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EVOLUCION DE UN GRUPO FAMILIAR

VINCULADO AL DELITO DE HOMICIDIO

Por los doctores: Luis Bilbao, Juan Carlos Domínguez y

Eduardo Foulkes, miembros del Instituto de Clasificación,

con la colaboración del doctor Emilio Dupetit, profesor

titular de Psicología profunda de la Universidad de La

Plata.

1, Nota

El 11 de marzo de 1946, en una población de la provincia de Buenos Aires,

una mujer fue atacada y golpeada por los integrantes de una familia, El homi-

cidio resultante tiene características especiales referidas a la composición, or-

ganización y acción del grupo que lo llevó a cabo. De estas características se

ofrece una reseña, que, más que dar cuenta de la determinación del delito

—que involucra elementos no considerados aquí—, aspira a conceptualizar desde

una perspectiva diacrónica —histórico evolutiva— la organización psicopato-

lógica básica del grupo y su movimiento. Este enfoque se impuso por la realidad

carecterológica del grupo, cuya solidez y resistencia llevó a un fracaso sis-

temático los intentos que el mismo hizo por superarla: el homicidio se inscribe

en medio de la historia de estos intentos fracasados.

IL. El homicidio

Se desarrolló en horas de la noche, en el interior de una casa, La mujer

fue ataceda y golpeada repetidamente con un hacha en la cabeza, hasta pro-

ducirle la muerte y fue conducida hasta ese lugar mediante una celada prepa-

rada con el único propósito de eliminarla. Un hecho trivial y escasamente de-

limitado sirvió de base para la planificación: “en virtud de cuestiones relacio-

nadas con la política, la familia Xx, tuvo un diferencia con la víctima —vecina
de ellos— y ante el temor que la misma los denunciara, O tuvieran que Verse

comprometidos en algún problema relacio

nado con la adhesión O no a las auto-

acto eleccionario de febrero de 1946, decidieron dar-

P ación y acuerdo lo realizaron el día anterior al delito,

a Y tembros del grupo familiar, quedando excluidos

participando cinco. de los sie e : el hijo mayor —Juan X—, ambos al margen

el padre de familia —JOSé X— Y

del acuerdo establecido. la vecina, la madre —Carmen de x-— impartió las

Decidida la muerte e de sus hijos: así el día indicado ella misma

instrucciones oa pur, que concurriera a la casa, y una vez en el co-

EE A e las comodidades de una pieza pues la vecina quería mu-

la Ages de las hijas —Alicia— se encargaría de sacarle la criatura que

A RERRaniO “portaría en brazos; Esther, la menor de solo DN años cuidaría la

puerta para que nadie entrara; Pearo le quitaría la silla cuando se sentara para

hacerla caer en el suelo, siendo en esas circunstancias que la madre la atacaría

con el hacha, en tanto Ramona aumentaría el volumen de la radio para evitar

que se escucharan los gritos. . .

Al día siguiente, todo se realizó como se había planeado. La mujer, además

del niño, tenía un embarazo avanzado. Las únicas variaciones consistieron en

que, luego de los primeros golpes dados por la madre, Pedro le quitó el arma

“porque pegaba despacio”, golpeando él más fuerte, mientras que Ramona, que
había venido a colaborar, recibió una herida accidental en el brazo al enarbolar

su hermano el arma.

Después envolvieron el cuerpo en una manta, y atándolo con un cable lo en-

terraron en un pozo que Pedro había cavado en los fondos de la casa. El resto

de la familia lavó el piso y paredes, y terminada la tarea juraron que nunca

iban a decir nada de lo sucedido, siendo la madre quien se encargaría de res-

ponder a las posibles preguntas de los vecinos.

Con posterioridad, y en razón del olor que despedía el cuerpo, lo desente-

rraron y trasladaron a otro sitio, del cual también lo sacaron —debido a que

iban a construir una vivienda— dejando parte del esqueleto y arrojando el resto

en un arroyo cercano.

