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SCIOSCIOLI S. "Bases Constitucionales de La Educacion Basica Argentina. en La Educacion Basica Como Derecho Fundamental.
SCIOSCIOLI S. "Bases Constitucionales de La Educacion Basica Argentina. en La Educacion Basica Como Derecho Fundamental.
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~ Se astián Scioscio i
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FACULTAD DE DERECHO
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Capitulo 1
Bases constitucionales de La educación
básica en La Argentina
1. En esta línea, podemos remitirnos a la bibliografía específica que ha sido sumamente extensa
y rigurosa. Véase en este sentido.J Botana, N. (1985); Bravo, H.E (1988); Oszlack, O. (1987) ;
Botana, N. R. y Gallo, E . (1997); entre otros.
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Capítulo I - Bases constitucionales de la educación básica en Argentina
de nuestro trabajo. Esta supone que la posición constitucional clásica, ba~({da ma,~
- - - ~ ~--
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Sebastián Scioscioli
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2. Sin interés en desarrollar el contexto histórico de su origen, su redacción por parte del
constituyente del 53 se apartó en este caso de aquel esbozado por Alberdi; siguiendo más bien
como fuente principal su equivalente en la constitución norteamericana, aunque adaptado a la
realidad de nuestro país (Sarmiento: 1853; Quiroga Lavié, 1997: 8). Mientras que el proyecto
de Alberdi era más concreto y práctico, los redactores Gorostiaga y Gutiérrez fijaron en él fines
mucho más genéricos. Es así como Sarmiento concluye que el preámbulo es el resumen de todo
el contenido de la Constitución, puesto para asegurar y fijar la inteligencia e interpretación de
sus disposiciones, que si bien son partes de aquella, operan como fines que determinaron su
adopción. Particularmente expresa "el preámbulo de las constituciones políticas es el resumen
digámoslo así, de todas sus disposiciones, el objeto que estas se proponen asegurar y, como
una tesis, que todos los parágrafos siguientes vienen a comprobar. Todas las constituciones
escritas y emanadas de sus legisladores, llevan esta introducción. [... ] El preámbulo de las
Constituciones es, pues, no solo parte de la ley fundamental, sino también la pauta, y la piedra
de toque para la resolución de los casos dudosos, conformando su interpretación y práctica con los
fines para que fueron adoptadas las subsiguientes disposiciones, y el espíritu que prevaleció en su
adopción''(Sarmiento,1853: 8). La cursiva es nuestra.
30 .
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Sebastián Scioscioli
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En esre ·or"tleri~- ..pÜed~ señalarse que una de las más importantes cláusulas consti-
tucionales en educación que figuraban en el texto originario de 1853 se encuentra
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prevista en el artículo 14 en cuanto expresa que todos los habitantes de la Nación
b ,
1
gozan, entre otros derechos, del ''de enseñar y aprender[ ... ] conforme a las leyes que
""'
· reglamentan su ejercicio''. Con el paradigma del constiru~ionalismo clásico, la norma
hacía referencia a la existencia de una ''libertad' de enseñar y aprender antes bien que
a un ''derecho'', puesto que este reconocimiento constitucional constituía ante todo la
liberación de las trabas impuestas a su ejercicio por parte del Estado o el poder político.
Sin embargo, más allá de los modelos marcados en los párrafos precedentes,
desde sus inicios para el caso argentino la educación fue algo más que un derecho de
no intervención o de ''prestación negativa''. La gratuidad de los estudios primarios
desde el comienzo del sistema educativo, sumado a la existencia e importancia
de los diversos planes de acción desarrollados por los principales estadistas de
aquella época, demuestran que para llevar adelante el proyecto político de la
•
Nación, había una profunda consideración hacia los medios, recursos y demás
modos de atender al sostenimiento y funcionamiento del servicio educativo
público. Así pues, el derecho a la educación desde su conformación en nuestro
país, ha implicado un compromiso mayor por parte del Estado argentino que
•
aquel propuesto por el tradicional ''Estado gendarme'' del liberalismo .
