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Nombre: franklin nazareno lajones.

Curso: 3ro “c” mecánica industrial.

Efectos de la electricidad sobre el cuerpo humano

 Cuando alguna parte o partes del cuerpo humano entran en contacto con dos puntos u
objetos entre los que existe una diferencia de potencial (voltaje), se establece el paso de una
corriente eléctrica a través del cuerpo que puede producir efectos muy diversos, desde un leve
cosquilleo hasta la muerte, pasando por contracciones musculares, dificultades o paro
respiratorio, caídas, quemaduras, fibrilación ventricular y paro cardíaco. Esto se conoce como
choque eléctrico.

El choque eléctrico puede producirse al tocar elementos sometidos a tensión, como cables o
barras metálicas desnudas (contacto directo), u objetos, normalmente inofensivos, cuya
tensión se debe a fallos y defectos de aislamiento (contacto indirecto).

Esquema de red trifásica

Para poder comprender el proceso es necesario puntualizar que la red de distribución en baja
tensión -la que entra en nuestros domicilios, oficinas, locales comerciales, etc.- es trifásica y el
neutro está conectado a tierra.

Los factores que determinan la severidad de las lesiones son:

 El tipo de corriente, continua (pilas y baterías) o alterna (red eléctrica).

En general, la corriente alterna de baja frecuencia (50 – 60 Hz) que se distribuye a través de la
red puede llegar a ser hasta 3 o 5 veces más peligrosa que la continua. Puesto que se trata del
tipo de corriente al que habitualmente estamos expuestos en viviendas, locales, comercios,
oficinas, etc., nos centraremos en los riesgos que lleva asociados la alterna.

La intensidad y el tiempo.

En general, cuanto mayor es la intensidad y/o el tiempo en que circula corriente por nuestro
cuerpo, más graves son las consecuencias. La tabla siguiente  muestra los efectos generados
en función de la intensidad y el tiempo de exposición, en un adulto de más de 50 kg de peso,
suponiendo que los puntos de contacto son dos extremidades.

Las definiciones de los términos empleados son:

 Umbral de percepción: Valor mínimo de intensidad que provoca una sensación en una
persona.
 Umbral de reacción: Corriente mínima que produce una contracción muscular.
 Umbral de no soltar: Valor máximo de la intensidad para el cual una persona puede
soltarse de unos electrodos que provocan el paso de la corriente. En corriente alterna
se considera que este valor es de 10 mA, para cualquier tiempo de exposición.
 Umbral de fibrilación ventricular: Valor mínimo de la intensidad que puede originar
fibrilación ventricular. Decrece sustancialmente cuando la duración del paso de
corriente se prolonga más allá de un ciclo cardíaco. Es la causa principal de muerte por
accidentes eléctricos.
La tensión y la resistencia

La tensión (voltaje) no es peligrosa en sí misma, pero, de acuerdo con la ley de Ohm, ocasiona
el paso de una corriente cuyos efectos ya se han descrito y cuya magnitud depende, además,
de la resistencia.

La tensión de contacto, que es la existente en el punto de contacto antes de que éste se


produzca, es fácil de estimar o calcular. En el caso de instalaciones de baja tensión (domésticas
o industriales).

El problema reside en determinar el valor de la resistencia, ya que ésta, en el caso del cuerpo
humano no sólo depende de condiciones externas o ambientales, sino también del valor de la
tensión. Por tanto, podríamos decir que la corriente depende doblemente de la tensión
estableciéndose entre ambas una relación directamente proporcional a través de la ley de
Ohm, y una dependencia con la resistencia, que figura en el denominador de dicha ley.

Tomando como referencia la resistencia de una mano a la otra en condiciones de piel seca, una
corriente alterna a frecuencia de la red (50 Hz) y una superficie de contacto de 50 a 100 cm 2, la
NTP 400 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo establece los siguientes
valores para la resistencia (más propiamente impedancia) del cuerpo humano.

