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EL CAMBIO CLIMATICO

De todos los problemas ambientales a los que debe enfrentarse la humanidad en


esta era, se puede decir con toda seguridad, que el cambio climático es el que mayor
repercusión social ha tenido hasta la fecha. Sobre él se han escrito libros, se han
realizado documentales, se han promulgado tratados y leyes internacionales y nacionales,
se han conseguido avances tecnológicos, se han abierto nuevos mercados comerciales,
se han creado nuevas empresas y puestos de trabajo, y hasta se ha filosofado
profundamente sobre su posible origen y consecuencias, habiendo opiniones para todos
los gustos.

Habría que empezar por separar el concepto del problema ambiental, pues en el
planeta Tierra los periodos glaciares e interglaciares se vienen sucediendo desde hace
más de 2.000 millones de años (que se sepa) y por lo tanto, el cambio climático es algo
que se produce en nuestro planeta cada cierto tiempo. Por otro lado, el efecto invernadero
es el causante de que la vida en la Tierra exista tal y como se conoce, ya que sin su
presencia la temperatura media en la superficie planetaria descendería hasta un punto en
el que sería insoportable para muchas especies incluida la nuestra. El problema surge
cuando la actividad humana provoca trastornos en los ciclos y procesos naturales que
regulan la temperatura a nivel global.

Como muchos ya saben, el dióxido de carbono (CO2) permite el paso de las


radiaciones de los espectros ultravioleta y visible procedentes del sol, y sin embargo es
opaco a la radiación infrarroja, forma en que la Tierra devuelve al espacio exterior la
energía recibida. Como ya se ha dicho, el CO2 y el resto de gases de efecto invernadero
(GEI), permiten que la temperatura en la Tierra sea la adecuada para el desarrollo de la
vida, al devolver parte de ese calor, impidiendo así que se disipe en el universo.

Lo que sucede es que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático


(IPCC), coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el PNUMA, ha
reflejado en sus informes que en los últimos 100 - 150 años la temperatura en el planeta
ha subido casi 1 ºC en referencia a los últimos 1.000 años, y que en ese mismo periodo la
concentración de CO2 en la atmósfera se ha aumentado en casi 100 ppm, dando como
resultado la vulgarmente conocida como gráfica del “palo de golf”:
La conclusión que lleva aparejada este estudio es que el aumento de temperatura
está acoplado con el incremento de CO2 en la atmósfera, y que todo esto comienza en
los siglos XVIII y XIX con la llamada Revolución Industrial, propiciada por el empleo
masivo de combustibles fósiles como fuente de energía. Es decir, que al menos la mayor
parte de ese aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera mostrado en el gráfico
anterior, es responsabilidad del hombre y de su actividad.

A partir de aquí, se han realizado numerosos estudios y sucedido diferentes


previsiones que apuntan a un incremento exponencial de temperatura en los próximos
años que llevaría al deshielo de los polos, la subida del nivel del mar (con las
consiguientes inundaciones), la desaparición de ecosistemas, procesos de desertificación,
etc.

Hay incluso quienes, con datos contrastados, exponen que las consecuencias ya
se están sufriendo en muchos lugares del planeta, y atribuyen al cambio climático la
presencia cada vez más frecuente e intensa de huracanes en el Caribe, que alcanzan a
Estados Unidos e incluso Canadá; la sucesión de inundaciones en Europa y Asia, en
zonas con escasa pluviometría histórica; la desaparición de lagos como el Chad en África;
y el retroceso y disminución progresiva de los glaciares (como el Perito Moreno en
nuestro país o el de Columbia en Alaska) y círculos polares.

Esta situación a primera vista parece muy grave, y solucionar el problema exigiría
de los gobiernos un acuerdo a nivel planetario que redujera las emisiones de GEI de
manera coordinada, efectiva y sobre todo veloz, porque las predicciones indican que el
proceso culminará antes de que acabe el siglo XXI. Sin embargo, los procesos
diplomáticos no funcionan siempre con la rapidez que se necesita y a continuación se
verá como frente a la premura exigida por las circunstancias la comunidad internacional
adopta una conducta escéptica y pasiva, atención a las fechas.

Con el primer informe del IPCC, que data de 1990, comienza un debate a nivel
internacional que deriva en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático, de mayo de 1992, que se abre a la firma el mes siguiente en la en la Cumbre
de la Tierra de Rio de Janeiro, y que culmina con el nacimiento del archiconocido
Protocolo de Kioto en 1997, cuyo nombre proviene del lugar donde se celebró la tercera
Conferencia de las Partes de la Convención (COP3).