Desde los primeros gobiernos nacionales existió una fuerte preferencia por
la imposición de un modelo educativo que tendiera a dar l_a mayor cantidªd -
de control po~ible al E~tado, pero reconocien o teóricamente) el valor de la
. _.... - -..._ - --------
inicia tiya_pri vada (Tede~co, 1986: 93). El mayor interés del Estado en la edu-
cación se de.bía fundamentalmente a s"Q_carátter de:-heffamienta_b,ásica -para el
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Sebastián Scioscioli
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''adoctrinamiento'' de los sectores populares. Durante la última parte del siglo
XIX el r:stado argentino clejó tra-slncfr-lifnerte influencia de los intelectuales
de la generación de 1837 tales como Alberdi y Sarmiento, quienes habían asi-
milado una variedad conservadora del liberalismo, proveniente de la Francia de
la época de la revolución de 1830 y donde el componente liberal de sus puntos
de vista residía en su énfasis en las libertades personales. En este sentido, para la
formación del Estado nacional también se recurrió a la educación, la que formó
parte, en términos de Oszlack (1997: 150) de la ''p~netra_ción ideológica'', que
junto con ~a cooptación y las diversa~ formas -de penetración material del Estado
nacional, consistió en la creciente capacidad de creación y difusión de valores,
conocimientos y símoolos reforzador~s de sentimientos de nacionalidad que te-
nían por fin legitimar y contribuir a crear la base consensual sobre la cual podía
' ~ ..-; -
construirse un sistema de dominación.
Así, al constituir la educación un vehículo de privilegio en el marco de dicha
estrategia de penetración, los grupos dirigentes asignaron a la educación más una
función mayormentepolítica que económica (Tedesco, 1986: 37). Con este espíritu
centralizador de parte del gobierno nacional en educación, las pri~e.ras leyes
como la l~y 1.420 ofr~cerían un marco propicio para llevar adelante un ambicioso
• •
4. Como sintetiza Álvarez Gallego: '<El pensamiento práctico y la 1_2gica formal d~bían ~eem
plazar las mentalidades y ias cosmogonías de las comunidades "fltradicionales''. La lect_Urª-.y
la escrirora, la aritmética y la ideología patríótica, eran los baluartes con los que la escuela
debía emprender la cruzada civilizadora que allanaría el camino del progreso. Sus rituales más
representati~vos : el orden, la disciplina, el pizarrón, el salón de clase dividiendo a los niños por
edad y por género, el pasar lista, el reglainento, las filas, las lecciones, los ejercicios físicos , los
textos o manuales, la memorización, el uniforme, los exámenes, entre otros, eran símbolos de
este nuevo orden modernizador. La escuela fue en ese momento [... ] la expresión más clara
de aquel orden emergente, el aparato más exitoso [... ] para expandir con rapidez a todos los
rincones el conocimiento y la moral que requería la modernidad" (Álvarez Gallego, 2001:
40). A esto mismo alude Braslavsky (1985) cuando refiere al proceso de '(estacización'' de la
educación popular.
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Capítulo l - Bases constitucionales de la educación básica en Argentina
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dispuestaJ_en
.,, .
~
el artículo 14 de La Constitución! En efecto, no estaba en cuestión la
posibilidad de organizar estaolecirñíen tos educativos no estatales, sino precisar
su grado de independencia frente al Estado en punto a los planes de enseñanza,
contenidos y fundamentalmente, validez de sus certificados y títulos. La tesis _del
''Estado docente'' (en su versión liberal local) aspiró a la pretensión de asegurarle a
--
este__la dirección monopólica ! el si:!ema educ~f_!:.·'f!!! naéional cqmo s e hizo e·vidente
d'urarzte-los debates de las Leyes 934 y 1420.
