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Hacer visible

lo invisible,
desde los Órdenes del Amor

eBook II
Corina Mercedes Álvarez Mendoza
"Hacer visible lo invisible". Esto es lo que he estado
respondiendo últimamente cuando me preguntan
qué se hace en una Constelación Familiar. Créeme
que es la frase que más simplifica la explicación,
pero, como igual la mayoría de las personas ponen
cara de “no entendí”, entonces igual les cuento que
es una herramienta maravillosa, un estilo de vida,
que nos permite mirar desde el amor, la inclusión y
el agradecimiento, las situaciones que quedaron sin
resolver en el pasado por las generaciones
anteriores, y que cada nueva generación,
inconsciente y amorosamente, se encarga de traerla
nuevamente a la luz, para que alguien la reconozca
y corte el patrón repetitivo. Sobre esto y más
puedes leer en mi primer eBook: "Mi vida, mis
ancestros".

Hoy te quiero contar de qué forma en la sesión se


visibiliza lo invisible. No sé qué te estés imaginando.
Yo creo que si me lo presentaran así, se me
vendrían a la mente los Cazafantasmas o algo por el
estilo jajaja. Si no sabes quiénes son, te invito a que
me pases la cédula que se me cayó y a que viajes
unos años atrás. Pero bueno, volviendo al tema que
nos reune en estas páginas, dentro de las
Constelaciones Familiares, encontramos tres
bases fundamentales que su creador, Berth
Hellinger, llamó “Órdenes del amor”.
Ajá, Cori, ¿y eso qué es? Sencillamente, son tres
leyes que mantienen el balance, orden y armonía,
entre los miembros de una familia, amigos,
empresas... dentro de los sistemas.

El primero de ellos, es el Orden de la Pertenencia, el


cual explica que absolutamente todo y todos tienen
derecho a pertenecer. El alma familiar pide estar
completa y busca formas, a veces dolorosas, para
lograr hacerlo.

Las polaridades se muestran mucho en este orden,


ya que tendemos a juzgar o etiquetar a las personas
y a las situaciones. Por ejemplo, cuando dices o
piensas que alguien hizo algo bueno, o alguien hizo
algo malo, entonces lo estás etiquetando y cuando
etiquetas, excluyes al contrario. Si crees que algo
está bien, es porque crees que hay otra que está mal,
y en realidad, simplemente está, tal y como es, ni
bien, ni mal.

Por lo general, cuando la familia decide afirmar que


alguien hizo un mal, es porque para la mayoría, la
acción realizada fue vergonzosa o dolorosa, entonces
se tiende a excluir a esa persona de palabra o acción,
por lo que hizo o dijo. Es decir, alguien que roba,
estafa, miente, guarda un secreto, asesina, abusa
física, verbal o sexualmente de otra; por lo general se
convierte en un excluidode la familia, porque la
mayoría de los miembros lo señalarán como que
hizo daño. El daño causa dolor y vergüenza.

Con esto hay varios puntos a destacar:

·Toda persona que hace algún tipo de daño, está


repitiendo una acción, que en alguna generación
anterior ya sucedió, pero como también fue mal
vista y creó un trauma o impacto doloroso,
entonces ese suceso por lo general se oculta, no se
habla de eso, se convierte en un tema tabú o en un
secreto, y eso que se esconde dentro del
inconsciente familiar, es repetido por alguien que el
alma familiar elige para que lo vuelva a hacer,
esperando que un miembro del sistema se dé
cuenta de la repetición o del dolor, lo saque de la
oscuridad y lo lleve a la luz, es decir, hable de lo que
pasa y lo integre, para que deje de ser y estar
excluido.

·No hace falta dejar de tratar a una persona para


que sea excluida. El señalarlo como que hizo algo
malo, juzgarlo, referirse a él o ella con desprecio,
insultos, descalificándolo, o simplemente dejando
de nombrarlo, ya es una forma de exclusión, porque
no es tratado con el mismo respeto que se le da a
los otros miembros de la familia.

·También puede pasar que sea la misma persona la


que se excluya, porque siente un peso, carga, culpa,
o tal vez no saben ni por qué, pero por alguna
razón se siente diferente al resto.