En este tratado los Estados firmantes se comprometían a reducir en total un 5,2%


la presencia de los GEI en la atmósfera para el periodo 2008 - 2012, con respecto a los
niveles de 1.990 para CO2, CH4 (metano), N2O (óxido nitroso), y con respecto a los
niveles de 1.995 para HFC (hidrofluorocarburos), PFC (perfluorocarburos) y SF6
(hexafluoruro de azufre). Cada uno de ellos debía contribuir en la parte que le
correspondía, en base a su nivel de desarrollo, tejido productivo, importaciones y
exportaciones, renta per cápita, etc. Por ejemplo la Unión Europea responsable del 14%
de las emisiones mundiales, se comprometió a reducir sus emisiones en un 8% con
respecto a los años de referencia, y sin embargo países como Argentina responsable de
sólo el 0,6% no quedaron obligados a reducir sus emisiones en porcentaje alguno.

El problema surge cuando Estados Unidos, responsable hoy de más del 30% de
las emisiones de GEI a nivel mundial, se niega a ratificar el Protocolo con lo que
inicialmente se queda congelado a la espera de que al menos 55 Estados cuyas
emisiones representasen como mínimo el 55% del total de emisiones contaminantes del
planeta, lo ratificasen.

Así, hasta que Rusia ratificó el tratado en el año 2004, no pudo iniciarse el proceso
para la entrada en vigor de un Protocolo que abierto a la firma en 1997 no alcanzó
vigencia hasta el año 2005. Esto es 8 años después de Kioto, 13 años después de Rio y
15 años después del primer informe del IPCC.

Hoy, con la COP17 en marcha en Durban, conociendo que los niveles de GEI en la
atmósfera han aumentado y la predisposición de los Estados que acuden a ella de no
renovar el acuerdo, se pude decir casi con toda seguridad que no se van a cumplir los
objetivos fijados por el tratado y que, con la crisis económica actual, va a ser difícil editar
una nueva versión del Protocolo de Kioto para años sucesivos.

La consecuencia más inmediata es que esa falta de acuerdo coloca a la lucha


contra el calentamiento global en una situación complicada, ya que la falta de apoyo de
los gobiernos puede poner en riesgo la continuidad de muchos de los proyectos
energéticos, económicos y sociales que se han puesto en marcha hasta la fecha, y que en
su mayoría están teniendo magníficos resultados.

En cualquier caso, si las previsiones más pesimistas acertaron o lo hicieron las más
optimistas, será algo que tendremos que prepararnos para comprobar pues no parece
que se vaya a llegar a tiempo para evitar el problema, más con los indicios existentes, que
apuntan a la posibilidad de que ya haya comenzado el temido cambio. Frente a la
irracionalidad gubernamental queda la iniciativa particular, asociativa y privada, que ya
está dando muestras de reacción, y cada día observamos pruebas evidentes de esto a
nuestro alrededor: las ecoetiquetas en los productos, el papel de oficina reciclado, los
vehículos híbridos, las entidades financieras socialmente responsables, etc.

El Informe Brundtland

El Informe Brundtland es un informe que enfrenta y contrasta la postura de desarrollo


económico actual junto con el de sostenibilidad ambiental, realizado por la ex-primera
ministra noruega Gro Harlem Brundtland, con el propósito de analizar, criticar y replantear
las políticas de desarrollo económico globalizador, reconociendo que el actual avance
social se está llevando a cabo a un costo medioambiental alto. El informe fue elaborado
por distintas naciones en 1987 para la ONU, por una comisión encabezada por la
doctora Gro Harlem Brundtland, entonces primera ministra de Noruega. Originalmente, se
llamó Nuestro Futuro Común (Our Common Future, en inglés). En este informe, se utilizó
por primera vez el término desarrollo sostenible (o desarrollo sustentable), definido como
aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las
futuras generaciones. Implica un cambio muy importante en cuanto a la idea de
sustentabilidad, principalmente ecológica, y a un marco que da también énfasis al
contexto económico y social del desarrollo.

OBJETIVOS

 Llevar a cabo dos tipos de restricciones:


 Ecológicas, es decir, la conservación de nuestro planeta Tierra.
 Morales: renunciar a los niveles de consumo a los que no todos los
individuos puedan aspirar.
 Crecimiento económico en los lugares donde no se satisfacen las necesidades
anteriores, es decir, en los países pobres.
 Control demográfico, referido principalmente a las tasas de natalidad.
 No poner en peligro los sistemas naturales que sostienen la vida en la Tierra.
 La conservación de los ecosistemas debe estar subordinada al bienestar humano,
pues no todos los ecosistemas pueden ser conservados en su estado virgen.
 El uso de los recursos no renovables debe ser lo más eficiente posible.
 Cuidar el planeta y sus alrededores.

