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MUSICALES
Guido d’Arezzo (Arezzo, Italia 991 – 1033) fue el monje benedictino que dio nombre a las seis
primeras notas musicales de la escala mayor (Do, re, mi, fa, sol, la). A este nuevo sistema lo
denominó solmisación, término que ahora conocemos como solfeo.
Hasta ese momento habían sido denominadas por las siete primeras letras del alfabeto, y se
empezaba por la nota que actualmente conocemos como La. El sistema de notación musical
americano ha seguido hasta estos días con el modelo que se empleaba en la Edad Media antes
de que Guido revolucionase el panorama musical.
Para llevar a cabo dicho cambio, D’Arezzo se basó en el himno a San Juan, más conocido
como Ut Queant Laxis, que tenía la característica de subir un tono en la entonación de cada nuevo
hemistiquio o verso. Esta cualidad le venía como anillo al dedo ya que así, a sus alumnos les sería
más fácil aprender las notas musicales asociando un tono a una sílaba concreta.
Si nos fijamos en cada uno de los versos que componen este himno, y más concretamente en la
primera sílaba de cada uno de ellos, vemos que coinciden con los nombres de las notas que
usamos hoy en día, a excepción de la primera de todas ellas, que en aquel entonces se
denominó Ut.
“Ut queant laxis/ Resonáre fibris/ Mira gestórum/ Fámuli tuórum/ Solve pollúti/ Lábii
reátum/ Sancte Ioánnes”