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EL PODER DEL OLVIDO

Por Andrés Miranda

Texto: Génesis 41: 51 “Y llamó José el nombre del primogénito Manasés, porque dijo Dios me
hizo olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre.” (RV60)

Introducción: El famoso escritor argentino Jorge Luis Borges decía que él no creía en la
venganza ni el perdón. El decía que el olvido es la única venganza y el único perdón. Hace
unos años una encuesta en Gran Bretaña entre más de 40 mil personas que habían escuchado
una canción muy popular por estos días, (“Hello”, de Adele) sobre una mujer arrepentida de
haber roto en malos términos con su pareja, indicó que le 64% de las mujeres llamaron a su ex
pareja para tratar de arreglar las cosas o por lo menos terminar bien. Mientras que sólo el 17%
de los hombres hizo lo mismo.
Qué hacer con el pasado es un asunto que desvela a las personas.
Demasiadas personas viven su presente con un pie en el pasado.
Puedes ver el pasado como un emotivo álbum de memorias o como una pesada carga.
Es el olvido una solución para el pasado?
Puede una persona ser realmente libre de su pasado?
Se pueden arreglar el pasado?
Qué dice Dios al respecto?
Cuando dice la Biblia que él se olvida, él recuerda? Cómo es la memoria de Dios?

EL PODER DEL OLVIDO

Aunque la memoria es una poderosa capacidad del ser humano, uno de nuestros mayores
temores es ser olvidados.
El presidente Benjamín Franklin decía: “Si no quieres perderte en el olvido cuando estés
muerto, escribe cosas dignas de leerse o haz cosas dignas de escribirse.”

Un cerebro promedio tiene 100.000 millones de neuronas.


Los estudiosos dicen acerca de la memoria que los seres humanos tenemos la capacidad de
almacenar información equivalente a 10 billones de páginas de enciclopedia.

A pesar de eso, los expertos dicen que una persona que ve a alguien por primera vez por un
corto tiempo (20-40 segundos) después lo olvida fácilmente.

Un estudio realizado entre profesores universitarios reveló que ellos recordaban a sus
estudiantes de esta manera:
-2 semanas después de terminar la clase: al 60%
-1 años después al 48%
- 8 años después al 26%

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El famoso científico Ebbinghaus estudió la mente humana y escribió sobre la llamada “Curva
del olvido”. El investigó sobre la teoría del “decaimiento de la huella”, teoría que dice que el
paso del tiempo borra los recuerdos.
No obstante, otra teoría llamada de “interferencia” establece que los recuerdos se van
superponiendo unos sobre otros.
Se podría decir que la memoria es frágil y el olvido poderoso.
Pero la pregunta aquí es por qué no podemos olvidar algunas cosas?
Por qué el pasado condiciona la vida de muchas personas?
Por qué no olvidamos todo?

La verdad es que las experiencias que hemos vivido en el pasado quedan más o menos
marcadas en nuestra memoria de acuerdo a cómo afectaron nuestras emociones.
Así, es posible que una niña que fue abusada en su más tierna infancia, haya “olvidado” esa
experiencia a pesar de que en su vida adulta carga con muchos conflictos originados por el
trauma de esa experiencia. Está olvidada pero no está borrada.
Por el otro lado, puede ocurrir que un niño que vio morir a su padre a quien amaba, no pueda
quitarse el recuerdo de la cabeza y día a día carga con el sufrimiento.

Algunos recuerdos o experiencias quedan conscientes y presentes y otros van a una especia
de archivo o baúl llamado “inconsciente”, donde en la realidad parece que “no están”.

-La pregunta aquí es cómo ser libre del pasado de una manera sana?
-Debo abrir el baúl de los recuerdos o mejor no?
-Cómo podemos desprendernos de los recuerdos que aún están conscientes y nos hacen sufrir?
-Cómo sé si los recuerdos inconscientes todavía me están afectando?

Como antes dijimos, las experiencias que hemos vivido en el pasado van a quedar marcadas
según cómo nos hayan afectado emocionalmente. Las vivencias que nos tocó experimentar nos
hicieron sufrir, algunas mucho, otras no tanto. Ese recuerdo puede hacer que todavía suframos
a pesar de que esas cosas pasaron hace mucho.

En este punto es necesario reconocer que los hechos, las vivencias, las experiencias que
tuvimos que pasar ya no las podemos cambiar. Pero sí podemos hacer algo con las emociones
que aún sentimos respecto a esos hechos.

No puedes cambiar los hechos pero puedes cambiar cómo te sientes respecto a los hechos.

