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Facultad de ciencias administrativas

Alumno:
José adrián González Guamán

Tema:
Partidos y movimientos políticos

Fecha:
10 de jul. de 22

2021 – 2022
INDICE:
INTRODUCCIÓN.....................................................................................................1
- Título del tema
- objetivos
- formulación de los problemas de investigación
CUERPO DEL TRABAJO (DESARROLLO)........................................................2
- Partidos y movimientos políticos
CIEREE (CONCLUSIÓN).......................................................................................3
- comentario
- criticas
ANEXOS Y REFERENCIAS ...................................................................................4
INTRODUCCIÓN: PARTIDOS Y MOVIMIENTOS POLITICOS
Durante las últimas décadas América Latina ha experimentado lo que
algunos llaman "crisis de gobernabilidad", resultado de la multiplicación
de protestas sociales contra el modelo de desarrollo que seguía los
lineamientos del denominado "Consenso de Washington", la propagación
de fenómenos globales en la región tales como: narcotráfico, terrorismo y
corrupción, y la propia incapacidad de los sistemas políticos tradicionales
–partidos, gobiernos y congresos– para manejar estar situaciones de
ruptura. Los movimientos sociales se han expresado dentro de estos
escenarios de forma muy diversa. Algunos, convertidos en movimientos
políticos, han conseguido llegar directamente al poder e institucionalizar
sus proyectos de acción política. Otros en cambio, en abierta rebeldía
contra las fuerzas políticas tradicionales han desafiado abiertamente la
institucionalidad democrática. Por último, algunos más han pactado con
estas mismas fuerzas los términos de alianzas de gobierno que han
resultado efímeras e ineficaces.
Es claro que ante el descrédito y la desconfianza que generan los partidos
políticos, los movimientos sociales y sus organizaciones se han convertido
en medios de expresión y canalización de demandas de ciertos grupos o
sectores de la sociedad. Aunque los movimientos sociales sólo representan
una parte de la sociedad civil, no se puede desconocer que éstos pueden
ser generadores de nuevas identidades que den lugar a nuevas formas de
representación política. Por su naturaleza, los modos de participación
política no convencional o de protesta utilizados generalmente por los
movimientos sociales son disruptivos del status quo y van en contra del
modelo tradicional de intermediación de intereses de las democracias
contemporáneas. En medio de la crisis de representación que caracteriza
las democracias latinoamericanas y el desencanto de una opinión pública
decepcionada por los actores políticos (principalmente los partidos), las
expresiones des institucionalizadas de hacer política, que en ocasiones
llegan a convertirse en propuestas "antipolíticos", se vuelven muy
atractivas para los ciudadanos.
La cuestión clave consiste en saber si la presencia cada día mayor de los
movimientos como actores políticos se debe considerar y tratar como un
desafío a la vieja democracia representativa, o como una verdadera
oportunidad para ventilar y consolidar los avances democráticos ya
conseguidos a través de una nueva ola de democratización alternativa. El
objetivo de este trabajo es precisamente hacer una reflexión sobre la
relación entre los movimientos sociales y los partidos políticos en América
Latina. En la primera parte del artículo expondré una revisión sobre la
literatura que explica el surgimiento de los movimientos sociales en
general, haciendo referencia en la parte final al caso latinoamericano. En
la segunda parte expongo una visión teórica de la compleja relación entre
partidos políticos y movimientos sociales. Sin pretender dar una
explicación exhaustiva de los movimientos sociales que presento, sí los
utilizo para mostrar cómo puede variar su relación con los partidos según
su interés y oportunidades de influir de manera directa en el sistema
político a través de la acción independiente, o bien influirlo de manera
indirecta a través de los partidos.
OBJETIVOS
Objetivo general:
• Identificar hasta donde las condiciones socio políticas de algunos
individuos de antiguos partidos y movimientos políticos
permitieron que el estado los mantenga en legalidad para que
puedan participar en la política ecuatoriana.
Objetivos específicos:
• Identificación sobre los movimientos y partidos políticos que se han
presentado en el país en los últimos años.
• Formar conciencia ciudadana en la importancia de elegir políticos
convenientes para el país.
FORMULACIÓN DE LOS PROBLEMAS DE INVESTIGACIÓN.
¿Por Qué Surgen Los Movimientos Sociales?
Durante la segunda parte de los años noventa América Latina aparece
atravesada por diferentes movimientos sociales de significación nacional.
A manera de ejemplo podemos mencionar, entre otras experiencias, el
levantamiento zapatista en la selva Lacandona en 1994 que hizo visibles
las demandas de indígenas y campesinos cuando en México entraban en
vigor los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos; la "Guerra del
Agua" cochabambina y las luchas del movimiento cocalero en el Chapare
boliviano que les permitió alcanzar nuevos liderazgos, una significativa
presencia en el parlamento y finalmente la elección de su líder como
presidente de ese país; los levantamientos indígenas impulsados por la
