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Conversaciones

con Bhagavan Sri Sathya Sai Baba


Conversaciones con Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
© Devas, 2003

TRADUCCIÓN: Herta Pfeifer


CORRECCIÓN: Laura G. Villaveirán

DIVISIÓN ARTE LONGSELLER


DIRECCIÓN DE ARTE: Adriana Llano
COORDINACIÓN GENERAL: Marcela Rossi
DISEÑO: Javier Saboredo / Diego Schtutman
DIAGRAMACIÓN: Santiago Causa / Mariela Camodeca
CORRECCIÓN: Cristina Cambareri

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Casa matriz: Avda. San Juan 777
(C1147AAF) Buenos Aires
República Argentina
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291.4 Hislop, John S.


HIS Conversaciones con Bhagavan Sri Sathya Sai Baba.-
1a ed. – Buenos Aires: Sai Ram, 2003
256 p.; 20x14 cm. (Experiencias con Sai Baba)
Traducción de: Herta Pfeifer.
ISBN 987-1103-09-3
I. Título – 1. Espiritualidad

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

Impreso y hecho en la Argentina.


Printed in Argentina.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la tapa,


puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna
ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico,
óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

Esta edición de 1500 ejemplares se terminó de imprimir en los talleres de


Longseller, en Buenos Aires, República Argentina, en septiembre de 2003.
PRÓLOGO

L as preguntas y respuestas que incluye este volumen


fueron recopiladas entre enero de 1968 y febrero de
1978. Las dos primeras entrevistas fueron grabadas y se re-
producen en su totalidad. De ahí en adelante se entregan
las anotaciones memorizadas inmediatamente después de
cada conversación.
Las preguntas planteadas no tienen ninguna pretensión
de ser profundas. Sin embargo, las respuestas provienen
directamente de la Verdad y pueden iluminar el entendi-
miento del más grande de los eruditos o del yogui más ex-
perimentado.
Los devotos saben cuán difícil y poco frecuente es la
oportunidad de poder conversar con Bhagavan, y fue por
ello que se tomó la decisión de publicar este libro de notas.
Con excepción de las dos entrevistas grabadas, las pre-
guntas y respuestas no mantienen una cronología exacta en
su secuencia. Cuando se tomaron las notas, no existía la in-
tención de publicarlas con posterioridad, y por ello se fe-
charon en algunas oportunidades y en otras, no.
–J. S. Hislop
1978
INTRODUCCIÓN

P resento este libro a los Pies de Loto de Sri Sathya Sai,


quien es como un faro para mí, que me veo azotado
por las ráfagas de la ignorancia y empujado de aquí para
allá en los momentos tormentosos de mi vida. La señal de
la Luz es: abandonen las aguas poco profundas y turbulen-
tas y prefieran la Profundidad, porque allí se encuentran la
calma y la dicha duraderas y la liberación de la cadena de
nacimientos y muertes. Eso es lo que declara Sri Sathya Sai:
el Amor es la Profundidad, y el Amor mismo es Dios.
Vuestra Realidad es el Alma (Dios visto como lo indivi-
dual), una ola del Paramatma (Dios visto como lo univer-
sal). El único objetivo de la existencia humana es el darse
cuenta de esa Realidad, esa Alma, esa relación entre la ola
y el mar. Todas las demás actividades son triviales, y las
comparten con las bestias y las aves; sin embargo, este pri-
vilegio es privativo del ser humano. Éste ha ascendido a
través de todos los niveles de la animalidad, ha subido to-
dos los peldaños de la escala de la evolución para heredar
este destino sublime. Si despilfarra los años con que cuenta
entre su nacimiento y su muerte en la búsqueda de ali-
mento, morada, bienestar y placer, como lo hacen los ani-
males, el ser humano se condena a otra sentencia de vida.
El individuo y el Universo son uno solo; la ola es el
mar. El unirse significa realizarse. Cuando se produce la fu-
sión, el ego se disuelve; todos los símbolos y signos de lo
individual, como el nombre, la forma, la casta, el color, el
credo, la nacionalidad, iglesia, secta y los deberes y dere-
chos que de ellos nacen, se desvanecen. Aquellos indivi-
6 John S. Hislop

duos que se han liberado de la estrechez de la individua-


lidad ven como su única tarea la elevación de la Humani-
dad, el bienestar del mundo y el brindar Amor. Aunque no
actúen públicamente, el estado de bienaventuranza en que
se encuentran derramará Bienaventuranza sobre el mundo.
El Amor está en todo, el Amor es de todos y el Amor lo es
todo.
Cuando la gente se olvida del Uno y corre tras lo mucho,
declina el Dharma (la acción correcta basada en el amor por
el Señor); porque así no puede haber amor, ni sacrificio, ni
desapego en los asuntos humanos. Y es entonces cuando el
Señor toma forma humana y viene para restaurar el sentido
de los valores en el hombre. Se preguntarán: ¿Por qué tiene
que encarnar el Señor Mismo? ¿Por qué no realiza la tarea de
restaurar el Dharma (un modo de vida recta, pura y armóni-
ca) a través de los seres divinos de que dispone? Esta misma
pregunta la planteó Akbar ante los cortesanos, porque lo
movía a risa la idea de los hindúes de que El Sin Forma
adoptara una Forma y descendiera al mundo como Avatar pa-
ra salvar el Dharma. Tansen pidió una semana de plazo para
dar respuesta a la pregunta, y Su Majestad Imperial se la con-
cedió. Unos pocos días después, cuando estaba en el barco
de placer del Emperador, acompañando a la familia imperial
en un crucero por el lago, Tansen astutamente lanzó un mu-
ñeco por la borda, al que había vestido como el pequeño hi-
jo del Emperador. Al mismo tiempo gritó: «¡Oh, el príncipe
ha caído al agua!» Al escucharlo, el Emperador saltó al lago
para rescatar a su hijo.
Entonces Tansen le explicó que se trataba sólo de un mu-
ñeco y que su hijo estaba a salvo. Aplacó la ira de Akbar se-
ñalando que se había visto obligado a montar ese drama
para poder demostrar la verdad sobre la creencia hindú res-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 7

pecto de que Dios mismo adopta la forma humana para sal-


var el Dharma, la virtud, sin comisionar a ninguna otra en-
tidad para llevar a cabo la tarea. El Dharma es como un hi-
jo a quien Dios ama en plenitud. Akbar habría podido
ordenarle a cualquiera de los muchos servidores que tenía
a bordo que saltara al agua para salvar a su hijo; pero su
amor era tan grande y tal la urgencia, que el Emperador
mismo saltó al agua para rescatar al supuesto niño. La de-
clinación del Dharma es una tragedia tan grande y la in-
tensidad del afecto de Dios por los hombres buenos tan
profunda, que viene Él mismo. El Señor es el Amor mismo.
Viene en forma humana para que ustedes puedan hablarle,
puedan caminar con Él, para que puedan servirle, adorarle y
alcanzarle, de modo que puedan reconocer su vínculo con
Él.
«Yo declaro que estoy en cada uno de ustedes, en cada
ser. Por lo tanto no odien a nadie y no juzguen a nadie.
Siempre y en todas partes entreguen Amor. Ese es el modo
de reverenciarme. No traten de medirme o de evaluarme.
Estoy fuera de la comprensión de ustedes. Oren y adoren
para vuestra propia satisfacción y contento. Porque, si dicen
que Yo responderé sólo si se me llama o que salvaré sólo
si se piensa en Mí, es una equivocación. ¿No han escucha-
do la expresión “Las manos y los pies de Dios están en to-
das partes”? Pueden oír mis pasos porque camino con uste-
des, detrás, a vuestro lado. Cuando gritan en agonía, ¿no
escuchan el quejido de mi corazón? ¿Tan pétreos se han
vuelto vuestros corazones? Mi oído estará allí para escu-
charles. Pídanme que les proteja como a la niña del ojo, y
mi ojo estará allí para cuidarlos y protegerlos. Yo respondo
cualquiera sea el Nombre que usen; Yo respondo a cual-
quier pedido que hagan con un corazón y un motivo puros.
8 John S. Hislop

Deben haber oído hablar de las personas que procuran


la liberación y la obtienen, y muchos pueden tener la im-
presión de que es algún raro honor que sólo pocos obtie-
nen o que es una región como un paraíso, o una colonia
de elegidos, o una cumbre que sólo algunas almas heroi-
cas pueden trepar y alcanzar. No; la liberación es algo que
todos deben lograr, así sean héroes o no; aun los que la
niegan tienen que terminar realizándola, pues la está pro-
curando ahora mismo todo aquel que quiere alegría y paz;
¿y quién no quiere alegría y paz? La liberación la tendrán
cuando tengan alegría y paz permanentes. Cansado de las
alegrías temporales y la paz transitoria, el hombre final-
mente se esforzará por conocer el secreto de la felicidad y
la paz permanentes... o sea, la liberación.
Si sólo supieran cuál es la senda hacia esta paz y alegría
permanentes, no errarían distraídos por los desvíos del pla-
cer sensual. Esta enseñanza esencial está ausente de la cu-
rrícula moderna; hombres y mujeres viven muchos años sin
conocer el secreto de vivir en la alegría y en la paz. Ac-
tualmente, los educados están más descontentos que los
que no tienen educación, circunstancia en la cual deberían
ser justamente aquéllos los más calmos y menos sujetos a
las agitaciones de la mente.
Deben atacar el problema justo donde comienza. La igno-
rancia sólo puede ser curada por el conocimiento; la oscu-
ridad puede ser destruida sólo por la luz... no hay argu-
mentos, ni amenazas, ni persuasión que puedan hacer
que la oscuridad se retire. Bastará un destello de luz y la
oscuridad se habrá ido. Prepárense para el momento de
la iluminación: la luz ya está allí, dentro de ustedes. Pero
como está densamente cubierta por factores represivos, no
puede manifestarse. “La liberación de la noche” que se pro-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 9

duce cuando se revela la luz, se llama moksha. Todos tie-


nen que lograrla; ya sea que estén luchando por ella o no;
es el final inevitable de la lucha, la meta hacia la que todos
se dirigen.
Y bien, ¿cómo se preparan para ese nivel? Debo decir-
les que la respuesta se encuentra en la palabra misma: la
liberación o moksha. Se explica por sí sola: “Mo” indica
“moha”: engaño, el ser engañado por lo centelleante, lo
llamativo, lo transitorio, lo temporal y “ksha” significa
“kshaya”: declinación, desaparición, destrucción. Es preci-
so que mantengan la mente alejada de esas engañosas
atracciones y la orienten con firmeza sobre el camino rec-
to hacia la liberación.»

–Sathya Sai Baba


I

ENTREVISTA GRABADA
ENERO DE 1968
Hislop: No percibimos la vida con absoluta claridad; sin
embargo, estamos todo el tiempo actuando, y las ac-
ciones poco claras hacen confusa la vida. La confusión
nos hace desgraciados y, en un esfuerzo por cambiar
las cosas, acumulamos ideas respecto de la Verdad, de
Dios y de la Realidad. Pero imaginar esto no remueve
la confusión. La vida sigue confusa. De modo que la
pregunta es: ¿cuál es el factor que impide que veamos
claramente la verdad de la vida?

Sai: Tú dices que Verdad, Dios y Realidad son imaginacio-


nes. ¿Por qué crees que son imaginaciones? No lo son.
El tiempo, el trabajo, la razón y la experiencia, en su
conjunto y en armonía, son la verdad. Cuando no están
en armonía, sientes que no son verdad. Por ejemplo:
ayer llegaste a Bangalore y de ahí seguiste en auto a
Puttaparti. Viajar es trabajo. Te tomó cuatro horas el via-
je desde Bangalore; eso es tiempo. Viniste a ver a Swami;
ésa es la razón. Habiéndolo visto obtuviste felicidad; ése
es el resultado. Por otra parte, anoche soñaste que es-
tabas en América y estabas de compras. En ello no inter-
venían los cuatro factores de que hablamos. No había
trabajo, no se gastó tiempo, y ¿dónde está el resultado?
Esto es falsedad. Esa experiencia fue imaginación, sólo
12 John S. Hislop

trabajo de la mente. Ahí tienes la diferencia entre la ver-


dad y la imaginación.

J. H.: Pero en cuanto a la verdad, vale decir, en términos


de trabajo, tiempo, razón y resultado, no hay más que
mirar alrededor en el mundo y ver que estas cosas
están en operación; y, sin embargo, el mundo es un
caos. De modo que debe haber algo más.

Sai: Cuando no se tiene fe absoluta en el resultado, surge la


duda. Por ejemplo: en este momento es de día y los ob-
jetos que hay en la habitación se ven con claridad, de
modo que no hay duda alguna respecto de ellos. En la
noche, cuando todo está totalmente oscuro, tienes que
andar a tientas y no ves los objetos; de ello tampoco te
caben dudas. Pero al anochecer, cuando la luz y la oscu-
ridad no son definidas, pueden surgir dudas y puedes ver
una cuerda e imaginar que es una serpiente y tener mie-
do. No hay luz plena y la visión no es clara. La plena luz
es sabiduría, y la total oscuridad es ignorancia. La duda
surge a media luz y a semioscuridad. La media luz es sa-
biduría y la semioscuridad es ignorancia, y cuando
hay semisabiduría y semiignorancia surge la duda. Te
encuentras ahora en esa etapa intermedia en que se en-
cuentran mezcladas la sabiduría y la ignorancia. No tienes
experiencia plena. Una vez que la tengas, las dudas se
desvanecerán. Tienes dudas por tu falta de experiencia.
He aquí un pequeño ejemplo: estando enfermo de mala-
ria, comiste un dulce, pero te supo amargo. El dulce no
era amargo, sino que sólo lo era en tu experiencia. No es
culpa del dulce. La ignorancia es una enfermedad como
la malaria, y el remedio para la enfermedad de la igno-
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rancia es la práctica espiritual. El ser humano duda mien-


tras no conoce la verdad, y una vez que la experimenta,
la duda desaparece. La verdad es una y será verdad para
siempre. Todo aquello que cambia no es verdad. Una vez
eras pequeño y creciste hasta hacerte grande. Esto no es
una verdad tampoco. ¿Dónde está el cuerpo del niño de
diez años? Todo se ha fusionado en el cuerpo actual. Pri-
mero lo que no es verdad, luego tenemos la experiencia
y sabemos la verdad. La oscuridad y la luz no son dife-
rentes, son una sola. Otro pequeño ejemplo: anoche co-
miste fruta. En la mañana se ha transformado en deposi-
ción y la eliminaste. Ayer era fruta, pero lo malo y lo
bueno son lo mismo, sólo uno. En una forma era fruta,
en la otra deposición.

Visitante: Esta es una buena explicación.

Sai: Lo mismo ocurre con la luz y la oscuridad. Cuando vie-


ne la luz, la oscuridad se va. Pero, en realidad, la oscu-
ridad no se va a ninguna parte, como tampoco la luz.
Cuando una aparece, la otra se desconoce; no es que
se vayan a parte alguna.

J. H.: Esta mezcla de oscuridad y luz, de ignorancia y de sa-


biduría crea infelicidad y problemas; Swami dice que la
mezcla que crea la confusión desaparece con la expe-
riencia correcta. La cuestión es, ¿cuál es el factor básico
que nos impide tener esa experiencia correcta?

Sai: No ponemos la intensidad que se requiere. Por ejem-


plo, cuando se estudian libros, ¿cuánto se necesita para
llegar al nivel en que se puedan leer libros complica-
14 John S. Hislop

dos? ¿Cuántos años, cuántas horas de esfuerzo pone-


mos en ello? Si tuvieran la misma intensidad respecto
de la práctica espiritual, seguramente llegarían a co-
nocer la verdad. Pero no somos lo suficientemente in-
tensos que deberíamos ser en el sendero espiritual.
No aplicamos concentración ni dedicación en el mis-
mo sentido. En el mundo se requiere concentración
incluso para caminar, para hablar, para leer. Sin con-
centración no pueden hacer nada. Hasta las cosas más
nimias requieren concentración. Pero cuando trata-
mos de pensar en Dios, entonces nos volvemos in-
quietos y la mente se vuelve inestable. ¿Por qué reali-
zamos las cosas del mundo con concentración
absoluta? ¿Por qué? Porque estamos realmente intere-
sados en ellas. Sin embargo, albergamos dudas res-
pecto de Dios. Respecto de cualquier trabajo que
amen profundamente, logran la concentración total,
mas no la ponen en aquellos que no les inspiran un
sentimiento semejante. Un pequeño ejemplo: están con-
duciendo un automóvil, y al mismo tiempo están
conversando con los demás pasajeros. El camino se
hace angosto y peligroso. Entonces dicen: «Por favor;
no hablemos ahora, necesito concentrarme en el ma-
nejo». ¿Por qué lo dicen? Porque aman sus vidas in-
tensamente y deben concentrarse seriamente para evi-
tar un accidente. Se concentran para lograr la
seguridad del cuerpo justamente por el amor que le
tienen. Cuando sientan un profundo amor por Dios,
el concentrarse en Él se producirá automáticamente.

J. H.: Es que de eso se trata, ése es justamente el punto.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 15

Sai: En todas estas experiencias tenemos que atenernos a la


verdad, a la vida. Ustedes aman la vida. Gracias a la vi-
da es que tenemos todas estas experiencias. De modo
que nos aferramos a esa especie de pilar que es la vi-
da, porque sabemos que sin vida no tenemos expe-
riencias. Así, la vida da externamente tantas cosas, sien-
do que ella misma no cambia; la vida sigue siendo la
misma. La vida es la Verdad y ésta es Dios. Aquello que
no cambia es la Verdad.

J. H.: Puesto que nosotros somos esa Verdad, nos gustaría


tener amor en nuestros corazones y fluir naturalmente
con la vida, y no de acuerdo con nuestros deseos arbi-
trarios. Sin embargo, no lo hacemos. Swami dice que no
lo hacemos porque nos falta intensidad. De modo que
nos esforzamos para llegar a esa meta, y el esforzarnos
hace más fuerte lo que impide la intensidad deseada.

Traductor: No entiendo la idea.

J. H.: Naturalmente, somos egoístas y ambiciosos por natu-


raleza. Si sustituimos un objetivo físico por uno espiri-
tual, seguimos embarcados en la misma ambición; sólo
que uno ha cambiado una ambición física por una es-
piritual. Otro punto. Si uno no ama, como es en rea-
lidad, entonces dice: «Debo lograr el amor». Y en ese
caso el amor está allá y uno está acá.

Sai: ¿Quién eres? ¿Quién eres?

J. H.: Yo soy la acumulación de todo mi pasado, de todas mis


ideas.
16 John S. Hislop

Sai: ¿Quién es ese “yo”? ¿Quién es ese “mi”? ¿Quién es ese


“yo” que está afirmando? Entre el Amor y tú se sitúa
esta afirmación. ¿Qué es el amor y quién eres tú?

J. H.: Yo soy lo que soy, la acumulación de todas estas...

Su esposa: La acumulación es la idea que tú tienes, pero de


acuerdo con Swami, Tú y el Amor son la misma cosa.
Tú eres el que está poniendo la separación.

J. H.: Sí, soy yo el que pone la separación entre nosotros.


Soy el ego.

Sai: El ego es falsedad.

J. H.: ¿Ego es falsedad?, entonces yo...

Sai: Pero tú no eres el ego. Tú eres la verdad. El ego no es la


verdad. Todo tipo de discusiones y argumentos como éste
no son sino palabras. No comprenderás nada sin una prác-
tica espiritual. Un ejemplo: Alguien nos pregunta qué es el
azúcar. Decimos que es parduzca, algo arenosa, porque la
conocemos. Pero la dulzura no tiene forma. De modo que
puedes describir el azúcar, pero no puedes describir el sa-
bor, puesto que el sabor no tiene forma. Hay tantas cosas
que no conocemos aunque pertenezcan al mundo, y no las
imaginamos ni nos preocupamos por ellas. ¡Si sólo sintié-
ramos intensamente a Dios, en lugar de entrar en tantas
discusiones y leer tantos libros! Debemos meternos en el
campo de acción y probar. Aun si alguien escribe un libro
al respecto, se tratará de su experiencia espiritual personal.
Tú amas a tu mujer y ella te ama a ti. Pero si ella tiene ham-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 17

bre, tú no puedes comer por ella; y si eres tú el que tiene


hambre, tampoco ella puede comer en tu lugar, pese al he-
cho de que ambos se aman entrañablemente. El hambre es-
piritual es así. Cada ser humano debe buscar y apaciguar
esa hambre de acuerdo con su fe. Aunque Swami trata de
explicarlo, ustedes no lo captan. Pueden llegar a ello sólo
a través de la experiencia. Cuando comienzan a apren-
der a conducir, necesitan un espacio libre para practicar;
pero una vez que han aprendido, entonces incluso en un
camino angosto pueden conducir con confianza. Es lo
mismo que en la escuela, en la que comienzan a entender
gradualmente. Si se usan palabras difíciles con un niño
que está aprendiendo las primeras letras, no las va a en-
tender. Al comienzo tampoco entendemos las cosas del
mundo y ni siquiera nos entendemos a nosotros mismos,
de modo que ¿cómo podrían entender aquello que está
más allá de ustedes? Empiecen por tratar de entenderse a
sí mismos a través de la práctica espiritual. Primero “Yo”,
luego “Tú”. “Yo” más “Tú” es igual a “Nosotros”. Luego
viene “Nosotros” más “Él”. Y finalmente queda sólo “Él”.

J. H.: No entiendo eso.

Sai: Primero “Yo”, luego “Tú”. Primero “Yo”, eso es vida.


Luego “Tú”, eso es el mundo. “Yo” más “Tú” es “Noso-
tros”. “Nosotros” más “Él” es Dios. Finalmente sólo
queda “Él”. Quedan el amor, la persona que ama y la
persona que es amada. Y cuando todas se unen, es la di-
cha. Mira, hay tres aspas en el ventilador. Las aspas re-

* Gunas: Cualidades primarias de un ser capaz de sentir físicamente. Son:


Satwa (equilibrio, apacibilidad), rajas (actividad) y tamas (pesadez, inercia).
18 John S. Hislop

presentan las tres gunas*. Sólo cuando circulan en


armonía, recibimos la corriente de aire. Deben mover-
se en la misma dirección para refrescar el aire. Dentro
de nosotros, las tres gunas andan cada una por su lado.
Cuando se las vuelve en una sola dirección, todas gi-
rando hacia un mismo lado, entonces lograrás el enfo-
que preciso y la capacidad de saber.

Un visitante: ¿Podría ser así? La experiencia de varias per-


sonas, incluyéndome a mí, ha sido que a medida que
uno hace la práctica espiritual, gradualmente viene una
vivencia que habría tomado un tiempo enorme; pero
por medio de Tu gracia uno la tiene de inmediato.

Sai: He aquí otro ejemplo: En una casa, cada uno realiza una
tarea particular y así se reparten las tareas. En la noche,
cuando la familia se halla reunida, nadie dice: «Padre, yo
hice tal y cual cosa y debes pagarme por ello». Es un ho-
gar, de modo que nadie demanda un pago, sino que sim-
plemente lleva a cabo el trabajo. Pero si viene alguien de
afuera, se le fija un salario y se le paga de acuerdo a él.
El hecho de que se le pague indica que es forastero. Pe-
ro cuando pasan a ser parte de la familia, no se les paga:
trabajan con interés y no esperan una remuneración. Con
Dios sucede de manera similar. Cuando piensan que Dios
es lo más cercano y lo más querido, como uno de la fa-
milia, no piden recompensa. Aquel que se entrega así, pa-
sa a ser Mío y no necesita preocuparse por la recompen-
sa. Pero aquel que dice: «He hecho tal cantidad de
prácticas espirituales», y regatea con Dios diciendo “por lo
tanto me debes tal o cual recompensa”, ése establece la
diferencia, es un forastero. El niño pequeño no le dice a
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 19

su madre: «Quiero leche. Quiero que me cambies», sino


que la madre se preocupa de las necesidades del niño sin
que éste necesite pedirle nada. Cuando ustedes se han
entregado por completo a Dios y han llegado a ser los hi-
jos de Dios, ya no necesitan decirle a Dios lo que re-
quieren; Dios les dará incluso más de lo que pidan. Pero
sólo el amor lo acercará a ustedes. Lleven a cabo la prác-
tica espiritual para aproximarse a Dios y no tendrán que
decirle que necesitan esto o aquello. Porque se asimilarán
a un niño pequeño y Él vendrá a darles lo que necesitan
y más aun. El ego es lo que nos impide acercarnos a Dios.
Ese ego que dice “Yo” tengo que hacer esto, “Yo” tengo
que conseguir aquello. Tienen que darse cuenta de que
ese “Yo” no es sino un instrumento del Señor. Así como
el ventilador es un instrumento, ustedes también lo son.
Ahora díganme, ¿es el ventilador el que imprime la rota-
ción o es la corriente eléctrica la que lo hace girar?

J. H.: La corriente es la que lo hace girar.

Sai: La corriente es Dios. Así pues, tú no eres más que un


instrumento. Incluso el hecho de que pensemos que
nuestros ojos ven objetos y nuestros oídos escuchan so-
nidos, es incorrecto. Mis ojos están aquí, pero mi men-
te está en Bangalore pensando en esto o aquello. Mis
ojos están viendo, pero mi mente está en otra parte. La
mente es lo importante. El cuerpo es como una linter-
na; los ojos son el foco; la mente es la batería; la inteli-
gencia, el interruptor; sólo cuando estos cuatro funcio-
nan en conjunto se obtiene la luz.

J. H.: Entregarse a Dios lo es todo, claro está, pero...


20 John S. Hislop

Sai: La palabra “entrega” en inglés no es del todo correcta,


no es la adecuada. No es el término preciso, porque
cuando dicen “entregar”, ustedes están separados y
Dios está separado. Ese es el significado que obtienen.
Pero Dios no está separado.

Visitante: La palabra “entrega” no es la adecuada, sino “auto-


rrealización”.

Sai: Autorrealización, eso es; por eso lo llaman así. Tú eres


tú. Tú realizas a tu propio ser. Tú eres tú mismo, no tu
esposa. Tú eres tú.

2do. Visitante: ¿En qué reside nuestra responsabilidad? Se


supone que debemos compartir, ayudar a otros.

3er. Visitante: Ayúdate a ti mismo primero.

Sai: “Uno mismo” es la base, el fundamento. “Ayuda” es el


muro. Dios es el techo o la parte de arriba del edificio.
La luz es el propietario.

Un Visitante: Pero ella estaba preguntando «cuál es el lími-


te». ¿Dónde queda el límite de nuestra responsabilidad?
¿Hasta dónde se puede llegar?

Sai: Primero deben velar por ustedes mismos y no ser una


carga. Eso es lo primero. Si no son capaces de ayudar
a un cierto número de personas, no importa. Pero no
hacer algo que sea dañino, eso ya es una ayuda. No se
preocupen si no pueden ayudar a una persona. Pero no
dañen a nadie. Perjudicar es malo. Sin embargo, en sí
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 21

mismo, el sentimiento que tienen de no poder ayudar,


es bueno. Deben tener fuerza física, fuerza espiritual y
fuerza mental; y sólo una vez que tengan las tres pue-
den ser de real ayuda. El alimento, la cabeza y Dios. El
alimento es para el cuerpo, y necesitan un buen cuer-
po para que el cerebro pueda funcionar correctamente,
de modo que puedan pensar. ¿Y por qué quieren esa
cabeza y ese intelecto? Para aprehender aquello que es-
tá más allá, y aquello es Dios.

Visitante: Me duele ver a gente necesitada, mendigos y ni-


ños pequeños enfermos...

2do. Visitante: ¿No resulta egoísta tener de todo uno mismo?

Traductor: Pero Swami no le ha dado ese sentido. Lo que


Swami ha dicho es que cuando uno no tiene la fuerza
física, mental y espiritual suficientes, ¿cómo puede uno
realmente ayudar a otra persona?

Sai: A veces, si no somos equilibrados y no contamos con


la real verdad, podemos conducir a mucha gente a la
confusión y desorientación.

Visitante: Significa que uno no puede dar aquello que no


posee.

2do. Visitante: Nada antes de no enderezarte tú mismo.

J. H.: ¿Es posible para Swami el concederle la realización a la


señorita?
22 John S. Hislop

3er. Visitante: Swami dice que es posible. Ya que Él entrega


la Verdad, ¿no es posible que también pueda dar la rea-
lización al corazón?

Sai: Cuando hay un sentimiento profundo por ella, Swami


puede darla. Claro que sí. Esta señorita tiene un senti-
miento intenso por el cuerpo. Si lo tuviera por la reali-
zación de Dios, Swami podría dársela. Ahora mismo.

J. H.: Entonces es eso lo que significa Swami al decir «an-


tes de que puedan ayudar a la gente».

Sai: A mayor intensidad, mayores resultados. Si estás cavan-


do un pozo, cuanto más profundamente caves, más alto
será el montón de lodo que saques. La profundidad es
proporcional a la altura.

J. H.: Swami dice que nada le puede entregar a un corazón


seco. ¿Por qué estará seco un corazón?

Sai: Hasta esto Dios te lo da por tu propio bien. Si no tie-


nes hambre, ¿con qué objeto te podría dar alimento? Si
tienes hambre y recibes alimento, es algo útil; pero
si no tienes hambre y te da alimento, te indigestarás. Al-
gunas veces, aunque tengas hambre, Dios no te da ali-
mento, justamente para lograr que nos disciplinemos y
controlemos. Imagina que estás en el hospital; es impo-
sible que te den todo aquello que puedas pedir. Se ha es-
tablecido un horario y un régimen por tu propio bien.
Dios refrena a veces incluso una experiencia espiritual,
porque Dios lo hace todo para el bien del hombre. Nun-
ca hace nada que lo pueda dañar o producirle un sufri-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 23

miento. Pero esa es la fe que deben lograr. Primero tie-


nen que tratar de comprender el hecho de que el deber
es Dios, y luego comenzar a cumplir con ese deber.

J. H.: ¿Significa esto que el corazón está seco porque uno


no cumple con su deber?

Sai: Ningún hombre tiene el corazón realmente seco. Todos


los hombres poseen algún sentimiento de amor: al me-
nos el amor mundano por los niños, la familia y otros
amores. Se trata del mismo amor, pero en este caso se
entrega solamente a algunos. Lo único que tienen que
hacer es recoger todo ese amor y entregarlo a Dios.

Visitante: Si su corazón estuviese completamente seco, no


querría venir a Prashanti Nilayam.

SAI: Incluso al venir a Prashanti Nilayam, podrían hacerlo


porque aman a sus mujeres o familias. El Amor es
Dios: vivan en el Amor, ya que en sí mismo el Amor
es Dios. Dios no es sino Amor. Hay diferentes tipos de
amor: amor por la familia y amor por el dinero; pero
el amor por Dios es devoción. Un vaso de agua, por
ejemplo, un español dirá agua, un inglés, water, alguien
de Andhra le dará otro nombre y aun otro le dará uno
en tamil. Pero el agua sigue siendo la misma. Resulta
que sólo la llamamos con nombres diversos. Puede que
difieran los objetos del amor: mujer, hijos, etc., y que se
llame devoción al amor a Dios, pero el amor es uno so-
lo. Lo más importante es que desarrollen el amor: si de-
sarrollan el amor, no necesitan desarrollar nada más.
24 John S. Hislop

J. H.: Pero el amor no es algo hecho por el hombre, no es


algo creado por el hombre; ¿cómo puedo desarrollar
amor?