Tal vez parece medio enredado, pero créeme que


son situaciones más cercanas y comunes de lo que
crees. Te voy a contar la historia de mi papá:

Mi papá se llamaba Carlos Eduardo Álvarez Sunico,


y él se autoexcluyó de su sistema. Algo pasó cuando
yo tenía como 7 años, y ese “algo” no te lo cuento
porque no quiera, sino porque lo desconozco, y con
los familiares con los que he hablado, tampoco
saben la razón. Entonces, ese “algo” se convirtió en
un secreto familiar. Eso que para mí es un misterio,
fue algo que acompañó a mi papá muchos años de
su vida, de hecho, él nunca más supo ni tuvo
comunicación con su familia, ya que se distanció de
todos, por el resto de sus días.

Desde mis 7, hasta mis 32 años, crecí solo con mis


padres y familia materna, porque él al autoexcluirse
y perder el contacto con ellos, mi mamá y yo lo
perdimos también. Entonces, en mis recuerdos
había unos tíos, primos, que más nunca vi. Eso en
algún punto lo normalicé, y para mí lo común era
solo saber de mi familia Mendoza Ríos, más de la
Álvarez Sunico, nada.

Luego de hacer mi primera sesión de Constelación


Familiar, con mi Maestra querida, Greily Maita, me
doy cuenta del hueco informativo y emocional que
tengo sobre un 50% de mi vida. Ese hueco me tenía
en desequilibrio con mi otro 50%, porque
inconscientemente exigía un TODO, de alguien que
solo podía darme la mitad y eso lo reflejaba en el
trabajo y en las parejas. A los meses de esa sesión,
me acuerdo que fue en la época de las marchas y
disturbios políticos de 2017, mi mamá estaba en su
cuarto, me llama y me dice que logró contactar por
Instagram a una de mis primas paternas. Yo no lo
podía creer, porque en esa época no conocía el
poder real de la energía. Sin duda, esa que moví fue
tan grande, que mi mamá sintió por cuenta propia
el llamado a reconectar con la familia de su esposo,
con la que en muchos años no había hablado, ni
buscado, y ese es uno de los regalos más grandes
que me dieron las Constelaciones y mi mami.

A ella le apareció de la nada en “personas que tal


vez conozcas” un nombre familiar: Francia Isabel. Mi
mamá siempre que conversamos sobre esto me
dice ¿cuántas Francia Isabel pueden existir? Tenía
que ser ella. Entonces, le escribió por el privado
contándole quién era, nombrando a sus papás con
nombres y sobrenombres que conocen los más
cercanos, y dando detalles que la ayudaran a creer
que mi mamá era esa tía política que alguna vez
existió en su vida, cuando ella era chiquita.
Lo que más le agradezco a mi mamá, es que lo
hubiese hecho, que al menos lo intentara, sin
saber qué iba a pasar, porque también pudo
haberla visto ahí en la pantalla, pero elegir hacerse
la loca, cosa que era más fácil, pero estoy
segurísima que mi movimiento energético ayudó a
que eso sucediera tal y como fue. Ella tenía muy
presente que luego de hacer esa sesión, le dije
que a mí me gustaría conocer a la familia de mi
papá, que también es mi familia y es el otro 50%
de la historia de la que vengo y llevo conmigo.
Todo eso se entremezcló, creando momentos
maravillosos.

Mi prima Francia Isabel, fue el puente que nos


reunió. Estaba tan feliz como nosotras. Imagino su
cara mientras leía lo que mi mami le escribía y las
dudas que habrán nacido en ella. Ella también
aceptó creer y es cuando nos da la bienvenida de
nuevo a la familia Álvarez. Nos contactó con su
papá, mi tío Luis Enrique, y así se fueron dando
varias conexiones familiares que luego terminaron
en reencuentro. Escribo esto y me dan ganas de
llorar. De verdad que es muy grande poder
reconectar con tus raíces, con los tuyos.

Para este momento, mi papá ya había fallecido y


ellos no sabían nada… te imaginarás la sorpresa,
los lamentos y las culpas que generó esa noticia.
Me acuerdo que mi tío nos decía, “yo no sé qué fue
lo que pasó, yo me acuerdo que todo el mundo se
arrechó (molestó) con Carlos, y bueno, entonces yo
también me arreché; pero desde que
reconectamos hace poco, pensaba en que yo no
estaba molesto con él, no entiendo por qué me
distancié de él, si él no me hizo nada, nosotros
nunca peleamos. Carlos era mi hermano, mi
panita”.