Por ejemplo, si una mujer sufrió un aborto en el pasado. Ya no puede cambiar el hecho. Puede
“olvidarlo” y guardarlo en el baúl del inconsciente. Y nunca más hablar de ello. O puede cargar
con el recuerdo que la hace sufrir. No puede cambiar el hecho, pero hay algo que todavía puede
hacer: puede pedir perdón a Dios por lo que hizo si aún no lo ha hecho, y puede cortar con la
culpa, que es el sentimiento que la hace sufrir.

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Otro sentimiento muy fuerte respecto al pasado es el rencor.
Una persona que fue traicionada por su pareja o su mejor amigo. Ya no puede cambiar lo que
pasó. Lo que pasó, pasó. Pero puede lidiar con su sentimiento de enojo y cortar con el rencor
por medio del perdón.

El perdón a veces no sana la relación, pero sana el perdón sana el corazón herido. Uno no
perdona solamente para liberar al ofensor, sino para liberarse a uno mismo.
El recuerdo quedará pero el dolor se irá.

En definitiva nuestro conflicto no es con el pasado, es con cómo nos sentimos


en relación al pasado.

LA ILUSION DE LA MAQUINA DEL TIEMPO

Algunas personas tienen la ilusión de traer el pasado al presente. O revivir el pasado. O como
en la historia de la canción que mencioné antes, hacer un viaje al pasado para arreglar las
cosas.
Pero la verdad es que no se puede marchar contra el tiempo y el tiempo solo avanza hacia
adelante. Por lo menos para los seres humanos.
Esto es muy común de observar en algunas personas que se reencuentran después de muchos
años. Especialmente en esta época de redes sociales y tecnología.
Muchas veces algunas personas o amigos que se reencuentran después de muchos años se dan
cuenta que ya no son las mismas personas, que han cambiado, que han vivido historias
diferentes, en lugares diferentes y es por eso que dos mejores amigos de la infancia, se
encuentran 20 ó 30 años después y se dan cuenta que son como desconocidos. No tienen
muchas cosas en común.

Es en este sentido que decimos que el pasado no resucita.

Nos pasa algo parecido cuando volvemos a nuestro pueblo: los niños han crecido, los ancianos
se han muerto, los amigos se mudaron a otros pueblos, las casas las derribaron o las pintaron de
otro color… Es extraño, pero a veces uno se siente extranjero en su propio barrio. Por qué? Por
que la vida no se detuvo cuando tú te fuiste del pueblo. No están todos allí esperando a que tú
regreses… Ellos siguieron con sus vidas.

Una de las primeras veces que regresé a mi país después de muchos años, mi fantasía era
volver al barrio donde nací y ver la casa donde viví mis primeros 3 ó 4 años. Yo recordaba
bastante bien esa casa, los detalles, especialmente porque siendo más grande siempre volvía
para quedarme los fines de semana con mi abuela que vivía allí. Había una casa al frente y al
lado un corredor extenso de cemento y casi al final del mismo, había un pequeño portón o
entrada que daba al jardín de la casa de mi abuela que era la segunda casa. Yo quería aunque

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fuera desde la calle observar y ver a lo lejos esa casita al final del pasillo de cemento. Para mi
sorpresa y desilusión, cuando llegué vi que el pasillo no estaba, ahora había una gran pared de
bloques al frente que daba a la calle, todo cerrado por lo cual ya no se podía ver hacia el fondo
y nunca pude volver a ver la casa de mi infancia. Todo estaba cambiado.
En mi memoria estaban todos los bellos recuerdos de esos años, pero en la realidad actual todo
era diferente, la casa ya no era igual, el corredor ya no existía y mi abuela había muerto.

3. EL CASO DE JOSE

La historia de José nos muestra cómo Dios nos ayuda a resolver nuestro problema con el
pasado.
Luego de ser despreciado y vendido como esclavo por sus propios hermanos, José vive varios
años de una pesadilla emocional, que incluso lo lleva a la cárcel. Sin embargo la Biblia dice
que Dios estaba pendiente de todo lo que le estaba pasando. Finalmente José termina en el
Palacio y gracias al don que tenía de interpretar sueños se gana la confianza del Faraón y es
promovido a una posición clave en el gobierno egipcio.
Dios ha trabajado con él durante todo ese proceso. Ahora tiene 30 años, se ha casado y tiene 2
hijos. Ya no sufre, ya no es víctima, ya no es rechazado. Dios lo ha sanado por eso declara en
Génesis 41: 51 “Y llamó José el nombre del primogénito Manasés, porque dijo Dios me hizo
olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre.”
Diga conmigo: “Dios me hizo olvidar”.
José arregló su conflicto con su pasado. Él soltó la amargura y el dolor de todo lo que vivió en
la casa de su padre. Por eso… porque estaba sanado cuando vio a sus hermanos los pudo
perdonar…

Cuando tú permites que las experiencias dolorosas de la vida cumplan un propósito, moldeen
tu carácter y fortalezcan tu fe entonces tú estarás listo para perdonar de la misma manera
que Dios te ha perdonado a ti.

