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TEMA 5: EL DERECHO MUSULMÁN

¿POR QUÉ LLEGARON AQUÍ LOS MUSULMANES?


Los musulmanes llegan a la Península Ibérica después del fallecimiento del rey Vitizia, pues en
el año 711 se produce un enfrentamiento para el acceso al trono visigodo. Por una parte,
estaban los hijos del rey que se consideraban los herederos al trono visigodo, pero la gran
asamblea visigoda proclama rey al monarca Rodrigo, por lo que supuso un enfrentamiento entre
ambas partes. Fue entonces cuando los seguidores del rey Vitizia acuden a los musulmanes para
recuperar el reino visigodo.
Este enfrentamiento culmina en la batalla del rio Guadalete en al que vencen los musulmanes,
fallece el rey Rodrigo y los musulmanes se “olvidaron” de restituir el trono a los herederos del
rey Vitizia y se instalaron en la Península. No llegan como pueblo invasor, sino como pueblo
auxiliar de guerra que al final se asentó en la Península y constituyeron lo que se llamó el Islam
español, Al-Andalus.
A partir del año 711, en el cual llegaron los musulmanes, nuestra Península quedó convertida en
una provincia más del Islam y quedó bajo la autoridad de los califas de Damasco. La conquista
de la misma fue rápida, no hubo grandes escaramuzas militares, sino que se hizo de forma
pacífica porque los nobles visigodos en seguida aceptaron a los musulmanes y se rindieron a
ellos. También es cierto que, por esa época, había un gran descalabro de la monarquía visigoda,
circunstancia que aprovecharon para asentarse. Tampoco olvidemos que aquella minoría de
judíos oprimida por la legislación visigoda, se puso el lado de los musulmanes y los apoyaron en
la conquista.
Este período del derecho musulmán empieza en el año 711 y culmina en la Edad Media,
concretamente en el año 1492 con la conquista del Reino de Granada.
Esta invasión musulmana fue también, como nos dice Sánchez Albornoz, un factor diferencial
que no sufrieron otros países europeos. Durante esta época musulmana podemos establecer
tres períodos: el primer período fue aquel en el que la Península quedó supeditada al Emirato
de Damasco, era como una provincia del Islam, esto tiene lugar desde mediados del siglo VIII; la
segunda fase sería la ruptura con ese emirato y la constitución del califato de Córdoba que tiene
lugar desde el año 929 hasta el año 1031 aproximadamente y, a partir de ese año, estaríamos
en el tercer período constituido por los reinos de taifas, lo que significa que el Estado musulmán
se descompone en unas unidades políticas menores de diferentes etnias y enfrentadas entre
ellas.
EL DERECHO MUSULMÁN
El Estado musulmán es un Estado teocrático, es decir, la persona gobernante, bien el emir bien
el califato, tiene a su vez el poder político y el poder religioso, siendo una característica a tener
presente al estudiar el derecho musulmán. Hay que insistir que en esos ocho siglos de influencia
musulmana, la influencia fue escasa porque, en aquella época, en nuestra Península, apenas se
conocía el árabe y sus normas estaban escritas en este idioma y, en segundo lugar, porque la
aplicación del derecho islámico solamente tenía lugar para aquellas personas de condición
islámica, por lo que no tuvo aplicación para los hispano-visigodos. Por lo tanto, en ese período
de ocho siglos se simultanearon diferentes ordenamientos jurídicos, por una parte el musulmán
y por otra el de los reinos cristianos.
CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO MUSULMÁN
Lo primero que hay que decir es que el derecho musulmán está totalmente impregnado de una
religiosidad. Los musulmanes identifican el derecho y la religión, ambos están equiparados e
íntimamente relacionados. Por otra parte, en el Estado musulmán no existían órganos
legislativos ni existían monarcas que tuvieran la capacidad legislativa ni existían asambleas
populares y, al no existir ningún órgano legislativo, nos encontramos que el derecho se crea a
través de la voluntad divina.
Otra característica es que estamos ante un derecho de base personalista de origen religioso y
de base concesiona, es decir, que la aplicación de este derecho no va a ser territorial, no se va a
aplicar en un determinado territorio, sino que se va a aplicar solamente aquellas personas que
procesan la religión musulmana. Los textos jurídicos que vamos a ver emanan de los textos
sagrados y, como hay esa vinculación entre religión y derecho, nos encontramos con que si una
persona infringe una ley está cometiendo un pecado y va a ser juzgado por un jurista teólogo en
el que hay una unión entre el derecho y la religión.
Por último, se trata de un derecho revelado, es decir, que procede de la voluntad divina y ha
sido manifestada por varios medios y cualquier transgresión jurídica implica castigos terrenales
y ultraterrenales, aunque para castigar terrenalmente una transgresión jurídica, el Estado tiene
una serie de organizaciones para que en el nombre del profeta se impongan una serie de medios
coactivos a ese transgresor.
LAS FUENTES DEL DERECHO MUSULMÁN
La primera fuente a la que nos tenemos que referir es el Corán, que es a su vez la fuente
principal. Etimológicamente, el Corán significa recitación, es decir, que el Corán es una recitación
de lo que el Dios Alá reveló al profeta Mahoma a lo largo de 23 años. Esta fuente es una fuente
divina. Esta obra, originariamente, fue transmitida de forma oral y no fue redactada en la vida
del profeta, sino que lo fue después de su fallecimiento.
Esa recitación fue conservada a través de la transmisión oral de los versículos denominadas
aleyas y que eran versículos breves y rítmicos fáciles de recordar o transmitir de forma oral.
Cuando el profeta fallece en el año 632, comienzan a hacerse redacciones del Corán, pero estas
redacciones eran privadas y contenían errores, contradicciones y fue el califa Otman quien