Sai: Sientes amor por tu grabador. ¿Cómo es que tienes ese


amor? ¿Lo amabas cuando estaba en la tienda? No, lo
amas porque lo tienes ahora y es tuyo: dices “mi” gra-
bador. No sentías nada por él cuando estaba en la tien-
da; lo amas ahora porque lo sientes “tuyo”. De modo
que cuando sientes como “tuyo” a Dios, lo amas.

Visitante: Hago esfuerzos para fortalecer el amor, pero sé


que esto no sucede.

Sai: Es cuestión de práctica. Tú entiendes intelectualmente.


Supongamos que tienes una fiebre de 39°. Si te pones
a decir cien veces: «Quiero una inyección de penicilina»,
esto no te va a sanar: tienes que colocarte la inyección.
No es necesario que digas que quieres una inyección de
penicilina, simplemente tienes que conseguirla, aplicár-
tela, y estarás bien. En lugar de pensar en diez cosas di-
ferentes para hacer, con que hagas una sola cosa co-
rrectamente, basta. Cuando estás sediento, no necesitas
beber toda el agua de un pozo: te bastará con un vaso.
No debes abarcar y tratar de practicarlo todo: toma una
sola cosa. Aquí hay una cajita de fósforos que debe con-
tener unos sesenta fósforos. Si quieres encender un fue-
go, no los necesitas todos, te bastará con uno.

J. H.: Swami, en el hospital cada paciente tiene una enfer-


medad principal; ¿el médico puede reconocer esa en-
fermedad principal?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 25

Sai: Si es un buen médico, sí. Si solamente tiene su diplo-


ma, no. Como sabes, en la India actual la gente ha es-
tudiado a veces muy poco, pero por razones políticas
reciben un diploma de doctor.

J. H.: Quisiera que el Supremo Doctor me diga cuál es mi


enfermedad más importante... no las físicas.

Sai: Tú tienes el deseo de ir hacia Dios. Pero te encuentras


precisamente en el punto de “y cómo lo hago”, y es eso
lo que quieres saber. Esto, Swami no te lo puede decir
delante de los demás. Te lo dirá aparte, ya que estos
problemas son personales. También el médico examina
a cada uno de sus pacientes separadamente y no con
todos en la consulta.

Visitante: Swami, ¿sigo enseñando con el mismo curso de


meditación? No siempre llega la misma gente.

Sai: Debes tener siempre al mismo grupo. Cuando llegue


gente nueva, tienes que tomarlos en un horario distinto
y no juntarlos con los anteriores.

Visitante: Ayer hubo mucha gente nueva.

Sai: No hay mucha diversidad dentro del grupo; la gente


que llega a ti no sabe mucho. Si un niño debe apren-
der el abecedario, tendrá que seguir diciendo A, B, C,
D, y así sucesivamente.

Visitante: ¿Cuándo debo irme?


26 John S. Hislop

Sai: En el momento en que lo decidas. Si quieres partir el


19 temprano, Swami te recibirá mañana. Pero si tienes
otros planes, todo se arreglará conforme a ellos. Swami
no está limitado por el espacio; dondequiera que estés,
ya sea en Bombay o en otro lugar, Él está contigo. De-
bes estar feliz. Eso es lo que Swami quiere. De modo
que todo depende de tu decisión.

Visitante: Es que soy una persona a la que le cuesta tomar


decisiones.

Sai: Todo el tiempo el problema del hombre es el decidir


entre bueno y malo. Puedes irte el 19 en la mañana.

2do. Visitante: He dejado mis asuntos porque quiero hablar


con Swami, pero si me quedo otro mes, no tendré sino
una oportunidad final de hablar con Swami y lo que quie-
ro es hablar con Swami ahora y quedarme luego un mes.

Sai: Mañana es jueves. Swami los verá a todos individualmen-


te, entonces podrán hacer sus planes respecto de si quie-
ren quedarse o partir. A todos ustedes les pasa lo mismo:
tienen algunas dudas y quieren aclararlas ahora de inme-
diato para poderles dejar espacio a otras nuevas. Esos son
vuestros planes. (Risas de todos los presentes.)

Sai (dirigiéndose a uno de los visitantes): Tú tienes algunos


planes para la gente pobre. ¿Cuáles son los detalles?

Visitante: El viejo templo. Deberíamos levantar algunas casas


para la gente pobre. Con ello, los que están viviendo allí
se podrían trasladar a sus nuevas casas y el antiguo tem-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 27

plo podría dejarse como nuevo. Fue el primer templo de


Swami y debería ser salvado para la historia. Si continúa
viviendo gente allí, se derrumbará dentro de poco. Y el
usarlo exclusivamente como vivienda significa también
una falta de respeto por parte de la gente de Puttaparti.

Sai: Eso puede discutirse en detalle más adelante. Ahora,


Swami está preocupado por el hecho de que todos us-
tedes han venido desde tan lejos, incurriendo en tantos
gastos; vuestro amor es conmovedor. Un amor así no
tiene precio ni puede medirse en dinero. Swami quiere
vuestra felicidad. Swami les enseñará cómo lograrla tan
rápidamente como sea posible.

Visitante: Pero Swami, ahora es el momento preciso, ya que


en mayo se realizará la conferencia mundial y llegarán de-
votos de todas partes. No se trata de quién sea el que pla-
nee salvar el viejo templo; se trata de que sea la idea de
todos y que todos trabajen juntos para llevarla adelante.

Sai: Diseña tú un plan respecto a cómo hacerlo, y se lo


muestras luego a Swami.

Visitante: Debo pedirle otra cosa a Swami, porque la gente


dice que hay que preguntarle a Él. Necesito un lote pe-
queño de terreno. Si yo tuviera un pequeño lugar en la
colina de enfrente, y luego construyera un cobertizo
grande –tengo el plano– habría un sitio amplio donde
la gente se podría reunir a practicar yoga u otras activi-
dades. De este modo, yo estaría más cerca, o sea más
cerca de aquí que desde el templo viejo, pero no pre-
cisamente detrás de la reja para que la gente no diga tal
28 John S. Hislop

o cual cosa acerca de mí; entonces estaría afuera y lue-


go... Tú me entiendes...

2do. Visitante: ... de manera que no hubiera ningún control...

Visitante: Ningún control...

Sai: Un parque de recreo para paganos. (Los asistentes ríen.)

Visitante: Bueno, Tú me entiendes, de manera que nadie


pueda venir a decirte «no cocines», y así por el estilo.

Sai: Podría ser bueno al comienzo, pero luego tendrías mu-


chos más problemas de lo que piensas... todos los pe-
rros de los aldeanos... y otros inconvenientes.

Visitante: La verdad es que he dicho en mi casa que yo qui-


siera tener una vivienda pequeña fuera del recinto.

Sai: Con todos los perros juntos vas a tener un gran pro-
blema. Diez cachorros cada hembra.

Visitante: Pero, de todos modos, Tú...

Sai: Hablaremos de eso. Podrías empezar con entusias-


mo, pero la situación que se presentare en el futuro
no sería buena. (Ahora, Swami mueve Su mano, y en
ella aparece una masa grande de azúcar candi, que es
repartida. El grupo comenta lo dulce y delicioso que
sabe.)

Sai: Azúcar completa.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 29

Visitante: No sólo azúcar. Tiene un sabor...

Sai: Cada día debe ser dulce como éste, para que Swami
haga de nuevo el azúcar.

Una visitante: Alguien me dijo que no debo permitir que nadie


toque estos aretes que Swami me dio, porque son sagra-
dos. Pero no me gusta decirle a la gente que no los toque.

Sai: Nada de eso. ¿Estaba todo el mundo resentido porque


Swami no vino esta mañana?

Visitante: No, no, Baba; estuvimos cantando bhajans* y ha-


blando de las gopis.**

Sai: Gopi*** significa control de los sentidos; quien ha con-


trolado los sentidos. No es el nombre de una mujer.

(Fin de la entrevista)

II
ENTREVISTA GRABADA
AL DÍA SIGUIENTE
J. H.: ¿Qué significa la entrega al Señor en cosas cotidianas
y corrientes como afeitarse, salir de compras, salir a ca-
minar y otras por el estilo?

* Bhajans: Cánticos devocionales.


** Gopis: Las mujeres del pueblo de Gokul, devotas supremas de Krishna.
*** Gopi: Una persona que ha sometido a los sentidos.
30 John S. Hislop

Sai: El rendirse al Señor es entregarle todos los pensamientos


y acciones, no deseando el fruto de las acciones, no rea-
lizando acciones para ganar el fruto de ellas, sino exclusi-
vamente porque es el deber de cada uno. La acción se de-
dica al Señor y, por lo tanto, sus resultados le competen a
Él. Las acciones realizadas de este modo –con el abando-
no de sus frutos en el momento de actuar– están libres de
karma. Puesto que de este modo no se nutre ni se cultiva
el ego, no demora mucho en desaparecer. Por ejemplo, si
alguien se afeita, lo que se clasifica como una tarea mun-
dana que no conlleva inspiración, la actitud debe ser que
uno está preparando el cuerpo en consideración al Señor
que está en el corazón, y que uno busca estar lo mejor
presentado para honrar al Señor, y no en consideración a
la vanidad o apreciación propia. Al caminar, por ejemplo,
ofrece la acción al Señor, para mantener el cuerpo en bue-
nas condiciones para que el Señor more en él; y ésa es la
actitud que hay que mantener frente a cada acción del día.
Barrer la casa se le dedica al Señor para que habite en ella
apropiadamente. Cocinar también se le dedica a Él, para
que el cuerpo se mantenga sano y vigoroso para benefi-
cio del Señor. Es tonto buscar el fruto de las acciones.
Cuando uno muere, los únicos artículos que se lleva con-
sigo son las buenas y las malas obras. Nada queda del po-
der, el dinero, la posición, el prestigio, la vigorosa belleza
del cuerpo, del culto de la personalidad, y de ahí que sea
una locura trabajar para todo ello. El hombre es vida con
deseo; la vida sin deseo es Dios. La mente es deseo; cuan-
do desaparece la mente, también desaparece el deseo.

J. H.: Swami, en la tarde del 26 va a venir a buscarnos un


taxi, ya que nos vamos.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 31

Sai: No, no. Eso no está bien. ¿Han venido de tan lejos para
ver a Sai y piensan tomar un taxi para ir a Bangalore?
Sai se avergüenza. Deberían dejar que Sai se ocupe de
ello, y no hacerlo ustedes mismos.

J. H.: Cancelaré el taxi de inmediato.

Sai: En los últimos días ha habido disturbios en Bangalore.


Los estudiantes están protestando en contra de la cam-
paña de los políticos del Norte que quieren imponer el
hindi como lengua nacional en vez del inglés. Hubo
bombas y otros actos de violencia. Sería mejor que se
fueran el 25, ya que el 26 viene un alto funcionario del
Norte y van a producirse más disturbios.

J. H.:¿Qué significa que Swami le diga a un devoto que par-


te: «Swami estará dondequiera que estés; Swami está en
tu corazón»?

Sai: Esto puede compararse a un hombre y un madero flo-


tando en el océano. Ambos tienen el mismo movimiento,
ascienden y descienden con las olas; pero el madero no
sabe lo que está pasando, en tanto que el hombre es cons-
ciente del movimiento. El movimiento del madero puede
compararse a una persona que está en América y en cu-
yo corazón reside Dios, pero que no ha venido nunca a
visitar a Swami. El movimiento consciente de un hombre
que nada en el océano se puede comparar a un ameri-
cano que ha estado de visita aquí y que luego ha vuelto
a casa; ahora tendrá una experiencia espiritual conscien-
te, y así sería aunque no provocara deliberadamente tal
experiencia. Hay tres etapas para conocer a Dios.
32 John S. Hislop

Una es el intelecto, que es sólo imaginación; otra es el


acercamiento y la tercera es la unión con Dios. Te daré
otro ejemplo: El río se funde con el océano, pero si
uno saca agua dulce del río, la pone en una bolsa de
plástico bien sellada y la echa en el océano, no se pro-
duce una mezcla de las aguas. Esta condición podría
compararse con el estado de uno antes de venir aquí;
sin embargo, después de venir, es como si el agua dul-
ce ya no se mantuviera separada de la del océano, sino
que estuviera unida y fundida con él. Es la etapa de la
mezcla la que se produce aquí. Swami es el sirviente
de todos, y es la posición de sirviente la que le gusta
más que la de amo.

J. H.: ¿Cuál es el sentido de la palabra “dharma”?

Sai: La palabra “dharma” no significa “deber”. En el deber


no hay libertad, hay libertad en la razón; y en la obli-
gación religiosa se produce una unión entre el deber y
la razón. Por lo tanto, “dharma” se refiere a la obliga-
ción religiosa y es una palabra que encierra tanto el
concepto de deber como el de razón.

Visitante: Surge una dificultad al honrar a dos aspectos del


Señor. Por ejemplo, a la “Madre” en el ashram* de Sri
Aurobindo y a Swamiji aquí.

Sai: Hay dos caminos. Uno en el cual lo Divino se ve en to-


do y por lo tanto no hay conflicto alguno. El otro es
aquel en el que se siente una fuerte devoción por una

* Ashram: Ermita, monasterio, morada de santos, ascetas o sabios.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 33

sola persona y se es feliz con esa devoción. En este úl-


timo caso, hay que mantenerse estrictamente junto a
ese Maestro espiritual y no tener nada que ver con
otros. Cuando se está llevando a cabo una tarea, es ne-
cesario darle toda nuestra atención y concentración, y
no se puede estar pensando en el Señor mientras se la
realiza. No obstante, el principio involucrado es la acti-
tud de dedicarle todo al Señor y no realizar la tarea por
los frutos que se puedan obtener de ella, sino, por el
contrario, llevarla a cabo porque es nuestro deber ha-
cerla bien.

Visitante: ¿Puedo usar shorts mientras estoy en el ashram?

Sai: No. No es correcto. En la vida espiritual se logran los


progresos más rápidos cuando el barco navega a favor
del viento; cuando tiene que navegar contra el viento,
el progreso se frena.

Visitante: Pero Swami, el problema es determinar hacia qué


dirección sopla el viento.

Sai: Eso en realidad es muy sencillo. Con la práctica, el


chofer de un coche aprende a ser tan hábil en el ma-
nejo que le da igual conducir por un amplio bulevar
que por un camino estrecho; por ambos maneja con
igual confianza. Así también un gurú o Maestro espiri-
tual es necesario para aprender a aprovechar el vien-
to al navegar por el mar del espíritu. El problema es
que hoy en día es muy difícil encontrar un gurú. Hay
personas que tan pronto llegan a ponerse una túnica
amarilla creen que se han transformado con ella en
34 John S. Hislop

Maestros y quieren comenzar a enseñar a la gente. La


mejor manera de determinar si un gurú es o no ge-
nuino es comprobar si sus palabras están llenas de sa-
biduría y si en su vida las practica y se comporta de
acuerdo con sus palabras. Si el gurú sólo pronuncia
palabras de sabiduría –y esta es una época en que la
gente habla con sabiduría sin ser sabia– sus palabras
no producirán resultados y serán inútiles. Hoy en día
el mejor Maestro espiritual es Dios. En el mundo espi-
ritual, el gurú es un médico que le toma la temperatu-
ra al aspirante y que, en base a la temperatura, es ca-
paz de evaluar cuál es su condición y qué es lo mejor
para él. Pero si el gurú mismo tiene temperatura, en-
tonces distorsionará la temperatura que le toma al as-
pirante. Por ello digo que Dios es el mejor Maestro es-
piritual para estos tiempos.

Visitante: Swami, se oye hablar mucho de mantras*.

Sai: La sola repetición de un mantra no tiene valor alguno,


pero cuando se canta con el pleno conocimiento de su
significado, su efecto es grande.

Visitante: ¿Cómo podemos mejorar la memoria?

Sai: No tiene mucho sentido el cavilar sobre el pasado,


puesto que ya se ha ido. Tratar de memorizar no tie-
ne mucho valor. Aquello que nos interesa lo recorda-
remos naturalmente. Una pequeña historia: Arjuna te-

* Mantras: Fórmulas místicas de gran poder.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 35

nía ochenta y cinco años, era de edad mediana, ya


que en esos tiempos la gente vivía mucho más que
ahora. Arjuna le preguntó al Señor: «Señor, ¿cómo es
que puedes recordar todas las vidas pasadas, y yo no?»
Krishna le replicó: «Bien, dime, hace diez años, el ter-
cer día del mes, ¿qué estabas haciendo?» Y Arjuna con-
testó: «No lo sé». Entonces Krishna dijo: «Y bien, pero
estabas vivo en ese momento». A lo que Arjuna dijo:
«Sí, estaba vivo». Entonces Krishna dijo: «Mira hacia
atrás sesenta años, hacia el día en que te casaste, ¿re-
cuerdas eso?» Y replicó Arjuna: «Sí, lo recuerdo». «En-
tonces sigue retrocediendo, Arjuna, hasta el día en
que encontraste a tu gurú y te enseñó las artes mar-
ciales. ¿Lo recuerdas?» «Sí –contestó Arjuna– lo re-
cuerdo». Entonces Krishna dijo: «Es obvio que los
hombres recuerdan aquello en lo que están interesa-
dos, aquello en que están lo suficientemente com-
prometidos como para que provoque el recuerdo del
incidente. Y no se molestan en recordar todo lo que
no despierta intensamente su interés. En verdad, re-
cuerdas lo de veinte años atrás, sabes que estabas vi-
vo entonces y que la memoria está allí, pero no pue-
des traerla a la conciencia. En cambio, yo lo recuerdo
todo, Arjuna, porque estoy interesado en todo».

Visitante: ¿Puedo tomar una foto tuya ahora?

Sai: ¿Cuántos hay aquí? Dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete,
ocho, nueve, diez... doce.

Visitante: Doce discípulos.


36 John S. Hislop

Sai: Esta es mi cámara. (Swami abre la mano y aparecen doce


pequeñas fotos suyas.) (Diversas exclamaciones de los
presentes.) Guárdenlas en sus billeteras. ¿Ven? Hay doce,
y tienen mi dirección completa aquí en la India. Nada
de cámara, nada de película, nada de flash. Una tarjeta
de visita. La dirección es Puttaparti. (Swami abre una ca-
ja de plata y comienza a preparar unas hojas de betel.)

Visitante: ¿Qué es eso?

Sai: Esa es la nuez. Esta es la hoja. Mira las hojas; esto


es betel. Masticarlas no es un mal hábito. Si lo fuera,
Swami no lo haría. El zumo de estas hojas purifica la
sangre. La nuez es digestiva. Aquí incluso a los niños
muy pequeños se les da nuez molida para la diges-
tión. Se le agrega también otra cosa que es calcio. Al
mezclar los tres, tenemos un color rojo. Esta es una
costumbre hindú. (Todo lo anterior lo dice en tono
de broma y es celebrado con risas por parte de los
visitantes extranjeros.)

Visitante: Las fotos que le toman a Swami y que luego se


reproducen para ser vendidas no son buenas. No le
hacen justicia a Swami. Swami es perfecto y todo lo
que le atañe debería ser perfecto.

Sai: A algunos puede que les guste una cosa y a otros


puede que esa misma cosa les disguste. El que una
cosa guste o disguste no está en la cosa misma, sino
en nuestras mentes. Si una persona juzga por las apa-
riencias, esto delata una falta de profundidad. Prime-
ro deberían conocer a Swami y luego emitir juicios.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 37

Visitante: Pero es que Swami es bello y las fotos lo mues-


tran feo.

Sai: El amor es la belleza.

Traductor: Swami dice que el hecho que lo amemos nos ha-


ce verlo bello. Y que todo aquel que quiera venir a Él,
vendrá. No necesitan preocuparse por las fotografías.

Sai: Johnson, el escritor y erudito inglés, tenía una mujer


muy fea, pero él la amaba profundamente. Un amigo
le dijo: «Tu mujer se ve fea y pintada». En realidad ella
no era ni joven ni bella, y los amigos pensaban que
era vieja y pintada. Pero él la veía bella. El amor es
ciego.

Visitante: Maestro, ayer hablaste de que esto era ego y


aquello Dios. ¿Es que nos ayuda el estar aquí?

Sai: ¡Ah sí! Cuando hacen amistad con Dios, las tres gu-
nas se alejan de ustedes. El ego, la ira y los celos se
van. Científicamente también, la sangre va hasta la
coronilla y luego circula de regreso. Cuando va allá
y regresa, se produce velocidad, circula más rápido.
Este es un punto muy importante en la vida.

Visitante: ¿Cómo se llega a sentir devoción por Dios?

Sai: Se requiere tener confianza. El alimento es el pun-


to de partida. El cuerpo está hecho de alimento. Sin
salud es muy difícil hacer nada. El estómago tiene
cuatro partes: una de aire, una de alimento y dos de
38 John S. Hislop

agua. Hoy en día se ingiere demasiado alimento y no


queda espacio para el agua. En la India la base la
constituyen el arroz y el trigo. Está bien si se consu-
men con moderación. Sin embargo, la gente come
mucho y se embota. Demasiada comida produce el
embotamiento de la mente; la moderación mantiene
la salud. Swami viaja por distintas regiones de la In-
dia y nunca se enferma debido a la comida. Swami
se enferma solamente cuando toma sobre sí la en-
fermedad de algún devoto y nunca por otra razón.
Beber demasiada leche es malo; la leche es rajásica
(inflama y excita).

Visitante: Sai Baba, esto sólo me concierne personalmente.


Respecto de mi alimento. En mi comida es importante
la carne; mi alimento es la carne.

Sai: El alimento es importante para el cuerpo. El alimento


es incluso la razón por la que se nace. Madre y padre
han sido nutridos con alimento y entonces le dan vida
a un hijo. Los padres han crecido gracias a la comida.
Todo el cuerpo es un paquete de alimento. Y según el
alimento que ingieran serán los pensamientos que ven-
gan a sus mentes. Si consumen alimento sátvico, se pro-
ducirá un efecto sátvico*. La fruta y la leche: todo lo que
sea fresco y no picante, como por ejemplo, las cebollas
fuertes. La carne produce su efecto en la sangre, como
las pasiones y sentimientos similares. El pescado gene-

* Alimento sátvico: Puro, incontaminado. Propicia la serenidad y los pen-


samientos elevados.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 39

ra pensamientos impuros; pese a que el pez vive en el


agua, su olor es desagradable.

Visitante: ¿Y qué pasa con el cordero?

Sai: La carne está bien para aquellos que se concentran


en el cuerpo y quieren tener fuerza, pero no es bue-
na para el aspirante espiritual.

Visitante: ¿Y las proteínas que contiene la carne?

Sai: Sí, con la carne el cuerpo obtiene proteínas, pero éstas


no son para la mente. Si están deseosos de una vida es-
piritual, no vale la pena que coman carne; si vuestro
interés es la vida mundana, está bien que la consu-
man. Hay aún otra razón espiritual. Cuando sacrifican
a un animal, le producen sufrimiento, dolor y lo da-
ñan. Dios está en toda criatura, entonces ¿cómo pue-
den producir tal dolor? Cuando alguien le pega a un
perro, éste aúlla porque le duele. ¡Cuánto más dolor
produce matar a un animal! Los animales no existen
con el objetivo de proveer de alimento a los seres hu-
manos. Han venido para desarrollar su propia vida en
el mundo. Cuando hay un ser humano muerto, puede
que vengan zorros u otros animales a comer, pero no-
sotros no hemos venido para proveer de alimento a
aquellos animales que eventualmente devoren un
cuerpo humano; no hemos venido con ese propósito.
De manera similar, el hombre come a un animal, pero
el animal no ha venido para proveerlo de alimento. Lo
que pasa es que hemos convertido el comer carne en
un hábito.
40 John S. Hislop

Visitante: Pero tomamos leche, que es de origen animal.

Sai: Todo lo que provenga de la vaca, un poco de leche,


mantequilla, queso, es apropiado para el aspirante
espiritual. A la vaca no se le infiere ningún daño, y
el extraerle la leche no la perjudica. En la Era del
Dwapara Yuga*, antes del Kali Yuga**, hace unos cin-
co mil seiscientos ochenta años, empezó a consumir-
se la leche. La duración total del Kali Yuga es de apro-
ximadamente once mil años.

Visitante: ¿Continúa aún el Kali Yuga?

Sai: Sí.

Visitante: Porque en América varios libros dicen que el Kali


Yuga ya se terminó y hay otro Yuga en marcha.

Sai: No. Antes de finalizar el Kali Yuga queda un espacio in-


termedio. La situación es similar a un ventilador. Cuan-
do se lo hace funcionar se produce un intervalo antes de
que tome velocidad, y cuándo se desconecta, las aspas
siguen girando por algún tiempo. El mundo gira como
un ventilador. Incluso terminando el Kali Yuga quedan
algunas revoluciones antes de que se detenga. La situa-
ción es semejante a la que tenemos con una hilera de
postes de alumbrado; la luz de uno se extiende hasta

* Dwapara Yuga: Una de las cuatro Eras, en la cual se encarnó el Señor


Krishna.
** Kali Yuga: La Era del mal, de la disensión y la discordia.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 41

más o menos la mitad de la distancia al segundo, y la


luz de éste también se halla débilmente presente en es-
te punto. Hay cuatro Yugas. La secuencia es circular, y
cuando ha finalizado el último, recomienza todo el ci-
clo. Al Kali Yuga le quedan aún cinco mil trescientos
veinte años antes de finalizar.

Visitante: ¿Cómo encaja el Kali Yuga en los signos astrológicos?

Sai: Las predicciones astrológicas difieren unas de otras en


su interpretación y esto implicaría un cierto error. Re-
sulta difícil precisar el factor tiempo y ello hace que se
cometan errores. La astrología es capaz de ver las es-
trellas desde un ángulo solamente; las estrellas no se
pueden ver en su totalidad y esto también conduce a
errores. Todo cambia. La gente cambia y las estrellas ha-
cen otro tanto. Los astrólogos tampoco consideran estos
cambios y aquí hay otro factor de error. Los astrólogos
no conocen a la perfección su ciencia, y caen en erro-
res. Los astrólogos no llevan una vida de absoluta pu-
reza y por esta razón no está enteramente a su alcance
la ayuda espiritual y ello también los lleva a errores.
Con todos los errores que pueden intervenir, realmente
la astrología no resulta confiable y no vale la pena pre-
ocuparse por ella.

Visitante: ¿Qué debería hacer con mi pierna? Me duele y


aún está hinchada.

Sai: No te muevas tanto y no subas a los cerros. Debes


descansar.
42 John S. Hislop

Visitante: Cuando me subí al árbol allá en el cerro... No


pensé en ello.

Sai: Debes descansar y cuidar del cuerpo. El cuerpo es co-


mo un bote. La vida es como un río. A este lado está
el mundo. Al otro lado está Dios. De modo que para
alcanzar la otra orilla, vale decir, llegar a Dios, deben
poner cuidado en la conservación del bote. Pueden
dejarlo por mucho tiempo en el agua, no hay peligro.
El peligro es que el agua comience a entrar en el bo-
te. Pueden permanecer en el mundo cualquier núme-
ro de años, pero no dejen que el mundo se imponga;
no dejen que el mundo se apropie de vuestro mundo
interior. Ahí tienen el ejemplo del loto. Está profunda-
mente enraizado en el fango. Sale hasta la luz, y no
puede prescindir del agua, porque moriría. Pero no se
mezcla ni con el fango ni con el agua. Ustedes han vis-
to al loto, aunque le caiga agua encima, ésta se escu-
rre. Ahora bien, cuando hablan de Dios, dicen “los
ojos de loto”, los “pies de loto”, justamente por este
significado interno.

Sai (dirigiéndose a una visitante): Si tuvieras aretes bonitos,


¿los usarías?

Visitante: ¡Oh, sí! (Sai mueve la mano y aparece un par


de aros de oro con piedras preciosas que le pasa a la
visitante.)

Sai: ¿Ves? Son bellos, pero su valor no es muy alto. (Va don-
de ella y le pone Él mismo los aretes en las orejas, en
medio de las diversas exclamaciones de los presentes.)
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 43

Visitante (ligeramente calvo): ¿Swami, puedes hacer que


crezca mi cabello?

Sai: (Intenta decir algo pero el visitante lo interrumpe.)

Visitante: No, Swami. Trataba de bromear.

Traductor: Swami puede hacer cualquier cosa. Swami dice


que le regaló los aretes a la señora para llenarla de ale-
gría. Mientras más alegría tenga, más rápidamente pa-
sará su enfermedad.

Sai: Esta es la medicina para ella. Alegría es la medicina.

Visitante: Yo quería ir a la colina a ver el Árbol de los


Deseos.

Sai: Este es el Kalpataru. Sai es el árbol Kalpataru. Todo lo


que quieras, Swami te lo puede dar. Si quieres alguna
cosa, aquí está el árbol. Esta es también la joyería y la
tienda de cámaras. (Risas de los presentes.)

Visitante: Los presentes de Swami son maravillosos, pero


¿qué pasa si uno ansía solamente tener la mente en paz?

Sai: Sólo el pensar en Dios y un intenso amor por Él pro-


ducen paz. A medida que decrecen los pensamientos
mundanos, se incrementan los pensamientos en Dios.
Normalmente, la mente está todo el tiempo deseando
estas cosas del mundo. A medida que los deseos se de-
sechan uno a uno, se hace más fuerte la paz. Son uste-
des los que tejen los hilos y producen la tela. Si retiran
44 John S. Hislop

los hilos, desaparece la tela. Cuando los pensamientos


son divinos, surge la paz mental. Swami no puede dar
paz mental, cada uno debe esforzarse por lograrla. Me-
ditamos y realizamos prácticas espirituales en este cuer-
po temporal. A pesar de ser temporal el cuerpo, deben
hacer uso de las cosas temporales para llegar a alcanzar
la Verdad.

Visitante: Pero yo quería saber algo sobre la paz.

Sai: Sí. Si los deseos se desechan uno tras otro, surge la


paz. Cuando se van uno tras otro los deseos, desapa-
rece la mente: hay paz mental. Swami no puede dar
paz mental, debes trabajar por ti mismo para lograrla.
En primer término, detengan todos los interrogantes y
pregúntense: «¿Quién soy yo?». Este es mi cuerpo, mi
mente, mi inteligencia. ¿Pero quién es ese “mi”? ¿Quién
es el que reclama la propiedad de aquello que se de-
clara ser “mío”? “Mi” indica pertenencia. Ese “mi” es la
vida. En tanto exista la vida en el cuerpo existe esta
conexión entre el “mi” y el intelecto: “mi” cuerpo, “mi”
casa, “mi” tierra. Pero tan pronto remueven la vida del
cuerpo, ya no existe el “mi” ni el sentido de posesión.
La vida es Dios. «¿Quién soy yo?» La respuesta es «Yo
soy Dios». El cuerpo va y viene, pero el Alma es per-
manente. El cuerpo tiene nacimiento y muerte, pero el
espíritu no los tiene. Ustedes llegan al nivel en que dicen
«Yo soy Dios», pero incluso allí existe la dualidad: «Dios y
yo». Y ello no es la Verdad total. Cuando respiramos, la
respiración produce el sonido “So-Ham”: “Él soy yo”.
Aún existe la conciencia del cuerpo, el “yo”. Sin em-
bargo, en el sueño profundo desaparece la declaración
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 45

“Él” y “yo” y quedan sólo “O” y “M”: OM, existe sola-


mente el Uno.

