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CAMPAÑA DE LA ISLA DE SARTOSA

... en la que los súbditos del Emperador y del Trono del


Fénix se enfrentaron entre si, y a los moradores de esta
isla crucial para el control del comercio con Arabia y de
las costas del sur del Viejo Mundo.
RELATOS DE SARTOSA I

El Barón Marius Ludwig von Dunkel paseaba orgulloso por la cubierta de la imponente
galeaza con la vista fija en la costa. Decenas de barcazas y lanchas cubrían en ordenada
procesión el cuarto de milla escaso que separaba la playa del fondeadero de la Flota
Imperial, trasportando una ingente cantidad de hombres, armas y suministros. Si todo
iba bien, la operación de desembarco se completaría antes del atardecer, momento en que él
mismo bajaría a tierra. La travesía desde el Reiksport había trascurrido - ¡Gracias al
bendito Sigmar!- sin incidentes reseñables, descontando el cañoneo que habían
intercambiado a primera hora, al cruzar en formación frente a los baluartes de Sartosa.
Aquel tumultuoso nido de desharrapados estaba bien defendido, pero toda su artillería
apuntaba hacia el mar, lo que facilitaría el inminente asalto a la plaza. En la distancia,
sobre un escarpado roquedo, se erguía la oscura silueta de la Fortaleza del Rey Pirata,
cuyas murallas habían conocido sin duda tiempos mejores. Si el príncipe pirata de turno
era inteligente, a esas horas ya debería haber recogido su oro y escapando de allí lo más
lejos posible...
- Buenos días, Herr Barón. ¡Excelente mañana!-
Saludó ufano el viejo Hindenberg, Jefe de Ingenieros de la expedición, a la par que se
tocaba su emplumado y aparatoso sombrero. Ludwig devolvió el saludo con una leve
inclinación de cabeza, dejando que el veterano oficial siguiera recibiendo los elogios del
corrillo de artilleros que lo rodeaban. La batería de cohetes incendiarios que había
instalado en cubierta había demostrado ser, para sorpresa de todos, sobradamente efectiva,
puesto que durante el ataque matutino había logrado envolver en llamas los principales
bajeles refugiados en el puerto del enemigo.
Contemplar el gran despliegue de naves y tropas suponía un magnífico espectáculo a los
ojos del joven noble. Aquello no era una simple escaramuza de castigo. La misión que se
le había encomendado era conquistar y reclamar el gobierno de la isla bajo la autoridad de
su Augusta Majestad Imperial, y el número de unidades a su disposición era
proporcional al tamaño de la empresa. La salvaguarda de las rutas comerciales se había
convertido en asunto capital, especialmente desde que las otrora poderosas repúblicas y
ciudades de Estalia y Tilea habían sucumbido a la decadencia y el caos, aislándose
totalmente del mundo mientras eran consumidas por las intrigas internas y la guerra.
Pensó entonces en el inicio de la inminente campaña y en el inconmensurable honor que el
mando de todo un ejército regular representaba.
Se había preparado para aquel momento cumbre desde la infancia...desde las lecciones de
filosofía, historia y táctica militar impartidas por estrictos tutores, hasta la gloriosa etapa
como caballero y edecán de la Reiksguard. No estaba dispuesto bajo ningún concepto a
defraudar a un ya de por si contrariado Emperador, furioso por el hecho de que el anterior
encargado de erradicar la piratería de aquellas aguas se hubiera revelado como un vil
traidor. Era sabido que ese condenado se escondía junto a un grupo de proscritos y
desertores en algún agujero de aquella abrupta isla, pero seguiría siendo así por poco
tiempo...en apenas unas semanas toda Sartosa sería pacificada y sujeta a la Ley
Imperial, los rebeldes acabarían engrilletados, y el gobierno de toda la ínsula recaería
exclusivamente sobre él, restaurando así la maltrecha dignidad de su Casa. Su difunto
padre había perdido todas las posesiones de la familia en la frontera de Ostermark, y al
título que había heredado no lo respaldaban tierras ni castillo.
Apoyado sobre la batayola respiró profundamente. El potente aroma a salitre le despejó la
cabeza, retomando mejores pensamientos...una vez nombrado gobernador, ¡no debería
tardar en casarse! Los hombres hablaban continuamente sobre la singular belleza y
"fogosidad" de las mujeres corsarias, fantaseando además sobre las probabilidades de
rescatar de su cautiverio a alguna acaudalada y agradecida dama tileana, o quizá incluso a
alguna hermosa hija del Sultán de Arabia. Dejó escapar una leve sonrisa frente a esa
última posibilidad...sabía perfectamente que su futura mujer sería debidamente escogida
para él, llegado el momento, de entre las hijas de la alta nobleza de Altdorf. El protocolo
de su rango así lo exigía, y no convenía mezclar nunca el amor con la política.
- ¡¡¡CUBIERTA!!!... - Las repentinas voces del vigía apostado en la cofa del mayor no
perturbaron en un primer momento las ensoñaciones de Ludwig, no al menos hasta
percatarse de que toda la gente de mar se apretujaba bulliciosa en la banda opuesta del
barco. El Capitán von Graff también estaba allí, inmóvil, oteando el horizonte a través de
un catalejo. Se abrió paso hasta el fornido y curtido marino y esperó intrigado a que éste
pronunciase alguna palabra...a simple vista él apenas pudo advertir unos lejanos brillos
sobre la superficie del agua, sin distinguir aparejo de barco alguno.
- ¿Piratas? - Preguntó finalmente al abstraído comandante del navío...Von Graff no se
inmutó, pero un interminable instante después plegó el instrumento, escupió un espeso
lapo sobre la cubierta y se dirigió a Ludwig en tono seco...
- Y dígame, General... ¿esperaba vuecencia la visita de algún elfo?
BATALLA DEL DESEMBARCO DE SARTOSA
Altos elfos vs Imperio
2.500 ptos
LISTAS DE EJÉRCIO
1er Cuerpo de Ejército Imperial

(Gdi) General, General del imperio [319 points]


- Escudo Hechizado
- Piedra del Amanecer
- Espada de oro
(MB) Gran Maestre, Maestre Borhelmhof [201 points]
- Amuleto de la Suerte
- Anillo de Volans (Protección de Pha)
(MJ) Hechicero de batalla, Maestro Joanwise [125 points]
- Pergamino de dispersión
(CK) Capitán del Imperio, Capitán Keham [72 points]
(PR) Sacerdote Guerrero, Padre Richlas [72 points]
(PD) Sacerdote Guerrero, Padre Dabur [118 points]
- Amuleto de Obsidiana
(PA) Maestro ingeniero, Profesor Adelman [76 points]
(CdLR) 10 Caballería del Círculo Interior, Caballeros del León Rojo [265 points]
+ Maestre Borhelmhof, Padre Dabur, Maestre, Portaestandarte, Músico
- Estandarte de Guerra
(Gdb) 20 Grandes espaderos, Guardia del barón [364 points]
+ Padre Richlas, Campeón, Portaestandarte, Músico
- Pendón Reluciente
(1AGB) 10 Arqueros, 1º Auxiliares Guardia Barón [0 points]
(2AGB) 10 Lanceros, 2º Auxiliares Guardia Barón [0 points]
(FdA) 20 Espaderos, Filos de Averland [223 points]
+ Capitán Keham, Duelista, Portaestandarte, Músico
(1AFA) 10 Milicia, 1º Auxiliares Filos Averland [0 points]
(FdB) 15 Arcabuceros, Fusileros de Brenberg [145 points]
+ Tirador
(MdB) 10 Milicia, Milicianos de Brenberg [60 points]
(Gc) Gran cañón, Gran cañón [120 points]
(2Gc) Gran cañón, 2º Gran cañón [120 points]
(CdS) Cañón de Salvas, Cañón de Salvas [120 points]
(M) Mortero, Mortero [100 points]
Total: 2500 points

Incursores de Lord Nolrandir

(LVA) Personaje, Lord Var´Al [285 points]


- Libro de Hoeth
- Espada aullante
(LN) Personaje, Lord Nolrandir [325 points]
- Armadura Sombría
- Anillo de la Ira de Khaine
- Piedra de Obsidiana
(E) Personaje, Erilone [155 points]
- Escudo Hechizado
- Talismán de Salvación
(D) Personaje, Dinsael [130 points]
- Escudo de Sierpe Marina
- Rubí de destrucción
- Corona dorada de Atrazar
(I) Personaje, Isondil [138 points]
- Lanza de Caballería estelar
- Yelmo del dragón
- Poción de temeridad
(HdV) 5 Guardianes de Ellyrion, Heraldos del Viento [90 points]
+ Portaestandarte
(JdA) 5 Guardianes de Ellyrion, Jinetes de Arroyoestrella [90 points]
+ Portaestandarte
(YdTE) 15 Yelmos Plateados, Yelmos de Tor Elyr [352 points]
+ Isondil, Campeón, Músico, Portaestandarte
(GC) 20 Leones Blancos de Cracia, Guardia Craciana [301 points]
+ Erilone, Dinsael, Campeón, Músico, Portaestandarte, Lord Var´Al
- Estandarte del Dragón del Mundo
(SdN) 10 Sombríos, Sombras de Nagarythe [161 points]
+ Lord Nolrandir, Campeón
- Arco de Ellyrion
(EdN) 5 Maestros de la Espada, Espadas de Nolrandir [75 points]
+ Campeón
(EdLE) 5 Maestros de la Espada, Espadas de Lord Ethvaion [75 points]
+ Campeón
(FdTE) 10 Arqueros, Flechas de Tor Elyr [110 points]
+ Músico
(L1) Lanzavirotes, Lanzavirotes 1 [70 points]
(L2) Lanzavirotes, Lanzavirotes 2 [70 points]
(L3) Lanzavirotes, Lanzavirotes 3 [70 points]
Total: 2497 points
DESPLIEGUE
Hechicero Imperial (Fuego): Bola de Fuego y Rayos de Destrucción Abrasadora
Archimago Alto elfo (Vida): Sangre de la tierra, Trono de parras, Resurrección y Los
que habitan bajo tierra
El imperio gana la tirada para comenzar
TURNO 1.- IMPERIO
No hubo cargas en el primer turno.
En la fase de magia el hechicero imperial trató de lanzar la Bola de Fuego sobre los
Guardianes de Ellyrion, pero fue dispersado por el archimago. Uno de los sacerdotes
imperiales lanzó el Escudo de Fe sobre los Caballeros del Imperio que entró. Cuando
trató de lanzar el Martillo de Sigmar el archimago lo dispersó.

En la fase de disparo el primero de los grandes cañones disparó contra uno de los
lanzavirotes pero se quedo corto. El segundo gran cañón sin embargo alcanzó su
objetivo destruyendo el lanzavirotes. El cañón de salvas apuntó contra una de las
unidades de Guardianes de Ellyrion y la volatilizó. Afortunadamente los Leones
Blancos, los Yelmos Plateados y la segunda unidad de Guardianes de Ellyrion
superaron sus chequeos de pánico y se mantuvieron firmes. Por último el Mortero trató
de alcanzar a los Leones Blancos pero su tiro se desvió sin causar daños.
TURNO 1.- ALTOS ELFOS
No hubo cargas tampoco por parte de los altos elfos. En la fase de magia el Señor del
conocimiento activó su Anillo de la Ira de Khaine pero el hechicero imperial lo
dispersó. El héroe de la unidad de Leones Blancos trató de activar su Anillo de
Destrucción pero no consiguió lanzar el hechizo que este contenía. Para compensarlo el
Señor del Conocimiento lanzó una Bola de Fuego sobre los espaderos matando a uno de
ellos. Fue entonces el turno del archimago que trató de lanzar el Trono de Parras. El
hechicero imperial consiguió dispersar el hechizo agotando su reserva de dispersión.
Desafortunadamente cuando el SdC trató de lanzar el Miasma de Keloth sobre el Cañón
de Salvas perdió la concentración. Previendo lo que estaba por venir el Archimago
protegió a los Leones Blancos con la Sangre de Tierra.
Trono de parras -> dispersado

En la fase de disparo el primero de los lanzavirotes se dejó llevar por el pánico y disparó
contra el Cañón de Salvas. Su disparo impacto al cañón pero solo consiguió hacerle una
herida. El segundo lanzavirotes disparo una salva contra los arcabuceros matando a uno
de ellos. Los arqueros dispararon también sobre los arcabuceros haciendo dos bajas más
pero sin conseguir forzar su chequeo de pánico. Por último los Sombríos dispararon
contra los espaderos haciendo dos bajas más.
TURNO 2.- IMPERIO

Las tropas imperiales continuaron avanzando sin cargar. En la fase de magia el


hechicero imperial trató de lanzar una Bola de Fuego potenciada contra los Leones
Blancos de Cracia que fue dispersada por el Archimago. Cuando posteriormente trató de
lanzar un Rayo de Destrucción sobre esta misma unidad perdió la concentración.
Uno de los Sacerdotes, sin embargo, consiguió lanzar el Escudo de fe sobre los Grandes
Espaderos.
En la fase de disparo los arcabuceros y el maestro ingeniero consiguieron eliminar la
unidad de Guardianes de Ellyrion restante abriendo hueco para que el cañón de salvas
disparara sobre los Leones Blancos 16 tiro que dejaron 6 elfos muertos. Menos suerte
tuvieron los grandes cañones imperiales que dispararon sobre los lanzavirotes. Uno de
ellos se quedó nuevamente corto y el que impacto solo logro hacer una herida. Sin
embargo los arqueros imperiales remataron el trabajo haciendo dos heridas más a la
dañada máquina de guerra.
TURNO 2.- ALTOS ELFOS

Castigados por el fuego imperial los Altos elfos se lanzaron a la carga, pero los Yelmos
plateados fallaron miserablemente su carga contra la infantería imperial frente a ellos.
Esto obligó a los Leones Blancos a cargar contra los espaderos para evitar una nueva
salva de la artillería imperial. Como respuesta el destacamento de Milicia que
acompañaba a los espaderos declaró una contracarga contra los Leones Blancos que fue
a su vez respondida por la carga de los Sombríos contra los milicianos.
En la fase de magia el archimago trató de preparar a los Leones para el inminente
combate lanzando el Trono de Parras pero el hechicero imperial volvió a dispersar el
sortilegio. No obstante no pudo evitar la protección de la Sangre de Tierra
inmediatamente invocada por el archimago alto elfo.
En la fase de disparo el lanzavirotes restante disparó contra los Grandes Espaderos
haciéndoles dos bajas mientras que los arqueros abatían a dos arcabuceros más.
En el combate posterior los Leones hicieron 8 bajas a los espaderos mientras que los
sombríos por su parte hacían 7 bajas a la milicia. Las tropas imperiales consiguieron
hacer 4 bajas a los Leones Blancos perdiendo el combate. Los espaderos dieron media
vuelta y huyeron... PERO LOS MILICIANOS OBTUVIERON UN DOBLE 1 en su
chequeo y se mantuvieron firmes exponiendo el flanco de los Leones Blancos a la carga
de la caballería imperial.
TURNO 3.- IMPERIO
El ejército imperial decidió por fin asestar su golpe con intención de rematar a los altos
elfos. Los caballeros imperiales cargaron contra los Leones Blancos de Cracia mientras
que los Grandes Espaderos y los lanceros que los acompañaban cargaron contra una de
las unidades de Maestros de la espada que defendían el lanzavirotes restante. Por último
el general imperial cargo contra la máquina de guerra de los altos elfos. Al mismo
tiempo los espaderos que habían huido el turno anterior se reagruparon.
Los practicantes arcanos del imperio trataron de aportar su granito de arena pero el
Archimago alto elfo consiguió dispersar todos los hechizos que lanzaron.
En la fase de disparo los arcabuceros devolvieron el fuego a los arqueros matando a uno
de ellos, mientras que los arqueros imperiales mataban a un Maestro de la espada de la
unidad aun no trabada en combate. La totalidad de la artillería imperial (menos uno de
los grandes cañones que tuvo problemas) descargó su fuego contra los Yelmos
Plateados matando a cinco de ellos.
En el combate del flanco izquierdo imperial el noble que acompañaba a los Leones
blancos lanzó un desafío que fue recogido por el Gran Maestre del imperio quien tan
solo consiguió herir al elfo. Los Sombríos por su parte destruyeron a la milicia mientras
que los Leones Blancos mataban a cuatro de los caballeros. Estos por su parte mataron a
tres elfos haciéndoles perder el combate. Estos sin embargo aguantaron la posición.
En el flanco derecho del imperio las tropas imperiales arrasaron a sus oponentes
recibiendo tres bajas en los Grandes Espaderos antes de hacerlo.
TURNO 3.- ALTOS ELFOS
Los altos elfos intentaron entonces darle la vuelta a la batalla y los Yelmos Plateados
cargaron contra el flanco de la caballería imperial mientras que en el flanco izquierdo
los maestros de la espada cargaron contra los arqueros imperiales.
En la fase de magia el archimago reunió las escasas energías de los vientos de la magia
para resucitar a 4 de los Leones blancos caídos al tiempo que las heridas del noble alto
elfo sanaban como efecto colateral del hechizo del archimago.
En la fase de disparo los arqueros continuaron su duelo con los arcabuceros matando a
dos más de estos, mientras que los Sombríos mataron a otros 3 espaderos.
En el combate cuerpo a cuerpo los maestros de la espada mataron a tres arqueros sin
recibir daño por parte de estos. Mientras en el flanco derecho el noble alto elfo volvió a
desafiar al Gran Maestre pero en esta ocasión ninguno de los adversarios logró herir al
otro. Sin embargo todos los caballeros imperiales fueron derribados antes de poder
atacar. Tan solo el Sacerdote guerrero consiguió matar un último león blanco antes de
que él y el Gran Maestre dieran media vuelta e intentaran huir. Los Yelmos plateados
sin embargo los dieron alcance eliminándolos. También los Leones Blancos se lanzaron
en persecución de los caballeros humanos pero acabaron estrellándose contra los
espaderos recién reagrupados. Afortunadamente para el jugador imperial tanto las
dotaciones artilleras cercanas como el Maestro ingeniero superaron el chequeo de
pánico.
TURNO 4.- IMPERIO
El jugador imperial trato de terminar con el flanco derecho de los altos elfos para
prepararse para recibir a las triunfantes tropas élficas del flanco izquierdo, cargando a
los maestros de la espada trabados con los arqueros por la retaguardia.
En la fase de magia el archimago dispersó nuevamente tanto la Bola de fuego como el
Rayo de Destrucción que el hechicero imperial trató de invocar.
Los problemas se cebaron con la artillería imperial en la fase de disparo. El mortero
tuvo problemas disparando contra los Yelmos y el cañón de salvas estropeó una salva
de 18 disparos contra los caballeros elfos al repetir uno de los dados y sacar problemas
también. Finalmente solo consiguió abatir dos caballeros. Estos salvaron también los
disparos realizados por el maestro ingeniero. El gran cañón disponible si consiguió sin
embargo eliminar otro caballero. Por último los arcabuceros hicieron 4 bajas a los
arqueros altos elfos.
En el combate de ese turno los Maestros de la Espada hicieron 3 bajas a los lanceros
imperiales antes de ser eliminados por estos y los arqueros. Mientras los leones blancos
y los espaderos continuaron combatiendo tras hacerse una baja cada uno.
TURNO 4.- ALTOS ELFOS

En un intento desesperado de salvar a los jóvenes caballeros elfos de una nueva


descarga del Hellblaster, el SdC lideró a los Sombríos en una carga contra el cañón de
salvas trabándole en combate cuerpo a cuerpo.
El archimago volvió a intentar lanzar el Trono de parras para potenciar su Resurrección.
El hechicero imperial consiguió dispersar el primero de estos hechizos pero no el
segundo que resucitó a 4 leones más.
En la fase de disparo los arqueros abatieron a 2 arcabuceros más.
Los Leones blancos y los espaderos siguieron intercambiando golpes y pese a que los
humanos salieron peor parados, la presencia de su capitán les llevó a aguantar la línea
frente a la mermada unidad de infantería de élite de los altos elfos. Peor suerte tuvo la
dotación del cañón de salvas que fue aniquilada por los Sombríos y el SdC quienes en el
movimiento de arrasamiento posterior se estrellaron contra el gran cañón que había tras
ellos. Ante esta masacre los milicianos que habían acudido a reforzar el flanco dieron
media vuelta y huyeron.
TURNO 5.- IMPERIO
Con un grito de furia el general imperial guió a su monstruosa montura contra los
arqueros altos elfos al tiempo que rugía órdenes a los milicianos en retirada que se
reagruparon y volvieron a enfrentar a los elfos.
En la fase de magia los esfuerzos del hechicero imperial volvieron a ser frustrados por
el archimago alto elfo.
Para compensarlo la dotación del Gran cañón superviviente lanzó un disparo
milimétrico que acabó con la vida de uno de los Yelmos plateados, y dos leones blancos
de Cracia tras arrasar toda la primera fila de esta última unidad en el rebote. Para
rematarlo, el noble que lideraba la unidad falló su chequeo de "Cuidado señor" y cayó
abatido.
Finalmente sin embargo, los Leones blancos acabaron con los espaderos y su capitán
reencarándose hacia la línea imperial mientras los Sombríos asesinaban a la dotación del
gran cañón imperial.
TURNO 5.- ALTOS ELFOS

Con renovadas esperanzas los Yelmos plateados iniciaron su gloriosa carga por la línea
imperial abalanzándose contra los milicianos recién reagrupados.
El archimago por su parte siguió esforzándose en recuperar las menguadas filas de los
Leones Blancos de Cracia, pero el hechicero imperial había aprendido de los errores
previos y en esta ocasión dejó pasar el Trono de Parras para dispersar el Resurrección.
El SdC por su parte no fue capaz de accionar el Anillo de la Ira de Khaine.
Rugiendo de rabia el SdC ordenó a los Sombríos apuntar al molesto hechicero de batalla
del imperio y soltar una andanada contra él. Instantes después, el mago humano yacía
muerto con el cuerpo cubierto de flechas pese a los gritos de advertencia de los arqueros
que perdieron a tres de sus miembros intentando proteger al mago.
La carga de los Yelmos plateados resultó devastadora y tras eliminar a 9 de los 10
milicianos se lanzaron en persecución del único superviviente estrellándose contra los
arcabuceros que había tras él.
TURNO 6.- IMPERIO