Con el correr de los años, Esther que en aquel momento solo tenía 13 años

entabló relaciones con un joven que no fue del agrado de la familia. Esta

trató de impedir el noviazgo, razón por la cual Esther confesó al muchacho

el delito, efectuándose la denuncia. Esther fue sobreseida por ser menor de edad

y se casó con su novio. Mientras tanto, habían transcurrido cinco años.

ridades constituidas POr el

II. La familia

Sr a El AO —1946—, el grupo familiar estaba constituido

de 2% Polo de E o a madre de 57 años y cinco hijos: Juan Ce 29, Alicia

desde 1940, provenientes pe] e 20 y Esther de 13 años. Residian en el lugar

tintos lugares de la Ca . orte, ucgo de tres cambios de domicilio en dis-

piedad de la madre EL. Hasta 1943 vivieron en una casa de madera pro-

aquélla hicieron una aa due, mediante el trabajo de los hijos dirigidos por

trabajaban eta asa de material en un terreno lindante. Por ese entonces


siempre melas, y en e Alicia. Las relaciones entre los padres habían sido

de hecho; el hate e del delito existía entre ambos una separación

Sin ningún tipo de contar quedado solo en la vieja casa de madera, contigua,

cto con el resto de la familia, salvo la atención prodiga-

As habitaciones. El mayor de

de ar 22 comida y limpiaba 1

*S

apagado, casi melancólico y vida social nula”, pasa-

ba la mayor parte del tiempo alejado de la casa por razones de trabajo. Alicia

por su parte, desde 1944 mantenía relaciones íntimas con un hombre, a con-

secuencia de las cuales quedó embarazada, naciendo un niño poco después del

crimen. Al respecto, en varias oportunidades durante el proceso se mencionó

como padre del niño a uno de los hermanos varones de Alic'a, hecho negado

rotundamente por ella y por la madre

El grupo familiar no favorecía las relaciones extragrupo. Así, los dos varones

permanecieron siempre solteros; Alicia accedió a relaciones sentimentales a

escondidas y de una manera ocenra: Ramona solo tardíamente —año 1951, poco

antes del descubimiento-— y al precio de incluir a su cónyuge que fue a vivir

a la casa familiar; Esther a costa de romper el pacto de secreto que descalabró

la familia e hizo público el hecho.

La madre había nacido en Catamarca en el año 1889. Provenía de un ho3>r,

completo con cinco hijos; su padre era un comerciante de nivel socio - econó-

mico medio - bajo. Cursó hasta Cto. grado en colegios religiusos; Sus hermanas
fallecieron temprenamente por causas desconocidas, y a la edad de 13 años

comenzó a ayudar al padre llevando la contabilidad del negocio Al fallecer éste,

a instancias de sus familiares que se encontraban en apremios económicos, de-

cidió contraer enlace con Jose C. maestro de escuela 6 años menor que ella.

Tenía entonces 28 años y poco después nació Juan el mayor de loz hijos, y

posteriormente Alicia ya en Buenos Aires. Salvo ésta que cursó hasta cuarto

grado, los otros hijos son semianalfab3tos, pwes no concurrieron a la escuela

a pesar de haber llegado el padre a ocupar el cargo de Director.

IV. Comentario

De la lectura del homicidio y reseña de composición del grupo, resalta la

presencia de un complicado proceso de dinámica familiar y la ausencia de

móviles “reales” de peso suficiente para dotar al episodio de una inteligibilidad

coherente. De las extensas actuaciones solo es posible extraer la presunción de

una animosidad hacia la víctima por problemas políticos circunstonciales; por

otra parte, las referencies recientes —a 24 años del hecho—, solo aluden vaga-

mente a problemas vinculados con el inquilinato de la casa, o a presuntas ofen-

sas verbales inferidas por la víctima a la madre del grupo.

Este se configuraba en la elevada diferenciación de sus miembros, donde

cada uno de ellos no podía ser considerado como una personalidad autónoma,

sino como distintos aspectos de una misma unidad, como prolongaciones in-

dividuales cmplementarias de una sola identidad grupal. En los grupos de esta

naturaleza —que han sido denominados grupos simbióticos—, los roles que

desempeñan sus miembros no les permiten un desarrollo independiente, sien-

do éstos repartidos complementariamente en función de las necesidades del

grupo. La naturaleza participacionista del mismo, en la constancia de sus nor-

mas y en la fijeza de la distribución de roles, enajena gran parte de los miem-

bros, coartando las posibilidades de una individuación madura. Sin que exista

una egenesia de la identidad, del “sí mismo” de los miembros, una parte de
ella es lograda a través del grupo: cada uno es él y los otros, y en ello reside

una parte de su identidad.