l En este contexto cab e preguntarse acerca de la interpretación de las libertades
del artículo 14 . .His~óricamente, el precepto enunciado sign.ificaba literalmente la
facultad de todo h·a bitante para impartir enseñanza y recibirla de quien quiera y
donde quiera. En este sentido, e:,l a.tti culo 14 .fllltoriza de este modo a cualquiera
a transmitir y divulgar doctrinas y conocimiéni os (como acción de ''enseñar'') -.
y ~
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Sebastidn Scioscioli •
8. La imponancia especial del artículo 20 de la CN, parte por establecer un criterio de igualdad
material, el de la nacionalidad) lo que impide en principio utilizar la pauta de la nacionalidad
para diferenciar categorías legales o administrativas (Gelli 2005: 284). De este modo, la con-
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motivo, la intervención se ceñía a una concepción del poder de policía ''restringido'', limitado
a establecer restricciones a los derechos individuales con la finalidad de salvaguardar la segu-
ridad, salubridad y moralidad pública. Sin embargo, en materia educativa, vuelve a hallarse
una excepción. Desde que la concepción clásica justificaba la intervención solo en la medida
en que la acción estatal fuera negativa (esto es establecer prohibiciones y restricciones -Gor-
dillo, 2009-) en educación desde sus inicios se establecieron obligaciones positivas a cargo
del Estado mismo (como lo fueron la gratuidad, la construcción de escuelas, la dotación del
plantel docente, entre otros). Este ejercicio por parte del Poder Legislativo nacional de su
poder de reglamentación no invalida aquel otro que poseen las provincias en el marco de sus
territorios, dada la concurrencia en el tema educativo, en la extensión y bajo las condiciones
que veremos más adelante (capítulo V).
1 O. Nos remitimos al capítulo 11, numeral 2.1.2 y subsiguientes (sobre el contexto y contenido
de la Ley 1420) y al capítulo IV, numeral 3.3 (sobre el contenido de la educación pública
laica y sus implicancias).
11. Sobre un análisis en relación con el artículo 2º de la Constitución Nacional y sus implican-
cias, pueden verse los trabajos de Levaggi, A. (2000) y Bidart Campos, G. (1985), entre otros.
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Sebastián Scioscioli
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intentó eliminar la vigencia del catolicismo en las escuelas públicas, cuestión
que se impuso formalmente con la sanción de la ley 1420 en el año 1884. Sin
perjuicio del análisis posterior que de la norma hagamos más adelante, convie-
ne desde ahora destacar que dicha ley sentó las bases de la educación argentina
permitiendo su organización en el nivel primario en particular baj-o la órbita
del Consejo Nacional de Educación. En lo que concierne al punto que estamos
analizando, la ley garantizó la educación primaria obligatoria, gratuita, gradual
(artículo 2º), mixta (artículo 1Oº) y establecía un plan de estudios mínimo común
(artículo 6º), afirmándose el carácter laico de la educación pública al no permitir
la enseñanza religiosa católica en el horario de clase. 12
El debate que ocurrió en el marco de la sanción de la ley también demostró que
la laicidad de la escuela pública lejos de violar el principio de la libertad conciencia
y de cada individuo de profesar libremente su culto (garantías reconocidas también
13
en el texto constitucional a través de los artículos 19 y 14 respectivamente),
los reforzaba y garantizaba. La escuela no sería un ámbito para la educación de
un doxa determinado e inmutable (como el que sostiene la Iglesia católica) sino
para brindar conocimientos, ciencia y contenidos fundamentales vinculados con
la formación del ciudadano que se adecuara al proyecto político imperante de
aquella época. Como señalara el diputado Gallo en aquel debate, '< de aquí dimana
- -
la teoría del Estado docente [ ... ] la misión del Estado, por lo mismo que es una
misión supletoria, solo alcanza allí donde llegan las verdaderas necesidades del
mismo Estado. La verdadera necesidad, el fin primordial del Estado, es formar
ciudadanos que sean capaces de continuar la obra de civilización en que están
empeñadas todas las sociedades humanas;[ ... ] para hacer ciudadanos civilizados
y libres, no hay necesidad de hacer la enseñanza especial del dogma revelado'' .14
Así el sistema educativo adoptó en esta instancia-su carácter laico, y evitó de esta
forma incidir por medio de los contenidos y el currículo, en la formación religiosa
de los niños. La escuela no cumpliría función alguna en el ámbito ideológico-
religioso, en el que se declaraba neutral y prescindente .