Consciente del riesgo que implicaba la desbocada caballería élfica, el general del
imperio trató de cargar contra los elfos por el flanco, pero su montura se negó a
obedecer quedándose muy corto en su carga.
El mortero imperial trató de disparar pero nuevamente se vio afectado por los problemas
de las armas de pólvora. El gran cañón restante, por su parte, libero una andanada de
metralla sobre los Sombríos, pero no consiguió provocarles daños. Mejor suerte
tuvieron los arqueros humanos que consiguieron abatir a uno de los exploradores altos
elfos.
En el combate posterior los Yelmos plateados exterminaron a los arcabuceros y
arrasaron hasta el mortero que había tras ellos.
TURNO 6.- ALTOS ELFOS

Observando la vulnerable posición de los Yelmos el general Alto elfo ordenó a su


escolta de Leones Blancos cargar contra el general imperial.
Este se preparó para recibir la carga pero un torrente de magia se precipitó sobre él y los
Leones blancos. Estos se vieron potenciados por la Forma Salvaje de Wissam, el Sangre
de Tierra y la resurrección que levanto un león blanco adicional. Por su parte una
ventisca helada se abatió sobre el líder imperial. Afortunadamente el SdC no consiguió
completar la descarga mágica fallando el Miasma de Keloth y la activación del Anillo
de la Ira de Khaine.
Inmediatamente después los Sombríos abatieron a dos grandes espaderos, mientras que
los Yelmos plateados exterminaban a la dotación del mortero y arrasaban hasta el gran
cañón restante. Por su parte los Leones Blancos consiguieron hacer cuatro heridas al
grifo quien retrocedió aterrado luchando por su vida y matando a cuatro leones blancos
en su huida. Estos prefirieron no exponerse a sufrir más bajas y decidieron dejarlo
escapar.
TURNO 7.- IMPERIO

Con su línea de batalla deshecha y su general huyendo, las tropas imperiales restantes
avanzaron para proteger a su comandante interponiéndose entre este y los altos elfos.
Al resguardo de sus tropas el general imperial consiguió tranquilizar a su montura que
volvió grupas para enfrentarse a los Leones blancos de Cracia y el general alto elfo.
Los arqueros imperiales lanzaron una última salva contra los Sombríos matando a otro
de estos.
Pero nada pudo impedir que los Yelmos Plateados acabaran con la dotación de la última
pieza de artillería imperial y se reorganizaran enfilando al flanco de los arqueros
humanos.
TURNO 7.- ALTOS ELFOS
Envalentonados por su gloriosa carga los caballeros altos elfos se lanzaron contra el
flanco de los arqueros imperiales mientras que la infantería élfica se preparaba para el
choque final.
(No conseguimos recordar qué pasó en esta fase de magia...)
Los Grandes espaderos del imperio cerraron filas cuando los Sombríos lanzaron una
última salva contra ellos matando a uno de sus integrantes. Instantes después sus filas
volvieron a estremecerse cuando los Yelmos Plateados chocaron contra ellos de flanco
tras arrasar a los arqueros imperiales.
TURNO 8.- IMPERIO

En el último turno imperial el general se lanzó contra los odiosos Yelmos plateados
desafiando a su comandante. El noble alto elfo dio un paso al frente y antes de que el
humano pudiera reaccionar hundió la punta de su Lanza de Caballería Estelar en el grifo
matándolo en un instante, mientras que la espada del humano rebotaba contra su
armadura de Ithilmar. Sus compañeros, por su parte, mataron a dos grandes espaderos
más, mientras que el Sacerdote de Sigmar que los acompañaba descabalgaba a dos de
los caballeros élficos.
TURNO 8.- ALTOS ELFOS

Con las sombras del día alargándose todas las tropas que aun quedaban en el campo de
batalla se lanzaron al combate. Los Leones blancos cargaron contra los Grandes
espaderos mientras que los Sombríos hacían lo propio contra el destacamento de
lanceros que los acompañaban.
Con un último esfuerzo, los magos Altos elfos liberaron el poder que les quedaba
sepultando a los Grandes espaderos imperiales bajo una Ventisca helada mientras que 7
Leones Blancos volvían a levantarse para sumarse al combate protegidos, como el resto
de sus compañeros, por la Sangre de la Tierra invocada por el archimago.
En el combate que siguió todas las tropas imperiales a excepción del general, el
sacerdote de Sigmar, el Portaestandarte de los Grandes espaderos y dos lanceros fueron
pasadas a cuchillo por los altos elfos poniendo así punto final a una reñida batalla que
terminaba con...

VICTORIA DE LOS ALTOS ELFOS!!!!!!


RELATOS DE SARTOSA II

- Clinc, clinc...Craaassshh!!!- El frasquito de tinta estalló en mil pedazos al caer al suelo,


y el cansado general no pudo sino lanzar al aire un profundo suspiro de
resignación...llevaba redactando correspondencia y ordenes para sus capitanes desde hacía
horas, siempre bajo la tenue luz de una vela, y parecía que la tediosa tarea no acabaría
nunca. Sus aposentos en la antigua fortaleza del Rey Pirata eran espaciosos y cómodos
en cuanto a mobiliario - el retrete de porcelana de Catai era todo un lujo incluso para los
comerciantes más ricos de Marienburgo - , pero estaban faltos de aceite para los candiles,
leña, jabón y otros suministros básicos que pudieran hacer la estancia más agradable.
Los primeros compases de la campaña en Sartosa estaban resultando penosos y
complicados, y lo que a priori debía haber sido un paseo militar tenía visos de enquistarse
y convertirse en una horrible pesadilla...
...Había perdido una gran parte de sus hombres y de sus valiosísimas piezas de artillería
en el mismo momento del desembarco, viéndose obligado a librar una dura batalla de la
que con dificultad pudo escapar con vida, gracias tan sólo al sacrificio de los grandes
espaderos. Pero sin duda la mayor tragedia para él consistía en la muerte de Rudölf, su
fiel y elegante montura, por la que había pagado una fortuna años atrás al trasladarse a la
capital. En su crianza había dilapidando otro dineral que no tenía, a base de créditos y
préstamos que aún adeudaba, pero sin los cuales no hubiera podido afrontar los enormes
gastos de alimentación y entrenamiento de la bestia. Esos malnacidos piratas élficos
habían aparecido de improviso por cientos, echándoseles encima con una velocidad y
tenacidad implacable. Aunque ellos también sufrieron un severo castigo y sintieron en sus
lánguidas carnes el acero imperial, finalmente lograron arrasar sus líneas y dispersar a
sus desmotivadas tropas, que tampoco esperaban encontrar semejante resistencia a su
llegada. Ahora los elfos controlaban el suroeste de la isla y sus naves vigilaban la costa.
En cualquier caso nadie podría lanzar acusaciones de fuerza contra él por cobardía o
ineptitud en el ejercicio del mando, y menos teniendo en cuenta que la hueste enemiga
contaba entre sus filas con muchos y poderosos magos, cuyos conjuros eran capaces tanto
de quitar el alma a los vivos como de alzar del fango a los muertos... Fray Wilhelm de
Kemperbad, el clérigo que le asistía en asuntos religiosos, le había explicado que la
manifiesta malignidad de los elfos tenía por seguro relación con el elevado grado de
corrupción que había alcanzado esa antigua raza, demasiado expuesta al Caos y a los
Poderes Oscuros. Insistía vehementemente en dar aviso a los Inquisidores mayores de
Altdorf, a fin de requerir los servicios de los Cazadores de Brujas...
… Ludwig no estaba seguro de que mezclar a la jerarquía eclesiástica con su campaña
fuera una buena idea, y menos cuando ya se había visto obligado a solicitar importantes
refuerzos al Emperador, exponiéndose así a las murmuraciones y al descrédito.
- Toc, toc, toc... - el sargento de armas llamó a la puerta por formalidad, ya que se
encontraba entreabierta. El barón hizo una pausa y desde el escritorio hizo gestos al
soldado para que pasara - Adelante, Serge... ¿qué se te ofrece? - El engalanado sargento
se cuadró, aclaró la garganta y habló con acento áspero.
- Herr Barón...mi General...ejem...han llegado los informes de los correos. El ataque del
primer batallón ha sido repelido a las afueras de la población rebelde de Senelite, pero los
incursores "Pieles Verdes" han sido por fin cercados al sur de los Acantilados del
Tuerto...... - Hizo una larga pausa que Ludwig se vio obligado a interrumpir. - ¿Eso es
todo?- El sargento dudó un instante -...Eeeem, no mi General...aún no hemos logrado
capturar ningún elfo con vida para su interrogatorio...hay...hay también algunos
disturbios en el pueblo...al parecer algunos milicianos han bebido más vino y grog de la
cuenta y han acabado quemando una taberna...-
No era el primer incidente relacionado con la bebida, y al parecer el licor abundaba en esa
isla de pendencieros y matasietes.
- Está bien...bien...quiero que te encargues de buscar a los instigadores de la trifulca.
Haz que los ahorquen inmediatamente...No se debe tolerar la indisciplina de ninguna
forma y mucho menos en las guarniciones...del resto de asuntos ya me ocuparé yo mañana
personalmente. Puedes retirarte...y cierra la puerta al salir. -
Una vez el ayudante se hubo marchado con toda marcialidad y ceremonia, el joven noble se
recostó en el asiento, estiró los brazos torpemente y se sintió tremendamente
viejo...invasores elfos, piratas, desertores, borrachos y, por si fuera poco, de los bosques
había surgido un tropel de monstruos sanguinarios que les hostigaban...apenas acababa
de llegar, pero ya odiaba esa maldita isla con toda su alma...
RELATOS DE SARTOSA III

El joven noble Alto elfo avanzaba deprisa por los pasillos del majestuoso edificio
con la mente llena de dudas que estallaron cuando llegó frente a una ornamentada
puerta de madera de haya y plata. Aun dudó un instante más, debatiéndose entre la
claridad con la que su corazón le impulsaba a actuar y las confusas reservas de su
mente, antes de llamar a la lujosa puerta.
Sorprendentemente no obtuvo respuesta, lo que intranquilizó aun más al joven
Isiondil y le llevó a posar su mano enguantada sobre el pomo conforma de dragón de
la espada que colgaba de su costado al tiempo que giraba pausada y silenciosamente
la puerta. Sus labios murmuraron una plegaria a Hoeth mientras los goznes de la
puerta cedían y sus músculos se contrajeron a la espera de recibir una descarga
eléctrica, el impacto de una fuerza invisible, o algún otro molesto, o potencialmente
letal, efecto mágico que el ocupante de los aposentos hubiera dispuesto para evitar
ser molestado.
Pero nada de ello ocurrió. La puerta se abrió sin resistencia (y sin sorpresas)
revelando una amplia habitación en la que la brisa nocturna se introducía por un
amplio ventanal abierto sobre la plaza principal de Tor Lysean. Pero aquellas
habitaciones, reservadas para los huéspedes de mayor prestigio se encontraban
vacías. Aparentemente su ocupante se había marchado de allí precipitadamente,
pues varios lujosos ropajes aparecían dispersos sobre el amplísimo lecho con dosel
que ocupaba el centro de la habitación. Siendo todos ellos ricos vestidos
ceremoniales, parecían sin embargo haber sido descartados por otro más merecedor de
la importante ocasión que se celebraba, precisamente en esos momentos, tres plantas
más abajo del lujoso palacio en el que se encontraba el joven príncipe de Cáledor.
Isondil se volvió para marcharse pero en el último instante se detuvo volviéndose
hacia el interior de la estancia. Notaba la brisa que entraba por la abierta balconada,
un indicio más de las prisas del ocupante por abandonar la estancia, pero las cortinas
no se movían y la luz de las velas se mostraba extrañamente estable…
- Lord Var´Al?- Se atrevió a preguntar el noble caledoriano recriminándose a si
mismo el hablarle a una habitación vacía.
- Está visto que en las mentes de nuestra aristocracia guerrera está inscrito a letras
de fuego no respetar ni el silencio ni el trabajo ajeno.- emergió una voz de la silla
vacía situada frente al amplio escritorio dispuesto en uno de los laterales de la
habitación. Esta, por cierto, pareció deshacerse sobre sí misma para posteriormente
rehacerse ante los sorprendidos ojos del noble alto elfo revelando un escritorio
completo de papeles y mapas en el que una esfera cristalina que emitía un suave
resplandor verdoso iluminaba el rostro del solitario ocupante de la silla instantes
antes vacía.
- Mi Lord, nos esperan en el salón de baile.- informó el caledoriano obligándose a sí
mismo a permanecer impasible ante una nueva demostración del poder mágico de su
interlocutor.
- Y sin duda alguna culpáis a mi excentricidad avelornocii de haberos robado este
instante de gloria al haber sido enviado a indagar mi ausencia de allí donde la
etiqueta me obligaba a encontrarme. O tal vez se trate de que mis sospechosos
estudios de lo arcano absorben mi mente una vez más impidiéndome atender mis
verdaderas obligaciones?
La voz del viejo elfo sonaba hastiada, si bien el cansancio que el joven noble advirtió
en esas palabras parecía responder a causas aun más profundas que el tedio que
producían al avelornocii los fastos por la reciente victoria del ejército en Sartossa.
Isiondil se dio cuenta entonces de que ese cansancio se había instalado en la voz del
viejo mago tras el enfrentamiento con el ejército imperial en la playa del Paso
Oriental. Realmente aquello no sorprendía al noble caledoriano. Entonces, el día se
había salvado gracias a los hechizos del curtido mago avelornocii. Su tío, Ëarmbor,
Príncipe de Tor Lysean, se había amparado en las elogiosas, y por qué no decirlo,
merecidas palabras del Señor del Conocimiento Lord Nolrandir para aupar la
carga de los jóvenes Yelmos Plateados encabezados por Isiondil a la cumbre de los
elogios en la corte, pero el joven guerrero sabía la verdad. Sabía que cuando los
sucios artilleros imperiales había barrido la línea de batalla élfica con sus horrible
ingenios de pólvora, cuando el advenedizo general imperial a lomos de su grifo de
guerra había deshecho el flanco izquierdo de los altos elfos, cuando él y sus
compañeros habían sido incapaces de domeñar a sus corceles élficos, aterrados por el
ruido de la artillería humana, y obligarlos a cargar contra las tropas imperiales, en
ese momento, había sido Lord Var´Al quien los había salvado. El viejo hechicero
había cubierto de magia a su escolta de Leones blancos y protegidos de esta manera
los cazadores cracios se lanzaron en solitario contra la línea imperial.
Los humanos habían replicado primero engullendo a la solitaria unidad élfica entre
vulgares milicianos. Lord Nolrandir se había sumado entonces al ataque junto con
los exploradores Sombríos, pero la línea imperial había aguantado. Peor aún, la
incapacidad de Isondil y los aristócratas elfos a su mando había expuesto a los
cracios a la carga de la caballería pesada imperial. Esta golpeó con fuerza las
mermadas líneas de los leones Blancos de Cracia mientras que Lord Var´Al
enronquecía lanzando hechizo tras hechizo para proteger a la infantería élfica de
élite.
Finalmente la caballería élfica que él mismo encabezaba se había lanzado contra el
flanco imperial, ni un segundo antes de que las líneas de los Leones blancos
sucumbieran al empuje de los súbditos del Emperador. Aquello había sido el inicio
de la imparable cabalgada que era la comidilla de todas las cortes de Ulthuan. A lo
largo y ancho del continente insular se elogiaba en aquel mismo instante la carga de
los jóvenes caballeros ante la que habían sucumbido la caballería imperial,
milicianos, arcabuceros, y arqueros enemigos, y la mitad del tren de artillería que los
imperiales habían desembarcado en la isla de Sartosa. Pero Isondil sabía que había
sido Khaine quien había impedido que el cañón de salvas que hasta entonces había
ganado la batalla para el imperio les hiciera, a él y a sus compañeros, volar en
pedazos. Ni aun entonces hubieran podido salvarse de no ser por los tétricos
guerreros nagarothii que encabezados por Lord Nolrandir habían silenciado
definitivamente el peligroso ingenio de pólvora. Tras aquello, Isondil había liderado
la carga de los suyos. Se decía en las cortes de Ulthuan que Kornous impulsaba
sus corceles y el propia Asuryan guiaba sus armas. Pero el caledoriano sabía que
eran plegarias a Khaine las que él y el resto de los Yelmos plateados tenían en los
labios al cabalgar. Pues todos ellos luchaban y cargaban con la convicción de la
derrota. Las filas de los Leones blancos de Cracia había desaparecido e Isondil
sabía que su carga no podría romper la cerrada formación de Grandes Espaderos
que acompañaba al Conde imperial que lideraba el ejército enemigo.
Sin embargo, cuando tras haber recorrido de este a oeste la línea imperial, los
caballeros élficos hicieron virar sus monturas y bajaron sus lanzas para enfrentar su
destino, pudieron ver como las reconstituidas filas de los cazadores cracios
rechazaban al general humano golpeando a su monstruosa montura hasta hacerla
huir cubierta de su propia sangre. Ningún artificio mágico que el viejo avelornocii
pudiera ejecutar podría superar la maravilla que produjo en Isondil el poder arcano
desplegado entonces. Desbordante de energía mágica Lord Var´Al se alzaba entre
su guardia de élite sobre un trono de hojas y ramas mientras la magia Jade fluía a su
alrededor y su través. Como un Dios en pleno acto creador, el viejo elfo canalizaba
las energías de la tierra hacia el cuerpo de sus escoltas caídos sanando sus heridas
permitiéndoles alzarse de nuevo. Mientras cabalgaba para apoyar su carga contra
los supervivientes imperiales, con renovadas esperanzas, Isondil vio como siete de
los poderosos cazadores cracios se levantaban del suelo donde yacían y se
incorporaban inmediatamente a la carga de sus compañeros completamente
recuperados. El noble de Cáledor comprendió entonces como se había salvado el día.
Observando al viejo elfo entendió también el coste que había tenido para él. Lord
Var´Al estaba exhausto aun después de las dos semanas transcurridas desde la
batalla, y el viaje de vuelta a Ulthuan, exigido por el Rey Fénix para homenajear
a los audaces héroes del desembarco de Sartosa parecía agotar aun más al archimago
alto elfo.
- Disculpad a mi tío, mi Lord.- ensayó el noble caledoriano.- No era su intención
fatigaros con la vida cortesana. Quizás podríais recuperaros mejor bajo la floresta
de vuestra Avelorn natal…
- Y prolongar aun más esta pérdida de tiempo?- respondió airado el archimago elfo
cuya voz pareció recuperar de pronto toda la energía que Isondil la recordaba de la
playa de Sartosa.- Ignoráis a caso, mi joven amigo, la apurada situación en la que
se encuentra Lord Nolrandir? Los humanos han desembarcado finalmente en el
extremo noroccidental de Sartosa y se han hecho con el control de la Fortaleza del
Rey Pirata, y los pueblos de Sartosa y Raba, mientras nuestras fuerzas,
abandonadas por nosotros, sus líderes, se estrellaban contra los muros de Vercuso y
Vermunte.
- Pero…
- El Señor del Conocimiento partió hace una semana de la Torre Blanca y en estos
momentos avanza hacia el sur desde el Bosque del Snotling, donde ha conseguido
azuzar a las tribus pieles verdes contra la fuerza de desembarco imperial, para
tratar de evitar que los humanos tomen Caragio cerrando así nuestro acceso al
extremo meridional de la isla. Parece que a diferencia nuestra, el Emperador espera
haber conseguido la victoria antes de celebrarla.
- Pero entonces los imperiales podrían cerrar nuestro acceso al Faro de Sartosa e
impedir el cumplimiento de la misión que nos asignó su Alteza el Rey Fénix!
Tenemos que volver de inmediato a Sartosa.
- Por fin un rayo de inteligencia estratégica entre tanto baile y tanta gala, Sire!-
dijo el avelornocii mirando desdeñosamente la ornamentada Armadura Dragón del
caledoriano vestía para la ocasión.- Me temo que nuestra visita a mis pares en
Avelorn tendrá que retrasarse. Reuníos conmigo en el puerto joven señor.- ordenó el
comandante alto elfo a su marcial subordinado mientras una luz verde lo envolvía y
lo descolgaba desde la balconada depositándolo suavemente en la plaza principal de
Tor Lysean, donde ya esperaba su guardia personal de Leones Blancos de Cracia.
Isondil se asomó a la balaustrada para ver alejarse al archimago, asombrado al
advertir que todo rastro de cansancio parecía haber desaparecido de su voz en cuanto
pudo comunicar su intención de volver al frente.
- Ah! Y despedirme cortésmente de vuestro tío y sus nobles, aristocráticos y
draconianos pares!.- le escucho pronunciar el joven noble de Cáledor, mientras
abandonaba precipitadamente la estancia en dirección a sus propios aposentos, con
una sonrisa en los labios. Ni a su tío ni a sus aristocráticos subordinados iba a
hacerles la mitad de gracia que a él esas palabras.
BATALLA DE LA TORTUGA
Orcos y Goblins (2000) vs Imperio (1850)
RELATOS DE SARTOSA IV