Por esta razón, en el grupo familiar de los X el desequilibrio en la personifi-

cación era notorio y, paralelamente, la agresividad -—su control, su descarga, su

manejo-—— tenian un papel de primer orden. En tanto una parte de la identidad

se halla como disuelta en el grupo, la agresión y la hostilidad flotan como un

patrimonio común, todos se hacen cargo de ellas, sin pe Eo AS

en el intragrupo en tanto esto afectaría a todos al a e los

miembros. o o e >

En el proceso de instalación de la simbiosis patológica se ve cómo la farailia

no toleró el manejo intragrupo de la agresión, que por SI monto ponía; en peligro

la estabilidad grupal, la permanencia en la vida de sus potemibros y su cordura

—como locura organizada grupalmente—. Así recurrieron como escape a la ex-

clusión de los miembros yue no respondían a la reciprocidad simbiótica —l hijo

mayor y el padi0— que fueron excluido y expulsado, respectivamente.

En otro momento de la vida del grupo, tampoco pueden dirimir la hostilidad

fuera del ámbito natural de éste, y recurren a una inclusión circunstancial,

la víctima, llevada al comedor, con el objeto preciso de ser eliminada; aquí el

embarazo de ésta y el niño que llevaba en brazos, evocan sigaificativamente la

maternidad en ciernes de Alicia, su propio embarazo v las relaciones amorosas

reprobadas y ocultas que había mantenido a espaldas de la familia. Mientras

tanto, el movimiento simbiótico del grupo puede ser observado en el proceso

que incluye el planeamiento supeditado a las directivas de la madre, la distri-

bución fija de roles con un actor por unidad de acción, el pacto de silencio

y el control sobre el cadáver con las alternativas ya conocidas de sepultura y

traslado.
En el caso de los miembros excluidos —Juan y el padre—, es posible que

hayan pasado respecto del grupo, a una modalidad de dependencia simbiótica

esquizoide por contraposición a la dependencia simbiótica aglutinada del intra-

grupo: la soltería apagada de Juan y el aislamiento del padre hasta su muerte

en 1957 parecen dar cuenta de ello. Desde el punto de vista del resto del grupo,

puede decirse sin embargo que ambos estaban sin estar, vivían con el grupo pero

separados, ejemplo: Juan sólo dormía en la casa, el padre vivía en la casa

vecina; ambos permanecieron al margen del delito. De alguna manera, el mismo

mecanismo fue repetido con el cuerpo de la víctima: también él estaba sin estar

y permaneció largo tiempo enterrado en la casa, pero cuidado y controlado por

la familia.

La exclusión e inclusión mencionadas señalan el fracaso del grupo para

romper la posición simbiótica y abordar una posición más avanzada que vehiculi-

zara los conflictos y estableciera una verdadera división interna. En el caso de

la exclusión del padre y de Juan, no hay una auténtica división de partes con

conflicto entre ellas, sino el acuerdo de una parte islada y controlada en la

inmovilidad. Lo mismo ocurre con la victima: al intentar hacerla depositaria

de la parte mala del grupo —Alicia embarazada—, la viven persecutoriamente

y la eliminan, regresando a la posición aglutinada con una parte aislada y con-

trolada en la inmovilidad —el cuerpo que mantienen enterrado y que trasladan

en distintas opertunidades—.

A4s

A eri la pena impuesta, los integrantes del grupo pasaron de la simbiosis

a una situación de dependencia simbiótica esquizoide en la que cada

miembro internalizó
al grupo y mantuvo la simbiosis éste Í

pesar de la separación a simbiosis con éste dentro de sí. A

uno de los familiares A por las distintas unidades carcelarias, cada

ya hace dos años, Pedro 0 5 nanentemente a los oros como referencia; así

madre ofreciendo a costa A a aba durante las entrevistas beneficios para su

Inismo la madre respecto a es propios beneficios que él pudiera obtener, y 10

celación de dos de las £ sus hijos. La evolución posterior, luego de la excar-

flicti ] hijas, traj ei

lictiva con división en dos O un comienzo de organización con-

S S, una “buena” y “ G

A Otra “mala”