En ese momento yo tampoco lo entendía, pero


ahora veo que es el vivo ejemplo de la lealtad
familiar. Si mi tío hubiese quedado de buenas con
mi papá, mientras que todo el mundo se molestó
con él, mi tío hubiese sido desleal al sistema, se
habrían molestado con él también, y desde luego,
también hubiese dejado de pertenecer. Pero como
precisamente eso es lo que inconscientemente
buscamos todos, “pertenecer”, entonces por
lealtad, hacemos lo que el inconsciente familiar
manda, y en ese momento el mandato fue: “todos
estamos molestos con Carlos”, y todos
obedecieron.

El punto de contarles todo esto, es mostrarles la


fuerza tanto del sistema familiar, como de un
movimiento energético, que se hace con el alma y
el corazón a disposición de transformar
situaciones; y de cómo ese primer encuentro con
con las Constelaciones Familiares, trajo tantos
beneficios a mi vida, porque me devolvió a la parte
de mí de la que yo también estaba excluida, sin
haber tomado yo esa decisión, pero que por lealtad
y amor ciego a mi papá, también acepté, y no me
había preocupado en buscar equilibrar.

Entonces, al igual que mi papi, yo también era una


excluida de los Álvarez. Mientras escribo estas
líneas, me doy cuenta de algo, también lo fui de los
Sunico, de su familia materna ¡qué fuerte! La vida
me sigue mostrando partes de mi vida de las
formas más inesperadas, así como esta…

Hace ratico les contaba que en las generaciones


anteriores, pasan cosas que las generaciones
siguientes van a repetir.De igual forma, en la misma
vida pasan cosas repetidamente, para que te des
cuenta de lo que debes trabajar, revisar e incluir.
Sin duda, mi papá traía esa herencia, esa energía
de excluido desde su nacimiento, y luego se le
repitió con la situación que nadie ha podido definir,
es decir, lo que le pasó chiquitico, no se resolvió, se
hizo más grande el enredo, y se le repitió cuando
ya era un adulto. ¿Por qué digo que se le repitió?
Porque él, como dicen por ahí, fue el “hijo
bastardo” de mi abuelo Nono.

Mi abuelo, le fue infiel a “mi abuela” con la


muchacha de servicio de la casa. Esta muchacha
llamada Isabel y mi abuelo, se embarazan. El detalle
está en que mi abuelo estaba casado con Elisa, con
la que yo hasta hace unos años atrás creí que era mi
abuela. Como estaba (y está) mal visto que el
hombre de la casa embarace a la que limpia, pues mi
verdadera abuela, Isabel, da a luz a mi papá. Ella lo
reconoce dándole su apellido y hasta allí llega la
historia con su hijo. No tengo idea de si se lo
quitaron, o ella lo dejó, y en este tiempo he
entendido que los detalles no importan… lo
importante es el hecho como tal, lo demás son
adornos que decoran el cuento.

Entonces, mi abuela es excluida o se autoexcluyó de


la vida de mi papá, tal como hizo mi papá con su
familia, y él crece creyendo que sus papás eran otras
personas, porque repito, mi abuelo no podía dejar
saber ante la familia y ante la sociedad lo que
ocurrió.

Mi abuelo Nono tenía otros hijos con su esposa,


Elisa, y a uno de sus hijos lo obliga a hacerse cargo
de mi papá, y a hacerle creer que él es su padre, y
que su papá real, o sea, mi abuelo Nono, era “su
abuelo”… sí, sé que es súper enredado, que tal vez lo
leas varias veces para comprenderlo, créeme que a
mí me costó entender esto cuando lo supe y tardé
tiempísimo en procesarlo… y sí, posiblemente
pienses que esta historia está rebuscadísima y que la
saqué de una novela, pero no, más bien entendí
que las novelas son escritas desde la más pura
realidad.

Yo vengo de esas historias que salen en la televisión


y que nos enganchan, porque parecen ficción, pero
son más reales y más comunes de lo que
imaginamos. Mi papi nunca conoció a su mamá, yo
no conozco a mi abuela Isabel. Él ya era un
treintañero cuando supo la verdad, realidad que fue
muy fuerte para él y que lo hizo tomar decisiones
que lo llevaron a un sufrimiento y desgaste
constante. Se entregó al alcohol, a la violencia y a
algunas drogas, enfermándose, y años después,
muriendo de tristeza, rabia y soledad.