promovió una redacción definitiva del Corán, desechando todas las anteriores.
La estructura de esta obra contiene 114 suras que serían los capítulos, cada una de ellas tiene
un título y se encuentran divididos en aleyas o versículos. Este texto contienen un total de 6236
aleyas y cada una de ellas están recogidas sin ninguna sistemática, sin ningún orden de materias.
Además, en este libro se entremezclan conceptos religiosos y normas de contenidos moral que
regulan la conducta del musulmán y algunas normas que contienen prescripciones de la vida
jurídica de los creyentes que representarían menos del 10% de versículos que tiene el cuerpo
legal.
Todos los suras comienzan con una invocación religiosa. En la primera de las suras aparece una
oración que es la principal de los musulmanes, el equivalente al Padre Nuestro. Las
prescripciones jurídicas son minoritarias dentro del Corán y suponen menos de la décima parte.
Según esto, en el Corán aparecen reglas o preceptos de Derecho Civil y, dentro del ámbito civil
nos encontramos con aleyas en donde se trata el matrimonio y todo lo que lo concierne (dote,
divorcio, la guarda de los niños, el parentesco). También se hace referencia al derecho sucesorio
y se habla del testamento, así como de los contratos y se refiere expresamente al contrato de
compraventa, de los alquileres, al contrato de arrendamiento, de los préstamos, del contrato de
depósito, por lo que recoge materia de obligaciones y contratos del Derecho Civil. En algunas
aleyas se nos indica que debe hacerse la contratación por escrito y con la presencia de testigos.
También en el Corán hay reglas relativas al derecho penal y, en relación con este, se recogen los
homicidios, los robos, el adulterio, la difamación y las calumnias. Además, hay algunos preceptos
dedicados a los procedimientos jurídicos y otros están dedicados a la guerra, a la paz, cómo hay
que tratar a los pueblos vencidos y dice que hay que tratarlos con justicia y condiciones de
igualdad, normas relativas al Derecho Internacional.
En algunos otros versículos apreciemos ciertas reglas de carácter económico y en este sentido
nos encontramos con la regulación del contrato de préstamos y dice que, cuando el prestatario
no puede hacer frente a préstamos, el prestamista debe concederle un plazo para que pueda
devolverle el préstamo.
A lo largo del texto, nos encontramos que el Corán declara ciertas virtudes como que el creyente
debe perdonar a la persona que ha cometido el delito. El perdón lo podemos encontrar en
muchos versículos del Corán. Otro rasgo importante es que considera la renuncia de derechos
una virtud. Nos llama la atención también que, en algunos versículos, se recoge una
discriminación positiva en relación con las viudas y los huérfanos.
El Corán resulta ser una fuente insuficiente, incompleta, puesto que era lo que había dicho el
Dios Alá al profeta Mahoma. Por esta razón, nació otra fuente que se llama Sunna(h). La
Sunna(h) era una fuente que recoge la conducta del profeta que conocemos a través de las
actuaciones del profeta, de sus palabras o de sus silencios, los cuales serían un modelo a imitar
por los creyentes. A veces, al profeta se le sometían diferentes casos y, entonces, el profeta
guardaba silencios sobe ellos, lo que significaba una aprobación tácita.
Esta Sunna(h) tuvo un gran desarrollo porque la otra fuente no daba respuestas jurídicas a todos
aquellos conflictos que se planteaban dentro de una sociedad en permanente cambio, por lo
que fue necesario acudir a esa otra fuente, pero con esta sucedió algo parecido al Corán. Al
principio se transmite de forma oral de los discípulos del profeta, hasta que hay una gran lista
de testimonios que se atribuyen al profeta, pero que no se sabía si eran ciertos o inventados,
por lo que llega un momento en el que es necesario hacer una depuración de todos los
testimonios que se conservan. De esta manera surge el Hadiz(t), que recoge todas las
actuaciones del profeta, habiendo incluso colecciones de ellos.
Sin embargo, esta fuente, al final y al no tratarse de una fuente completa, se convierte en una
fuente insuficiente, por lo que hay otra fuente de derecho musulmán, el Ichtmá, que sería la
tercera fuente del derecho musulmán y se acude a ella para resolver un problema jurídico y no
hay un precepto general en el Corán ni en la Sunna(h). El Ichtmá es el acuerdo unánime de la
comunidad islámica, pero esta ha de ser equiparada a la opinión de aquellos hombres más
sabios, los conocedores del derecho próximos al profeta, de los que se decía que su opinión era
infalible, que nunca se equivocaban.
Por último, dentro del derecho islámico habría otra fuente que sería el Quiyás que es la analogía,
es decir, cuando no había un precepto aplicable se acudía por extensión a la aplicación del Corán
siempre y cuando el caso tuviera ciertas analogías en relación con el Corán. Esta fuente tenía
aplicación cuando había un vacío legal. Esta fuente, a diferencia de las anteriores, era una fuente
propiamente humana, no había intervención divina ni opinión infalible. Lo que sucede y quizás
por no tener ese componente divino, algunas escuelas musulmanas la rechazan como fuente y
sostienen que los preceptos del Corán deben ser aplicados de manera literal.
Estas fuentes se tratarían de fuentes universales. Al margen de ellas, hay otras fuentes que
serían dadas para cada territorio, tendríamos por ejemplo al Califa, que dicta una serie de
disposiciones para cada territorio y que serían aplicables únicamente en el mismo. Además de
estas disposiciones también es importante la jurisprudencia de los cadíes, sentencias que podían
ser alegadas en un juicio. Por último, estarían las Fatwas que serían dictámenes hechos por los
juristas que también serían alegaciones en un juicio.

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