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MALVINAS Y LATINOAMERICA – LAS MUJERES INVISIBILIZADAS

En el 40 aniversario de la Guerra de Malvinas, ya no podemos discutir que se


trata de una causa latinoamericana – y así es tratada y discutida en la región
en distintos foros, cumbres y organismos mundiales.

Hago una breve introducción sobre La “Cuestión Malvinas que “es uno de los
casos más destacados donde se expresa la solidaridad latinoamericana y
caribeña, en tanto es una disputa de soberanía innegable y que nos une más
allá del color de los gobiernos que van rotando en nuestras democracias .

A pesar de que algunos gobiernos de derecha que triunfan en la región


pretenden realizar acciones de entrega de soberanía en pos de privilegiar
negocios – la mayoría del continente reconoce que es un tema de ponerle fin al
colonialismo que persiste en la región.

(acabamos de tener una caso que se hizo público que un ex vice canciller
argentino en la embajada británica en Buenos Aires pretendía firmar algunos
beneficios entre gallos y medianoches , que queda en la anécdota…… de las
desprolijidades de la gestión anterior ) Queda en un libro… por ello el
fortalecimiento de las instituciones de la democracia es el trabajo diario que
debemos dar.

La Argentina ha sostenido un reclamo histórico e ininterrumpido a lo largo de


los años para recuperar el ejercicio pleno de la soberanía de las islas, y para
esto es necesaria la integración regional, para avanzar en nuestro reclamo así
como la acción de la diplomacia parlamentaria que debe continuar trabajando
en la resolución pacífica de los conflictos para ver flamear nuestra bandera en
las Islas Malvinas.

Mis colegas docentes y especialistas en Historia Latinoamericana, ahondarán


en el abanico de antecedentes y análisis del conflicto en profundidad. Mi
intención hoy aquí es detenerme – tanto como Historiadora como histórica
militante feminista en las mujeres de la guerra de Malvinas.

A 40 años del conflicto se ha comenzado a visibilizar la presencia femenina en


las islas, se han escrito libros y recientemente – no hace mucho se ha
reconocido a las mujeres como Veteranas de Malvinas.

Las efemérides todavía aluden a los “veteranos”, cuesta incorporar a las


veteranas, muchas de las cuales, debieron iniciar acciones legales para lograr
ese reconocimiento. Aunque las efemérides alude a los “veteranos”, las
mujeres también fueron protagonistas de la guerra, como instrumentistas
quirúrgicas y enfermeras; como personal a bordo de aviones que trasladaban
heridos de las islas al continente, como oficiales o personal de buques
mercantes con tareas logísticas o como parte de operaciones de inteligencia. 
Por eso en esta charla quisiera detenerme a recordar y pensar a esas mujeres,
militares y civiles y su desbordado humanismo.

Uno de los primeros libros sobre el tema llamado - Mujeres Invisibles - de la


autora cordobesa Alicia Panero fue un faro que instó a muchas otras escritoras
e investigadoras a comenzar a investigar y poner en foco la participación
femenina en el conflicto bélico y a nombrarlas.

Muy de a poco estas mujeres comienzan a figurar en un libro de historia, aún


en la letra chica. Se las omitió y no formaron parte de los procesos de
construcción de la memoria colectiva” esto es relevante ya que de inserta
también en la deconstrucción del patriarcado que las mujeres estamos llevando
adelante.

Un grupo de mujeres argentinas, enfermeras, instrumentadoras, diplomáticas y


técnicas, tanto civiles como militares, entraron en la historia nacional por su
participación en la guerra de Malvinas, a pesar de que el machismo vigente en
las estructuras jerárquicas y en sus superiores de aquel entonces conspiró para
relegarlas al olvido.

Enfrentaron muchos prejuicios a la hora de alistarse y han padecido al igual


que los hombres la violencia, el estrés post-traumático y la vuelta a casa en un
principio cargada de olvido por parte de la sociedad y la propia institución
militar.

A 40 años del conflicto armado, quisiera recordar y poner en valor, a las


mujeres que ya hoy son consideradas veteranas de guerra, debiendo para ello
recurrir a la justicia.

Recién el 14 de marzo de 2013, fue reconocida la primera tanda de veteranas -


fueron 16- y les entregaron una medalla. Fueron las primeras mujeres en la
historia del país en recibir medallas al valor en calidad de veteranas femeninas
de guerra.

Cuando Argentina recupera el Puerto Argentino, se decide enviar a los


cirujanos del Hospital Militar Central a Malvinas. Fueron ellos quienes
reclamaron por sus instrumentadoras quirúrgicas con quienes trabajaban en el
hospital diariamente.