En lealtad a él, en muchas situaciones de mi vida,


con amigas/os, parejas, trabajos, yo también he
hecho presente la energía de la exclusión y de los
triángulos amorosos, y es que claro, la vida de mi
papá se originó en una exclusión y en un triángulo,
entonces, yo llevo esas historias en mi energía y en
mi genética, en todo mí ser. Ha habido momentos
en los que me he sentido tan apartada como él, y
una de las formas de ver esto, ha sido esas
relaciones de a tres, en las que me encantaba estar.
Era una dinámica y energía que se me hacía tan fácil
y familiar, sin saber conscientemente por qué. Pero
el trabajo sistémico me ha ayudado a mirarme
como Corina, a reconocerme como hija de Carlos,
como nieta de Isabel Sunico y Luis Álvarez, a
agradecerle a Elisa el quererme como su nieta, y
dejar con ellos sus dinámicas, historias, sus
secretos, sus decisiones, sus dolores, a las que por
años les fui leal.

Y bueno, hablando de los triángulos, también tengo


dos hermanos vivos, fuera del matrimonio de mis
papás, que aparecieron y me buscaron, en ese
mismo tiempo que mi familia paterna lo hizo. La
energía se continuaba moviendo. El detalle está en
que también son hijos secretos, que ninguna de mis
dos familias saben que existen. Ellos, al igual que
nuestro papá, y yo de alguna forma, somos
excluidos del sistema familiar. Mi papá le fue leal a
esa exclusión por parte de mamá, y tuvo hijos
dentro y fuera del matrimonio, como su papá.

Lo que iba a ser un simple ejemplo, se convirtió en


un testimonio de vida. Créeme que escribir esto fue
terapéutico. Me encantaría que con él pudieses ver
en ti o en tu familia, cuáles dinámicas sientes que se
han repetido, quién ha sido excluído. Recueda que
si te cuesta, puedo ayudarte en eso y también a
romper esos patrones repetitivos., pues cada
exclusión consciente o no, refleja una situación
dolorosa, o que por costumbre llamamos "normal".

Mi relación con mi papá y la no relación con los


Álvarez, fue lo que me convirtió en una buscadora,
y en la mujer que me he convertido hoy. Por eso,
¿cómo no voy a agradecerle cada una de las
situaciones vividas?

Te invito a ser más compasiva/o, contigo misma/o en


primer lugar, y a que también lo seas con alguna
historia similar que haya dentro de tu familia, de la
familia de tu pareja, de tus amigos, o dentro de ti,
pues puedes ser tú quien la esté viviendo. Hay
muchos enredos en los sistemas, muchos nudos,
que van creando nuditos más y más apretados, por
lo que, me parece vital para la humanidad, hacer una
Constelación Familiar al menos una vez en la vida,
porque permite ver de una forma más amplia las
implicaciones secretas que se vienen dando, y de
una forma amorosa, deja que salgan a la luz.

Todo lo que se excluye, buscará la manera de ser visto


de alguna manera.

Eso que te está pasando ahorita, que te altera, te


entristece, te enferma, preferiste bloquear, o se te ha
repetido, proviene de una exclusión. Todo lo que se
oculta, se tiene como secreto, intentará salir a la luz.
Muchas veces lo hace de las formas más rudas y
crudas, y de allí vienen las rabias con la vida. Lo
importante es comprender que todas las situaciones,
personas y dinámicas pertenecen. Todo forma parte y
tiene un lugar. Lo que ha hecho bien y no tan bien en la
familia, forma parte del sistema familiar.
Cerrando la idea del Orden de la Pertenencia, en la
sesión de constelación familiar, pude hacer visible a
mi familia paterna que estaba invisible en mi vida, y
yo en la de ellos. Así como también en otras
sesiones posteriores, se hizo visible una pérdida
previa a mí, de mi mamá y mi papá. Por lo que de
ser "hija única" toda la vida, pasé a ser la número
cuatro. Entre mis hermanos paternos y este bebé.

Cada uno de los bebés no reconocidos en las


familias, hayan sido pérdidas naturales, abortos,
bebés que murieron en el parto, niños que
perdieron la vida muy pequeños, o adolescnetes,
por lo general son los más grandes excluidos del
árbol familiar, porque no se habla de ellos, o si se
habla, no se hizo un cierre energético, y por los
tanto, no se completó su corto ciclo de existencia.