- Con la venia Excelencia.- el rastreador apartó a un lado la gruesa tela que


formaba la puerta de la tienda de campaña de su comandante y penetró en el recinto
caldeado por una fogata sobre la que aun brillaban algunas ascuas.
Fuera el viento arreciaba en las primeras luces de la mañana. El ejército imperial se
encontraba acampado en los límites del Bosque de Merwin Occidental justo donde
arrancaba el macizo montañoso conocido como Acantilado del Tuerto, a escasos días de
marcha de Roba. Se encontraban allí persiguiendo a la horda de Pieles Verdes que había
saqueado Sartosa pocos días después de que el primer cuerpo de ejército imperial Hubiera
tomado posesión de la ciudad y marchado hacia el sur. Tras varias semanas de
persecución, los pieles verdes habían sido acorralados contra el acantilado por el segundo
cuerpo de ejército imperial a las órdenes del General Von Bruke quien en ese momento se
preparaba para recibir el informe de sus cazadores de vanguardia acerca de los últimos
movimientos de la horda goblinoide.
- Que habéis podido averiguar de esos salvajes, Rocharcen?.- inquirió el general
imperial.
- Poco su excelencia, este maldito tiempo hace extremadamente peligroso para mis
Hombres y yo, el penetrar en la montaña. Hemos podido identificar huellas de goblins y
orcos, así como de lobos gigantes. También hemos encontrado rodadas que sugieren que
los pieles verdes acarrean algunas de sus toscas piezas de artillería pero no nos ha sido
posible establecer contacto visual con los salvajes.
Von Bruke no se sorprendió. Los pieles verdes llevaban años habitando la mitad
septentrional de la isla de Sartosa y si bien normalmente no actuaban más que en
pequeños grupos, la llegada de las fuerzas imperiales y de los altos elfos parecía haber
precipitado la emergencia de algún líder entre las tribus goblinoides de la suficiente fuerza
como para aunarlas bajo un solo estandarte y convertirlas en una amenaza real para las
poblaciones de la isla.
Con el desembarco inoportunamente interrumpido por el enfrentamiento con los altos
elfos, el comandante en jefe imperial en Sartosa, el Conde Ludwing, tan solo había
podido destacar a las fuerzas de von Bruke en persecución de esa amenaza. Nadie conocía
a ciencia cierta las dimensiones de la horda piel verde y por eso la información que
Rocharcen y sus cazadores pudieran aportar era tan necesaria ante la inminencia del
enfrentamiento con los salvajes. Pero los goblinoides conocían aquella isla mejor que sus
cazadores y sabían cómo mantener sus fuerzas ocultas a los ojos de sus exploradores. Y
además estaba el maldito tiempo. Con aquella lluvia y aquel viento que soplaba inclemente
en el extremo norte de la isla hubiera sido imposible distinguir un tanque a vapor hasta
que los hubiera pasado por encima, por lo que los cazadores de Rocharcen desconfiaban de
cada recodo de los senderos que llevaban a la montaña y sus informes estaban siendo
excepcionalmente incompletos y poco productivos.
- Está bien rastreador. Veamos entonces que puedes decirme de los pasos hacia el
sur.-
Si no podía conocer las dimensiones y composición de las fuerzas enemigas, al menos
podría elegir donde enfrentarlas. Von Bruke era consciente de que los pieles verdes no se
arriesgarían a marchar de nuevo contra Sartosa y el Castillo del Rey Pirata. Desde que
su cuerpo de ejército había guarnicionado la cercana Roba, los salvajes se había dirigido
hacia el sur, tras los pasos del 1er cuerpo imperial, buscando ganar las Colinas de Osso.
Imaginaba que volverían a intentarlo ahora que los pasos hacia el norte estaban mejor
guardados.
- Existen tres pasos hacia el sur Excelencia.- Contestó el Rastreador.- Mis muchachos
los han estado explorando en los últimos días y todos opinan que los pieles verdes
avanzarán por el más occidental buscando evitar el enfrentamiento con las tropas, Señor.
- Espero que tus informaciones acerca del paso sean más precisas que eso Rocharcen, o
Tendré que guiar a mi ejército a ciegas hasta que mis hombres se precipiten por los
acantilados occidentales.- contestó Von Bruke al quien la ineficacia de sus exploradores
comenzaba a irritar.
- Por supuesto Excelencia. Permitidme mostraros el mapa que hemos levantado de la
Zona. respondió el Rastreador con una sonrisa. La conversación había discurrido como él
esperaba y ahora entregó confiado el mapa a su comandante.
Von Bruke asintió con una leve inclinación de cabeza y desenrolló el mapa que el
Rastreador le había ofrecido. Los estudió con atención trazando mentalmente el
despliegue de sus limitadas fuerzas y se sintió agradecido a que los estrechos y abruptos
límites del campo de batalla que reflejaba el mapa de sus exploradores ofrecieran, al
menos, alguna oportunidad de compensar la previsible inferioridad numérica de sus
fuerzas. Tal vez al final fuera capaz de cumplir el cometido que el Conde le había
asignado.

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Joseph Swein se estaba muriendo de frio, o al menos eso pensaba él, mientras tiritaba
violentamente bajo el capote roído con el que trataba de protegerse del viento, acurrucado
en círculo junto a otros compañeros de rancho. El capitán les había prohibido so pena de
severos castigos encender ningún fuego, y casi envidiaba a los pieles verdes, cuyo
campamento podían intuir iluminado a lo lejos. Sabía no obstante que dentro de la tienda
de mando había braseros, y que las tropas regulares, aún durmiendo al raso, disponían de
gruesas mantas de lana...pero el servicio en las compañías libres era un renglón aparte
en la organización militar del Imperio, y poco importaba el confort de la chusma...
Llevaban días rastreando y persiguiendo sin éxito a la horda de monstruos que habían
atacado la población de Sartosa, pululando sin rumbo por el bosque de Marwin hasta la
llegada del nuevo comandante, quien había finalmente logrado seguir la pista de esas
malas bestias, acorralándolas entre los acantilados de la costa oriental. El nuevo mando
del Batallón era seguramente el sujeto más extraño que Joseph había visto nunca, pero
parecía gozar del favor y confianza del joven Barón von Dunkel. Tampoco era el único
personaje extravagante por aquellos parajes a ojos del miliciano, pues un grupo de rudos
enanos, engalanados con tatuajes azules y crestas teñidas, se habían presentado
sospechosamente en el campamento al anochecer. Uno de ellos mantuvo una breve
conversación con los oficiales, para a continuación volver a desaparecer con el resto entre
la maleza...según le contó su amigo Karl, quien había sido marino años atrás, los
tatuajes que lucían no eran propios de los enanos piratas de la isla, y aseguraba que eran
distintivos de la flota de guerra de Barak-Varr, "La Puerta del Océano".
-GNRRRRRRHHHH...fiuuu...- un sonoro ronquido sobresaltó a Joseph, que no
podía entender como nadie podía dormir aquella maldita noche. Se levantó entumecido, se
frotó las manos y buscó a tientas el frasquito de "matarratas" entre sus
ropajes...quedaban aún un par de sorbos y los apuró de un sólo trago, reconfortándose de
inmediato a pesar del quemazón que el rancio licor le produjo en la garganta y el
estómago. "De algo hay que morir", se dijo a sí mismo, sospechando que el fatídico
momento podía estar ya muy cerca.
RELATOS DE SARTOSA V

Enormes y rugientes hogueras se elevaban sobre "La Tortuga" aquella noche, tiñendo la
peculiar silueta de la colina de un color anaranjado. Pese a que lo peor del invierno había
pasado, un aire gélido cruzaba la isla de oeste a este. Para calentarse, además de avivar
el fuego, los pieles verdes consumían sin mesura el vino y el grog que habían saqueado días
atrás. Extasiados por la bebida, las setas alucinógenas y el retumbar de sus vetustos
tambores, danzaban dementemente en grupos alrededor de las fogatas, empujando a las
llamas a los más borrachos o distraídos entre fuertes risotadas y feroces gritos
guturales...a Bugdul, el gran jefe orco, aquel juego le parecía sin embargo aburrido, y
permanecía alejado de toda la algarabía, sentado sobre uno de los tocones de pino recién
cortados...el hecho de que todos le apodasen "jeta kemada" tenía mucho que ver con su
actual aversión por las danzas rituales. Esa noche se entretenía con un pasatiempo más
"de penzar", que consistía en pinchar con una rama bien afilada al maltrecho enano que
mantenía atado a sus pies, tratando de averiguar donde le fastidiaba más que le clavase la
punta astillada...por los rabiosos gritos que daba, dedujo que el ojo era el mayor punto
débil de su prisionero. De pronto, uno de sus chicoz de confianza apareció apresurado
entre la vegetación, dirigiéndose directamente a hablar con Bugdul.
- ¡Jefe...jefe!...ufff...deziaz la verdaz jefe...el taponzete que kapturamoz aller no
eztaba zólo...olimoz a otroz, loz zegimoz por el bozke...ufff...ze llegaron astaun
kampamento de humanoz a tiro de pedrolo, tirando pallá - y señaló con un dedo en
dirección noreste.
-...Zon toos zoldáoz del kaztillo...pué qe doz o trez puñaoz grandez- matizó el
explorador, tremendamente orgulloso de sus avanzados conocimientos de cálculo.
El orco dejó de azuzar al enano y en su ennegrecida cara se dibujó una mueca parecida a
una sonrisa. Volvió inmediatamente la vista a la más grande de las hogueras, donde un
pequeño y arrugado goblin presidía la escena, sentado sobre un trono de oro y
pieles..."Habrá pelea", pensó para sí el viejo orco, y en una pelea cualquiera puede perder
la cabeza..."tanto enemigoz como archienemigoz"
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El viejo chaman goblin, Skirniseerh, se rebulló entre las pieles que se acumulaban junto a
el en el trono de oro sobre el que se sentaba. La cercanía de la hoguera y el grosor de
las pieles ayudaban a mantener el calor en las recientemente un poco más cálidas noches
invernales pero en lo alto de La Tortuga, tan cerca de los Acantilados del Tuerto, la
cercanía del mar aseguraba humedad y viento en cantidades suficientes como para acusarlo
en sus viejos huesos.
Al menos, pensó, había conseguido convencer al bruto de Bugdul para evitar las montañas
del sur de la isla y a los malditos orejas picudas que ahora las ocupaban, tal y como sus
más “leales” y antiguos camaradas le aseguraban. Si el Kaudillo orco hubiera seguido su
consejo ahora estarían cómodamente sentados en las humeantes ruinas de Sartosa y no a
la intemperie, pero el gigantesco orco salvaje no quiso detenerse una vez hubo probado la
sangre de los escasos defensores humanos de la ciudad y negar a sus chicoz una nueva
pelea únicamente hubiera conseguido enfadar aun más a los brutos que acompañaban a
Bugdul. El liderazgo del viejo chaman se apoyaba en el filo de un cuchillo y solo su
astuta maniobra de vagar por el Bosque de Marwin recolectando tribus de goblins silvanos
le había permitido mantenerse al frente del Waaaagh hasta ese momento.
Pero pronto tendría que hacer algo más. Los insistentes humanos no se habían tomado a
bien las bromas que Skirniseerh les había preparado antes de abandonar Sartosa y habían
salido en su persecución. Hasta el momento sus jinetes de lobo habían mantenido
suficientemente alejados a los humanos como para que el ansia de los orcos de Bugdul se
centrara en talar árboles, pisotear madrigueras de animales y ocasionalmente liarse a
mamporros con algunos de sus goblins. Pero hacía una semana los imperiales habían cerrado
los pasos hacia el sur y ahora no quedaba más remedio que combatir. Después de que sus
exploradores detectaran la partida de Matadores que les venía siguiendo, el viejo Chaman
había improvisado un gran espectáculo durante el cual, entre aullidos y exabruptos había
transmitido la información al Kaudillo orco haciéndola pasar como revelaciones que Gorko y
Morko le enviaban. Caldear los ánimos del bruto era la mejor opción en ese momento.
Skirniseerh estaba convencido de que la mejor solución era que un cañonazo imperial
gigantesco orco pero para eso tenía que convencer al bruto de que todo dependía de él.
Una vez más la artimaña había dado resultado y mientras él elegía el lugar más apropiado
para enfrentarse a sus perseguidores el orco y sus chicoz habían salido en busca de los
enanos. Por desgracia el muy incompetente les había dejado escapar.
- Ahora ezoz zuzioz taponez habrán ido lloriqueando pa´onde loz humanoz y kien zabe
lo´ke lez habran contaó… Un gruñido a su izquierda sacó al chaman de sus cavilaciones.
Bruknahk, su fiel guardaespaldas orco negro había echado mano de una de las incontables
hachas que llevaba siempre consigo y miraba fijamente en dirección al lugar en el que
Bugdul torturaba al enano capturado.
- Amo, el primitivo osa dao mal de ojo!Bruknahk matar El chaman siguió la mirada del
orco negro y vio como el Kaudillo orco de la cara quemada despedía a uno de sus secuaces
mientras sonreía con la mirada puesta en él. La amenaza que se dibujaba en la sonrisa
amarillenta del orco no inquietó lo más mínimo a Skirniseeerh. Cuanto más convencido
estuviera de sus posibilidades más duro lucharía en la inminente batalla que estaba por
venir y eso era algo que al chaman le convenía.
LISTAS DE EJÉRCITO
Waaaaagh de Vughdush

(V) Kaudillo Orco Salvaje, Vughdush [156 points]


(S) Gran Chaman Goblin Nocturno, Skirniseerh [175 points]
(G) Portaestandarte de Batalla Goblin Silvano, Grelbu [145 points]
- Estandarte del Dios Araña
(L) Chaman Orco Salvaje, Lurztgul [120 points]
(D) Gran Jefe Orco Negro, Derecho [90 points]
(I) Gran jefe orco negro, Izquierdo [90 points]
(CdM) 10 Garrapatos Saltarines, Cowboys del Mirador [120 points]
(SdS) 5 Jinetes de Lobo Goblins, Saqueadores de Skirniseerh [50 points]
(IdS) 5 Jinetes de lobo goblins, Incursores de Skirniseerh [50 points]
(Z1) Carro de Lobos Goblin, Zegadora [50 points]
(K) Vagoneta de Ataque Snotling, Kozechadora [45 points]
(LCG) 30 Orcos Salvajes (Grandotes), Loz Chikoz Grandotez [307 points]
+ Vughdush, Lurztgul, Portaestandarte, Derecho
(LPdS) 40 Goblins Silvanos, La Peña de Skirniseerh [148 points]
+ Skirniseerh, Grelbu, Izquierdo, Músico
(Z2) 6 Trolls, Zezudos [210 points]
(T) Lanzagoblins, Trampolín [80 points]
(Z3) Lanzagoblins, Zaltador [80 points]
(R) Lanzapiedroz, Rokozo [85 points]

Total: 2001 puntos

2º Cuerpo de ejército imperial

(MJ) Hechicero Mayor, Maestro Joanwise [225 points]


- Talismán de Salvación
(PB) Sacerdote Guerrero, Padre Borhelmhof [69 points]
(CK) Capitán del Imperio, Capitán Keham [95 points]
- Escudo Hechizado
(PA) Maestro ingeniero, Profesor Adelman [66 points]
(GdR) 20 Espaderos, Guardia de Roba [296 points]
+ Duelista, Portaestandarte, Músico, Capitán Keham, Padre Borhelmhof
(2AGdR) 10 Lanceros, 2º Auxiliares Guardia de Roba [0 points]
(1AGdR) 10 Arcabuceros, 1º Auxiliares Guardia de Roba [0 points]
(BdR) 10 Arqueros, Batidores de Roba [70 points]
(GEdS) 20 Grandes Espaderos, Grandes Espaderos de Sartosa [265 points]
+ Campeón, Portaestandarte, Músico
- Estandarte de la Disciplina
(MdS) 25 Milicia de las compañías libres, Milicia de Sartosa [174 points]
+ Padre Borhelmhof, Campeón, Portaestandarte, Músico
(R) Cañón de Salvas, Rayo [120 points]
(T) Cañón de Salvas, Trueno [120 points]
(MdG) 20 Matadores, Matadores de Grujirsom [277 points]
(MdKL) 3 Matadores, Matadores de Kar-Lund [72 points]

Total: 1849 puntos


DESPLIEGUE
TURNO 1 IMPERIO
Magia:

Vientos de la magia: 6+6


El sacerdote lanza Escudo de Fe sobre las Milicias de Sartosa
El Hechicero de Batalla lanza Maldición de Anraheir sobre los Jinetes de Garrapatos y
Forma Salvaje de Wyssan sobre la Guardia de Roba. Intenta lanzar Rebaño de Muerte
sobre los Jinetes de Garrapatos pero el Chaman Goblin nocturno lo dispersa

Disparo:

Los Batidores de Roba disparan sobre los Jinetes de garrapatos y matan a 1


Trueno dispara sobre los Jinetes de garrapatos y matan a 1
Los arcabuceros disparan sobre los jinetes de garrapato pero fallan
Rayo dispara sobre los jinetes de garrapato y mata a 5
TURNO 1 ORCOS Y GOBLINS

Ninguna unidad falla su Chequeo de Animosidad


Magia:

Vientos de la magia: 6+6


El Chaman orco lanza Explotacerebros contra el Hechicero de Batalla del Imperio pero
no consigue herirlo
El Chaman Goblin lanza Manto de la Noche potenciado con Fuerza Irresistible. En la
disfunción provoca una herida al Portaestandarte de Batalla y mata a cuatro goblins
más. Los dados de energía restantes se pierden en la disfunción.

Disparo:

Rokozo dispara sobre Rayo pero el disparo se dispersa


Trampolín y Zaltador provocan nueve bajas en la Guardia de Sartosa pero los Grandes
Espaderos superan su Chequeo de Pánico
TURNO 2 IMPERIO
Magia:

El Hechicero de Batalla lanza Forma Salvaje de Wyssan sobre los Espaderos y La


Maldición de Anrheir sobre los orcos salvajes. Luego intenta lanzar Rebaño de Muerte
sobre los Jinetes de garrapatos pero el Chaman goblin lo dispersa.

Disparo:

Los Arcabuceros disparan a los Jinetes de Garrapatos pero no consiguen impactar.


Los Batidores de Roba disparan contra los Incursotes de Skirniseerh sin lograr impactar.
Trueno apuntó contra la Peña de Skirniseerh sin lograr impactar gracias al Manto de la
Noche.
Rayo abre fuego contra los Saqueadores de Skirniseerh y volatilizan la unidad.
TURNO 2 ORCOS Y GOBLINS

Ninguna unidad falla su Chequeo de Animosidad.


Magia:

Vientos de la magia: 4 + 1.
El Chaman Goblin lanza Mirada Azezina a los Batidores de Roba y mata a 7 de ellos
pero se le indigesta la seta y se hace una herida.
A continuación vuelve a lanza Manto de la Noche potenciado.

Disparo:

Rokozo destruye Rayo con un pedrusco.


Trampolín lanza otro goblin sobre la Guardia de Sartosa matando a 6 más.
Zaltador dispara sobre los arcabuceros y mata a 3 de ellos
TURNO 3 IMPERIO
Cargas:

Los Matadores de Grujirsom y la Milicia de Sartosa cargan contra los garrapatos sin
conseguir alcanzarlos.
La Guardia de Sartosa carga sobre la Peña de Skirniseerh por el flanco y uno de ellos
muere a consecuencia del Manto de la Noche.
Los Matadores de Kar-Lund cargan contra Trampolín.

Magia:

El Hechicero de Batalla lanza Forma Salvaje de Wyssam con Fuerza Irresistible sobre
los Espaderos, tres de los cuales mueren en la deflagración mientras que el propio
Maestro Joanwise sufre una herida. Cuando inmediatamente después intenta lanzar La
Maldición de Anrheir sobre los Orcos salvajes esta es dispersada por el Chaman Goblin.

Disparo:

Los Arcabuceros matan a 1 garrapato. Trueno hace desaparecer a los Incursotes de


Skirniseerh de una salva.

Combate:

Los Matadores de Kar-Lund destrozan el Trampolín y arrasan contra Rokozo pero no


consiguen llegar hasta él.
En el combate entre los Grandes Espaderos de la Guardia de Sartosa y la Peña de
Skirniseerh los humanos matan a dos goblins y ganan el combate, pero los goblins
aunque sorprendidos y sin poder reorganizarse, mantienen la posición.
TURNO 3 ORCOS Y GOBLINS

Ninguna unidad falla su Chequeo de Animosidad


Cargas:
Zegadora carga contra los Matadores de Kar-Lund
Kozechadora carga de flanco contra la Guardia de Sartosa
Los Zezudos cargan contra la Guardia de Roba y son contracargados por su
Destacamento de lanceros.

Magia:

Vientos de la magia: 6 + 1
El Chaman orco lanza Explotacerebro contra el Hechicero de Batalla pero este lo
dispersa.
El Chaman goblin vuelve a lanzar Manto de la Noche potenciado y a continuación
Puñalada Trapera a la vagoneta snotling

Disparo:

Rokozo dispara sobre Trueno pero el disparo cae muy desviado.


Zaltador trata de lanzar un goblin volador sobre la Milicia de Sartosa pero la máquina se
rompe y queda destruida.

Combate:

Zegadora se estrella contra los matadores matando a cinco de ellos pero estos destrozan
el carro al morir.
En el combate entre Kozechadora y la gran peña de goblins silvanos contra la Guardia
de Sartosa, los pieles verdes matan a 4 grandes espaderos pero el Capitán de la Guardia
de Sartosa sobrevive y causa una herida a la Vagoneta de Ataque. Aunque los pieles
verdes ganan el combate el Tozudo capitán imperial se resiste a huir.
En el centro del campo de batalla los trolls se estrellan contra la Guardia de Sartosa
matando a seis espaderos, pero los humanos defienden duramente su estandarte de
batalla causando cinco heridas a los trolls que pierden el combate y son destruidos en la
persecución.
TURNO 4 IMPERIO

El superviviente de los Matadores de Kar-Lund carga contra Rokozo.


Los Matadores de Gurjnisom cargan contra los Jinetes de Garrapatos.

Magia:

El Hechicero de Batalla del imperio trata de lanzar La Maldición de Anrheir sobre los
Orcos salvajes pero el Gran Chaman goblin consigue dispersarla.
El Padre Borhelmhof lanza Escudo de Fe sobre las Milicias de Sartosa

Disparo:

Los Batidores de Roba disparan contra los Goblins pero fallan.


Trueno dispara sobre los orcos salvajes pero tan solo consigue matar a uno.

Combate:
El matador arrasa Rokozo.
Los matadores arrasan a los Garrapatos después de que estos acaben con uno de ellos.
Finalmente el Campeón de la Guardia de Sartosa es desmoralizado por los goblins
siendo atrapado por la Vagoneta de Ataque en la persecución. La Peña de Skirniseerh
por su parte se reorganiza.
TURNO 4 ORCOS Y GOBLINS

Ninguna unidad falla su Chequeo de Animosidad.


