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AYER

AGOTA KRISTOF

CLUB DE LIBROS DEL SIGLO XX


UN POCO SOBRE LA AUTORA

Autora húngara nacida en 1935.


Primeros pasos: poesía y teatro.
Exiliada de Hungría en 1935.
Cruza la frontera para instalarse en Suiza
con su marido e hija.
Tiene que aprender una nueva lengua.
La lectura, esa “incurable enfermedad”, era
su refugio.
Aprende francés y va a empezar a leer y
escribir en ese idioma.
”El gran cuaderno” aparece en 1986 y es la
primera parte de la trilogía “Claus y Lucas”.
Fama en el teatro en los años 70. Influencia
de Brecht. Mayoría de sus obras teatrales
son parábolas políticas o sociales.

TODO LO QUE DEBÉS SABER 2020


Revolución húngara

Movimiento revolucionario espontáneo de alcance nacional contra


el gobierno de la República Popular de Hungría y sus políticas
impuestas desde la Unión Soviética.
+3.000 personas murieron, 200.000 húngaros huyeron como
refugiados.
1957: el nuevo gobierno soviético reprimió toda oposición pública.

Agota ficcionaliza la experiencia, vuelve su vida artificio, como una


forma de darle sentido a lo vivido. Temas que se vuelven
recurrentes en su escritura: la guerra, el desarraigo, la lengua y la
identidad. El protagonista de la novela, Sándor, también es un
refugiado, que cambiará su identidad con el cambio de nombre
(Tobías).
Doble
Hay un eterno conflicto del ser humano consigo y con los demás. El exilio y el supuesto asesinato
motivan el cambio de identidad, esta doble identidad a través del nombre. El doble nos habla de la
necesidad de semejanza y de diferencia, pero también surge una necesidad también de huir de sí mismo.
Alienación

El lenguaje en Agota es un constante pulso o latido. Es un sonido monótono, constante e inconsciente.

La fábrica: produce relojes y un automatismo en el sujeto que lleva al absurdo.

"Lloro. No quiero ponerme la bata gris, no quiero fichar, no quiero poner en marcha mi máquina. Ya
no quiero trabajar. Me pongo la bata gris, ficho, entro en el taller. Las máquinas están en marcha. La
mía también. Solo tengo que sentarme delante, coger las piezas, meterlas en la máquina, apretar el
pedal".

La fábrica como sistema de encierro de la Modernidad construye sujetos como engranajes, lo


que provoca la pérdida de la subjetividad. Genera sujetos indiferentes, pasivos, sin
pensamientos, deseos, propensos al llanto o a la crueldad, sometidos al devenir.
El nihilismo y el absurdo

Sándor nihilista

El personaje solo imagina un encuentro con su mujer ideal, la aparición real y tangible de Line,
relacionada a un pasado que fue omitido pero será decisivo.
El absurdo se entrelaza con el nihilismo porque el absurdo es “el estado metafísico del hombre
consciente” (Camus).
El nihilismo moderno según Nietzsche: "Estamos viendo aparecer la oposición entre el mundo que
veneramos y el mundo que vivimos, que somos. Solo nos queda, o suprimir nuestra veneración, o
suprimirnos nosotros mismos. La segunda solución es el nihilismo". Habla de la muerte de todas las
creencias para salvar las certezas. El nihilista moderno está dispuesto a todo para no cuestionar sus
convicciones.
Hay una depreciación de los valores superiores, pero lo que sostiene la existencia es la idealización de
Line, de la literatura y de los sueños irrealizables. Como menciona Nietzsche, cuando el devenir no tiene
fin o unidad, no queda más que condenar ese mundo del devenir como ilusión e inventar uno más allá de
este que sea el mundo verdadero.
Escritura, alienación y supervivencia

Line será parte de la rutina de Sándor. No hay solo acostumbramiento, también


cierta asfixia en estos personajes que están en búsqueda de un sentido que solo
encuentran uno con el otro.
Line será el motor de una expectativa respecto a la posibilidad de la escritura que
Line no comprende y entiende:

-Pobre Sándor, si ni siquiera sabes lo que es un libro. ¿En qué lengua escribes?
-En la lengua de aquí. Tú no sabrías leer lo que yo escribo.

La escritura como forma de supervivencia, refugio. La huida materializada en la


escritura. Huida del tiempo, de la vida cronometrada.