CONAIE en Ecuador en 1996 y en 2000 que culminan en ambos casos con
la caída del gobierno; la emergencia y extensión del movimiento de
trabajadores desocupados en Argentina y las movilizaciones y protestas
que desencadenaron la renuncia del gobierno a finales de 2001; las
iniciativas de ocupaciones de tierras masivas de carácter nacional
acometidas por el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) en Brasil;
las movilizaciones campesinas en Paraguay que jugaron un rol
importante en la caída del presidente Cubas Grau; las intensas protestas
sociales en Perú (particularmente la experiencia de los Frentes Cívicos
regionales) que marcaron el fin del régimen de Fujimori.
Un factor que coincide con la vigorización de la sociedad civil y que ha
favorecido la emergencia de nuevos movimientos sociales es sin duda la
pérdida de legitimidad de algunas de las instituciones democráticas tales
como los partidos políticos. Desde mediados de los ochenta, tras haberse
consolidado la democracia en casi todos los países del subcontinente
latinoamericano, se inició una etapa de profundización de la aplicación de
políticas de corte neoliberal con distintos grados de éxito en el manejo de
los indicadores macroeconómicos. Muchas de ellas tuvieron un impacto
negativo en importantes grupos de las poblaciones involucradas. Al mismo
tiempo, los sistemas políticos tendieron a la inestabilidad y creciente
fragilidad, reflejada en indicadores de insatisfacción con la democracia,
pérdida de confianza en los partidos políticos y descrédito de instituciones
como el congreso.1 De manera paralela surgió un renovado protagonismo
de actores y movimientos sociales y, sobre todo en algunos países con
rasgos típicamente asociados a la desinstitucionalización, la aparición de
nuevos movimientos con anclaje socio territorial.
DESARROLLO
Partidos Y Movimientos Políticos:
Charles Tilly define un movimiento social como "el desafío sostenido de un
grupo social a quienes detentan el poder mediante repetidas
manifestaciones públicas de su número de simpatizantes, su nivel de
compromiso, unidad y valor."23 Siguiendo a Dieter Rutch,24 en estricto
sentido un movimiento social está constituido por dos tipos de
componentes: 1) redes de grupos y organizaciones preparados para la
movilización y actos de protesta para promover o (resistir) el cambio
social (que es el objetivo último de los movimientos sociales); y 2)
individuos que asisten a actos de protesta o contribuyen con recursos sin
ser necesariamente parte de un grupo u organización del movimiento. La
relación, tanto conceptual como práctica, entre los movimientos sociales
y los partidos políticos suele ser compleja. De hecho, las organizaciones
sociales derivadas de los movimientos y que constituyen sus bloques o
estructuras pueden llegar a parecerse a los partidos políticos o a los
grupos de interés, por lo que es muy importante establecer sus diferencias.
Aunque todos persiguen fines políticos, los dos últimos no dependen de la
participación directa de sus miembros para la consecución de sus
objetivos. Tanto los partidos como los grupos de interés están
especializados en las tareas de representación. Tienen suficientes recursos
–particularmente cierto nivel de institucionalización, autoridad y
profesionalización– lo que significa que normalmente no tienen que
recurrir a la movilización de sus agremiados. Y aun cuando pueden llegar
a movilizar a sus simpatizantes o miembros, esta actividad no forma parte
esencial de sus actividades cotidianas, hecho que sí sucede con los
movimientos sociales y sus organizaciones.
Ahora bien, independientemente de las causas que acojan, los
movimientos sociales tienen una innegable importancia como actores
sociales por dos razones fundamentales: la primera es que fungen como el
canalizador o representante de las demandas de grupos sociales que
optan por expresar así su descontento con el statu quo. La segunda es su
función como proponentes y catalizadores del cambio social. Pero, para
lograr ese cambio, generalmente necesitan de otros actores sociales. Uno
de esos actores son los partidos políticos. Es común que los movimientos
sociales enfrenten la disyuntiva de quedarse como fuerzas de oposición
luchando por vías extra–institucionales manteniendo su autonomía, o
competir por el poder vía los canales institucionales, sea en alianza o como
parte de un partido político.
De acuerdo con Hangan existen cinco tipos de relaciones prácticas por las
que pueden optar los movimientos sociales y los partidos políticos:
articulación, permeabilidad, alianza, independencia y transformación.
Las primeras dos limitan seriamente la autonomía del movimiento; las
últimas dos son menos restrictivas.
Articulación. Esta relación consiste en que las organizaciones de los
movimientos sociales se agrupan alrededor del programa de un partido
político y promueven las posiciones partidistas entre los seguidores
potenciales a los que los partidos esperarían movilizar en busca de apoyo
y de nuevos miembros. Aun cuando los partidos políticos controlan
directamente a estas organizaciones, generalmente éstas ejercen alguna
influencia independiente sobre el partido. Su éxito en la movilización de
masas obliga al partido a hacer más fuerte el compromiso hacia una causa
particular. A cambio del acceso a ciertos cotos de poder en el partido y del
apoyo institucional a su causa, se esperará que los activistas del
movimiento sigan las líneas e instrucciones del partido.
