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ROLES POLIVALENTES EN EL QUEHACER DEL

PSICÓLOGO SOCIAL COMUNITARIO

Publicado en: Coblier, Diana & Grande, Alfredo


(compiladores) (2007) Psicología social 50 años no es
nada. Ediciones nuevos tiempos. Buenos Aires.

Álvaro Díaz Gómez

Profesor Universitario de tiempo completo en la Universidad


Tecnológica de Pereira; catedrático de la Universidad de
Manizales.

LOS CONTEXTOS SOCIALES EN Y PARA EL ORIGEN DE


LA PSICOLOGÍA SOCIAL COMUNITARIA
LATINOAMERICANA

La psicología social comunitaria Latinoamericana inicia sus


desarrollos en la década del 70 como alternativa a las
deficiencias epistemológicas, conceptuales y práxicas de la

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psicología hegemónica vigente en ése momento, en particular
su perspectiva clínica (López: 1992; Montero: 2002; Díaz, 2003)

En lo epistemológico pretendía construir – retomando


tendencias de la filosofía y la sociología de la ciencia- otras
opciones respecto a qué es el conocimiento, qué el
conocimiento científico, qué entender por verdad, cómo se
construye la verdad, cuál es la historicidad del conocimiento,
qué mecanismos de poder le son inherentes (Serrano García:
1992; Díaz: 2003)

En lo conceptual se proponía generar conocimiento propio para


el contexto latinoamericano, construir una teoría que diera
cuenta de las particularidades psíquicas de los hombres y
mujeres de esta parte del mundo, explicitar y dar nuevos
sentidos a la teoría psicológica que permitiera superar la “crisis
de relevancia” disciplinar de la psicología (Montero: 2005; Baró:
1988)

Respecto a lo práxico delineaba un horizonte de acción donde


se debían cambiar los escenarios de actuación del psicólogo,
ampliarlo del área clínica a otras opciones como la psicología
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social y por esta vía, en la que ya se iba construyendo como
psicología comunitaria, pasar del consultorio al territorio, al
ámbito barrial, que en su sentido ideológico-político-utópico se
asumió como la comunidad, entendida como un lugar
geográfico donde habitaba una población determinada y poco
flotante, ubicada en las zonas urbanas – posteriormente se
presentarían experiencias rurales- con pertenencia a una clase
social excluida de la propiedad del capital y llamado por ello
sectores marginales, periféricos, pobres (Díaz: 2004; Carvajal:
1984)

Lo anterior implicaba para el estudiante de psicología


interesado en ésta área, nuevos procesos de formación
académica, otros contenidos curriculares, diferentes opciones
de comprensión de lo psicológico en cuanto proceso y de la
psicología en tanto disciplina (Brea, L y Correa E: 1980). Como
todo conocimiento emergente, el de la psicología social
comunitaria se fraguó al margen de la institucionalidad
universitaria, paralelamente al poder instituido desde los
programas de psicología y las diversas agremiaciones, aunque
luego fue incorporado al discurso académico hegemónico y sus
respectivos planes de estudio. Así, por ejemplo, en Colombia
3
no existía hasta el año 1980 un programa de psicología que
formalmente incluyera la psicología social comunitaria como
asignatura o componente de formación (Díaz: 2002), será en el
año 1982, cuando en la Universidad INCCA de Bogotá y en la
Universidad del Valle en Calí, surja la propuesta de esta área
como espacio de práctica y formación teórica (Arango, Carlos
2006 a: 2006 b). Realizándose en el año 1984 y liderado por el
movimiento nacional estudiantil de psicología y el apoyo del
programa de psicología de la Universidad INCCA, el primer
congreso colombiano de psicología comunitaria, en la ciudad de
Bogotá.