"El problema es que no escribo lo que tendría que escribir, sino que escribo cualquier
cosa, cosas que nadie puede comprender y que yo mismo no comprendo tampoco. Por
la noche, cuando transcribo lo que he escrito en mi cabeza a lo largo del día, me
pregunto por qué habré escrito todo esto. ¿Para quién y por qué?"
Escritura, alienación y supervivencia

Escritura para dirimir la alienación del trabajo mecanizado: “A veces me pregunto si


vivo para trabajar o si es el trabajo el que me hace vivir”.
Marx: el escritor no considera sus trabajos como un medio. Son fines en sí mismos.
Sándor aboga por la libertad de creación, a favor de lo natural y lo genuino. Lo
importante es el resultado, no el procedimiento.
La novela tiene momentos donde reflexiona sobre la figura del escritor:

—¿Dices eso en serio, Sandor? ¿Que hay que ser un don nadie para ser escritor?
—Yo creo que sí.
—Yo creo que para convertirse en escritor hay que tener una gran cultura. Es preciso haber leído mucho y
escrito mucho. Uno no se hace escritor de la noche a la mañana.
Yo digo:
—No tendré una gran cultura, pero he leído mucho y escrito mucho. Para ser escritor, sólo hace falta
escribir. Por supuesto, suele ocurrir que no se tenga nada que decir. Y a veces, incluso cuando se tiene
algo que decir, uno no sabe cómo decirlo.

El arte existe para darle sensación de vida a una vida tan inconsciente.
Simbolismo y escritura

Tono poético y simbolismo Orden social y orden simbólico


La prosa de Agota elimina todo lo El arte como orden al que puede
superfluo. Es una prosa desnuda. pertenecer Sándor, en contraposición a
Cercano a su tono poético encontramos Line. El terreno social le es limitado. En
el simbolismo que contiene la obra. La cambio, el arte y la naturaleza es lo que
ensoñación, la imaginación, la reemplaza el orden social. Al ser exiliado,
irracionalidad, está cargada de símbolos: hay una pérdida de funciones sociales y el
aparece el tigre, el pájaro muerto, la arte y la naturaleza son vínculos más
lluvia, el viento, etc. Los apartados llenos fuertes. Las relaciones humanas son
de simbolismo son una contraposición de inseguras. La escritura representa un
la imagen de ciudad falsa y artificial de vínculo con su espíritu.
los capítulos que le siguen.
Estilo

El espacio es identificable por su narración realista: frío lluvioso, neblinoso y


gris del este y centro europeos, a veces con un poco de sol y una vegetación
paliativa, que representa, a su vez, un mundo interior y un estado de ánimo de
los personajes y de la condición humana marcado por la desesperanza.
La estructura en fragmentos y capítulos breves. Una primera persona directa
pero una narración llena de desazón. Narración con golpes crudos y abruptos.
La novela narra el nihilismo, narra una vida de espera y de no esperar nada a la
vez.

“Ahora mismo me quedan pocas esperanzas. Antes buscaba, me desplazaba sin


parar. Esperaba algo. ¿El qué? No lo sabía. Pero pensaba que la vida no podía ser
lo que era, prácticamente nada. La vida debía de ser alguna cosa y yo esperaba
que llegase esa cosa, la buscaba.
Ahora pienso que no hay nada que esperar, así que me quedo en mi habitación,
sentado en una silla, y no hago nada.
Pienso que hay una vida allá afuera, pero en esta vida no pasa nada. Para mí,
nada”.
La lengua al servicio del tiempo

Deleuze y Guattari (1975: 28) hablan de una «literatura menor no es la literatura de un idioma menor, sino la
literatura que una minoría hace dentro de una lengua mayor». La literatura producida por una minoría en el sentido
social no necesariamente es una literatura menor porque provenga de grupos marginados.
La condición menor de una literatura no depende de su origen sociodemográfico, sino de su forma de expresión
discursiva.
Agota se apropia de una lengua porque le fue impuesta por el destino.
El tiempo para Agota parece ser un continuum. No hay más que presente porque el ayer es lo vivido que nos
constituye:

"¿Mañana, ayer, qué quieren decir esas palabras? No existe sino el presente. Unas veces, nieva. Otras, llueve. Luego
hay sol, viento. Todo eso es ahora".
¡Gracias! Nos vemos la próxima

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