Cosechazodora carga contra el Trueno.
Magia:

Vientos de la Magia: 4 + 3
El Chaman orco trata de lanzar Explotacerebro contra el Hechicero de Batalla pero este
logra dispersarlo.
El Gran Chaman goblin por su parte, desplegando poder mágico lanza Mirada Azezina
sobre los arqueros matándolos a todos, el Manto de la noche sobre los Orcos Salvajes y
el Regalo del Dios Araña sobre sus propios compañeros.
Disparo:

Los goblins silvanos de la Peña de Skirniseerh disparan sobre los lanceros del
Destacamento de la Guardia de Roba y sus flechas envenenadas matan a seis de ellos.
Combate:
En el combate entre la Kosechazodora y Trueno, la vagoneta snotling atropella a la
dotación y sale del campo de batalla después de arrasar la máquina de guerra.
TURNO 5 IMPERIO
Magia:

Vientos de la Magia: 6 + 1
El Hechicero de Batalla del Imperio lanza Rebaño de Cuervos sobre los goblins
matando a uno de ellos. A continuación lanza la Forma Salvaje de Wyssam sobre los
matadores sin que el Chaman goblin intente dispersarlo. Este dispersa la Maldición de
Anrheir cuando el Hechicero intenta lanzarla sobre los Orcos Salvajes.
TURNO 5 ORCOS Y GOBLINS

Ninguna unidad falla su Chequeo de Animosidad


Magia:

Vientos de la Magia: 3 + 1
El Gran Chaman goblin lanza Mirada Asesina a los Espaderos provocando 3 bajas y,
atiborrándose de zetas hasta hacerse una herida, el Manto de la Noche sobre los orcos
salvajes. Pero este segundo hechizo es dispersado por el Hechicero de Batalla Imperial.

Disparo:

Los goblins silvanos disparan sobre los matadores y sus flechas envenenadas terminan
con la vida de cinco de los enanos.
TURNO 6 IMPERIO
Cargas:

Matador solitario y Milicia cargan a los orcos salvajes


Los Matadores de Gurjnisom también cargan pero su carga es fallida.

Magia:

El Padre Borhelmhof lanza Escudo de fe sobre la Milicia de Sartosa


El Maestro Joanwise se desconcentra al lanzar La Maldición de Anrheir

Combate:

Izquierdo desafía al Campeón de la Milicia de Sartosa y mata al humano. La milicia y el


sacerdote hacen 2 bajas. Dos orcos más son derribados por el enano matador.
Los salvajes matan a 5 milicianos y al matador enano.
Pierde la milicia por 1 pero supera su chequeo de desmoralización.
TURNO 6 ORCOS Y GOBLINS

Ninguna unidad falla su Chequeo de Animosidad.

Magia:

Vientos de la Magia: 1 + 1
Con los vientos de la magia convertidos en una suave brisa el Gran Chaman goblin tan
solo puede lanzar el Regalo del Dios Araña sobre sus congéneres.

Disparo:

Los goblins disparan sus arcos benditos y envenados contra los matadores
aniquilándolos.

Combate:

Izquierdo vuelve a lanzar un desafía y el Padre Borhelmhof da un paso al frente, pero


instantes después el sacerdote sigmarita yace sin vida con su sangre empapando el suelo
a los pies del orco negro.
Tras este duro golpe el pánico se extendió sobre los milicianos que solo consiguieron
derribar a dos orcos salvajes mientras perdían a cinco compañeros más a manos de los
pieles verdes. El castigo fue demasiado para los irregulares que dieron media vuelta y
huyeron ladera abajo, pero los orcos no consiguen alcanzarlos.
TURNO 7 IMPERIO
Cargas:

Los Lanceros cargan contra los goblins, que aguantan, pero se quedan cortos.
La Guardia de Roba carga contra los goblins que aguantan y disparan matando a uno de
ellos.

Magia:

El Maestro Joanwise lanza la Forma Salvaje Wissam sobre los espaderos.

Combate:

Derecho desafía, al duelista de la Guardia de Roba, pero el espadachín le atraviesa la


garganta antes de que el orco negro hubiera terminado de lanzar su desafío.
En el combate posterior los espaderos matan 4 goblins que a su vez matan a 4 espaderos
dejando con vida tan solo al Maestro Joanwise, al Portaestandarte de Batalla y al
portaestandarte de la unidad. Sin embargo el ímpetu de la carga y el fervor en la defensa
de sus estandartes dan la victoria Espaderos. Los goblins chequean a liderazgo 9 gracias
a la presencia del Kaudillo Orco Salvaje, pero pese a contar con la presencia de su
general y el Portaestandarte de batalla fallan el chequeo, huyen y son destruidos en la
persecución.
TURNO 7 ORCOS Y GOBLINS
Cargas:

La vagoneta de ataque Snotling y los Orcos Salvajes cargan sobre los arcabuceros que
aguantan y disparan sin conseguir abatir a ninguno de los orcos salvajes.

Combate:
Antes de ser masacrados por los orcos salvajes los arcabuceros logran destruir la
vagoneta de ataque snotling.
Los orcos salvajes arrasan y chocan contra los Milicianos.
TURNO 8 IMPERIO

Magia:

El Maestro Joanwise lanza la Maldición de Anrheir sobre los orcos salvajes y La Forma
Salvaje de Wyssam sombre la Milicia de Sartosa sin que el Chaman orco pueda evitarlo.

Combate:

En el combate entre la Milicia de Sartosa y los orcos salvajes, los milicianos


potenciados matan 3 orcos salvajes mientras que los orcos matan a seis milicianos. Los
Milicianos huyen pero los orcos pierden ocho orcos más en la persecución por la
Maldición de Anrheir.
TURNO 8 ORCOS Y GOBLINS
Magia:

El Chaman orco salvaje lanza el Explotacerebros contra un miliciano pero sufre una
disfunción mágica y muere.

Fin de la batalla: EMPATE


RELATOS DE SARTOSA VI

Habían transcurrido varias largas horas desde el final de la batalla cuando por fin el
Maestro Joanwise "Braunbär", Magister del Colegio Ámbar, pudo sentarse y
descansar. Todos y cada uno de los músculos de su cuerpo estaban tensos, las cicatrices
en su torso desnudo supuraban un brillante icor, y le dolía especialmente la desencajada
mandíbula. Nunca se había visto en la necesidad de acumular tanta energía mágica sobre
él mismo ni sobre otras criaturas, y las secuelas de manipular el viento de Ghur siempre
eran imprevisibles...gracias a su destreza y al beneplácito de Taal, un puñado de soldados
habían logrado frenar a la horda monstruosa que se les había echado encima. Vencer al
fuego con fuego, la fuerza bruta con fuerza bruta, era la máxima del
hechicero...enfervorecidos y vigorizados por los encantamientos oportunos, su regimiento
se había encarado con sobrenatural furia contra una marea de babeantes trolls y chillones
trasgos, destripando bestias con la espada y arrancando girones de carne verde a
mordiscos.
El capitán y los hombres de armas supervivientes vomitaban y aullaban de dolor a su
alrededor, padeciendo los efectos secundarios de la misma magia que les había permitido
salvar el pellejo. El Maestro sabía que algunos de ellos quedarían marcados de por vida
por la transformación que acababan de experimentar. Aunque la mayoría del Waaagh
yacía muerto sobre la colina, desmembrados enanos y hombres servirían de alimento a los
cuervos y alimañas del bosque por igual.
Durante su exilio por las Tierras Yermas y las Montañas del Fin del Mundo, un
neófito Joanwise había aprendido a identificar y luchar contra las diferentes razas de
pieles verdes...aunque acababa de matar a un peligroso chamán noctívago, el liderazgo de
éste sobre goblins silvestres y orcos indómitos le desconcertaban casi tanto como la
presencia de varios orcos negros en la horda. Si su intuición no le fallaba, los orcos
pronto se reagruparían y volverían a atacar, ya que por desgracia varios de los cabecillas
habían logrado escapar de la matanza.
- ¡ Karzaam, razaghaas ür Anraheir!- El ensalmo fue potenciado por la potente voz del
hechicero, que maldijo una vez más a sus enemigos. Una costra de sangre seca cubría el
rostro y brazos de Joseph Swein confiriéndole un aspecto salvaje y terrorífico, similar al
de las pinturas de guerra que lucían los orcos a los que se había enfrentado aquel día.
Joseph estaba vivo, y eso ya era más de a lo que podrían aspirar la mayoría de sus
compañeros. El bueno del Padre Borhelmhof les había bendecido y mantenido unidos
durante el combate, hasta que un enorme orco le rebanó de un golpe la cabeza y la moral
colectiva se derrumbó. La milicia había cargado y resistido firme contra una gran
formación de horribles pieles verdes de tamaño descomunal, y nadie podría reprocharles
su retirada. Un denso manto de niebla y oscuridad cubrió durante la batalla la loma de la
colina, ocultando el verdadero tamaño de las formaciones enemigas. Tanto los hombres de
las compañías libres como los matadores habían caído en la trampa, pero los curtidos
enanos sufrieron la peor parte, pues todos murieron asaetados en su avance. Nada sabía
aún sobre el motivo que había llevado a esos desdichados marinos de Barak-Varr hasta
Sartosa, ni por qué perseguían sin descanso a los pieles verdes, pero tampoco tenía ya
mucho interés en averiguarlo...ese mes cobraría su paga, los restos del Batallón volvían
a la guarnición de Roba, y en las tabernas del pueblo ahogaría por igual penas y temores.
_____________________________________________________________________

- ¡Aaagg...Kitaaa...dejazmeee....Waaaghhhh!- Bugdul se retorcía y agitaba agonizante


mientras corría por el denso bosque, atormentado por los espíritus de la naturaleza que le
hostigaban, arañaban y susurraban extrañas palabras. Acabó tropezando con una raíz de
árbol, momento en que se golpeó fuertemente la cabeza contra un tronco...cuando por fin
volvió en sí, las visiones se habían desvanecido y la foresta quedó en silencio...
- Azí eztá mejor- dijo para sí, tendido en el húmedo suelo y aún con el coco
dolorido...aunque había masacrado a multitud de humanos con su hacha, Gorko le había
privado de la victoria que tanto ansiaba. No estaba seguro del destino de su encapuchado
y odiado rival, pero con suerte se habría convertido en "pazto de garrapato". Bugdul se
puso en pie, se sacudió las hojas y lanzó un aullido. Aún respiraba...la guerra continuaba.
1ª BATALLA DE LAS COLINAS DE OSSO
Altos elfos (1750) vs Imperio (1850)
RELATOS DE SARTOSA VII

El calor arreciaba aquella mañana en el puerto de Sartosa. Los brillantes destellos del
sol de primavera cegaban insistentemente al Barón Ludwig, que hubiera preferido llevar
puesto cualquiera de sus prácticos sombreros de ala ancha, en lugar del engorroso y
recalentado morrión repujado...pero el orden de revista de aquella mañana exigía de él,
como comandante en jefe, que luciese su armadura de gala, y los rigores propios del clima
tampoco suponían mayor problema en comparación con la tormenta que se aproximaba a
boga lenta...
...la barcaza del representante del Emperador se encontraba ya a unas 40 varas del
muelle, cuando el capitán de la guardia mandó firmes a la compañía de lanceros allí
apostada desde primera hora del día. A lo lejos, un poderoso y enorme navío plegaba sus
velas. Cuando los remeros hubieron finalmente amarrado la embarcación, e
inmediatamente después de los toques de silbato correspondientes , los tambores y
clarines arrancaron con el toque de honores. Un hombre de semblante envejecido, tez
pálida, nariz aguileña y oscura barba desembarcó en primer lugar, seguido por una
reducida comitiva de oficiales y acólitos. El emisario vestía sobrios ropajes de viaje, sin
adornos ni más fruslerías que un sencillo amuleto con el sagrado emblema del martillo,
contrastando así con el colorido de los vistosos estandartes regimentales y los uniformes
de la tropa congregada. El Barón se adelantó de entre las filas de soldados para recibirle.
- Sed bienvenido a Sartosa, Señoría. - dijo Ludwig convincentemente, a la par que se
encorvaba en señal de obediencia...a pesar del rango que ostentaba en la isla, no era tan
necio como para no mostrar el debido respeto (y temor) hacia al recién llegado. - Espero
que la travesía os haya resultado agradable.- añadió trivialmente.
- General von Dunkel...consideradme debidamente cumplimentado, pero no hay tiempo
para solemnidades...- respondió secamente Sir Kaldon.
- ...vuestros hombres prestarían mejor servicio ayudando a estibar el flete de mi barco, así
que disolved éste bonito comité antes de que baje la marea.-
La fastuosa calesa dorada (propiedad requisada al huido Príncipe Pirata) recorría las
callejuelas a gran velocidad, ya que no había transeuntes que entorpecieran el paso de su
tiro o el de los caballeros que la escoltaban. Apostados en cada esquina, destacamentos de
arcabuceros montaban guardia y mantenían a ralla a los curiosos. El miedo a una
revuelta callejera o a cualquier disturbio durante la visita había sido motivo suficiente
para que Ludwig decretase la Ley Marcial en las vecindades de Sartosa y Roba, y
durante tres días su fiel sargento de armas, al mando de varios piquetes de guardias,
había estado muy ocupado vaciando de soldadesca y lugareños los burdeles y tabernas. El
cierre de estos locales no podía considerarse en ningún caso total, puesto que, descontando
los antros de peor reputación, muchos habían podido obtener un "permiso especial", a
cuenta de depositar en las manos adecuadas un razonable soborno, regado con algunas
botellas del mejor vino bretoniano.
Sir Kaldon permaneció serio y observador durante el trayecto, y no abrió la boca hasta
que los edificios quedaron atrás y el coche se adentró en la arboleda, siguiendo el tortuoso
camino que conducía al promontorio en que se erguía la fortaleza. Una vez entrados en
conversación, conminó a Ludwig a que le relatase sin tapujos los pormenores y avances
de la Campaña...el General, que estaba seguro de que Kaldon ya habría leído todos los
informes y cartas que había remitido a Altdorf, no tuvo problemas en exponer de nuevo
todos y cada uno de los detalles acontecidos durante los últimos tres meses, hablándole así
del desembarco, la batalla contra los elfos de Ulthuan, la trágica muerte de su grifo, el
asedio de plazas fuertes, la falta de suministro, la mala calidad del forraje, la crudeza del
invierno, la búsqueda de los rebeldes, el hostigamiento de los orcos y así una larga lista...
- Bien parece, Barón von Dukel, que no podemos hablar de progresos en lo que a la
conquista de la isla se refiere...y no olvidemos que esa era precisamente la tarea que el
Emperador os encomendó......- resumió el sombrío emisario -
- ¿Significa eso que se me releva del mando?- preguntó un resignado Ludwig...
Sir Kaldon frunció el ceño y le miró de soslayo, resignándose él a su vez por conocer la
respuesta. - No...por el momento no, General...el padrinazgo del Mariscal del Reik pesa
bastante en la Corte... - se alisó la barba antes de continuar hablando.
- ...Se ha autorizado el envió de más tropas y armas, e igualmente me acompañan
algunos de esos "eruditos" de los Colegios de la Magia...mantener abiertas las rutas
comerciales y el sometimiento de los piratas sigue siendo la prioridad, pero lo que a
algunos más nos preocupa es el inesperado interés de los elfos por la isla...muy extraño...
¿tenéis algún prisionero con el que pueda "conversar"?-
Ludwig se sorprendió e improvisó una disculpa...en los calabozos sólo había por el
momento borrachos y ratas, pero tenía noticias de que un contingente enemigo había
desembarcado en el sur, cerca de Senelite, a donde ya había mandado una columna para
interceptarlo.
DESPLIEGUE
TURNO 1 IMPERIO

El hechicero imperial tiro bola de fuego a los sombríos en una línea y lo dispersé
Luego tiro Protección de Pha a los espaderos y me quedé a un punto de dispersarlo
Por último tiro Distorsión temporal sobre los espaderos cuando ya no me quedaban
dados de dispersión

En disparo el mortero falló, los arcabuceros hicieron una baja a mis sombríos huyendo y
los herreruelos acribillaron a otra de mis unidades de sombríos.
TURNO 1 ALTOS ELFOS

Reagrupé a los Sombríos y los reorganicé para evitar que los caballeros cargaran de
flanco sobre la GdM.
En mi fase de magia tiré Trono de Parras con el archimago (que esta detrás de la GdM
avanzando hacia los Leones y entró.
Trate de lanzar un Piel de Piedra y un Sangre de Tierra sobre la GdM con el nivel 2 pero
dispersó ambos.
Lancé un Destrucción abrasadora sobre los caballeros pero solo obtuve 2 impactos, el
lanzó pergamino de protección y salvo uno de los dos.
En disparo tiré con la GdM y los arqueros contra los Espaderos pero gracias a la
Protección de Pha solo hice 4 bajas.
TURNO 2 IMPERIO
Cargó con los caballeros contra los sombríos. Aguante y disparé sin matar a nadie
Cargó con los espaderos contra la GdM aguanté y disparé matando a 2-3

En magia lanzó Protección de Pha a los espaderos pero la dispersé.


Luego lanzó Velocidad de la luz a los espaderos con tres dados, empleé los cuatro que
me quedaban para dispersarla convencido de que si ganaba/aguantaba ese combate aun
había esperanzas, pero obtuve 3+2+1+1 y no logré dispersarlo.
Ya sin dados de dispersión me comí una Distorsión temporal de Birona sobre los
caballeros.
En disparo lanzó el mortero sobre los Leones y mató a uno. Los herreruelos dispararon
contra los sombríos de la orilla izquierda y mataron a dos. Los arcabuceros dispararon
también sobre ellos pero no mataron a ninguno.

En combate los caballeros dopados volatilizaron a mis sombríos sin que pudiera hacer
baja alguna (lo normal, vamos) y arrasaron llegando a mis Leones.
En el combate entre espaderos y GdM mi mago lanzó un desafío (error) que él cogió
con el cazador de brujas haciendo 3 heridas a mi mago. En el combate mis lanceros se
portaron e hicieron 4 bajas más a sus espaderos pero estos dopados por la Velocidad de
la luz me hicieron 6 bajas quitándome por poco el Impasible.
Aquí decidimos dejar de jugar porque en la persecución los espaderos arrasarían hasta el
archimago matándolo, los caballeros iban a disponer de los bufos de carga y distorsión
temporal de Birona en el combate contra mis Leones haciéndome un escarnio y el
tanque se empotraría en los arqueros inutilizándolos.
RELATOS DE SARTOSA VIII

El acero rechinó entre las costillas del elfo cuando Boris Schwarz, adepto de la Orden del
Martillo Plateado, retiró violentamente la espada del torso ensangrentado de su
oponente...Apenas el mago saboreó la muerte - ¡BANG!- , la salmodia que trató de
conjurar fue interrumpida por un estruendoso pistoletazo, descerrajado a un palmo de su
cara...
...el Cazador de Brujas esquivó una flecha que oyó silbar a su espalda , enfundando el
arma con el cañón aún humeante. A su alrededor un tropel de espadachines se abría paso
entre un denso bosque de lanzas, esquivando puntas y dando tajos con una destreza y una
agilidad inaudita, inducida por las mismas artes arcanas que él tanto despreciaba. La
resistencia del sorprendido ejército de Ulthuan terminó por quebrarse como una fina rama
cuando la caballería imperial y la mole acorazada del "Infatigable", envuelto en una
densa nube de vapor, chocaron contra sus líneas...la batalla había terminado, pero entre la
vorágine Boris advirtió la presencia de una figura en particular...en un instante sacó otro
pistolón bien cebado de la ristra, lo amartilló, apuntó cuidadosamente y apretó el gatillo...
- Volveré a preguntarlo, puesto que es obvio que comprendéis mis palabras...- Sir
Kaldon se erguía ante el prisionero sujetando una pequeña antorcha, con la que apenas
iluminaba unos pocos pasos de la oscura mazmorra y las mortecinas siluetas de dos
carceleros. -¿Qué buscáis en esta isla?...¿Cuáles son los planes de vuestro Rey?...Aún
podéis salvar la vida si cooperáis...de haberlo querido de otra forma, ya estaríais muerto.-
Lord Var´Al, yacía retorcido y encadenado sobre una húmeda y sucia losa, asimilando los
golpes que acaba de recibir en su frágil cuerpo. Le dolían todos los huesos, y la herida de
bala en su muslo izquierdo supuraba un maloliente pus... mediante su arte, el archimago
podría inmediatamente sanar sus lesiones y mitigar el dolor, pero las piedras de
obsidiana colocadas a su alrededor, junto a los sellos arcanos con que le habían atado los
brazos, anulaban su capacidad para canalizar y manipular cualquier energía mágica.
-Bien...no queréis colaborar - zanjó el viejo caballero -...así sea entonces...ejem......en
nombre de su Augusta Majestad Imperial Karl Franz, el Consejo de Electores y bajo la
autoridad del sagrado Templo de Sigmar, yo, Kaldon de Weismund, Inquisidor
General de Altdorf, os acuso ante los presentes de los delitos de brujería, levantamiento
en armas contra la autoridad imperial y confabulación con los Poderes Siniestros, por
los que os condeno en justa penitencia a (...)-
Una lengua de fuego y humo negro se elevó furiosamente en el patio de la Fortaleza del
Rey Pirata, donde un grupo de personas observaban en silencio la ejecución del auto. El
fuego purificador envolvió al condenado quien, para desilusión de algunos, no se había
derrumbado ni suplicado por su vida...todo lo contrario habría sonreído cuando, al leerse
públicamente los cargos, se le imputaron entre otros delitos el de empleo de la magia "sin
autorización"......¿autorización?......pronto estaría gozando de la compañía de sus
ancestros y de las bendiciones de Lileath, y casi se alegró por no tener que presenciar con
sus propios ojos cómo el mundo terminaba de consumirse en el Caos.
Al Barón Ludwig no le gustaba la escena que presenciaba, y pensaba que el trato
dispensado al cautivo no era propio de razas civilizadas...la hoguera le repugnaba tanto
como la presencia del inquisidor y sus secuaces en Sartosa, pero se consolaba pensando
en que esa misma tarde marcharía al Sur para ponerse de nuevo al frente de sus
hombres. Los informes de exploradores coincidían en que a la avanzadilla de altos elfos le
había seguido un contingente aún mayor, y que veloces barcos enemigos patrullaban las
costas de Senelite. La verdadera batalla por las Colinas Osso aún no había comenzado...
...cuando las llamas alcanzaron al mago y la temperatura subió, las ataduras comenzaron
a quemarse y la cera de los sellos sagrados quedó derretida, dispersándose los
encantamientos de protección mágica... Var´Al era libre, y con sus últimas fuerzas invocó
un poderoso encantamiento...una explosión de cegadora luz blanca extinguió el fuego y
derribó a los presentes, transformado al elfo en una fantasmagórica y volátil versión de sí
mismo...cuando Kaldon recuperó la visión aún alcanzó a verle atravesar las murallas,
caminando entre dos mundos.
2ª BATALLA DE LAS COLINAS DE OSSO
Altos Elfos (2100) vs Imperio (2200)
IMPERIO