El desarrollo sostenible requiere entender que la inacción traerá consecuencias; se deben


cambiar las estructuras institucionales y fomentar las conductas en relación a los objetivos
anteriormente descritos. También se puso de manifiesto la necesidad de llevar a cabo una
nueva conferencia a nivel mundial, dado que los objetivos propuestos en conferencias
anteriores no estaban siendo cumplidos. Así, en 1992 se llevó a cabo la Conferencia
Sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro. La «Declaración de Río sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo» aclara el concepto de desarrollo sostenible.

Es un reporte socio económico y ambiental presentado luego de la Comisión Mundial del


Ambiente y el Desarrollo celebrada en Tokio, Japón, en 1987. El mismo evidencia en
síntesis los problemas ambientales globales y propone una serie de medidas que deben
ser consideradas para revertir el proceso. El Informe Brundtland se destaca por abordar
oficialmente, por primera vez, el concepto de desarrollo sostenible.

Hace poco más de 25 años la Comisión encabezada por la Dra. Brundtland advertía sobre
el profundo cambio en la relación “ser humano – planeta” durante el siglo XX, destacando
como el crecimiento demográfico desmedido y el aumento en el uso de la tecnología
estaban provocando una alteración evidente en la atmósfera, el suelo, el agua, la flora, la
fauna y las relaciones entre todos estos elementos. Numerosas circunstancias
(sobreexplotación de recursos en América latina y África, degradación del suelo y la
agricultura ligada a pesticidas, la catástrofe de Chernobyl y la destrucción de la capa de
ozono) alentaban la hipótesis de que la humanidad había alcanzado el límite en su
relación con la naturaleza, por lo que era necesario desarrollar de forma concreta y
realista acciones para combatir estas temáticas alarmantes.

Paralelamente en aquellos años también se enfatizaba “la frustración” ante los intentos
inocuos de instituciones políticas y económicas para adaptarse y sobrepasar las
dificultades en conjunto. La eterna discusión de quién debía pagar los platos rotos en
materia de medio ambiente recién comenzaba a gestarse y las responsabilidades lejos
estaban de ser compartidas. No obstante, en medio de este panorama conflictivo, como
una bocanada de aire fresco aparece por primera vez de forma oficial el concepto de
“desarrollo sostenible”, una nueva forma de concebir el desarrollo post Rostowiano.

Partiendo de la premisa de que “el desarrollo toma lugar en cualquier lugar donde el
hombre es activo”, el término aparece como un vocablo superlativo y conceptualmente
político a nivel global. El mismo, se apoya en la voluntad por crear el cambio, con
necesidades ambientales, sociales y económicas que deben ser concebidas y ejecutadas
en un proceso integral de desarrollo. En clara oposición a las metodologías imperantes el
concepto de “desarrollo sostenible” implica además el progreso humano como avance
social, base logística de una nueva era industrial. Además, como una premisa léxica
aparece en su esencia el concepto de “solidaridad” en el espacio (unirse regionalmente
para combatir problemas comunes) y en el tiempo (no comprometer los recursos de las
generaciones futuras).

Por el lado ejecutivo, en contrapartida de los numerosos problemas geopolíticos, la


Comisión Brundtland apelaba al compromiso de la población (actor siempre secundario)
en todos los niveles, argumentando que la educación en término amplio es fundamental
para cambiar las actitudes en cada punto del planeta. Para ello era necesario difundir la
información y por tanto, contar el apoyo de los medios de comunicación de masas pero
también de padres y profesores y de todas las personas informadas.

Ya en 1987 el Informe subrayaba la importancia de los años a venir, cruciales para


romper con el pasado y acabar con los mismos métodos de desarrollo que solo han
ayudado a incrementar la inestabilidad. Como un deseo más que una previsión, el
documento preveía “una transición exitosa hacia el desarrollo sostenible en el año 2000 y
más allá” lo que “requería de un cambio masivo en los objetivos sociales”. Para lograrlo el
Informe Brundtland preconizaba:

1- Revivir el crecimiento (la pobreza es la mayor fuente de degradación ambiental).


2- Cambiar la calidad del crecimiento (equidad, justicia social y seguridad deben ser
reconocidas como metas sociales de máxima prioridad).
3- Conservación del medio ambiente (agua, aire, suelo, bosques)
4- Asegurar un crecimiento demográfico sostenible.
5- Reorientar la tecnología y el manejo de riesgos.
6- Integrar el medio ambiente y la economía en los ámbitos de decisión.
7- Reformar las relaciones económicas internacionales.
8- Reforzar la cooperación internacional.

El Informe en 2012.