Sin mucho tiempo para pensar, las convocan y embarcan en el buque Irízar,
que fue uno de los barcos de la Marina Argentina que estaba adaptado como
buque hospital.
Cuenta Silvia Barrera que el 8 de junio de 1982, las mujeres debieron
presentarse a la madrugada para ser trasladadas en avión, luego en jeep y
finalmente en helicóptero hasta el buque Erizar.  Luego de más de 12 horas de
viaje, ella recuerda un recibimiento muy hostil. 

“Era la primera vez en jeep, la primera vez en helicóptero, en buque, la primera


vez en todo. El jefe de cubierta, muy machista él, nos ve bajar horrorizado, los
marinos dicen que las mujeres y los curas traen mala suerte y hacía poco
habían hundido el Belgrano... así que lo primero que nos hacen es un
simulacro de evacuación, porque ustedes traen mala suerte nos repetían y
nosotras recorriendo el buque con el mapita.
Después se aflojaron y hasta nos cedieron camarotes, porque no había; nada
estaba preparado para nuestra llegada”.

Las seis instrumentadoras trabajaron durante toda la noche de ese 8 de junio


en el armado de los quirófanos del rompehielos, tarea que no tenían asignada y
les habían pedido como favor porque el plan era que ellas desembarcasen al
día siguiente en Puerto Argentino, mientras estaban ahí el buque recibió una
inspección de Cruz Roja y Naciones Unidas que registró formalmente su
presencia allí, documento que luego les permitió certificar su condición de
veteranas.
Silvia es reconocida oficialmente como Veterana de Malvinas, es en la
actualidad la mujer más condecorada de la historia de las FF. AA

“Llegamos a hacer cirugías con una oscilación de 45 grados, atados los


profesionales y pacientes, para movernos al mismo ritmo. Según relatan otras
veteranas los soldados llegaban “cubiertos de una tierra arcillosa, que no se
quitaba fácil, había primero que limpiarlos, sacarles la suciedad que tenían para
ver dónde estaban heridos”.

Aprendieron sobre tipos de heridas que solo se ven durante las guerras, fueron
de camilleras, enfermeras, madres o hermanas, también ayudaron a sus
pacientes a escribirle cartas a sus familias y anotaban números de teléfono
para llevar alivio a alguna familia cuando pudiesen.

"Todas ocupamos un rol al que no estábamos habituadas, en la vida cotidiana


al paciente lo vemos casi siempre inconsciente, pero en el rompehielos nos
tocó escuchar sus llantos de dolor, sus quejidos, recibirlos conscientes pero
con las heridas abiertas por el movimiento de los helicópteros que los traían,
hacerles la cama y las curaciones postoperatorias”

Según la ley, se consideran veteranos aquellos que se han desempeñado


dentro del teatro de operaciones de Malvinas, por eso el reconocimiento ha
sido una lucha, una más de las que las mujeres debemos dar en todos los
ámbitos de la vida, la política y la ´participación ciudadana.
Barrera junto sus compañeras Susana Maza, María Marta Leme, Norma Etel
Navarro, María Cecilia Ricchieri y María Angélica Sendes fueron las primeras
mujeres en ser reconocidas como veteranas de Malvinas por el Estado
argentino en 1983.

En 2002 fueron las primeras en recibir el premio a las mujeres destacadas del
Ejército, distinción instituida ese año. En 2012 les dieron el reconocimiento
oficial como Veteranas de Guerra y en 2014 fueron condecoradas por el Estado
con la Medalla al Valor.

Según ellas mismas cuentan, dentro de la historia después de las mujeres que
participaron de las guerras de la Independencia, son las más reconocidas.
Pese a ello, durante décadas no nos incluyeron en los actos ni en los
homenajes.

Más tarde alcanzaron ese reconocimiento de parte del Poder Ejecutivo Mariana
Reneé West, Olga Graciela Cáceres, Marcia Noemí Marchesotti, María Liliana
Colino, Maureen Dolan, Silvia Storey y Cristina María Cormack.

En mayo de 2021 la enfermera de la Fuerza Aérea Argentina Alicia Reynoso


que había prestado servicio durante la guerra en el hospital reubicable de
Comodoro Rivadavia logró su reconocimiento como veterana por la vía judicial,
reclamo que hoy también tramitan otras de sus compañeras.