Esto se presenta en el contexto de (que a su vez dinamiza) los


procesos de transformación social y luchas de liberación
nacional que se presentaron en América Latina durante las
décadas del 70, 80 y principios del 90, expresados en la
revolución Cubana en 1958, el ascenso del socialismo
democrático en Chile, mediante Salvador Allende y su
Movimiento de Unidad Popular y el inmediato golpe de estado
liderado por Augusto Pinochet en 1979, la revolución
Sandinista, la guerra civil en el Salvador. Las dictaduras
militares en Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, Ecuador.
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Todo ello marcaba nuevos tonos al quehacer de las ciencias
sociales y humanas que planteaban el compromiso político con
los sectores populares, la militancia política como expresión de
tal compromiso, la vinculación orgánica con grupos de
pobladores, la relación vivencial desde sus expresiones
culturales, la decodificación de los lenguajes tecno-
instrumentales que en cuanto mecanismos de poder,
generaban guethos y distancia con los sujetos con los cuales se
interactuaba, de allí la estrategia de la desprofesionalización del
conocimiento (Brea, L y Correa E: 1980).

LOS NUEVOS Y CONTEMPORÁNEOS CONTEXTOS


SOCIALES EN Y PARA EL DESAROLLO DE LA
PSICOLOGÍA SOCIAL COMUNITARIA LATINOAMERICANA

En el primer quinquenio del siglo XXI en devenir, se presenta


vigencia de algunas de las condiciones sociales prevalecientes
en las tres últimas décadas del siglo XX, tales como la
existencia de amplios sectores populares que viven en
condiciones de pobreza, la concentración de capital en pocas
manos y por lo tanto, la vida marginal de bastas capas de la
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sociedad quienes no logran acceder a los bienes y servicios de
la sociedad de consumo que genera el capital. Lo anterior
implica que la pobreza es, aún, una característica de los países
Latinoamericanos, la segregación social tiene una fuerte
presencia, la pirámide educacional se mantiene con educación
de calidad solo para una minoría en los niveles secundarios y
universitarios.

Las poblaciones urbanas aumentan en detrimento de las


rurales y si bien es cierto se fortalece una capa media de la
estratificación socio-económica, aumenta la tensión entre los
polos de pobreza y de riqueza, lo que implica mala calidad de
vida psicosocial para los primeros.

En el plano socio político se ha desvanecido la guerra fría entre


Estados Unidos y el boque socialista ante el derrumbe del muro
de Berlín, símbolo de la “caída del socialismo real”, siendo
reemplazado por la guerra contra el terrorismo, por lo que si en
las décadas del 70 al 90 todo aquel que se revelara contra el
establecimiento era denominado guerrillero, ahora se le adjetiva
como terrorista y el miedo se va entronizando como mecanismo
de control (Aristizabal: 2003;Ordóñez: 2006; Díaz: 2007)
6
Las polaridades entre los países desarrollados y los
denominados en vía de desarrollo se desvanecen desde los
procesos de globalización económico y cultural que el
capitalismo va generando, con ello, lo local, regional y global
van adquiriendo otros sentidos. Lo comunitario, lo público, lo
privado, lo íntimo son categorías que emergen como
explicativas en la construcción de lo social y van a permear el
discurso y quehacer de la psicología social comunitaria (Ortiz:
2005; Suárez: 2005).

La opción por la democracia es un horizonte generalizado en


América Latina y las tendencias políticas de centro izquierda y
de izquierda que expresan matices de socialismo van
emergiendo en Brasil, Chile, Argentina, Venezuela, Uruguay,
Ecuador. Los movimientos sociales siguen en movimiento como
ocurre con los indígenas en Ecuador, Bolivia, Colombia,
México, donde estos se expresan en las calles de las ciudades,
en las vías interdepartamentales, en las comarcas y selvas
(Tabares: 2006; Caycedo: 2006) Así, respectivamente, ellos
marchan y protestan contra la corrupción e incumplimiento de
los planes de gobierno, por la defensa y nacionalización de los
7
hidrocarburos, contra la violencia armada y por la neutralidad
de la población civil en los conflictos internos, por la dignidad y
reconocimiento de las etnias y culturas ancestrales
invisibilizadas.

Si bien hay un desencanto hacia los partidos políticos, no existe


claridad respecto a un proyecto político unificador, no se
reconoce una utopía aglutinante que direccione el quehacer de
los movimientos sociales y populares Estos no han
desaparecido. Han mutado. Se han adecuado a las nuevas
condiciones globales, regionales y locales, conllevando a
nuevas miradas interpretativas de estas realidades.