J. H.: Uno lo entiende y lo ha entendido por algún tiem-


po, ¿pero en qué momento se transforma en realidad
el entendimiento intelectual?

Sai: Llegará a ser realidad sólo si lo practicas intensamente.


Es tanto lo que leen; y no hay necesidad de que practi-
quen todo lo que han leído. Tomen una o dos cosas
para llevarlas a la práctica y entonces se harán realidad
para ustedes. Cuando van al hospital podrán encontrar
muchísimos medicamentos, pero no hay necesidad de
que los tomen todos sino sólo los que sean necesarios
para la enfermedad que los llevó allá. Cualquiera que sea
la práctica espiritual que deseen realizar sinceramente,
dedíquense a ella; esa será la medicina apropiada para
ustedes, y no se dediquen a acumular más cosas. Dema-
siado conocimiento libresco sólo conduce a dudas y con-
fusión. Con un gran acopio de conocimientos aumentan
las dudas y pierden mucho tiempo en el conflicto.

J. H.: ¿Qué dice el Supremo Doctor Espiritual respecto del


medicamento adecuado para mí?

Sai: La meditación. Porque en la meditación recién se logra


el control de los sentidos. Y el yoga te ayudará con el
cuerpo. Cuando la mente se estabiliza, la concentración
se producirá automáticamente. Y cuando alcanzas esa
concentración, logras la paz mental.

(Fin de la entrevista)
46 John S. Hislop

III
J. H.: Swami dice que «todo lo hace el Señor y no ustedes».
Sin embargo, en todo el mundo existe la idea de que el
hombre es responsable de sus acciones.

Sai: Tú eres Dios. Pero en tanto seas humano puedes al-


bergar esas ideas.

J. H.: «En tanto seas humano...» ¿Implica ello que el estado


humano es un acto de nuestra voluntad?

Sai: No un acto de voluntad; se trata sólo de estar confuso,


de un autoengaño. Llegan aquí con dudas –Swami lo
sabe– y por ello les da una oportunidad para hacer pre-
guntas. Si viniera un Jñani (un hombre con una expe-
riencia directa de lo divino) Swami no le pregunta res-
pecto de sus dudas. El hecho de que ustedes tengan
preguntas que plantear es la evidencia que indica que
están a nivel mundano y la enseñanza de Baba variará
según el nivel de la persona. Un profesor de escuela
puede ser simultáneamente un destacado estudioso de
los Vedas, pero cuando le enseña a leer a un niño no
puede sino decirle «ésta es la A», «ésta es la B», etc. Una
madre puede alimentar a un hijo dándole el pecho, al
otro con alimentos blandos, decirle a la cocinera que le
dé de comer a un tercero y decirle al mayor que se sir-
va por sí mismo; y, aunque trata de manera diferente a
cada hijo, su amor es igual respecto de cada uno. Hay
cuatro niveles diferentes en los que puede encontrarse
un hombre, y Dios le ayuda de manera diferente, ade-
cuada para cada uno. Primero están las personas an-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 47

gustiadas; luego, las que desean prosperidad; en tercer


lugar, las que están dedicadas a buscar la verdad, y en
cuarto, los sabios. En ti, actualmente, hay una mezcla
de lo consciente y lo subconsciente, y por esta razón es
que hay también duda y confusión. En un estado in-
consciente no caben impresiones. En el supracons-
ciente, no caben dudas, hay decisiones; en este estado
desaparecen el cuerpo y la mente, aunque puede que
haya visiones. Y hay aún un estado que se sitúa más
allá del supraconsciente: éste es el de la Conciencia Di-
vina en donde no existe sino Dios. En el estado de su-
praconciencia se mantiene aún un leve tinte de duali-
dad, de dador y receptor. En el estado de conciencia
ordinaria hay tres: dador, cosa dada y receptor. En la
Conciencia Divina no existe sino el dador. Y en reali-
dad, todo lo que no sea el Uno, es falso, incluso la prác-
tica espiritual. En este punto puede que te asalte una
duda: ¿de qué modo puede resultar el sadhana, la prác-
tica espiritual, si es algo falso, en algo que no lo sea?
Viene a ser algo como lo siguiente: las imágenes de un
sueño son irreales, pero pueden llegar a ser tan fuertes,
tan aterrorizantes, que uno despierte a causa de ellas.
Sucede de manera similar con el sadhana, ya que pue-
de llegar a ser tan fuerte como para que uno despierte
a la realidad; pero para que esto suceda hay que per-
sistir en él hasta el nivel supraconsciente, en donde se
trasciende tanto el cuerpo como la mente. Y es desde
este profundo estado trascendente que empieza a res-
plandecer la verdad.

J. H.: Se habla de varios senderos que llegan hasta la auto-


rrealización. ¿Qué significa esto?
48 John S. Hislop

Sai: Existen tres senderos. Tenemos el de la devoción: el Maes-


tro Espiritual guía; se le deja al Maestro que lo haga todo.
Luego tenemos el de la percepción de la omnipresencia
de Dios; el futuro se integra al presente y el pasado de-
saparece del presente. Dios es Omnipresente, de manera
que el presente es Dios; esto es el conocimiento. Y lue-
go tenemos el de la entrega a Dios. Pero esto no signifi-
ca únicamente el llevar a cabo toda acción en Su nombre.
La entrega a Dios se produce cuando llega a percibirse
que todo el Universo es Su cuerpo. Entrega se produce
cuando actor, acción y objeto son Dios. Es algo que no
puede forzarse; viene de manera natural. La fe constituye
el fundamento; la entrega, la culminación de la obra.

J. H.: De los distintos “senderos” hacia la autorrealización,


¿cuál vendría a ser el atajo?

Sai: El atajo es éste: el nombre de Dios es la semilla; el


amor, el agua con la que la siembra crece; la disciplina,
la cerca que protege al cultivo que está creciendo; el
campo en el cual se labró es el corazón espiritual, y la
cosecha es la Bienaventuranza.

J. H.: ¿Por qué habría que tratar de lograr la autorrealiza-


ción, si uno está permanentemente autorrealizado?

Sai: Como sabes, en la mente hay una mezcla de identifi-


cación sensorial. La mente no es unidireccional.

J. H.: Swami, un avión necesita cierto tiempo para llegar a


la India; ¿pero qué es el tiempo para el desarrollo com-
pleto de las posibilidades del Yo (autorrealización)? ¿No
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 49

es posible un despertar súbito, por completo separado


del tiempo?

Sai: ¿Despertar súbito, separado del tiempo? Sí, es posible. Si


la fe es plena y perfecta, la Gracia llega plenamente en
ese instante... del mismo modo en que una bala y el so-
nido se producen al unísono.

J. H.: Pero Swami, uno siempre piensa que tiene una fe ple-
na. ¿Es que existe un autoengaño?

Sai: En tanto uno piense que tiene fe, no la tiene. Del mis-
mo modo en que cuando uno sabe que está meditan-
do, en realidad no medita. Sólo cuando la meditación
se produce automáticamente durante todo el día, se
medita realmente. La fe plena se logra mediante la prác-
tica espiritual, del mismo modo en que uno logra llegar
a Bombay acercándose en esa dirección.

J. H.: Parece que es equivocada la forma en que se descri-


be el sadhana (la práctica espiritual), ya que vendría a
ser un esfuerzo consciente que se realiza para obtener
una recompensa. Me parece que la práctica espiritual es
real sólo cuando es espontánea, vale decir, cuando uno
ama naturalmente a Dios y no puede sino amarlo, ni ha-
cer otra cosa que inquirir.

Sai: Es tal como lo dices, pero tú no has experimentado ese


amor espontáneo por Dios; aún no es sino una idea.
Tienes la convicción de que el amor por Dios existe na-
turalmente en ti. Esa convicción es el resultado de mu-
chas vidas de práctica espiritual.
50 John S. Hislop

Visitante: ¿Cuál es la práctica espiritual apropiada para gen-


te muy mayor?

Sai: La meditación en la mañana y el atardecer. Y llenar el


día obrando el bien.

Visitante: ¿Cuál es la práctica espiritual apropiada para las


mujeres?

Sai: Las mujeres tienen sus deberes en la casa, con los hi-
jos y con el marido. En general están muy ocupadas.
Pueden meditar en las mañanas y las tardes. Y durante
el día, todo aquel trabajo que realizaban para los de-
más, empezar a hacerlo como adoración a Dios. Ese es
el mejor sadhana para las mujeres.

IV
J. H.: Hasta el conductor del taxi que me trajo esta mañana
desde el aeropuerto relataba las más asombrosas expe-
riencias respecto de “las lilas” de Swami (los juegos Di-
vinos del Señor). Y los funcionarios del aeropuerto de
Bombay contaron otras historias milagrosas sobre suce-
sos en sus hogares.

Sai: Se están produciendo lilas y milagros en toda la India


en decenas de millones de hogares. Swami mantiene el
control para que esto no se publicite. Los gobernantes
saben de ello, pero mantienen silencio al respecto. Si
estos hechos tuvieran publicidad, serían millones los
que convergerían sobre Swami; el gobierno lo rodearía
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 51

de guardias de seguridad y los devotos ya no podrían


acercarse a Él. Aún no ha llegado el tiempo.

J. H.: ¿Quiere decir que, en el futuro, cuando haya millones


en torno de Swami, ya no tendremos la oportunidad de
estar cerca suyo como ahora?

Sai: En absoluto. Si Baba está complacido con una persona,


siempre podrá estar cerca. Esa es la voluntad de Baba.

J. H.: Son relativamente pocos los realmente afortunados


como para ver a Swami y apreciar que es Dios el que
se ha puesto a su alcance.

Sai: Uno ve un avión en el cielo, sabe que debe haber un pi-


loto en él, pero no puede verlo. Para ver al piloto, tiene
que comprar un pasaje. El Universo también tiene un pi-
loto: Dios. Para verlo, el pasaje es Su Gracia, la que pue-
de ganarse por medio de los distintos tipos de práctica es-
piritual. El común denominador de todo sadhana
(práctica espiritual) es el amor; la realidad de todo sad-
hana es el amor; sin amor, ninguna práctica espiritual tie-
ne valor alguno. Para ganar la Gracia de Dios es necesa-
rio tener fe, y sin amor no puede haber fe. Ese amor
reside en el corazón y de allí surge espontáneamente. El
Amor es Dios. Ese amor que llena el corazón es Swa-
mi, porque Swami es el residente en el corazón.

J. H.: ¿Qué significa un ciento por ciento de fe en Dios?

Sai: El ciento por ciento de fe surge del Alma. La fe plena


es pareja; la fe en Dios permanece inalterable pese a los
52 John S. Hislop

dolores y a los sufrimientos. La leche puede comparar-


se a la vida. En el suero no hay grasa. A la mantequilla
le quedan restos de agua –esto viene a ser lo bueno y
lo malo– la mantequilla representa las tendencias bue-
nas; el agua, las malas. Cuando se hierve la mantequi-
lla, llega un momento en que produce mal olor: este mal
olor representa las impurezas restantes que se están que-
mando y que son eliminadas con el hervor. Pero tengan
fe y sigan adelante durante ese período, ya que al final
queda sólo la manteca clarificada. Esta manteca clarifi-
cada representa la sabiduría, y el fin de la sabiduría es
la libertad.

V
J. H.: Swami, parece que ha pasado algo aquí, hay agua al-
rededor de esta caja, se van a mojar los saris (vestimen-
ta femenina). (Swami levantó la tapa, y los que estába-
mos junto a Él pudimos ver que los bordes de los saris
estaban mojados. La caja de cartón que contenía cuatro
saris estaba colocada sobre una mesa, para el Dhar-
makshetra* en Bombay. Swami había seleccionado no-
venta y seis saris para distribuirlos entre algunas de las
damas voluntarias, y de los cien que se habían traído pa-
ra que los inspeccionara, estos cuatro se habían puesto
en la caja para devolverlos más adelante al vendedor. La
mesa no estaba cerca de ninguna fuente de agua, y tan-

* Dharmakshetra: «La morada de la rectitud».


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 53

to yo como varios otros hombres habíamos estado jun-


to a ella –al igual que Swami– durante todo el tiempo en
que había examinado todos los saris, uno por uno.)

Sai: Los saris están llorando porque Swami los ha rechaza-


do. Voy a aceptarlos ahora.

J. H.: ¡Swami! Pero ¿cómo puede ser eso? ¿Estás tratando de


decirnos que los objetos inanimados tienen sentimien-
tos y pueden llorar?

Sai: Los objetos inanimados también son capaces de sentir


alegría y pena. Cuando los monos construyeron el puen-
te hacia Lanka para que Rama pudiera llegar al reino de
Ravana en donde estaba cautiva Sita, llevaron una últi-
ma cúspide de montaña para afirmar el puente. Pero era
demasiado tarde y no había necesidad de él. En estas
circunstancias, la montaña derramó lágrimas de angus-
tia, y se le informó esto de inmediato a Rama. Su com-
pasión fue grande y le mandó decir a la montaña que
no siguiera apenada, ya que seguramente necesitaría de
ella más adelante. En la vida del Avatar Krishna, fue jus-
tamente esta montaña, el Govardhana, la que el joven
Krishna levantó sobre Su dedo para proteger a los pas-
tores de Gokul del diluvio producido por Indra.

J. H.: ¡Swami! El drama de Rama, Krishna y la montaña ha


sido reproducido ante nuestros ojos aquí en Bombay...
Los saris llegaron y no podían ser utilizados. Lloraron
lágrimas de angustia y, en su compasión, Swami cedió
y los saris rechazados serán usados, aunque no con el
propósito original de ser un regalo para las voluntarias.
54 John S. Hislop

(Los saris fueron entregados a la señora Hislop y a otras


tres damas.) Es el mismo drama de los tiempos remotos
el que se ha desarrollado de nuevo hoy.

Sai: Sí. Y es también aquel mismo Rama y aquel mismo


Krishna el que está aquí hoy día.

VI
Visitante: Uno se mira en el espejo. A medida que uno se
va alejando, la imagen se va haciendo más pequeña.
Yo estoy sentado aquí y miro a Hislop, y mientras más
me aleje, más pequeño se hace Hislop. Pero en reali-
dad, Hislop no es más pequeño, él mismo no ha cam-
biado. Por lo tanto, no puede ser que lo esté mirando
a él, siendo que está ciertamente allí. Entonces, ¿qué
es lo que vi cuando creía estar viendo a Hislop? Y si
Hislop no es eso que veo, ¿entonces qué es Hislop? ¿Es
que, de una u otra manera estoy viendo un reflejo de
Hislop?

Sai: En realidad es cierto que no ves a Hislop, ves un re-


flejo de Hislop; el reflejo muestra una forma y caracte-
rísticas particulares. Entonces, ¿qué es Hislop? Hislop es
Dios. Dios no es la imagen ni la forma, pero todas las
formas juntas, la totalidad de todas las formas, puede
ser tomada como Dios. Dios es la realidad tras la forma.
El mundo está allí, pero su realidad no puede ser vista.
La realidad es Dios. Uno puede ver la realidad respec-
to de que la verdad tras cada forma es Dios. Una vez
que surge esta percepción, ya no se pierde jamás. Y
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 55

aunque uno vea las formas, siempre, tiene la concien-


cia de la verdad, de la realidad.

Visitante: Hay una experiencia que he tenido. Las escrituras


la denominan el más elevado estado de comunión con
Dios. En ella sólo existe la conciencia pura, conciencia
sin ningún objeto. Después de haber llegado a experi-
mentar este estado de existencia, lo pierdo. ¿Se puede
hacer algo para evitar la pérdida?

Sai: Sucede lo siguiente. Cuando la lluvia abandona las nu-


bes, es pura, pero se contamina cuando llega al suelo.
Hay técnicas para purificar el agua, pero no puede llegar
a ser igual a la pureza de la lluvia. Del mismo modo,
pierdes el estado de comunión cuando tu deber te lla-
ma a trabajar. La práctica espiritual purificará tu vida
mundana, pero esta vida purificada no es lo mismo que
el más elevado estado de comunión con Dios.

Visitante: ¿Debería dejar mi trabajo?

Sai: No, sigue con tu trabajo, pero no para tus empleado-


res sino para Dios.

Visitante: Trataré de aplicar esta lección cuando regrese a


mi hogar y mi trabajo.

VII
(Un grupo de campesinos a quienes Swami les había
comprado un trozo de terreno junto al colegio, llegaron
56 John S. Hislop

con una bolsita para llevarse el dinero de la venta.


Pero Swami les dio aproximadamente seis veces la
cantidad que había sido acordada y, evidentemente,
la mayor cantidad de dinero era mayor también en
volumen, y no cabía en el bolso que habían traído.
Los campesinos no podían entender por qué se les
daba tanto dinero.)

Campesino: Señor, ¿cómo podemos aprovecharnos de tu


bondad? Tómalo de vuelta.

Sai: No, las rupias extra son para que inicien algún tipo de
negocio. Porque ahora que han vendido el terreno, ¿en
qué van a ocuparse? Cada uno debe trabajar y ganarse
su sustento. Los billetes de diez rupias les dicen que
han visto muchas caras y verán aún muchas más. El di-
nero llega a vuestras manos, pero no se queda allí; en
tanto que la moral llega y se queda. El dinero viene y
va; la moral viene y crece. Para mucha gente el dinero
no es sino algo que produce agrado y lo emplea equi-
vocadamente con autoindulgencia, sin parar mientes
en lo que gastan; pero cuando llega una oportunidad
para aplicarlo con un buen propósito, se vuelven de in-
mediato extremadamente cautos y cuidadosos y ponen
toda clase de objeciones al gasto.

VIII
J.H.: Swami, fueron poco cuidadosos los conductores,
cuando en el camino a Simia maniobraban para mante-
nerse lo más cerca posible tras el coche de Swami.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 57

En un momento dado, nuestro coche, que iba a gran ve-


locidad, zigzagueó por evitar a otro auto y casi arrolló a
un policía que estaba a la orilla del camino. Hubo un mo-
mento en que parecía que no podíamos evitarlo, pero en
el último segundo sólo lo rozamos y quedó ileso. ¡Es se-
guro que Swami conduce cada automóvil de los devotos!

Sai: No, es responsabilidad de cada conductor. Cada uno


debe poner todo su cuidado y responsabilidad. Sólo en
el momento de un accidente Swami se hace cargo de la
situación.

J. H.: ¿Podría decirme Swami por qué lleva a cabo cere-


monias de matrimonio para gente mayor que ya llevan
varios años de casados?

Sai: En la India, a la edad de sesenta años, la gente acos-


tumbra a tener una segunda ceremonia de matrimonio,
como símbolo del renacimiento del matrimonio hacia la
vida espiritual, dirigido hacia Dios y ya no concerniente
a los sentidos. Antes de los sesenta años, la gente tuvo el
derecho de gozar del fruto de los sentidos. A los seten-
ta, el siete también tiene significado. Hay siete grandes
rishis y a los setenta años la persona debería integrarse a
estos santos. A los ochenta años, hay ocho deidades que
rigen los puntos cardinales y la persona debería integrar-
se a ellas a esta edad. Para los noventa años hay nueve
planetas especiales y deberíamos integrarnos a ellos. A la
edad de cien años uno debería ser el amo de los cinco
órganos para trabajar y de los cinco órganos de los sen-
tidos y debería haberse integrado a Dios. Los órganos
para trabajar son el hablar, el asir, el caminar, el evacuar
58 John S. Hislop

y el comer. Los cinco órganos de los sentidos son el oí-


do, el tacto, la vista, el gusto y el olfato.

Un visitante hindú: ¿Estos ritos hindúes son de algún


provecho?

Sai: Les debemos una deuda de gratitud y esta gratitud debe


expresarse en el momento apropiado y de manera que
permita la expresión del mensaje que encierran. Les de-
bemos gratitud a nuestros progenitores, al gurú, a Dios,
a la Naturaleza y a los sabios. Si enviamos una carta con
la dirección correcta, ésta llegará a su destino y no de-
bemos preocuparnos ni saber nada respecto del número
de estaciones que sufrirá en su camino. En el caso de los
progenitores, sus cuerpos pueden haber muerto, pero el
Alma no ha sufrido alteración alguna. La dirección co-
rrecta para la expresión de gratitud la entrega el man-
tra que se usa en la ceremonia. Los mantras tienen mu-
cho poder y en los tiempos antiguos se empleaban
permanentemente, pero ahora se les tiene confianza a las
máquinas. Los expertos en mantras eran llamados santos;
los expertos en máquinas se llaman científicos.

(Un científico visitante expresa algunas dudas respecto


de la ciencia versus lo que dice Swami.)

Sai: La ciencia es sumamente fragmentaria y enfrenta a la


realidad a través de maya*, lo que constituye un proce-

* Maya: La ilusión de ver lo irreal como real, de confundir lo transitorio


como eterno, la ilusión cósmica por la cual la verdad es velada.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 59

dimiento altamente peligroso. La ciencia ni siquiera


sabe la verdad respecto de la química y la física. Cada
diez años más o menos, se descartan o se modifican las
verdades anteriores siguiendo los resultados de las in-
vestigaciones. Así, si alguien trata de comparar la cien-
cia con el mundo espiritual de Baba, está en verdad
comparando una ciencia cuyo final no se conoce con
una verdad espiritual que también ignora. La ciencia
surge de los sentidos hacia abajo. El espíritu surge de
los sentidos hacia arriba. La ciencia, por ejemplo, ni si-
quiera sabe aún respecto de los grandes huecos que
hay en el Sol, a través de los cuales los vientos soplan
para regular la temperatura. La ciencia no es sino un
permanente improvisar y errar. Para que alguien sepa
realmente, tiene que poseer el conocimiento total y
universal de Baba.

J. H.: ¿Hay alguna traducción confiable al inglés de los


Vedas?

Sai: Los Vedas provienen de ciertos sonidos fundamenta-


les y sus variaciones. La más leve modificación del so-
nido altera el sentido de lo que se dice. No hay len-
guaje escrito alguno que pueda representar todos los
sonidos védicos; muchas de las palabras son imposi-
bles de escribir. Los Vedas son el aliento de Dios y
pueden ser transmitidos sólo por la voz, de persona
en persona. En toda India no hay sino un puñado de
personas que pueden recitar los Vedas correctamente.
Se han hecho algunos intentos en años recientes para
anotar los Vedas y publicarlos en forma de libros, pero
el esfuerzo fue una pérdida de tiempo.
60 John S. Hislop

IX
Sai: El Universo es un globo. La Tierra y todos los seres son
globos más pequeños dentro de él. Todo el Universo
está contenido en la mano de Baba.

X
Sai: Olviden el mundo. Renuncien al alma individual. Al-
cancen a Dios. De las diferentes prácticas espirituales, la
más efectiva es la repetición del Nombre de Dios. Si no
se lleva a cabo éste, el que le sigue en efectividad es el
Karma Yoga*. Si no se realiza sadhana alguno, entonces
basta el Amor a Dios. Amando a Dios no se necesita de
ninguna disciplina o práctica: basta el Amor a Dios.

XI
J. H.: ¿Por qué Baba establece colegios normales y no
religiosos?

Sai: Los colegios religiosos atraerían sólo a la gente religio-


sa, en tanto que la tarea de Baba es la de elevar a toda
la gente hacia la devoción y la vida espiritual. Uno de

* Karma Yoga: El «karma» realizado en forma inteligente. La filosofía


de la acción, por la cual se intenta llegar a la unión con Dios, a través
de la actividad realizada con dedicación a favor de los demás (servicio
desinteresado).
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 61

los aspectos de la misión de Baba es el de reformar la


educación, y si ello fuera imposible, Baba no habría ve-
nido. Pero como vino, ten la seguridad de que la tarea
se cumplirá, aunque no tan rápidamente como les gus-
taría a los impacientes humanos. Es posible que se lo-
grara un cambio rápido mediante una intensiva campa-
ña televisiva, pero sería sólo temporal. Dios tiene una
visión distinta a la del hombre y Él sabe que lo correc-
to es partir temprano, conducir con serenidad y llegar a
salvo. Puede que el cambio que Baba está produciendo
se realice a través de métodos lentos, como sucede en
los colegios, pero estos métodos serán efectivos.

J. H.: ¿Qué deberíamos hacer ante la gente joven para co-


rregir su carácter y comportamiento?

Sai: Es corriente que un niño insista en acercar su mano a


una lámpara, hasta el momento en que se queme. La
gente joven no conoce el equilibrio y, por otra parte,
desea obtener resultados rápidos. Ayer, por ejemplo, se
celebró un matrimonio; el joven quería tener un hijo de
inmediato, no quería esperar nueve meses. O, por
ejemplo, aparece un autodenominado gurú y los jóve-
nes se lanzan en su seguimiento esperando una rápida
autorrealización. Sin embargo, una vez que se desilu-
sionan, se alejan, pero ganan algo de cautela y pacien-
cia en el proceso.

Una pequeña historia: Un joven hijo de una familia muy


pobre, obtiene su B. A. (grado académico: bachelor of
arts N. del T.), fundamentalmente porque sus maestros
han desistido ante sus múltiples fracasos en los estudios
62 John S. Hislop

y se lo “regalan”. Los orgullosos padres deciden que es


el momento de buscarle una esposa. Ante lo cual el mu-
chacho señala que no quiere sino una que tenga un B.
A. como él. La madre le dice: «Pero no podemos tener
sirvientes para una joven que se levante recién a las nue-
ve de la mañana. Necesitamos que tu esposa ayude con
los quehaceres de la casa». Y el muchacho responde:
«Son mis necesidades las que cuentan y no las tuyas. Si
no se hace como yo quiero, me marcho.” Los padres ca-
pitulan y le consiguen la esposa deseada. El muchacho
conversa con sus amigos y les asegura que es el más fe-
liz de los mortales. Tres días después, le dice a su mujer:
“Querida, levántate y prepárame el café.” Y ella le con-
testa: «Yo tengo un B. A. al igual que tú, así es que le-
vántate por favor y tráeme un café a mí». A partir de ese
momento, el muchacho proclamó que su vida era negra
y que se sentía desgraciado y miserable. De este modo,
en tres días, había pasado de la completa felicidad a la
completa miseria. Este tipo de comportamiento en los jó-
venes se da porque no se les ha enseñado a respetar y
a reverenciar a sus padres. Y su comportamiento en di-
rección espiritual es similar. ¿Cómo puede esperarse al-
guna luz espiritual hasta que no esté limpio el interior?

Y el trabajo interno reside en una serena indagación y


discriminación. Y una vez que el interior esté limpio, re-
cién entonces adquieren algún valor las disciplinas ex-
ternas.

J. H.: Hay jóvenes hoy en día que se preguntan cómo pue-


den respetar a sus padres, si éstos incurren en acciones
equivocadas.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 63

Sai: Los jóvenes no se dan cuenta de las preocupaciones de


sus padres. No importa que sean imperfectos, lo único
que anhelan es lo mejor para sus hijos. En última ins-
tancia, los hijos deberían apreciar esto y considerar tam-
bién todo el sacrificio, los cuidados y el amor que se
han puesto en el hijo para darle una oportunidad en la
vida. Estos factores deben considerarse, a pesar de las
imperfecciones de los padres. Sólo si honran a sus pa-
dres, llegarán a ser honrados por sus hijos. Este es un
caso claro de acción y reacción.

J. H.: Swami, si los padres dicen una cosa y el Maestro es-


piritual dice otra, ¿a cuál orden debe darle preferencia
el joven?

Sai: Los padres que dan el cuerpo vienen antes que Dios.

J. H.: ¿Los padres antes que Dios, Swami? ¡Esto sí que


resulta sorprendente!

Sai: Esto es una verdad aplicable a la gente que vive en la


esfera del mundo. Es evidente que para los jóvenes que
llevan una pura vida espiritual, Dios viene ante todo.

J. H.: Swami, estos estudiantes que están en el colegio de


Swami, aquí, reciben una educación normal de primera,
alcanzan los más altos porcentajes en sus calificaciones
y otras cosas por el estilo. Al mismo tiempo se les edu-
ca para que formen un carácter interno de la más firme
moralidad. ¿Llegarán estos jóvenes a ser líderes en la In-
dia? ¿Su educación superior y su inconmovible morali-
dad les ayudarán a adquirir posiciones y los afirmarán?
64 John S. Hislop

Sai: Ese es el propósito de los colegios de Swami.

J. H.: Entonces cabría esperar un gran cambio en la nación


hindú de aquí a veinte o treinta años.

Sai: ¿Veinte años? ¡En diez años!

J. H.: Pero Swami, en diez años algunos no habrán cum-


plido ni los treinta años de edad, y la gente llega al po-
der después de los treinta, a los cuarenta o cincuenta.

Sai: En la India la gente llega a posiciones de poder y de in-


fluencia mucho antes. Incluso ahora hay muchos ejem-
plos de ello en todo el país.

J. H.: ¿Se dan cuenta estos estudiantes de su destino y de la


gran responsabilidad que les cabe frente al mundo?

Sai: Los estudiantes declaran que cuando crezcan actuarán


según la voluntad de Sai. A medida que se vayan
abriendo posiciones en todas las áreas de la sociedad
hindú, estos jóvenes irán ocupando esos cargos. En
cualquier lugar en que se desempeñen, ejercerán su in-
fluencia y cambiarán la sociedad para mejor. Disminui-
rá definitivamente la corrupción y los problemas de ese
tipo, ya que su influencia no podrá sino manifestarse.
Ya ahora, el ochenta por ciento de los padres de estos
estudiantes han visto cambiadas sus vidas al observar el
efecto de Sai en el carácter de sus hijos. Todos dicen
que no interferirán y que sus hijos deben seguir la guía
de Sai. (Señalando a un joven estudiante de Hong
Kong.) Este muchacho hablará mañana.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 65

(Varios estudiantes se habían apostado ante la puerta


del comedor de Swami mientras éste se servía su frugal
comida de la tarde.)

J. H.: (Al estudiante.) ¿Has preparado tu intervención?

Estudiante: Swami es mi voz. Lo que Él dice tomará forma


de palabra en mi boca y será expresado.

J. H.: ¿Me estás diciendo que no te preparas en absoluto para


disertar? Supongo que al menos habrás pensado en al-
guna idea para empezar. Dime sobre qué piensas hablar.

Estudiante: No tengo ninguna idea. Las ideas vienen a mi


mente sólo cuando las impulsa Bhagavan, quien reside
en mi corazón. Él es Dios y nada hay fuera de Él.

Sai: (Al estudiante.) Habla ahora.

Estudiante: El ser de Swami es pura belleza. Sus ojos me di-


cen que cuide mis pensamientos, cuide mis acciones,
cuide mis palabras, cuide mi corazón. Su sonrisa es como
una bella rosa cuya fragancia llena el jardín de mi vida.

Sai: (Al estudiante.) ¿Cómo sabes que Swami es Dios?

Estudiante: (Se mantiene en silencio.)

Sai: (A Hislop.) Anda, hazle algunas preguntas.

J. H.: ¿Cómo se sabe que Swami es Dios? No resulta algo


muy claro.
66 John S. Hislop

Estudiante: Swami le da a la persona el poder para conocerlo.

J. H.: ¿Qué quieres decir?

Estudiante: Cuando los tres gunas están en equilibrio: los


sátvicos, rajásicos y tamásicos, cuando estas tres cuali-
dades o características están en equilibrio entre sí, de
modo que la persona esté equilibrada, y cuando esto se
produce a través de la disciplina, la devoción y el de-
ber, entonces Swami condesciende a dar el poder de sa-
ber que Él es Dios.