Como una paradoja, 25 años después, el Informe Brundtland sigue vigente y muchas de
sus consideraciones siguen aún sin resolverse, tanto, que el mismo podría haber sido
concebido perfectamente en 2012 y pocos notarían la diferencia. La pregunta es ¿hasta
que punto es factible evaluar los problemas ambientales globales coherentemente,
cuando la mentalidad de análisis costo-beneficio carece aún de responsabilidad y
solidaridad?.

Compartir la convicción de la Comisión “Brundtland” de que es necesario construir un


futuro que sea más próspero, más justo y más seguro para todos; sosteniendo y
expandiendo las bases ecológicas para el desarrollo es naturalmente posible. Solo hay
que convencer y convencerse de que es imperioso trabajar para el medio ambiente y no
con el medio ambiente.
En 1987 el Informe subrayaba que “lo que hoy podría parecer difícil o imposible puede ser
posible en el futuro”. Estamos a tiempo no solo de aprender o pensar, sino a actuar en
consecuencia, 25 años después.

LA UCIN

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es una Unión


de Miembros compuesta por Estados soberanos, agencias gubernamentales y
organizaciones de la sociedad civil. La UICN pone a disposición de las entidades públicas,
privadas y no gubernamentales, los conocimientos y las herramientas que posibilitan, de
manera integral, el progreso humano, el desarrollo económico y la conservación de la
naturaleza.

Creada en 1948, la UICN se ha convertido en la red ambiental más grande y


diversa del mundo. La UICN cuenta con la experiencia, los recursos y el alcance de sus
más de 1300 organizaciones Miembro y los aportes de más de 16 000 expertos. La UICN
es la autoridad mundial en cuanto al estado de la naturaleza y los recursos naturales, así
como las medidas necesarias para protegerlos. Sus expertos están organizados en seis
comisiones dedicadas a la supervivencia de las especies, el derecho ambiental, las áreas
protegidas, las políticas ambientales, sociales y económicas, la gestión de los
ecosistemas, y la educación y la comunicación.

La capacidad de reunir a diversos actores y de aportar conocimientos científicos de


vanguardia, recomendaciones objetivas y experiencias de campo, alimentan la misión de
la UICN de informar y fortalecer los esfuerzos de conservación a nivel mundial.
Proporciona un foro neutral en el que gobiernos, ONGs, científicos, empresas,
comunidades locales, grupos indígenas, organizaciones religiosas y otros pueden trabajar
juntos para crear e implementar soluciones a los retos y problemáticas ambientales.
Al facilitar estas soluciones, la UICN aporta a gobiernos e instituciones, de todos
los niveles, el impulso necesario para lograr objetivos universales, en las áreas de la
biodiversidad, el cambio climático y el desarrollo sostenible, en cuya definición la UICN ha
tenido un papel decisivo.

Sus conocimientos, aunados a su diversa membresía, hacen de la UICN una


incubadora y un repositorio confiable de las mejores prácticas y herramientas de
conservación, así como de las directrices y estándares internacionales. Al ser la única
organización ambiental con estatus oficial de Observadora en las Naciones Unidas, la
UICN vela por que la conservación de la naturaleza cuente con una voz al más alto nivel
de los gobiernos internacionales.

La experiencia y la extensa red de la UICN proporcionan una base sólida para un


amplio y diverso portafolio de proyectos de conservación alrededor del mundo. Estos
proyectos, que combinan los últimos avances científicos con los conocimientos
tradicionales de las comunidades locales, procuran detener y revertir la pérdida de
hábitats, restaurar los ecosistemas y mejorar el bienestar humano. Asimismo, generan un
cúmulo de datos e información que alimentan la capacidad analítica de la UICN.

A través de su afiliación a la UICN, las organizaciones Miembro participan en un


proceso democrático en el que diversas propuestas son debatidas y votadas. Los
acuerdos adoptados, llamados Resoluciones, han influido significativamente en la agenda
mundial de la conservación. Los Miembros se reúnen cada cuatro años en el Congreso
Mundial de la Naturaleza de la UICN para establecer prioridades y acordar el programa de
trabajo de la Unión. Los Congresos de la UICN han generado varios acuerdos
ambientales internacionales claves, incluyendo el Convenio sobre la Diversidad Biológica
(CDB), la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de
Fauna y Flora Silvestres (CITES), la Convención del Patrimonio Mundial, y la Convención
de Ramsar sobre los humedales. Continua ayudando a estas convenciones a fortalecerse
y a evolucionar de tal forma que puedan responder a los retos emergentes.
Sus organizaciones Miembro están representadas por el Consejo de la UICN – el
órgano rector. Con sede en Suiza, la Secretaría de la UICN está compuesta por alrededor
de 950 empleados en más de 50 países.