Puede que no se les dé su lugar de hijo, sobrino,


nieto... y posiblemente haya otro hermano o familiar
ocupando el sitio de la personita que no está, y
entonces, ese ser está en desorden y viviendo
desde una ubicación que no es la que realmente le
pertenece y donde la energía de muerte o pérdida
es la que está más presente, alejándolo de su
prana, de su energía vital. Por lo general, esto es
algo que no se sabe o no se tiene consciente, hasta
que se trabaja y se mira en una sesión de
constelación familiar.
El segundo, es el Orden de La Jerarquía. Este nos
indica que todo en la vida tiene orden y que para
que las situaciones fluyan de una forma armoniosa,
el orden hay que respetarlo.

Por ejemplo: los hermanos en una familia tienen un


orden, las parejas tienen un orden, las generaciones
tienen un orden… También podemos encontrarlo
en las empresas: en los fundadores; el personal
directivo, en los miembros; en el nombre (si se ha
mantenido el mismo o si varió). Y así con tantas
situaciones de la vida cotidiana.

¿Y qué es la jerarquía como tal desde la mirada


sistémica? Es el mandato a respetar y honrar el
lugar del que llegó primero, del que llegó segundo y
así sucesivamente. Cada quien tiene su lugar. El que
llegó primero siempre tendrá mayor importancia
que el que llega después. Por ejemplo, en la
relación entre padres e hijos, ¿quién llegó primero?
La pareja, porque sin pareja, no hay hijos. Entonces,
siempre, la pareja va a ser más importante que los
hijos, porque los hijos llegaron de segundos,
llegaron después.

Sí, sé que probablemente esto te va a hacer ruido y


más si ya eres mamá, porque puede que veas a tus
hijos como lo más importante, porque vienen de ti,
pero resulta que también vienen de su papá, y su
papá es el primero que llegó a tu vida. Y también
resulta que así estés bien o no con tu pareja, o con
el papá de tus hijos, esa persona siempre será parte
de tu familia, y tendrá prioridad ante las futuras
relaciones que vayas a tener, de ser así el caso.

Mientras excluyas o no le des el lugar que se


merece, al padre de tus hijos y a tus parejas
anteriores a él, eso traerá situaciones incómodas
con la actual o con la que está por venir. Y esto
aplica para relaciones con o sin hijos. Cada pareja
que ha formado parte de tu vida, o cada persona
con la que estuviste sexualmente y pudistehaber
dado vida, tiene importancia y forma parte de ti y de
tu sistema familiar. Igual del lado de tu pareja, ex
parejas.

¿Qué pasa por lo general en las familias? Que por


diferentes motivos, se deja de mirar como grande al
que llegó primero. Y quiénes son los que llegaron
primero a la vida, tu mamá y tu papá, ellos siempre
van a ser los grandes. El tema es que muchas veces
ves a tus papás con lástima, rabia, rencor, celos,
culpa o dolor, y crees que son más pequeños que
tú, porque según tu percepción, se comportan
como niños o adolescentes, y puede que así sea,
porque hacen cosas que no son de adultos, o los
estás manteniendo porque ellos ya no trabajan, y tú
asumiste la carga económica y familiar; pero eso de
lo que habla es del desorden inconsciente que hay
entre tus papás y los de ellos.

También puede pasar que no te la llevas bien con


alguno de los dos, y te relacionas más con uno que
con el otro, excluyendo esa energía en ti. Cuando
por la razón que sea te vuelves aliada/o de mamá o
papá, excluyes al otro, y excluyes de ti, ese 50% que
vienede ellos. Eso se te puede estar reflajndo en
más de un escenario en tu vida, por eso es
importante que mientras lees esta información,
revises cómo te sientes con tus padres, cómo fue tu
relación con ellos mientras estabas pequeña/o, qué
acontecimientos importantes vivieron que tal vez
dejaron huellas en ti, que aún están presentes.

También puede pasar que te crees mejor que ellos,


que si alguno de los dos falleció, entonces te cuesta
hacer tu vida profesional o en pareja. O tienes
pareja, tus padres están vivos, pero es una relación
conflictiva… y tantas otras dinámicas que se pueden
dar entre padres e hijos, creyendo en el consciente
que sí respetas el orden, que sí los respetas a ellos,
pero que al hacer la sesión, te das cuenta que el
alma y el inconsciente muestran algo totalmente
diferente. Y es allí, en el inconsciente donde está la
verdad a la que debes llegar.
El tercero, es el Orden de Dar y el Recibir. “El que da
demasiado amenaza la relación. No debo dar más
de lo que el otro me puede devolver. Hay un límite
entre lo que se da y lo que se pide al otro. El que
da demasiado está en una postura de poder,
obligando al otro. Si doy demasiado, actúo como
una madre”. Berth Hellinger.