Según puede verse, en el caso de una red doméstica a 230 V, el 5% de la población tendría una
resistencia inferior o igual a 1000 Ω, el 50% no superaría los 1350 Ω y el 95% tendría un valor
igual o menor que 2125 Ω. Obviamente el peor caso corresponde a los 1000 Ω, que darían
lugar al paso de una corriente de 230 mA cuyas consecuencias podrían ser fatales.

El recorrido de la corriente
La gravedad de un accidente depende del camino de la corriente a través del cuerpo. Una
trayectoria larga, en principio, presentará mayor resistencia dejando pasar menos intensidad
pero si atraviesa órganos vitales como el corazón, los pulmones, el hígado, etc., puede
provocar lesiones mucho más graves. Los recorridos más peligrosos son los que afectan a la
cabeza (daños cerebrales) o al tórax (parada cardiorrespiratoria).

Protección frente a Riesgos Eléctricos

 El tema de la protección frente a riesgos eléctricos es complejo y propio de especialistas a


causa de la gran cantidad de variables y circunstancias a tener en cuenta. Por ello, además de
recomendar grandes dosis de prudencia y sentido común nos limitaremos a destacar la
importancia de tres elementos que obligatoriamente deben formar parte de la acometida para
que la instalación pueda ser autorizada.

El Interruptor de Control de Potencia. (ICP)

 El ICP es el elemento que debe cortar el paso de corriente si esta excede de un determinado
valor que depende de la potencia total instalada. Consiste en un interruptor automático que
interrumpirá el paso de corriente en el caso de grandes intensidades como las generadas en un
cortocircuito (disparo magnético) o para sobrecargas moderadas (disparo térmico). La
actuación magnética se hace por medio de un electroimán  que permite un corte de corriente
muy rápido (típicamente 20 – 30 ms) mientras que la protección térmica se efectúa con una
lámina bimetálica por efecto Joule y su tiempo de disparo es inversamente proporcional al
cuadrado de la intensidad (de segundos a minutos).

Se trata de un elemento esencial de seguridad para evitar incendios y otros accidentes, que
debe mantenerse en perfectas condiciones y no bloquearse ni sustituirse por otro de mayor
calibre si se desconecta con frecuencia.
El Interruptor Diferencial (ID)

El interruptor diferencial, a menudo llamado simplemente diferencial, tiene la misión de


desconectar la alimentación de todos los elementos receptores que siguen al interruptor, al
detectar una fuga de corriente a tierra de una intensidad superior a la nominal de 30 mA.
Además, debido a la influencia del tiempo y la corriente en los efectos fisiológicos, debe
hacerlo con un retardo inferior a 0,2 s para la intensidad nominal y 0,1 s para una intensidad
doble. Su correcto funcionamiento es esencial por lo que jamás debe ser eliminado o
bloqueado de alguna manera. Al contrario, se dispone reglamentariamente de un botón de
prueba que debe accionarse periódicamente para comprobar su buen estado.             

La Toma de Tierra

La toma de tierra es fundamental para evitar los accidentes por contacto indirecto y puede
consistir en una placa de cobre enterrada o en unas jabalinas clavadas en el suelo. La toma
debe conectarse a un cable que, recorriendo toda la instalación, se conecta, a su vez a las
carcasas o puntos de conexión de todos los receptores, ya sean fijos o móviles. En caso de una
pérdida de aislamiento, la corriente de fuga pasa por él y, debido a la baja resistencia de la
toma de tierra, la tensión de contacto en caso de tocar el aparato es muy baja. Si la corriente
excede los 30 mA, el interruptor diferencial actúa y corta el suministro a todas las líneas
afectadas. En caso de fallo total de aislamiento se produce un cortocircuito directo entre una
fase y tierra que además de provocar la intervención del interruptor diferencial, causa la
intervención inmediata del ICP debido al elevado valor de la intensidad de cortocircuito.

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