Ver video en https://www.iucn.org/es/acerca-de-la-uicn

EL CLUB DE ROMA

El Club de Roma es una asociación sin ánimo de lucro que reúne a científicos,
economistas, hombres de negocios, grupos de influencia, actuales y anteriores Jefes de
Estado de los cinco continentes con el propósito de contribuir a mejorar nuestra sociedad,
mediante la identificación y el debate activo acerca de problemas de índole global y con el
convencimiento de que cada individuo puede contribuir a esta mejora. El Club de Roma
incide sobre una problemática mundial especialmente complicada por el alto nivel de
interrelación entre las cuestiones de carácter global de una parte, y del largo plazo que
lleva el advertir los resultados de las acciones sobre un sistema tan complejo.

Fundado en el 1968, por 35 personalidades de 30 países, actualmente tiene su


secretaría general en Hamburgo, y cuenta actualmente con un límite máximo de 100
miembros procedentes hoy de 38 países, si bien tales cifras se están debatiendo en aras
a una ampliación de las mismas. Tiene, asimismo, 32 capítulos, o asociaciones
nacionales, repartidos por todo el mundo, entre los que se encuentra el Capítulo Español,
que fue fundado a finales de 1976. En los gráficos que siguen se muestran,
detalladamente, las cifras anteriormente aludidas, actualizadas a finales de 2005, y tal
como se expusieron en la Conferencia de Norfolk.

El Club de Roma ha debatido sobre los numerosos Informes que se han propuesto
y que han ido abordando la problemática mundial. De forma que muchas de las ideas
barajadas en este continuo debate interdisciplinar y a largo plazo han sido asumidas por
el pensamiento de líderes. Y, lo que es más importante, han calado en la opinión pública a
medida que la globalización, o mejor la interdependencia de los problemas y la necesidad
urgente de encontrar soluciones sostenibles, se iban haciendo más patentes.
Esta trayectoria tan interesante, que no es resumible en las cortas líneas de una
memoria de actividades de un Capítulo, cuando se ve en perspectiva y en toda su
complejidad, constata hasta qué punto el Club de Roma ha contribuido a una nueva
conciencia universal, en la que no solamente se plantean un conjunto de reivindicaciones
sobre los derechos de las personas sino también sobre la responsabilidad de todos en
cómo construir el futuro común. Así el Club de Roma, en su Conferencia de Punta del
Este, celebrada entre el 18 y el 20 de noviembre de 1991, emitió una DECLARACIÓN
SOBRE RESPONSABILIDAD HUMANA que señalaba lo siguiente: La misión esencial del
Club de Roma consiste, por tanto, en hacer de catalizador global del cambio,
independientemente de intereses políticos, ideológicos o empresariales.

Así, sus objetivos son la identificación de los problemas más importantes que
afectan a la humanidad –políticos, sociales, económicos, tecnológicos, medioambientales
y culturales– el análisis de estos problemas en el contexto internacional, la búsqueda de
soluciones alternativas y la elaboración del planes de futuro. Desde su perspectiva global,
a largo plazo e interdisciplinar, con mayor alcance del que conseguirían los países de
forma aislada, la labor divulgativa del Club se concreta en dar a conocer estos problemas
entre la sociedad. Los instrumentos más importantes para transferir esta situación al
público, motivar el surgimiento de nuevas cuestiones e iniciar el debate son las
conferencias y los Informes al Club de Roma. No obstante y para una mejor comprensión
de lo que significa el Club de Roma y cómo se organiza, seguidamente se hace referencia
a su Misión, sus Objetivos y su Organización.

Su misión es actuar así como catalizador global del cambio sin intereses políticos,
ideológicos o empresariales y contribuir a buscar la solución del conjunto de los
problemas políticos, sociales, económicos, tecnológicos, medioambientales, psicológicos
y culturales a los que se enfrenta la Humanidad. Para ello, asume una perspectiva global,
de largo plazo e interdisciplinaria, y reconoce la creciente interdependencia de las
naciones y los problemas de la globalización que superan la capacidad individual de las
naciones. Misión, objetivos y temática Objetivos y principios Sus objetivos son:
- La identificación de los problemas más cruciales que afectan a la humanidad, un
análisis en un contexto internacional y la búsqueda de futuras soluciones alternativas y la
elaboración de escenarios de futuro.
- La comunicación de estos problemas a las personas más relevantes y a los
responsables de la toma de decisión, así como al público en general. Principios de
complementariedad que le gobiernan:
- Una perspectiva global en el examen de las diferentes cuestiones.
- Un pensamiento holístico y la búsqueda de una comprensión más profunda de la
complejidad en los problemas contemporáneos. - Una perspectiva interdisciplinar y de
largo plazo al considerar las elecciones y políticas que determinan el destino de las
futuras generaciones.

