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Fondo de
La Segunda Guerra
Mundial
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100 1 Historia económica mundial
sistema de pago internacional, al no estar determinados por las fuerzas competitivas del
mercado, aislaban Alemania de la economía internacional. Por lo tanto, para ampliar el
poder económico de Alemania, la única salida era ocupar crecientes extensiones de otros
países que sirviesen a la causa superior del Reich.
Desde el inicio de la guerra, en 1939, Alemania fue la potencia más ofensiva de
las economías del Eje. Japón también se unió al bando alemán buscando beneficios
económicos y un área sometida en el Pacífico. Su econotnía de pequeñas dimensiones
se mantenía gracias a grandes flujos de importaciones desde Corea, China, las Indias
Holandesas, Malasia y Formosa. Cada una de estas economías producía gran variedad
de productos complementarios de manera que su adscripción al imperio japonés era
económicamente viable. La Italia de Mussolini, tercera potencia del Eje, en cambio no
alcanzó grandes logros ni en materia económica ni militar. De hecho quedó relegada al
papel de país satélite de Alemania, y pronto se puso de relieve su debilidad política para
seguir las misiones que le encomendaba el III Reich.
Los triunfos alemanes durante los dos primeros años de la guerra fueron fulgurantes.
Durante la segunda mitad del año 1942 el Imperio alemán se extendía por casi toda la
Europa continental desde la Bretaña francesa en el oeste, hasta el Cáucaso en el este, y
desde Noruega en el norte hasta el Mediterráneo en el sur. Quedaban exentos de su admi-
nistración, que no influencia, los países neutrales como Portugal, España, Irlanda, Suiza,
Suecia y 'J)irquía. Así pues, en las primeras campañas de la guerra, Hitler alcanzó su ob-
jetivo de formar una gran comunidad de países en Europa trabajando todos para el Reich
alemán. El corazón industrial de la Europa continental, Alsacia-Lorena, Luxemburgo y la
Alta Silesia se encontraba todo dentro de sus dominios. Sin embargo, tal y como veremos
a continuación, a pesar de la riqueza económica del Imperio, los nazis no tuvieron una
agenda clara en términos de prioridades de política económica o del aprovechamiento de
los recursos de los países subyugados. Nunca hicieron público un programa económico
completo y global para clarificar en qué consistía la reestructuración del Imperio. De he-
cho, el proceso de conquista fue muy rápido y la prioridad que guió a Hitler a la hora de
hacer política en el área ocupada fueron la de establecer administraciones que controlasen
los nuevos territorios en el corto plazo. Pero en el medio y largo plazo haría falta una ma-
yor colaboración para mantener vivo el Imperio por parte de una población que en cambio
había quedado subyugada y relegada a satisfacer las necesidades del Reich.
Dado que, como veremos, la potencia económica de los aliados era superior a la de
las fuerzas del Eje, una pregunta que inmediatamente nos viene a la cabeza es la de
cómo pudo Hitler ocupar con éxito buena parte de Europa en tan poco tiempo. Hemos
visto en el Capítulo 8 cómo Europa salía de la Gran Depresión, y su fuerza económica y
militar había quedado seriamente diezmada. Francia había quedado abierta a la invasión
alemana en 1940, y Reino Unido y Estados Unidos no mantuvieron una acción decidida
para atacar al Reich alemán hasta 1941, suponiendo que su fuerza militar era muy su-
perior a la de los países aliados. Durante los años en la antesala de la guerra, 1934-1938,
el gasto en armamento de las potencias del Eje se había multiplicado por dos. Entre los
países aliados que en 1939 entraron en la guerra, Francia, Polonia, Reino Unido, India y
dominios beligerantes de la Cormnonwealth, el gasto militar representaba un tercio del
alemán. Tanto Polonia como Francia pronto perdieron la guerra y quedaron emplazados
en el área ocupada por Alemania. Inicialmente, la fuerza militar de los aliados era inferior
y además estos se encontraban muy dispersos geográficamente hablando. Los submari-
nos alemanes hundieron muchos de los barcos que transportaban armas y municiones
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entre los distintos países del bando aliado. Por su parte Alemania, al igual que durante la
Primera Gran Guerra, basó su triunfo en guerras relámpago, cortas, que le permitían con-
trolar los centros económicos y administrativos de sus adversarios. Este tipo de guerras
eran militarmente viables en el periodo de conquista, pero en cambio quedaron obsoletas
a partir del año 1941, cuando el esfuerzo bélico más importante no era tanto anexionar
nuevos territorios, sino mantener vivos los ya conquistados. De hecho, los aliados más
poderosos, Estados Unidos y Reino Unido, se empezaron a rearmar una vez ¡nidada la
guerra a partir de equipamientos y municiones de profundidad a largo plazo pensando
que Alemania contaba con abundancia de este armamento, razón por la que le habían
dejado las manos libres en Europa durante los dos primeros años de la guerra. Pero el
armamento alemán estaba pensado para las guerras relámpago, cortas, de conquista, y
las prioridades de gasto militar no cambiaron con el transcurso de la guerra. Por lo tanto,
la posición militar alemana se vería muy debilitada frente a una guerra larga y en la que la
mayor parte del esfuerzo militar debía estar orientado a las armas de profundidad en las
que las principales potencias aliadas se estaban equipando.