En este caso, hay una clara relación de articulación entre movimiento
social y partido político, en la que el movimiento reconoce la necesidad de
un aliado que le pueda brindar respaldo institucional a cambio del apoyo
electoral de sus agremiados a un partido. Específicamente en este caso, el
PRI ha permitido que miembros del movimiento compitan por puestos de
elección popular como candidatos propios a cambio del apoyo de
movilizaciones en favor de otros candidatos priístas. Tal fue el caso
reciente del gobernador del Estado de México y del excandidato a la
presidencia Roberto Madrazo, quienes recibieron el apoyo explícito del
movimiento. De hecho, en la página electrónica de Antorcha Campesina
existen múltiples discursos de los integrantes de su Dirección Nacional que
explícitamente solicitan el voto y la asistencia a mítines a favor de los
candidatos priístas. A cambio ofrecen promesas de permisos de
legalización de terrenos o electricidad y servicios básicos en áreas
remotas, lo que muestra claramente la relación clientelar que mantienen
con sus agremiados o simpatizantes.
Como pudo apreciarse en la sección anterior, los movimientos sociales
difícilmente cuentan con toda la gama de opciones expuestas arriba. Esta
está determinada y limitada por el contexto político prevaleciente, que a
su vez es el producto de luchas políticas pasadas. Para entender cómo los
movimientos sociales y sus organizaciones evalúan sus alternativas de
acción es importante considerar que el cambio de estrategia conlleva a la
formación de nuevas identidades y que de esta manera se ven afectados
los criterios adoptados para decidirse por una u otra táctica. Es decir, la
decisión de un movimiento de trabajar con o en un partido político
involucra una identificación importante con los otros objetivos del
partido. Con el tiempo, los miembros pueden llegar a estar dispuestos a
sacrificar las prioridades del movimiento por las del partido. Por el
contrario, la independencia de los movimientos y sus organizaciones
centra la atención de sus miembros en las demandas específicas de éste,
recalcando su importancia. Las justificaciones de la independencia del
movimiento se hacen mayores si grandes sectores del contexto político en
el que se mueve giran alrededor de esos temas que aquél ha establecido
como centrales.
En el ecuador existen varios partidos y movimientos políticos los cuales
son:
- Movimiento centro democrático nacional – Lista 1
- Movimiento unidad popular – Lista 2
- Partido sociedad patriótica 21 de enero – Lista 3
- Partido social cristiano – Lista 6
- Partido adelante ecuatoriano adelante – Lista 7
- Partido avanza – Lista 8
- Partido fuerza ecuador – lista 10
- Partido izquierda democrática – Lista 12
- Movimiento creando oportunidades CREO – Lista 21
- Movimiento sociedad unida más acción SUMA – Lista 23
- Movimiento alianza país, Patria altiva i soberana – Lista 35
CONCLUSIONES
La importante expansión de elecciones libres y gobiernos democráticos en
América Latina durante las últimas tres décadas hicieron pensar a
muchos que era la oportunidad para que buena parte de los ciudadanos
se interesaran y participaran en los asuntos públicos. Sin embargo, en
muchos estados de la región el establecimiento de elecciones libres y justas
no ha estado acompañado de una sólida institucionalización democrática
mediante una competencia efectiva de partidos, libertad de expresión y
asociación, respeto y observancia de la ley, garantías de derechos
humanos, rendición de cuentas y transparencia gubernamental. Por
ejemplo, algunas democracias como las de la región andina han
desarrollado la arquitectura de instituciones electorales competitivas,
pero en cambio han fracasado en la creación de las bases de una sociedad
civil dinámica. Aunado a lo anterior, las constantes crisis económicas y los
grandes sectores de la población que han sido excluidos de los beneficios
del desarrollo económico, los movimientos de reivindicación indígena en
países como Bolivia y Perú y la desconfianza política e institucional que
parece un mal endémico de la región, mantienen latente el peligro de
regresar al autoritarismo.
Como mencioné al principio, en América Latina es muy clara la crisis del
sistema partidista. El punto más extremo de estas crisis ha sido el
derrumbamiento del sistema, como ocurrió en Venezuela. En las décadas
pasadas, la tensión partidista fue, por un lado, la dificultad para
vincularse a los movimientos sociales y a las corporaciones porque
reducían su pretendida universalidad. Por otro, en la búsqueda de un
discurso comprehensivo, los partidos perdieron su capacidad de
convocatoria. Ahora la tensión es otra. La sociedad civil también ha
cambiado. Por un lado, los movimientos sociales tradicionales han
desaparecido y han sido reemplazados por unos "nuevos movimientos
sociales" ligados a formas más difusas de intereses tales como el medio
ambiente, la transparencia, los componentes étnicos. Por el otro, la
sociedad se ha alejado de los partidos por su ineficiencia (en la
representación de intereses sociales) o por su asociación a la corrupción.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Jaramillo Jassir, M. (2020). Anatomía heterodoxa del populismo: la
revolución ciudadana de Rafael Correa en Ecuador. Editorial
Universidad del Rosario.

https://elibro.net/es/lc/utiec/titulos/172373

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