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La tabla 2 indica los caudales de aire exterior requeridos para una calidad aceptable del aire en los lo-
cales. Estos caudales deben considerarse mínimos a efectos de ventilación y máximos a efectos de
ahorro de energía.
Los valores indicados se han elegido para controlar la concentración de anhídrido carbónico (véase
Anexo A), olores, partículas y otras sustancias contaminantes, con un adecuado margen de seguridad,
teniendo en cuenta distintos niveles de actividad y variaciones de las condiciones físicas de los indivi-
duos, así como un moderado número de fumadores. Se ha considerado, además, que la contaminación
producida sea proporcional al número de personas presentes en los espacios ventilados, hipótesis per-
fectamente válida dentro del campo de aplicación de esta norma.
No es este el lugar para tratar a fondo el complejo tema de la calidad del aire interior, actualmente en
estudio en todo el mundo y, por tanto, todavía objeto de discrepancias (véanse documento CR 1752 y
norma ASHRAE 62-1999).
Sin embargo, se debe decir que las recientes investigaciones de campo efectuadas en Europa y Estados
Unidos han demostrado que la contaminación interior no se puede atribuir exclusivamente a las personas
y a sus actividades.
Los materiales de construcción y decoración, los componentes del sistema de acondicionamiento de aire
o ventilación, el mobiliario, los equipos de oficina e, incluso, los productos químicos empleados para la
limpieza del edificio contribuyen de una manera muy significativa a la polución del aire interior.
Por tanto, los caudales de aire de ventilación indicados en la citada norma pueden ser, en muchas cir-
cunstancias, insuficientes para garantizar el mantenimiento de una calidad aceptable del aire interior.
A pesar de estas consideraciones, el técnico deberá emplear los caudales de aire de ventilación de la
citada norma UNE 100.011 según el tipo de local.
Con el fin de acercarse al nivel de calidad de aire deseable y mantenerlo en el tiempo, se sugiere la
adopción de una serie de medidas a tomar durante el diseño y la explotación de la instalación.
• Emplear el sistema de enfriamiento gratuito como medio de purgar los locales y ahorrar energía.
• Adoptar sistemas de recuperación de energía en el aire de expulsión hacia el aire de renovación, con-
siderando, además, la posibilidad de recurrir al enfriamiento adiabático con el fin de aumentar la efi-
ciencia del conjunto y alargar el tiempo de funcionamiento en régimen de enfriamiento gratuito.
Estas tecnologías son energéticamente muy convenientes en climas secos en verano y no excesiva-
mente fríos en invierno.
• Estudiar con detenimiento el sistema de difusión de aire de manera que la eficacia de ventilación sea
igual o superior a 0,9 (véase Anexo 3).
• Emplear, alternativamente o paralelamente al sistema de dilución por aire exterior, sistemas de depu-
ración basados en filtros químicos o aparatos de ionización o esterilización (véase Anexo 2), mante-
niendo, en cualquier caso, el caudal mínimo de aire exterior indicado por la norma UNE 100.011.
• Mantener los locales acondicionados en sobrepresión con respecto a los locales de servicio y al am-
biente exterior.
• Los locales donde están situadas las Unidades de Tratamiento de Aire (UTAs) no deben ser utilizados
para almacenamiento de materiales ni como zonas de tránsito. Las puertas de estos locales, que
deben permanecer cerradas, serán de construcción resistente al fuego y al paso de los humos.
Estos locales deben tener, preferentemente, una presión positiva con respecto a los locales
adyacentes.
• Las UTAs deben ser razonablemente estancas al paso del aire (se usa la expresión "razonablemente
estancas" en espera de la definición de las categorías de estanquidad de una norma europea en curso
de elaboración).
Nota: la norma UNE-EN 1886 ya está editada, aunque, ahora mismo, esté en marcha una revisión, y
se está redactando su aplicación en la norma UNE 100180.
La superficie interior de las unidades, así como las superficies de los equipos y aparatos situados en
su interior, debe ser resistente a la abrasión y a los agentes químicos. Se debe evitar que los
materiales aislantes estén en contacto con el aire, recubriéndolos chapas continuas de material
metálico o de plástico, resistente a la abrasión y a los agentes biocidas.
Debe preverse el espacio suficiente para el acceso alrededor de la UTA y a su interior.
• Para proteger el sistema de ventilación de las partículas sólidas en suspensión en el aire se deben
emplear secciones de filtración. En el Anexo 2 se dan algunas indicaciones sobre selección de filtros
para sistemas de climatización destinados al bienestar de las personas.
• Con el fin de evitar el desarrollo de microorganismos, como bacteria, virus y hongos, los aparatos de
transferencia de masa de agua en corriente de aire (humidificadores y aparatos de enfriamiento
evaporativo) deben ser diseñados de manera que todos sus componentes, en particular las bandejas
de agua y los eventuales separadores de gotas, sean accesibles para una limpieza y desinfección a
fondo (véase norma UNE 100030 IN).