En el plano teórico, se ha agudizado la crisis de los


metarrelatos, de la verdad única, de los discursos
omnicomprensivos, del pensamiento lineal, moderno,
instituyéndose las narrativas, las verdades construidas
socialmente y por lo tanto con valor contextual, la racionalidad
compleja, el pensamiento débil, la pretensión de abordaje de
totalidades explicativas y no de partes, la interrelación y no la
separación de procesos.

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En la investigación social se expande la tendencia del
pensamiento complejo (Estupiñán: 2003) por lo que más que la
metodología, lo que se privilegia es el método en cuanto lógica
de racionalidad comprensiva del mundo, no vale tanto, el
camino andado por otros y que nos es transmitido a manera de
receta, sino la propia andadura conceptual, el esfuerzo del
pensamiento, el valor de la autonomía intelectual, la pluralidad
rigurosa en la construcción de conocimiento (Sotolongo y
Delgado: 2006)

En mi entender, en este nuevo contexto, la psicología social


comunitaria tiene un camino construido, y en cuanto no hay
camino, sino que se hace camino al andar, ésta tiene su propia
andadura que tal vez requiera ser leída desde las nuevas
condiciones, y acompasada para que sea más pertinente al día
de hoy, al devenir que vivimos de manera activa.

El psicólogo social comunitario quien concreta múltiples roles


simultáneos y polivalentes debe profundizar uno de ellos, el de
intelectual. Desde la creación teórica, propia de éste rol, puede
ampliar la perspectiva transdisciplinar que le fue característica
cuando cuestionó la crisis de relevancia de la psicología y
9
estableció diálogos fructíferos a la vez que migraciones
conceptuales con la sociología, de donde retomó – si bien no
con ése nombre, si en su sentido político- la sociología
militante, para hacer lo que ahora podemos denominar
psicología social comunitaria militante, de aquella asumió como
opción privilegiada de investigación la perspectiva de la
Investigación Acción Participante (IAP) (Tovar:2001;
Díaz:2003;Montero:2006) igual, de la pedagogía, los elementos
de la educación popular, con categorías como concientización,
liberación, que fue haciendo suyas e indagando sus
potencialidades y cualidades psicológicas. De la comunicación
alternativa o popular retomó lo relacionado con los medios de
comunicación comunitarios como el periódico barrial, la radio
comunitaria, el casette foro, lo que permitió reconocer otras
dimensiones de la comunicación diferentes a la interpersonal o
la que se presenta en la relación terapéutica.

De la filosofía se retomaron los planteamientos de la escuela de


Frankfurt frente al poder, el autoritarismo, las nociones de
ciencia, la clasificación de las ciencias en crítico -sociales,
histórico – hermenéuticas, y empírico – analítica. La relectura
del marxismo y del psicoanálisis.
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Por ello el discurso de la psicología social comunitaria es plural,
abierto, convergencia/divergencia de múltiples miradas (Varas:
2005; Sánchez: 2004; Montero 2005; 2006; Arango: 2006 b).
Sin embargo, el nuevo rol/reto del psicólogo social comunitario
es variar su mirada del plano lineal y profundo, pero sin
relaciones, al nivel de la superficie rizomatizada e
interconectada. Ello conlleva a un cambio de racionalidad, unos
nuevos lenguajes que la signifiquen y ayuden a construirla en
esos nuevos sentidos.

TRES EXPERIENCIAS COMO PUNTO DE REFERENCIA.

Desde estos nuevos referentes, hemos venido impulsando


experiencias de práctica de psicología social comunitaria en la
Universidad de Manizales y en la Universidad Católica Popular
de Risaralda, donde los estudiantes de práctica profesional
realizada en 9 y 10 semestre, último año de su formación
académica, llevan al plano realizativo roles, que emergen como
nuevos en cuanto se les significa diferentes, pero que
provienen de la tradición más cercana de la psicología social
comunitaria. Por lo tanto, lo que para las racionalidades
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modernas y tradicionales se presenta y enuncia de forma
displicente como “ser Todero” (hacer de todo) para nosotros se
asume como el despliegue de la acción integral del psicólogo.
Por razones explicativas lo enuncio a continuación en términos
de programas, proyectos y actividades, aunque esto no es más
que una organización del pensamiento, en la realidad cotidiana
del trabajo psicológico social comunitario ello es caótico,
desordenado, complejo.

