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Si un padre luego de reconocer

a un hijo se entera de que


padece de infertilidad, ¿puede
demandar impugnación de
paternidad extramatrimonial?
1.Introducción

Sin duda, la procreación constituye el presupuesto biológico fundamental en la


constitución de la relación jurídica paterno-filial, sin embargo, dicha filiación
otorga una identidad que, en primera instancia, podemos llamar estática, pero que
luego se irá realizando en el acontecer diario de una manera dinámica y
proyectiva. En ese sentido, en los ff. jj. 1 y 2 de la Casación 950-2016, Arequipa,
se indica:

El derecho a la identidad debe ser protegido en sus dos aspectos: el estático que
está restringido a la identificación (fecha de nacimiento, nombre, apellido y aún
estado civil) y el dinámico, más amplio e importante, pues está referido a otros
aspectos vinculados entre sí en la vida de una persona como lo espiritual,
psicológico, cultural, ideológicos, religioso, políticos, que lo definen e
identifican, y contribuyen a delimitar la personalidad.[1]

En nuestro ordenamiento jurídico se encuentra consagrado en el inciso 1 del art.


2 de la Constitución de 1993, al establecer que: “Toda persona tiene derecho a la
vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo
y bienestar”.

De igual forma, el art. 6 del Código de los Niños y Adolescentes (CNA)


establece: “El niño y el adolescente tienen derecho a la identidad, lo que incluye
el derecho a tener un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo
posible, a conocer a sus padres y llevar sus apellidos”.
Este derecho guarda consonancia con la Convención sobre los Derechos del Niño
(CDN), en cuyo art. 8, incisos 1 y 2, se preceptúa:

Los estados parte se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su


identidad, incluidos la nacionalidad, nombre, y las relaciones familiares de
conformidad con la ley sin injerencias ilícitas, (…) cuando un niño sea privado
ilegalmente de algunos de los elementos de su identidad o de todos ellos, los
estados parte deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a
restablecer rápidamente su identidad.[2]

2. La impugnación de paternidad en nuestro ordenamiento jurídico

El art. 363 del Código Civil (en adelante CC) posibilita iniciar una acción
judicial de negación de paternidad de filiación matrimonial, esto es, interponer
una demanda de impugnación de paternidad. Sin embargo, en el caso de un hijo
extramatrimonial la situación es distinta, ya que el reconocimiento y la sentencia
declaratoria de paternidad son los únicos medios de prueba de la filiación
extramatrimonial, y tratándose del reconocimiento, este no admite modalidad y
es irrevocable, según lo previsto en el art. 395 del CC.

De otro lado, el art. 399 del CC prescribe que «el reconocimiento puede ser
negado por el padre o por la madre que no interviene en él»[3]. En este caso, la
vía procedimental que corresponde a la demanda es el proceso de conocimiento
conforme al art. 475 del Código Procesal Civil (CPC).

Asimismo, el art. 400 del CC fija un plazo de 90 días, a partir de aquel en que se
tuvo conocimiento del acto para impugnar la paternidad extramatrimonial. No
obstante, cabe preguntarse ¿a qué acto se refiere el legislador? La respuesta se
obtendrá en función a la casuística que se presenta en este tipo de situaciones.

En relación con el plazo, en el f. j. 8.3. de la Consulta 3873-2014, San Martin, la


Corte Suprema de Justicia ha señalado que:

El plazo de caducidad de impugnación de paternidad contenido en el art. 400 del


Código Civil, si bien tiene una finalidad constitucional, esto es, la protección y
consolidación del estado de familia; en el caso en particular no resulta idóneo ya
que limita el derecho a la familia y a la identidad, restringiendo la determinación
de la familia biológica a la que pertenece el menor, lo que puede comprobarse en
forma certera con la prueba de ADN ofrecida por el accionante. En tal sentido, la
medida legislativa de acción de estado de impugnación de paternidad sujeta al
plazo de caducidad de noventa días resulta lesiva a los derechos involucrados,
estando alejado más bien del fin constitucional que persigue.[4]

3. Causas más frecuentes de impugnación de paternidad extramatrimonial

En principio, debemos indicar que el acto de reconocimiento de un hijo


extramatrimonial no admite modalidad y es irrevocable, en atención a lo previsto
en el art. 395 del CC. Sin embargo, la realidad demuestra lo contrario pues
existen casos donde el cuestionamiento a la paternidad en su gran mayoría se
fundamenta en error, engaño, dudas ocasionadas por comentarios de amistades,
familiares, confesión de la propia madre, inclusive pruebas de ADN privadas con
resultado negativo; suscitando procesos judiciales sobre impugnación de
paternidad en los Juzgados Especializados de Familia o Mixtos, según sea el
caso. Sin embargo, aquellas razones no son las únicas que pueden iniciar un
proceso judicial.

Así, tenemos el caso de un padre que luego de haber reconocido a un hijo


extramatrimonial como suyo, y transcurrido un tiempo toma conocimiento que es
infértil por padecer de teratozoospermia como resultado de un espermiograma.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud indica que “el varón presenta
trastorno de teratozoospermia cuando más del 96% de sus espermatozoides
tienen una morfología anormal. Considera que como mínimo se necesita un 4%
de espermas normales para que la fertilidad varonil no se vea afectada y pueda
procrear”[5].

En este caso, al tratarse de una afección medica que imposibilita la procreación


de forma natural, cabe preguntarnos si será posible que el padre pueda interponer
una demanda de impugnación de paternidad sustentándola en esta causa. La
respuesta es afirmativa, pues si contamos con el resultado de una prueba médica
que revela la imposibilidad para procrear de forma natural. Ergo, se cuenta con
legitimidad para obrar e interponer una demanda de impugnación de paternidad
con la finalidad de obtener un pronunciamiento judicial plasmado en una
sentencia donde se establezca el verdadero vínculo o verdad biológicos, a través
de la realización de una prueba de ADN.
4. Conclusiones

 En un proceso de impugnación de paternidad, el derecho a la identidad debe ser


protegido en sus dos aspectos: el estático y el dinámico.

 El plazo previsto en el art. 400 del CC, puede ser inaplicado por el órgano
jurisdiccional al momento de calificar la demanda, a través del control difuso de
constitucionalidad.

 En una demanda de impugnación de paternidad que tenga como sustento la


infertilidad masculina, también puede invocarse la inaplicación del art. 395 del CC
mediante el sistema del control difuso.

 La infertilidad masculina a causa de padecer de teratozoospermia desconocida al


momento del reconocimiento de un hijo (a) extramatrimonial, y conocida con
posterioridad, si admite interponer una demanda de impugnación de paternidad
extramatrimonial.

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