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El óleo

Utiliza como aglutinante un aceite secante, no cualquier aceite. Tiene que ser aceite secante o
graso, que procede de vegetales y es rico en ácidos grasos insaturados, porque estos ácidos al
estar al aire tienen la característica de absorber el O2 del aire, y desencadenan una reacción
química de oxidación y polimerización. El resultado es que el aceite, una vez ocurrido este
proceso, se vuelve sólido, para formar una capa pictórica sólida y flexible.

Usualmente cuando el óleo se solidifica en la pintura decimos que se ha secado, pero no está
bien dicho, ya que el aceite no se seca, sólo se solidifica por la reacción química. Una vez que la
reacción se pone en marcha es irreversible y continua. El óleo sólido no puede volver a ser
líquido, y siempre está absorbiendo oxígeno y produciendo la reacción. Esto es lo que hace que
los cuadros al óleo varíen (el color, la capa pictórica, etc…). La pintura al óleo cuanto más tiempo
pasa se vuelve menos flexible.

En el óleo se puede usar cualquier tipo de pigmento, por lo que hay que tener cuidado al mezclar
los disolventes, que pueden reaccionar.

Al óleo se puede pintar sobre muro, sobre tabla o, como es más usual, sobre lienzo. El óleo
flamenco siempre es sobre tabla, ejemplo durante toda la Edad Media.

En la Edad Media se da una preparación de yeso y cola. Sobre la preparación se da una capa de
cola o de aceite de linaza para impermeabilizar, ya que, si la preparación empieza a chupar
aceite, amarillea y puede cambiar el color de todo el cuadro. Lo usual es que se dé cola. Después
se empieza a pintar. En esta época pintan capa sobre capa, igual que al temple, pero después se
descubre que no es necesario, ya que en el óleo se pueden mezclar los colores. Un problema del
óleo es que con el tiempo se va transparentando, y se ven en muchas ocasiones los
arrepentimientos del autor, es decir, algunas correcciones.

En el óleo no hay problemas para hacer veladuras, y comienzan a abusar de ellas. Gracias a la
fluidez del óleo se pueden hacer muchos detalles. Con la técnica del restregado se hacen efectos
como, por ejemplo, una barba de tres días. El restregado consiste en dar una capa de pintura, y
sobre ésta se da otra y se restriega, de modo que se va viendo la capa de debajo.

Historia de la pintura sobre lienzo


Tiene su máximo desarrollo a partir de la Edad Media. Utiliza como soporte un tejido. Sirve
cualquier tipo de tejido, pero se suelen usar los que tienen una trama prieta y un cierto grosor.
Los dos tejidos más usados son el lino y el algodón. De los dos, el mejor es el lino. En la
antigüedad se usaba el lino egipcio, pero después ya se cultiva sin problema. El algodón en la
antigüedad no se usaba mucho, pero en la actualidad se usa bastante, desde después de la
conquista de América.
La particularidad del lienzo es que no tiene rigidez, y para pintar hay que tensarlo. Lo primero
que hay que hacer es tensarlo en un bastidor, una estructura de madera. Después se le suele
dar una capa de cola para darle más cuerpo, y para impermeabilizarlo y que la tela no chupe el
líquido que se le ponga encima. Sobre esto va la preparación. En un primer momento se usa la
preparación de “Gesso”, de yeso y cola, como en las tablas. Luego se dan cuenta que es una
tontería porque no se puede doblar. Después se hace una preparación de blanco de
plomo(posteriormente de blanco de cinc) y aceite de linaza. Esta base no se emplea hasta
mediados del siglo XVI, con el auge de la pintura al óleo. Sobre esta preparación se pinta con
cualquier técnica.

Los primeros en usar el lienzo son los egipcios, que emplean el lino como soporte para pintura
y para escritura (pero mucho menos que el papiro). Lo que nos quedan son sudarios (la tela con
la que se envuelve a la momia), que estaban decorados. Esta costumbre llega hasta la época
romana, y encontramos algunos en El Fayum. Suelen estar pintados al temple o a la encaústica.
Aparece el difunto junto a su momia y al otro lado Anubis. No nos han llegado muchos
ejemplares, pero tenemos escritos. Para grandes escritos a veces se usaba el lienzo en vez de
pintar sobre la tabla.

En la Edad Media no tenemos referencias de pintura sobre lienzo hasta mediados del siglo XIV,
cuando tenemos los primeros escritos sobre la técnica del lienzo (por ejemplo con Cennini), pero
no se refieren a pintar cuadros, sino estandartes, banderas, telas para los caballos en las lides,
palios, etc.

Este tipo de obras se realizaban con poca o ninguna preparación, y al temple. En el norte de
Europa se hacen los “Tüchlein”, pinturas al temple de cola sobre lienzo casi sin preparación, y
son como estandartes que se usan como imitación de tapices o telas bordadas. Se emplean
como cortinas. A veces van montadas en un bastidor y se usan para tapar los órganos de iglesias.
Son una imitación barata del tapiz. En España su equivalente se llama “sarga”.