EXPERIENCIA 1.- UNA VÍA HACIA EL RESTABLECIMIENTO


PSICOSOCIAL DE LAS PERSONAS EN CONDICIÓN DE
DESPLAZAMIENTO DE LA CIUDAD DE MANIZALES
(IMAGEN DEL FENÓMENO DESDE LA CIUDAD, LAS REDES
SOCIALES Y LA HISTORIA DE VIDA)

Esta propuesta se realiza en convenio entre la Universidad de


Manizales y la Universidad de Caldas, mediante su centro de
estudios y desarrollo alternativo sobre territorios de conflicto,
violencia y convivencia social –CEDAT- el objetivo general es
“Construir un sentido histórico de la experiencia, lograr la
localización de las personas en la ciudad e incentivar la
construcción de redes sociales como tres elementos esenciales
12
para el restablecimiento psicosocial de las personas en
condición de desplazamiento, específicamente vinculadas al
proyecto FAMI (Familia, mujer e infancia) y al proyecto de
Fortalecimiento de las Organizaciones en condición de
desplazamiento en la ciudad de Manizales” (Hurtado, C, Daniel,
2005; 14) Veamos algunas lógicas de desarrollo de estos
proyectos.

PROYECTO: FAMILIA, MUJER E INFANCIA (FAMI).

En él participan 24 mujeres en condición de desplazamiento y


quienes son gestantes, lactantes o con hijos e hijas
pequeño(a)s. La ampliación del rol del psicólogo comunitario
se expresa en la formulación y elaboración de lo que se
denomina Bitácora para la interacción psicosocial: asumida
como “un material de apoyo psicosocial para las personas que
trabajan con quienes han sido afectadas por el conflicto
armado. No se constituye ni como un modelo, pues no pretende
ser la única forma para abordar la temática, ni tampoco es una
cartilla de actividades, ya que responde a una finalidad teórica y
de proyección social que está amarrada a una forma reflexiva
particular de asumir el conflicto. La Bitácora se está realizando
13
para cada persona, grupo o institución que desee tener una
brújula de orientación frente al tema del restablecimiento en
torno al conflicto armado, está dirigido, especialmente, a los
promotores psicosociales (líderes comunitarios, maestros, etc.)
que se encargaran de multiplicar el conocimiento que en ella
está consignado” (Hurtado, Cano, Daniel, 2005; 26)

Este material contiene orientaciones sobre: Atención


psicosocial desde el enfoque de derechos.; Formas de atención
en crisis Familiar y colectiva, aquí se recomienda privilegiar la
atención grupal sobre la individual, aunque esta se asume
cuando la crisis experimentada es inesperada y comprometa el
bienestar total de la persona; formación o capacitación; se
orienta y busca elevar el nivel de conocimiento sobre temáticas
psicosociales que tienen las personas que trabajan con la
población afectada o en condición de vulnerabilidad por el
conflicto armado; Comunicación social y educación popular, en
esta dimensión se aportan estrategias comunicativas para
afrontar las reacciones psicosociales en adultos y en menores
frente al evento traumático del desplazamiento forzado; Se
complementa lo anterior con información respecto de los
derechos, deberes y actividades de protección y demás
14
aspectos legales relacionados con su condición de
desplazamiento.

PROYECTO: FORTALECIMIENTO DE LAS


ORGANIZACIONES DE PERSONAS EN CONDICIÓN DE
DESPLAZAMIENTO.

En éste proyecto el trabajo psicosocial se realiza con cuatro


asociaciones de personas en condiciones de desplazamiento,
existentes en la ciudad: La Asociación de Desplazados en
Manizales (ADDEMAZ), Caminantes de Paz, Caminantes de la
Esperanza y Paz Verde. El rol del psicólogo comunitario se
focaliza con las dos primeras en tanto en ellas se encuentran
asociadas la mayoría de las personas. Las actividades se
dirigen a fortalecer procesos de liderazgo, planeación de
actividades, cooperación, consolidación de comités tales como
el de asistencia psicológica, educación y subsistencia
económica.