Dos meses después se conoció también la sentencia de otra de las


enfermeras, Stella Morales. Para Alicia Reynoso se trata de los dos primeros
juicios por Malvinas con perspectiva de género y es una lucha constante de las
mujeres que ha costado mucho ya que el ámbito militar es tan machista y
aceptar la presencia de la mujer costó mucho, sobre todo de la presencia
militar de la mujer, porque ellos sí aceptan la señora de...,..la mujer, la hija
de..., pero acá no había un 'de nadie'

Existe un resarcimiento económico pero aún no todas están consideradas


veteranas de guerra y así lo quieren.

Cuando se anuncia la retirada y la inminente rendición, el papel de las mujeres


cobra renovada importancia: si bien ellas fueron para curar, desde ese
momento también tendrían el rol activo de cuidar de esos soldados,
contenerlos, y escuchar sus súplicas y sus pedidos desesperados de regresar
al continente una vez finalizada la guerra.

Y enfrentar ese después que aún hoy continúa lleno de cargas

Un grupo de veteranas fue aislado por un tiempo en un hotel en Comodoro


Rivadavia para evitar que pudieran contar lo vivido a su regreso al Hospital
Militar Central.  Debieron firmar un documento en el que se comprometían a
no contar nada de lo vivido.

Hace un par de años, los estudios realizados en el Centro de Salud "Veteranos


de Malvinas" comprobaron que ninguno de ellas se acuerda de la vida
cotidiana en el buque. La rutina se les borró de la mente. “Solo recordamos el
día de la llegada y nuestra actividad profesional”

Cuentan que algunas de ellas no habían vuelto a hablar del tema, hasta ahora.
"Todas sufrieron traumas muy fuertes por estar en contacto con los heridos".

La mayoría fueron enfermeras e instrumentadoras quirúrgicas civiles.


Pero todas vivieron los horrores desde adentro: recibieron en el continente y en
los buques transformados en hospitales a los soldados heridos, amputados,
quemados y psicológicamente agobiados.

No solo asistían físicamente sino emocionalmente a los hombres del conflicto,


ese rol histórico de la mujer de contener, amparar, aun cuando ellas,
las mujeres de la guerra de Malvinas, sufrieron los mismos problemas que los
hombres, las pesadillas, el estrés post traumático sumado al ninguneo e
indiferencia. ¡Cuánto reconocimiento les debemos!

También fueron y esto hay que decirlo, sometidas a abusos, humillaciones y


violaciones por su condición de mujeres, golpizas, por parte de tenientes y
suboficiales.

"Cuando estas chicas volvieron a sus hogares, en diferentes puntos del país,
nunca más hablaron, estaban en estado de bloqueo", asegura Panero, quien
resalta que "ellas sabían que no tenían que hablar ni durante ni después de la
guerra, y ni siquiera se les permitía llorar".

El conflicto bélico representó durante mucho tiempo para estas mujeres "un
hecho vergonzante porque se las vinculaba a la dictadura”
La presencia de las mujeres en las guerras, en todas las guerras, ha sido y es
fundamental y padecen por ser mujeres tanto como las consecuencias de
cualquier otro civil o militar que participa de un conflicto.

Esta es la lucha de todas las mujeres, sean enfermeras, madres, espías o


soldados. Ellas están —y siempre han estado— presentes en los conflictos,
pero ahora exigen ser visibles y escuchadas, también durante los procesos de
paz, para que estos se hagan efectivos y sean durables

Libros como el de La guerra no tiene rostro de mujer (2015), de la premio Nobel


Svetlana Alexievich, recoge pasajes como el siguiente, que demuestran su
presencia- ignorada posteriormente- en el campo de batalla durante la
Segunda Guerra Mundial.

“Transcurrieron unos treinta años hasta que empezaron a rendirnos honores…


A invitarnos a dar ponencias… Al principio nos escondíamos, ni siquiera
enseñábamos nuestras condecoraciones. Los hombres se las ponían, las
mujeres no. Los hombres eran los vencedores, los héroes; los novios habían
hecho la guerra, pero a nosotras nos miraban con otros ojos. De un modo muy
diferente… Nos arrebataron la victoria, ¿sabes? la lucha, la presencia, la
entrega.

Bibliografía consultada:

Libro MUJERES INVISIBLES – ALICIA PANERO –

Mujeres Invisibles" Relato Testimonial El rol de la mujeres durante el conflicto entre


Argentina y Reino Unido, Atlántico Sur 1982. Argentinas, isleñas e inglesas, aportan
testimonios únicos de sus experiencias.

Entrevistas Alicia Reynoso y Silvia Barrera – Algunos textuales de Sudestada


Entrevistas 2021 – La Nación Abril 2022 – Télam 2021

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