Está en la página 1de 3

SINDROME DE LA MUJER MARAVILLA

A lo largo de la historia, en busca de independencia e igualdad, la mujer ha logrado superar


innumerables dificultades con tal de vencer el arcaico y erróneo prejuicio sobre el
estereotipo de fragilidad y restringidas capacidades femeninas para ser autosuficiente;
pero, indudablemente la época actual que genera modelos más competitivos, fomenta que
surja un nuevo tipo de mujer omnipotente, basado en el mito de la “Súper Mujer o Mujer
Maravilla”.

El Síndrome de la Mujer Maravilla es un conjunto de características que presentan aquellas


mujeres que se han adjudicado como misión de vida compaginar los diferentes roles de la
mujer que quiere triunfar y ser competente profesionalmente así como, lograr la unión y
convivencia familiar además de conjugar la riqueza de una vida llena de compromisos
sociales. Intenta ser una madre entregada, esmerada esposa, meticulosa ama de casa,
espléndida anfitriona, amiga generosa y excelente trabajadora; le otorga gran importancia
a la calidad y cantidad de tiempo que les dedica a sus seres queridos. Está dispuesta a
lograr esa inalcanzable plenitud y se propone hacerlo mejor que si tuviera a su cargo un
solo rol; sin embargo, al darse cuenta de que es muy difícil lograr el equilibrio entre un
desarrollo personal y profesional adecuado y un buen desempeño como madre y esposa,
“resuelve” ese dilema convirtiéndose en una Mujer Maravilla.

Barton, explica que las “Súper Mujeres son personas a las que se les dificulta delegar
responsabilidades, tienen altos estándares y desean que las cosas sean hechas a su
manera”. Cuando otros trabajan de manera distinta, se decepcionan y enojan porque están
seguras que ellas podrían haberlo hecho mucho mejor. La Mujer Maravilla, en su intento de
dividirse entre su actividad profesional y sus funciones tradicionales y cumplir a la
perfección todos los roles, sufre un gran monto de estrés, lo que le genera fatiga, dolores
corporales generalizados, trastornos de sueño y de alimentación, dificultad para
concentrarse, agotamiento, tristeza, irritabilidad, hiperactividad, ansiedad y sentimiento de
vacío; lo cual disminuye su nivel de desempeño y le genera culpa, al tratar de compensar
“su falta”, eleva la exigencia produciendo el evidente resultado: mayor estrés, cansancio y
desolación.

Maitena, la dibujante argentina, comenta que la Mujer Maravilla vive estresada pero “sólo
por dentro”, puesto que quienes la rodean admiran de ella su enorme capacidad de
organización y entrega.

Algunos síntomas del Síndrome de la Mujer Maravilla son:

1. Ser perfeccionista: es la mejor empleada, sin dejar por ello de ser una mujer
hermosa que cuida de su apariencia y modales, es buena hija, esposa solícita,
madre entregada y excelente amiga.
2. Investigaciones científicas han establecido una relación entre la anorexia y la bulimia
con el Síndrome de la Súper Mujer puesto que es más sensible a la presión social,
además de ser eficiente, busca ser atractiva.
3. Compite continuamente con sus compañeros de trabajo y con otras madres y
esposas aunque los demás no se percaten de ello, para ella es muy importante el
reconocimiento social.
4. Vive con un enorme estrés pues su vida se basa en el esfuerzo y sobrecarga. Es
impaciente e irritable porque tiene menos tiempo y más tareas.
5. Son madres que, por la culpa, tienden a dar una mayor calidad de tiempo a sus hijos
y a su hogar.

Para Steinem, algunos elementos que influyen son:

1. Los medios de comunicación, que retratan a las mujeres de éxito como aquéllas que
crían a niños perfectos, cocinan como verdaderas chefs y tratan cálidamente a todo
el mundo.
2. Las mujeres han sido educadas para ser agradables, ya que, desde pequeñas, se
les inculca que deben hacer sentir bien a los demás, aún postergando sus propias
necesidades.

Un día con la Mujer Maravilla.

Se levanta a las 5:30 am, prepara el café y se lo lleva a la cama a su amado esposo;
mientras él se levanta, plancha la ropa que va a usar ella, porque la ropa de él y el uniforme
de los niños están listos desde el fin de semana; les da de desayunar y lee el periódico al
mismo tiempo que termina de arreglarse para ir a trabajar a su oficina después de llevar a
sus hijos a la escuela.