El aspecto de los Tüchlein o sargas es mate y se ve bastante la trama por la poca preparación.
Pueden ir policromadas o en grisalla, monócomas en gris. Es como el blanco y negro (grisalla) y
el color (polícromas).

Lo que conocemos como pintura sobre lienzo propiamente surge a mediados del siglo XV. El
primer sitio donde la encontramos es en Flandes. En Italia a mediados del siglo XV se expande
por Venecia y luego en Florencia. Tanto en Flandes como en Italia su uso no es mayoritario. En
Italia se sigue pintando al temple aunque sea sobre lienzo (por ejemplo: “El Nacimiento de
Venus” de Botticelli es un lienzo. En Venecia lo que se solía hacer era pintar el lienzo en el taller
y luego colocarlo en la pared a modo de tapiz.
En el siglo XVI ya se hace el óleo sobre lienzo, pero los cuadros verdaderamente importantes se
seguían haciendo sobre tabla. El primer gran cuadro sobre lienzo en Italia es “La Asunta“de
Tiziano, en 1518.

Pintura al temple
Historia
La técnica de pintura al temple es una de las técnicas formales de pintura más antiguas que se
conocen. Una modalidad de la misma fundida con técnica de encausto fue empleada para la
decoración de los sarcófagos del antiguo Egipto. En particular, los retratos de momias Fayum
(50 a.c. – 250 d.c.).

La técnica ya era conocida en el mundo clásico; fue el principal medio usado en pintura sobre
madera e iluminación de manuscritos en el mundo Bizantino, en el Medioevo y Renacimiento
europeo.

Tras la caída de Roma en Occidente y el inicio de la Edad Media (c.400-800), el foco se centró en
Constantinopla, el centro del Imperio Romano del Este. Allí la técnica de pintura al temple poco
a poco reemplazó a la encáustica, para convertirse en el medio principal para la pintura de
iconos, así como los libros religiosos pintados, conocidos como manuscritos iluminados.

Sin embargo, a pesar de sus orígenes antiguos, el método del temple quizás está más asociado
con la pintura medieval en Europa entre 1200 y 1500. El uso del temple disminuyó a principios
del siglo XV, mientras que los artistas italianos continuaron usándolo ávidamente hasta el
comienzo del Alto Renacimiento, a principios del siglo XVI. Posteriormente la técnica de pintura
al temple se fundiría con distintos aceites y resinas para dar vida a lo que hoy conocemos cómo
pintura al óleo.

La técnica de pintura al temple, ¿en qué consiste?


Temple es una palabra de origen italiano. Viene de la frase "pingere a tempera", que significa
"pintar al temple". Generalmente se hace con yemas de huevo combinadas con pigmento para
formar una emulsión que podría diluirse con agua y aplicarse con un pincel.

Sin embargo, existen muchas variables de temples; temple de agua, temple de barniceta, temple
de caseina, temple de jabón de cera, temple de aceite, etc. Distintos temples tienen distintas
características visuales y plásticas. Ello hace del temple hasta la fecha la técnica más basta y
completa que existe.

Cómo trabajar la pintura al temple


El pigmento utilizado en la técnica de pintura al temple puede provenir de muchas fuentes. Para
realizar pintura al temple de agua, que es el más simple de todos y la base de todos los demás
temples, se suele descartar la clara y la membrana de la yema.

La cantidad de agua que tenga el temple de agua determinará cómo funciona el mismo, si como
acuarela (con mucha agua) como gouache (más espeso) o como un óleo delgado (con muy poca
agua). Distintas densidades de temple pueden emplearse en momentos distintos de una obra,
según lo que se quiera lograr con él.

La pintura al temple suele trabajarse en barias capas sucesivas que se van acumulando para
representar una imagen. Tiene un veloz tiempo de secado, lo cual fue visto por algunos como
una desventaja a lado de la pintura al óleo, puesto que dificulta la mezcla suave de los tonos. Sin
embargo, su veloz tiempo de secado es también visto por otros como una enorme ventaja. Todo
depende de nuestra forma de trabajar.

La pintura al temple fue el medio de pintura principal utilizado durante el Renacimiento


temprano; este método era utilizado para pinturas de menor escala, en paneles de madera. Con
esta técnica se hicieron retablos en pequeño formato con los que se crearon versiones
transportables de los frescos en las iglesias.

El temple (también llamado tempera de huevo) fue el método de pintura que reemplazó la
pintura de encáustica (pigmento suspendido en cera), ampliamente utilizada en el periodo
previo al imperio Bizantino. Posteriormente la pintura al temple sería poco a poco reemplazada
por la pintura al óleo.

El temple es una técnica adecuada para el uso de líneas elegantes, aguadas, impastos ligeros y
colores brillantes. La pintura al temple tenía una mayor luminosidad y profundidad de tono que
el fresco al que remplazó, pero menor intensidad que la pintura al óleo, particularmente en los
tonos obscuros.

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