(BVD) General, Barón Von Dunkel [203 points]


(CJ) Capitan, Capitan Joordric [123 points]
(MB) Hechicero, Maestro Babryt [130 points]
(MD) Hechicero, Maestro Dondaly [125 points]
(PB) Sacerdote Guerrero, Padre Bertsonjen [77 points]
(PA) Maestro ingeniero, Profesor Adelman [66 points]
(GdBVD) 25 Grandes Espaderos, Guardia del Barón Von Dunkel [288 points]
+ Padre Bertsonjen, Campeón
(TdS) 20 Arcabuceros, Tiradores de Sartossa [229 points]
+ Campeón, Portaestandarte, Músico
(1dAdT) 10 Alabarderos, 1º de Auxiliares de Tiradores de Sartossa [63 points]
+ Maestro Babryt
(GdS) 30 Espaderos, Guardia de Senelite [226 points]
+ Duelista, Portaestandarte, Músico, Capitan Joordric, Maestro Dondaly
(1AGdS) 10 Ballesteros, 1º Auxliares Guardia de Senelite [90 points]
(2dAdG) 15 Milicias, 2º de Auxiliares de Guardia de Senelite [90 points]
(R) Cañón de Salvas, Rayo [120 points]
(T) Gran cañón, Trueno [120 points]
(H) Tanque a vapor, Hierro [250 points]

Total: 2200 points

ALTOS ELFOS

(SdC) Señor del Conocimiento, General [305 points]


(LM) Personaje, Lord Archimago [220 points]
(PdB) Portaestandarte de Batalla (Personaje), Il-syl [159 points]
(T) Noble (Personaje), Taaltadis [187 points]
(SdN) 13 Sombrios, Sombras de Nagarythe [140 points]
+ Lord Nolrandir, Lord Mithnole, Portaestandarte de Batalla
(LdI) 25 Lanceros, Lanzas de Isha [261 points]
+ Lord Nolrandir, Campeón, Musico, Portaestandarte
(LdM) 25 Guardia del Mar, Lanzas de Malathan [318 points]
+ Musico, Portaestandarte, Campeón, Portaestandarte de Batalla
(MdlE1) 5 Maestros de la Espada, Maestros de la Espada [75 points]
+ Campeón
(MdlE2) 5 Maestros de la Espada [75 points]
+ Campeón
(Z1) Águila Gigante, Zolsi [50 points]
(E) Águila Gigante, Ellatal [50 points]
(I) Águila Gigante, Iloya [50 points]
(G) Lanzavirotes, Garra [70 points]
(Z2) Lanzavirotes, Zarpa [70 points]
(C) Lanzavirotes, Colmillo [70 points]

Total: 2100 points


DESPLIEGUE
TURNO 1 ALTOS ELFOS
Magia:

El SdC lanza una bola de fuego potenciada a los Grandes Espaderos. El hechizo sale
pero solo obtiene 3 impactos que no logran herir.
El archimago sombras lanza péndulo de penumbras potenciado al Gran Cañón imperial.
Obtiene una disfunción mágica y es arrastrado al Reino del Caos, mientras que el
Péndulo invocado no logra herir a la máquina de guerra

Disparo

Zarpa y Garra disparan sobre los Tiradores de Sartosa provocando 7 bajas. Los
arcabuceros son presa del pánico, dan media vuelta y abandonan el campo de batalla.
Colmillo dispara sobre los Espaderos provocando dos bajas
Los Sombríos disparan sobre los ballesteros matando a uno de ellos.
TURNO 1 IMPERIO
Magia:

El hechicero celestial lanza Rayo de Uranon a una de las águilas pero es dispersado por
el Señor del Conocimiento. A continuación lanza Ventisca Helada sobre el mismo ave
causándole una herida con la Regla del Saber.
El hechicero de Vida lanzó Sangre Terrenal sobre la Guardia de Senelite y Escudo de
Espinas sobre el Cañón de Salvas.
Por último el Sacerdote sigmarita que lideraba la Guardia del Barón extendió sobre esta
el Escudo de Fe.

Disparo

El Gran cañón imperial del flanco oriental disparó sobre Zarpa y aunque logra
impactarle no consigue herirle.
Los ballesteros disparan sobre los Maestros de la Espada matando a dos de ellos.
El comandante del Tanque a Vapor dispara con sus pistolas sobre Taaltadis sin
conseguir herirle, pero destruyendo sus protecciones mágicas (Escudo Hechizado y
Corona Dorada de Atrazar).
TURNO 2 ALTOS ELFOS
Magia:

El Señor del Conocimiento lanza una Bola de Fuego potenciada sobre la Milicia pero es
dispersada.
A continuación lanza un Ventisca Helada sobre el Cañón de Salvas pero cuando trata de
lanzar una Mirada Ardiente de Shem nuevamente sobre la Milicia pierde la
concentración.

Disparo:

Los Lanzas de Malathan disparan sobre la Milicia provocando 3 bajas.


Los Sombríos disparando sobre los ballesteros causan dos bajas más, a las que se
añaden inmediatamente otras tres provocadas por los disparos de Colmillo. Los
ballesteros sin embargo superan su chequeo de pánico.
Garra y Zarpa disparan sobre los espaderos, pero la protección de la colina, la distancia
y la Sangre Terrenal salvan a todos los humanos menos a uno.

Combate:

En el primer combate de la partida Taaltadis se lanza sobre el Tanque a Vapor, pero los
esfuerzos por dirigir a su aterrada montura contra la mole de acero le hacen fallar todos
sus ataques menos uno, y hace una única herida a la máquina de guerra imperial.
TURNO 2 IMPERIO

Magia:

El Maestro Babryt lanza el Rayo de Uranon a una de las águilas pero es nuevamente
dispersado por Lord Nolrandir, y pierde la concentración cuando trata de lanzar
Ventisca Helada sobre la otra.

Disparo:

El Gran Cañón dispara metralla sobre la más adelantada de las dos águilas pero no logra
impactarla.
El cañón de salvas dispara una andanada lejana a los Sombríos y dos de los elfos caen
muertos.

Combate:

El noble alto elfo golpe repetidas veces con su arma a dos manos al tanque, pero las
planchas de acero de la máquina de guerra resisten todos los golpes. A continuación el
Tanque a vapor ruge con sus motores a máxima potencia y aplasta al Noble Alto elfo y
su montura.
TURNO 3 ALTOS ELFOS
Magia:

Lord Nolrandir lanza Mirada Ardiente de Shem sobre los Espaderos matando a dos de
ellos. Los hechiceros imperiales no consiguen dispersarlo, pero si logran dispersar los
siguientes dos hechizos del Señor del Conocimiento, Ventisca helada sobre el Salvas y
Miasma de Keloth sobre el Tanque a vapor. Con una carcajada de triunfo el mago-
guerrero alto elfo se apresta a lanzar una bola de fuego potenciada sobre los Grandes
espaderos, pero el Maestro Dondaly previendo la jugada emplea su Pergamino de
Dispersión estrangulando las energías convocadas por el elfo para su hechizo.

Disparo:

La Guardia del mar en un alarde de precisión marcial arroja una lluvia de flechas sobre
la Guardia de Senelite y pese a la maniobra de reorganización acaba con la vida de tres
de los espaderos. Tres espaderos más caen bajo el fuego combinado de los lanzavirotes
del flanco oriental pese a la protección ofrecida por la colina, pero los humanos
mantienen la posición bajo la atenta mirada del cercano Barón Von Dunkel.
Los Sombríos hacen tres bajas más a los ballesteros pero el único superviviente se
resiste a salir huyendo.
Por su parte la dotación de Colmillo enardecida por el terrible destino sufrido por
Taaltadis dan lo mejor de si mismos y el virote que disparan contra el tanque penetra
profundamente las placas de protección de la mole de acero haciéndole tres heridas.
Combate:

En los dos combates cuerpo a cuerpo del flanco oriental, el águila que se había
abalanzado sobre el Gran Cañón elimina a un artillero, los dos supervivientes se
desmoralizan y la gigantesca ave de presa arrasa hacia el cañón de Salvas.
La otra águila gigante golpea al Maestro Babryt que logra salvar su vida gracias a la
protección del Amuleto de Ópalo que lo protege.
TURNO 3 IMPERIO
Magia:

El Maestro Dondaly lanza Sangre de terrenal sobre los Espaderos sometidos al fuego de
los Lanzavirotes siendo resignadamente asumido por el Señor del Conocimiento alto
elfo, que sin embargo dispersa el Escudo de Fe que el Sacerdote sigmarita trata de
lanzar sobre la Guardia del Barón. Con la reserva de dispersión élfica agotada el
Maestro Babryt trata de lanzar Ventisca Helada sobre su alado rival pero pierde la
concentración mientras esquiva los picotazos del águila.

Disparo:

La furibunda respuesta del tanque al impacto de Colmillo no se hace esperar y el


Lanzavirotes alto elfo estalla en pedazos tras un impacto directo del cañón del tanque.
Instantes después un trueno resuena por todo el campo de batalla cuando la cerrada
descarga de los tres tubos del cañón de salvas rocía a los Sombríos. Cuando el humo de
la pólvora se desvanece todos los hostigadores altos elfos yacen muertos en el suelo.

Combate:

Sin embargo, en el flanco oriental el Maestro Babryt, todavía aturdido por la pérdida de
concentración al tratar de lanzar su hechizo, sucumbe bajo el pico y las garras del águila
gigante.
TURNO 4 ALTOS ELFOS

Cargas:

Las dos águilas situadas tras las líneas imperiales declararon carga sobre el Cañón de
Salvas, pero ninguna de ellas alcanzó su objetivo, quedando ambas a merced de las
contra cargas imperiales.

Magia:

El Señor del Conocimiento se preparó para el inminente combate lanzando Sangre


Terrenal sobre la unidad de Lanceros en la que se encontraba. Con el resto de los dados,
e intuyendo que el punto culminante de la batalla se acercaba lanzó Destrucción
Abrasadora sobre el Tanque... PROVOCANDO UNA NUEVA DISFUNCIÓN. El elfo
perdió 3 niveles de magia dejando al ejército Asur sin magos y con dos turnos por
delante. Afortunadamente el tanque recibió 5 heridas a consecuencia del hechizo. Por
desgracia, el hechicero imperial superviviente había estado guardando un Pergamino de
Protección que evitó 3 de las cinco heridas. Aun dando las primeras muestras de
problemas, el Tanque a Vapor siguió avanzando hacia las líneas de los altos elfos
mientras uno a uno los recursos de estos para detenerlo se iban agotando.
Disparo:

La Guardia del Mar disparó sobre los Milicianos provocando dos bajas. La dotación de
Zarpa orientó el lanzavirotes hacia el tanque consiguiendo impactarle pero sin lograr
penetrar su blindaje. El otro lanzavirotes, al no tener al Tanque a vapor a tiro disparó
una nueva andanada sobre los Espaderos matando a otros tres.
TURNO 4 IMPERIO
Magia:

Sin oposición arcana, el Maestro Dondaly trató de lanzar un Escudo de Espinas sobre
los Espaderos, pero este fue dispersado por la fe de los Altos elfos en que la victoria era
aun posible. Sin embargo, la disciplina del hechicero humano acabó imponiéndose
permitiéndole lanzar Sangre Terrenal sobre la Guardia de Senelite. Los escasos vientos
de la magia restantes se concentraron alrededor del Padre Bertsonjen que protegió a la
Guardia del Barón con el Escudo de Fe.

Disparo:

Con todas las unidades de altos elfos trabadas en combate o fuera de alcance el cañón de
salvas se mantuvo en silencio.
El Comandante del Tanque a vapor realizó también ímprobos esfuerzos por guiar a su
ingenio mecánico hasta las líneas de los altos elfos, pero una pérdida de vapor le dejó
sin potencia suficiente como para disparar el cañón. Aun así el humano descargó su
pistola de repetición sobre los lanceros matando a uno de ellos.

Combate:

En el combate entre el Barón y el águila ambos adversarios intercambiaron golpes sin


que ninguno de ellos lograra dañar a su adversario. Aunque el ímpetu de la carga inclinó
la balanza a favor del humano, no obstante, la bestia alada se mantuvo firme. Más
sangriento, pero con el mismo resultado, fue el combate entre los milicianos que
provocaron dos heridas al águila y la segunda bestia voladora que acabó con la vida de
otros dos milicianos y aguantó sin ceder su posición.
Por último, la Guardia del Barón acabó con la vida de los tres Maestros de la espada que
se les oponían, pero no antes de que estos se llevaran el mismo número de Grandes
espaderos imperiales.
TURNO 5 ALTOS ELFOS
Disparo:

La Guardia del mar dispara sobre los grandes espaderos provocando una baja.
El fuego combinado de los dos lanzavirotes supervivientes provoca 3 heridas más al
Tanque a Vapor.

Combate:

El Barón Von Dunkel logra hacer dos heridas al águila mientras que esta no le provoca
ninguna, pero el águila mantiene la posición.
En el combate entre las águilas y la milicia, los milicianos consiguen matar a una de las
águilas pero 5 de ellos acaban muertos a los pies del ave superviviente, sin embargo un
doble 1 les permite seguir combatiendo.
Por último en el combate del centro del campo de batalla el Capitán Joordric entregando
el Estandarte personal del Barón a uno de sus subordinados se enfrentó en combate
singular al comandante Alto elfo. Pese a los efectos de la disfunción mágica que
acababa de sufrir, el Señor del Conocimiento asestó golpes suficientes al humano como
para matarlo mientras bloqueaba con su escudo los torpes golpes del capitán. Por
fortuna para este la magia vertida sobre él por el Maestro Dondaly lo mantuvo con vida.
El resto de los espaderos de la Guardia de Senelite no tuvo tan suerte y cinco de ellos
perdieron la vida a manos de las lanzas y mandobles de Hoeth de los Asur, quien por su
parte solo perdieron un lancero por las armas de los humanos. La presión fue demasiado
para los espaderos que dieron media vuelta y huyeron abandonando al intrépido capitán
y las enseñas de su unidad y su comandante.
TURNO 5 IMPERIO

Espaderos y Alabarderos se reagrupan.


La Guardia del Barón declara carga sobre la Guardia del Mar que reacciona huyendo.

Disparo:

El Cañón de Salvas efectúa una descarga cerrada sobre los Lanceros matando a ocho de
ellos, pero alentados por los gritos de mando de Lord Nolrandir los elfos aguantan la
formación.
El Maestro ingeniero dispara su pistola contra los lanceros matando a uno más.

Combate:

El Barón acaba con el águila con la que estaba combatiendo y los milicianos en un
alarde matan a la otra. Ambos se reorganizan a la espera del último turno élfico.
TURNO 6 ALTOS ELFOS

La Guardia del Mar se reagrupa.


Los Maestros de la Espada cargan sobre los Espaderos.
Los lanceros cargan sobre el ballestero superviviente.

Disparo:
Los disparos de los dos lanzavirotes que quedan consiguen provocar al tanque la última
herida destruyéndolo.

Combate:

Los lanceros arrasan al ballestero y en la persecución chocan con los espaderos trabados
en combate con los Maestros de la espada.
En el combate posterior los elfos provocan seis bajas a los espaderos sin recibir bajas a
cambio provocando la huida de la unidad imperial que sale del campo de batalla
perseguidos por los Maestros de la espada. Los lanceros por su parte chocan en la
persecución con el General imperial.
TURNO 6 IMPERIO

La milicia carga de flanco sobre los lanceros

Combate:

En el último combate de la batalla, el Barón Von Dunkel lanza un desafío que es


recogido por el Centinela de la unidad de Lanceros mientras que el Señor del
Conocimiento se abre paso hasta los milicianos que cargaban por el flanco.
El Barón consigue matar al Centinela, pero el Señor del Conocimiento elimina a los tres
milicianos restantes.
Los elfos ganan el combate pero el comandante imperial se resiste a huir aun cuando la
batalla esta perdida para las armas imperiales.

VICTORIA ALTOS ELFOS!!!!!!!


RELATOS DE SARTOSA IX

Extracto de la correspondencia del Barón Von Dunkel, Comandante en Jefe de los


Ejércitos Imperiales en la Isla de Sartosa

Sire:
Siguiendo sus órdenes envié a los destacamentos de batidores que usted puso tan
generosamente bajo mi mando a seguir el curso del rio hasta el Lago Volcánico con
intención de comprobar hasta dónde se aventuraban las vanguardias enemigas tras la
firma de la tregua.
Los exploradores avanzaron varios días en dirección este sin establecer contacto con los
exploradores enemigos. Al 4º día la patrulla más oriental alcanzó una de las últimas
colinas de las estribaciones del Macizo Septentrional. Desde allí pudieron observar como
el macizo se diluía poco a poco hacia el sur en dirección a las orillas del lago, de las que les
separaba una zona pantanosa, que a juzgar por los restos de material bélico encontrado ha
sido testigo de combates en los que se han visto involucrados ejércitos de múltiples razas.
Un poco más al norte del linde del pantano la patrulla advirtió la presencia de una
edificación.
La casa resultó estar habitada por una extraña y anciana mujer que refiere haber vivido
allí desde su infancia. La anciana asegura que no ha advertido presencia militar alguna
por la zona desde el paso hace varios meses de un destacamento imperial, que a juzgar por
la fecha del relato, debe corresponderse con la misión anterior de pacificación de la isla.
He encargado a los cartógrafos del destacamento la elaboración de un boceto a partir del
testimonio de los exploradores a fin de que Su Excelencia determine el potencial valor
estratégico de la zona, y si su control merece correr el riesgo de entablar combate con los
Asur.

Capitán Nevin Lasbeo


Capitán del Imperio. Comandante en jefe del 1er Cuerpo de Ejército Imperial, con
mando en Sartosa.
_________________________________________________________________________________
Querido Hermano:
Muchos meses han pasado ya desde que marchaste a cumplir tu deber para con Su
Majestad Imperial en la lejana Isla de Sartosa. Durante estos meses me satisface
comunicarte que la hacienda de nuestra familia se ha mantenido en buen estado.
Los rebaños de reses han seguido ampliándose y los graneros y corrales han sido
ampliados en proporción. También me alegra decirte que, ante la insistencia del
Mariscal Hellborg, acometimos la siempre demorada reparación de la Torre. Su
almenas fueron reparadas, sus muros reforzados y la carcomida puerta de pino se ha
sustituido por un portón de haya reforzado con hierro. Personalmente considero que
ha sido un dispendio innecesario, pues hace años que las partidas de ladrones de
ganado no se atreven a acercarse a la hacienda, pero Su Excelencia insistió en hacerlo
y se por tus cartas que ese era también tu deseo. Supongo que no se puede ser un
buen señor sin un buen castillo y hasta que vuelvas victorioso de tu campaña en
Sartosa y podamos reclamar nuestro antiguo señorío en Essen este viejo y
destartalado torreón es “nuestro castillo”.
Así pues puedes estar tranquilo hermano, pues las cosas en casa marchan con
normalidad con el horizonte de una buena cosecha en ciernes. Es por este motivo que
me muestro extrañada ante la petición, casi exigencia, de Su Excelencia en que le
acompañara en su visita a la corte de Bechafen, lo que me mantiene alejada de mis
obligaciones en la hacienda.
Si hermano, Lord Hellborg se encuentra estos días en la capital y ha ordenado mi
traslado a la misma. Dice que el Conde Hertwig, si bien ha madurado bastante, sigue
siendo de difícil manejo y que el consejo de sus amigos ostenmarkeses le es muy
necesario durante sus visitas a la corte del condado. Al parecer, se ha producido un
recrudecimiento de los ataques de piratas fluviales en la parte alta del Talabec y El
Emperador a encomendado a Su Excelencia y al Conde la misión de poner fin a sus
actividades. Mañana la expedición de castigo partirá hacia Fortenhaf tras varios días
de ajetreados preparativos en los que las calles Bechafen se vieron atestadas de
soldados. Viendo las ingentes fuerzas destinadas a dar caza a unos miserables
piratas imagino orgullosa la magnificencia del ejército al mando del cual debes de
encontrarte para pacificar una isla entera. En fin, que espero que la habilidad
militar de Hellborg y el valor del Conde y nuestros compatriotas no prolonguen
demasiado mi estancia aquí dando rápida cuenta de esos desharrapados, pues mi
presencia en casa es necesaria para la buena marcha de la hacienda hasta tu regreso.
Te echo de menos hermano, pero me consuela la convicción de que padre estaría
orgulloso de ti por la confianza que Su Majestad ha depositado sobre tus hombros.
Cumple con tu deber y regresa con nosotros. La mejor de las suertes sobre la bandeja
de Morr hermano.
Te quiere siempre,
Anna
_______________________________________________________________________________
A su Señoría Barón Ludwig

Su Excelencia el Mariscal de Reik os ruega cortésmente disculpéis el retraso en


responder a vuestra última misiva. Poderosas razones le han impedido atender vuestra
causa hasta este momento.
Actualmente Su Excelencia se encuentra en estos momentos en Elbing donde el ejército
estatal de Ostenmark se encuentra acantonado junto a tropas de refuerzo de Talabecland y
el contingente de tropas del Reikland que ha acompañado a Su Excelencia desde Altdorf.
El motivo de esta concentración de fuerzas son los informes acerca de elementos hostiles
tanto en Mordheim y la frontera norte de Sylvania como en la orilla Septentrional del
Talabec Superior. Al norte, los últimos grupos de refugiados Kislevitas refieren
consistentemente el incremento de actividad de las partidas de guerreros del Caos, según
dicen, reunidas bajo el estandarte de un nuevo caudillo que se ha enseñoreado de las
estribaciones occidentales de las Montañas del Fin del Mundo entre los ríos Hierro y
Talabec Superior tras desalojar la Guarnición Kislevita de Fuerte Yanovaa. Al sur,
campesinos y cazadores de los lindes del Bosque de la Muerte hablan de una gran horda
no muerta que ha sido vista recorriendo el bosque y que parece concentrarse en Mordheim.
Estos informes motivaron que Su Majestad imperial enviara al Mariscal del Reik ha
Ostermark para defender las fronteras del Imperio reforzando, si fuera necesario, a los
ejércitos de Kislev y Stirland en los que hasta el momento ha recaído la misión de
encontrar y destruir ambas amenazas.
En cualquier caso, dada la cercanía de vuestras tierras, y vuestra hermana, a las zonas de
conflicto, al Mariscal le pareció prudente conminar a vuestra hermana a salir de vuestra
hacienda en Bürgenhof y desplazarse a Bechafen, desde donde os envía la carta que
adjunta.
Su Excelencia os ruega que apreciéis la atenciones que dispensa a la seguridad de
vuestra familia y de la que estas misivas son buena prueba y confiéis en la seguridad de
vuestra hermana, de la que se encarga personalmente. Os conmina a sí mismo a no
prestar demasiada atención a los rumores, pues como veis no es probable que se concreten
y aun cuando así fuera como podéis observar se han tomado las medidas necesarias para
impedir que estas amenazas provocaran un daño real en vuestra provincia.

