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¿Por qué los mosquitos nos pican a

unos más que a otros?


• Raúl Rivas González
• *The Conversation

17 julio 2022

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Pie de foto,
Si te ha picado un mosquito, seguro que fue una hembra. Los machos no pican.
Los mosquitos y las enfermedades que propagan han matado a más
personas que todas las guerras de la historia juntas.
De hecho, según las estadísticas, el mosquito es, con mucho, la criatura más
mortífera del mundo para los seres humanos.
Solo en el año 2018, este insecto fue responsable de alrededor de 725.000
muertes.
En ese mismo año, la segunda posición la ocupamos los propios humanos, que
causamos la muerte de 437.000 congéneres.
Seguidos (a bastante distancia) de las agresiones combinadas de
serpientes, perros, caracoles venenosos, cocodrilos, hipopótamos,
elefantes, leones, lobos y tiburones.
FUENTE DE LA IMAGEN,SCIENCE PHOTO LIBRARY
La situación, evidentemente preocupante, impulsó a que la Asamblea Mundial
de la Salud aprobara en 2017 la "Respuesta global para el control de vectores
(GVCR) 2017-2030".
Se trata de una actuación dirigida a orientar estratégicamente a los países para
el desarrollo urgente del fortalecimiento del control de los vectores, entre
los que destacan los mosquitos.
Este enfoque es fundamental para prevenir enfermedades y responder a los
brotes infecciosos emergentes.
Los mosquitos pueden transmitir enfermedades tan variopintas como fiebre del
Nilo occidental, zika, dengue, fiebre amarilla, chikungunya, encefalitis de San
Luis, filariasis linfática, encefalitis de La Crosse, enfermedad de Pogosta, fiebre
de Oropouche, enfermedad del virus Tahyna, fiebre del valle del Rift, infección
por virus del bosque Semliki, fiebre de Sindbis, encefalitis japonesa, fiebre del
Río Ross, fiebre del Bosque Barmah o malaria (causante de 627.000 muertes
solo en 2020).
De ahí el interés por entender qué hace que los mosquitos elijan picarnos justo
a nosotros y no a quien tenemos al lado.

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Pie de foto,
La piel humana es más fácil de perforar para un mosquito que la de otros vertebrados.
Dióxido de carbono y olores corporales
Los mosquitos, tanto machos como hembras, podrían vivir sin picar a otros
animales.
Pero las hembras necesitan la sangre para completar el ciclo reproductivo.
Hace casi un siglo, el dióxido de carbono (CO₂) fue identificado como
un atrayente de mosquitos.
Es más, este gas ha sido utilizado para atrapar a los mosquitos hembra que
buscan la sangre necesaria para adquirir nutrientes para la generación de
huevos, la ovogénesis.
Sin embargo, no hay evidencia disponible que sugiera que el CO₂ medie en la
atracción diferencial.
O lo que es lo mismo, los niveles de emisión de dióxido de carbono no explican
que los mosquitos prefieran sistemáticamente a una persona en vez de a otra.

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Pie de foto,
Solo las hembras chupan sangre, y exclusivamente cuando están por producir huevos.
¿Qué es entonces?
Existen otras señales físicas y químicas que condicionan la atracción del
mosquito hacia personas determinadas.
Particularmente calor, vapor de agua, humedad, señales visuales y, lo que
es más importante, los olores emanados por la piel.
Aunque aún no se comprende bien qué aromas atraen más a los mosquitos,
varios estudios señalan a moléculas como el indol, el nonanol, el octenol y
el ácido láctico como principales sospechosos.
Un equipo de investigadores dirigido por Matthew DeGennaro, de la
Universidad Internacional de Florida (EE.UU), identificó un receptor de olor
único, conocido como receptor ionotrópico 8a (IR8a), que permite al mosquito
Aedes aegypti detectar el ácido láctico.
Este mosquito, por cierto, es transmisor del dengue, el chikungunya y el zika.
Cuando los científicos mutaron el receptor IR8a, que se encuentra en las
antenas de los insectos, descubrieron que los mosquitos eran incapaces de
detectar el ácido láctico y otros olores ácidos emitidos por los humanos.
El "perfume" que les atrae
Por otro lado, una investigación reciente apunta a que los virus del dengue y
del zika alteran el olor de los ratones y de los humanos a los que infectan
para volverlos más atractivos a los mosquitos.
Es una estrategia interesante, porque favorece que piquen al huésped, tomen
su sangre infectada y luego transporten el virus a otro individuo.
Lo consiguen modificando la emisión de una cetona aromática, la
acetofenona, especialmente atractiva para los mosquitos.
Normalmente, la piel de humanos y roedores produce un péptido
antimicrobiano que limita las poblaciones bacterianas.
Sin embargo, se ha comprobado que en ratones infectados con dengue o
zika la concentración de este péptido desciende y proliferan algunas
bacterias del género Bacillus, que disparan la producción de acetofenona.
En humanos pasa algo similar: los olores recogidos de las axilas de los
pacientes con dengue contenían más acetofenona que los de las personas
sanas.
Lo interesante del asunto es que se puede corregir.
Algunos de los ratones infectados con dengue fueron tratados con isotretinoína,
lo que condujo a una emisión menor de acetofenona y, por tanto, a la reducción
del atractivo para los mosquitos.

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Pie de foto,
El color de la ropa también influye en si te pican o no.
Microbios que cambian el olor
No es el único caso en que un microorganismo manipula la fisiología de los
mosquitos y de los huéspedes humanos para favorecer su transmisión.
Por ejemplo, las personas infectadas por el parásito que causa la malaria,
Plasmodium falciparum, resultan más atractivas que los individuos sanos para
los mosquitos Anopheles gambiae, vector de la enfermedad.
La razón sigue siendo desconocida, pero puede estar relacionada con que
Plasmodium falciparum produce un precursor isoprenoide, llamado (E)-4-
hidroxi-3-metil-but2-enil pirofosfato (HMBPP), que afecta a los
comportamientos de búsqueda y alimentación de sangre del mosquito, así
como a la susceptibilidad a la infección.
En concreto, HMBPP activa los glóbulos rojos humanos para aumentar la
liberación de CO₂, aldehídos y monoterpenos, que juntos atraen con más
fuerza al mosquito y le invitan a "chuparnos la sangre".
Es más, añadiendo HMBPP a muestras de sangre, aumenta
significativamente la atracción que despierta en otras especies de
mosquitos, como Anopheles coluzzii, Anopheles arabiensis, Aedes aegypti y
especies del complejo Culex pipiens/Culex torrentium.
Comprender cuáles son los factores que intervienen en la preferencia
manifestada por los mosquitos para picar a unas u otras personas ayudará a
determinar y a disminuir el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas
transmitidas por vectores.

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