J. H.: ¿Y cuándo sucede eso? ¿A una edad temprana o más


adelante?

Estudiante: La edad no es un factor importante. Lo impor-


tante es el equilibrio de la naturaleza propia a través de
la práctica de la devoción, el deber y la disciplina.

J. H.: ¿Cuál es el destino del hombre?

Estudiante: Su destino es tomar conciencia de que es la en-


carnación de Dios.

J. H.: ¿Las niñas tienen el mismo destino?

Estudiante: Puede que haya alguna diferencia, pero en re-


alidad ambos son lo mismo. Cuando Swami está en el
colegio de niñas en Anantapur, los niños aquí en Brin-
davan se dan cuenta de que Él es Omnipresente y de
que sigue estando aquí, pese a estar en Anantapur. Sa-
ben que si su devoción es lo suficientemente fuerte, Él
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 67

volverá a Brindavan. Las niñas hacen otro tanto, saben


que si su devoción es fuerte, Swami también visitará el
colegio de Anantapur en su forma física, aunque en su
omnipresencia esté siempre con ellas.

J. H.: ¿Cuál es tu carrera? ¿Qué piensas hacer en tu vida?

Estudiante: Haré lo que Swami me indique hacer.

J. H.: ¿No tienes ningún plan específico? ¿Esto o aquello que


desees realizar como trabajo?

Estudiante: Cuando sea el tiempo, Swami me va a guiar ha-


cia el trabajo que sea mi deber correcto en el mundo. Del
mismo modo en que ha guiado a esos otros jóvenes que
están ahí afuera y que ya han entrado a la universidad.

J. H.: Esto es algo muy ajeno a la gente del mundo actual.


En todo el mundo los jóvenes llegan a tomar decisiones
por sí mismos en cuanto a carrera, y luego buscan te-
ner éxito poniendo todo su empeño y energías en esa
carrera.

Estudiante: No supieron nada respecto de sus carreras has-


ta que no sintieron un impulso interno que los inducía
hacia una u otra. Lo mismo le pasó a usted. Hasta tanto
Swami no le dijo que fuera presidente de la Organiza-
ción Americana de Sai, usted no sabía nada al respecto.

J. H.: Estás en lo cierto. Realmente no albergaba el menor


deseo en este sentido antes de que Swami me lo dijera.
Pero tú estás tan seguro de que Swami es Dios. Hay
68 John S. Hislop

mucha gente que viene aquí y se va sin creerlo. Sus


propias circunstancias y las influencias previas los han
condicionado en otro sentido, y por ello no son capa-
ces de ver a Swami como lo ves tú. ¿Qué pasa con ellos?

Estudiante: Hay árboles que crecen rectos hacia el cielo y


hay otros a los que el clima y las tempestades hacen cre-
cer torcidos. Realmente no tiene importancia. Hasta la
persona más torcida llegará a ver a Swami como Dios.

J. H.: ¿Con qué seguridad dices eso? ¿Cómo sucederá?

Estudiante: No puede sino suceder así. Swami, como Dios,


reside en el corazón de cada persona y la fuerza irre-
sistible de este hecho no puede sino llegar a manifes-
tarse alguna vez.

J. H.: Pareces tan seguro de ello. Pero si no eres sino un


niño que está empezando a adquirir la experiencia de la
vida. Imagínate que se te acerca un hombre experimen-
tado y te dice: «Yo te digo que Swami no es sino un
hombre, aunque sea un hombre extraordinariamente in-
teligente y con grandes poderes». ¿Qué le contestarías?

Estudiante: Swami nos ha enseñado a no depender de las ex-


periencias de otras personas, sino a confiar en nuestras
propias experiencias. Mi experiencia es que Swami es
Dios y la experiencia suya, por ejemplo, no es la mía.

J. H.: Cuando empieces a enfrentar al mundo, lo más se-


guro es que te casarás. ¿Cómo te relacionarás con tu
mujer?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 69

Estudiante: Swami hará que encuentre a mi mujer. Swami


es mi padre y madre espiritual y en un sentido real he
nacido de Él. Él es Dios y mi mujer no será diferente de
Él. Él estará también en su corazón. De modo que veré
a mi mujer como madre, como hermana y como Dios.

J. H.: Es cierto, he oído decir que a los padres hay que con-
siderarlos como a Dios. Pero esta es la primera vez que
oigo decir que a la mujer de uno hay que considerarla
como a Dios. Creo que vas a tener algunos problemas
en este aspecto.

Sai: (Dirigiéndose a Hislop en telugu a través de otro estu-


diante.) Pregúntale qué hará si su mujer le dice que no
puede venir a Puttaparti.

J. H.: Sabes, a veces una mujer desarrolla una personalidad


muy fuerte y toma el mando en una familia. Imagínate
que una esposa así te diga: «No vas a Puttaparti».

Estudiante: No me importaría. Usted debe saber que un bri-


llante tiene muchas facetas. La faceta más grande, que
tiene la mayor capacidad de reflejar la luz, representa a
Dios. Pero todas las facetas menores pertenecen tam-
bién al mismo brillante. Mi mujer, representada por una
de las facetas menores de brillante, también es Dios. Y
mi hogar es Puttaparti. Así que estaría contento con mi
Puttaparti, con Dios al mando.

J. H.: Dices que Dios es el brillante y que el reflejo de la fa-


ceta mayor lo representa. Supón que Swami te diga que
vengas a Puttaparti y tu mujer te diga que no.
70 John S. Hislop

Estudiante: Yo obedezco a Dios y no a la mujer como tal.


En ese caso iría a Puttaparti.

Sai: (En otro aparte a Hislop.) Pregúntale qué haría si la


mujer amenazara con abandonarlo en ese caso.

J. H.: La mujer es un cuerpo y una mente. Swami es otro.


La mujer tiene su punto de vista independiente. Tú le
dices que irás a Puttaparti y que ella se puede quedar
en casa. Y ella te responde que a tu regreso no la en-
contrarás porque te abandonará.

Estudiante: Una mujer así no sería mi mujer. Yo me iría a


Puttaparti y ella puede actuar de acuerdo con su propia
decisión.

Sai: Hazles algunas preguntas a los otros niños. (Los mu-


chachos formaban un semicírculo junto a la puerta.)

J. H.: (Dirigiéndose a los estudiantes.) ¿Qué es lo que an-


helan?

Un estudiante: Quiero a Swami.

J. H.: Quiero decir después que se gradúen y enfrenten al


mundo.

Estudiante: Quiero a Swami.

J. H.: ¿Quién es Swami?

Estudiante: Swami es Amor. Él es Dios.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 71

J. H.: ¿Dónde está Swami?

Estudiante: En mi corazón.

J. H.: Entonces Swami está en tu corazón y ya tienes a


Swami. ¿Qué quieres ser en la vida, doctor, abogado,
primer ministro?

Estudiante: Haré lo que Swami me indique.

J. H.: ¿Quién es Hislop?

Estudiante: Él es Swami.

J. H.: Entonces, ¿por qué no dices «Anhelo a Hislop»?

Estudiante: Hislop es una pequeña parte de Swami, en tan-


to que Swami es plenamente Dios.

Sai: (Riendo.) Hislop es un hombre grande y alto, en tanto


que Swami es pequeño, no mide sino aproximadamen-
te un metro y medio.

J. H.: ¿Cómo sabes que Swami es Dios?

Estudiante: Veo que es Dios.

J. H.: Pero estás viendo el cuerpo de Swami. ¿Cómo es que


lo ves como Dios?

Estudiante: Tenemos confianza en que Él es Dios.


72 John S. Hislop

J. H.: ¿Dónde está Dios?

Estudiante: Dios está en todas partes.

J. H.: Cuando miras a un árbol, ¿qué es lo que ves?

Estudiante: Veo a Dios.

J. H.: ¿Cómo nace esta fe en que Dios está en todas partes?

Estudiante: Se experimenta alguna pequeña vivencia de


Swami y de ello surge la fe.

Sai: No. La fe viene primero, y luego la experiencia. Los es-


tudiantes no deben conformarse con conocer las res-
puestas a cada pregunta. Las respuestas deben darlas
con la conducta durante sus vidas y, sobre esta base, en-
señar a los demás. La fe es algo natural en cada perso-
na. Cada persona tiene algo de fe, algo de confianza en
sí misma. Y el núcleo de su ser, de sí misma, es el Alma.
Y aquí está el fundamento de la fe en sí mismo. Un pe-
queño ejemplo: Uno no recuerda su nacimiento y la ma-
dre le dice la fecha. No se sabe por sí mismo, pero en
base a la fe, se acepta lo que la madre ha dicho. Puede
que el padre no haya estado presente durante el hecho,
pero la madre dio a luz. Ella no necesita preguntarle a
nadie. Algo de reflexión nos indicará que para que lle-
gara a existir el Universo debe haber habido algún fun-
damento. Dios es ese fundamento. Él sabe. Él no nece-
sita preguntarle a nadie. En este terreno sutil, situado
más allá del cuerpo y del intelecto, sólo puede existir la
fe. La fe es algo natural en las personas, como también
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 73

lo es el Amor. El Amor se dirige a diversos objetos y a


diversas personas, pero el factor esencial es el Amor de
Dios. Si miramos hacia ese árbol, vemos que las ramas
gruesas y las pequeñas, así como todas las hojas tienen
al tronco único como factor común a todas ellas. El tron-
co, a su vez, depende de las raíces. El tratar de regar
cada hoja y cada rama tomaría una enormidad de tiem-
po y el agua se perdería. Pero si dirigimos el agua a las
raíces del árbol, entonces y de manera natural, cada ra-
ma y cada hoja recibirá la humedad de la manera que re-
sulte más beneficiosa para ellas. Como están las cosas
hoy en día, la gente dice que ama a los amigos y a los
parientes, pero que no ama a Dios. Dios es la base de
todos los individuos. Él es la raíz de la cual todos han
llegado a la existencia. Es mejor amar primero a Dios, y
amarlo con todo el corazón. Entonces, vuestro amor in-
cluirá de manera natural a los diferentes individuos.

J. H.: Swami, cuando a estos estudiantes les toca decir un


discurso, dicen que Swami les da las palabras. ¿Puede
ser cierto?

Sai: Sai les da confianza. Y con la confianza las palabras


surgen automáticamente.

Sai: (A un estudiante.) ¿Qué es lo que quieres cuando ter-


mines tu educación secundaria?

Estudiante: Sólo quiero fundirme en Swami.

Sai: El Avatar ha encarnado para revivir el Dharma (el deber


del hombre, la acción correcta). Está aquí ocupándose de
74 John S. Hislop

ello. Entonces, a qué viene toda esta palabrería de in-


mortalidad y de fundirse. Toda tu vida la tienes por de-
lante. Primero tienes que descubrir cuál es el propósito de
esta vida. Si Dios está aquí para promover Dharma, y tú
te empeñas en la misma tarea, entonces lo estás adoran-
do. Entonces le eres cercano y amado a Él, porque le es-
tás sirviendo tanto a Él, como a los devotos y a ti mismo.

XII
J.H.: (En Prashanti Nilayam.) Swami, ¿qué es esa nueva
construcción al otro lado de los cobertizos?

Sai: Es una planta para prensar aceite. Los campesinos del


área pueden traer sus semillas oleaginosas y prensarlas
gratuitamente.

J.H.: Había oído decir que Swami estaba instalando un cen-


tro de industrias caseras en los cobertizos, pero nada
me habían dicho de los campesinos.

Sai: El Gokulam es también una granja lechera modelo


para enseñar a los agricultores. El fin de la industria ca-
sera es sacar de la pobreza a los aldeanos enseñándo-
les a trabajar para que obtengan ingresos con su labor.

J. H.: Ese gran cobertizo al lado de la nueva escuela supe-


rior, ¿para qué lo está construyendo Swami?

Sai: Ahí los estudiantes podrán aprender algunas técnicas y


oficios para ayudarse de manera práctica. Aprenden a
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 75

reparar máquinas, carpintería, electricidad, plomería,


construcción y cosas por el estilo.

J. H.: ¿Será esto una característica de todos los colegios que


construya Sai?

Sai: Sí. Y las niñas aprenderán costura y toda clase de ofi-


cios domésticos.

XIII
J. H.: ¿Rezarle a Dios no viene a ser lo mismo que mendigar?

Sai: El suplicarle a un igual te rebaja y lo eleva a él. En cam-


bio, al suplicarle a Dios, tú te elevas a Su nivel. Debes
pedirle a Dios. Está perfectamente bien pedirle a Dios.
Y no significa mendigar.

J. H.: Es que yo pensaba que puesto que Dios conoce cada


problema, si es apropiado remediarlo, Dios lo haría sin
que se le pidiera.

Sai: Es importante lo que has dicho. No. Es tu deber pe-


dirle a Dios. Hay que pronunciar las palabras y las
palabras deben corresponder al pensamiento. El pen-
samiento debe ser expresado mediante la palabra
verdadera. Es verdad que la Divinidad lo sabe todo,
pero exige que se pronuncie la palabra verdadera. La
madre puede saber que para mantener la vida, su hi-
jo necesita alimento. Pero le da la leche cuando el ni-
ño lo pide.
76 John S. Hislop

J. H.: No veo claro cuándo se le debe pedir algo a Dios y


cuándo no. Por ejemplo, se tiene un dolor de cabeza que
los médicos parecen incapaces de curar. Yo no le pido a
Swami que me libre del dolor de cabeza; no rezo para
obtener una curación. Sin embargo, en una carta,
Swami escribió: «¿Cómo está tu salud? No te preocu-
pes por ella. Tu Dios siempre está contigo, en ti y a
tu alrededor».

Sai: Cierto. Lo que Baba dijo basta, porque tu identificación


con el cuerpo se está debilitando. Tienes dolor de ca-
beza hoy, mañana dolor de estómago. Déjalos. No te
preocupes por ellos. Tú no eres el cuerpo. Una vez que
Baba te ha dicho que no te preocupes, no necesitas pe-
dirle nada. No te identifiques.

J. H.: Swami quiere decir que en el caso de las personas


que aún se identifican plenamente con su cuerpo, ¿un
dolor de cabeza continuo puede ser un tema adecuado
para orar?

Sai: Sí, pero para qué molestar a Swami por un simple do-
lor de cabeza. Díselo también a los otros.

J. H.: Entonces, ¿está bien pedir a Dios?

Sai: Cuando hay una verdadera necesidad, se le debería pe-


dir a Dios que provea. Un niño les pide dulces a sus pa-
dres y los padres se los dan. Cuando mayor les pide al-
gún bien a los padres y los padres se lo dan. El niño
pide por derecho y también recibe por derecho. Un ni-
ño le puede pedir a un extraño que le dé dulces y pue-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 77

de que una u otra vez los reciba. Pero aunque lo pida,


cuando sea mayor, no recibirá ningún bien de parte de
un extraño. Dios, en cambio, no se molesta frente a las
multitudes de pequeñas peticiones y otorgará cierta-
mente bienes (cosas de gran valor). Y es por ello que
siempre hay que pedirle a Dios cuando la necesidad
apremia. El individuo tiene el derecho de pedir, no se
trata de mendigar.

J. H.: Swami dijo que al rezarle a Dios, el que pide se ele-


va al nivel de Dios. Para realizar esta oración, ¿en qué
estado o en qué condiciones hay que ponerse primero?

Sai: No es necesario entrar en ningún estado particular de


meditación.

J. H.: Habitualmente existe la idea de que uno debería re-


tirarse a un lugar aislado y estar sereno y tranquilo
cuando se desea orar.

Sai: En cualquier momento y en cualquier lugar en que te


pongas en contacto con Dios, estás en estado de me-
ditación. Puedes pensar que la una de la mañana en
California no es una hora apropiada para llamarme,
porque puede que yo esté durmiendo en la India y no
deba molestárseme. Sé que en algunas oportunidades
te ha sucedido. Pero Yo soy Omnipresente, no tengo
ese tipo de limitaciones. Yo nunca duermo. En medio
de la noche apago la luz y descanso en mi cama por-
que sé que si la luz está encendida, de inmediato se re-
únen los devotos. No tengo necesidad de dormir, en
tanto que tú necesitas al menos cuatro horas de sueño.
78 John S. Hislop

J. H.: Si voy caminando por la calle, rodeado de gente y mi


mente ocupada con las cosas que tengo que hacer, ¿se-
ría ése un buen momento para rezar?

Sai: Al comienzo, puede que uno necesite de una serie de


condiciones previas para aclarar la mente y poder con-
centrarse en Dios. Pero, al poco tiempo, cuando uno se
da cuenta de que Dios es Omnipresente y se hace cons-
ciente de Él y los pensamientos se concentran en Él, en-
tonces no importa en donde estés, ya que da lo mismo,
y las oraciones que le dirijas llegarán hasta Dios.

J. H.: Swami dice que Dios es Omnipresente. ¿Cuál es el sig-


nificado que Swami le da a la palabra “omnipresente”?

Sai: Omnipresente significa en todo lugar al mismo tiempo


y en todo momento.

J. H.: Si una persona no tiene necesidades materiales ni te-


rrenales, ¿cuál sería el tema apropiado para orar?

Sai: La paz mental. Debería orarse para pedirle paz mental


a Dios.

J. H.: Me sorprende. Pensé que Swami había dicho que la


paz mental tenía que lograrla uno mismo, actuando so-
bre sus deseos y librándose de ellos. ¡Y ahora Swami
dice que se le puede pedir a Él, orando!

Sai: ¿Cómo puedes estar libre de deseos? Ahora, en este


momento, estás con Swami y estás libre de deseos. Tan
pronto como tu mujer sienta un dolor, deseas que esté
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 79

bien nuevamente y le rezas a Swami pidiéndole que la


cure. En cualquier momento puede aparecer un deseo,
y ¿en dónde queda tu paz mental? Sin embargo, si Dios
responde a tu pedido por paz mental, por el hecho de
haberte concedido esa gracia, Él deberá, automática-
mente, cumplir tus necesidades y anhelos. Comienzas
por querer de Baba una cadenita, al día siguiente quie-
res otra cosa, un anillo, ambos de oro. Por qué no pe-
dir más bien el oro y entonces todos los objetos desea-
dos serían hechos de ese oro.

J. H.: Cuando Swami dice “paz mental”, ¿cuál es el sentido


que le da a esa frase?

Sai: Hay una pequeña confusión de términos, porque no


existe una mente como tal. La mente es una trama de
deseos. La paz mental es la carencia de deseos y en ese
estado no hay mente alguna. Por así decirlo, la mente es
destruida. En realidad “paz mental” significa pureza,
completa pureza de la conciencia. Todas las prácticas es-
pirituales se orientan hacia la purificación del corazón.

J. H.: Swami, perdona por favor la pregunta que te voy a


hacer, pero es algo que todos quisieran saber. ¿Vendrá
Swami pronto a América?

Sai: No iré hasta el momento en que haya una base más


amplia en América. Sin embargo, puedo ir de manera
informal en cualquier momento. El devoto no necesita
sino invocarme y apareceré de inmediato. Swami tiene
su labor de regenerar a la India. Tiene que terminarla
antes de estar dispuesto a hacer lo mismo en otro país.
80 John S. Hislop

La gente en general viaja al extranjero con algún tipo de


deseo. Baba no tiene deseos. Distinto es que los ex-
tranjeros vengan hacia Baba.

XIV
J. H.: ¿Cuál es el punto más sutil en las enseñanzas de
Swami? Y luego, en el círculo que rodea ese punto,
¿qué es lo que hay que hacer para tomar conciencia de
ese aspecto más sutil?

Sai: El aspecto más sutil de la enseñanza de Swami es el


Amor. El círculo en torno de este punto, con el objeti-
vo de entenderlo, lo forman las prácticas espirituales
como la meditación, la repetición del Nombre del Se-
ñor, el conversar con gente buena, el apartar la mente
de los pensamientos perjudiciales y cosas de este tipo.
Por sí mismas, estas prácticas espirituales no tienen va-
lor. La única cosa valiosa es el amor mismo. Cuando
Swami trata con la gente, se concentra en lo bueno e ig-
nora lo malo, para intensificar lo bueno. En cierto mo-
do, la enseñanza de Swami es como cuando se va a
comprar azúcar. En ese caso uno busca el azúcar y com-
pra el azúcar, y no se preocupa por buscar otros deta-
lles que forman parte de las circunstancias que rodean
el negocio, como la historia y el carácter del comer-
ciante, sus relaciones con la gente, su apariencia per-
sonal, si es joven o viejo, alto o bajo, etc. El núcleo de
la enseñanza de Swami en lo que respecta a vivir en el
mundo es el ver en la gente esa cualidad esencial que
es Dios y amar esa cualidad, sin que interfieran las ac-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 81

ciones, características, conducta u otras cualidades de


la persona. Y el amor a Dios en la persona con la que
uno está tratando es un amor espiritual y no físico. Es-
to no significa, en términos de la naturaleza física del
ser en que uno ve a Dios, que uno perdone o admire
o no reprima la conducta errada de la parte terrenal de
esa persona. Incluso, aunque uno vea y ame y ponga
realmente atención a Dios en esa persona, esto no obs-
ta para que no se la pueda increpar, ni llamar su aten-
ción sobre sus acciones equivocadas, sus faltas o sus
culpas, etc. Y esto no es crueldad. El factor importante
aquí es la intención. En una riña callejera, por ejemplo,
un obrero puede que hiera la mano de otro con su cu-
chillo y vendrá la policía a arrestarlo. En tanto, en un
hospital cercano, un cirujano puede estar tomando
un afilado bisturí para hacer un corte de varios cen-
tímetros para extraer el apéndice de una persona, y
será alabado por su acción. De modo que tendríamos
aquí el caso de un médico infligiendo una herida se-
ria a una persona y recibiendo elogios y, en el otro
caso, a un obrero que no infligió sino un rasguño y
recibe una sentencia de prisión. Todo el asunto resi-
de en la intención de la persona. Swami considera a
veces necesario operar a una persona, es decir herir-
la, decirle algo que tal vez la lastime o revelarle al-
guno de sus aspectos negativos en lugar de pasarlos
por alto y destacar sólo los positivos. Pero cuando
Swami lo hace, su intención es la de ayudar a la per-
sona, y no la de herirla o lastimarla.

(Swami se vuelve entonces hacia Hislop y hablándole


directamente, le dice:)
82 John S. Hislop

Está perfectamente bien que plantees estas preguntas


y aclares todas tus dudas; estás examinando a Swami
y Swami te está contestando. Pero una vez que esto
termine, en la próxima oportunidad, Swami será el
examinador y tú serás examinado y deberás tener las
respuestas correctas tanto en la mente como en el co-
razón. Ahora debes vaciarte de toda duda, para que
mañana Swami pueda llenar tu ser con algo nuevo,
por decirlo de otra manera, pueda bañar tu piel con
un nuevo ungüento.

J. H.: Uno se siente tan imperfecto que parece imposible


que pueda ser de alguna ayuda para otros.

Sai: La gente piensa a menudo que tienen que ser perfec-


tos antes de poder ayudar a otros, pero no es así. Si
uno tiene un defecto o una cierta debilidad, puede se-
ñalar a otros esa misma debilidad que ha reconocido
en sí mismo. Y si los otros responden: «Antes de de-
cirme cómo debo portarme, ¿por qué no te comportas
mejor tú?», entonces uno puede decir que conoce el
sufrimiento del comportamiento equivocado y que espe-
ra que el otro pueda evitar el problema que uno está
sufriendo. De este modo se ayuda a sobreponerse a la
dificultad en sí mismo, y en tanto lo logra, hay otros
diez a los que puede ayudar. Por ejemplo, supón que
un hombre ha caminado por un sendero lleno de es-
pinas que le ha herido y lacerado los pies produciéndole
un gran sufrimiento y dolor. Se sienta a descansar,
cuando observa a otra gente que se aproxima al sen-
dero espinoso. ¿Es que debe dejarlos atravesar por allí
y soportar los mismos dolores que está sufriendo él?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 83

Por cierto que esto no sería una buena acción. ¿O


debería llamarlos y advertirles que hay espinas en el
camino para que busquen otro lugar por donde pa-
sar? Si una persona tiene la humildad como para re-
conocer una falta en sí misma y admitirla, esto les
servirá de ayuda a otros y a la misma persona. El
pretender que uno es perfecto y señalarle a la gente
cómo comportarse, pretendiendo que uno se com-
porta de esa manera perfecta, es un gran pecado. No
porque se esté dañando a los demás, sino porque se
daña a sí mismo.

XV
Sai: Hay sólo Uno, no dos. Si uno ve a un segundo, es por-
que la maya (la seductora irrealidad llamada mundo),
está operando.

J. H.: La vida se parece a una jungla llena de peligros ines-


perados.

Sai: La maya resulta inofensiva para el devoto de Dios. Esa


misma maya tan peligrosa para la persona que no cree
en Dios protege de todo daño al devoto. Una gata lle-
va a sus gatitos de un lugar a otro entre sus dientes y
los gatitos no sufren daño alguno. Pero la gata sí ma-
ta a un ratón. Y en ambos casos se trata de la mis-
ma boca. La maya (la fascinación ejercida por lo
temporal) produce problemas, y, sin embargo, es la mis-
ma maya la que protege con ternura al devoto de
Dios.
84 John S. Hislop

J. H.: ¿Entonces, el devoto de Dios puede simplemente ha-


cer su trabajo y no preocuparse en penetrar las ilusio-
nes de maya?

Sai: Sí. El devoto puede dedicar su trabajo a Dios y no pres-


tarle atención alguna a los poderes de la maya. Dios
protege a sus devotos. El devoto está próximo a Dios y
es amado por Él, de modo que lo conduce a salvo a tra-
vés de la vida. En las cocinas hindúes hay un instru-
mento –unas pinzas– que se usa para asir y mover las
ollas; este instrumento puede asir cualquier cosa ex-
ceptuando al que lo utiliza. La maya es como las pinzas
que Dios tiene en su mano y utiliza.

J. H.: ¿Dios tiene entonces a la maya en una mano y al de-


voto en la otra?

Sai: No requiere de ambas manos, con una le basta. ¡Aun te-


niendo al devoto en una mano, las pinzas pueden asirlo!
Así es como Dios los sostiene a ambos en una mano.

XVI

J. H.: ¿Qué dice Swami sobre los tres estados de conciencia?

Sai: Están los estados de vigilia, de dormir, de soñar y del


sueño profundo. En el sueño profundo no hay mente.
Todos son estados cambiantes. El pasado se ha ido, el
futuro está por venir y el presente se está yendo. Nin-
guno de estos estados cambiantes representa la verdad,
puesto que existe el consenso que la verdad es real y
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 85

una sola, ya sea en el pasado, en el presente o en el fu-


turo. Ustedes son permanentemente esa verdad, sin cam-
bios, constante, inalterada, siempre la misma verdad.

J. H.: Swami dice que el “yo” se refiere al cuerpo. Pero


cuando uno piensa en sí mismo no solamente ve el
cuerpo, sino también su mente, su condicionamiento,
sus tendencias.

Sai: “Cuerpo” comprende los cinco sentidos y todo aquello


que comprende cualquier extensión de ellos.

J. H.: En el sueño profundo desaparece el cuerpo y desa-


parece la mente. Queda una intensa dicha. No obstan-
te, esa dicha llega a conocerse posteriormente como
recuerdo y el recuerdo no es sino un pensamiento, no
tiene realidad.

Sai: La diferencia entre el sueño profundo y el samadhi* re-


side en que durante el samadhi se tiene conciencia de
la dicha en el momento en que ocurre.

J. H.: Swami dice que en el samadhi la dicha se conoce en


el momento en que ocurre. ¿Pero cómo puede la perso-
na, el sujeto, tener la conciencia de estar dichoso? Evi-
dentemente, esto implicaría una relación sujeto-objeto. Y
esta relación sujeto-objeto no es real, de modo que

* Samadhi: La ecuanimidad perfecta, que no se apena por la aflicción ni


se alegra por la felicidad. Cuando se ignora la forma y se siente sólo el
significado en el momento en que ocurre.
86 John S. Hislop

aquello que en estos términos es experiencia, ¿debe ser


irreal o no?

Sai: Si uno se mira en el espejo y observa que tiene polvo


en la frente, procederá a limpiarlo de inmediato, aun-
que era inconsciente de ello antes de mirarse en el es-
pejo. El Gurú es el espejo.

XVII
J. H.: El que una vez ha probado el azúcar, jamás tomará la
sal por azúcar. Si esa dicha de la que habla Swami es
nuestra real naturaleza, ¿cómo es que confundimos lo
irreal por lo real?

Sai: Ustedes no han probado ni la sal ni el azúcar, sino que


sólo las miran y se las imaginan.

J. H.: ¿Cuando uno está sumido en la Bienaventuranza Di-


vina, tiene conciencia de ello?

Sai: Uno pasa a ser el testigo de su Bienaventuranza. La


persona pierde su limitada conciencia y la reemplaza
por la conciencia total de Dios. El sueño profundo es
samadhi, en donde no hay mundo ni mente, sino sólo
la experiencia del “yo”. La libertad es esa misma expe-
riencia en una conciencia plena.

J. H.: En repetidas oportunidades Swami menciona la fe-


licidad, la alegría, la Bienaventuranza. ¿Hay alguna
diferencia?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 87

Sai: La felicidad es temporal; nos la dan otros. Luego viene


la alegría; uno está alegre mientras llena su estómago,
por ejemplo; la alegría va y viene. En tanto que la Bie-
naventuranza representa nuestra legítima naturaleza, no
es algo que vaya y venga, ni es algo que llegue a uno.
La Bienaventuranza es nuestra esencia real y es perma-
nente.

J. H.: Si uno está totalmente absorto en Dios, ¿quién cuida del


cuerpo?

Sai: Durante la vigilia y los sueños está presente la mente.


¿Quién se hace cargo al dormir? Dios se hace cargo.
¿Quién cuida del cuerpo en todo momento? ¿Puedes
tener un lado paralizado y hacer que se mueva? Los
genuinos santos y yoguis en los Himalayas no tienen
medio alguno de cuidar de sus cuerpos. Es Dios quien
se hace cargo.

J. H.: Baba dice que durante la práctica espiritual hay un


cierto nivel en el que cesa la naturaleza exterior. ¿Có-
mo es ello?

Sai: Hay diez niveles en sadhana, cada uno de los cuales


se conoce por varios tipos de sonidos que van desde
simplemente el sonido, pasando por vibraciones, cam-
pana, flauta, caracola, OM, trueno, explosión. El déci-
mo es forma pura. Se han trascendido los sentidos.
Hasta entonces todo se halla dentro del ámbito de los
sentidos. Por sobre los sentidos se encuentra el estado
de Bienaventuranza como el cuerpo universal de Dios,
que es luz.
88 John S. Hislop

J. H.: ¿Ese estado de Bienaventuranza dura sólo un cierto


tiempo? ¿Qué pasa luego en el diario trajín de la vida?

Sai: Cuando ese estado se percibe plenamente como natu-


ral, permanece para siempre. Entonces el mundo se
vuelve Bienaventuranza constante. Se piensa en Dios,
se come a Dios, se bebe a Dios, se respira a Dios, se
vive a Dios.

J. H.: ¿Todos pasan por estas etapas del sadhana?

Sai: No. Uno puede llegar directamente al estado trascen-


dente, o al sexto o séptimo o no llegar a ninguno. No
es algo uniforme.

