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Los gases de efecto invernadero (GEI) se producen de manera natural y son esenciales para la
supervivencia de los seres humanos y de millones de otros seres vivos ya que, al impedir que parte
del calor del sol se propague hacia el espacio, hacen la Tierra habitable. Pero después de más de
un siglo y medio de industrialización, deforestación y agricultura a gran escala, las cantidades de
gases de efecto invernadero en la atmósfera se han incrementado en niveles nunca antes vistos en
tres millones de años. A medida que la población, las economías y el nivel de vida crecen, también
lo hace el nivel acumulado de emisiones de ese tipo de gases.
Esta concentración ha ido aumentando progresivamente desde la Revolución Industrial y, con ella,
la temperatura mundial;
El GEI más abundante y que representa alrededor de dos tercios de todos los tipos de GEI, es el
dióxido de carbono (CO2), resultado de la quema de combustibles fósiles.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado por la
Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la ONU Medio Ambiente con el objetivo de
proporcionar una fuente objetiva de información científica. En 2013 el IPCC proporcionó más
claridad sobre el papel de la actividad humana en el cambio climático cuando publicó su Quinto
Informe de Evaluación. Su conclusión es categórica: el cambio climático es real y las actividades
humanas son sus principales causantes.
El Informe proporciona una evaluación exhaustiva del aumento del nivel del mar y sus causas a lo
largo de las últimas décadas. También calcula las emisiones acumuladas de CO2 desde la época
preindustrial y ofrece una estimación sobre futuras emisiones de CO2 con el objetivo de limitar el
calentamiento a menos de 2 ˚C. En 2011, ya se había emitido aproximadamente la mitad de esta
cantidad límite. El informe encontró que:
Los océanos se han calentado, las cantidades de nieve y hielo han disminuido y el nivel del mar ha
subido. De 1901 a 2010, el nivel medio mundial del mar ascendió 19 cm, ya que los océanos se
expandieron debido al hielo derretido por el calentamiento. La extensión del hielo marino en el
Ártico ha disminuido en cada década desde 1979, con una pérdida de 1,07 × 106 km2 de hielo
cada diez años.
Existen pruebas alarmantes de que se pueden haber alcanzado o sobrepasado puntos de inflexión
que darían lugar a cambios irreversibles en importantes ecosistemas y en el sistema climático del
planeta. Ecosistemas tan diversos como la selva amazónica y la tundra antártica pueden estar
llegando a umbrales de cambio drástico debido al calentamiento y a la pérdida de humedad. Los
glaciares de montaña se encuentran en alarmante retroceso y los efectos producidos por el
abastecimiento reducido de agua en los meses más secos tendrán repercusiones sobre varias
generaciones.
Además, el informe destaca una serie de impactos del cambio climático que podrían evitarse si la
marca de calentamiento global máxima se establece en 1,5ºC en lugar de 2ºC o más. Por ejemplo,
para 2100, el aumento del nivel del mar mundial sería 10 cm más bajo con un calentamiento
global de 1,5°C. Las probabilidades de tener un Océano Ártico sin hielo durante el verano
disminuirá a una vez por siglo con el máximo en 1,5ºC, en lugar de una vez por década, si la marca
se establece en los 2ºC. Los arrecifes de coral disminuirían entre un 70 y 90 por ciento con un
calentamiento global de 1,5 ° C, mientras que con 2ºC, se perderían prácticamente todos (99 por
ciento).
El informe expone que limitar el calentamiento global a 1,5°C requeriría transiciones "rápidas y de
gran calado" en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Las
emisiones netas mundiales de dióxido de carbono (CO2) de origen humano tendrían que
reducirse en un 45 por ciento para 2030 con respecto a los niveles de 2010, y seguir disminuyendo
hasta alcanzar el "cero neto" aproximadamente en 2050. Esto significa que se debería compensar
cualquier emisión remanente eliminando el CO2 de la atmósfera.
El sistema de las Naciones Unidas está a la vanguardia de los esfuerzos para salvar nuestro
planeta. En 1992, la Cumbre para la Tierra dio lugar a la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático (CMNUCC) como primer paso para afrontar el problema. Hoy en día
cuenta con una composición casi universal. Un total de 197 países han ratificado la Convención,
convirtiéndose en Partes de la misma. El objetivo final de la Convención es prevenir una
interferencia humana "peligrosa" con el sistema climático.