.. --..
12. En efecro, el arcículo 8º de la Ley 1420 disponía que ''la enseñanza religiosa solo podrá
ser dada en las escuelas públicas por los minisrros aucorizados de los diferentes cultos, a los
niños de su respectiva comunión, y antes o después de las horas de clase".
13. Formularemos un mayor desarrollo sobre los conrenidos de la libertad de conciencia y de
cultos y sus implicancias en materia educariva actuales en el capítulo IV, numeral 3.3.
14. La cuestión de la "instrucción religiosa', ocupó casi totalmente el marco del debate par-
lamentario del proyecro de ley de educación común. En él son numerosos los argumentos
dados por los distintos legisladores de ambas cámaras en relación con el rema. En el contexto
de aquel debare sorprenden ampliamente los argumentos constirucionales que, en torno a
la defensa de la libertad de cultos, se formularon a los fines de sostener una educación laica.
Particularmente merecen destacarse en tal sentido, además de los comentarios de Gallo arriba
reproducidos, las intervenciones de los legisladores Lagos García y Civil, entre otros. Dicho
debate puede verse en Weinberg (1984).
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Capítulo I - Bases constitucionales de la educación básica en Argentina
Aunque quedaba claro que sería el ''Estado docente'' quien debía hacerse cargo
de su función educadora, y por tanto, dirigir y controlar la educación, desde
los orígenes del sistema educativo en nuestro país se marguvo la posibilidad de
organizar establecimientos educativos privados no estatales, si bien limitados e....._,.,___
su independencia respecto a los planes de enseñanza, contenidos y fundamental-
mente, validez de sus certificados y títulos; todo sobre lo cual, el Estado ejercía
habilitación y supervisión.
De este modo, la enunciación prevista en nuestro texto constitucional ha-
bilitó un sistema educativo mixto, donde los particulares, además del Estado,
pueden llevar a cabo la tarea de educar; es decir, ni enseñanza oficial exclusiva
ni enseñanza privada con relegamiento de la acción directa del Estado. En este
sentido, Joaquín V. González explicaba en relación con la libertad de enseñanza:
'no solamente es un derecho a enseñar, sino también un derecho de exigir esa
1
nseñanza de parte de la sociedad y del Estado. El prilpero da origen a las escuelas
rivadas o particulares, y a la instrucción privada; eÍ se_gundo alá:~ e~cuelas y a la
instrucción pública. De esta dualidad del problema nacen dos órdenes de ideas
correlativas, el que deduce el régimen exclusivo de la eñseñanza particular y el
que estableciese un monopolio del Estado. La primera sería siempre desordenada,
divergente y sin vínculo de relación con la vida nacional, insuficiente, incompleta;
la segunda tendría el peligro de inmovilizar la sociedad por la restricción de las
libres tendencias del espíritu dirigida por los caminos exclusivos y estrechos, o
de hacerlo servir como instrumento de la tiranía. Por lo tanto, un régimen que
concilie los extremos, sería la verdadera expresión 1º de la libertad individual de
epseñar y aprender; 2º del derecho y la necesidad del Estado, de educar e instruir
al pueblo para los fines supremos de la Constitución. Este es el que hemos acepado
hoy todos los pueblos civilizados'' (González J.V., 1971: 176).
La libertad de enseñanza consagrada implicó la posibilidad del individuo
de optar por un tipo de educación, la de los padres a que sus hijos reciban la
formación que deseen -por su orientación espiritual e ideológica- y la de optar
por un establecimiento determinado, distinto a la escuela pública, dado el re-
conocimiento de esa enseñanza privada por parte del Estado en la medida que
ella cumpla con las reglamentaciones razonables que este último establezca en
calidad de coordinador del sistema educativo formal.
