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La Parroquia
La Parroquia
Siempre desde su infancia había soñado con tener el lugar de su destino donde pasaría el resto de
sus días quizá sin tanto ímpetu como el de su juventud, pero sirviendo al Señor. Ahora después de
veinte años el buen dios le había concedido tal petición no se mostraba del todo satisfecho.
Después de todo se decía ser un miserable y que quizá no merecía de parte de Dios, por su vida
pecadora, tan honrosa gracia. Era lo que Román el párroco de san Tomaso platicara con Morí el
sacristán ya entrado en años y con larga trayectoria el sacristán el que estaba completamente
sorprendido acolitaría. Justo era las vísperas del día siguiente que pasaran las fiestas patronales y
el lamento de Don Román había llegado hasta el desaliento. Se encontraban en altarito de la
Iglesia. Sentados en una de las bancas con los brazos descansando sobre sus rodillas abierta en la
otra estaba atento examinándolo sin despegarle la vista nuestro heroico sacristán siempre atento
a escuchar los lamentos del Señor Cura. De hecho, se había convertido casi en su confesor, no solo
en su pañuelo de lágrimas y cosa que decía al señor Cura l tomaba como si le espíritu Santo lo
inspirara y más de alguna ocasión llego a molestarse por el padrecito no le hacía caso. Amén de
todo esto en esta tarde de otoño era el sacristán que completamente sorprendido miraba el
desaliento del Párroco y escuchaba los lamentos que de su boca de buen predicador salían ahora,
asemejándose a los lamentos del profeta jeremías.
- Es inconcebible como hoy casi todos los hombres de la parroquia haya a amanecido
borrachos.
- No pudimos juntar para los adornos de la aparroquia y cuando Sali a dan una visitita como
producen las cosas en la kermesse gastaban aquí, compraban allá y salía dinero para todos
lo que se les antojaba
- Todas las mujeres de la parroquia andaban de tal manera arregladas que te puedo
asegurar que todas compraron ropa e estrenaron
-
- Los jóvenes no se mezclan más que en las actividades que los atraen y se olvidan de las
que les convienen.
Aunque sigue en construcción esta capilla, ya estamos en lo del techo una vez que este terminada,
con el favor divino será un recinto religioso magnifico. Dios nos lo permita. Nace de una promesa.
Y fue que Monseñor Madrigal de seminarista prometió que si Nuestro Señor le concedía ordenarse
construiría una capilla dedicada a Cristo Rey. La ordenación tuvo lugar el 27 de octubre de 1996
durante la festividad de Cristo Rey. A la fecha ya son más de veinte años que este proyecto se
lleva. Esperemos pronto terminarlo y cumplir con la promesa.
La Ermita dedicada a San Miguel se originó por un regalo que una fiel deseaba realizar. Un buen
día se acercó ella al Padre Madrigal y deseaba donar una imagen de San Miguel. Se fue a ver la
imagen y el presupuesto no alcanzó. El dinero que ella traía un tanto desilusionada lo donó. Pero
el Padre propuso que juntaran entre los dos el dinero para la imagen y que si eso disponía con el
donativo se construiría también un lugar para su culto. Mas o menos al año de esa propuesta el
Padre ya había encontrado la imagen y ya casi terminaba de construir la Ermita que ahora lleva su
nombre.
El Divino Infante.
Santiaguito.
Es con mucho cariño y grande respeto que nos dirigimos así hacia el Patrón Santiago. Somos fieles
devotos del sepulcro del Apóstol de España y ya le hemos realizado al menos cuatro veces su visita
como bicariños. Por allá perdidos entre los montes encontramos varias capillitas que brindan
devoción y descanso a los peregrinos. De ahí se originó la idea de hacer algo semejante y tener de
alguna manera mas cerca a al Apóstol de las Españas. Se concreto la idea con una gracia que
pretendíamos obtener y aunque el buen Dios decidido otra cosa igual llevamos a buen término la
construcción. La Imagen de Santiago el Mayor fue traída de Compostela en el último peregrinaje.