Atentamente
Eric Strambald,
Secretario Personal de Su Excelencia Kurt Hellborg, Mariscal del Reik.
COMBATE DE LOS CONDENADOS
Imperio vs Imperio
(2000 ptos)
RELATOS DE SARTOSA X
Desde un estrecho roquedo en la ladera del Pico Vigía, el Barón Ludwig von Dunkel,
pertrechado con un rudimentario catalejo, escudriñaba atentamente los alrededores del
campamento enemigo, situado a varias leguas de distancia en torno a las estribaciones de
la montaña, junto a una lúgubre gruta tallada por el mar. El lento avance de las tropas
leales desde las ruinas calcinadas de Senelite no había pasado desapercibido a los
rebeldes, quienes habían tenido tiempo suficiente durante el estío para organizarse y
reforzar sus precarias defensas. La resistencia que habían encontrado hasta el momento
no iba a poder compararse con la que el Barón y sus hombres encontrarían al enfrentarse
al grueso del ejército insurgente, que parecía bien dispuesto a batallar por sus posiciones
y tesoros. Según los lugareños el lugar había servido durante siglos como refugio para
temibles piratas y forajidos de todos los rincones del Viejo Mundo, y ya era hora de
limpiar ese agujero de la escoria que lo poblaba. - ¡¡¡Sargento de Armas!!! - gritó a la par
que bajaba y plegaba la lente. Su fiel subalterno se adelantó raudo desde un cercano corro
de oficiales, cuadrándose junto a la montura del Barón. - ¡A sus ordenes! -
- Amigo mío... - dijo Ludwig, rebajando el tono marcial de su voz - ...bien parece que
esos condenados nos estaban esperando desde hace días. ¡Mejor así!...por fin podremos
administrar la Justicia del Emperador a esa piara de traidores...convoca a los mandos y
al resto de agregados a mi tienda en dos horas.-
- Así se hará, mi General...justo estaba discutiendo sobre el plan de batalla con el capitán
Lasbec... él opina que quizá debiéramos aprovechar nuestra ventaja......- El Barón agitó
un brazo para hacer callar al veterano, al que dejó con la última palabra en la boca.
- Ahora no, Sargento......dos horas......mañana combatiremos de nuevo juntos, hombro
con hombro, como en la "Campaña de Laurelorn". - zanjó con una mirada de complicidad,
a la que Serge von Brücke respondió con un taconazo y un destello de felicidad en sus
oscuros ojos.
Las tropas imperiales tenían a su alcance la consecución de una importante misión en la
isla, y sin duda se alzarían victoriosas...pero, aún con la moral elevada, Von Dunkel no
podía reprimir completamente algunas recurrentes dudas. En su fuero interno sospechaba
que los Elfos pudieran estar ayudando en la sombra a los proscritos...o tal vez,
sencillamente, el comandante rebelde no fuera tan inepto como se le había informado.
REBELDES DE SARTOSA

(BR) General, Burt Redod [162 points]


- Espada Ogra
- Yelmo del Mataskavens
(PdB) Personaje, Portaestandarte de Batalla [96 points]
- Escudo hechizado
(PL) Maestro Ingeniero, Profesor Lacherelen [85 points]
- Escudo Encantado
- Caballo de guerra con barda
(MMc) Hechicero Mayor, Maestro Muel-cen [200 points]
(GdS) 30 Espaderos, Guardia de Sartosa [219 points]
+ General, Portaestandarte de Batalla, Campeón, Portaestandarte, Músico, Mago
(1AdlG) 6 Alabarderos, 1º Auxiliares de la Guardia de Sartosa [30 points]
(2AdlG) 5 Arqueros, 2º Auxiliares de la Guardia de Sartosa [35 points]
(TdS) 10 Arqueros, Tiradores de Sartosa [70 points]
(1AdTd) 5 Arcabuceros, 1º Auxiliares de Tiradores de Sartosa [45 points]
(2AdTd) 5 Arcabuceros, 2º Auxiliares de Tiradores de Sartosa [45 points]
(CdKV) 17 Ballesteros, Cazadores de Karak-Vorn [182 points]
(BdS) 5 Herreruelos, Batidores de Sartosa [100 points]
(BJ) Gran Cañón, Big Jhon [120 points]
(BT) Gran Cañón, Big Tom [120 points]
(LJ) Cañón de Salvas, Little Jhon [120 points]
(LT) Cañón de Salvas, Little Tom [120 points]
(VJ) Tanque a Vapor, Viejo Joe [250 points]

Total: 1999 points


GUARDIA DE KORPS DE VON DUNKEL

(BVD) General del Imperio, Barón Von Dunkel [155 points]


- Yelmo del Mataskavens
(MS) Hechicero Mayor, Maestro Sodon [295 points]
- Pegaso
- Piedra de Energía
- Talismán de Resistencia
(MEF) Hechicero, Maestro Eni´Fer [100 points]
(CL) Capitán del Imperio, Capitán Lasbec [68 points]
(PC) Sacerdote Guerrero, Padre Canter [90 points]
(CdI) 10 Caballeros del Círculo Interior, Caballeros del Imperio [260 points]
+ Sacerdote Guerrero, Campeón, Portaestandarte, Músico
Pendón Reluciente
(H) 5 Herreruelos, Herreruelos [100 points]
+ Campeón
(GdB) 24 Grandes Espaderos, Guardia del Barón [272 points]
+ Barón Von Dunkel, Hechicero, Campeón, Portaestandarte, Músico
(A) 20 Arcabuceros, Arcabuceros [210 points]
+ Campeón, Músico, Portaestandarte, Capitán Lasbec
(B) 10 Ballesteros, Ballesteros [90 points]
(GC1) Gran Cañón, Gran Cañón [120 points]
(GC2) Gran Cañón, Gran Cañón [120 points]
(L) Batería de Lanzacohetes, Lanzacohetes [120 points]

Total: 2000 points


DESPLIEGUE Y VANGUARDIAS
Las fuerzas rebeldes (Sur) terminan antes su despliegue por lo que cuentan con el +1 en
la tirada para ver quien empieza, imponiéndose en la misma.
Los herreruelos de ambos bandos hacen su movimiento de vanguardia.

Magia:

Rebeldes:
Maestro Muel-Cen (Hechicero Mayor nivel 4 Luz): Protección de Pha, Luz de Batalla,
Distorsión Temporal de Birona, Destierro.
Lealistas:
Maestro Sodon: (Hechicero Mayor nivel 4 Metal): Destrucción abrasadora, Espadas
hechizadas, Transmutación Final, Capa Brillante
Maestro Eni´Fer (Hechicero nivel 2 Vida): Sangre Terrenal, Resurrección
Barón Von Brucke (Anillo de Volans, Muerte): Destino de Bjuna
TURNO 1 REBELDES
Magia (5+5):

El Maestro Muel-Cen lanza Luz de Combate en área, sin que los hechicero imperiales
consigan dispersarlo. Sin embargo el Maestro Sodon consigue dispersar la Protección
de Pha que el hechicero rebelde trata de lanzar posteriormente. A pesar de ello el
hechicero del Metal es incapaz de dispersar el Destierro que su homólogo luminoso
lanza con Fuerza irresistible contra los arcabuceros matando a uno de ellos. En la
disfunción subsiguiente, sin embargo, mueren 5 espaderos rebeldes.

Disparo:

Los dos grandes cañones rebeldes disparan al gran cañón lealista de la colina central
causándole una única herida.
Todas las tropas de disparo ligero del flanco izquierdo (herreruelos, arcabuceros, y
arqueros) disparan a los herreruelos lealistas consiguiendo abatir tan solo a uno de ellos.
TURNO 1 LEALISTAS
Magia (3+2):

El Maestro Sodon lanza Destrucción Abrasadora sobre el Tanque sin que el Maestro
Muel-Cen logre dispersarlo, y le provoca tres heridas. Luego lanza Transmutación Final
sobre los espaderos matando a 10 de ellos.

Disparo:
Los herreruelos lealistas disparan sobre sus homólogos rebeldes matando a uno de ellos.
El gran cañón de la colina dispara sobre el cañón de salvas de la cueva pero se queda
corto. Su homólogo del flanco derecho dispara sobre el salvas tras los arqueros y lo
destruye.
La batería de Cohetes dispara tres cohetes sobre los espaderos matando a otros 9 de
ellos.
TURNO 2 REBELDES
Magia (6+5):

El Maestro Muel-Cen lanza todo su arsenal mágico logrando conjurar la Luz de


Combate y la Protección de Pha, pero cuando trata de lanzar el destierro a los
Caballeros su sortilegio es dispersado por el Maestro Sodón.

Disparo:

El primero de los Grandes cañones dispara sobre los herreruelos pero su bala es
detenida por el primero de estos. El segundo de los grandes cañones vuelve a disparar
sobre el Gran cañón lealista de la colina destruyéndolo.
El Tanque a vapor dispara sobre el Maestro Sodón y lo mata.
Los arqueros del bosque disparan a los arcabuceros sin conseguir provocar bajas.
Tampoco los arqueros de la cueva consiguen provocar bajas sobre los grandes
espaderos. Cada uno de los destacamentos de arcabuceros rebeldes sin embargo
consigue provocar una baja en cada una de estas unidades.
Los herreruelos rebeldes disparan sobre sus homólogos lealistas matando a otro de ellos.
Por último los ballesteros enanos disparan sobre los caballeros imperiales pero todas sus
saetas rebotan contra las gruesas armaduras completas de los caballeros.
TURNO 2 LEALISTAS
Magia (5+3):
Con la muerte del Maestro Sodon todo el poderío mágico del ejército lealista pasó a
estar en manos del Maestro Eni´Fer quien inició su tarea conjurando Sangre Terrenal
sobre los Grandes Espaderos pero fue dispersado por el hechicero rebelde. Sin embargo
el astuto hechicero Jade consigue lanzar Resurrección a los Arcabuceros que levanta dos
bajas de estos.
Por su parte el Padre Canter lanza el Escudo de Fe a los Caballeros

Disparo:

Los herreruelos lealistas fusilan a sus homólogos rebeldes.


Los Arcabuceros disparan contra el destacamento de arcabuceros que tienen frente a
ellos y les hacen dos bajas pero superan su chequeo de pánico.
El Gran Cañón dispara sobre el tanque pero el disparo pasa por encima de la mole de
acero.
La batería de cohetes dispara sobre los ballesteros enanos pero sus disparos se desvían
sin causar daños.
TURNO 3 REBELDES
Magia (5+5):
Nuevamente el Maestro Muel-Cen desató todo su arsenal, y nuevamente es dispersado
por el Maestro Eni´Fer quien tan solo falla al tratar de dispersar la Protección de Pha.

Disparo:
El destacamento de arqueros dispara sobre los Grandes espaderos provocando dos bajas.
El destacamento de arcabuceros mermado dispara contra sus homólogos provocando
una baja
Los arqueros del bosque disparan sobre los ballesteros provocando 3 bajas que se suma
a la que provocada previamente por su destacamento de arcabuceros y provoca la huida
de los ballesteros lealistas.
Los ballesteros enanos consiguen salvar la armadura de los caballeros y su salva derriba
a un jinete de su montura. Inmediatamente después un disparo lejano de uno de los
Grandes Cañones de la colina elimina otros dos caballeros. Pero el mayor castigo es
inflingido por el cañón de salvas que derriba a cuatro caballeros más.
El segundo gran cañón dispara contra el Gran cañón lealista apostado tras el bosque y lo
destruye.
TURNO 3 LEALISTAS
Cargas:
Los Caballeros cargan sobre el cañón de Salvas, pero no con suficiente impulso y hacen
carga fallida.
Los arcabuceros cargan sobre los arqueros que aguantan y disparan provocando 4 bajas.
La respuesta de los arqueros y la distancia que les separa de ellos resulta demasiado
para los arcabuceros que hacen carga fallida.

Magia (5+1):

El Maestro Eni´Fer lanza Sangre de de la Tierra sobre los Grandes Espaderos pero es
dispersado por el Maestro Muel-Cen
Con la energía restante trata de lanzar Resurrección nuevamente sobre los Grandes
Espaderos pero no consigue conjurar el hechizo.

Disparo:

La batería de cohetes trata de disparar sobre los ballesteros enanos pero la Protección de
Pha que se extiende sobre ellos evita el disparo.
Los herreruelos lealistas abren fuego sobre el Profesor Lacherelen pero este consigue
protegerse tras su escudo mágico y la barda de su montura y aunque recibe una herida
sobrevive.
TURNO 4 REBELDES

Cargas:
El General Redod carga contra los caballeros realistas restantes. Su carga heroica es
apoyada por los Espaderos restantes y por el destacamento de arqueros de los espaderos.

Magia:

El Maestro Muel-Cen consigue conjurar la Protección de Pha en área a su alrededor.


A continuación conjura un Destierro sobre los arcabuceros ante los infructuosos intentos
del Maestro Ein´Fer por dispersarlo provocando dos bajas más a los tiradores lealistas.

Disparo:

Los dos grandes cañones de la colina descargan metralla sobre los herreruelos. Uno de
ellos sufre un problema que le impide disparar ese turno y el siguiente mientras que una
carga defectuosa del otro impide que se provoque daño sobre los jinetes lealistas.
Los Arqueros y arcabuceros disparan sobre los arcabuceros lealistas matando solo a uno
de ellos.
Los el segundo destacamento de arcabuceros dispara sobre los Grandes espaderos
también sin éxito.

Combate:

El General Redod lanza un desafío que es atendido por el Maestre de los Caballeros
lealistas, pero tras un rápido intercambio de golpes el maestro yace muerto a los pies del
veterano general imperial. Sin embargo los arqueros son duramente apaleados por el
Padre Canter que mata a dos de ellos sin que estos consigan herir al fervoroso sacerdote.
Por su parte los espaderos y el duelista supervivientes intercambian inofensivos golpes
con el caballero restante. Pese a todo, los rodeados caballeros pierden el combate y
después del duro castigo sufrido ante los rebeldes dan media vuelta y huyen siendo
perseguidos por los arqueros y los espaderos.
TURNO 4 LEALISTA
Cargas:
Los herreruelos cargan colina arriba contra los Grandes Cañones
Los Arcabuceros lealistas cargan contra los arqueros rebeldes del bosque.
Los Grandes Espaderos del Barón cargan contra los alabarderos

Magia:

El Barón recurre al poder de su viejo anillo familiar y libera su hechizo vinculado El


Destino de Bjuna sobre el Maestro Mul-Cen con toda la energía disponible. La energía
sobre carga el objeto que queda destruido. Desafortunadamente para el noble imperial el
antiguo hechizo ha perdido gran parte de su fuerza y el aterrado hechicero rebelde sale
indemne.

Disparo:

Los disparos lealistas son nuevamente ineficaces. Los ballesteros no consiguen impactar
a los lejanos arcabuceros rebeldes mientras que la batería de cohetes, probablemente
distraída por los caballeros en retirada que avanzaban en su dirección fallan
estrepitosamente el tiro al tratar de alcanzar a los ballesteros enanos.

Combate:

En el combate cuerpo a cuerpo sin embargo, las tropas lealistas comienzas a inclinar la
balanza a su favor. Los Grandes Espaderos exterminan a los alabarderos si bien estos
consiguen matar a dos de ellos antes de ser aniquilados. El arrasamiento posterior lleva
a la guardia de Korps del Barón a escasos metros de los arcabuceros del segundo
destacamento.
Los ballesteros sostienen un duro combate con los arqueros en el que el Capitán Lasbec
logra acabar con dos rebeldes mientras que estos eliminan a 3 arcabuceros. Sin embargo
el estandarte de los arcabuceros inclina la balanza en favor de las tropas lealistas y los
arqueros huyen del bosque. Los arcabuceros por su parte deciden mantener la posición.
El único punto en que los rebeldes consiguen aguantar la embestida lealista es en la
colina donde a pesar contemplar la muerte de dos de sus compañeros, el artillero
restante se mantiene firme defendiendo su amada máquina de guerra.
TURNO 5 REBELDE

Los arqueros no consiguen reagruparse y salen del campo de batalla.


El Tanque a Vapor tiene problemas y se queda bloqueado durante este turno.

Magia (4+1):

El Maestro Muel-Cen lanza un Destierro contra los Grandes Espaderos ante el


impotente Maestro Eni´Fer, pero solo consigue provocar una baja.
A continuación lanza Protección de Pha sobre los ballesteros enanos.

Disparo:

El destacamento de arcabuceros dispara contra los arcabuceros lealistas que habían


expulsado del bosque a los arqueros pero no logran impactarlos entre la espesura.
El segundo destacamento de arcabuceros dispara contra los Grandes espaderos
eliminando a otro de ellos.
Los ballesteros disparan sobre los Grandes espaderos que a pesar de la cobertura
involuntaria proporcionada por el tanque sufren dos bajas más.
Sin embargo la mole de acero impide que sufran nuevas bajas a consecuencia del
disparo del cañón de salvas.

Combate:

En el único combate de la batalla, los herreruelos acaban con la vida del último servidor
del Gran Cañón quien antes de sucumbir elimina a uno de los herreruelos.
TURNO 5 LEALISTAS
Cargas:
El Barón y su escolta de Grandes espaderos continúa su marcha de destrucción
cargando contra el destacamento de arcabuceros.
Los herreruelos cargan contra el segundo Gran Cañón de la batería de la colina.

Magia:

El Maestro Eni´Fer trata de lanzar Sangre de Tierra sobre los Grandes Espaderos, pero
sus esfuerzos resultan en nada dispersados por su adversario rebelde. A continuación
trata de lanzar resurrección con la energía restante pero esta no es suficiente.

Disparo:

Los arcabuceros del Capitán Lasbec disparan contra el pequeño destacamento de


arcabuceros que hay frente a ellos más allá del bosque pero no consiguen impactarles.

Combate:

En el combate cuerpo a cuerpo los arcabuceros son arrasados por los Grandes espaderos
antes incluso de poder hacerles ninguna baja.
Sin embargo en la colina la dotación consigue derribar a uno de los herreruelos
atacantes encabritando la montura del otro. Si haber logrado causar bajas en la dotación
el jinete superviviente da media vuelta y huye abandonando el campo de batalla.
TURNO 6 REBELDE
Cargas:
Los arqueros cargan sobre la batería de cohetes a través de la ladera pedregosa sufriendo
una baja en el proceso.

Magia:

El Maestro Muel-Cen lanza una Protección de Pha potenciada a su alrededor. Después


conjura un Destierro sobre los Grandes espaderos acabando con la vida de seis de ellos,
pero las energía liberadas se descontrolan provocando una disfunción que le causa una
herida y disipa toda la energía restante.

Disparo:

Conjurada la amenaza de los herreruelos, el Gran cañón superviviente dispara contra los
ballesteros lealistas matando a dos de ellos y prendiendo el pánico en los supervivientes
que huyen despavoridos.
Los arcabuceros rebeldes supervivientes disparan contra sus homólogos lealistas que a
pesar de la cobertura de la hojarasca pierden a uno de sus miembros.
La Guardia del Barón sufre el fuego de la pistola del comandante del tanque a vapor, los
ballesteros enanos y una nueva salva del cañón de salvas sufriendo tres bajas más, pero
se mantienen firmes y renuncian a la huida.

Combate:

En el extremo norte del campo de batalla, los arqueros consiguen acabar con la vida de
dos de los miembros de la dotación del lanzacohetes. Aturdido el servidor superviviente
no consigue impactar a los arqueros y huye desmoralizado abandonando su máquina de
guerra que cae en poder de los rebeldes.
TURNO 6 LEALISTA
Cargas:

El Barón y su Guardia personal carga contra el Tanque a vapor. El ingeniero a los


mandos del tanque dispara su pistola sobre los asaltantes matando a uno de ellos.

Magia:

El Maestro Eni´Fer trata de lanzar el Sangre de Tierra sobre los Grandes Espaderos,
pero el Maestro Muel-Cen lo dispersa. No obstante el hechicero Jade consigue lanzar el
Resurrección levantando a dos veteranos de la escolta del Barón cuando el mago
rebelde había agotado su reserva de dispersión.

Disparo:

Los arcabuceros del Capitán Lasbec acribillan hasta el último de sus homólogos
rebeldes con una última salva letal.

Combate:

En el combate cuerpo a cuerpo el Barón y su guardia dan lo mejor de si mismos para


destruir el tanque a vapor manteniendo las opciones imperiales de ganar el campo,
haciéndole dos heridas. Sin embargo, aun abollada y con numerosas fugas el Tanque
resiste.
Con el tanque aun en funcionamiento y la mitad de la artillería rebelde operativa y
protegida por un nutrido contingente intacto de ballesteros enanos encabezados por el
General rebelde, su portaestandarte de batalla y su consejero arcano, los imperiales dan
por perdida la batalla y se retiran del campo.