El agua empleada por estos aparatos debe ser tratada preferentemente solo con procedimientos
físicos. Si no se puede evitar un tratamiento químico, los productos empleados deben ser
tóxicologicamente inocuos y sin efectos significativos sobre la calidad del aire percibido.
La limpieza y el mantenimiento de estos aparatos, efectuados correctamente y con la frecuencia
adecuada, son esenciales. Para ello, la empresa responsable del mantenimiento tiene la obligación,
aún cuando no esté explícitamente expresado en el contrato, de adecuar la frecuencia y la forma de
efectuar tales operaciones a las recomendaciones del fabricante considerando la calidad del agua de
aportación.
Se debe evitar el empleo de agua a temperatura comprendida entre 20º y 50ºC (banda de máximo
desarrollo de la legionela), aún cuando el sistema de ventilación esté fuera de servicio.
• Igualmente, el agua de los humectadores de vapor no debe ser tratada con sustancias anticorrosivas
peligrosas para la salud o con algún efecto sobre la calidad del aire percibido.
• Las bandejas de recogida del agua de condensación de las baterías, al igual que las de los aparatos
de transferencia de masa de agua, se deben limpiar y desinfectar a fondo de forma periódica, para
evitar el desarrollo de microorganismos, en particular de bacteria y hongos.
• Los ventiladores y los recuperadores de calor deben ser accesibles para poder proceder, también de
forma periódica, a la limpieza de sus superficies interiores.
• Las superficies interiores de los conductos deben ser lisas para evitar la acumulación de polvo y
resistentes a la abrasión para facilitar la limpieza.
• La toma de aire exterior debe estar situada en un lugar donde no sea probable la contaminación por
polvo, olores, hollín, gases, hongos, bacteria etc. (véase Anexo 4).
Las tomas no deben situarse a nivel del terreno o enterradas, a nivel del piso de cubiertas o cerca de
torres de refrigeración o condensadores evaporativos y de descargas de aire contaminado
(procedente de garajes o aseos, cocinas o lavanderías, chimeneas etc.; véase la norma ASHRAE 62-
1989R).
Se recomienda situar la toma de aire lo más cerca posible de la UTA, para evitar largos tramos de
conductos que, al transportar aire no filtrado, pueden ensuciarse y ser zonas de cultivo de
microorganismos.
En situaciones especiales y complejas, se recomienda determinar la situación óptima de la toma de
aire mediante pruebas en túnel, que determinen la distribución de la presión y del flujo de aire
alrededor del edificio.
• El aire recirculado puede ensuciar las paredes de los conductos de retorno, especialmente si contiene
partículas sólidas o aerosoles en suspensión.
Por lo tanto, para edificios destinados a usos particularmente críticos, como hospitales, clínicas,
laboratorios etc., es muy recomendable emplear sistemas de climatización a todo aire exterior o
sistemas de purificación del aire de retorno por ionización, adsorción o ambas tecnologías aplicadas
simultáneamente e, incluso, aparatos de esterilización por radiación ultravioleta.
Estas tecnologías, largamente empleadas en la industria, se podrán usar también para la purificación
del aire exterior cuando no tenga la calidad deseada.
Para información del lector, se adjuntan al presente apartado cuatro Anexos con los siguientes conteni-
dos:
Su lectura facilitará la comprensión del problema de la calidad del aire interior; una información más com-
pleta podrá obtenerse del documento CR 1752 y americana y de la norma ASHRAE 62-1999.
• tener una intensidad sensiblemente constante, sin que las variaciones sean mayores de 3 dB
• ser agradable en su carácter, es decir, tener una distribución espectral bien equilibrada en una amplia
gama de frecuencias
• no tener sonidos de marcadas características tonales, como gemidos, silbidos, zumbidos o retumbos
Los métodos para expresar los criterios de diseño acústico son los que se describen a continuación
(véase el Anexo 5 a esta ITE para algunas nociones de acústica).
1- Método ponderado
El nivel sonoro ponderado en la escala A es ampliamente usado debido a que la medición es muy simple
y el nivel se expresa con un solo número. Su utilidad, sin embargo, es reducida, ya que se limita a dar la
intensidad del ruido y no suministra información alguna sobre el perfil del espectro sonoro.
La escala A (figura 02.2.19) se relaciona bien con la sensibilidad del oído en cuanto a intensidad, pero no
en cuanto a calidad. Dos ruidos del mismo nivel, pero con diferentes características espectrales, pueden
ser juzgados de forma muy diferente por la misma persona.
-10
respuesta relativa (dB)
-20
A
-30 B
C
-40
-50
-60
-70
La figura 02.2.20 representa las curvas NC, así como el límite aproximado de audición para ruido
continuo, según L. L. Beranek.
