Introducción a Thomas Kuhn: Kuhn desafía las concepciones hinduistas y
falsacionismo de la ciencia. Se dio cuenta de que las concepciones tradicionales de la ciencia no resistían una comparación con las pruebas históricas. El orden del progreso de la ciencia según es: preciencia, ciencia normal, crisis, revolución, nueva ciencia normal, nueva crisis. La desorganizada y diversa actividad que precede a la formación de una ciencia se estructura y dirige finalmente cuando una comunidad científica se adhiere a un solo paradigma. Un paradigma está constituido por los supuestos teóricos generales, las leyes y las técnicas. La ciencia normal articulará y desarrollará el paradigma en su intento por explicar y acomodar el comportamiento de algunos aspectos importantes del mundo real. En su camino se va a tropezar con dificultades, que si se les escapan de las manos se denominará en crisis. La crisis se resuelve cuando surge un paradigma completamente nuevo que se gana la adhesión de un número de científicos cada vez mayor. El cambio discontinuo constituye una revolución científica. Los paradigmas y la ciencia normal: una ciencia madura está regida por un solo paradigma. El paradigma establece las normas necesarias para legitimar el trabajo dentro de la ciencia que rige. La característica que distingue la ciencia de la no ciencia es la existencia de un paradigma capaz de apoyar una tradición de ciencia normal. Uno de los componentes de los paradigmas son las leyes explícitamente establecidas y los supuestos teóricos. También incluyen las maneras normales de explicar las leyes fundamentales a los diversos tipos de situaciones. Se incluye en el paradigma el instrumental y las técnicas instrumentales necesarias para hacer que las leyes del paradigma se refieran al mundo real. Todos los paradigmas contendrán algunas prescripciones metodológicas muy generales. La ciencia normal conlleva intentos detallados de articular un paradigma con el propósito de compaginar lo mejor con la naturaleza. Un paradigma siempre será lo suficientemente impreciso y abierto. La ciencia normal es la actividad de resolver problemas gobernados por las reglas de un paradigma, esta debe suponer que un paradigma proporciona los medios adecuados para resolver los problemas que en él se plantean. Los problemas que se resisten a ser solucionados son considerados como anomalías, más que falsaciones de un paradigma. La preciencia se caracteriza por el total desacuerdo y el constante debate de lo fundamental, de manera que es imposible abordar el trabajo detallado o profundo. Crisis y revolución: los científicos normales trabajan confiadamente dentro de un área bien definida regida por un paradigma. El paradigma es el que los provee instrumentos por lo que no pueden culpar al paradigma de no haber resuelto algún problema. Pero habrá fallos que conllevarán a una crisis del paradigma. Sin embargo, la mera existencia dentro de un paradigma de problemas sin resolver no constituye una crisis. Una anomalía es particularmente grave si se juzga que afecta a los propios fundamentos de un paradigma. Se considera que las anomalías son serias y son importantes con relación a alguna necesidad social apremiante. El número de anomalías serias es otro factor que influye en el comienzo de una crisis. Una vez que un paradigma ha sido debilitado y socavado hasta el punto de que sus defensores pierden su confianza en él, ha llegado el momento de una revolución. La gravedad de una crisis aumenta cuando hace su aparición un paradigma rival. Los paradigmas rivales considerarán que son lícitos o significativos tipos diversos de cuestiones. Los paradigmas conllevan normas diferentes e incompatibles. El paradigma en el que esté trabajando un científico guiar al modo en el que vea un determinado aspecto del mundo. No existe ningún argumento puramente lógico que demuestre la superioridad de un paradigma sobre otro y que impulse a cambiar de paradigma a un científico racional. Esto también lo puedo mover en que los científicos están influenciados, no son imparciales, por lo que no pueden calificar que un paradigma sea mejor que otro. Aparte, depende desde el paradigma que se juzgue al otro uno puede ser mejor o peor. Una revolución científica corresponde al abandono de un paradigma y a la adopción de otro nuevo, no por parte de un científico aislado sino por parte de la comunidad. La función de la ciencia normal y las revoluciones: Algunos aspectos de los escritos de Kuhn podrían dar la impresión de que su concepción de la naturaleza de la ciencia es puramente descriptiva, por lo que tendría poco valor como teoría de la ciencia. Kuhn insiste en que su concepción constituye una teoría de la ciencia porque incluye una explicación de las funciones de sus diversos componentes. La ciencia normal y las revoluciones desempeñan funciones necesarias, de modo que la ciencia debe conllevar estas características o algunas otras que sirvan para efectuar las mismas funciones. Los períodos de ciencia normal proporcionan la oportunidad de que los científicos desarrollen los detalles esotéricos de una teoría. Es necesario que la ciencia normal sea en gran medida acrítica, ya que si los científicos cuestionan el paradigma no se llegaría a ningún trabajo científico. Además, si todos los científicos estuvieran atrapados en un solo paradigma no habría nunca progreso. No hay procedimientos inductivos que permitan llegar a paradigmas perfectamente adecuados. Cuando la falta de compaginación es seria, se desarrolla una crisis, y el paso revolucionario de reemplazar todo el paradigma por otro resulta esencial para el progreso efectivo de la ciencia. Los paradigmas tienen una influencia omnipresente sobre la ciencia que en ellos se practica por lo que su reemplazo por otro debe ser revolucionario. Los paradigmas no son tan precisos como para poder ser reemplazados por un conjunto explícito de reglas, ya que frente a un problema los científicos pueden reaccionar de diferente manera. Méritos de la concepción de Kuhn de la ciencia: Kuhn señala que los científicos son aquellos que están dispuestos a aprender de sus errores, por eso llama científicos a los astrónomos que aprenden de los fallos de sus predicciones, y no considera científicos a los astrólogos. Los astrónomos pueden refinar sus instrumentos, probar en busca de perturbaciones posibles y hacer diferentes postulados que llevan al trabajo detallado para ver si tales cambios se eliminan el problema debido a una predicción no cumplida. Pero estos recursos no pueden ser interpretados como el paradigma compartido que mantiene la tradición de una ciencia normal. La ciencia normal sirve para identificar un elemento crucial de la ciencia.