Áreas de interés 1. Medioambiente El hombre, más que nunca, ha producido daños


a la naturaleza, poniendo en peligro la propia supervivencia de la humanidad. A pesar de
ello, conocemos poco acerca de muchas cuestiones medioambientales, tales como: el
efecto invernadero y los agujeros de la capa de ozono; es responsabilidad de los
gobiernos, pero también de cada uno de los ciudadanos, actuar hacia la erradicación de
los macro-contaminantes que afectan al agua, al aire y a las tierras, y ponen en peligro la
salud de los seres humanos. El medio ambiente es una faceta importante de las
cuestiones globales a las que tenemos que hacer frente, interrelacionado con la energía,
la explosión demográfica en algunos países, la pobreza y el subdesarrollo. Nuestra misión
es aumentar el reconocimiento general de estos problemas así como su prevención. 2.
Demografía La explosión de la población ha sido espectacular en el último siglo: la
población mundial se ha más que triplicado desde 1900 y duplicado desde 1950. El
impacto de este crecimiento demográfico ha tenido consecuencias tremendas sobre el
medio ambiente, el empleo, la salud, los alimentos y la disponibilidad del agua, etc. En
este punto, hay tendencias contradictorias: en algunos países se está produciendo un
envejecimiento de la población, como en los países europeos y Japón; mientras que en
los países más pobres, como los de África, hay una explosión de la población, lo que
significa educación, vivienda, trabajo, etc. para toda la población joven que llega al
mercado.
3. Desarrollo Después de 40 años de políticas de desarrollo, el hambre, la
malnutrición y la pobreza aún existen en muchos países en desarrollo o en grandes
extensiones de ellos. Además, la pobreza se está extendiendo ahora en los llamados
países ricos del norte. ¿Por qué? Esto es inaceptable y el C&R ha hecho una serie de
propuesta para poner fin a esta situación intolerable, que es fuente de sufrimiento,
inmigración, criminalidad y tráfico de drogas. Hay que actuar en relación con las ONG,
Gobiernos, Instituciones Internacionales tanto del norte como del sur para contribuir a que
esta situación mejore. 4. Valores Durante las últimas décadas, se ha observado un
rechazo fuerte a los valores tradicionales y a los puntos de referencia. El hombre no
puede vivir sólo de pan. Hay una necesidad creciente de mirar hacia un sistema de
valores, común y compatible, con las diferentes culturas y éticas. Esto debería constituir
una base global que permitiera a los distintos pueblos del mundo coexistir juntos en esta
sociedad global emergente. 5. Gobernabilidad ¿Es este mundo ingobernable? ¿Por qué
son los gobiernos incapaces de resolver muchas cuestiones importantes tales como el
desempleo, la contaminación ambiental, la corrupción, la criminalidad, el terrorismo? El
C&R ha estado estudiando estas importantes cuestiones durante varios años y hay varias
causas que habría que atacar: el incremento de la complejidad de los problemas, la
interdependencia entre los paí- ses, la necesidad de aproximaciones multidisciplinares, la
falta de liderazgo y de visión a largo plazo, pero también la incertidumbre, que es una
marca de identidad del tiempo actual. ¿Cuál debería ser el papel de la sociedad civil en la
gobernabilidad social y económica?

El trabajo en el futuro Las nuevas tecnologías han creado una revolución real,
reduciendo el número de trabajadores gracias a los robots, ordenadores,
telecomunicación y ahora a la combinación de todos estos asuntos que llamamos
Multimedia. Otro aspecto de esta situación es debido a la globalización de la economía y
al efecto de deslocalización. El C&R está estudiando cuál es el futuro del trabajo y cómo
la cantidad de trabajo disponible puede ser redistribuida. En consecuencia, cómo la vida
humana, basada desde antaño en el trabajo, podrá organizarse en el futuro, cuáles van a
ser las actividades de los seres humanos, en términos de trabajo, ocupaciones, servicios
a la comunidad, aprendizaje, ocio, etc. 7. La sociedad de la información La comunicación
dispone de medios muy diferentes. La comunicación real significa diálogo, las
negociaciones evitan en gran medida cualquier manipulación. En la sociedad de la
información es esencial dar a la comunicación su significado total. Es a la vez una faceta
importante de la problemática del mundo y un instrumento que puede contribuir a un
mejor reconocimiento de la sociedad y a un mejor funcionamiento de la democracia.