Cuando un miembro de la familia da mucho, o al


contrario, no toma, esto crea un desequilibrio en el
alma familiar. ¿A qué me refiero con “tomar”? Si una
persona no aceptó de sus padres lo que ellos
tenían para darle, si tú no has aceptado de tus
padres lo que ellos tienen o tuvieron para darte (y
no me refiero a lo material), entonces, estás
creando un desequilibrio entre el dar y recibir
dentro de tu sistema.

Puede ser que inconscientemente aún estés


viviendo desde tu niña/o interior, es decir, la/el que
se queja, la/el que se queda pensando en “lo que
pudo ser y no fue”, y todas esas ilusiones te
separan de lo que es. ¿Y qué es lo que es? Que te
dieron la vida y es lo único que realmente debían
darte. Y ya está.

Un ejemplo clave de esta dinámica del dar y el


recibir, es la pareja. Una canción que se me viene
siempre a la mente cuando hablo de este orden, es
una del grupo Maná (sí, segunda vez que la cédula
se me cae hoy, pero ¿cómo hago jajaja?). La canción
se llama “No ha parado de llover” y dice: “No te
comprendo, no entiendo qué pasó, si te di todo, TAL
VEZ TE DI DE MÁS. Dime QUÉ FALTÓ, dime QUÉ
SOBRÓ, dime qué pasó, pero dime algo, que me
estoy muriendo”.

¿Cuántas veces te ha pasado que sientes que das,


das y das, y nunca es suficiente?

¿Cuántas veces te ha pasado que sientes que te dan


tanto, que no sabes cómo devolverlo?

Esto origina lo siguiente:

·Te sientes menos o en deuda, porque no puedes


entregar de la misma forma en la que recibiste.
·Te sientes menos, porque estás tomando de quién
no debes.
·Sin querer, ves a tu pareja como tu mamá o como
tu papá.
• Inconscientemente, te ubicas en un lugar de hija/o,
porque sientes que tu pareja es quien tiene más
dinero, proyectos, bienes materiales, amor...
• La pareja no es ni grande, ni chiquita/o, la pareja
es tu igual.
• Si no te sientes así, hay un desequilibrio.

¿Cuántas veces te ha pasado que tienes la


necesidad de que alguien te de amor, cariño,
regalos, “cosas que necesitas”, trabajo, respeto,
fuerza, energía… porque sientes que no lo tienes?

¿Cuántas veces te ha pasado que te sientes


exhausta/o, porque ya no sabes qué más dar?
sientes que te quedaste sin nada, vacía/o, sin fuerza
dentro de la relación, porque no sabes si es que
falta o si es que sobra, así como canta Fher, y claro
que no parará de llover, claro que no te sentirás
equilibrada o compensada/o, hasta que te des
cuenta y asumas que de los únicos que tenías que
recibir algo, es de tus papás, y que ese algo es la
vida misma, y que hasta que no tomes eso de ellos,
todo lo que das, lo das desde lo que no tienes, y por
eso te cansas, que te quedas sin energía, vacía y
llorando; y todo lo que recibes, lo recibes desde la
carencia, desde la necesidad.

Así termines esa relación que te hace sentir de esa


forma, e inicies otra “mejor y con ganas”, si no
trabajas en esto, en algún momento pasará
exactamente lo mismo, hasta que te des el permiso
de recapacitar y llenarte de la verdadera fuerza vital;
hasta que te permitas ver, agradecer y aceptar la
vida que te dieron tus padres; tal y como es, y
decidir hacer algo decidir hacer algo bueno con ella,
desde ese amor.

·El orden de la vida es que los padres den y los hijos


tomen, reciban.
·Cuando los padres son los que "toman" de sus hijos,
hay un desequilibrio.