Cuando él los vio no tuvo deseos de castigarlos, ponerlos en la cárcel o matarlos. Dice la Biblia
que se encerró a llorar y después salió y los abrazó. Atrás quedaron 20 años de separación y
división familiar. No pudo cambiar lo que pasó pero pudo cambiar sus sentimientos hacia
lo que pasó y eso le permitió sanar su corazón y después sanar la relación con sus hermanos.

Tú no puedes cambiar los hechos del pasado pero puedas cambiar tus sentimientos respecto
a los hechos del pasado.

4. LA MEMORIA DE DIOS

Hay 3 cosas que Dios nunca se va a olvidar:


a. De cumplir su Pacto: Génesis 9: 15 “Y me acordaré del pacto mío que hay entre mí y
vosotros.”

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b. De ti: Isaías 49: 15 “Se olvidará la mujer de lo que dio a luz para dejar de
compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olvide ella, yo nunca me olvidaré de
ti.”
c. De tus obras: Hebreos 6:10 “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el
trabajo de amor que habéis mostrado…”

Pero por otro lado hay algo que Dios está dispuesto a NO recordar más…

Jeremías 43: 25 “Yo soy el que borro tus rebeliones por amor a mí mismo y no me acordaré de
tus pecados.”

Hebreos 8: 12 “Perdonaré todas sus maldades que han hecho en mi contra y no recordaré más
sus pecados…”

El mismo pasaje de Isaías 49: 15 “Se olvidará la mujer de lo que dio a luz para dejar de
compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.”
Agrega en el versículo 16 “en las palmas de la mano te tengo grabada…”
Dónde tú escribes algo de lo cual no quieres olvidarte? En la palma de la mano.

Dios lleva tu nombre escrito en la palma de su mano!

CONCLUSION:

1. Sal de la posición de víctima o de juez y mira las experiencias de tu pasado desde otra
perspectiva. Si las miras como víctima seguirás sufriendo toda la vida. Si las miras
como juez juzgando a las personas que te hicieron mal o culpándote a ti mismo, vivirás
con rencor y amargura. Pero si haces lo que hizo José, si entiendes que todo lo que te
pasó tuvo un propósito, si aprendes las lecciones entonces Dios tornarás la maldición en
bendición y lo que te hacía sufrir te hará crecer. Si entiendes que el viaje de tu vida fue
una escuela, no habrá sido en vano. Mira tu pasado desde otra perspectiva, si Dios lo
permitió fue para algo.
2. Es posible que tus actitudes del presente estén condicionadas por cosas del pasado.
Cuando haces las paces con tu pasado, eres libre para cambiar tus actitudes del
presente. Dios ayudó a José a sanar su pasado, entonces él cuando vio a sus hermanos
los perdonó y los abrazó. Si continúas herido por el pasado vas a herir a personas en el
presente. Cambia tus sentimientos sobre el pasado y van a cambiar tus actitudes en
el presente.
3. Enfócate en el futuro. El apóstol Pablo lo dijo claro: “las cosas viejas pasaron he aquí
todas son hechas nuevas, olvidando lo que queda atrás me esfuerzo en lo que está
adelante.” Cuando concentras tu atención y tus energías en el futuro, es más probable
que lo alcances. Mucha gente sueña sueños lindos sobre el futuro, pero vive anclada
alimentando el pasado. Estos son tus mejores años. Sueña, planifica y esfuérzate. Un
día a la vez. Cada día coloca un ladrillo sobre otro. Cada día hay algo que puedes hacer

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por tu sueño. No dejes pasar un solo día sin dar un paso por pequeño que sea, hacia tu
sueño. Controla tu mente, si la dejas ella irá invariablemente hacia atrás. Lo que pasó
ayer, lo que pasó el año pasado, los pensamientos se irán a repasar las cosas viejas. No
permitas eso! Adiestra tu mente a pensar en lo que viene. A hacer planes, a tener Fe a
soñar los sueños de Dios para tu vida, para tus hijos, para tu ministerio y para tu futuro.

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Pr. Andrés Miranda


Iglesia de Dios Esperanza de Vida
Houston, TX
Todos los Derechos de Autor Reservados
www.andresmiranda.org

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