80
70
NC 65
NC 60
nivel de presión sonora (dB)
60 NC 55
NC 50
50 NC 45
NC 40
NC 35
40
NC 30
NC 25
30 NC 20
NC 15
límite
20
10
62,5 125 250 500 1000 2000 4000 8000
• Si el espectro de un ruido es tangente a una curva NC en una sola banda, su nivel puede ser inferior al
deseado para cubrir una conversación u otro sonido. Para este fin es necesario que el espectro se
aproxime al de una curva NC por lo menos en tres octavas de banda contiguas.
Las curvas PNC (Preferred Noise Criteria – 1971 – Bolt; Beranek y Newman) son una derivación de las
curvas NC, corregidas en las bajas y altas frecuencias, y se representan en la figura 02.2.21.
70
PNC-65
PNC-60
nivel de presión sonora (dB)
60 PNC-55
PNC-50
50 PNC-45
PNC-40
PNC-35
40 PNC-30
PNC-25
30 PNC-20
PNC-15
límite
20
10
31,5 62,5 125 250 500 1000 2000 4000 8000
150
140 NR 140
130 NR 130
120 NR 120
nivel de presión sonora (dB)
110 NR 110
100 NR 100
NR 90
90
NR 80
80
NR 70
70
NR 60
60
NR 50
50 NR 40
40 NR 30
30 NR 20
20 NR 10
10 NR 0
0
31,25 62,5 125 250 500 1000 2000 4000 8000
80
70
nivel de presión sonora (dB)
60
RC 50
RC 45
50
RC 40
RC 35
40
RC 30
RC 25
30
20
10
31,25 62,5 125 250 500 1000 2000 4000
Como se ha comentado, el RITE proporciona, para algunos tipos de local, un valor máximo admisible de
nivel sonoro por el método ponderado en la escala A, con el fin de facilitar las labores de control.
El proyectista, sin embargo, podrá a su criterio optar por una de las curvas NR, NC o RC (en ningún caso
pueden darse como equivalentes) indicadas en la siguiente tabla.
Téngase en cuenta que, cuando se siga uno de los criterios arriba indicados y cumplir, al mismo tiempo,
con los valores de la Tabla 3 se debe reducir el nivel sonoro en dB(A) fijado en la tabla del RITE
aproximadamente en:
Los valores de esta tabla son válidos para edificios situados en entornos con bajos niveles sonoros de
fondo. Para zonas industriales los niveles podrían aumentarse en algunos decibelios, siempre que no se
trate de locales críticos (cultural, sanitario, docente y residencial). La corrección debe aplicarse con sumo
cuidado, ya que el entorno podría experimentar con el tiempo un cambio que, si es en el sentido de una
mejora, podría dejar en evidencia la instalación de climatización.
Es evidente que para locales con altas exigencias acústicas no tiene sentido la aplicación de factores de
corrección. El nivel sonoro establecido en la tabla debe ser mantenido cualquiera que sea el nivel acústico
del entorno del edificio, cuyos cerramientos, por tanto, deberán estar diseñados de manera adecuada.
Por la misma razón, el criterio de definir categorías del ambiente acústico (A, B y C) adoptado por la
norma CR 1752 es muy discutible, particularmente para locales de altas exigencias acústicas; para estos
casos, por tanto, se recomienda tomar la categoría más elevada.
Para locales como estudios de televisión, radio, grabación etc. es normalmente el usuario el que define el
nivel sonoro.
atenuador atenuador
acústico acústico
UTA
LOCALES ACONDICIONADOS
La instalación de los atenuadores cerca de los mismos locales acondicionados se suele efectuar en
sistemas de media o alta presión, después de las unidades terminales y para locales sensibles (estudios
de radio y televisión etc.).
Los mecanismos de reducción del nivel sonoro se basan en el empleo de atenuadores pasivos,
normalmente de tipo resistivo (disipación de la energía acústica por transformación en calor). Con el fin de
mejorar las prestaciones de éstos a las bajas frecuencias, disminuir las pérdidas de presión y reducir los
riesgos de contaminación del aire a través de la superficie de contacto de las fibras, se pueden emplear
filtros activos, que se basan en la emisión de señales acústicas que sean la imagen contraria de la señal
perturbadora. Los atenuadores pasivos deben tener una película protectora de las fibras.
estructura
Se debe tener presente que, para lograr una efectiva amortiguación de las vibraciones, es esencial que
las deflexiones estáticas de los soportes elásticos sean iguales. Si la carga de una máquina no está
uniformemente distribuida, como es habitual, se podrán emplear una solución, o una combinación de
ellas, como las que se indican a continuación:
Una vez más, cuando se trate de locales particularmente sensibles, se recomienda al Técnico que pida el
parecer de un especialista.
Para la medición de ruidos y vibraciones en el ambiente se recomienda consultar las normas ISO 11201 e
ISO 3744 y la norma europea EN 60651.
Por último, se recuerda que todas las instalaciones deberán cumplir las Ordenanzas Municipales en
lo que respecta a la propagación de ruidos al ambiente exterior. A este respecto son particularmente
críticos los emplazamientos de las torres de refrigeración y los condensadores, secos o evaporativos.