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“La estación “

Generación 2015-2018
Una vez, no hace mucho tiempo, escuché a una chica de primer grado, decir aquella frase
que formaba parte de la reflexión que, escuchábamos todos los lunes. A pesar de que ella
tartamudeaba y se notaban aquellos nervios que su tembloroso pie reflejaba, nunca
olvidaré esas palabras, que son una gran verdad “la vida es como un tren” Varias serán
las personas que subirán y bajarán de él, te acompañaran el tiempo que sea necesario. Sin
embargo, nunca debemos olvidar que este tren hace diversas paradas en el trascurso de
este viaje. Y es así como nosotros, amigos míos, hemos permanecido durante tres años
juntos, en esta pequeña estación de nombre “Secundaria”
Creo que podría ver una y otra vez como el miedo se esparcía en sus rostros ese primer
día. Aquel momento en que dimos nuestros primeros pasos en el patio de esta escuela
envueltos en pánico y emoción, fue simplemente único y como olvidarnos de las miles de
veces en que nos perdimos entre los pasillos para llegar a tiempo a la clase próxima, o
aquella ocasión en que nos detuvimos un tiempo para comprar una que otra golosina con
nuestros amigos antes de llegar al salón de clases. Al recordar el pasado de ese primer día
varios de nosotros logramos sentir como nuestro corazón latía con tanta fuerza cada vez
que, seguramente, imaginábamos cosas que podrían pasar al adentrarnos en una nueva
aventura hacia lo desconocido.
Ahora compañeros, no importa cuántas veces hayan tropezado, pues el día de hoy han
logrado subir otro escalón más en el camino de sus vidas, vidas únicas e inigualables con
un incierto, pero brillante futuro.
Les aseguro que este día les trae mucha nostalgia, no pueden evitar mirar, quizá por
última vez, a aquellas personas que decidieron sentarse a su lado y compartir algún
asiento de este vagón junto a ustedes.

En lo personal, les agradezco a todos ustedes su presencia en mi vida. Gracias, porque me


demostraron de que estaba hecha y todo lo que con dos manos y un sueño puedo llegar a
lograr. Algunos intentaron destruirme, sin embargo lo agradezco porque lograron que
descubriera esa gran fortaleza que estuvo escondida por un largo tiempo dentro de mí. En
cambio, otras personas decidieron abrir mis ojos para contemplar el mundo tal y como es,
que con sus sabias palabras lograron traer mi paz y mi buen juicio más de una vez. Estas
personas me otorgaron una enorme paleta de colores, los más bellos para pintar el paisaje
bajo mi propio criterio e imaginación. Gracias a todos los que tomaron la decisión de
acompañarme hasta el día de hoy. Nuca olvidare todo lo bueno que aportaron en mí vida.
Ahora puedo asegurarles sin temor, que seguiré en mi carrera con la firme determinación
de no rendirme hasta llegar a la meta, y espero que todos ustedes también logren hacer de
sus sueños y metas algo completamente real.
Quizá sea la última vez que hable con ustedes y me gustaría recordarles cuan preciosa es
la vida. Nunca dejen de reír hasta que su pecho les duela. Ese es el mejor de los dolores
que pueden sentir. Pero también no deben olvidarse de llorar cada vez que sea necesario.
Lloren cuando sientan el peso del mundo sobre sus hombros, griten si así lo requieren y,
cuando sequen sus lágrimas, estén seguros de que notaran que sus problemas no son tan
grandes a comparación de la enorme fortaleza que habita dentro de cada uno de ustedes.
Solo es cuestión de explorar en lo más profundo de ustedes y liberarse de todas las cadenas
que los atormentan.
Siempre piensen en grande, pero no permitan transformarse en unos soñadores. ¿Desean
alcanzar sus metas? Luchen duro, pues el camino no es fácil, algún día el esfuerzo valdrá
la pena, y con gran orgullo y entusiasmo, finalmente diremos “lo logre”. Entre voces y
críticas, la persona que coloco su fe en su propia persona, hoy está en lo más alto, o quizá
no, pero al menos es feliz; pues está consciente de que dió lo mejor de sí mismo y disfruta
sin límites de su propio destino.
Disfruten de su vida al máximo, es bueno detenerse por un momento de esta rutina tan
apresurada para poder disfrutar la belleza que la vida nos ofrece. Ama a tu familia,
amigos y compañeros de vida, pues de no ser por ellos, quizá hoy no estarías aquí. Ama
cada parte de ti, eres valioso, empieza a creerlo.
Agradece a todas aquellas personas que te han acompañado hasta este día. Quizá no
estuvieron contigo desde el principio de tu existencia, pero aun así han decidido quedarse
a tu lado y amarte tal y como eres; estas personas saben de todo lo que eres capaz, y no
dudan de que puedas sobrepasar esos límites.
Quizá sean tus padres, quienes no son perfectos, pero nunca han dejado de dar lo mejor
de ellos para que seas feliz y logres ser un triunfador, a ellos nuca les importo quitarse el
pan de la boca si era para ti. Y lo mejor de todo, es que por más mínimo que fuese, te lo
daban con todo el amor del mundo. Posiblemente, varios de ustedes no piensen de la
misma forma que yo, pero gracias a estas maravillosas personas es por quienes hoy
estamos vivos. Ahora depende de nosotros disfrutar de este hermoso regalo y aprovechar
cada segundo de nuestra existencia.
De igual forma, a los profesores que están o no aquí presentes, creyeron en nosotros. Ellos
siempre se preocuparon por que aprendiéramos algo valioso cada día, que quizá no
valoremos hoy, pero posiblemente, el día de mañana sí. Compartimos tantos momentos de
alegría, solidaridad e incluso ira en la misma aula; mismos que quedaran grabados por
mucho tiempo en nuestra memoria. Nunca faltaron las diversas ocasiones en que nos
llevamos algún regaño o algún castigo, pero si lo miramos desde otro ángulo, es probable
que tantos consejos sean uno de los tesoros más valiosos que tenemos. Gracias a todos
ustedes maestros, por enseñarnos a ser mejores todos los días, y a vivir con júbilo el
presente para ser grandes el día de mañana.
Así es como finalmente concluyo estas palabras, y cierro este capítulo de mi vida.
Momentos indescriptibles e inolvidables se quedan grabados entre las hojas que
conforman la historia de esta entrañable escuela. Una historia que muchos de nosotros
leeremos una y otra vez en nuestros corazones, pues será la voz del pasado la que nos
narre cada momento que vivimos en esta etapa que con gran nostalgia acabamos de
concluir.
Infinitas gracias a todos ustedes por estar a mi lado durante estos tres años de trayecto.
Quizá este sea el momento indicado para tomar caminos separados, más no pierdo la
esperanza de que algún día los veré de nuevo y quizá nos toque volver a subir en este
mismo vagón y recorrer por un tiempo la misma travesía.
Con cariño para todos ustedes: una persona que con gran cariño y
orgullo los ha acompañado en esta estación.

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