De allí, que uno de los programas sea el de Educación en


planeación participativa que se materializa mediante las
siguientes actividades:

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a) Sensibilización a través de entrevistas individuales para
lograr que los habitantes reconozcan como suyos los
procesos que adelantan en tanto organización.

b) Construcción participativa de fortalezas y debilidades de


las organizaciones planteando desde allí un plan de
trabajo donde se asumen responsabilidades individuales y
grupales en tiempos visualizados como posibilidad y se
orientan desde acciones “cómo”, todo ello en relación con
qué es lo que se espera superar.

c) Formación para la planeación participativa: Aquí el


psicólogo interviene mediante una serie de talleres que se
realizan con los habitantes desplazados en temas como
Derechos Humanos para reconocerse como sujetos de
derechos que les permita orientar acciones hacia la
restitución de los derechos.

EXPERIENCIA 2.- DESPLAZAMIENTO: DESARRAIGO DE


NUESTRO SER-HACER.
Esta experiencia de psicología social comunitaria, se realizó en
la ciudad de Pereira mediante convenio entre la Universidad
16
Católica Popular de Risaralda y la Fundación Caritas
Internacional. Se realizaron dos proyectos, uno con personas
en condiciones de desplazamiento y otro con funcionarios de la
fundación (Giraldo, Charles, 2004).

El primer proyecto se denominó Escuela de formación y se


concretó mediante el Programa de Asistencia Económica
(P.A.E), cuyo Objetivo fue Propiciar un escenario de
participación de las personas adscritas al programa facilitando
la generación de estrategias en el ámbito familiar y comunitario
que permitiera el desarrollo de habilidades de convivencia, así
como nuevas habilidades laborales en el ámbito de la ciudad.

Se trabajó con personas de los barrios (comunidades) Azufral,


Plumón Alto y Grupos focales de la ciudad de Pereira previa
identificación de las siguientes necesidades: Quiebra de las
famiempresas; Conflictos familiares dado el manejo del poder y
la agresión; los Conflictos comunales dado, también el manejo
del poder, las rivalidades derivadas de ello, la desintegración y
desorganización comunitaria, la dificultad en la toma de
decisiones y en la generación de alternativas de solución;
Problemas de comunicación tales como tergiversación de la

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información, imposición de opiniones, dificultad para llegar a
consensos; Dificultades en la adaptación a los nuevos
contextos urbanos lo que genera disonancia con las exigencias
y oportunidades que brinda el entorno; asistencialismo,
expresado en poco compromiso con las actividades, escaso
empoderamiento e insuficiente iniciativa.

Las estrategias implementadas tienen que ver con los


Encuentros Interactivos internos y externos referidos a espacios
generados por el psicólogo para conversar y construir opciones
individuales o colectivas respecto de las problemáticas
enunciadas, complementado con la Escuela de habilidades en
cuanto espacio y momento formativo/reflexivo que permitió
mediante el Trabajo en equipo generar condiciones para la
toma de decisiones y la resolución de conflictos de aquellas
situaciones que surgían como problemáticas

El segundo proyecto se denominó desarrollo organizacional. Se


orientó a diseñar, coordinar y evaluar programas de
cualificación que potencien las cualidades dinamizadoras de los
asesores (funcionarios de la Fundación). Lo anterior se
enmarcó en la necesidad de consolidar el área psicosocial de la
18
organización, Desarrollar habilidades de comunicación entre los
usuarios en tanto personas en condiciones de desplazamiento y
los funcionarios, particularmente en el manejo y difusión de la
información; Optimización de los procesos propios del quehacer
de los asesores como la realización de entrevistas, el
acompañamiento individual y a los procesos comunitarios; la
formación en competencias básicas para ofrecer apoyo
psicológico en situaciones de crisis.

EXPERIENCIA 3.- INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA CON


ÉNFASIS EN LO COMUNITARIO Y LO POLÍTICO EN EL
PROYECTO JÓVENES CONSTRUCTORES DE PAZ Y
OBSERVATORIO DE JUVENTUD.