J. H.: ¿Cuál debería ser nuestra actitud frente a estos esta-


dos de la práctica espiritual, a medida que los vayamos
alcanzando?

Sai: Cambian los estados, pero la actitud debería ser inmu-


table.

J. H.: ¿Pero qué valor cabría darles a los diferentes estados?

Sai: El aspirante espiritual no quedará satisfecho con nin-


guno de los estados, puesto que es la unión total la que
desea. El deseo se mantiene fuerte y constante hasta
que se haya tomado conciencia de la Bienaventuranza
trascendente, entonces el deseo cesa. ¿Quién es el hom-
bre más mísero en el mundo?

J. H.: ¿El hombre sin Dios...?


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 89

Sai: No. El hombre con más deseos es el más pobre. Mien-


tras no realicemos el estado sin deseo de la Bienaven-
turanza pura, nos encontraremos en la pobreza.

Visitante: Puede que uno llegue a lograr una medida de en-


tendimiento espiritual... ¿pero en la próxima vida se ha
borrado y perdido todo?

Sai: Decimos: «Yo no soy ni el cuerpo, ni la mente, ni la in-


teligencia, porque no son permanentes»; pertenecen a la
misma materia. No son materiales diferentes. Al igual
que la mantequilla, el requesón, el suero y la grasa no
pueden volver a unirse entre sí para reconstituir la le-
che, la calidad de ser espiritual, una vez separada por
el batido de la leche del mundo, no vuelve nuevamen-
te a éste. Una vez manifestada, ya no se pierde jamás la
sustancia espiritual.

XVIII
J. H.: El coche en que viajamos posee ciertos factores na-
turales que no son ni buenos ni malos. Si se mueve,
tiene velocidad y momento, comparativamente, ¿cuá-
les son los poderes de la mente?

Sai: La mente carece de poderes. El único poder es la ener-


gía del Alma, el poder del Alma. En realidad la mente
no existe. No hay mente. La Luna es iluminada por el
Sol y lo que vemos es la luz del Sol reflejada. Lo que
tomamos por la mente, no es sino la luz del Alma re-
flejada en el corazón. En realidad existe sólo el corazón.
90 John S. Hislop

Esta luz reflejada se cree que es la mente, pero esto no


es sino una manera de ver las cosas, un concepto. Es-
tán sólo el Sol y la Luna; la luz reflejada no constituye
un tercer objeto. Desde este punto de vista, la mente no
puede compararse con un automóvil. El coche tiene
forma; la mente no tiene forma ya que no tiene exis-
tencia propia. Puede decirse que la mente es un tejido
de deseos. El Alma brilla sobre el corazón, ya sea éste
puro o impuro. Si el corazón es purificado y el deseo
más intenso es por Dios, no hay nada mejor.

J. H.: Mi mente y mi inteligencia están en funcionamiento


en este mismísimo momento, a pesar de la sutileza o la
aspereza de la cualidad. Baba dice que el único poder
es el del Alma. Entonces, ¿por qué no veo yo como
Alma esa Alma que está en funcionamiento a través
del complejo mente-inteligencia en este mismísimo
momento?

Sai: El Alma será percibida en su pureza cuando se remue-


van los obstáculos que enturbian una visión clara, gra-
cias a la práctica espiritual, el sadhana. El verdadero sad-
hana no se reduce a un estar sentado en meditación. La
meditación es un permanente examen interior respecto
de quién soy “Yo”, qué es amar y qué es discordante.
Meditación es el pensar en principios espirituales, el in-
quirir sobre cómo aplicar en uno mismo lo que Baba di-
ce y otras cosas en este sentido.

J. H.: Estoy plenamente convencido de que la vida es una


y de que los otros seres y yo somos uno. El Alma es ese
Uno y se encuentra totalmente aquí en este momento,
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 91

y yo me dedico con constancia al sadhana; de modo


que la pregunta persiste: ¿Por qué no experimento real-
mente esa unidad como indiferenciada de mí mismo?

Sai: Tu convicción de unidad es una idea, un pensamiento.


No es una experiencia. Por ejemplo, tu mujer tiene un
dolor en el pecho... ¿lo sientes tú? Si no lo sientes, ¿dón-
de está la unidad? La unidad de la vida debe ser expe-
rimentada... No como una idea o un pensamiento que
no se experimentan.

J. H.: ¡Swami habla de experimentar! Si el sadhana y la


convicción no hacen que la unidad sea una experien-
cia real, entonces ¿cómo puede lograrse?

Sai: Con una práctica espiritual constante, no se requiere de


un esfuerzo especial para perseguir y lograr la expe-
riencia del Uno. Es lo mismo que sucede con nosotros
y este coche. Necesitamos preocuparnos sólo por ma-
nejar con cuidado y llegaremos a su debido tiempo a
Anantapur. Con un sadhana constante y correcto se pro-
ducirá, a su debido tiempo y de manera natural, la ver-
dadera experiencia del Uno.

J. H.: Swami, ¿sería posible decirle a la muerte que espere


hasta un momento conveniente? Y, respecto a la muer-
te, ¿en qué estado debería estar la mente?

Sai: La maravilla más grande es sentir que uno no morirá.


Las plantas florecen y antes de caer ofrecen su aroma,
mientras que el hombre, cuando su fin se acerca, se
nota afligido. El debería ser como la flor y hacer algo
92 John S. Hislop

bueno y brillante al morir. Hay dos cosas que deben re-


cordarse: la muerte y Dios. Y hay dos cosas que deben
olvidarse: cualquier daño que se nos haya inferido y
cualquier bien que hayamos hecho a otros, pues si las
recordamos sería como esperar resultados y habría
consecuencias futuras. Cuando pensamos o aparece en
nuestra mente cualquier idea, experimentamos la reac-
ción. Claro que la muerte debe tenerse presente siem-
pre, pues de ello resultarán muchas acciones buenas y
se evitarán múltiples actos reprobables.

J. H.: Se dice que la mente es peligrosa. ¿Qué significa eso?

Sai: Es la misma mente la que tiene el poder de liberar o


de esclavizar. La mente se asemeja a una serpiente con
largos colmillos ponzoñosos. Cuando se extrae el vene-
no, se elimina el peligro que representa la serpiente. De
la misma manera, cuando se elimina el deseo, desapa-
rece el peligro de la mente.

J. H.: Pero siempre se dice que todos los problemas surgen


de la mente.

Sai: De los deseos.

J. H.: ¿Quiere decir que uno debería controlar sus pensa-


mientos?

Sai: Pensamientos y deseos no son la misma cosa. Hay mu-


chos pensamientos que no son deseos. Sólo cuando los
pensamientos penetran demasiado profundamente en
las cosas surgen los deseos; por lo tanto, si hay un de-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 93

seo, es que hubo un pensamiento. Pero no todos los


pensamientos son deseos. Hay nubes negras que por-
tan lluvia, pero hay nubes que no la traen. La Gracia de
Dios cae como gotas de lluvia; cuando éstas se acumu-
lan, forman un torrente. Si hay un fuerte deseo por
Dios, hasta los malos pensamientos simplemente pasan
por la mente y no son sujetados. El deseo orientado ha-
cia Dios hace surgir la discriminación. La inteligencia,
que es el discernimiento, no es la mente, ni los pensa-
mientos; es un shakthi, una fuerza directa del Alma.

Visitante: ¿Cómo debe uno manejar los malos pensamien-


tos que nacen de la envidia, el odio o la pereza?

Sai: De nada sirve resistirse o luchar en contra de los pen-


samientos. Si se reprimen se mantienen siempre prontos
a surgir de un salto en momentos de debilidad, como las
serpientes en un canasto, que se salen tan pronto la
cubierta se afloja o se retira. La manera de sobrepo-
nerse a los malos pensamientos o impulsos es mante-
ner siempre el pensamiento de servir al Señor, tener
conversaciones positivas con personas sabias, realizar
buenas acciones y hablar con palabras virtuosas. El
mayor peso de las acciones y pensamientos buenos
enterrará las semillas de las acciones y los pensa-
mientos negativos. Tanto los buenos como los malos
pensamientos e impulsos son como semillas en la
mente. Si las semillas se entierran a mucha profundi-
dad, se pudren y desaparecen. Los buenos pensa-
mientos entierran tan profundamente a los malos, que
éstos se pudren y pasan, y ya no pueden salir a la su-
perficie cuando la oportunidad sea propicia.
94 John S. Hislop

J. H.: Swami, cuando los pensamientos me producen pro-


blemas, digo: «Tu mente, Swami, no es la mía», y el flu-
jo de pensamientos que me agobia desaparece.

Sai: Correcto. En ese momento desaparece el ego. Ese es el


camino fácil.

J. H.: Swami, ¿qué es lo que sabe la mente? Hay mucho co-


nocimiento dentro de la mente, pero ¿qué es lo que sabe?

Sai: La mente no sabe nada. La así llamada educación no


es sino un conocimiento libresco. Mano a mano con el
conocimiento debe ir la filosofía. La filosofía no es re-
ligión, es Amor a Dios. Se cultiva recitando el Nombre,
cantando bhajans, reflexionando en pensamientos es-
pirituales, deseando la unión con Dios. La unión con
Dios es como la burbuja que al estallar se da cuenta de
que es el océano. Del cultivo de la filosofía nace la
fuerza de voluntad. Sin fuerza de voluntad resulta inú-
til el conocimiento.

J. H.: Swami, en Occidente se considera que la fuerza de


voluntad es una cualidad con la que se nace.

Sai: La fuerza de voluntad es producida por la filosofía. La


fuerza de voluntad es la manifestación directa del poder
del Alma.

J. H.: En Occidente se le adjudica gran valor a la mente. Se


considera que a menos que uno desarrolle una mente
hábil, no podrá tener éxito en la vida. Por ejemplo, tuve
que desarrollar mis habilidades mentales para lograr
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 95

una educación superior y poder ganar dinero para via-


jar y llegar hasta Baba.

Sai: Has venido hasta Baba gracias a tu corazón, no a tu men-


te... ¿no es así? El punto de vista respecto de que la mente
existe es útil hasta una cierta etapa: universidad, ciencia,
etc. Pero después de un cierto punto, la ciencia pasa a se-
gundo término y la filosofía pasa a primer plano. Entonces
se usa el corazón en lugar de la mente. El otro día alguien
mencionó el ejemplo del espejo. A medida que uno se ale-
ja, la imagen se empequeñece, pese a que en realidad la
imagen no ha cambiado en absoluto. Lo mismo sucede
respecto del mundo. A medida que uno se vuelve hacia
Dios con un amor cada vez más fuerte, el mundo retroce-
de y aparece cada vez más pequeño hasta que resulta
apenas visible. En realidad no existe sino el corazón.

J. H.: ¿Cuál es la causa de la ilusión por la cual se cree


que somos seres de voluntad autónoma, seres aisla-
dos que actúan en el mundo?

Sai: Todo el espejismo surge de la idea del “yo”. Todas las


complicaciones surgen de la identificación con el cuer-
po. Y puesto que ha sido la mente la que ha tejido es-
ta red de la identificación con el cuerpo, es ella la que
tiene que volverse ahora y buscar la real naturaleza de
cada uno, a través del examen, la discriminación y el
renunciamiento.

J. H.: Swami ha dicho que la mente no necesariamente pue-


de ser peligrosa. Pero con todos los problemas que pro-
duce, parece que fuera muy peligrosa.
96 John S. Hislop

Sai: La mente no presenta peligro ni da problemas en tan-


to no se entremezcle con los sentidos corporales. Por
ejemplo, la mente tiene un pensamiento teatral; esto no
implica ningún daño. Pero si la mente toma al cuerpo
y lo arrastra al teatro, entonces se enreda con la repre-
sentación, con la gente, con las emociones, con los
conceptos, y se ha perdido la paz. La mente no debería
dejarse cautivar por los sentidos corporales que sólo de-
berían servir a las necesidades del cuerpo. La mente
debe comprometerse sólo con los cinco sentidos men-
tales que son: la verdad, la concentración, la paz, el
amor y la bienaventuranza. En tanto la mente se ocu-
pe de ellos, todo irá bien y la persona estará contenta
y serena. Los objetos físicos tienen un potencial de
temperatura. Si la respiración es rápida, la temperatura
del cuerpo se elevará. Si se le agregan al fuego objetos
sujetos a temperatura, el fuego arderá con mayor fuer-
za. Todo lo que es sujeto a temperatura puede unirse
entre sí. La mente, sin embargo, no tiene temperatura
y tampoco Dios la tiene. Por lo tanto, la mente y Dios
pueden unirse.

J. H.: En esto, Swami, ¿cuál es la definición de “mente”?

Sai: El conjunto total desde el ego hasta la inteligencia pue-


de llamarse con justeza “mente”.

J. H.: Cada vez que la mente se aparta del trabajo, le llamo


la atención y la mantengo repitiendo «Sai Ram, Sai Ram».
¿Está bien eso?

Sai: Perfectamente bien.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 97

J. H.: Cuando la mente no está enfrascada en ningún tra-


bajo en especial, ¿en dónde habría que fijar la atención?

Sai: En el entrecejo. Ese es el ojo de la sabiduría, el ojo de


Shiva.

J. H.: El flujo de pensamiento interfiere con la concentra-


ción. ¿Cómo se puede disminuir el pensar?

Sai: El hábito de pensar está establecido desde hace mucho.


Incluso aunque el hábito se rompa, el cese es muy len-
to. Por ejemplo, el ventilador sigue girando por un
tiempo después de haberse desconectado. Pero el flujo
del pensamiento puede cambiarse; un curso de pensa-
mientos puede ser detenido con otro. La mejor manera
es cambiar el curso del pensamiento hacia un tópico es-
piritual. La atracción de Dios es espontánea. Es la vuel-
ta atrás a la fuente; todas las demás atracciones se han
autoimpuesto. El pez puede ser sumergido en un reci-
piente enjoyado del más alto valor, pero el pez no se
interesa en absoluto por el oro y las joyas, lo único que
desea es volver al mar. El hombre cae en sus limitaciones
al abandonar el hogar; posee en realidad la naturaleza
de Dios, proviene de ese Océano de Bienaventuranza, de
Rama, de Aquel que atrae. El Alma nos atrae. Rama era
Dios, aquel Océano de deleite en forma humana. Todos
querían estar cerca de Él, mirarle.

J. H.: Entonces, Swami, si uno tal vez siguiera al pensa-


miento hacia adentro, hacia su fuente, y observara la
fuente del pensamiento, ¿podría tranquilizar la mente?
En los asuntos del mundo, el pensamiento resulta tan
98 John S. Hislop

necesario como práctico; sin embargo, aun cuando no


haya una necesidad de pensar, la mente sigue funcio-
nando con toda clase de pensamientos ociosos, siendo
que nos iría mucho mejor si simplemente se quedara
tranquila.

Sai: En realidad ésa es justamente la manera equivocada


de enfocar la cuestión. La naturaleza de la mente es
inquieta, del mismo modo que está en la naturaleza
de la rata el roer permanentemente algo y en la de la
serpiente el morder algo. Está en la naturaleza de la
mente el estar ocupada, e incluso cuando está quie-
ta se produce un titilar, un aparente movimiento en
la mente, como pasa con las plumas en un pavo re-
al. De manera similar al álamo péndula cuyas hojas pa-
recen temblar y moverse hasta en las mañanas quietas,
pertenece a la naturaleza de la mente el entretenerse
con las cosas. Por lo tanto, resulta que el método apro-
piado para tratar con la mente es dirigir su actividad ha-
cia acciones y pensamientos positivos, repetir el Nom-
bre del Señor y no permitirle que se oriente hacia
objetos perjudiciales, pensamientos y acciones dañinas.
De este modo la tendencia natural de la mente a estar
ocupada puede ser satisfecha y puede evitarse que pro-
duzca daño. El trabajo es otra forma fundamental de
mantener la mente alejada de actividades perjudiciales.
El hombre está hecho para el trabajo duro y si se ocu-
pa con empeño en el servicio en una u otra forma al
Señor, la mente no tendrá tiempo para entretener pen-
samientos inútiles y erráticos. En el caso en que no haya
ninguna labor externa que realizar, debería continuarse
con el esfuerzo espiritual, ya sea meditando, recitando
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 99

el Nombre, leyendo buenos libros, conversando con bue-


na gente y otras cosas en este sentido. Puede que a uno
le parezca difícil rendirse a Dios; sin embargo, todo ser
humano se rinde ante el tiempo y el tiempo es Dios. Día
tras día la vida se va acortando y uno le va entregando su
vida a ese tiempo; el tiempo termina por conquistar nues-
tra vida y ese tiempo es Dios. De modo que en primer
término está el trabajo, luego la sabiduría, luego el amor,
hasta que llegue un momento en la vida de la persona en
que el trabajo mismo será Amor, será Dios.

J. H.: Pero Swami decía el otro día que si la mente se mante-


nía quieta y receptiva, entonces tal vez Swami vendría a la
mente y hablaría.

Sai: Si el deseo de comunicarse con Swami es suficiente-


mente intenso y fuerte, entonces la mente se tranquili-
zará suficientemente como para que Swami hable; el
problema es que no llegamos a lograr esa intensidad en
nuestras vidas.

J. H.: En Birmania se le da gran importancia al método de


Buda para aquietar la mente. ¿Tiene Swami un mejor
método?

Sai: El método de Buda de concentrarse en la respiración y


de poner atención a la entrada y salida del aire por las
fosas nasales no es sino un comienzo, unos pocos mi-
nutos antes de que se inicie la meditación. No se trata
de que haya un “mejor” método para aquietar la men-
te. No hay sino un camino. Al sentarse a meditar a me-
nudo surge la pregunta: «¿Cuánto tiempo debo quedar-
100 John S. Hislop

me sentado?». Para ello no existe una respuesta. No


existe ningún período determinado. La meditación es
en realidad un proceso que dura todo el día. Brilla el
Sol y su luz cae por aquí y por allá. ¿Qué diferencia hay
entre el Sol y su luz?

J. H.: No hay diferencia, Swami.

Sai: Del mismo modo, todo es Dios. Los pensamientos, los


deseos, todo es Dios. Todos los pensamientos deberían
considerarse como Dios.

J. H.: Pero, Swami, sigue manteniéndose en pie el enigma


de cómo acallar la mente.

Sai: En realidad, no existe la mente; todo se reduce a la


cuestión de qué es lo que se desea. Con Dios como el
único deseo, todo va bien.

J. H.: Pero, volviendo a la meditación. Siempre se produce


ese torrente de pensamientos e ideas que cruzan por
la mente. ¿No es que hay que frenarlo para poder lo-
grar la calma en la meditación?

Sai: Sí, la mente debe frenarse. En un cierto momento


llegará a detenerse. Si en la meditación el deseo se
orienta hacia la unión con Dios, la mente frenará na-
turalmente. No cabe usar método alguno, ni fuerza
alguna. El deseo no deberá ser ni demasiado fuerte,
ni demasiado impaciente. Incluso el deseo por Dios
puede ser demasiado impaciente, demasiado febril.
Parte temprano, conduce despacio y llega sano y sal-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 101

vo. Por una parte puede que sea demasiado perezo-


so; a menudo se actúa de manera impaciente y luego
uno se retrae; eso tampoco es bueno. El proceso de-
be ser constante.

J. H.: ¿Estos pensamientos que fluyen a través de la mente,


son materiales?

Sai: Sí. Son materiales; y toda materia es transitoria.

J. H.: ¿De dónde provienen los pensamientos?

Sai: Provienen de la alimentación y del ambiente que nos


rodea. Si consumen alimento sátvico y todos los deseos
se orientan hacia el bien, surgirán sólo buenos pensa-
mientos.

J. H.: ¿Hacia dónde van los pensamientos?

Sai: No van a ninguna parte, ya que los pensamientos no


atraviesan la mente. La mente sale y los toma y se em-
barca en los pensamientos. Siempre resulta mejor el no
hacerse problemas tratando de librarse de los pensa-
mientos. Lo mejor es considerarlos a todos como Dios.
Entonces sólo surgirán pensamientos de Dios.

J. H.: Swami dice que el Alma es un poder ilimitado; sin em-


bargo, en nuestra vida cotidiana, nos parece experimen-
tar que la mente es una especie de poder inflexible.

Sai: Aunque parezca ser activa, la mente es pasiva. Es acti-


va sólo porque el Alma se refleja en ella; e incluso a ve-
102 John S. Hislop

ces parece ser más fuerte que el Alma. El hierro, en su


naturaleza, no es caliente: es frío y pasivo. El hierro se
calienta en el fuego. ¿Es el hierro el que arde y así crea
calor? No, el calor es el que es agregado al hierro por
las brasas ardientes. Y, sin embargo, al estar caliente, el
hierro parece incluso estarlo más que las brasas.

J. H.: La mente tiene la tendencia de planear el futuro. ¿Se


trata de una actividad equivocada?

Sai: En la vida ordinaria uno hace planes y los lleva a


cabo. Es algo que debe continuarse, con pureza y sin
perjudicar a otros. Llegado el momento, surgirá de
manera espontánea, sin que se lo planee, un pensa-
miento divino. Y serán estos impulsos divinos los
que seguirán produciéndose.

Visitante: ¿Cómo puedo saber cuándo se producen pensa-


mientos correctos?

Sai: Aquí, en el ashram, le puedes preguntar a Swami. En


América, ora por una contestación, luego interroga de
manera impersonal, y en media hora tendrás la res-
puesta. Si sabes lo que es correcto, no preguntes, actúa;
eso es confianza, poder divino. Deja a un lado todas las
relaciones; sin considerar quién esté involucrado, pre-
gúntate: ¿es correcto lo que haré?

J. H.: Swami indica que hay que mantenerse apartado de la


mente. ¿Qué significa eso?

Sai: Significa que no habrás de dejarte llevar por ella.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 103

J. H.: ¿Cuáles son las funciones mentales aceptables?

Sai: En primer término, darse cuenta de lo que está bien y


de lo que está mal. Si se trata de lo correcto, haz aquello
que te dé satisfacción. Si estás inseguro, no hagas nada
hasta que no tengas la seguridad.

XIX
J. H.: Swami habla de Vedanta. ¿Qué es Vedanta?

Sai: Vedanta es la investigación metafísica de lo divino,


del mundo y la experiencia válida de ambos. La me-
tafísica se inicia allí en donde termina la física. El Ve-
danta prueba a través de la experiencia aquello que
ha sido formulado. La filosofía es la fruta que contie-
ne todas las partes, en tanto que el Vedanta es el jugo
dulce. La filosofía te lleva hasta los límites de la ver-
dad, te da una visión de la verdad. El Vedanta te lleva
hasta el corazón de la verdad. Ante él, la filosofía no
es sino un método de investigación.

J. H.: Swami habla de lo divino, del mundo y del individuo.


¿Cuál es la relación de Swami con el individuo?

Sai: Swami es el activador del individuo. Es el Yo, tanto en


ti como en todos los demás. El Sol se refleja en el agua
y el agua se entibia; sin embargo, el calor no pertenece
a la naturaleza del agua.

J. H.: ¿Cuál es la diferencia entre Dios y el mundo?


104 John S. Hislop

Sai: La diferencia está solamente en las palabras, en la


mente. Cuando uno llega a la plena devoción a Dios,
no deseando otra cosa que Él, cesa la diferenciación
verbal y conceptual, y también el mundo se verá como
Dios. La secuencia en que debe experimentarse y ver-
se todo es: Dios, vida y mundo; pero la mayor parte
de la gente ve al mundo y la vida; y a Dios lo ve muy
lejano.

Visitante: ¿Cuál es el porqué de la Creación? ¿Cuál es la ra-


zón de ella?

Sai: Primero pregunta: «¿Por qué el alimento?» No hay razón.


«¿Por qué el matrimonio?» No hay razón. «¿Por qué los
hijos?» No hay razón. Es tu deseo. La Creación es el de-
seo de Dios, Su Sankalpa o Voluntad Divina. Observe-
mos la semilla de un árbol: brota y aparecen muchas ra-
mas y ramitas, sigue creciendo, miles de hojas y cientos
de frutos salen. Hay diversidad. Y todo proviene de una
sola semilla.

Visitante: Pero ¿qué hay detrás de la creación? ¿Cuál es la


razón de ella?

Sai: Antes pregúntate: «¿Quién soy?»

Visitante: No soy nadie.

Sai: No. No. ¿Quién eres tú? Descubre eso primero y luego
tendrás la respuesta a todas tus preguntas.

Visitante: ¿Hay vida en otros planetas?


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 105

Sai: La Creación es infinita.

J. H.: ¿El hombre crea su mundo por medio de la proyección


de sus conceptos? Por ejemplo: “la mesa” no es real. Lo
que es real es la madera que forma la mesa; sin embar-
go, aceptamos el concepto de “mesa” como siendo real
y actuamos de acuerdo con ese concepto.

Sai: La mesa es madera y “mesa” es la proyección de la


mente humana y “mesa” es sólo temporal. Pero la ima-
gen en la mente tiene la naturaleza de un arquetipo. De
manera similar los castillos en las nubes son sólo fenó-
menos pasajeros, pero Dios es su base. Del mismo modo
en que las olas, el rocío y la espuma que surgen del
océano, caen y desaparecen, mas el océano perdura.

J. H.: Swami dijo una vez que el mundo emerge hacia afue-
ra desde el hombre, del mismo modo en que los seres
humanos emergen desde el cuerpo de la madre. ¿Signi-
fica esto el mundo entero del cual tenemos conciencia?

Sai: Hay una excepción. Hay una cosa que viene hacia el
hombre desde el exterior. Eso es el “ego” que se forma
por apego a los objetos externos. Una vez que se corta
el deseo por el mundo, el ego desaparece automática-
mente. Las impresiones que el hombre toma del exterior
son perjudiciales si se las considera como realidad. Pues-
to que el hombre mira hacia algo fuera de él y luego
crea, piensa que está reproduciendo el exterior. En tanto
que, de hecho, el objeto exterior visto no hace sino traer
a la memoria aquello que ya está en el interior. Cuando
los ojos están abiertos, uno ve la creación. Todos los se-
106 John S. Hislop

res son creados con la ayuda de los ojos. El origen de to-


do lo que ven está en sus ojos. Todo aquello que se ve
de este modo es transitorio. Las tres letras de la palabra
“ojo” representan las tres gunas. Sin embargo, el Yo, “el
ser”, puede ver algo bastante más allá de lo transitorio.

J. H: ¿Explicaría Swami, por favor, su declaración de que el


mundo es un espejo?

Sai: El mundo es un espejo y la vida es el reflejo de Dios.


Si el espejo es puro, sólo se verá a Dios; dejan de verse
los opuestos como el bien y el mal. Sólo está Dios. Si no
se ve el mundo, entonces no hay ni espejo ni reflejo. Te-
nemos la idea del mundo únicamente por el efecto del
espejo. Este espejo (el mundo) existe sólo en tanto sub-
sistan nuestros deseos. “El Mundo” significa el mundo
sensorio interno. Aprehendemos el mundo a través de
los sentidos, y estos sentidos actúan fuera de nosotros.
Debido únicamente a la ilusión de los sentidos, éstos tie-
nen la apariencia de un cuerpo. Un cadáver se crema
cuando se le prende fuego a la madera: los sentidos in-
ternos vienen a ser como esa madera. Cuando se que-
man mediante la indagación y la práctica espiritual, el
cuerpo desaparece automáticamente. Tanto el inquirir
como el practicar son necesarios.

J. H.: Pero, Swami, según nuestra experiencia, los objetos


existen independientemente de que tengamos concien-
cia de ellos.

Sai: Para nosotros, el mundo existe sólo si estamos allí


para verlo. Si somos ciegos, no lo vemos. Si nos des-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 107

mayamos no existe para nosotros. Para nosotros, el


mundo es tal como lo vemos; se conforma de acuer-
do con nuestro punto de vista. Si nuestro punto de
vista es que todo es Dios, entonces todo lo que ve-
mos es Dios. Suponte que tomamos una fotografía
con una cámara, ¿es que los árboles entran por el len-
te y se imprimen en la película, o es que la cámara se
proyecta para tomar los árboles?

J. H.: Los árboles se imprimen sobre la película.

Sai: ¡Falso! Le saco una fotografía a una persona que no


quiere ser fotografiada. ¿Evita esto que la fotografíe? O,
dicho de otra manera: la persona quiere que se le sa-
que la foto. ¿Es que su deseo basta para que la imagen
se produzca? El corazón es como una película que pue-
de captar la imagen de Swami. Si la película está en
buenas condiciones y limpia, puede captar la imagen
de Swami aunque éste no lo quiera. Pero si la “cámara”
no tiene película, si el corazón es impuro y está velado,
entonces la imagen de Swami no estará allí, aunque lo
quiera. El cuerpo es la cámara, la mente es el lente, la
inteligencia es el disparador y el amor es la película.

J. H.: Pero la imagen de Swami en el corazón es Su Forma.


Krishna dice: «El devoto requiere imaginar al Ser Supre-
mo como inimaginable, con eso basta». ¿Qué significa
ello y cómo puede adecuarse a la imagen de Swami en
el corazón?

Sai: No es necesario que la imagen sea la de Swami. Pue-


de ser la del Amor, lo que viene a ser Swami. Al prin-
108 John S. Hislop

cipio, Dios se concibe con una Forma y luego se le ve


en todas partes con esa Forma. Puede que más ade-
lante Dios pueda ser concebido sin forma, puesto que
todas las formas son transitorias. Un niño, cuando co-
mienza a aprender, contempla el dibujo o la foto de un
elefante, en el que la palabra “elefante” está inscripta
al pie. Pero el niño no sabe leer, de modo que apren-
de sobre el “elefante” de acuerdo con el nombre, es-
cuchándolo. Una vez que ha aprendido a leer, queda
sólo la palabra y en base a ella entiende “elefante”. La
foto, la forma, el dibujo, son transitorios, pero la pala-
bra se mantiene mientras dure el lenguaje. La palabra
“elefante” representa al elefante en su estado sin for-
ma. Del mismo modo, una vez que el devoto ha
aprendido el lenguaje de la divinidad, Dios no necesi-
ta ser representado: basta la palabra. Sin embargo, uno
aprende respecto de Dios a través de la Forma y el
Nombre.

J. H.: Vemos aquí la Forma de Dios como Swami. ¿Cómo


debemos entender esa Forma? ¿Dios aparece sólo bajo
esta única Forma? Si la pregunta no es pertinente, le
ruego a Swami que por favor no la considere.

Sai: La pregunta es correcta. En la habitación, los alambres


están en todas partes, pero solamente un foco se halla
conectado a los alambres. Sólo esa luz se ve en su ple-
no poder. La misma corriente está en todos los alam-
bres. El Avatar es sólo uno, y este único cuerpo es el
tomado por el Avatar. Claro está, una luz brillante se
propaga en forma de rayos, pero éstos no son dife-
rentes de la luz.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 109

J. H.: Swami, por favor, profundiza un poco más en lo de


la forma y lo sin forma.