Hasta aquí, hemos revisado sucintamente cómo ha sido comprendida la
materia educativa desde su inclusión en la parte dogmática en la Constitución
histórica. Un denominador común presente en todos los apartados ya citados,
estaría dado por el papel preponderante que tuvo el rol del Estado docente.
Ello puede ser mejor comprendido aun si pasamos a analizar la organización
institucional del Estado nacional que habilitó el diseño y la implementación de
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, ...
Sebastián Scioscioli
15. V. CSJN, ''Ferrocarril Sud c. Municipalidad deJuárez'' (1939), Fallos 183: 190.
16. Sostiene Bravowen su obra, ue la contra c; rs~a ~1.fSci¡ada ..alr.e..decla:r dece g(@.aft-ÍGWO l!;pOne
ademas el pÍan~;amiento de un problema de técnica jurídica) en tanto "llama la atención
cómo se pue en dictar planes de in:stt-ut:ci6n por concesiones temporales de privilegi~s y
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Sebastián Scioscioli
15. V. CSJN, ''Ferrocarril Sud c. Municipalidad de Juárez'' (1939), Fallos 183: 190.
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cómo se pueaen dictar pranes 11~ in truccfón por conces1ones temporales de privilegios y
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Capítulo 1 - Bases constitucionales de la educación básica en Argentina
Son dos cuestiones vinculadas con el alcance de algunas de las frases utilizadas
en el artículo las relevantes a nuestros efectos. En este sentido, el debate cobró
vida en primer lugar respecto de qué significaba'' instrucción general'. Las fuentes
históricas no con tribuyen a comprender la concepción del artículo y a resolver el
punto puesto que las actas del Congreso General Constituyente nada comentan
al respecto. Alberdi no tenía prevista la planificación nacional de la instrucción
general y universitaria, indicando de ese modo, que debían ser los pueblos del
interior los que desarrollaran su cultura por sí mismos: cuestión sustancial para
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José M. "Estrada y Ailiancio Alcorta han entendido que por planes de instrucción
nó pcrdlá eñtenrlerse otra cosa qtie planes
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de instrucción primaria.
-
En verda ,
estos sostienen que la instrucción general.contemplada por la C~nstit1:1ción era la
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primaria, y que la ins~ru_c_ción uniye!sit~atia comprendía la secundar!:¡: ~~12er10 .
Los-só~t~nedores de esta posición restr~~gida advierten que al tiempo de sancio-
n~r~e-la Constitución, solamente__ la educació~ prímaria era considera a común,
•
es aecii, yara la g~CTa:liaadJ;_!9s °kb.!9-ntes
..,
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-- y que la univerSitai-ia (allnque no
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11 -
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es la que comprende el grado sucesivQ de l'l primaria y toma direc;:_cio_nes múlti ples, ya para
f?rmar la· capacidad general de la Na~ión, por una ense~ai:_za sufi.cients_ya...R~!.?-™dar 7 oñocí:
!!_llefitQSespeciales y limítado~ya en fin, ara dis Oner a lo~jó_yeneS a seguif l<?w
S altOS ~StU ÍOS ...
4
Horacio Rivarola, sostiene que la instruc~i~n general importaba tanto la e_d uca-
- --
ción~primaria cuanto la secundaria,juntamep te; al ~QlllprendeE toda_aquella q,,,ue
no tenga or fin dar una carrer~ univ~rsitaria. Es esta última la que toma Bravo
en su obra al señalar que solo así se entendería que el Congreso podría proveer
enteramente al ''adelanto y bienestar de todas las provincias)' y en particular
·- --
'al progreso de la ilustración''. Esta tesis ha sido sosten1aa por varios juristas
modernos tales como Frías (1976) y Sánchez Viamonte (1959) quien expresó:
"La Constitución ha querido entregar al Congreso ....,..
la atribución_ de orientar y
organizar téGnicamente, de Ull modo uniforrpe para to.do el país, la enseñanza
en todos sus grados: primaria, sec~ndario y superior''. Bidart Campos ( 1997:
7
48) por su parte señaló que aquella terminología englobaba ''el lineamiento X...