·Cuando los hijos son los que les dan a sus padres
económica y emocionalmente, se evidencia que los
padres han estado también en desorden y
desequilibrio con sus propios padres, con tus
abuelos, que no han tomado como hijos, y que no te
han podido dar a ti como tú esperabas, porque han
estado resolviendo otros asuntos y se les ha
complicado, sin querer, el estar disponibles para ti,
para ser tus papás. Por eso, tomar la vida como haya
venido, aceptarla como es, es lo único que te
compensará y equilibrará con ellos, y sobretodo, te
ubicará de nuevo en tu lugar de hija/o.

Tomar consciencia de esto, te ayuda a mirarlos desde


el segundo orden, de una forma más cercana, pues
te muestra la importancia de respetar la jerarquía. Te
enseñarespetar la jerarquía. Te enseña que el que
vino primero es el grande, y que ese grande es el que
debe darle al pequeño, en este caso tú, que eres tú
quien debe recibir de ellos.

De no darse este círculo, depende de ti reubicarte en


tu lugar de hija/o y comenzar a ver hacia adelante,
porque sin querer, estás viendo hacia atrás, hacia el
pasado.
También es importante que entiendas que a tus
papás jamás podrás compensarlos con nada
material, nunca podrás pagarles lo único real que te
dieron, porque no hay nada que sea más grande
que el regalo de la vida, por lo que con ellos no
existe el intercambio entre dar y recibir. Con tus
padres solo recibir, tomar, honrar, agradecer; y
como te dije antes, decidir hacer algo bueno con la
vida que te dieron, lo que se traduce en pasar la
vida (tener hijos) o crear y ejecutar tus proyectos.

Por eso, cuando te sientes en deuda con ellos,


cuando hay ese deseo infantil de querer comprarles
lo que no tuvieron, de desear llenarles los espacios
emocionales y materiales, quien se manifiesta es tu
niña/o interior, buscando hacerlos felices y
mostrando el desequilibrio que hay en tu relación
con ellos. Además, estás reafirmando que hubo un
desequilibrio previo entre ellos y sus padres, y te
estás saliendo de tu lugar de hija/o, poniéndote en
el de tus abuelos, rompiendo la jerarquía,
empequeñeciendo a los grandes, intentando
mejorar lo que ellos a su forma hicieron.

Te vuelves arrogante, pues indirectamente estás


juzgando y diciendo que tus abuelos lo hicieron mal
y que tú lo haces mejor, y tratas que tus papás
tomen de ti, lo que tú pretendes darles, pero que
no llena, no alcanza, te entristece y te desgasta,
porque no eres tú quien deber hacerlo, se crea un
sistema sin fuerza para la vida, porque vives
intentado reparar lo que no te corresponde, lo que
ya pasó, en vez de mirar tu propio destino.

Por eso, ni la casa más grande y elegante, podrá


pagar el regalo de la vida que te dieron. Querer
darles más, es sentir una deuda infinita que solo
podrá ser saciada cuando desde tu lugar de hija/o,
con tus proyectos, logres ser y hacer realidad una
vida plena, para ti y la nueva familia que conformes,
viendo hacia adelante, hacia el futuro. De lo
contrario, estás viviendo en él y para el pasado.

Entonces, el intercambio entre dar y recibir, es


una energía, un equilibrio que si se pierde,
dentro de cada generación buscará la manera de
ser encontrada a cualquier costo: doloroso o
amoroso. Toda dinámica en la que participen dos
o más personas, tendrá presente este orden:
abortos, asesinatos, abusos, robos, estafas,
nacimientos, parejas, trabajo, amistades.

Te invito a releer la frase de Berth Hellinger que


está al inicio de este Orden, seguro la ves con
mayor claridad.
En pocas palabras, solo puedes dar lo que tienes
realmente y recibir lo que puedes devolver.

Tómate tu tiempo para asimilar esta información.


Puede que quieras leerla varias veces. Puede que
cuando lo hagas, te ayude a mirar en qué lugar
estás dentro de tu sistema, cómo vienes viviendo, y
qué decisiones importantes debes tomar para que
tu realidad se transforme.

Mi invitación siempre va a ser que te des el permiso


de verlo realmente dentro de una sesión de
constelación familiar, porque mientras lees y
piensas, es la mente la que trata de buscar
situaciones, soluciones y sobretodo, excusas para
contigo y tus padres. En cambio, en la sesión, es tu
alma la que realmente va a hablar y mostrar tu
ubicación real, con relación a ellos y a alguna
situación que desees mirar, trabajar. Es importante
que el cuerpo sienta lo que la mente está
asimilando, y el cuerpo siente es en sesión. Lo que
no pasa el cuerpo, no se aprende. El cuerpo, la piel,
son los medios para sentir y crecer.