VICTORIA REBELDE!!!!!!!!!
RELATOS DE SARTOSA XI

Tres días de travesía transcurrieron hasta el retorno a la Fortaleza del Rey Pirata, y
durante tres días Ludwig decidió ahogarse en un mar de grog y escudillas de cerveza
enana "triple equis". Por fortuna para los supervivientes de su maltrecho ejército, el
bajel imperial que había fondeado cerca de la Playa Alta seguía esperándoles cuando,
agotados, abandonaron en retirada los pasos de montaña. Sabía que había fallado en su
objetivo, y por tanto había fallado a su familia, al Mariscal y, por encima de todo, a su
Emperador...recobrar el honor exigiría actuar acorde a las circunstancias, y se había
juramentado que nunca abandonaría esa isla hasta que todos los renegados estuvieran
muertos y la espada reliquia fuese recuperada. El ambiente en las calles de Sartosa era
inauditamente mudo y tranquilo cuando desembarcó. Decenas de ejecutados colgaban y
palidecían en improvisados cadalsos. Cuando, tras una larga jornada, alcanzaron por fin
el portón del castillo, un capitán salió al paso del grupo, comunicando al Barón que se le
esperaba inmediatamente en las cocinas... - ¿En las cocinas?...- Sentado en una larga
mesa, rodeado de pucheros, aves desplumadas y cestillos de coles, con la única compañía
de un enjuto despensero y un gato pardo y gordo, Sir Kaldon despachaba un espeso y
humeante caldo, ayudándose para ello de un mendrugo de pan...Ludwig sabía que al Alto
Inquisidor le gustaba comer sin ser molestado, y nunca habían llegado a compartir
mantel con él, pero jamás imaginó una escena tan frugal, sumergido como estaba en el
penetrante olor de las cocinas. En cuanto se percató de la presencia del joven noble,
Kaldon de Weismund apuró la sopa, apartó el plato y habló mientras se servía agua de
una jarra.
- ¡Herr Barón!...acababa de sentarme cuando me avisaron de vuestra llegada.
Permitidme que os ahorre palabrerías, pues debéis saber que habéis sido apartado del
mando de la expedición armada a Sartosa.
- Ludwig, agotado, asimiló una noticia que ya esperaba y no dijo nada. - No merece la
pena que gastéis tinta en escribir a vuestros amigos de Altdorf, puesto que la decisión del
Consejo de Guerra del Emperador es firme...en verdad, estaba ya tomada mucho antes de
que partierais al encuentro de los rebeldes...
...no obstante, descuidad, pues es en cualquier caso mi voluntad que se os reasigne como
numerario al regimiento de caballería...no quisiera privaros de la oportunidad de morir en
ésta asquerosa isla.-

Burt Redod vio alejarse a los jinetes desde la entrada de la cueva. A duras penas podía creer
que su exiguas fuerzas, a las que más podría llamarse banda que ejército, hubieran derrotado
a las tropas imperiales enviadas a cargarlos de cadenas y enviarlos de vuelta a Altdorf a
rendir cuentas frente al Emperador.
La ayuda del Profesor Lacherelen, maestro ingeniero tileano que se había sumado a sus filas
poco antes de dejar Sartosa, al enterarse de la inminente llegada de las nuevas tropas
imperiales, había demostrado ser crucial. Había puesto a punto su improvisado tren de
artillería permitiendo a Burt utilizarlo para plantear la única batalla que sus tropas podían
ganar, una lluvia de disparos sobre las formaciones imperiales en avance que quebrara su
resistencia antes de que pudieran alcanzarles y trabarles en el cuerpo a cuerpo. Una forma de
combate en la que sin duda alguna las disciplinadas tropas estatales enviadas en su búsqueda
hubieran dispersado a sus desarrapados subalternos con facilidad. De hecho había estado a
punto de ocurrir...
Sin embargo la llegada de la noche había interrumpido el combate y al amanecer siguiente las
tropas estatales habían desaparecido. Burt advirtió maravillado que el castigo inflingido por
sus tiradores y su artillería había hecho vacilar la voluntad del emperifollado comandante
imperial. A buen seguro el cortesano pagado de si mismo que el Emperador había enviado a
capturarle a él y a sus desertores había comenzado a disfrutar de los “atractivos” de la isla:
calor y lluvias torrenciales unidas a cantidades ingentes de grog que relajaban la disciplina.
Enanos orgullosos celosos de sus posesiones al sur de la isla que se negaban a compartir
sus conocimientos acerca de los yacimientos cuando no obstaculizaban el acceso a los mismos
con mil y una reclamaciones legales. Una población autóctona compuesta de piratas y
expiratas incapaces de aceptar cualquier mínima norma de civismo. Y para rematarlo pieles
verdes. Tribus y tribus de orcos y goblins en cada arboleda, en cada cueva, y en cada montaña
de la isla. Pacificar Sartosa y llevarla al redil de la pax imperial era un imposible que se
tragaría a cada ejército enviado a intentarlo... como su emperifollado adversario
probablemente estaba comenzando a entender.
Por un momento el general Redod estuvo a punto de sentir simpatía por su sustituto. Pero
rápidamente se recordó las órdenes con las que había desembarcado en la isla y su mano se
movió instintivamente hacia su cuello que, inesperadamente, aun sostenía su cabeza. Había
conseguido salvar la piel después del primer encuentro con los imperiales y era el momento de
moverse con rapidez para aprovechar la ventana de oportunidad que se abría ante él. Por ese
motivo había enviado a su colaborador de mayor confianza, el Maestro Muel-Cen, con una
pequeña partida de jinetes a buscar apoyos entre el resto de guarniciones imperiales
repartidas por la isla. Cada soldado imperial que desertara de las fuerzas de su “sustituto”
para unirse a sus filas incrementaría sus exiguas fuerzas al mismo tiempo que reduciría las
de su rival... en ambos casos sus
posibilidades de salvar la vida aumentarían y sus esa era una oportunidad que no dejaría
escapar.

____________________________________________________
Tras el fogonazo de luz, las pesadas ropas del hechicero imperial cayeron inertes al
suelo. La figura que salió de ellas, completamente desnuda y abstraída, era mucho
más joven y delgada, aunque sus ojos denunciaban la contemplación de muchos más
años que los del cansado hechicero imperial a los que sustituían.
Elthor mantuvo silencio unos segundos más. El Maestro Sombrío era un neófito
de las artes arcanas, pero incluso él era consciente de las dificultades de la mente
para asumir un cambio de forma del cuerpo como el que acababa de observar. La
mente de Lord Nolrandir, sin embargo, parecía además haberse quedado enganchada
en la contemplación de los cuerpos inertes que rodeaban al Señor del Conocimiento
alto elfo.
- Mi Lord… - se atrevió por fin a preguntar. Nolrandir se demoró unos instantes
más en la observación de los jinetes imperiales muertos. Sus cuerpos aparecían
desparramados por el camino que descendía desde Playa Alta a las praderas de las
Colinas de Osso, allí donde su escolta de Sombríos había interceptado su misión de
forma tan definitiva. Ninguno de los jinetes había sobrevivido.

- Por favor, Elthor, tendrías la amabilidad de acercarme algo de abrigo. El tiempo


empieza a ser frío y no tengo ninguna intención de volverme a sepultar debajo de esos
harapos.- respondió el mago alto elfo señalando despectivamente a la túnica que
yacía a sus pies.

El Maestro Sombrío se alejó de allí y Nolrandir volvió a contemplar los


cadáveres. Tras comprobar que sus órdenes se habían cumplido escrupulosamente,
los Sombríos había sustituido sus esbeltas saetas élficas por los toscos proyectiles
empleados por los arqueros imperiales para detener a los caballos antes de acercarse a
rematar el trabajo de una forma más personal, el elfo volvió a abstraerse en la
contemplación de los ojos de uno de los jinetes muertos mientras jugaba con un
pequeño anillo entre sus dedos.
La pequeña banda de plata, que había pertenecido a su familia desde tiempos del
Rey Fénix Athelis. Bajo el reinado del Artista su familia había ascendido en la
corte logrando el favor del Trono del Fénix y consiguiendo su patrocinio para que
uno de sus miembros fuera aceptado en La Torre Blanca. Por desgracia la caída de
Athelis había arrastrado también a su familia. Una enseñanza incompleta de la
magia, el anillo que llevaba en su dedo y un destino en las Tierras Sombrías había
sido todo lo que se había salvado de la quema. Desde que había recibido el anillo de
manos de su padre, Nolrandir se había preguntado cual sería uso. Había pasado
muchos años investigando sin resultado y finalmente había decidido conservar el
anillo más por su valor sentimental que por su utilidad… que equivocado había
estado.
Cuando en mitad de la batalla el general imperial había desencadenado aquella
terrible magia nigromántica, el elfo aun no entendía cómo, Lord Nolrandir se había
dado por muerto. Había reconocido el hechizo de inmediato como el Destino de
Bjuna y había intentado dispersar las energías de muerte que se dirigían hacia su
disfraz humano pero había sido inútil. El Señor del Conocimiento había temido
entonces por su vida, angustiado por la posibilidad de morir en un campo de batalla
rodeado de humanos que no eran sino peones en sus planes para dominar la isla. Se
había expuesto a combatir, camuflado como un hechicero humano cualquiera, en el
ejército imperial rebelde a fin de debilitar a las tropas imperiales que le disputaban el
control de la isla, pero en ninguno de sus planes había previsto la posibilidad de que
eso le costara la vida.
De hecho, el imprudente practicante arcano rival había sido dejado fuera de combate
durante los primeros compases de la batalla por un destartalado tanque que los
rebeldes había conseguido milagrosamente poner en marcha y desde ese momento el
elfo disfrazado estaba dando un recital de manejo de los vientos de la magia. Hasta
que el general imperial había invocado las energías del viento de Shyish sobre él
superando todas las defensas que el Señor del Conocimiento había podido poner en
marcha.
Pero cuando la magia amatista lo había envuelto y comenzaba a lacerar su alma, el
antiguo anillo había comenzado a brillar, y con un destello y un fogonazo había
disipado las energías nigrománticas antes de que hicieran presa en él. Sin duda
alguna cualquier mortal no protegido por la antigua magia del anillo habría quedado
reducido a un cadáver inanimado. Al igual que los jóvenes pistoleros que sus
Sombríos habían interceptado.
- Elthor.- llamó Nolrandir.- descargar de mi caballo las armas que he traído del
campamento rebelde y descargar un par de tiros sobre cada humano. Luego desgarrar
algunos de los uniformes y esparcirlos en los alrededores. Y ponedle las ropas que yo
llevaba a alguno de los muertos.
Burt Redod, el general humano rebelde, le había enviado con una pequeña escolta
de jóvenes nobles a convocar al resto de tropas rebeldes de la isla a su campamento en
la Cueva de los Condenados. Eso hubiera resultado un estorbo para los ejércitos
imperiales leales… pero un estorbo fácilmente evitable. Lord Nolrandir esperaba
que la muerte de los herreruelos rebeldes a manos de los imperiales, pues tales
parecerían los autores de la matanza cuando sus hombres y su magia terminaran el
trabajo, motivara la salida del ejército rebelde de su base en las montañas. Eso si
sería un estorbo difícil de evitar para los imperiales…
BATALLA DE FARO SARTOSA
Altos elfos vs Hombres Lagarto
(2000 ptos)
RELATOS DE SARTOSA XII

El vapor de agua se filtraba a través de las paredes del túnel de roca,


condensándose rápidamente sobre las purpúreas escamas de Xhal´cideq, el
señalado de los Ancestrales, y haciendo que éstas reflejaran brillantes y
sobrenaturales destellos a la luz de la antorcha que portaba. La temperatura en el
cubil subterráneo de los Hombres Lagarto había aumentado considerablemente
desde que el espíritu del dios-volcán despertara, y los primeros afloramientos de
magma se abrieran camino en las inmediaciones del lago. El asfixiante calor y la
humedad no suponían un problema, pero el eslizón comenzaba a preocuparse por la
posible filtración de gases letales y la contaminación de los pozos sagrados.

Cuando alcanzó el glifo de entrada a la Cámara Estelar, a la que sólo unos pocos
elegidos tenían permitido el acceso de entre todas las criaturas vivas, Xhal´cideq se
aseó la cresta y las patas siguiendo un riguroso ritual. Una vez dentro de la estancia,
la abotargada e inconmensurable presencia del maestro se hizo patente ante sus
ojos. Aunque parecía sumido en un profundo sueño, el movimiento rítmico de uno de
sus rechonchos dedos delataba que el Venerable Hylaáx, Slann del cuarto desove,
Señor de K ’áak’ Peten y Sumo Sacerdote de Tepokcoatl, se encontraba en ese
momento consciente y frenéticamente activo. El pequeño eslizón se postró frente al
palanquín de su amo, y habló apresuradamente entremezclando agudos siseos y
chasquidos.

- Bendito… los exploradores del pantano informar que sangre caliente de orejas
largas se aproximan al umbral de Tepok… ¡Gloria a Tepok! ... sí… muchos
guerreros…profanadores, sí......aguardamos tu sabiduría, Bendito…gloria a ti… -

Después de 241 años de letargo, el último despertar de Hylaáx había resultado


demasiado traumático para su cansada mente. Una súbita explosión de magia
descontrolada había creado pocas lunas atrás una cascada dimensional dentro de
los límites de la isla, y fue lo suficientemente grande como para abrir una brecha al
reino del Caos, perturbar el equilibrio de la red geomántica y sacar al anciano Slann
de su trance. La torpe manipulación de energía mágica cerca del volcán resultaba
peligrosa….aunque los primeros hijos habían morado y protegido en secreto la tierra
de K ’áak’ Peten desde los albores de la creación, después de que el propio Hylaáx
y varios de sus congéneres la hicieran emerger de las aguas del océano, la presencia
de las razas jóvenes en el lugar había sido tolerada durante los últimos tres milenios,
así como sus triviales disputas ignoradas……ignoradas siempre que no interfiriesen en
el desarrollo del Gran Plan…

…las redondeadas pupilas del Slann finalmente se abrieron, pero en sus vidriosos
ojos se reflejaba aún el infinito. Cuando contempló a la pequeña figura humillada
frente a sí, Hylaáx extendió los brazos, se rascó las pústulas de su vientre y croó tres
sencillas instrucciones.

- Reúne a la Hueste Sagrada…

Proteged el Templo…

Los intrusos deben morir. -


INCURSORES DE FARO SARTOSA

(LDD) Personaje (Archimago), Lord Driel´Dael [300 points]


- Libro de Hoeth
- Anillo de la Ira de Khaine
(T) Personaje (Mago Dragón), Thasmarion [390 points]
- Armadura Dragón
- Escudo Hechizado
- Piedra del Amanecer
(PRT) Portaestandarte de Batalla, Príncipe Ra-The [97 points]
(LdM) 5 Dragoneros, Lanza de Minadragón [250 points]
+ Campeón, Portaestandarte
Lanza de Caballería Estelar
Escudo Encantado
Estandarte del Explorador
(YdTA) 6 Yelmos Plateados, Yelmos de Tor Andar [148 points]
+ Campeón
(YdP) 6 Yelmos Plateados, Yelmos de Pradobrillante [148 points]
+ Campeón
(GC) 21 Leones Blancos de Cracia, Guardia Craciana [317 points]
+ Campeón, Portaestandarte, Príncipe Ra-The
Estandarte del Dragón del Mundo
(CdBL) 20 Arqueros, Cazadores de Bosque Lunabrillante [210 points]
+ Músico
(SdN) 5 Sombríos, Sombras de Nagarythe [70 points]
(HdMH) 5 Sombríos, Heraldos de Morai-Heg [70 points]

Total: 2000 points


HUESTE SAGRADA DE TEPOKCOATL
(VH) Mago Sacerdote, Venerable Hylaax [430 points]
- Portaestandarte de Batalla
- Báculo Canalizador
- Alma de Piedra
- Convergencia armónica
- Foco místico
(SED) Saurio Escamadura, Saurio Escamadura [93 points]
- Poción de Velocidad
(Xc) Chaman Eslizon, Xhal´cideq [65 points]
(JE1) Jefe Eslizón en Terradón, Jefe Eslizón [101 points]
- Poción de Resistencia
(JE2) Jefe Eslizón, Jefe Eslizón [80 points]
- Huevo de Quango
(CdGdT) 18 Cohorte de Guardia del Templo, Guardia del Templo [241 points]
+ Campeón, Portaestandarte, Músico
Espada de Oro
(CdS) 24 Cohorte de Saurios, Cohorte de Saurios [283 points]
+ Campeón, Portaestandarte, Músico, Saurio Escamadura
(CdE) 24 Cohorte de Eslizones, Cohorte de Eslizones [165 points]
+ Campeón, Portaestandarte, Chamán + Kroxigor *1
(HE1) 10 Hostigadores Eslizones, Hostigadores Eslizones [80 points]
+ Campeón
(HE2) 10 Hostigadores Eslizones, Hostigadores Eslizones [80 points]
+ Campeón
(BdS) 4 Grupo salamandra, Batidores de Salamandra [84 points]
(Bs) 4 Grupo salamandra, Batidores salamandra [84 points]
(E) Estagadón, Estagadón [215 points]

Total: 2002 points


DESPLIEGUE

Slann: Señor del conocimiento (Alta Magia)


Chaman Eslizón: Ventisca Helada
Archimago Alto elfo: Transmutación final *2 (Cambia uno por Espadas Hechizadas de
Aiban), Transmutación del Plomo, Mastines Dorados de la Gehenna (cambia por
Destrucción Abrasadora)
Mago Dragón: Espada Ígnea de Ruin

Los Altos elfos terminan antes de desplegar pero los Hombres Lagarto ganan la tirada
para empezar.
Desplegamos siguiendo el modo de Despliegue Oculto. Cuando retiramos las pantallas
cobertoras comprobé con satisfacción que la composición y disposición del ejército de
Hombres Lagarto era la que había esperado prácticamente punto por punto. Eso
implicaba que mi plan podía funcionar. Básicamente mi intención era arrasar por mi
flanco izquierdo con mis unidades de caballería, mientras que en el flanco derecho los
arqueros (potenciados mágicamente) irían limando los bloques saurios mientras
sombríos y Leones Blancos les disuadían de cargar demasiado rápido, no antes de que
mis tropas de caballería pudieran incorporarse a la lucha cargando de flanco sobre los
bloques lagartos en avance que para entonces esperaba haber alejado lo suficiente del
templo como para que perdieran su Resistencia a la Magia. El mago dragón funcionaría
como un apoyo móvil de la caballería y/o Leones Blancos. Si mi rival decidía afrontar la
amenaza del flanco izquierdo, los arqueros y leones podrían avanzar sobre el flanco
expuesto de los bloques de saurios, con filas suficientes como para eliminar el
Impasible y hacer que la carga de la caballería tuviera alguna oportunidad de hacerlos
huir.
TURNO 1 HOMBRES LAGARTO

La batalla comenzó con los hombres lagarto tomando posiciones en el flanco occidental
con sus tropas rápidas mientras que en flanco oriental se atrincheraron en las
inmediaciones del templo amparándose en la presencia del Mago Sacerdote Slann y la
protección que les dispensaban las runas arcanas inscritas en los muros de la pirámide
templo.
Con el crepitar de la magia entorno a la abotargada figura del mago sacerdote Slann la
batalla dio comienzo.

Magia (6 vs 3):
El Slann lanza Tempestad sobre los Cazadores de Bosque Lunabrillante, pero el hechizo
se desvía sin provocar bajas y es cambiado por Resurrección. A continuación lanza un
Sofocar el Alma sobre los Heraldos de Morai-Heg, pero Lord Driel consigue
dispersarlo.
Disparo:

El Arco gigante del estegadón dispara sobre el mago dragón y logra alcanzar a la bestia
pero el virote no consigue herir.
TURNO 1 ALTOS ELFOS

Con las órdenes de Lord Driel absolutamente claras, los oficiales asur iniciaron
inmediatamente después de los primeros disparos de los hombres lagarto la maniobra de
flanqueo que el Príncipe-mago caledoniano había decidido ensayar para asaltar el
templo de los hombres lagarto.
Mientras sus tropas maniobraban para ponerse en posición después de un despliegue
conservador, Lord Driel desató su primer asalto mágico a las filas de los hombres
lagarto.

Cargas:

Los Yelmos de Pradobrillante se lanzan en una imponente carga sobre el jefe eslizón en
terradón que se toma su Poción de Resistencia al verlos venir. Desgraciadamente uno de
los jinetes cae cruzando el bosque dejando solo 5 caballeros para el combate.
Tras estos movimientos, los Heraldos de Morai-Heg desaparecen misteriosamente en el
interior del Pantano Brumoso donde se ocultaban, sin haber podido disparar un solo tiro.

Magia (9 vs 7):

Lord Driel activa el Anillo de la Ira de Khaine haciendo una herida al Estegadón, al que
alcanza también con una Destrucción Abrasadora que hace 2 heridas más a la bestia.
El Slann consigue seguidamente dispersar las Espadas Hechizas de Aiban y la Espada
Ígnea de Rhuin que Lord Driel y Thasmarion tratan de lanzar sobre los Cazadores del
Bosque Lunabrillante.
Finalmente el archimago elfo pierde la concentración tratando de lanzar la
Transmutación del Plomo sobre la Cohorte de Eslizones.

Disparo:

Los Cazadores de Bosque Lunabrillante disparan sobre la cohorte de eslizones matando


a cuatro de ellos y otro más cae bajo las flechas de las Sombras de Nagarythe, pero los
eslizones consiguen evitar el chequeo de pánico.

Combate:

Los Yelmos de Pradobrillante fallan su chequeo de Miedo pero aun así logran impactar
casi todos sus ataques. Sin embargo no consiguen herir al ofídeo. Por fortuna sus
armaduras repelen todos los golpes tanto del eslizón como de la bestia. El eslizón pierde
el combate pero mantiene la posición gracias a su Sangre Fría.
TURNO 2 HOMBRES LAGARTO

Las tropas de los hombres lagarto en el flanco occidental se dispusieron a acabar con la
vida de los osados nobles elfos que había lanzado a sus monturas contra ellos. Mientras,
en el centro de la línea de los anfibios, la gran bestia de guerra avanzó guiada por el jefe
eslizón bajo la atenta mirada del mago sacerdote slann.
Este, habiendo aprovechado la ocasión de valorar las aptitudes del mago enemigo se
dispuso a contrarrestar sus sortilegios antes de poner en marcha mayores recursos
arcanos.
Cargas:

El grupo de salamandras más occidental carga de flanco contra los Yelmos de


Pradobrillante.