En su entorno laboral se enfrenta asertivamente a todos los problemas que se le presentan


pues ella ha dejado muy claro que es la mejor, o la única capaz, para solucionarlos. Dentro
del intenso y demandante ajetreo laboral aprovecha siempre los pocos minutos disponibles
para llamar por teléfono a sus hijos y cerciorarse de que están bien además de enviarle un
mensaje de texto a su esposo para desearle un buen día (no lo hace telefónicamente para
no distraerlo de sus ocupaciones); de repente, recuerda que su vecina tuvo un problema
con su automóvil el día anterior y se ofrece para recoger a sus hijos de la escuela (aunque
los de ella se van en el transporte escolar). Acude con el intendente para informarse por la
salud de su madre enferma y aprovecha la salida de la oficina para enviarle, por su
cumpleaños, un arreglo de flores a la secretaria del departamento de Contaduría para
agradecerle sus finas atenciones. Regresa apresurada pues tiene una junta con el dueño
de la empresa.

Al finalizar la jornada de trabajo se dirige a casa para hacer rápidamente la tarea con los
niños; los lleva a sus actividades extraescolares (deportivas y culturales para formarlos
adecuadamente); mientras los espera (ella no tiene tiempo para realizar estas actividades),
diligentemente, les prepara un cuadro conceptual para que repasen los temas escolares
del día cuando regresen a casa y tomen un relajante baño; mientras tanto, hace la cena
para que cuando su esposo llegue, después de un arduo día laboral, la encuentre lista en
la mesa; recoge los platos y los lava; acompaña a dormir a los niños para poder conversar
con su adorado marido sin distracciones; si él tiene algún problema o preocupación, ella lo
resuelve y lo deja tranquilo para que pueda descansar y se percate de que es la mujer
perfecta. Con el tiempo, aunque ella está irritable y agotada físicamente por estas jornadas
de actividad continua y pocas horas de sueño, no pide ayuda por no causar molestias.

El amado esposo tiene menos obligaciones y más tiempo libre, como en el hogar todo
marcha bien, prefiere dejarle la responsabilidad así se ve beneficiado porque ya ni siquiera
se ocupa de la carga económica, entonces, pasa menos tiempo en casa, pues está seguro
de que su mujer puede con todo; a la larga, se da cuenta que él tampoco es necesario y la
deja.
Los hijos, crecen sintiéndose controlados y asfixiados, se rebelan y se alejan. La Mujer
Maravilla, ya mermada de salud, se pregunta por qué se ha quedado sola.

¿Cómo combatir el Síndrome de la Mujer Maravilla?

Las estrategias para combatirlo incluyen el trabajo en equipo del grupo familiar.

1. Heller señala que “deben hacerse esfuerzos especiales para promover la


participación de todos los miembros en la vida familiar desde la más tierna infancia”.
Esto implica compartir, delegar responsabilidades y desconectarse de las
obligaciones, alejándose de modelos establecidos muy exigentes.
2. Hay que dejar a un lado el pensamiento de que ellas mandan en el hogar y buscar
en pareja igualdad con las tareas y responsabilidades. La mayoría de las mujeres
que siguen este estilo de vida dicen acostumbrarse a ello y por eso se les dificulta
realizar cambios en sus rutinas.
3. El Síndrome tiene consecuencias directas sobre la salud, no es para menos
después de mantener una rutina agresiva por tantos años; a largo plazo, se debilita
el sistema inmunológico, hay aumento de peso, migrañas y alergias, problemas
cardiacos, fatiga crónica, enfermedades psicosomáticas y cáncer.
4. En el área afectiva, el principal resultado es la depresión, soledad y vacío por el
sufrimiento continuo al ver que no todo le sale bien, ya que en el camino se
sacrificaron las propias necesidades por otras que consideraba más altas.
5. Hay que cambiar de actitud y ser más tolerantes frente a la “imperfección”. Tienen
que aprender a pedir ayuda. Las mujeres saben recibir colaboración y apoyo por
parte de sus esposos tienen una mejor calidad de vida.
6. Les cuesta aceptar que no pueden con todo y prefieren aguantar el dolor y
sufrimiento para hacer las tareas pendientes y no “fallarles a las personas que
‘cuentan’ con ella”. Es importante que aprendan a dejar la negación y hacer cambios
en su estilo de vida
7. Si Usted se identifica con los síntomas, busque apoyo psicoterapéutico y “sálvese
Usted misma antes de ir a salvar al Mundo”

También podría gustarte