¿Te imaginas crecer sabiendo esto?

¿Te imaginas que los niños tuvieran consciencia de


los órdenes del Amor?
Tanto tú como yo somos responsable de las
generaciones futuras. Seamos padres o no, los
niños del mundo merecen vivir en orden,
merecen una vida llena del reconocimiento más
grande, el del regalo de la vida que sus padres les
dieron. Por eso, me parece un acto generoso y
amoroso cultivar estos órdenes en nosotros
primero, para así poder mostrárselos a los demás
desde el ejemplo, desde la nueva consciencia,
pues esa es la mejor forma de enseñar y de
aprender.

De regalo, te dejo esta oración para tomar a tus


padres. No importa si hay palabras que no
entiendes o frases que te parecen complejas, lo
importante es que lo hagas:

• En un lugar tranquilo
• De ser posible, enciende una velita blanca o
amarilla
• Lee las frases con una foto de tu mamá y una
foto de tu papá en frente (si no tienes no pasa
nada, y lo mismo con la vela)
• Esto puedes hacerlo si los conoces o no, si estás
de buenas con ellos o no, si sabes quiénes son o
no… no importa la situación que hayas vivido o
estén viviendo, esto es para que la energía entre
ustedes fluya de una manera más armoniosa

• Cierra los ojos


• Toma una respiración profunda por la nariz y
expulsa el aire por la boca
• Abre los ojos, y repite, mirando la foto e
imaginándolos detrás de ti (a tu mamá a la izquierda
y a tu papá a la derecha):

Para tomar a la madre

Querida mamá
Lo tomo todo de ti, entero
Con lo bueno y lo no tan bueno
Y lo tomo al precio entero que a ti te costó
Y que a mí me cuesta.
La aprovecharé, para alegría tuya (y en tu memoria).
No habrá sido en vano,
La sujeto firmemente y le doy honra
Y si puedo, la pasaré, como lo hiciste tú.
Te tomo como mi madre,
Y tú puedes tenerme como tu hija/o
Tú eres la verdadera para mí, y yo soy tu verdadera
hija/o
Tú eres la grande y yo la/el pequeña/o
Tú das y yo tomo.
Querida mamá, me alegra que hayas elegido a papá
Ustedes dos son los únicos para mí, ¡Solo ustedes!
Para tomar al padre

Querido papá
Lo tomo todo de ti, todo entero
Con lo bueno y lo no tan bueno
Y lo tomo al precio que a ti te costó
Y que a mí me cuesta.
La aprovecharé, para alegría tuya (y en tu memoria).
No habrá sido en vano,
La sujeto firmemente y le doy honra,
Y si puedo, la pasaré como lo hiciste tú.
Te tomo como mi padre,
Y tú puedes tenerme como tu hija/o
Tú eres el verdadero para mí, y yo soy tu verdadera
hija /o
Tú eres el grande y yo soy la/el pequeña/o
Tú das, yo tomo.
Querido papá,
Me alegra que hayas elegido a mamá
Ustedes dos son los únicos para mí, ¡solo ustedes
dos!

Bert Hellinger.

Si encendiste la velita, déjala prendida en honor a


cada una de las mamás y papás de tu sistema
familiar.
Si quieres contarme por DM o mensajes lo que
entiste al leer las frases, me encantaría leerte.
Gracias por regalarte estos minutos de reflexión.
Estas son leyes de vida, que nos devuelven al orden
y al amor. Es tu decisión tomarlas o no.

Aquí estoy, a tu servicio, para ayudarte a hacer


visible lo que está invisible en tu vida, a ampliar la
mirada en eso que se haya movido dentro de ti,
mientras leías estas líneas.

"Solo el amor no basta, debe estar en orden".

Esta frase de Hellinger, aplica para todo en la vida, y


quiero regalártela a ti.

Recuerda que mi sesión es a nivel mundial, vía


online, y que ya son más de 100 personas las que
han venido a mirar, agradecer e integrar, a través de
la Mirada Sistémica, del cuerpo y el amor.

Me encantaría que tú también lo hicieras.

¿Te haces ese regalo?

Te espero y te abrazo

Corina Mercedes Álvarez Mendoza/


@acercandoalmas

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