Magia (11 vs 6)

Concentrando abundante energía mágica sobre si mismo, el Slann lanza en rápida


sucesión Apoteosis contra el estegadon recuperándole una herida, Sofocar el Alma
contra los Yelmos de Tor Andar sin conseguir penetrar sus armaduras de ithilmar y
Resurrección sobre la cohorte de eslizones devolviendo a dos de ellos a la vida y
curando una herida más al estegadón. Por último deposita su atención sobre el
advenedizo archimago elfo y lanza sobre el Desfraguar, pero Lord Driel consigue
dispersar el hechizo y proteger el Libro de Hoeth.
Disparo:

La cohorte de hostigadores eslizones del flanco occidental lanza sus jabalinas contra la
Lanza de Minadragón pero las armas envenenadas rebotan contra las armaduras de los
Príncipes Dragoneros sin causar bajas.
Combate:

Pese a fallar nuevamente su chequeo de miedo, los Yelmos de Pradobrillante consiguen


abatir al jefe eslizón al tiempo que sus armaduras detienen todos los golpes de la
salamandra que les acosaba por el flanco. Sin embargo, la presión ejercida por esta
nueva carga mantiene el combate estable.
TURNO 2 ALTOS ELFOS

Apabullado por el despliegue mágico del mago sacerdote, el archimago caledoriano


ordena a sus tropas dar un zarpazo en el flanco occidental para acabar con la resistencia
de los lagartos en ese flanco mientras emplea su magia para mantener al slann ocupado.
Por desgracia la sobre exigencia ocasiona la primera disfunción de la batalla de la que
sale herido.
La presión ejercida por los elfos en todo el campo de batalla, con magia y acero, es sin
embargo suficiente como para arrebatar la iniciativa a los lagartos.

Cargas:

El mago dragón y la Lanza de Minadragón cargan sobre los hostigadores eslizones


quienes aguantan y disparan sin llegar a causar bajas en los caballeros de Caledor. Los
Yelmos de Tor Andar no logran alcanzar al segundo grupo de cazadores de salamandras
el cual sin embargo huye al verlos cargar.
Magia (8 vs 7):

Lord Driel vuelve a activar su anillo mágico lanzando un Sofocar el Alma contra la
cohorte en la que se oculta el chaman. Confiando, el Slann trata de dispersarlo
distraídamente pero pierde la concentración. Dos eslizones caen víctimas de la magia
del anillo.
Con su adversario momentáneamente fuera de combate el archimago caledoniano lanza
nuevamente Destrucción Abrasadora sobre el estegadón causando nuevamente 2
heridas, y Espadas Hechizadas de Aiban sobre los arqueros. El hechizo es lanzado con
éxito pero los inestables vientos de la magia causan una disfunción mágica que esta a
punto de matar a dos de los miembros de las Sombras de Nagarythe y de arrastrar a
Lord Driel al Reino del Caos. El archimago consigue salvarse sufriendo una herida y
agotando el resto de su reserva de magia.

Disparo:

Nuevamente los Cazadores de Bosque Lunabrillante disparan sobre la cohorte de


eslizones matando a 4 de ellos y forzando en esta ocasión un chequeo de pánico que los
eslizones (oportunamente desplazados hacia el Slann) consiguen superar. Las Sombras
de Nagarythe disparan a su vez sobre los eslizones causando una baja más.

Combate:

En el flanco occidental los nobles de Caledor exterminan a todos los hostigadores


eslizones. Los Príncipes Dragoneros de la Lanza de Minadragón aprovechan el impulso
de su carga para chocar contra el flanco del grupo de cazadores de salamandras trabado
con los Yelmos de Pradobrillante mientras que Thasmaion hace girar a su monstruosa
montura en dirección al centro del campo de batalla.
En el combate posterior, la Lanza de Minadragón arrasa también al grupo de cazadores
de salamandras y hacen girar sus monturas en hacia el este, mientras que los Yelmos de
Pradobrillante fijan su vista sobre el grupo de salamandras huyendo algo más al norte,
último superviviente del flanco occidental de los hombres lagarto.
TURNO 3 HOMBRES LAGARTO

Quien sabe si sorprendido por la virulencia del ataque alto elfo del flanco occidental, el
Mago Sacerdote Slann ordena a su Guardia del Templo abandonar la monolítica
estructura arcana y ponerse al frente del avance saurio por todo el campo de batalla.
El grueso de los hombres lagarto se despliega para arrasar el flanco oriental de los altos
elfos mientras los eslizones cruzan el pantano para hostigar el centro asur.
La ofensiva mágica del Slann, que debía iniciar el contraataque lagarto, es sin embargo
frustrada por el archimago alto elfo.
Magia (12 vs 8):

Acumulando grandes cantidades de energía a su alrededor, el mago sacerdote trató de


revertir el curso de los acontecimiento a fuerza de energías arcanas. Inició su ofensiva
lanzando un Sofocar el Alma sobre los Cazadores de Bosque Lunabrillante que acabó
con la vida de cuatro de ellos. A continuación lanzó Caminar Entre Dos Mundos sobre
el estegadón pero Lord Driel consigue disipar la magia del hechizo antes de que actúe.
Frustrado, el mago sacerdote trata de lanzar Apoteosis sobre la bestia, pero reforzado
con el poder del Libro de Hoeth el archimago caledoniano vuelve a disipar la magia
antes de que pueda curar las heridas de la bestia. Parpadeando de rabia el slann lanza un
Resurrección sobre la diezmada cohorte de eslizones pero pierde la concentración
poniendo fin a la fase de magia.
TURNO 3 ALTOS ELFOS

Con el flanco occidental asegurado, los altos elfos, liderados por el fuego del Mago
Dragón y la magia de Lord Driel, completan la maniobra envolvente sobre el centro
lagarto y se disponen a enfrentar a las pesadas cohortes de saurios que se aproximan
desde el flanco oriental.
Un exceso de confianza del Slann cuesta a los lagartos la muerte del estegadón y la
desaparición de la bestia hace vacilar el contraataque de los saurios manteniendo la
iniciativa del lado de los altos elfos.

Magia (12 vs 8):

En esta ocasión es el archimago alto elfo quien consigue cabalgar los vientos de la
magia reuniendo gran cantidad de energía arcana a su alrededor. Susurrando palabras de
poder, Lord Driel gesticuló en dirección al estegadón lanzando sobre ella una nueva
Destrucción Abrasadora, el Slann trata de bloquear el hechizo pero ni sus esfuerzos ni la
protección mágica del templo consiguen salvar a la bestia que se derrumba con sus
escamas fundidas sobre su piel. A continuación el archimago elfo lanza Espadas
Hechizadas de Aiban sobre los arqueros sin que el sacerdote Slann consiga frustrar sus
intenciones.
Inspirado por el dominio mágico desplegado por su superior, Thasmaion lanza Espada
Ígnea de Rhuin sobre los Cazadores de Bosque Lunabrillante, pero aunque el hechizo es
efectivamente lanzado la gran cantidad de magia sobre el campo de batalla demuestra
ser demasiada para la maestría del temerario mago dragón que sufre una disfunción en
el proceso recibiendo una herida. Su montura y uno de los Príncipes Dragoneros de la
cercana Lanza de Minadragón también se ven afectados por la disfunción.

Disparo:

Rugiendo de sorpresa por efecto de la magia el dragón solar lanza una poderosa
llamarada sobre la cohorte de eslizones, la magia residual potencia el aliento de la bestia
que elimina todos los eslizones presentes incinerando toda la unidad menos el Kroxigor
y el chaman eslizón, que sin embargo huyen aterrados por la potencia del ataque.
Doblemente potenciados por la magia, los Cazadores de Bosque Lunabrillante disparan
sus arcos sobre la Guardia del Templo, pero, pese a todo, sus flechas rebotan
inofensivamente contra las armaduras de los saurios bendecidos.
Las Sombras de Nagarythe disparan sobre el solitario jefe eslizón que avanzaba hacia la
Guardia Craciana y aunque consigue impactarle hasta en tres ocasiones todos los dardos
rebotan en la ornamentada armadura del pequeño anfibio.
TURNO 4 HOMBRES LAGARTO

Pese al revés de la muerte del estegadón y la desbandada de su centro, los hombres


lagarto se lanzan al contraataque avanzando a lo largo de todo el extremo oriental del
campo de batalla contra las unidades élficas mientras estas buscan alcanzar sus nuevas
posiciones de combate.
En esta ocasión la ofensiva mágica del Mago Sacerdote desborda los encantamientos
defensivos del archimago caledoniano, que solo alcanza a salvarse a sí mismo mientras
el flaco oriental de los altos elfos desaparece incinerado por la vengativa magia del
Slann.

Magia (12 vs 5):

La galerna mágica provocada por la presencia del Slann y el archimago alto elfo en las
inmediaciones del templo sigue rugiendo con fuerza lo que es aprovechado por el mago
sacerdote para dar un golpe de mano.
Irritado con el mago alto elfo como no lo había estado en eones, el slann lanza
nuevamente Desfraguar sobre el elfo con intención de destruir su molesto libro. Lord
Driel vuelve a dispersar el nuevo asalto del Slann pero con sus energías mágicas
agotadas solo puede asistir desesperado a como el slann descarga el resto de su furia
contra los Cazadores del Bosque Lunabrillante.
Cuatro de los arqueros mueren cuando el Sofocar el Alma se abate sobre ellos, y nueve
más cuando las llamas de la Convocación Ardiente emergen de suelo engulléndolos.
Pese a la matanza, los arqueros altos elfos conservan la calma y mantienen la posición.

Disparo:

Interpretando la ira de su señor, los hostigadores eslizones del flanco oriental disparan
sus cerbatanas sobre los arqueros supervivientes matando a 4 más de ellos. En un alarde
de sangre fría, los Cazadores del Boque Lunabrillante superan su pánico y resisten.
TURNO 4 ALTOS ELFOS

Aparentemente aturdido por la desaparición de su flanco derecho, descolocado tras el


esfuerzo en el flanco occidental y con los vientos de la magia reducidos a una tenue
brisa, el ejército alto elfo es incapaz de hacer nada más que posicionarse para recibir la
carga de los saurios en el siguiente turno.
Tras el duro castigo mágico impuesto por el Slann parece que la iniciativa abandona a
los altos elfos que se ven obligados a reorganizar sus líneas para hacer frente a la
pujante amenaza que avanza desde el este.

Cargas:

La Guardia Craciana carga sobre el jefe eslizón mientras que los Cazadores de Bosque
Lunabrillante, sabiéndose condenados cargan contra los hostigadores eslizones frente a
ellos.
Magia (3 vs 3):

La fatiga comenzaba a pesar sobre el archimago alto elfo que se veía superado por la
aparentemente inagotable energía del Mago Sacerdote Slann. Pese a todo, las escuetas
energías que fue capaz de convocar fueron aprovechadas para potenciar a las Sombras
de Nagarythe tanto con las Espadas Hechizadas de Aiban como con la Espada Ígnea de
Rhuin.
Dos de los últimos tres arqueros asur sucumben a las llamas de la Convocación ardiente,
dejando como único superviviente al músico de la unidad.

Disparo:

Potenciados mágicamente las Sombras de Nagarythe disparan sus arcos sobre la gran
cohorte de Saurios que avanzaba sobre ellos. Pese a lograr varios impactos, las flechas
élficas rebotan contra las escamas de los hombres lagarto sin causar bajas.

Combate:

El solitario líder eslizón activa el Huevo de Quango, pero la bestia invocada solo logra
matar a dos de los cracianos antes de que el Príncipe Ra-The entierre el filo de su
alabarda en la cabeza del eslizón acabando con su vida. Con el impulso de la carga, los
Leones Blancos chocan de flanco contra el Kroxigor y el chaman eslizón que el jefe
había intentado proteger.
Un poco más al este, el agotado músico de los Cazadores de Bosque Brillante no logra
alcanzar a los eslizones quienes acaban con su vida con sus jabalinas envenenadas,
poniendo fin también a la Convocación Ardiente.
TURNO 5 HOMBRES LAGARTO

Finalmente los hombres lagarto se lanzan al combate encabezados por la gran cohorte
de saurios, con sus flancos cubiertos por la Guardia del Templo y por los hostigadores
eslizones.
Los Sombríos que se les oponen son arrollados a pesar de las potenciaciones mágicas
dispuestas sobre ellos y los Saurios recuperan el control del centro del campo de batalla.
El templo parece una vez más asegurado.

Cargas:

Los Saurios cargan contra las Sombras de Nagarythe, que aguantan y disparan y
acabando con la vida de tres saurios.

Magia (11 vs 6):

El Mago Sacerdote lanza Sofocar el Alma sobre los Yelmos de Pradobrillante matando
a uno de ellos. A continuación el Slann lanzó un Desfraguar contra el Mago Dragón. El
hechizo consiguió entrar gracias a una fuerza irresistible destruyendo la Piedra del
Amanecer que hasta el momento había protegido al joven mago de Caledor, pero no
consiguió provocar la última herida que le quedaba. Por el contrario la disfunción
provocó una herida al propio mago sacerdote, otra al chaman eslizón y acabó con la fase
de magia de los hombres lagarto.

Disparo:

Los hostigadores disparan contra el mago dragón pero no logran herir

Combate:

Los Sombríos de las Sombras de Nagarythe matan a otro saurio antes de que los saurios
les pasen por encima. Estos arrasan muriendo uno de ellos por el pantano.
La Guardia Craciana acaba con el Kroxigor, hace huir al chaman y se reorganiza para
cargar a los Saurios.
TURNO 5 ALTOS ELFOS

El contraataque saurio, sin embargo, tan solo logra alcanzar humo. Habiendo ganado el
tiempo suficiente gracias al sacrificio de los Sombríos, todo el ejército alto elfo se abate
sobre la cohorte de saurios que lidera el contraataque de los hombres lagartos.
Estos reciben la carga de los Yelmos de Tor Andar y los Príncipes Dragoneros de la
Lanza de Minadragón por el frente, mientras Tasmaion y su monstruosa montura, y la
Guardia Craciana los embisten desde el flanco.

Cargas:

Dragoneros, Yelmos, Leones y Mago dragón cargan contra los Saurios

Magia (3? Vs 5?):

Finalmente arrastrado al combate, Lord Driel tan solo consigue reunir energía suficiente
para lanzar las Espadas hechizadas de Aiban sobre los Leones, si bien el mago sacerdote
no logra dispersarlo.

Combate:
En el combate que habría de decidir la batalla, el rugido de desafío del Saurio
escamadura que lidera la cohorte de guerreros saurios es respondido por el Señor de los
Dragones al mando de los Príncipes Dragón. El lagarto ingiere su poción de velocidad
igualando los reflejos del jinete caledoriano, sin embargo sus ataques son repelidos por
la armadura y el escudo encantado del elfo. Este, a su vez, dirige la punta de su Lanza
de Caballería Estelar al corazón del lagarto atravesándolo de parte a parte y arrojando su
cadáver a los pies de sus compañeros. El resto de tropas élficas hacen 15 heridas más a
los Saurios quienes a cambio matan a dos príncipes dragoneros.
Los tres saurios supervivientes huyen pero son alcanzados por los Yelmos de Tor Andar
que desoyendo las órdenes de Lord Driel se internan en el pantano brumoso, donde uno
de ellos encuentra la muerte en las fétidas aguas.
TURNO 6 HOMBRES LAGARTO

Con sus tropas seriamente mermadas y mal posicionadas, los hombres lagarto
mantienen sus posiciones en las cercanías del Templo mientras que sus eslizones de
avanzada tratan de herir al mago dragón buscando causarle la última herida que le resta
y confiándose a la magia del Slann para igualar la contienda.
Sin embargo…

Magia (11? vs 8?):

Una nueva disfunción al lanzar el Sofocar el Alma sobre el Mago Dragón, acaba con la
vida del Chaman Eslizón dejando intacto al slann. El dragón caledoriano, sin embargo,
recibe únicamente una herida mientras su jinete elfo sale intacto del asalto.
La disfunción, sin embargo, agota al mago sacerdote que no dispone de más energías
para continuar su ofensiva mágica.

Disparo:

Los eslizones buscan poseídos al mago dragón tratando de arañarle la herida que le
queda, pero no lo consiguen.
TURNO 6 ALTOS ELFOS

Con el día prácticamente ganado, los altos elfos reculan protegiéndose del acorralado
slann y su guardia personal confiándose a la magia para mantener su iniciativa y a los
reptiles a contrapie.
Sin embargo la contraofensiva mágica intentada por Lord Driel se ve afectada por las
enrarecidas corrientes de la magia sobresaturadas por la actividad arcana desplegada por
ambos hechiceros.

Cargas:

Los Yelmos de Pradobrillante tratan de cargar sobre los hostigadores eslizones pero
están demasiado lejos.
Tratando de alejarse de la Guardia del Templo los Yelmos de Tor Andar salen del
pantano marchando y dos de ellos mueren.
El mago dragón falla su chequeo de Ld y no puede marchar para alejarse del Slann.
Magia (¿ vs ?):

Lord Driel lanza Transmutación Final sobre la guardia del templo y provoca una
disfunción que acaba con la vida de Thasmaion. Afortunadamente el dragón supera su
chequeo de Ld, pero la energía restante se pierde.
TURNO 7 HOMBRES LAGARTO

Magia (12 VS 6):

El Slann lanza Sofocar el Alma potenciado contra el dragón. El archimago trata de


dispersarlo pero no lo consigue y el dragón recibe las tres heridas que le quedaban y
muere.
Luego lanza Desfraguar sobre el Señor de los Dragones buscando matarlo y cobrarse la
unidad pero es dispersado por el archimago alto elfo.
Disparo:

Los eslizones disparan sobre los Príncipes Dragón pero nuevamente no consiguen
penetrar sus armaduras.
TURNO 7 ALTOS ELFOS

Magia (12 VS 8?):

El archimago alto elfo emplea toda la energía disponible para sobrecargar el Anillo de la
Ira de Khaine y lanza un Sofocar el Alma sobre los hostigadores destruyendo el anillo
en el proceso. Cinco eslizones mueren abrasados pero el resto aguanta la posición.

Tras esto termina la batalla con VICTORIA ALTOS ELFOS.


La victoria de los altos elfos en Faro Sartosa supone también la consecución de 2 ptos
de victoria que unidos a los 7 de las posesiones asur en el resto de la isla les dan la
victoria en la Campaña.
RELATOS DE SARTOSA XIII

Un tremendo estallido de cegadora luz blanca brotó hacia el cielo de entre las

membranosas manos del Venerable Hylaáx y, en apenas un instante, el cuerpo del


dragón calló exánime entre la ponzoñosa bruma de la marisma…aquella demostración de
poder no resultó gratuita para el Slann, que para entonces ya había consumido gran
parte de sus fuerzas. Los segundos nacidos de orejas largas habían resultado ser unos
alumnos aventajados en lo referente a la manipulación de los Vientos de la Magia, y
poderosos encantamientos se habían intercambiado en las faldas del volcán durante
toda la larga jornada. A pesar de todas las protecciones arcanas que rodeaban el lugar,
el aire se encontraba sobresaturado de ozono, azufre y electricidad estática…

…en aquel preciso instante el cuerpo de Xhal´cideq, incapaz de seguir canalizando las
fluctuaciones de energía del ambiente, explotó formando un arcoíris iridiscente…la
muerte del vasallo eslizón hizo mella en la agotada mente del Mago Sacerdote, que ya
había visto caer a la mayor parte de la Hueste Sagrada…

…sopesando brevemente la situación, determinó dar la batalla y la isla por perdida.

Apenas bastó un gesto con su báculo para que la disciplinada Guardia del Templo se
replegara firme y silenciosa hacia las ruinas. El amenazante temple de la formación de
saurios disuadió a los elfos de hostigarles en su retirada hacia los túneles subterráneos
y la seguridad de la Cámara de las Estrellas… Las razas jóvenes no eran conscientes de
la importancia de aquel lugar y su papel en la Gran Protección, pero sabía que no podía
protegerlo por más tiempo…el fuego debía consumirlo todo: criaturas, piedras y tesoros,
pero la esencia de Hylaáx no debía extinguirse con la isla…

…el Caos avanzaba desde el Norte…la guerra contra los Demonios se avecinaba…el
Slann concentró el vigor que aún le quedaba y conjuró un hechizo que no había utilizado
en más de seis mil años, desde que abandonase las junglas primordiales de
Lustria…cuando la teleportación finalizó, la Cámara Estelar de K ’áak’ Peten quedó
vacía y en silencio para siempre.

Desde la seguridad que proporcionaba la distancia, Kaldon de Weismund se acercó


hasta la popa de la galera para contemplar la isla por última vez…vivas llamas consumían
los escombros de la Fortaleza del Rey Pirata, así como los bosques que rodeaban el
Faro de Sartosa…la chimenea del volcán escupía aún una densa fumarola de humo
negro, que se elevaba furiosa hasta fundirse con el mismo cielo…más cerca, a escasas
millas, los brillantes bájeles élficos plegaban velas y tomaban posesión del puerto…

…los misteriosos Asur no habían mostrado ningún interés en perseguir a los restos del
maltrecho Ejército Imperial que, hacinado en una improvisada flotilla compuesta por
barcos de pesca, urcas mercantes y la única nave de guerra en condiciones para navegar,
ponía rumbo al continente. La situación militar había empeorado drásticamente desde
que el volcán despertase de improviso (suceso que para el Alto Inquisidor tenía un
fuerte hedor a brujería), ya que fuertes temblores de tierra habían derrumbado parte de
las murallas de la ciudadela. Los pieles verdes que erraban por los bosques
aprovecharon la oportunidad para entrar en ella a degüello, y el deshonrado barón
Ludwig había encontrado allí su triste final, alanceado por una marea de babeantes
goblins mientras defendía desesperadamente la brecha…ninguna noticia había sobre la
suerte de los batallones enviados más allá de las montañas, de las poblaciones costeras,
los corsarios enanos o acaso de los rebeldes, pero era probable que todos hubieran
perecido…

…el sur de la isla había sido cubierto tras la erupción por una avalancha de lava, gases
nocivos y ceniza, pero los Altos Elfos parecían haber sorteado todo peligro…ahora
ellos controlaban Sartosa… -¡¡¡BRROOOUUUMMMM!!!- el oleaje golpeo con
fuerza el costado de la galera, remojando una vez más las bancadas de remeros…Sir
Kaldon apenas pudo mantener el equilibrio, cayendo de rodillas sobre la resbaladiza
cubierta…

…en Caos avanzaba desde el Norte…la guerra contra los Demonios se avecinaba…el
Imperio se encontraba asediado desde fuera y dentro de sus fronteras, y sólo unos
pocos eran conscientes de la amenaza…el Inquisidor recobró la compostura y se retiró a
la soledad de la bodega…le esperaba un largo y pesado viaje.

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