El año 1941 supuso el punto de inflexión en la correlación de fuerzas entre las po-
tencias del Eje y las aliadas. Dos hechos principales implicaron el cambio de rumbo en el
devenir de la guerra. En primer lugar, el ataque alemán a Rusia, cuando en 1939 Hitler
y Stalin habían pactado la no intervención de Alemania en la URSS. Y, en segundo
lugar, el ataque japonés a la base norteamericana de Pearl Harbour en el Pacífico, que
implicó la entrada en la guerra de Estados Unidos.
El ataque a Rusia fue un grave error, aunque inicialmente Hitler obtuvo victorias
rápidas. Durante los cinco y seis primeros meses de la guerra contra Rusia, los alemanes
ocuparon una extensión de territorio cinco veces superior al de Alemania. Pero Rusia
era un país inmenso y su ejército se fue desplazando hacia la retaguardia iniciando una
guerra en la que los alemanes estaban en inferioridad de condiciones. A partir del año
1942, la oposición rusa inició una defensa sostenida del territorio y se replegó hada la
Siberia yios Urales. Las inclemencias del tiempo y el debilitamiento económico, anímico
y annamentístico alemán, acabarían por representar una importante fuente de desgaste
que terminaría por debilitar mucho sus posibilidades de ganar en el frente del este.
Con la entrada en 1941 de Estados Unidos en la guerra, el bando aliado vio su po-
tencial económico muy reforzado. En los años inmediatamente anteriores a la guerra,
en 1936-1938, los principales países ahora aliados, Estados Unidos, Reino Unido y la
URSS, representaban el 60 % de la producción mundial de manufacturas frente a una
proporción del 17 % alcanzada por los países del Eje. La superioridad económica del
bando aliado era pues muy notable, y esto representaba un factor clave para el triunfo
en una guerra que había dejado de ser la suma de triunfos relámpago, y que pasaba a
implicar el esfuerzo militar continuado y a largo plazo por mantener bajo la ocupación
a vastas áreas de territorio. A pesar de que simultáneamente Hitler aumentó la pro-
ducción de armas a partir del trabajo y primeras materias de los territorios ocupados,
a partir de 1944 la compatibiizadón de las tareas civiles con las militares y el desgaste
originado por la guerra generaron una situación de escasez de trabajo y crecientes es-
trangulamientos en el suministro de municiones. Además, hemos dicho ya que no se
trató a la población de los territorios ocupados en un terreno de igualdad, y esto hizo
que esta estuviese poco inclinada a colaborar para ganar la guerra. Desde un buen co-
mienzo, la Europa ocupada representó la anexión de territorios para su explotación en
un terreno subordinado a servir las necesidades económicas del Reich alemán.
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Como hemos destacado ya, la Segunda Guerra Mundial fue la más costosa de la hu-
manidad tanto en términos financieros como humanos, como de costes indirectos y
en pérdidas de potencial productivo. Los costes de la guerra comparados con los de la
Primera Guerra Mundial se presentan en la Tabla 9.1.