-
la estruct!-1-ra de la e_slucª"ción ~n todos los niveles y ciclos, para la enseñanza en
jurisdic ·ón federal y _provinci-ªl, y para la enseñanza privada (no est~tal) ''. Esta
última postura parece ser la que prevalece hasta la actualidad como veremos en
el apartado sobre el desarrollo legislativo en el capítulo 11.
Finalmente, un último problema que presentaba dicho artículo se relacionaba
con el significado del término ''planes''.,
En este sentido, Luqui (1968: 24) comenta
respecto de la ''orientación política'' que el Estado debía im-I?.rimit a los planes
de instrucción que se sigan en las escuelas. Esta interpretación de acuerdo con el
-
autor, halla sustento en el propio pensamiento alberdiano. En efecto, la noción de
plan se vinculaba estrechamente con ''la idea de ün 'plan de desarrollo', e_n el~~e .
tOOOs los recursos deben estar ''planificados'', por lo que la instru-eciÓP.JlO p.Y:_ede
marchar alejada de la política que para..dicho_planlije el Estado, la!J. que como
dijimos, se ic;lentifica con el objetivo de ''promover lo conducente a la prosperidad .,,
del Faís''. Por ello argumenta que ''sería contrario a la IOgica más elemental pensar
que mientras el Estado planifica el desarrollo sobre la base) por ejemplo de una
18. CSJN, "Don Pedro Bergés contra el Gobierno Nacional, por reposición en el cargo de
profesor titular de la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Agronomía y Veterinaria''
(1932), Fallos 166: 265.
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Capítulo I - Bases constitucionales de la educación básica en Argentina
18 . CSJN, «Don Pedro Bergés contra el Gobierno Nacional, por reposición en el cargo de
profesor titular de la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Agronomía y Veterinaria''
(1932) , Fallos 166: 265.
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'
Sebastián Scioscioli
el dictado de la legislación, base gener~l ge~ sistema, tiene el doble carácter de
_ ........
~ -~ - -
posibilitar el dictado de normas qµe 12ermiten la ''acción directa: (creación,
dirección y construcción de establecimientos) y la ''acción indirecta'' (asistencia
técnica y financiera).
El-nHevo artículo 75 , en su inc. 19 e inc. 23 introdl!jo nuev~s aportes en
materi_a educacional, de11tro de las competencias del Cpngreso, reforzand_o esta_
- ::e. - - - . -~
Tal carácter, expresa Bravo, se debía a la tradición patria y aún colonial, reco-
nociendo además como anteced_en¡~s_._medi. ~..tQ.S .en la l~gislación extr~ajera ~Il}ás
allá de los recienteme!J.t~ citado..s...J,,..ciertos actos er9d~cidos .POLl'i' Revolqg~n
Francesa y como antecedent~ inme iato el?- el ámbito naci? nal, el.artículo 32
- .
20
del proyecto de Alberdi. En este punto, en sus obras tanto Alberdi como
19. Véase Sánchez Viamonte, C. (1959: 157) . Agrega el autor: '' Debe entenderse, pues, que la
educación primaria es una de las instituciones que las provincias tienen la obligación de darse,
sin perjuicio de que el funcionamiento de esa institución provincial se realice según los planes
que dicte el Congreso en virtud de lo dispuesto en el artículo 67 inc. 16 [actual 75, inc. 18] ".
20. En su capítulo 4º (Parte Primera de su proyecto) referido a las ''garantías públicas de orden
y progreso", prevé en el artículo 32 que "la Constitución asegura en beneficio de todas las
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