado parte de todos los cuerpos legales relativos a la
minería que ha tenido Chile, desde las Ordenanzas de Nueva España hasta el actual Código,
más o menos en los mismos términos.
Definición:
Una definición más amplia de esta facultad, se establece en el artículo 19 del Código de
Minería, cuando expresa: La facultad de catar y cavar comprende no sólo la de examinar la
tierra y la de abrirla para investigar, sino también la de imponer transitoriamente sobre los
predios superficiales las servidumbres que sean necesarias para la búsqueda de sustancia
minerales.”
Queda completa esta definición, si agregamos lo dispuesto en el inciso segundo del artículo
14 del mismo Código: “Los perjuicios que se causen con motivo del ejercicio de esta facultad
deberán indemnizarse. El juicio respectivo se tramitará conforme a lo dispuesto en el
artículo 233.”
Por último, los tratadistas asimilan esta facultad a las que establecen los artículos 609,
respecto de la caza, y 627, que establece el permiso que cualquier persona puede pedir al
dueño de una heredad para cavar en el suelo, para sacar dinero o alhajas que asegurare
pertenecerle, ambos del Código Civil.
Son aquellos en cualquier persona puede ejercitar la facultad de buscar minas, sin necesidad
de ningún permiso.
Según el inciso primero del artículo 15: “Se podrá catar y cavar, libremente, en terrenos
abiertos e incultos.”
Según el inciso segundo del artículo 15, en los demás terrenos, es decir, en los cerrados o
cultivados, será necesario el permiso escrito del dueño del suelo o de su poseedor o de su
tenedor.
Es juez competente el que tiene jurisdicción en el territorio en que se pretende buscar minas
a) El inciso tercero del artículo 15, establece los terrenos de cateo prohibido, en los
siguientes términos: “Con todo, tratándose de casas o sus dependencias o de terrenos
plantados de vides o árboles frutales, sólo el dueño podrá otorgar el permiso.”
El permiso debe darse por escrito, lo que se deduce de la relación de este inciso con el inciso
segundo anterior, del mismo artículo.
b) Tampoco se pude catar y cavar en los terrenos comprendidos en una concesión minera
ajena, sea de exploración o explotación, pues en dichos terrenos tiene facultad
exclusiva su titular para explorar la existencia de minerales.
3.- Permisos especiales.
Sin perjuicio de los permisos tratados antes, para ejecutar labores mineras en ciertos lugares
de interés público, el artículo 17 del Código de Minería, exige permiso de ciertas autoridades:
a) Del Gobernador.
b) Del Intendente.
c) De la Dirección de Fronteras y Límites.
d) Del Ministerio de Defensa Nacional.
e) Del Presidente de la República.
El artículo 20 del Código, sin perjuicio de las obligaciones anteriores, establece que toda
persona tiene la facultad de buscar sustancias minerales en terrenos de cualquier dominio,
salvo los comprendidos en los límites de una concesión minera ajena, empleando desde fuera
de los terrenos, equipos, máquinas o instrumentos, con ese objeto.
INTERROGANTES:
5.- Permiso del juez: juez competente, condiciones del permiso y procedimiento en que se
tramita.