5% la”, similar a la

organización esquizoparanoide, pero con tendencia a repetir la organización

sincrética primitiva mediante reiteradas solicitudes de extarcelación de los miem-

bros restantes Asi les últimos informes ambientales muestran que, al cabo de

estos años, fuera de Pedre y la madre que permanecen cumpliendo condena, los

miembros restantes aprovechan para su organización la división establecida por

las dos casas de la interna. En una de ellas vive Alicia con su hijo —nacido poco

después del delito, tiene ahora 24 años— junto con Ramona y su hijo —nacido

a poco de descubrirse el delito, tiene ahora 19 años—. Los cuatro, junto con Pedro

y la madre que siguen prescs, conforman un subgrupo que ellos mismos deno-

minan “bueno”. En la casa vecina vive Esther con su marido, que es llamada por

ellos “la hija mala”. Uno de los nietos expresó que las relaciones entre Alicia,

Juana y los dos internos son en un todo armoniosas, pero que por el contrario

existe con Esther y su marido un permanente estado de discordia. Esta acusa a

sus hermanas de haber tenido que hacerse cargo de la crianza de sus sobrinos,

mientras ellas cumplían condena y que por esta razón no pudo tener hijos. Por

ctra parte, como 12 madre ha manifestado que antes de su muerte quiere “donar
sus bienes a los curas”, Esther quiere recuperar lo invertido en la casa a lo largo

de estos años. En las pocas oportunidades en que visita a su madre, este tema

inicia dramáticas discusiones entre ambas; luego, cuando en su turno es visitada

por Alicia y Juana, éstas se interiorizan de los pormenores del altercado, y el

circuito se cierra cuando al volver a la casa, pelean con Esther y traen a colación

recuerdos de circunstancias y reproches relacionados con el delito.

Por su parte, Alicia tue entrevistada recientemente en oportunidad en que

había ido a interceder por la excarcelación de su madre y hermano. En ese mo-

mento se hizo evidente el descontrol emocional que le ocasionó la sola mención

del nombre de Esther, con sudoración, temblor y un monólogo incoercible fuerte-

mente sobrevalorado, en el que aducía provocaciones efectuadas por su hermana.

Contaba que Esther “les hacía ruido arrastrando los pies” o cantaba tangos para

que ellas se enojaran: arrésteme sargento y póngame cadenas. Señalaba que

Esther “era su peor enemiga a pesar de tener la misma sangre” y concluía: “a

veces veo un ladrillo por ahi y siento que la mano se me va; diga que no quiero

volver a la cárcel”. Tal vez esto ilustre cómo a pesar de los cambios scbrevenidos

en la economía familiar, ésta sigue bordeando caminos peligrosos.

Y. Conclusienes

Pueden señalarse los siguientes puntos en cuanto a las características, evo-

lución y mecanismos utilizados por el grupo X:

1. Hstóricamente, se comprueba una absorción por parte de la madre

de los rcles masculino y femenino de la pareja parental. .

2. Simbiosis cn la personificación de los miembros por establecimiento de


un grupo aglutinado, con el consiguiente trastorno de la identidad e instrumen-

tación psicótica de la agresividad.

3. Reprobación de las relaciones sentimentales extragrupo como reforza-=

m'ento de la simbiosis.

4. Neutralización del hijo mayor y expulsión del padre, repulsión de los

mismos que mantienen una posición de dependencia simbiótica esquizoide; fra-

caso en abordar una situación de división con conflicto interno.

5. Negación de un conflicto agresivo dentro del grupo, y actuación de la

hostilidad con un miembro extragrupo llevado al núcleo familiar.

6. Refuerzo del vinculo simbiótico a través del pacto de secreto y control

sobre el cadáver.

7. Aceptación de un miembro nuevo al precio de su incorporación al grupo

simbiótico.

8. Fracaso del control, desorganización y pasaje de la situación aglutinada a

una dependencia simbiótica esquizoide forzada en que cada miembro internalizó

el grupo y mantuvo la simbiosis con él dentro de sí.

9. Intento de organización en dos subgrupos con división y conflicto, al modo

de la organización esquizoparanoide.

10. Tendencia a la reorganización sincrética primitiva, a través de la exXcar-

celación de los familiares que todavía permanecen internados.

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