Sai: El cuerpo no es la verdad que le atribuimos. Por ejem-


plo: durante treinta años un hombre adora a la madre
que le dio el ser. Acaricia sus pies, se postra ante ella, la
mira a los ojos con amor, escucha su voz, se siente alen-
tado y feliz con sus amorosos y afectuosos cuidados. A
los sesenta años, la madre muere. De inmediato, el hijo
clama: «Madre, madre, ¿por qué me has abandonado?»
¿Por qué clama así? Seguía estando allí el cuerpo que él
adoraba, los mismos pies que acariciaba diariamente, y,
sin embargo, clama porque su madre ya no está allí, cla-
ma que lo ha abandonado. Debemos concluir que, aun-
que durante los últimos treinta años el hombre había con-
siderado al cuerpo y a la madre como una misma cosa,
tan pronto murió la madre, supo instantáneamente que
ella no era el cuerpo y que había partido, aunque el
cuerpo estuviera allí. Entonces, ¿qué valor tuvo el cuer-
po que nunca había sido la madre, aunque por un tiem-
po se le haya considerado como tal? Al contemplar este
misterio, resulta claro que si no hubiera sido por el
cuerpo, la madre no podría haber sido conocida. Fue
sólo a través de este medio –el cuerpo– que el hombre
tuvo la posibilidad de experimentar, y por lo tanto co-
nocer, la tierna, amorosa y sublime calidad de madre que
dio como resultado que surgiera el amor en su corazón.
La cualidad sin forma e intemporal de “madre” pudo ser
conocida y lograda sólo a través de la forma transitoria.

J. H.: Swami, ¡qué maravilloso! ¡Esto explica el real signifi-


cado de la forma!
110 John S. Hislop

Sai: La verdad es la misma para lo divino sin forma y tras-


cendente. Sin forma, resulta inexistente para nosotros.
Llegamos a enterarnos de lo divino a través de la forma.

J. H.: Sai nos ha revelado el secreto de la forma y lo sin for-


ma. ¿Cómo se realiza la transición desde la adoración de
Dios con Forma a la adoración de la divinidad sin Forma?

Sai: La transición se logra mediante la plena adoración de Dios


con Forma, viendo luego esa amada Forma en todos nues-
tros semejantes; de tal modo, Dios está en todo lugar y el
amor por nuestros prójimos viene natural y fácilmente.

J. H.: Cuando Swami está presente es posible ver con faci-


lidad Su Forma y adorarla, pero cuando Su presencia fí-
sica está ausente, ¿debe uno formarse una imagen men-
tal de Él a fin de poder continuar viendo Su Forma?

Sai: Sí. Uno debería tener la imagen mental de una Forma


de Dios, desarrollarla plenamente de modo que la men-
te se vierta en esa Forma. Cuando la imagen de Dios se
ve en el exterior, es una forma calificada de dualismo.
Cuando se ve en la mente, es monismo calificado. Cuan-
do la Forma es absorbida por el Alma, es Advaita o
no-dualismo. Los dos pasos preliminares no constituyen
etapas separadas, sino están contenidas en Advaita, la
no dualidad, al igual que el suero y la mantequilla están
contenidos en la leche. La imagen de Dios que se ve
afuera debe ser captada en la mente y luego en el Alma.

J. H.: ¿Cuál es la mejor manera de formarse una imagen


mental de Dios?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 111

Sai: Si deseas, puedes tomar como imagen la Forma que


ves, o puedes usar una fotografía.

J. H.: Si se toma una foto de Swami o Su imagen percibida


directamente, como imagen mental, ¿debe uno concen-
trarse sin variar en la imagen elegida?

Sai: La mente debe atenerse a la imagen de Dios que se haya


elegido. Si se ha elegido una imagen de plata, todo:
ojos, pelo, boca, piel son de plata.

J. H.: ¿Podrías repetir eso, por favor?

Sai: La mente se vacía en el molde de la imagen, de modo


que la mente se convierte en la imagen de Dios.

J. H.: Entiendo. ¡Resulta muy esclarecedor! Pero Swami, nos


sentimos más felices cuando estamos en la presencia fí-
sica de Swami y no tanto cuando Swami no está.

Sai: Lo que pasa es que estás identificado con tu forma fí-


sica y por ello necesitas de la forma de otro. A medida
que te vayas desapegando de la forma física, tu felici-
dad será más pareja.

XX
J. H.: Uno se considera como un hijo de Swami. Swami
es como la madre, y confiamos en Él, de manera di-
recta si es posible y, si no, por medio de la oración o
escribiéndole.
112 John S. Hislop

Sai: Hay una corriente interminable de cartas que le llegan


a Swami. Swami las lee todas y alrededor de las diez de
la noche, todas son quemadas. Swami lo hace todo por
sí mismo, así todo está bien hecho. Swami no duerme
nunca. Durante la noche, apaga la luz y se tiende en la
cama, porque si las luces están prendidas, los devotos
se reúnen. Swami no tiene necesidad de dormir, no como
los hombres para los cuales resultan indispensables, al
menos, cuatro horas de sueño. La gente cree que Baba
descansa por la tarde hasta las cuatro. Pero él nunca
descansa. Él nunca está cansado. Él está siempre traba-
jando. La gente se altera cuando recibe la visita de tres
o cuatro parientes. En tanto que los visitantes de Baba
son innumerables. Baba se preocupa de cada detalle de
sus colegios e institutos superiores, y de los millones
de devotos. Para la mayoría de la gente, la responsa-
bilidad de su trabajo recae en otro, en tanto que Baba
tiene la responsabilidad tanto de las tareas como la de
los resultados.

J. H.: ¿Baba también es responsable por sus otros mundos,


no es cierto?

Sai: Sí. En lo que respecta a los santos, rishis, yoguis en to-


das partes, Swami se preocupa por la guía, protección
y bienestar en dondequiera que se encuentren.

J. H.: Lo que quiero decir es que Swami es responsable por


todo el Universo y no solamente por este mundo.

Sai: Así es. Baba es el interruptor; el interruptor se conecta


y todo sigue adelante automáticamente. Del mismo mo-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 113

do en que das el contacto en el motor de un automóvil


con la llave y entonces todas las partes comienzan a
funcionar automáticamente, es similar la manera en que
está regulado automáticamente el Universo. Los así lla-
mados “milagros”, no son milagros ni son prueba de la
divinidad. El verdadero “milagro” es la infinita labor de
Baba en todos los mundos, de manera fácil, sin que sea
una carga, siempre feliz.

J. H.: Si se considera la infinidad de problemas que enfrenta


Baba en este mundo, realmente es asombroso que esté
siempre feliz, siempre alegre.

Sai: No importa lo que ocurra, Swami está feliz y lleno de


Bienaventuranza todo el tiempo.

J. H.: Perdona esta pregunta que puede sonar grosera:


Swami parece pasar por diferentes estados de ánimo.
¿Qué significado tiene eso?

Sai: Un bote se desliza sobre el agua, pero no deja que ella


se meta en él. Así como uno se siente tranquilo en un
bote en el cual no entra agua, en el estado de Biena-
venturanza de Baba no entran preocupaciones o in-
quietudes. Sin embargo, los hombres corrientes no ha-
cen lo mismo que Baba. Ellos dejan que el “agua”, todo
género de preocupaciones e inquietudes, se metan en
el “bote”, y no hallan felicidad ni bienaventuranza ni
paz mental. La Bienaventuranza de Baba está presente
siempre, a pesar de las vicisitudes del mundo. Conside-
ra: Baba debe hacer frente cada mes a un presupuesto
de gastos de cientos de miles de rupias; tiene la res-
114 John S. Hislop

ponsabilidad de todos los asuntos de las escuelas, el


ashram, la gente de su círculo físico, las entrevistas, las
peticiones, la correspondencia, los problemas. Eso en el
nivel material. Al mismo tiempo, en el nivel mental, Baba
está con aquellos que anhelan a Dios, no importa en
qué lugar del mundo; con los santos, yoguis, rishis, as-
pirantes espirituales de todas partes, observándolos,
guiándolos, alentando cada impulso de su corazón o su
mente hacia Dios. Pero Baba permanece intacto por todo
esto. Su Bienaventuranza es constante, aun cuando pa-
rezca enojado, impaciente, frío, distante. El “enojo” es
sólo apariencia, porque la apariencia de enojo es nece-
saria para corregir ciertas anomalías. Del mismo modo,
la “frialdad” o el “distanciamiento” es precisamente la
actitud apropiada para ese momento y lugar. En efecto,
el amor de Baba es constante e inmutable, al igual que
Su Bienaventuranza.

J. H.: Baba tiene la inconcebiblemente inmensa tarea del


Universo. ¿Cómo es que puede perder el tiempo para
hablar con gente como nosotros?

Sai: Con Sus infinitos cuerpos, Swami está en todas partes


ejecutando Sus tareas: “miles de cabezas, de manos,
de pies”. Sólo este cuerpo es el que, sentado aquí, ha-
bla contigo. Esta es la omnipresencia de Baba. El Avatar
está más allá de los cinco elementos. Él es el Creador.
Arjuna era el instrumento ejecutor; Krishna, el Creador. La
ciencia es exterior; la sabiduría, interna. Cuando el
hombre pone su atención en lo exterior, crea máqui-
nas; pero allí termina su control. Tú eres testigo de la
muerte de tres astronautas hace algunos meses. Dios
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 115

no está sujeto a limitación alguna. Él es el creador de


los elementos, su modificador, su preservador, su des-
tructor.

J. H.: El Avatar nunca nace; no obstante, aparece y


ocupa un cuerpo que nace y se desarrolla de la ma-
nera corriente. Los cuerpos que uno observa son
transitorios y Baba no se ve diferente.

Sai: El Avatar, tal como lo has descrito, toma sólo el cuer-


po. La diferencia reside en que los hombres llegan a los
cuerpos con tendencias y resultados de acciones. Baba
toma este cuerpo sin tendencia alguna, totalmente libre,
sin deseos, sin apegos, siempre feliz.

J. H.: Cuando uno ve a Baba como una forma entre todas


las formas perecederas, ¿puede uno señalarlo como la
única real?

Sai: Sí. La realidad única es Baba. Baba significa Ser, Con-


ciencia, Bienaventuranza, Alma, Realidad Única*.

XXI
J. H.: ¿Qué quiso decir Baba respecto de los rayos es-
pirituales que encierra un ser humano y que son

* Juego de palabras en inglés en que Ser es Being; Conciencia, Awareness;


Bienaventuranza, Bliss y Alma, Atma, con cuyas letras iniciales se forma
el nombre de Baba.
116 John S. Hislop

proyectados hacia la vastedad, en lugar del ego li-


mitado?

Sai: Cuando el mundo llega a esfumarse, cuando sientan


bienaventuranza o incluso cuando vivan una pasajera
situación de alegría, escojan ese estado y consérvenlo,
no se permitan una recaída hacia las emociones y pen-
samientos del ego. De cada hombre proviene una serie
de rayos espirituales cuya calidad es de deleite y felici-
dad. Todo lo que el hombre debe hacer es manifestar
esa felicidad. La idea de una búsqueda constituye un
error: cada uno ya conoce la verdad. Todo lo que se re-
quiere es manifestar esa verdad, ponerla en práctica.
Son justamente estos rayos de deleite los que constitu-
yen la humanidad del hombre. Resulta muy fácil aplas-
tar una flor o guiñar un ojo: así de fácil es la realización
del Ser.

J. H.: Swami, ¿quieres decir que ser feliz es un deber del


hombre?

Sai: La felicidad resulta esencial para tomar conciencia de


Dios. Constituye una de las puertas principales hacia
la divinidad. Que una persona no sea feliz no signifi-
ca solamente una falta, sino que es la más seria de las
faltas; significa una barrera para la realización. La ma-
yor parte de las veces la gente es infeliz por causa de
las ansias, los apegos y los goces mundanos, por el
excesivo interés por el mundo. Para librarse de esta
falta, la persona necesita que se le señale la gravedad
de su error. Debe llegar a darse cuenta de que el de-
seo es incesante, como las olas del mar.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 117

J. H.: Swami dice que el placer o la felicidad representan


un intervalo entre dos penas. ¿Qué implica esto?

Sai: El placer es un intervalo entre dos penas. Elimina la pe-


na y quedará solamente el placer, la dicha. Pero nadie
se toma la molestia de descubrir la causa de la aflicción.
Resulta similar a la historia de la señora que fue a bus-
car su aguja bajo el farol de la calle, porque dentro de
la casa donde la había perdido no había luz suficiente.
La casa está iluminada por la luz de la sabiduría; el ar-
tículo perdido debe ser encontrado en el lugar en que
fue perdido. La realidad es que la pena y el dolor son
causados por el deseo. El remedio es utilizar ese mismo
deseo y orientarlo hacia Dios, anhelar a Dios. El sufri-
miento cesará instantáneamente, porque su causa, la
desviación del anhelo por Dios hacia los deseos mun-
danos, ha sido eliminada. Los incidentes que causaban
penas dejarán de hacerlo. Si una persona llama “suyos”
a sus sufrimientos, se inflige un dolor a sí misma. Pero
si sólo desea a Dios, ese dolor cesará.

J. H.: Pero uno puede sufrir también por el dolor que ad-
vierte en otro.

Sai: El sufrimiento que se experimenta cuando uno ve


que otra persona padece viene de la imaginación. Ese
sufrimiento compasivo se irá, pero quedará la com-
pasión, sentimiento que surge cuando el amor es mó-
vil y fluye. El amor personal se manifiesta cuando es
inmóvil y permanece fijo en el esposo, la esposa, el
hijo, etc. La devoción es la corriente libre de Amor ha-
cia Dios.
118 John S. Hislop

XXII
J. H.: Anoche, al hablarles a los estudiantes, Swami dijo algo
que resulta enigmático: que los pecados de otra perso-
na pasarían a uno mismo con sólo tocar la piel de esa
persona.

Sai: Esa es la razón por la que algunos Swamis no permi-


ten que les toquen los pies. Puesto que no pueden sa-
ber quién es bueno o quién es malo, es preferible evi-
tar el contacto.

Visitante: ¿Es por ello que los hindúes se saludan juntando


las manos y haciendo una inclinación, en lugar de los
apretones de manos que se usan en Occidente?

Sai: No, esa no es la razón.

J. H.: ¿Es que Swami quiere significar que si yo toco a una


persona, quedo en pecado al igual que ella?

Sai: Cuando la tierna planta de la devoción comienza a cre-


cer, debe ser protegida. Cuando se planta un arbolito,
hay varios animales que pueden dañarlo e incluso ma-
tarlo. Por ello se le rodea con una cerca para protegerlo.
Una vez que ha crecido, ya no necesita protección, los
mismos animales que podrían haberlo destruido, buscan
ahora la sombra y el refugio de sus ramas. Cuando la de-
voción ha llegado a desarrollarse y es fuerte e intensa,
llega a incinerar todos los pecados. Pero antes de ello,
la persona cuya devoción es nueva debe ver lo malo
como malo y lo bueno como bueno. Cuando su devo-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 119

ción se ha desarrollado, puede ver lo malo como bue-


no y ver solamente lo bueno. El peligro no reside ex-
clusivamente en el contacto físico, también en la inti-
midad mental pueden pasar malas influencias de una
persona a otra. Vuestros hijos no son vuestros hijos, son
los hijos de Dios. Ustedes deberían amarlos, pero vues-
tros pensamientos no deberían pasar a ellos. Existe la
relación corporal con la madre de la que han venido y
con la abuela de cuyo cuerpo provino la madre. Her-
manos y hermanas deben tratarse con respeto, pero con
otra gente no existe la relación corporal.

XXIII
J. H.: El anillo que le di a Swami fue creado por un yogui.
Yo no quiero usarlo y no sabía qué hacer con él. Por
eso se lo hice llegar con un mensajero y la nota.

Sai: Ese fue otro atentado en contra tuya por intereses aje-
nos. Eres conocido como devoto de Baba y se trató de
desviar tu interés en otra dirección. Como lo que te su-
cedió en esa ciudad de Occidente. Estos intentos debes
rechazarlos de plano.

J. H.: Pero es que ese hombre me dijo que Swami se aloja-


ba en su casa.

Sai: No es cierto. Esa es un área fuertemente comunista.


Hubo una época en que Baba mostró genuina eviden-
cia de su voluntad divina allí, pero surgió ego y deseo
de ganancia, de modo que Baba detuvo todo. Volvió a
120 John S. Hislop

permitir que se produjera un tiempo después, pero tam-


bién tuvo que detenerlo. Y esa gente, ante el temor de
perder su reputación está recurriendo a trucos.

J. H.: Parecía una persona muy simpática.

Sai: No es así. En los fenómenos dualísticos siempre hay


bien y mal. Cuando hay un Avatar, siempre debe exis-
tir el mal. La madrastra de Rama era su enemiga. El tío
de Krishna fue su enemigo incluso antes de que nacie-
ra. Baba de Shirdi sufrió muchos abusos. Y no hace mu-
cho tiempo hubo un hombre que desafió a Swami a re-
alizar algunas pruebas. Sobre esto se tejieron muchas
historias, tanto en la misma región como en el extran-
jero. Este hombre tenía a algunos extranjeros en su
campo. Algunos de los devotos de Swami lo urgieron
para que respondiera, pero el aceptar el reto habría sido
vergonzoso. Este yogui hacía pruebas comiendo clavos
y vidrio; había creado un tanque especial para una
prueba de caminar sobre el agua. ¿Por qué un tanque
especial? Algo no andaba bien... Cobraba entrada a los
espectadores, y en esa oportunidad las vendió a más de
cien rupias por persona. El día anunciado trató de ca-
minar sobre el agua y se hundió. Tuvo que venir la po-
licía y encerrarlo en una celda para evitar que abusaran
de él, y todo el dinero se devolvió. Recién entonces la
gente comentó que había sido un tonto al querer desa-
fiar a Swami. El desastre que le sucedió fue el resulta-
do de ese loco desafío. Más tarde el hombre le escribió
a Swami negando que el desafío hubiera sido serio y
que sólo había usado el nombre de Swami para vender
más boletos. Se fue y nada más se ha sabido de él.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 121

J. H.: Pero, Swami, ¿cómo pudo ser tan tonto como para tra-
tar de caminar sobre agua sin haberlo practicado antes?

Sai: El hombre caminaba sobre el agua; sin embargo, su


ego y la codicia le cegaron y acabaron con ello. El pen-
samiento, la palabra y la acción deben concordar.

XXIV
En el coche rumbo a Anantapur, un americano que enseña
en el Sathya Sai College de Brindavan, le dijo a Swami que
se sentía culpable por haber dejado de dictar clases y par-
ticipar en este viaje.

Sai: El deber en el mundo pierde su fuerza y su peso cuando


Dios llama. Dios es la meta de la vida. Cuando se está en
Su compañía no hay otro deber. En cambio, cuando Él se
ausenta en una gira o por otro motivo, entonces el deber
pasa a primer plano, puesto que el deber es Dios.

J. H.: Cuando estoy separado de la persona física de Swami


y lejos en América, sé de la Realidad de Su Presencia
por el perfume a jazmín. Alguien me dijo que se per-
cibía por el sentido del olfato del cuerpo sutil. ¿Es
cierto eso?

Sai: No. Los sentidos están en el cuerpo físico; el cuerpo su-


til no tiene sentidos. El perfume se percibe a través de
los sentidos físicos.

J. H.: ¿El ser humano tiene tres cuerpos?


122 John S. Hislop

Sai: Sí: cuerpo, mente y Alma. Cuerpos físico, sutil y causal.


Con la muerte, se desintegran los cuerpos físico y sutil,
el cuerpo causal permanece.

J. H.: ¿Qué dices respecto de las cinco envolturas o koshas?

Sai: La envoltura del alimento, la envoltura vital y la en-


voltura mental son transitorias, mientras que las de la
inteligencia y la bienaventuranza permanecen. El cuer-
po es barro y todo proviene del barro; sólo el cuerpo
muere. La vida y todos los sentidos se funden en la
mente; ésta se funde en la Sabiduría, que, a su vez, se
funde en la Bienaventuranza, en Dios. Así son las cin-
co envolturas.

J. H.: ¿Qué son las catorce lokas o los catorce mundos?

Sai: En realidad son pensamientos, ideas. Hay siete niveles


de pensamiento en sentido ascendente y siete en senti-
do descendente.

J. H.: Hay gente que declara que viaja en el plano astral me-
diante la proyección de su mente.

Sai: Esto es similar a los sueños o a las visiones; no es real.


Una visión que aparezca durante la meditación, no obs-
tante, sí es real.

J. H.: El tiempo se mide por el reloj, y en el reloj cada mi-


nuto es igual al anterior y al próximo. Sin embargo, en
nuestra vida, en una experiencia el tiempo se hace lento
y en otra pasa velozmente.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 123

Sai: Hislop se va a dormir en Bombay; sueña que nace en


California y que pasa a través de sesenta y cinco años
de vida. No obstante, esos sesenta y cinco años de vida
duran sólo dos minutos en el tiempo del reloj. Además,
Hislop se quedó dormido en Bombay, su cuerpo ha
quedado allí. Esto prueba que Hislop no es ese cuerpo.
Para el erudito que ha despertado a la sabiduría, sesen-
ta y cinco años de “vida despierta” son sólo un mo-
mento, como lo fue el sueño para Hislop.

J. H.: ¿Qué es el momento presente?

Sai: Dios es Omnipresente. Vale decir, Él está siempre pre-


sente. Este momento es Dios. No existe sino Dios. La
verdad es la misma en el pasado, en el presente y lo
seguirá siendo en el futuro. Por ello, la secuencia tem-
poral de pasado, presente y futuro no es sino imagi-
nación. Pero el Yo es atemporal, está más allá del
tiempo. Yo observo el pasado, el presente y el futuro,
siendo que ellos no son Yo. Por supuesto que en los
asuntos cotidianos hay que considerar pasado, pre-
sente y futuro. Ambos aspectos del tiempo deben mez-
clarse y funcionar simultáneamente. La percepción de
que existe una secuencia en el tiempo sólo imaginaria
y de que Yo soy atemporal y estoy más allá del tiem-
po, debe mantenerse en cada momento en que uno
esté utilizando la secuencia del tiempo en sus asuntos
cotidianos.

J. H.: ¿En términos de la irrealidad del tiempo, en qué for-


ma debemos experimentar el pasado, el presente y el
futuro?
124 John S. Hislop

Sai: Son irreales. Pero, al mismo tiempo, el Alma es real.


Aténganse a esa realidad central. No hay necesidad de
que haya confusión al respecto. La inteligencia interna
es capaz de armonizar la experiencia del tiempo relati-
vo y del “yo” permanente. Ahora, por ejemplo, estás
viendo y oyendo y la inteligencia interna los está coor-
dinando a ambos.

J. H.: En este instante parecemos ser lo que somos en este


momento. Cuando Swami nos mira con Sus ojos, ¿qué
es lo que ve?

Sai: El hombre tiene dos ojos; no ve sino el pasado y el pre-


sente. Dios tiene tres ojos. Los ojos de Dios son espiri-
tuales. Dios ve al frente, atrás, arriba y abajo. Dios es el
presente, es Omnipresente. Cuando Baba mira a la gen-
te, ve el pasado, el momento presente y el futuro, y to-
do en todas direcciones.

XXV
Visitante: Miro la fotografía de Swami sobre mi escrito-
rio, en mi casa, en mi país, y recibo las instrucciones
de Swami. Él me ordenó venir a la India para esta
conferencia.

Sai: Piensas en Sai y surge un cierto tipo de sentimiento.

Visitante: Miro la fotografía de Swami y le planteo pregun-


tas y problemas de otra gente y recibo Sus órdenes e
instrucciones para esa gente. ¿Está bien eso?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 125

Sai: No, no está bien. Puedes preguntar respecto de lo que


te concierne a ti, pero no debes pensar en interponerte
entre un devoto y Sai. Esa es una idea equivocada.

Otro visitante: ¿Cuáles son los dieciséis puntos de un Ava-


tar? He preguntado, pero nadie lo sabe.

Sai: ¿La diferencia entre un ser humano y un Avatar? El


hombre puede experimentar los quince factores, pero
no es su amo. Estos marchan por su cuenta. A medida
que se va adquiriendo control, el hombre se va acer-
cando al decimosexto, el omnisciente Paramatma, el
Alma Suprema. Los cinco órganos funcionales están re-
lacionados con el hablar, asir, caminar, excretar y co-
mer. Los cinco órganos de los sentidos: oído, tacto, vis-
ta, gusto y olfato. Los cinco elementos: tierra, agua,
fuego, aire, espacio. El decimosexto factor: el omnis-
ciente Paramatma.

J. H.: Se ve a la gente partiendo cocos frente al coche de


Swami cuando Él sale de Prashanti Nilayam o de Brin-
davan. ¿Cuál es el significado de esto?

Sai: Mientras haya agua, o sea, deseo mundano en el coco, y


mientras la pulpa se adhiera a la corteza, el coco cre-
cerá si es plantado; pero si no, envejecerá, el agua
desaparecerá, la pulpa se separará de la corteza y no
crecerá. El coco ha sido escogido como símbolo de los
tres ojos, los dos físicos y el ojo de la sabiduría (sin
abrir). Cuando el coco es quebrado se quiere significar que
el corazón que estaba cerrado se ha abierto, y se pide
al Señor que tome lo que está adentro. Esto es la “au-
126 John S. Hislop

toentrega”. Nada que esté adentro puede ser escondido,


y cuando el coco ha sido roto ya no crecerá.

XXVI

Sai: El señor X es un notable estudioso con varios diplomas


y una vida de prácticas espirituales en los Himalayas y
en otros lugares.

J. H.: Supongo que los diplomas son perfectos, pero que la


única erudición que le interesa es la que recibe a través
de las enseñanzas de Swami. Viene a ser como encon-
trar el mayor depósito de oro del mundo. Para qué se
va a trabajar en ninguna otra cosa.

Sai: Resulta importante la mención del oro. Los depósitos de


oro no se limitan a un sólo lugar del mundo, pero sólo
algunos individuos encuentran oro. Dios no está limita-
do únicamente a un lugar; está en todas partes y puede
ser encontrado por los que son puros de corazón. Y con
ello significo aquellos corazones en que hay amor.

J. H.: No hay duda de que hay oro en todas partes, pero es


raro que se encuentren grandes yacimientos. Lo mismo
sucede con las grandes fuentes de agua. En Baba uno
encuentra el manantial de la dulzura divina.

Sai: El agua de los manantiales a menudo es impura. El agua


pura puede encontrarse cavando. Puede que una perso-
na tenga que cavar treinta metros y otra puede encontrar
agua pura a dos o tres metros. Algo similar pasa con la
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 127

vida espiritual. La cantidad de trabajo que se requiere


para encontrar la dulzura divina depende de la pureza
de corazón.

J. H.: ¿Depende sólo de la intensidad de nuestro Amor a


Dios el que uno llegue a la unión con Él, o existen otros
factores esenciales?

Sai: Lo más beneficioso que puede sucederle a una persona,


es que llegue a atraer hacia sí el Amor de Dios. Su Amor
por Dios resulta menos importante, ya que es una mez-
cla imperfecta de amor divino y mundano. La acción más
importante a través de la cual se puede ganar el Amor de
Dios, es la Rectitud. Puede que en la superficie se en-
cuentren esparcidos el oro, la plata, el cobre, los filones
de hierro, diamantes, rubíes, sedas y otras materias de
valor. Un imán, empero, no le presta atención a ninguna
de estas riquezas, elige solamente el hierro. Lo mismo
pasa con los devotos; Dios no elige sobre la base de la
opulencia, Dios busca la pureza de corazón.

J. H.: Swami habla de “enfrentar a Dios”. ¿Podría explicarlo,


por favor?

Sai: Cuando dos personas están frente a frente, cada una


entra por el ojo de la otra y son diferentes sólo en cuan-
to al nombre y a la forma; por lo demás, son iguales.
Por ello resulta importante enfrentar directamente a
Dios y ser uno con Él. Es por ello que uno, de manera
absolutamente natural, cierra los ojos en un templo,
como para poder usar el ojo de la sabiduría en lugar de
los ojos físicos.
128 John S. Hislop

Visitante: La palabra “sadhana” se usa en lugares diferentes.

Sai: Sadhana no es sino el reemplazar las malas tendencias


de la mente por los atributos divinos del Alma. La men-
te tiene dos malas características principales: su tenden-
cia a moverse oblicua en vez de rectamente, y su ten-
dencia a desear y obtener todos los objetos que ve. Se
la compara a la serpiente que se mueve torciéndose y
que muerde todo lo que ve. La mente debe dirigirse
rectamente hacia Dios, enfrentándolo directamente.

J. H.: Baba dice: «¿Por qué temer, si Yo estoy aquí?» Eso


debe tener un profundo significado. ¿Querría Baba ha-
blar de ello?

Sai: “Yo estoy” se refiere al Alma, que se encuentra siem-


pre en todas partes y es como el león, carente de temor.
El temor tiene que ver con el cuerpo, que se halla su-
jeto a la preocupación, la depresión, el temblor, el
miedo, y es como una oveja: vaga de acá para allá. El
cuerpo siempre está buscando, reuniendo información,
cuestionando, mientras que el Alma, como el león, está
llena de valor y vacía de temor. El Alma es Dios. Tú eres
Dios. Dios es omnipresente. Este “yo” es tú. Aquel “yo”
es tú. Tú eres todos.

Visitante: ¿Qué es “jñana”?

Sai: Jñana es el conocimiento ordinario, el conocimiento so-


bre el vivir en el mundo. El conocimiento especial es sa-
biduría. Amor es dar y perdonar. Egoísmo es recibir u ol-
vidar. El Amor es expansión y el egoísmo es contracción.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 129

XXVII
Visitante: Veo la maldad en todas partes y estoy confundido.

Sai: Aquí tienes esta banana. La piel es inútil para nosotros,


de modo que se la considera mala. Pero si no tuviera
piel, el interior no estaría protegido. No consideres
nada como malo. Si una persona te ha hecho mal y tú
lo consideras como un mal y tomas represalias, enton-
ces tú también te has vuelto malo. Pero, al mantenerte
bueno y no considerar a otros como malos, adquieres
el derecho de reformarlos. Si hay mal olor en una ha-
bitación y se prende incienso, su fragancia cambia el
olor de la habitación. Las malas acciones deberían ser
contrarrestadas con actos buenos y una visión positiva,
y así el mal será cambiado. La diferencia entre el bien
y el mal existe en función del tiempo. Cuando se come
el alimento es bueno. Con el tiempo, ese mismo ali-
mento sufre una transformación, es eliminado y se con-
sidera malo. Por otra parte, la verdad permanece igual
y no cambia con el paso del tiempo, de modo que la
secuencia del tiempo es sólo imaginación.

J. H.: Hay crímenes cometidos con tanta saña que hacen


surgir la idea de que hay personas absolutamente
malvadas.

Sai: Ninguna persona es absolutamente malvada, puesto


que Dios está en el corazón de todas las personas. Ma-
dre e hijo pueden enfrentarse en la corte peleando por
una propiedad, pero se mantiene la relación madre e
hijo. Dos personas que hayan llegado a odiarse mutua-
130 John S. Hislop

mente viven en dos casas. Cada una tiene un retrato de


Baba sobre la puerta. La casa representa el cuerpo y el
retrato de Baba representa al Dios residente en el Alma.
Puede que haya que corregir al cuerpo en cuanto a su
comportamiento, y la mejor manera es la de atraer a la
persona por medio del Amor. Existe el bien absoluto,
pero no existe el mal absoluto. El mal cambia; el mal
es un aspecto distorsionado del bien. Sin embargo, no
es posible ver al bien y al mal como una sola cosa cuan-
do uno tiene la común visión física. Sólo cuando se lle-
ga a conocer la chispa divina en uno mismo y en los de-
más, sólo entonces se ve lo bueno y lo malo como una
misma cosa. Si uno puede llegar a adoptar como acti-
tud la verdad de que sólo el bien es real y que todo
lo que ve es esencialmente bueno, aunque esté distor-
sionado, el poder llegar a ver al mundo de esta mane-
ra lo hace adquirir una gran fuerza. Los eruditos pue-
den discutir respecto del mundo y decir que todo esto
es ilusión y desesperación; sin embargo, no podrán vi-
vir sin amar al mundo. No puede menospreciarse el
Amor. Desde el punto de vista material, el mundo pue-
de parecer falso, pero el mundo es verdadero visto des-
de el punto de vista trascendental.