Tabla 9.1 Análisis comparado de los costes de la Primera y fa Segunda Guerra Mundial.
J)UI1ICIOII,
Miles de aviones
Miles de tanques
-
9
r 700
300
En la Tabla 9.1 podemos observar cómo la Segunda Guerra Mundial fue mucho más
duradera y costosa que la Primera y además involucró a todos los continentes del mun-
do menos Oceanía. Mientras que en el Capítulo 7 hemos dicho que la Primera Guerra
Mundial fue una guerra intensiva en el uso del trabajo, fue una guerra de trincheras, la
Segunda Guerra Mundial sería intensiva en el uso de capital. El producto nacional neto
norteamericano aumentó en un 50 % representó el 40 % del gasto en armamento. Las
pistolas y metralletas utilizadas casi se multiplicaron por diez entre las dos guerras, se
produjeron 700.000 nuevos aviones y 300.000 tanques. De ahí que la capacidad mor-
tífera de la Segunda Guerra Mundial aumentase mucho en relación a la Primera y se
pasaría de los 20 los 55 millones de muertos, de los cuales 32 millones correspondían a
militares y 23 millones a civiles. Es decir, la capacidad destructiva de la Segunda Guerra
Mundial alcanzó un cénit en la historia de la humanidad. Al haber descubierto en ella
la capacidad aniquiladora de la energía nuclear, la bomba nuclear, otra guerra de mag-
nitudes parecidas no se podría ya volver a producir en el transcurso de la historia.
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mamentístico. Es decir, a partir de entonces el mundo quedó dividido en dos grandes
bloques económicos, políticos y militares que pasarían a rivalizar por su hegemonía en
el mundo. Aunque la existencia de armamento nuclear y el equilibrio militar entre los
dos bloques impidieron una nueva guerra mundial, la Guerra Fría actuó como acicate
de la acumulación armamentística hasta los años ochenta del siglo xx, cuando los pre-
sidentes de Estados Unidos y la URSS, Reagan y Gorvachev, quisieron poner fin a la
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Conceptos clave
J
Reich • Pacto de Varsovia
• Área ocupada • Guerra Fria
• Guerras relámpago
Preguntas de autoevaluación
1. A pesar de haber perdido Alemania la Primera Guerra Mundial, Hitler pronto
preparó al país para la segunda. ¿Cree que esto es debido a la naturaleza del Tra-
tado de Versalles para organizar la paz después de la Primera Guerra Mundial?
¿Cómo modificaba dicho tratado las motivaciones de la beligerancia alemana?
2. ¿En qué se basaba la ideología nazi para impulsar a un pueblo a entrar en gue-
rra?, ¿cuál era su percepción del pensamiento de la ilustración que tanta influen-
cia había tenido en la racionalidad de la toma de decisiones en Occidente?
3. Defina tres medidas poco ortodoxas de política económica que aislaban Ale-
mania del entorno internacional.
4. ¿Cuál era la correlación de fuerzas entre las economías del eje? ¿Ambicionaban
todas lo mismo?
5. A pesar de la rapidez de la conquista alemana de la Europa continental, ¿cuáles
habían de ser los programas económicos que administrasen el Imperio? ¿Cómo
aprovecharon los nazis los recursos económicos de la Europa ocupada?
6. ¿Cómo evolucionó la fuerza militar de los aliados y los países del eje en el
transcurso de la guerra?
7. El año 1941 supuso un punto de inflexión en la correlación de fuerzas de los
dos bandos contendientes. ¿Por qué?
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8. ¿Por qué fue un error romper el pacto de no intervención firmado entre Hitler
y Stalin en 1939 y pasar a ocupar la Unión Soviética?
9. Tal como exponemos en el texto, en 1944 un tercio de la renta mundial esta-
ba dirigido a fines de guerra. ¿Cómo puede explicar esta proporción tan ele-
vada? Relacione su respuesta con los gastos armamentísticos y también con la
población y niveles de PIB per cápita de los países en conflicto.
10. Explique por qué una de las consecuencias de la paz fue el inicio de la Guerra
Fría entre los bloques comunista y capitalista del mundo.
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