Protocolo de Kyoto
En 1995 los países iniciaron las negociaciones para fortalecer la respuesta mundial al cambio
climático y, dos años después, adoptaron el Protocolo de Kyoto. Este obliga jurídicamente a los
países desarrollados que son Parte a cumplir unas metas de reducción de las emisiones. El primer
período de compromiso del Protocolo comenzó en 2008 y finalizó en 2012. El segundo período de
compromiso empezó el 1 de enero de 2013 y terminará en 2020. Hoy en día hay 197 Partes en la
Convención y 192 en el Protocolo de Kyoto.
Acuerdo de París
En la 21ª Conferencia en Parísel 2015, las Partes en la CMNUCC alcanzaron un acuerdo histórico
con el objetivo de combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones y las
inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. El Acuerdo de
París se basa en la Convención y, por primera vez, agrupa a todas las naciones bajo una causa
común: realizar ambiciosos esfuerzos con el objetivo de combatir el cambio climático y adaptarse
a sus efectos, con mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo a que lo hagan. De esta
manera, define un nuevo camino en el esfuerzo climático a nivel mundial.
El principal objetivo del Acuerdo de París es reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio
climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los 2 ˚C
con respecto a los niveles preindustriales y proseguir con los esfuerzos para limitar aún más el
aumento de la temperatura a 1,5 ˚C.
En el Día de la Tierra, el 22 de abril de 2016, 175 líderes mundiales firmaron el Acuerdo de París en
la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Este fue, con diferencia, el acuerdo internacional
que más países firmaron en un solo día. Otros también lo han firmado desde entonces.
Actualmente hay 184 países que se han sumado al Acuerdo de París.
Cumbre del clima 2019
El cambio climático puede darse por causas naturales, o como resultado de actividades humanas.
A pesar de que el clima del planeta ha cambiado a lo largo del tiempo en forma natural, existen
claras evidencias de que el cambio climático puede ser atribuido a efectos ocasionados por
actividades humanas.
Los cambios climáticos han existido desde el inicio de la historia de la Tierra, han sido graduales o
abruptos y se han debido a causas diversas, como las relacionadas con los cambios en los
parámetros orbitales, variaciones de la radiación solar, la deriva continental, periodos de
vulcanismo intenso, procesos bióticos o impactos de meteoritos. El cambio climático actual es
antropogénico y se relaciona principalmente con la intensificación del efecto invernadero debido a
las emisiones industriales procedentes de la quema de combustibles fósiles.
Los científicos trabajan activamente para entender el clima pasado y futuro mediante
observaciones y modelos teóricos. Para ello recopilan un registro climático del pasado remoto de
la Tierra basado en la evidencia geológica a partir de sondeos geotécnicos de perfiles térmicos,
testigos de hielo, registros de la flora y fauna como crecimiento de anillos de árboles y de corales,
procesos glaciares y periglaciares, análisis isotópico y otros análisis de las capas de sedimento y
registros de los niveles del mar del pasado. Cualquier variación a largo plazo observado a partir de
estos indicadores (proxies) puede indicar un cambio climático.
El registro instrumental provee de datos más recientes. Buenos ejemplos son los registros
instrumentales de temperatura atmosférica y las mediciones de la concentración de CO2
atmosférico. No debemos olvidar el enorme flujo de datos climatológicos procedente de los
satélites en órbita pertenecientes principalmente de los programas de observación de La Tierra de
NASA y ESA
Los modelos de circulación general se utilizan a menudo en los enfoques teóricos para intentar
reconstruir los climas del pasado, realizar proyecciones futuras y asociar las causas y efectos del
cambio climático.
Los estados deben cooperar en la conservación y compartir los beneficios económicos de esas
zonas.
Establece que cuando existe un peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica
absoluta no se utilizará como justificación para postergar la adopción de medidas eficaces en
costos para evitar la degradación del medio ambiente.
Los estados tienen la responsabilidad de garantizar que las actividades que se realizan dentro de
su jurisdicción o su control no causen daño al medio ambiente de otros estados o áreas fuera de los
límites de su jurisdicción nacional. Todo estado que haya cometido una violación al derecho
internacional debe poner fin a esa manera ilegal de proceder y restablecer la situación anterior a la
conducta ilegal. Si fuera imposible restablecer las circunstancias anteriores, el estado debe pagar
indemnización.
Se define por primera vez en el Informe Brundtland, como un desarrollo que satisface las
necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer
las suyas. Se impone la idea de las limitaciones en la capacidad del medio ambiente para satisfacer
las necesidades del presente y del futuro. El desarrollo sostenible sugiere que la idea central de
la labor de protección del medio ambiente es el mejoramiento de la condición humana.
CUMBRE DE JOHANNESBURGO
CUMBRE DE BALI
PROTOCOLO DE KIOTO
PROTOCOLO DE NAGOYA
PROTOCOLO DE CARTAGENA