J. H.: Le estamos preguntando a Swami sobre la “gente mala”.


¿Qué pasa con la pobre víctima de un acto malvado?

Sai: Todos son buenos, pero hay acciones malas. Existe ac-
ción y reacción. En lo que respecta a las víctimas de
malas acciones, todo es absolutamente correcto. Noso-
tros vemos solamente el presente. Baba también ve el
pasado. Un niño de cuatro años fue atacado por mal-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 131

hechores debido a la cadenita de oro que llevaba al


cuello. Los ladrones lo cegaron para que no pudiera
identificarlos. El niño, ciego, lloraba amargamente y
también sus padres. Vinieron a Baba. En su vida pasa-
da, el niño había sido un sujeto cruel que había cegado
a mucha gente. El niño seguirá siendo ciego, pero cuan-
do sea un hombre, si comienza a comprender, a consi-
derar que está ciego por causa de sus oscuras acciones
pasadas, y llega entonces a arrepentirse sinceramente
de sus malas tendencias y hace un esfuerzo genuino
para cambiar pidiéndole a Dios que lo perdone, Baba
podría perdonar el karma* y devolverle la vista.

J. H.: ¿De qué manera deberíamos relacionarnos con la así


llamada gente “mala”?

Sai: Mantén el cuerpo separado de la gente que les da un


alimento malsano a los sentidos, incluso siendo herma-
nos todos. Que las almas estén en Dios y los cuerpos
separados.

J. H.: A menudo resulta muy difícil elegir la acción adecua-


da. ¿Cómo puede uno lograr la habilidad de discriminar?

Sai: Cada hombre posee la discriminación necesaria como


para saber si una acción es correcta o equivocada. Las
acciones equivocadas hacen surgir sentimientos de

* Karma: Ley de causa y efecto de las acciones pasadas en esta o en pre-


vias vidas. Ley cósmica que compone la vida de cada ser y rige la rue-
da de nacimientos y muertes.
132 John S. Hislop

culpa. Las acciones correctas son libres y no producen


temores.

XXVIII
J. H.: Hay momentos, Swami, en los que los sonidos si-
guen escuchándose de manera habitual, pero cada so-
nido está rodeado de silencio y es el silencio el que se
escucha.

Sai: Ese silencio que rodea los sonidos exteriores es Dios.


Dentro de ese silencio está el eterno sonido de “OM”. No
hay sino un sonido y ése es “OM”, todos los demás so-
nidos proceden de él.

J. H.: Uno es consciente de una fuerza, un poder que sur-


ge dentro de uno. ¿Qué es eso?

Sai: Esa fuerza vital debe ser orientada hacia Dios.

J. H.: ¿Cómo puede uno dirigir esa fuerza?

Sai: Mediante la fe y el amor. Ambos deben ser cultivados


con amor y esmero, como plantas tiernas. Un brote no
puede ser convertido en árbol por la fuerza.

J. H.: Baba ha dicho que Ramakrishna Paramahamsa no


hizo sino tocar a Vivekananda y lo transformó.

Sai: Sí, pero la transformación fue temporal, después de un


tiempo desapareció el efecto. El violento temperamento
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 133

de Vivekananda resurgió y tuvo que elaborar su propia


práctica espiritual. Lo que realizó Ramakrishna fue rever-
tir el curso de la vida de Vivekananda que iba cuesta aba-
jo hacia lo material y él lo hizo orientarse hacia arriba,
hacia la práctica espiritual. Sin ello, Vivekananda habría
continuado inclinándose hacia la vida material.

J. H.: ¿Podría decirse que el giro que le dio a la vida de


Vivekananda el toque de Ramakrishna lo sufre nuestra
propia vida con la Visión Divina de Baba?

Sai: Baba no hace eso. Baba cambia lenta y gradualmente las


vidas de sus devotos. Pero el cambio es permanente.

J. H.: ¿De qué manera debemos escuchar a Swami cuando


conversa o pronuncia un discurso? Lo que quiero decir
es que las palabras de Swami tienen diversos niveles de
profundidad, unos más, otros menos.

Sai: Swami les habla desde un cuerpo y con una voz. Es-
cuchen de la manera habitual. Con el tiempo, el cuer-
po y la mente se van a segundo plano y se produce la
comprensión divina y directa.

J. H.: Muchas veces escuchamos que Swami dice: «Sí, sí, sí».

Sai: El “sí, sí, sí” se refiere a la aceptación interior. En la


vida de una persona surgen experiencias y situacio-
nes. Su tendencia es decir “sí” a aquello que es pla-
centero y “no” si se prevé lo contrario... Esto es un
gran error. Swami dice: «sí, sí, sí» a todo lo que llega a
Él, puesto que todo es un don de Dios. Cada expe-
134 John S. Hislop

riencia que Dios otorga es buena. A través de un exa-


men sincero y lleno de amor, eso “bueno” podrá en-
contrarse en cada experiencia. “Sí, sí, sí” se refiere a la
aceptación interna. Sin embargo, existen las malas y
las buenas obras; y sean lo que fueren, son reales. “Sí,
sí, sí” no las cambia. Un hombre guarda sus valores en
una caja fuerte y se lleva la llave, creyendo que así ha
asegurado la caja. Pero vienen ladrones que se llevan
la caja fuerte y la rompen para abrirla. Resulta esen-
cial que cada uno se asegure de entender lo esencial
de cada situación.

J. H.: ¡Cuántas sutiles tareas internas y externas hay que eje-


cutar! ¡La vida espiritual parece muy difícil!

Sai: La confianza en sí mismo, la convicción de que uno


es el Alma, resulta vital para la vida espiritual. Es na-
tural que inicialmente se enfrenten algunos proble-
mas, como en cualquier aprendizaje, pero resulta fá-
cil. Una fuente puesta boca abajo se mantiene seca
aunque la lluvia sea muy fuerte, en tanto que una
fuente boca arriba recolecta agua aunque la lluvia sea
leve. Si el corazón está vuelto hacia Dios, algo de Gra-
cia recibirá; si el interés y la devoción son intensos, la
Gracia llenará el receptáculo. La vida espiritual es fá-
cil, el problema sin fin lo plantea la vida en el mun-
do exterior. Uno posee ya la concentración necesaria.
Para nacer de nuevo no se requiere trabajo alguno, en
cambio para no volver a nacer, el trabajo es arduo.
Llegar a ser rico requiere mucho trabajo, quedarse po-
bre no necesita ningún esfuerzo.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 135

XXIX
J. H.: Cuando una persona está despierta, puede observar
que la experiencia que ha tenido en sueños es una pro-
yección de su propia mente. Swami dice que el estado
de “despierto” también es un sueño. ¿Dónde podemos
encontrar un punto favorable como para observar que
el estado de vigilia no es sino un sueño?

Sai: Uno puede soñar que es un niño, que va a la escuela,


hace amigos, se casa, llega a ser padre y tiene una ca-
rrera; una secuencia de eventos que cubre cuarenta y
cinco años de su vida. El sueño puede empezar a las
tres y quince y haber terminado a las tres y diecisiete.
En dos minutos de su tiempo despierto, el soñador ha
experimentado eventos que se extienden a través de
cuarenta y cinco años de tiempo onírico. Cuando ha lle-
gado a trascenderse el tiempo despierto, se ve como si
hubiera sido un sueño, y toda una vida en el tiempo de
vigilia no ha durado sino unos instantes en el estado
trascendental. Desde allí, el estado de vigilia se ve co-
mo un sueño y el estado de sueño, como un sueño
dentro de un sueño. El estado de sueño viene a ser
irrealidad en la verdad; el estado de vigilia es verdad
en la irrealidad, y el estado trascendental es verdad en
la verdad. En el estado de sueño, se toma al “yo” por
el cuerpo; en el estado de vigilia se toma al “yo” por la
mente, y en estado trascendente el “yo” es Dios.

J. H.: Pero Swami, es que hay otra diferencia entre el esta-


do de sueño y el de vigilia. En el sueño uno no duda
de su realidad, en tanto que en el estado de vigilia se
136 John S. Hislop

produce una duda muy fuerte. En el estado de vigilia


uno no puede creer que es una entidad real; uno se ve
a sí mismo como una sombra y no como una persona
real empeñada en actividades.

Sai: Te ves a ti mismo como una sombra; entonces se pro-


duce un cambio y te experimentas como algo real. De
ese modo se produce alternativamente el cambio. Los
dos lados de la moneda, anverso y reverso.

J. H.: Sí, es algo como eso.

Sai: Pero ésa no es la vivencia típica de la vigilia, es más


bien un estado yóguico debido a la práctica espiritual.
De ordinario, la gente, mientras sueña, experimenta que
el estado onírico es la realidad, y cuando está despier-
ta siente que lo es la vigilia. Lo que se experimenta es
monismo calificado. En el estado de no dualidad, aun
la sombra se ve como reflejo de la divinidad.

(Y dirigiéndose a los estudiantes del grupo:) Es nece-


sario comprender tópicos como éste, aunque sean di-
fíciles de entender. (Volviendo a Hislop:) ¿Qué hay ba-
jo tu camisa?

J. H.: (Se saca la cadenita que lleva al cuello y se la pasa a


Swami.) Es el anillo que Swami me regaló. Se rompió.

Sai: (Mientras deja que el anillo circule entre los estudian-


tes.) ¿Qué desearías?

J. H.: ¿Podría Swami reparar el anillo?


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 137

Sai: ¿Sólo eso?

J. H.: Lo que Swami quiera será una alegría para mí.

Sai: (Sostiene el anillo entre el pulgar y el índice de Su


mano y sopla sobre él. Inmediatamente hay un anillo
nuevo entre Sus dedos y lo pasa a los estudiantes para
que lo hagan circular. Cuando vuelve el anillo, Baba to-
ma la mano izquierda de Hislop y le coloca el anillo en
el cuarto dedo. Se trata de un anillo de oro de delicada
filigrana; con una piedra oval engarzada, en la cual hay
un retrato de Swami sonriente, sobre un fondo azul cla-
ro.) En el mundo están separados el metal, la piedra, el
joyero y el que se quedará con el anillo, y deben ser
reunidos. En tanto que en el mundo de Swami, el me-
tal, la piedra, el joyero y el que llevará el anillo son to-
dos uno, y ese Uno es Dios. En el mundo, se requie-
re tiempo para hacer un anillo, pero Dios está más allá
del tiempo. El anillo está listo al instante.

Visitante: Sería interesante que Baba realizara una creación


mayor.

Sai: Desde el momento en que Sai tomó un cuerpo se ha


impuesto a sí mismo algunas necesarias limitaciones.
Swami ha creado estatuillas de oro y, con la misma fa-
cilidad, podría crear una montaña de oro. Pero, si lo hi-
ciera, el Gobierno se haría cargo de él y nadie podría
acercársele ya. Hasta los dieciséis años de su vida Baba
realizó lilas o Juegos Divinos; entre los dieciséis y
los treinta y cinco, milagros; entre los treinta y cinco
y los sesenta, enseñanza y milagros; después de los se-
138 John S. Hislop

senta se alejará del público. Sin embargo, incluso des-


pués de los sesenta años, sus devotos cercanos podrán
seguir viéndolo. Él le dirá al Gobierno que son suyos.
Este cuerpo vivirá hasta los noventa y seis años y se
mantendrá joven.

XXX
J. H.: Respecto de la crucifixión de Cristo, la figura de metal
de Cristo en la cruz que Swami creó, cuando se aumen-
ta varios grados una sección del metal, parece como si
tuviera nódulos. ¿Qué son?

Sai: Sangre, coágulos. El cuerpo estaba en malas condi-


ciones, pues había sido lesionado completamente. A
Su muerte, la sangre se detuvo y las protuberancias
son coágulos.

J. H.: Swami, en la foto de la estatuilla, en las ampliaciones,


parece como si faltara una tajada de la nariz.

Sai: No, la nariz está completa. Se trata de una gruesa costra


de sangre. Si se reproduce una ampliación del rostro, se
ve que es el de un muerto. Swami hizo la imagen del cuer-
po después de la muerte.

J. H.: Dado que han circulado muchas fotografías y que


tanto éstas como la historia están en varios libros, la
pequeña figura se ha hecho bastante famosa. ¿Qué ha-
bría que hacer con ella, ponerla en el nuevo Museo de
Sathya Sai?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 139

Sai: Para el Museo, Swami va a hacer una gran imagen de


Cristo. La pequeña la hice para ti, consérvala. ¿Qué sig-
nifica Navidad para ti?

J. H.: Nunca me interesó realmente el cristianismo, pero he


puesto más atención en él después que Swami produjo
el crucifijo.

Sai: Quiero decir, qué representa la Navidad.

J. H.: Representa el nacimiento de Cristo.

Sai: El nacimiento no se produjo el 25, sino el 24 cerca de


la medianoche.

J. H.: No hace mucho, encontré algo bastante interesante


respecto de la religión cristiana. Los primeros sacerdo-
tes cristianos de la iglesia oriental sabían algo de lo que
los cristianos modernos no tienen idea. Los primeros
padres enseñaban que uno debía repetir constantemen-
te «Señor Jesucristo ten misericordia de mí». Señalan que
la repetición constante del Nombre de Cristo debe rea-
lizarse hasta que el nombre entre en el corazón, en
donde la repetición continúa sin cesar. Junto con la re-
petición del Nombre, había que visualizar la Forma de
Cristo en la mente. Esto lo aprendí en un viejo libro The
Way of the Pilgrim (El Camino del Peregrino), traducido
del ruso.

Sai: A medida que pasa el tiempo, se van perdiendo los fac-


tores de mayor significado de la senda espiritual. Los
místicos cristianos empezaron a practicar la repetición
140 John S. Hislop

del Nombre de Cristo más o menos diecinueve años


después de su muerte. A medida que el tiempo avanza,
es la naturaleza humana la que pasa a primer plano en
tanto que la divina se deja de lado y termina por olvi-
darse. Aquello que se sabía respecto del sendero espi-
ritual después de la época de Rama ya no existía en la
de Krishna. Y aquello que Krishna enseñó había desa-
parecido cuando llegó Sai. Lo mismo les ha sucedido a
los musulmanes, a los budistas y a los jainos.

J. H.: Lo que enseñaban los primeros cristianos era segura-


mente el núcleo de la religión cristiana. Y uno ya no lo
escucha más en los cristianos de hoy.

Sai: ¿Cuál es tu trabajo en América?

J. H.: Soy jubilado y no trabajo.

Sai: ¿Y entonces, cómo pasas los días?

J. H.: En general, paso los días con Swami. Comienzo con


Swami en la mañana y sigo con Él a lo largo del día.
Trabajo en mi escritorio tratando de equilibrar mis
asuntos financieros, además de varias tareas relaciona-
das con la casa. Pero, en realidad, Bhagavan es nues-
tra vida. Nuestro discernimiento, tanto como nuestra
experiencia directa nos dice que Baba es Dios Mis-
mo... de modo que ¿qué más existe, qué más podría
haber?

Sai: Es una buena oportunidad para que estudies las ense-


ñanzas de Sai.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 141

J. H.: Swami debe decir qué es lo que espera que haga el


presidente del Comité Central de América. Esa será mi
labor de ahora en adelante.

Sai: Tendrás que hacer bastantes giras para visitar los Cen-
tros de Sathya Sai Baba. Y para ello, ya que estás pen-
sionado, no debes pagar de tu propio bolsillo.

J. H.: No me preocupo mucho por el dinero. Financiera-


mente soy muy tonto y creo que sólo la Gracia de Baba
impide que me encuentre “en quiebra” en estos mo-
mentos. Al visitar los Centros, Swami, esperarán que
pronuncie discursos. ¿Sobre qué debería hablar?

Sai: Habla sobre los principios de la vida espiritual. Sobre


aquellas cosas que Swami indica como esenciales para
llegar a Dios. Aspectos de la vida espiritual como la dis-
ciplina, la devoción, el sadhana. Sé claro, cumple sere-
namente con tu deber y alcanzarás tu objetivo a su de-
bido tiempo.

J. H.: Las enseñanzas de Swami son muy claras y puedo


trasmitirlas.

Sai: Lo que es más necesario en este momento es que los


devotos sean recíprocamente tolerantes. Además, no tie-
nen una discriminación madura respecto de los muchos
“gurús” y de sus diferentes senderos espirituales. No han
tenido la confrontación frente a frente con Swami que
has tenido tú. Por otra parte tú cuentas con anteceden-
tes considerables en materia de vida espiritual, cosa de
la que ellos carecen. Tienes que llevarlos contigo.
142 John S. Hislop

J. H.: Los nuevos reglamentos para los Centros que se in-


dicarán en los Lineamientos, van a ser una sacudida
para muchos Centros.

Sai: Seguro. Los Centros Sai deben reflejar el carácter especial


de nuestra Organización. De manera alguna se puede
mezclar un Centro Sathya Sai con los muchos gurús y los
muchos senderos espirituales. Nosotros tenemos nuestro
objetivo. Swami ha mostrado el camino por seguir y de-
bemos dedicarnos tranquila y sinceramente a ese camino.
Los dirigentes deben dar el ejemplo con su conducta.

J. H.: No todos los Centros existentes se dedican exclusiva-


mente a las enseñanzas de Sai.

Sai: Actualmente hay gente que forma su propia organización


y utiliza la denominación de Centro Sai como instrumen-
to para promover sus propios intereses y fines. Algunos di-
rigentes tienen una escuela de yoga y agregan el nombre
de Sai para aumentar el negocio.

J. H.: ¿Qué se debe hacer con ellos? ¿Un líder notorio consti-
tuye una excepción? Por ejemplo, ¿el director de un Cen-
tro Sai no puede dar clases de yoga o de cualquier tipo
relacionado con la práctica espiritual, y cobrar por ellas?

Sai: Swami no recuerda haber establecido excepciones.

J. H.: Entiendo. El mismo principio se aplica a todos. Es


probable que un dirigente así diga que seguirá siendo
agente de un Centro Sai, de manera totalmente sepa-
rada de su negocio del yoga.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 143

Sai: ¿En qué forma se podría practicar eso? Así y todo se-
guirá produciéndose la mezcla de una cosa con otra.
Este tipo de individuos deberán decidirse por uno u
otro camino. Dos caminos simultáneos no van. Y para
todos el caso es uno sólo. Los devotos que deseen de-
terminar un camino separado para sus organizaciones
son libres de hacerlo.

J. H.: Hay un directivo a quien conozco que tiene una do-


ble personalidad. En algunos casos se comporta como
una persona de bondad extrema, y en otros, cuando al-
gún devoto lo molesta de algún modo, se pone fuera de
sí y se va.

Sai: Eso corresponde a las actitudes del mundo. Se trata con


bondad a la gente, pero si la gente se equivoca, hay que
corregirla con severidad. Swami hace lo mismo. A aque-
llos que actúan de acuerdo con sus órdenes y le obede-
cen, les da todo lo que requieran o necesiten. Pero, si
después de un largo tratamiento de amor y paciencia, si-
guen desobedeciendo, Swami castiga severamente. Él
castiga debido a su Amor por la persona y porque sabe
que si no la sanciona, la persona se malograría.

J. H.: Pero hay una considerable diferencia: cuando Swami


castiga, es Dios Todopoderoso el que lo hace, en tanto
que, en el otro caso, se trata del jefe de un Centro, de
una persona común y corriente.

Sai: Sí, es como dices. Sai castiga y recompensa sin ego.


Cuando los seres humanos castigan o recompensan,
siempre hay un interés personal presente.
144 John S. Hislop

J. H.: Sí, actúa el interés propio. Cuando la persona de quien


hablé procedía a ayudar a otra que se encontraba en pro-
blemas, lo hacía con notable generosidad, pero estipula-
ba cosas que, aunque parecieran generosas superficial-
mente, traían como resultado que la persona en cuestión
debía devolver la ayuda con bastantes servicios.

Sai: En cierto sentido está bien. La persona en cuestión ayu-


da a la gente y ésta debe mostrar su gratitud. Si una per-
sona no es capaz de mostrar gratitud a otro ser de su
mismo nivel, ¿cómo puede esperar mostrar su gratitud
a lo divino?

J. H.: A mi entender, la ingratitud ante Dios es un gran


pecado.

Sai: El no mostrar gratitud es un error, el ser ingrato es un


pecado. Hay cuatro clases de personas en el mundo.
Primero, aquellas que todo lo que ven lo consideran
bueno. Segundo, aquellas que consideran malo a lo malo
y bueno a lo bueno. Tercero, aquellas que no emiten
juicios. En cualquiera de estos casos puede existir algún
tipo de razón. La cuarta clase es la de aquellos para los
cuales todo y todos son malos; no ven bien alguno en
ningún lado.

J. H.: Deben ser muy pocos los que pertenecen a este último
tipo. ¿Tal vez gente de un nivel socio-económico bajo?

Sai: Por el contrario. Es el grupo más numeroso de todos,


y no se trata de una característica especial de la gente
pobre. Los campesinos más pobres a menudo se apo-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 145

yan en nuestras milenarias tradiciones hindúes y se


comportan poniendo cuidado en lo que hacen. Temen
cometer un pecado. Los pobres que han emigrado a las
ciudades pierden contacto con su herencia histórica y
viven en un mundo al que ven como absolutamente
malo. Lo mismo sucede con la así llamada clase media
educada, que es medio educada y medio ignorante,
que no le teme al pecado ni cree que hay un Dios, y
se vuelve pecadora, corrupta, inmoral, codiciosa, lle-
na de odios y otras cosas por el estilo. Y ese es su
mundo.

J. H.: Tal como Swami lo dice, pienso en Occidente y es


cierto que allí la corrupción se manifiesta en la clase
media educada que ha llegado a lograr posiciones de ri-
queza, autoridad y poder. No obstante, también hay
muchos trabajadores que han llegado a corromperse
en cuanto a su vida y sus relaciones. Pero pienso que en
América no es típica esta misma actitud ni este com-
portamiento en lo que respecta a la clase alta.

Sai: Si por clase alta te refieres a los que guardan una tra-
dición y que han sido correctamente educados por sus
padres, entonces lo mismo valdría para un gran núme-
ro de campesinos de los pueblos de la India.

XXXI
Visitante: Swami, el señor X desea hacer una película sobre
los así llamados “años perdidos de Jesús”. Tiene bas-
tante experiencia en filmación y es un devoto de Sai.
146 John S. Hislop

Sai: Jesús tomó conciencia de que Él era El Cristo a los


veinticinco años. Desde los dieciséis años, por ocho
años, viajó por la India, el Tíbet, Persia y Rusia. En dis-
tintos lugares se le consideraba, ya sea un mendigo o
un renunciante. Jesús no tenía dinero. Sus padres eran
muy pobres y vivió prácticamente solo desde muy tem-
prana edad.

J. H.: ¿Cuál es la manera de mirar como para que uno


pueda ver al Señor incluso en personas antipáticas y
desagradables?

Sai: Hasta en las personas de naturaleza desagradable de-


bes mantener la conciencia de que el Señor está en el
corazón de esa persona. Ten ese aspecto en tu mente y
trata a la persona lo mejor que puedas desde ese pun-
to de vista. Con el tiempo la persona responderá y su
naturaleza cambiará. Uno ve a las personas como bue-
nas o malas, porque no las ve completas sino sólo
parcialmente. Imagínate a una madre de dos metros
de altura que tiene un pequeño que aún no camina,
sino que gatea. Crees que la madre diría: «Yo ando er-
guida y no voy a inclinarme sólo por el niño», ¿o que
se inclinaría hacia él debido al amor que le tiene?
Otro ejemplo sería el de una persona con varios im-
portantes diplomas que tenga niños pequeños; ¿se
rehusaría a ayudarles a sus niños por el hecho de sa-
ber tanto? Los niños deben aprender comenzando
por recitar el A, B, C. Deben aprender de acuerdo
con su nivel.

J. H.: Los ojos ven el cuerpo. ¿Cómo ve uno a Dios mismo?


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 147

Sai: ¿Se necesita una linterna para poder ver la Luna? Uno
ve la Luna gracias a la luz que emite. De manera simi-
lar, si uno desea ver a Dios, se le puede ver a través del
Amor, que es la luz de Dios.

J. H.: Swami dice que, al igual que el ciego que no tiene


ojos para ver, nosotros también somos ciegos y no po-
demos ver nuestra propia divinidad. ¿Con qué visión
podemos ver nuestra propia divinidad?

Sai: Un ciego no puede ver su cuerpo; tú puedes hacerlo


porque tienes ojos. Pero no tienes ojos para ver tu cuer-
po espiritual. Tú posees un cuerpo espiritual que es
Omnipresente y ese cuerpo se puede ver con el ojo es-
piritual.

J. H.: ¿Querría Swami describir el ojo espiritual?

Sai: Claro que sí. El ojo espiritual es Dios. Alcánzalo a Él y


el ojo espiritual se abrirá.

J. H.: ¿Qué quiere decir Swami con “mirar dentro de uno


mismo”? ¿Qué quiere significar aquí “mirar”?

Sai: “Mirar dentro de uno mismo” no significa mirar dentro


del cuerpo de carne y huesos. Significa trascender los
sentidos, como en la meditación profunda.

J.H.: Cuando uno se vuelve hacia adentro, uno se encuen-


tra con los sentimientos. Las mujeres hablan del cora-
zón. Swami enfatiza el corazón. ¿Qué quiere decir con
la palabra “corazón”?
148 John S. Hislop

Sai: “Corazón” es lo interno; “arte”, lo externo”. El cora-


zón es lo interno.

J. H.: Swami dice que «el corazón es el reflejo del Alma», y


también que «el corazón es el mejor espejo para reflejar
la verdad». ¿Cuál es ese “corazón”? ¿A qué se refiere
Swami?

Sai: El corazón es la conciencia.

J. H.: ¿El “corazón” a que se refieren las mujeres es lo mis-


mo que quiere decir Swami?

Sai: No. Ellas se refieren a la mente subconsciente mezcla-


da con sus deseos.

J. H.: Inmediatamente debajo de mi piel, como a una pul-


gada, me parece que hubiera un espejo. Cuando veo a
Baba frente a mí, lo veo también en el “espejo”. Ese “es-
pejo” refleja cada movimiento de Baba. De ambos, el
Baba que veo con mis ojos y el Baba del reflejo interior,
¿cuál es el más real?

Sai: La conciencia es un reflejo. Si es pura, es un reflejo claro.


Y el reflejo se ve gracias a la Voluntad Divina de Baba.

J. H.: ¿Hay que dirigir las oraciones y la devoción al Baba


“interno”?

* Juego de palabras con heart (corazón) y art (arte), que se pronuncian


casi igual. (N. de la T.)
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 149

Sai: Cuando se ha llegado a encontrar a Baba adentro, se


lo ve en todas partes afuera.

J. H.: Cuando se inquiere dentro de uno, se encuentra que


“yo” es “yo”, y se cree que ese “yo” es uno mismo. Pero
luego, me ha parecido que ese “yo” no soy yo en ab-
soluto, sino que es Baba.

Sai: Correcto. “Yo” es Baba, no lo dudes. Tú y Baba son


uno. No las tendencias, el carácter, etc., sino el “Tú”
esencial y Baba son uno y el mismo.

J. H.: Hay algunos que dicen que es necesario mortificar el


cuerpo para sobreponerse a las tendencias.

Sai: Algunos aspirantes espirituales realizan prácticas y se


someten a diferentes austeridades que torturan y debi-
litan el cuerpo. Esto es algo equivocado. Un cuerpo sa-
ludable entrega una base para pensamientos saludables.

J. H.: Nuestras tendencias son muy duraderas. Pese a uno


mismo, surgen a la superficie una y otra vez.

Sai: Tomemos el Sol, una lupa y un papel. Dios es el Sol,


muy lejos. El corazón es la lupa. El papel representa los
deseos y las tendencias. Si la lupa se coloca correcta-
mente, el papel se quema de inmediato. Si el corazón
guarda un intenso amor por Dios y una fe inconmovi-
ble, se convierte automáticamente en una lupa correcta.

J. H.: Una tendencia extraordinariamente fuerte reside


en la lengua: el problema del gusto, que abre el ape-
150 John S. Hislop

tito cada vez más. ¿Cómo puede uno sobreponerse


a él?

Sai: El cuerpo es como un forúnculo. El agua sirve para lim-


piar la herida. El alimento es la medicina. La vestimenta
es el vendaje. Si miramos el cuerpo de esta manera, se
reduce la fuerza del sentido del gusto. Además, el ali-
mento más importante es el que se ingiere a través del
ver, del oír y del hablar. El alimento pesado para el cuer-
po puede compararse con excavar un pozo, en tanto que
las impresiones puras y sutiles que se reciben a través de
los otros sentidos se pueden comparar con construir un
alto muro que llegue hasta el cielo. Y la construcción del
muro es la que debería recibir el mayor estímulo.

J. H.: El cuerpo es como un forúnculo... pero Swami a me-


nudo usa la frase “el cuerpo es el templo de Dios”.

Sai: En el mundo espiritual hay una aritmética distinta: tres


menos uno es igual a uno. Estás tú, el espejo y la ima-
gen. Quita el espejo y no queda sino uno. La vida es el
espejo, el cuerpo es la imagen reflejada. Adhiérete a
Dios y no queda sino Uno, Dios. El cuerpo es el tem-
plo de Dios. La vida de la persona es el sacerdote. Los
cinco sentidos son los recipientes que se usan en la ce-
remonia religiosa. El Alma es Dios, la efigie de Dios. Es
imposible decir que el cuerpo es el templo de Dios a
menos que lo sea realmente. Cada acto, pensamiento y
palabra deberían representar la adoración en el templo.
Los cinco sentidos deberían ser limpiados y pulidos
constantemente, como para que las ofrendas se presen-
ten reverentemente a Dios. Por otra parte, al ir al traba-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 151

jo uno debería decirse a sí mismo que cada acto del día


será un acto de adoración a Dios, y así será.

J. H.: Swami dice que cuando los sentidos se salen de su


lugar y se mezclan con los objetos del mundo, se pro-
duce dolor y placer. ¿Cuál es el lugar apropiado para los
sentidos?

Sai: Todo esto es el juego del deseo. Cuando el deseo se


orienta hacia las cosas del mundo, produce dolor y
placer, en tanto que si se orienta hacia Dios confiere
dicha y no produce dolor.

J. H.: Pero Swami, la mayor parte de nuestras acciones pro-


viene de deseos mundanos. Vemos, oímos, pensamos,
sentimos, olemos. Luego surge algún deseo que nos
conduce a la acción.

Sai: Dios trabaja a través de ti como deseo.

