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LA TEORIA GENERAL DE KEYNE

Para 1936 en plena recesión, aparece el libro: Teoría general de


la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes quien
plantea la necesidad de entender que el retroceso o el
estancamiento de la economía de libre mercado es por la falta de
inversión de sus empresarios; ¿cómo lograrlo si hay en el
mercado una demanda insuficiente de las mercancías
producidas?; ¿cómo lograrlo si cada vez hay más desempleo y, por
lo tanto, menor poder de compra de la ciudadanía?; ¿cómo
lograrlo si los bancos están en problemas y han suspendido el
crédito? Es posible que Keynes se haya hecho estas y otras
preguntas más, para luego proponer que el único agente
económico capaz de realizar inversiones era el gobierno, postura
que iba en contra del laissez faique que había inspirado a los más
puros liberales. El enfoque previo a los marginalitas se había
centrado en aspectos microeconómicos y no daba para explicar la
crisis económica de los treinta, Keynes eleva este grave asunto al
nivel de la macroeconomía para su entendimiento, el problema no
es por falta de producción o por carencia de recursos humanos
capaces, sino más bien es por una demanda insuficiente de la
población ante una sobreproducción del sistema (Andjel, 1988).
Con base en esta conclusión y para superar la recesión formula
una serie de medidas en la competencia de la política económica.
Del análisis de las contribuciones de Keynes a la ciencia que nos
ocupa es que descubrió que una economía que funciona bien en el
nivel micro no necesariamente lo hace bien en el macro. Para
algunos autores "en buena medida, la teoría keynesiana es
esencialmente un sistema de ecuaciones por medio del cual se
intenta capturar el funcionamiento global de los mercados"
(Blanco, 1999: 17). Para todos los pensadores anteriores dado el
sistema capitalista pujante, incluyendo a Marx, el crecimiento
económico podría sufrir crisis, pero temporalmente, luego se
recuperaría. Keynes tuvo la concepción de que: un sistema de
mercado puede equilibrarse con desempleo. De los dos últimos
apartados puede concluirse que los marginalitas defienden al
liberalismo inglés. Sostienen que la competencia en los sistemas
de mercado, junto con la elasticidad de los precios, garantiza el
pleno empleo de todos los recursos existentes y trasladan el
problema económico a un modelo de optimización. Por otro lado,
Keynes considera que el nivel de producción total de un sistema
económico depende de la capacidad de absorción del producto
por parte de la demanda y ésta puede activarse con políticas
económicas fiscales, monetarias y de inversión. Para los clásicos,
la desocupación era consecuencia de un estado de desequilibrio
en el mercado de trabajo. Se alcanza la ocupación plena a medida
que se recupera el equilibrio. Es un asunto de oferta y demanda,
al aumentar o disminuir salarios, el sistema laboral iguala la
oferta y la demanda. Para Keynes, la disminución del desempleo
no se produce en forma tan automática; de un lado, porque hay
desocupación involuntaria, incluso en una situación de equilibrio,
del otro, porque hay rigideces en los salarios reales ante
variaciones en los nominales (Galbraith, 1983).

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