Este proyecto se realizó en la ciudad de Pereira por parte de la


Universidad Católica Popular de Risaralda buscando desarrollar
estrategias de intervención en comunidades juveniles de esta
ciudad para formar, asesorar e investigar en procesos de
construcción de paz y políticas de juventud. Se trabajó a partir
de dos proyectos: Jóvenes constructores de paz y Observatorio
de Juventud.

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El proyecto Jóvenes constructores de paz, se llevó a cabo en
dos dimensiones, intervención e investigación (Granada,
Edinson, 2004). En la primera dimensión se desarrollaron
estrategias comunitarias en cinco instituciones educativas de
secundaria de la ciudad para implementar procesos formativos
en la construcción de paz. Entre las estrategias se contó con la
formación de los jóvenes de los colegios de bachillerato
seleccionados en temas – que se asumen como potencial del
desarrollo humano- de educación para la paz tales como:
ciudadanía, socialización política, afecto, creatividad,
comunicación, democracia; formación de los profesores y los
padres de familia en los anteriores temas; asesoría al proceso
de formación en cascada que hacen los jóvenes y los adultos
con otros actores sociales.

Ante la mirada purista, psicologicista, de algunos psicólogos,


estas no son actividades propias de un profesional, sin
embargo, es necesario reconocerlas como nuevos roles que se
asumen en la formación integral de las generaciones de relevo.
Por ello, no censuramos, y al contrario, fomentamos que se
realicen acciones de gestión de los proyectos tales como
preparación y presentación de los proyectos en actividades
20
públicas, búsqueda de financiación o construcción de redes de
comunicación con entidades públicas y privadas

En la Segunda dimensión, referida a la investigación, se aportó


información que complementó el desarrollo de un proyecto
investigativo de orden nacional sobre Socialización Política y
Educación para la Paz en la perspectiva de constitución de la
subjetividad política, el empoderamiento y las representaciones
sociales de los y las jóvenes. Para ello, el psicólogo desarrolla
sus competencias investigativas, formula el subproyecto de
investigación, recoge y analiza la información, se articula a
otros investigadores formados y en formación, complementando
su cualificación profesional.

El proyecto Observatorio de Juventud estuvo articulado a un


proyecto más amplio de orden regional que se orienta por el
siguiente objetivo: Crear una red de instituciones
gubernamentales y no gubernamentales que trabajen en el
tema de juventud facilitando la coordinación de acciones, el
diagnóstico, recolección de información e investigación en
temas específicos sobre juventud proponiendo con los jóvenes
políticas de juventud para la ciudad de Pereira.
21
Aquí, el psicólogo ayuda en la creación de redes institucionales
que trabajan en el tema de juventud y de planes de trabajo que
le den continuidad a las acciones en los años subsiguientes.
Ayuda en la dinamización de la comunicación, vehiculiza
mecanismos de coordinación, participa en la discusión de la
estructura del observatorio en cuanto a objetivos, metas,
propósitos, estrategias, y formas de operacionalización de las
mismas. En últimas, se hace realidad la pretensión del trabajo
interinstitucional e intersectorial.

A MANERA DE EPÍLOGO

Los anteriores procesos nacen de la práctica misma, en


entrecruces de necesidades de los pobladores - usuarios, de
las instituciones de apoyo a los procesos comunitarios,
incluidas las mismas universidades y de los estudiantes
practicantes a quienes en éste nivel asumo como profesionales
en tanto la temporalidad restante para el ritual académico social
de graduación, sólo lo cualificará en algunos aspectos, pero en
su formación estructural, ya estarán dados los procesos
básicos. Lo anterior conlleva a que el profesional de la
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psicología social comunitaria deba PENSAR, no basta con que
siga instrucciones, no es suficiente que tenga un manual de
funciones, no es pertinente que solicite - a manera de recetas –
cómo hacer algo de lo que se supone es su rol profesional,
porque aún en el caso que esto le sea dado, en el momento de
la implementación deberá contextualizar el “cómo”, deberá
contextualizarse como sujeto – actor –profesional, y deberá
contextualizar el contexto en el cual participa. Ahí se concreta la
necesidad de una reforma del pensamiento que permita
PENSAR.

23
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