8. Nuevas tecnologías La velocidad del desarrollo de nuevas tecnologías en el


campo de los ordenadores y de las telecomunicaciones, biotecnologías, nuevos
materiales, espacio, es casi increíble. El C&R ha estado llevando a cabo muchas
investigaciones dirigidas a la comprensión de la nueva situación así creada. Estas
tecnologías representan progresos significativos para el bienestar de la humanidad, pero
no debe despreciarse el impacto negativo de estas nuevas tecnologías en algunos casos.
¿Cuá- les serán las consecuencias sobre la Gobernanza, la gestión de las corporaciones,
los valores, la educación y sobre la psicología y el comportamiento individual, y sobre
nuestras sociedades? 9. Educación Los sistemas de educación están cada vez menos y
menos adaptados a las nuevas cuestiones, a la nueva sociedad global emergente en la
que estamos inmersos. Las nuevas prioridades nos fuerzan a redefinir el papel de la
educación, que debería concebirse como un proceso permanente de aprendizaje. La
transmisión del conocimiento no es suficiente y nuevos objetivos, como el desarrollo del
potencial propio de cada uno y de su creatividad, o la capacidad de adaptación al cambio,
se convierten en esenciales en un mundo rápidamente cambiante. El C&R considera que
la educación es a la vez parte de la problemática global y una herramienta esencial para
convertirse en un actor efectivo en el control de la vida propia y en la sociedad. 10. La
nueva sociedad global El mundo está cambiando rápidamente. La globalización de la
economía, el hecho de que viviremos de ahora en adelante en una sociedad de la
información, la complejidad e incertidumbre que son marcas de identidad comunes del
mundo presente nos lleva a tener en consideración a algunos de estos factores. Debemos
entender estos nuevos datos para poder tener una mejor comprensión de las otras
culturas, lenguas y modos de razonar.
El C&R, tiene la ventaja de que sus cien miembros vienen de 52 países de cinco
continentes –y sus 30 Asociaciones Nacionales–, con diferentes experiencias
profesionales, y está particularmente preparado para discutir esta nueva sociedad global y
animar a las personas a ser actores y no víctimas de este nuevo mundo.

11. El orden económico y financiero mundial La globalización de la economía y la


información han cambiado el panorama general que estábamos acostumbrados a ver. No
hay regulaciones, no hay ética, y tenemos que aprender cómo queremos vivir con esta
globalización, que favorece a los ricos sobre los pobres y afecta a muchas facetas de la
existencia individual y colectiva. El C&R está discutiendo una serie de cuestiones que
provocan este desorden internacional, tales como la financiación internacional, a fin de
contribuir a la creación de una mayor armonía y situar al hombre en el centro de estas
cuestiones globales.

Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo Rio 1992

Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo

Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,

Habiéndose reunido en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992,

Reafirmando la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio


Humano, aprobada en Estocolmo el 16 de junio de 1972, y tratando de basarse en ella,

Con el objetivo de establecer una alianza mundial nueva y equitativa mediante la creación
de nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las
sociedades y las personas,

Procurando alcanzar acuerdos internacionales en los que se respeten los intereses de


todos y se proteja la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial,

Reconociendo la naturaleza integral e interdependiente de la Tierra, nuestro hogar,

Proclama que:

PRINCIPIO 1
Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el
desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la
naturaleza.

PRINCIPIO 2

De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho
internacional, los Estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus propios recursos
según sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la responsabilidad de velar por
que las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control no causen daños
al medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén fuera de los límites de la
jurisdicción nacional.

PRINCIPIO 3

El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las
necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

PRINCIPIO 4

A fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente deberá


constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma
aislada.

PRINCIPIO 5

Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de
erradicar la pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de
reducir las disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades de la
mayoría de los pueblos del mundo.

PRINCIPIO 6

Se deberá dar especial prioridad a la situación y las necesidades especiales de los países
en desarrollo, en particular los países menos adelantados y los más vulnerables desde el
punto de vista ambiental. En las medidas internacionales que se adopten con respecto al
medio ambiente y al desarrollo también se deberían tener en cuenta los intereses y las
necesidades de todos los países.

PRINCIPIO 7

Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar,
proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que
han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los
Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados
reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo
sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente
mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen.

PRINCIPIO 8

Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las
personas, los Estados deberían reducir y eliminar las modalidades de producción y
consumo insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas.

PRINCIPIO 9

Los Estados deberían cooperar en el fortalecimiento de su propia capacidad de lograr el


desarrollo sostenible, aumentando el saber científico mediante el intercambio de
conocimientos científicos y tecnológicos, e intensificando el desarrollo, la adaptación, la
difusión y la transferencia de tecnologías, entre estas, tecnologías nuevas e innovadoras.

PRINCIPIO 10

El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los
ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona
deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que
dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las
actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de
participar en los procesos de adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar y
fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a
disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos
judiciales y administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos
pertinentes.

PRINCIPIO 11

Los Estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente. Las normas, los
objetivos de ordenación y las prioridades ambientales deberían reflejar el contexto
ambiental y de desarrollo al que se aplican. Las normas aplicadas por algunos países
pueden resultar inadecuadas y representar un costo social y económico injustificado para
otros países, en particular los países en desarrollo.

