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4 Las Fuerzas de seguridad del Estado

Los gobiernos de la década de 1980 fracasaron al organizar una estrategia contrasubversiva eficaz,

que pudiera derrotar a las organizaciones terroristas y que respetara los derechos humanos. Se

cometieron errores de diagnóstico y de estrategia. Recién a comienzos de la década de 1990 se

logró establecer una estrategia que privilegiara la colaboración con la población civil y el uso de la

inteligencia, lo que llevó a la derrota de las organizaciones subversivas. Se estima que los agentes

del estado fueron los causantes de la muerte de más de 20 mil víctimas; no obstante, el número

total de entre militantes de Sendero y MRTA era aproximadamente de 700 personas.

2.4.1 Los cuerpos policiales

Las fuerzas policiales fueron las primeras organizaciones del Estado en ser atacadas

sistemáticamente por el terrorismo del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL).

Para apropiarse de la autoridad local, la estrategia subversiva empezó por destruir la escasa

presencia del Estado en los pueblos andinos y la débil conexión de los servicios estatales, en

especial de la policía, con esa sociedad. Los campesinos de la sierra central no estaban

acostumbrados a hacer valer sus derechos individuales mediante el sistema legal, ni mucho

menos mediante el recurso a la policía. Los ataques del PCP-SL a la policía no provocaron, pues,

rechazo masivo por parte de los pobladores de las zonas de emergencia. El Estado respondió

cambiando a los policías preventivos y de vigilancia por patrullas policiales contrasubversivas,

entrenadas para destruir a un enemigo y amedrentar a sus colaboradores y no para proteger a

la población y sus derechos. A poco de iniciada la ofensiva del PCP-SL, el rostro de la policía

cambió rápidamente en la zona de emergencia y se limitó a la represión, la persecución, la

captura y el interrogatorio. Asimismo, a lo largo de veinte años y conforme se expandían los

Comandos Político-Militares, la policía fue sometida por el Estado a la autoridad de las Fuerzas

Armadas (FFAA) y reducida a la función de fuerza auxiliar. Los investigadores policiales tuvieron

que ingeniarse nuevos métodos para seguir practicando su oficio con muy pocos recursos,

mientras las FFAA y sus servicios de inteligencia recibían el reconocimiento. Pese a todo, el

trabajo de los investigadores produjo avances centrales en la lucha contrasubversiva, los cuales
no se derivaron de la estrategia elaborada por las Fuerzas Armadas, ni mucho menos del

Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).

2.4.2 Las Fuerzas Armadas

Comisión de la Verdad y la Reconciliación del Perú durante la guerra contrasubversiva en el

período 1980 a 2000 tomó decisiones políticas, estratégicas y operacionales relativas a la

participación de las Fuerzas Armadas contra el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y

el MRTA.

El Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso inició la ejecución de su plan llamado «Inicio

de la Lucha Armada» (ILA) contra el Estado peruano el 17-05-1980, día de elecciones generales,

las primeras después de 14 años. Con ello expresó su rechazo al sistema político democrático

que estaba por reinstaurarse en el Perú. Durante los últimos años del gobierno militar

prepararon cuidadosamente esta guerra como un plan político y militar de largo plazo, cuya

aplicación comenzaría el día que el país regresara a la democracia. No se proponían, pues,

corregir algunas prácticas, leyes o instituciones, sino abolir por la fuerza todo el horizonte

político dentro del cual los peruanos buscaban nuevas perspectivas.

La forma de combatir, el PCP-SL se mostró decidido a violar todas las leyes de la guerra desde el

inicio de sus acciones, realizó sistemáticamente actos infames como asesinatos, masacres y

atentados terroristas. Por estas razones, no es posible reconocer al PCP-SL como «guerrilla» en

el sentido de fuerza beligerante que dan a esta palabra las instituciones internacionales.

Otro grupo subversivo fue el MRTA, que emprendió la lucha armada contra el Estado peruano

al ver que el PCP-SL había conseguido desencadenar una guerra interna, con lo cual ellos

creyeron llegado el momento para emprender su propio proyecto violento. Sus fines políticos

fueron algo más abiertos que los del PCP-SL e intentaron demostrarlo respetando inicialmente

las leyes de la guerra, vistiendo uniforme y dando repetidas señales de estar dispuestos a

negociaciones de paz, pero cayeron pronto en graves contradicciones, pues trataron como

enemigos a gobiernos que hacían respetar los derechos básicos y terminaron uniendo fuerzas a

las de los criminales. El MRTA se ofreció como el brazo armado de la izquierda legal, pero tal
pretensión fue rechazada por la izquierda legal misma, ya que el sistema democrático ofrecía

las condiciones básicas para impulsar planes políticos dentro de la legalidad. En cuanto al modo

de combatir, el MRTA, a diferencia del PCP-SL, intentó ceñirse inicialmente a los requerimientos

de las leyes de la guerra, se abstuvo de atacar a la población inerme y concentró sus ataques en

las fuerzas del orden. Sin embargo, en los últimos años del conflicto incurrió también en

acciones criminales.

CONCLUSIÓN

En conclusión, la guerra popular declarada por el PCP-SL, así como la que emprendió poco

después el MRTA, fueron ataques contra la paz, la autodeterminación democrática y los

derechos fundamentales de los peruanos. Por ello, el Estado democrático, aunque quedó

enfrentado a un enemigo interno, tuvo en todo momento derecho a defenderse con las fuerzas

policiales y la fuerza de las armas, porque es justo que un Gobierno legítimo se defienda de

insurrecciones injustas.

REFERENCIAS

Verdad y Reconciliación. CVerdad. https://www.cverdad.org.pe/ifinal/

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