PRINCIPIO 12

Los Estados deberían cooperar en la promoción de un sistema económico internacional


favorable y abierto que llevara al crecimiento económico y el desarrollo sostenible de
todos los países, a fin de abordar en mejor forma los problemas de la degradación
ambiental. Las medidas de política comercial con fines ambientales no deberían constituir
un medio de discriminación arbitraria o injustificable ni una restricción velada del comercio
internacional. Se debería evitar tomar medidas unilaterales para solucionar los problemas
ambientales que se producen fuera de la jurisdicción del país importador. Las medidas
destinadas a tratar los problemas ambientales transfronterizos o mundiales deberían, en
la medida de lo posible, basarse en un consenso internacional.

PRINCIPIO 13

Los Estados deberán desarrollar la legislación nacional relativa a la responsabilidad y la


indemnización respecto de las víctimas de la contaminación y otros daños ambientales.
Los Estados deberán cooperar asimismo de manera expedita y más decidida en la
elaboración de nuevas leyes internacionales sobre responsabilidad e indemnización por
los efectos adversos de los daños ambientales causados por las actividades realizadas
dentro de su jurisdicción, o bajo su control, en zonas situadas fuera de su jurisdicción.

PRINCIPIO 14

Los Estados deberían cooperar efectivamente para desalentar o evitar la reubicación y la


transferencia a otros Estados de cualesquiera actividades y sustancias que causen
degradación ambiental grave o se consideren nocivas para la salud humana.

PRINCIPIO 15

Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el
criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o
irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la
degradación del medio ambiente.

PRINCIPIO 16

Las autoridades nacionales deberían procurar fomentar la internalización de los costos


ambientales y el uso de instrumentos económicos, teniendo en cuenta el criterio de que el
que contamina debe, en PRINCIPIO, cargar con los costos de la contaminación, teniendo
debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las inversiones
internacionales.

PRINCIPIO 17

Deberá emprenderse una evaluación del impacto ambiental, en calidad de instrumento


nacional, respecto de cualquier actividad propuesta que probablemente haya de producir
un impacto negativo considerable en el medio ambiente y que este sujeta a la decisión de
una autoridad nacional competente.

PRINCIPIO 18

Los Estados deberán notificar inmediatamente a otros Estados de los desastres naturales
u otras situaciones de emergencia que puedan producir efectos nocivos súbitos en el
medio ambiente de esos Estados. La comunidad internacional deberá hacer todo lo
posible por ayudar a los Estados que resulten afectados.
PRINCIPIO 19

Los Estados deberán proporcionar la información pertinente y notificar previamente y en


forma oportuna a los Estados que posiblemente resulten afectados por actividades que
puedan tener considerables efectos ambientales transfronterizos adversos, y deberán
celebrar consultas con esos Estados en una fecha temprana y de buena fe.

PRINCIPIO 20

Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y


en el desarrollo. Es, por tanto, imprescindible contar con su plena participación para lograr
el desarrollo sostenible.

PRINCIPIO 21

Debería movilizarse la creatividad, los ideales y el valor de los jóvenes del mundo para
forjar una alianza mundial orientada a lograr el desarrollo sostenible y asegurar un mejor
futuro para todos.

PRINCIPIO 22

Las poblaciones indígenas y sus comunidades, así como otras comunidades locales,
desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el
desarrollo debido a sus conocimientos y prácticas tradicionales. Los Estados deberían
reconocer y apoyar debidamente su identidad, cultura e intereses y hacer posible su
participación efectiva en el logro del desarrollo sostenible.

PRINCIPIO 23

Deben protegerse el medio ambiente y los recursos naturales de los pueblos sometidos a
opresión, dominación y ocupación.

PRINCIPIO 24

La guerra es, por definición, enemiga del desarrollo sostenible. En consecuencia, los
Estados deberán respetar las disposiciones de derecho internacional que protegen al
medio ambiente en épocas de conflicto armado, y cooperar en su ulterior desarrollo,
según sea necesario.

PRINCIPIO 25

La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e


inseparables.

PRINCIPIO 26

Los Estados deberán resolver pacíficamente todas sus controversias sobre el medio
ambiente por medios que corresponda con arreglo a la Carta de las Naciones Unidas.

PRINCIPIO 27

Los Estados y las personas deberán cooperar de buena fe y con espíritu de solidaridad en
la aplicación de los principios consagrados en esta Declaración y en el ulterior desarrollo
del derecho internacional en la esfera del desarrollo sostenible.

__________________
a) Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, Estocolmo,
5 a 16 de junio de 1972 (publicación de las Naciones Unidas, No. de venta: S.73.II.A.14 y
corrección), cap. 1.

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