J. H.: Swami, ¿Dios impulsa incluso los malos deseos?

Sai: Existe el poderoso impulso de la fuerza vital, el deseo


de vivir. Si entra en acción en un terreno favorable, se
convierte en amor; en caso contrario permanece como
ansia. Si el deseo se expresa en un campo favorable, se
expresa como amor. Entonces surge el conocimiento.
Luego la dicha. El poder, la fuerza, la energía, la moti-
vación en el deseo es Dios. El que un deseo sea bueno
o malo tiene relación con el momento, el lugar y la per-
sona. Durante la juventud, puede que el deseo por lle-
gar a tener éxito en el mundo sea bueno. En años pos-
152 John S. Hislop

teriores ese mismo deseo puede ser malo. La fruta que


un día está a punto, puede estar podrida algunos días
más tarde. En una manzana, puede que un lado esté
bueno y el otro podrido. La discriminación indica que
te comas el lado bueno y tires el malo. Existe otra fuer-
za en ti a través de la cual actúa Dios, y ésa es la dis-
criminación. Esa fuerza debe usarse para desechar las
malas acciones. El poder de discriminación sabe lo que
está bien y lo que está mal. Los malos deseos son Dios
oscurecido por maya*, en tanto que la discriminación
hace que la maya deje de oscurecer a Dios.

J. H.: Swami, ¿es esto realmente la explicación de todo el


problema del bien y del mal?

Sai: Sí. La historia de Valmiki sirve de ilustración. Era un


asesino y un ladrón empedernido y no vacilaba para
nada en sus acciones. En un momento dado puso aten-
ción a los cinco sabios y comenzó a repetir «Rama». El
mismo poder y la misma fuerza que lo hacían un cri-
minal terrible se tornaron en un deseo y una acción di-
vinas y llegó a ganar la conciencia de Dios. “Rama” fue
lo que comenzó a repetir de manera incesante y des-
pués de un tiempo, Valmiki lo fue recitando de manera
cada vez más rápida y lo transformó en “Ma” y “Mara”.
Hasta que llegó el momento en que perdió la sensación
del cuerpo y trascendió los sentidos. El perder la sen-
sación del cuerpo debe ser así, natural y no forzada.

* Maya: la ilusión de ver lo irreal como real, de confundir lo transitorio


como eterno, la ilusión cósmica por la cual la verdad es velada.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 153

XXXII
J. H.: Swami dice que el cuerpo, la mente y la inteligencia
no trabajan para nadie sino que realizan su propio tra-
bajo. ¿Qué significa ello?

Sai: Lo que quiere decir es “desgraciadamente ése es el


caso”. Realizan su propio trabajo, pero el trabajo debe-
ría ser coordinado para beneficio de lo superior. Por
ejemplo, los ojos ven; ver es su trabajo. Pero a menos
que vean para alguien, su trabajo no tendría sentido. La
mente debería ver a través de los ojos. La inteligencia
debería estar controlando y dirigiendo a la mente, por-
que ése es el “trabajo propio” de la inteligencia.

J. H.: ¿Entonces, para quién debería estar funcionando


todo el mecanismo?

Sai: Para el Alma. Un pequeño ejemplo: La Tierra rota en


torno de su propio eje, pero al mismo tiempo se tras-
lada en órbita en torno del Sol. Las diferentes faculta-
des del hombre deben realizar su propio trabajo, pero
el Alma es el centro de su Universo.

J. H.: Parece que hay algo que no encaja. El Alma no está


realizando su trabajo de dirigir las diferentes facultades.
¿Cómo se puede llegar a poner a las facultades bajo el
control del Alma?

Sai: Cuando uno llega a darse cuenta de que el Alma es la


realidad, todo comienza a funcionar armoniosamente.
Es cuestión de entregarle todo, de rendirse al Alma.
154 John S. Hislop

J. H.: Pero Swami ha dicho que uno no puede entregar aque-


llo que no posee realmente y aquello que no controla.

Sai: No se trata de entregar o dar algo a otra persona. Uno


se entrega a sí mismo. El reconocimiento de que el Alma
es uno mismo es entrega. La entrega significa realmen-
te la comprensión de que todo es Dios, de que no hay
alguien que se entrega, de que no hay algo que entre-
gar y que tampoco hay alguien que reciba la entrega.
Todo es Dios. Sólo hay Dios.

J. H.: “Entrega”, en verdad, no es una palabra muy ade-


cuada. No transmite en absoluto lo que se quiere decir.

Sai: “Entrega” es una palabra del lenguaje mundano. Para


describir correctamente esto se necesita el lenguaje
de la divinidad. No hay palabra adecuada en el idio-
ma español; por eso se sigue usando “entrega” o
“rendición”.

XXXIII
J. H.: Cuando Swami dice: «La Forma del Señor», ¿qué es
lo que significa? Vale decir, cuando pienso en el Se-
ñor, viene a mi mente de manera natural la imagen de
Baba. ¿Pero qué hay más allá de ello?

Sai: Si continúas visualizando la Forma cuando estás en ac-


tividad, vas a cometer errores. Por ejemplo, si tratas de
visualizar al Señor mientras estás en la oficina, te equi-
vocarás. De modo que “visualizar al Señor” cuando es-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 155

tás sumido en tus actividades significa hacer el trabajo


en el Nombre del Señor, y no realizarlo para ganar los
frutos del trabajo.

J. H.: ¿Y qué hay con respecto al Nombre, a la repetición


del Nombre?

Sai: Cuando Dios viene, tomando una forma humana, es


muy difícil verlo como el Señor. Uno ve ese cuerpo y
luego el cuerpo propio, y uno no puede sino relacio-
narlos a ambos y poner ese cuerpo al mismo nivel de
uno mismo. Pero si el Señor viniera en toda Su majes-
tad, la gente se asustaría y no tendría la oportunidad
de conocer y de amar al Señor. Por ejemplo, hay gen-
te que adora la imagen de una serpiente en un tem-
plo, en la esperanza de que esa adoración producirá
el nacimiento de un niño. Pero si la serpiente cobrara
vida y se arrastrara por el suelo, la gente huiría es-
pantada. La gente no podría soportar la vista del Señor
en forma suprahumana. Sucede que sólo cuando el Se-
ñor viene en forma humana la gente puede acercarse
a Él, aprender a amarlo y a conocerlo aunque sea un
poco. Pero no hay que cometer el error de creer que
no hay nada más con respecto al Señor. Por ejemplo,
el avión que vuela muy alto, desciende y aterriza en el
aeropuerto. Pero uno no debe cometer el error de pen-
sar que es una máquina terrestre por el hecho de ver-
lo posado en tierra. Una vez que ha recogido su carga
de pasajeros, vuelve a remontarse en los aires. De ma-
nera similar, aunque el Señor haya descendido aquí en
la Tierra –por así decirlo– no está limitado por Su for-
ma humana.
156 John S. Hislop

J. H.: ¿Podría Swami decirnos algo más sobre el repetir el


Nombre de Dios?

Sai: Aquí va un pequeño ejemplo. Un hombre tenía que


atravesar de noche veinte millas de selva y tenía sólo
una pequeña linterna que iluminaba un círculo de un
metro. Puso la linterna a su lado y se puso a llorar, ya
que era tan poco lo que alcanzaba a ver. Acertaron a
pasar otros viajeros y le preguntaron por el motivo de
su pena. Y luego de oírlo, exclamaron: «Pero señor, si
usted camina llevando la linterna consigo, basta con
que vea un metro frente a usted y puede atravesar todo
el bosque sin problemas. Pero si la deja en el suelo,
no podrá moverse a ningún lugar en esta oscuridad».
De manera similar, puede que el Nombre del Señor
esté escrito en un libro que estés leyendo, pero para
encontrar tu camino debes usar el Nombre. El Nom-
bre debería entretejerse con la respiración de tal mo-
do que lo estés nombrando todo el día. Soham = Él
es yo. “Él” con la inspiración, “yo” con la expiración.
O, Sai Ram. O el nombre que elijas, repetido con el
movimiento de la respiración. La respiración es For-
ma, de modo que Nombre y Forma van juntos. La res-
piración es vida. La Vida es Dios. La respiración es
Dios. El Nombre de Dios y la Forma de Dios. Respira
a Dios. Ve a Dios, come a Dios, ama a Dios. El Nom-
bre de Dios iluminará cada paso de tu vida y te lle-
vará hasta Él. El Nombre debe pronunciarse con
Amor. Dios es Amor. Si se respira con amor, la vida se
transforma en Amor. No hay poder universal más
fuerte que el Amor. Si se pronuncia con Amor el Nom-
bre de Dios, cualquiera de sus nombres: Ram, Sai
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 157

Ram, Krishna, Jesús, Soham, ese pequeño Nombre


abrirá e iluminará el total de la vida. Para cualquiera
que quiera tomar conciencia de Dios basta solamente
el Nombre. El océano es inmenso, pero no se requie-
re de un gran transatlántico para ir a la mar, cualquier
bote servirá para navegar.

J. H.: Con respecto a la repetición del Nombre del Señor,


¿qué relación hay entre Sai Baba, Sai Ram, Soham? ¿Y
qué Forma hay que imaginar con cada uno?

Sai: Sai Baba es la Forma física. Sai Baba también significa


Padre y Madre Divinos. La sílaba “Sa” significa divino.
La sílaba “ai” significa madre. Baba es la palabra por pa-
dre. Por lo tanto Sai Baba significa Padre y Madre Divi-
nos. Sai Ram representa la misma Forma que Sai Baba.
Soham no tiene forma. Significa “Yo soy Dios”. Todo
viene a ser como una misma persona que tiene muchos
nombres, pero todos se refieren al mismo cuerpo. La re-
petición del Nombre con respecto a una Forma se pro-
duce en un comienzo. Más adelante se llega a adorar lo
divino omnipresente y trascendente. Si uno ve a Dios
como la esencia de cada persona que encuentra, resul-
ta apropiado amar a Sai Ram constantemente en la
mente, ya que así todas las diversas formas se fundirán
en la Forma Sai Ram.

J. H.: ¿Cuál es la forma correcta de cantar “OM”?

Sai: El sonido de “OM” es “A U M”. La A comienza suave-


mente desde la garganta. Es la tierra. La U proviene de
la boca y el sonido aumenta en volumen. La M suena
158 John S. Hislop

en los labios, con volumen decreciente. Como un avión


que se oye a la distancia, aumenta su sonido a medi-
da que se acerca y luego se va perdiendo cuando se
aleja nuevamente. “A” es el mundo. “U” es el cielo. “M”
es lo divino más allá de todos los sentidos.

J. H.: ¿Qué pasa si uno fracasa en lograr esta pronunciación


perfecta?

Sai: El OM perfecto no es muy importante si hay amor. El


amor es el nexo de devoción entre madre e hijo, y si el
niño llora, a la madre no le importa si el llanto es dis-
cordante, simplemente corre hacia el hijo y lo cuida. La
Madre Divina está en todas partes. Swami está aquí, pero
la Madre Divina está en todas partes. Así, todos y cada
uno tienen su oportunidad. Tan pronto una persona co-
mienza a anhelar a Dios, la Madre Divina está allí para
responder con su gracia. En todos estos asuntos, lo vi-
tal es el Amor. La devoción por Dios significa Amor por
Dios. El real OM es espontáneo; entra por las fosas na-
sales, sube al centro de la frente y sale por los oídos ha-
cia el mundo. Tal como una emisión desde las torres de
una radio.

J. H.: ¿No es el OM un sonido peligroso de usar? He oído


decir que el sonido OM es continuo y que sostiene per-
manentemente al Universo. En tanto que el hombre
rompe esta continuidad en su pronunciación del OM, y
de la misma manera su vida es susceptible de inte-
rrumpirse. He oído esto muchas veces, y se dice tam-
bién que el OM resulta apropiado sólo para los renun-
ciantes que ya han roto sus ataduras mundanas.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 159

Sai: ¿Qué es un renunciante? Hay tres tipos de renuncian-


tes. El primero es el “renunciante de la vestidura” que
pretende serlo poniéndose una túnica amarillo-ocre.
Hay miles de ellos en la India. Luego está el “renun-
ciante de los sentidos” que llega a controlarlos. Estas
personas jamás deberían abandonar el mundo por la
soledad. Deberían quedarse en la vida en donde pue-
dan observar sus reacciones y saber si su control de los
sentidos es genuino. Están también aquellos que se han
entregado al Señor, dedicando el fruto de cada acción a
Dios. En este tipo de renunciante no queda lugar para
el ego, su corazón es puro, sus sentidos se han calma-
do y no son afectados por los opuestos. Si el corazón
es puro, no se quebrará la continuidad del sonido “OM”.
Y entonces, cuando llega a surgir algo que parezca ma-
lo, será algo irreal, ya que sólo el OM es real.

J. H.: Swami dice que la gente se equivoca al no decir


“Soham” con cada respiración. ¿Cómo lo hacemos?

Sai: “Saa” significa Él, “Ham” es Yo. El yogui X a quien


mencionas, enseña repetir “Saa, Saa” durante las veinti-
cuatro horas cada día. Como no se expresa el “Ham”, se
supone que el “yo”, la personalidad, se apacigua. Re-
sulta extremadamente difícil hacerlo las veinticuatro ho-
ras del día, y durante el sueño es prácticamente impo-
sible. El yogui X dice que lo hace, pero no es así. ¿De
qué sirve el esforzarse con una práctica así, cuando hay
un camino mucho más fácil y efectivo?

J. H.: Está bien, Swami; dejando de lado al yogui X, yo


quiero hacer lo que Baba dice, y decir “Soham” con
160 John S. Hislop

cada aliento. ¿Cuál es la técnica? ¿Se dice cada vez que


uno respira?

Sai: La respiración está constantemente diciendo “Soham”.


En la práctica hay que decir “So” con cada inhalación y
“Ham” con la exhalación; dilo mentalmente, en tu pen-
samiento. Se trata con ello de mantener la mente fija y
quieta. Después de un tiempo se vuelve automático.
Durante el día dices “Soham” y en la noche, durante el
sueño, el sonido se transforma naturalmente en OM.

J. H.: ¿Habría que pensar “Él es Yo”?

Sai: No, el sonido es “Soham”. No es ni una palabra hindú,


ni una palabra en otro idioma. Es el sonido de lo que
está diciendo la respiración. Por otra parte, es evidente
que está bien apreciar el sentido del sonido.

J. H.: Swami dice que “Soham” es el sonido natural de la


respiración. Si escucho mi respiración, no me parece
que suene de ese modo.

Sai: El sonido que se produce a través de la nariz o de la


boca está mezclado con mente o ideas y puede oírse de
varias maneras. De hecho, cuando la mente no tiene
movimiento y la respiración es perfectamente espontá-
nea y natural, el sonido de esa respiración, a través de
las fosas nasales, es “Soham”. La respiración por la
boca se va al estómago.

J. H.: Krishna le indicó a Arjuna que hiciera resonar el OM


en la mente.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 161

Sai: OM lo es todo, la mente, la lengua, el corazón, etc.


Haz sonar OM primero en la lengua y luego en la
mente. Es importante hacer sonar el OM veintiún ve-
ces: cinco sentidos exteriores, cinco sentidos inter-
nos, cinco vidas (los cinco elementos), cinco envol-
turas (koshas) y el Alma individual (Jiva).

XXXIV

Visitante: ¿Cómo debe rendirse uno a Dios y a la vida?

Sai: La rendición a Dios y a la vida significa la ausencia de


dualidad y el ser de la misma naturaleza de Dios. No
obstante, tal estado está más allá de la voluntad del
hombre. La rendición ocurre cuando el hacedor, la ac-
ción y el objeto son Dios; no puede ser forzada; viene
naturalmente a un corazón pleno de Amor a Dios; Dios
es como un manantial de agua fresca y dulce dentro del
corazón. El mejor instrumento para cavar un pozo ha-
cia esa fuente inagotable y para saborear su dulzura es
la repetición del Nombre del Señor. Dediquen todas y
cada acción al Señor y así no quedará lugar para el ego.
Ese es el camino más rápido para eliminarlo.

Visitante: ¿Cómo se puede progresar rápidamente por el


Sendero?

Sai: El camino es el Amor. Comiencen el día con amor, vi-


van el día con amor, llenen el día con amor y terminen
el día con amor: ese es el camino que lleva a Dios. Ex-
pansión en el Amor, y nada de contracción y egoísmo,
162 John S. Hislop

nada de “mío”. Las prácticas como meditación, repeti-


ción del Nombre, mantras, bhajans, son como el jabón:
sin agua, el jabón no sirve de nada. El agua equivale al
amor y el agua es lo importante. Sin amor, viven en la
muerte, porque el amor es vida. Todos son como uno;
sean iguales a todos los demás. También es importante
el inquirir: ¿Quién soy yo? ¿Este cuerpo? No. ¿Esta casa?
No. “Yo” soy “Yo”, esa es la verdad. El cuerpo es como
una burbuja de agua. La mente es como un mono fre-
nético. La mente es incluso peor que el mono, puesto
que carece de lógica y razón.

Visitante: ¿Está bien decir “Sai Ram”?

Sai: “Sa” significa divino. “Ai” significa Madre. “Ram” signifi-


ca Aquel que está en el corazón como pura felicidad. Sai
Ram significa madre y padre divinos. Soham, Sai Ram,
Sivoham, Sambashiva, todos significan lo mismo.

Visitante: Baba, me siento tan cansado, no tengo energía


para nada. ¿Qué puedo hacer para recobrar energías?

Sai: La energía surge de la rendición a Dios.

Visitante: ¿Sería correcto para mí asistir a una lectura del


libro de Bhrighu?

Sai: No es asunto de Swami el que vayas o no. Lo que es-


tá escrito en él es verdad, pero la interpretación es
equivocada.

Visitante: Baba, ¿qué hay con respecto a mi energía?


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 163

Sai: La energía se produce por la expansión del corazón. En


un corazón pequeño y cerrado... no hay energía. Si se
conoce a Baba en el corazón, entonces el corazón se
expande. El cuerpo es el templo; el corazón es el trono
y allí está instalado Dios.

Visitante: ¿Tú estás satisfecho?

Sai: Estoy siempre feliz. El Amor es mi Forma. Siempre fe-


liz. A veces, para corregir una situación, puede que
cambie el sonido de la voz de Swami, pero en su inte-
rior no hay enojo.

J. H.: Con perdón de Swami. Alguien que observe a Swami


moviéndose entre la gente y eligiendo a algunas perso-
nas para entregarles una atención especial o para en-
trevistarse con ellas puede sentirse intrigado por el he-
cho de que algunos sean elegidos y otros no.

Sai: Sí, es absolutamente natural que queden intrigados.


Uno que vea solamente el exterior no puede saber
quién es digno y quién no.

J. H.: Swami dice que uno no debe hablar del Señor con
los que no son devotos. ¿Qué implicaciones tendría
ello?

Sai: Está bien hablarle a un grupo. Los líderes se interesa-


rán y, a su vez, le hablarán al resto. Pero entablar con-
versaciones individuales con aquellos que no tienen fe
dará por resultado alegatos y discusiones que no cons-
tituyen sino una pérdida de tiempo.
164 John S. Hislop

J. H.: Todos los devotos se muestran ansiosos por tocar


los Pies de Swami. ¿Qué significado tiene el tocar los
pies?

Sai: Dios es positivo. El hombre es negativo. Si se estable-


ce el contacto, la corriente divina fluye de lo positivo a
lo negativo. Esta es la razón en la que descansa la tra-
dición hindú de tocar a una persona divina. Sin embar-
go, sin alguna forma de disciplina y de limitaciones,
la gente tocaría el rostro o el cuerpo, y de aquí nace la
costumbre de tocar los pies de loto.

J. H.: Swami dice: «Eviten que el agua entre en el bote». ¿Có-


mo se logra esto?

Sai: ¿Cómo puede mantenerse el agua fuera del bote de


sus vidas? Vuélvanse por completo hacia Dios y deja-
rá de haber un bote, no se requiere el bote. Dios está
en todo lugar. La conexión con Él es interna, está en
el corazón.

XXXV
J. H.: ¿Tiene que pasar un cierto período de tiempo para al-
canzar la liberación?

Sai: El tiempo que se necesita para la liberación es más o


menos así. Alguien pregunta, ¿cuánto te demoras en co-
mer? La respuesta puede ser “cinco minutos” o “media
hora”. Y la respuesta es equivocada. Uno se demorará
en comer tanto como lleve llenar su estómago.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 165

J. H.: ¿Existe de manera natural en el hombre un deseo de


liberación?

Sai: El sadhana no produce la liberación, solamente calma y


controla los gunas* rajásico y tamásico. El guna sáthvico
es el que tiene siempre el deseo de liberación. Cuando
el guna sáthvico es el que ejerce el control en el hom-
bre, entonces viene la liberación.

J. H.: En Occidente se considera, en general, que la prácti-


ca espiritual es un proceso de autoperfeccionamiento.
¿Eso implicaría una identificación con la personalidad
cambiante?

Sai: En primer término, puede que exista el impulso hacia


el autoperfeccionamiento. Puede que se considere que
necesitan perfeccionarse la naturaleza moral y el carác-
ter. Pero la próxima etapa es el examen; el inquirir den-
tro de la realidad de esto y de aquello. Siete décimas
partes de la práctica espiritual es inquirir. En general, lo
que la gente llama “yo” se refiere al cuerpo.

J. H.: En el budismo mahayana se afirma que uno tiene,


aun en el último momento antes de la liberación final,
la posibilidad de elegir si se funde o renace.

Sai: La elección de unirse o de reencarnar en el alba de la


libertad se mantiene dentro del campo de los deseos.

* Gunas: Cualidades primarias de un ser capaz de sentir físicamente. Son: Sat-


wa (equilibrio, apacibilidad), rajas (actividad) y tamas (ignorancia, inercia).
166 John S. Hislop

No hay egoísmo en el deseo de unirse en Dios. No se


trata en este caso de una contracción, sino de una
expansión.

XXXVI
(Un visitante, un príncipe de un Estado de la India, vino
a ver a Bhagavan para ofrecer algunos acres de terreno
para la instalación de un centro de yoga y a pedirle que
visitara su Estado y usara su voluntad para eliminar el
peligro de violencia política.)

Sai (Al visitante): El amor de Swami es igual para todos, in-


cluso para quienes realizan acciones equivocadas. Estos
sufren, no por causa del enojo de Swami, sino porque
sólo a través del sufrimiento llegan sus mentes a vol-
verse hacia adentro en un autoexamen. Y sólo a través
de este autoexamen llegarán a librarse de la ilusión que
los separa de Dios. El único presente que le es grato a
Swami es el corazón. Acres de tierra no tienen ningún
interés para Él. En el momento actual reina un profun-
do desorden tanto entre los políticos, como entre los es-
tudiantes. Esto va a continuar durante algún tiempo,
pero, llegado el momento, Swami entrará en escena y
hará que vuelva a reinar cierto orden.

J. H.: ¿Qué hará respecto del orden en América y en Europa?

Sai: Los países son como vagones. La locomotora es Dios.


El primer vagón es la India, los demás seguirán. De
acuerdo con la astrología de tiempos remotos, el cam-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 167

bio en las condiciones del mundo será producido por


la influencia de Swami en unos quince años a partir
de ahora. (Esta conversación se sostuvo en diciembre de
1968.) Esto ha sido predicho hace cinco mil seiscien-
tos años en las Upanishads (escrituras hindúes): la ve-
nida de Baba, el Sai Avatar, que incluye tres encarna-
ciones, todo está profetizado claramente. Aquellos que
nazcan en la generación actual pueden considerarse
muy afortunados.

XXXVII
J. H.: ¿Está el mundo de hoy totalmente desprovisto de san-
tos que tengan la vivencia directa y profunda de Dios?

Sai: Incluso hoy en día existe gente que tiene la experien-


cia genuina de la visión divina y de la conciencia de sí
misma. Pero no viajan de un lado a otro del mundo con
el objeto de rodearse de un séquito de discípulos. Se
mantienen serenamente alejados de la mirada pública y
llevan a cabo sus prácticas. Si llegaras a encontrar a al-
guno y le solicitaras que te guíe, no se interesaría por
ti. Si llegara a examinarse la vida de uno de los “gurús”
que andan por el mundo, se descubriría que tiene de-
seos y problemas. Su conocimiento proviene de libros
y de otras personas y no posee la plena y real expe-
riencia de lo divino de lo cual habla. Tales personas se
encuentran atrapadas en el pantano del mundo, al igual
que te pasa a ti. ¿Cómo entonces te podrían sacar para
llevarte a terreno firme? Hoy en día, el único Maestro
genuino es Dios. Clama a Él y Él te guiará. Él se en-
168 John S. Hislop

cuentra en tu corazón, y siempre listo para ayudarte,


protegerte y guiarte.

J. H.: Swami dice que hay personas que poseen la visión


divina. ¿Cómo puede uno lograr esa visión?

Sai: La visión divina borra de la mente la visión de aquello


que es transitorio. En el momento preciso desaparecerán
el Nombre, la Forma y las características. Entonces, ¿para
qué esperar? Bórralas de tu visión ahora. Bórralas de la
mente ahora y ve sólo lo que es real. ¿Para qué moles-
tarse con la ilusión, con aquello que desaparece? Es mucho
mejor entregarle nuestro tiempo y atención a la realidad.
La visión divina consiste en ver a través de la ilusión efí-
mera y en mantenerse dentro y con la realidad. Dios es
la realidad eterna; Él es la base inmutable de todo fe-
nómeno. El rey Janaka llegó a establecerse firmemente
en la visión divina; nombre, forma, personalidad, atribu-
tos, fueron traspasados tan completamente que no vol-
vieron a entrar en el campo de su visión en todo lo que
le restó de vida. La visión divina es el resultado de la
práctica constante y de la Gracia de Dios. Hay momen-
tos en que la visión divina parece surgir espontánea-
mente, pero esto se debe a las obras realizadas por la
persona en una vida previa.

J. H.: ¿Cuál es la diferencia entre una persona con visión di-


vina y una persona plenamente realizada en Dios?

Sai: Existe una diferencia. La persona que ha realizado a


Dios, el jivanmukta, no tiene ya ninguna identificación
con el cuerpo. Es una persona en quien sólo se mani-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 169

fiesta la visión divina. Ya no le presta atención alguna


al cuerpo, de modo que éste se debilita y se seca; no se
preocupa ya ni del alimento ni del agua, ni siquiera vie-
nen a su mente. Como resultado, en estas circunstancias
la vida no se mantiene sino veintiún días en el cuerpo,
lo que puede variar algo de acuerdo con las condicio-
nes de la persona. El rey Janaka se retiró a la selva y lle-
gó a ser un jivanmukta; la vida se mantuvo por dieci-
nueve días en su cuerpo. Por su parte, la persona que
posee la visión divina es conocida como un “raja yogui”,
mantiene algo de identificación con su cuerpo y por
ello continúa viviendo con él. El rey Janaka reinó mu-
chos años como un raja yogui. Jivanmukti es la perma-
nente conciencia de Dios, es el unirse con Dios. Puede
producirse una conciencia de Dios temporal que dure
algunas horas o un día, durante una meditación pro-
funda o en varios de los niveles de samadhi*, pero no
es permanente, no es la unión con Dios.

J. H.: Perdón, Swami, aún no entiendo completamente


esto de la visión divina.

Sai: Tenemos un trozo de vidrio transparente; si mira-


mos por un lado, podemos ver el objeto que se en-
cuentra por el otro. Si le ponemos una película de plata a
un lado del vidrio, se transforma en un espejo en el que
uno puede verse, pero a través del cual ya no se pue-
de ver el objeto que hay al otro lado. De manera simi-
lar, uno puede ver a través de la conciencia el mundo

* Samadhi: Equilibrio de la conciencia. Libertad total de toda dualidad.


170 John S. Hislop

sensorio externo. O con la inteligencia, uno puede mi-


rar y llegar a tener conciencia de aquello que hay den-
tro de uno. Si vive y se mantiene dentro de la realidad
que ha encontrado adentro, con pensamientos, deseos
e intereses puros, si mantiene su vida centrada en el
lado divino de la conciencia, la conciencia se vuelve un
espejo revestido en su superficie exterior con el polvo
del mundo de los sentidos. Sobre la pura superficie in-
terna de este espejo, sobre la mente y el corazón puros,
uno puede ver reflejada la realidad de sí mismo, y esto
es lo que constituye la conciencia de sí mismo, auto-
rrealización. Esto es raja yoga. El rey Janaka llegó a ser
raja-yogui y vivió su vida de este modo.

J. H.: Swami, hasta los hombres perfectos parecen tener


problemas.

Sai: Varios santos (Swami mencionó algunos nombres) en-


frentaron interminables problemas durante sus vidas,
con sus familias, con el despiadado trato de otros, y
otras cosas por el estilo. Pero su fe en Dios se mantuvo
incólume.

J. H.: Swami, ya que estos hombres eran santos purificados,


¿por qué continuaron para ellos los sufrimientos y los
problemas?

Sai: Ellos mismos no sufrieron. Jesús no sufrió. Pero era


necesario que pasaran por aquello que generalmente se
considera como sufrimiento para que el mundo tuviera
ejemplos de nobleza en cuanto a desapego mundano y fe
inconmovible en Dios.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 171

J. H.: En las Escrituras se encuentran numerosas historias


sobre grandes sabios que tenían caracteres muy violen-
tos. ¿Cómo es posible esto?

Sai: Los iracundos sabios de las escrituras estaban equi-


vocados en su práctica espiritual. Sus reacciones eran
rajásicas (iracundas y apasionadas). Son mejores los
sadhanas sáthvicos (puros y equilibrados); no le pro-
ducen problemas a nadie.

J. H.: Leyendo, me encontré con un pasaje que dice que el


sabio Viswamitra creó un universo duplicado. ¿Puede
esto ser posible?

Sai: Sí. El sabio accedió a transportar a uno de sus discípu-


los a las regiones celestiales, sin que el discípulo aban-
donara su cuerpo físico. Los Dioses no estuvieron de
acuerdo. Viswamitra se enojó mucho y creó un univer-
so, incluso habiéndole pedido Dios que no lo hiciera.
Viswamitra creó incluso el panteón de dioses en el es-
pacio sutil y luego transportó hasta allí a su discípulo en
su cuerpo. Pero aquello que es contrario a la voluntad
de Dios no puede durar, y así fue que el universo de
Viswamitra no perduró.

J. H.: Prahlada no tenía plena conciencia de Dios, al parecer,


ya que su cuerpo continuó viviendo. Entonces, ¿cómo
podía estar tan firmemente afincado en el Alma como
para soportar las más terribles torturas con una sonrisa?

Sai: Prahlada fue un caso especial creado por Dios como


ejemplo de la fe perfecta en el nombre de Dios; una fe
172 John S. Hislop

absoluta e inmutable en que Dios estaba en todas las


cosas, incluso en pilares e ídolos inanimados. Prahlada
no sintió dolor durante las torturas que sufrió. Debido
a su fe perfecta en que Dios vendría en cuanto se le lla-
mara, Dios bloqueó todo dolor.

J. H.: ¡Cuánto desearía uno poder ver solamente a Dios!

Sai: No consiste en que uno tome cada objeto del mundo


y lo transforme en Dios; uno no puede hacer eso. No
es posible tomar la naturaleza y todos los objetos y ma-
tizarlos de un solo color; mas si uno se coloca anteojos
de cierta tonalidad, todo se mirará de esa tonalidad.
Uno puede cambiar sus ojos de manera que todo lo que
mire sea de ese “color único”: Dios.

J. H.: Swami afirma que todo debe ser visto como Dios,
¿también la esposa de uno?

Sai: La esposa no ha de ser vista como Dios; si así fuera, ella


te faltaría el respeto; debe ser tratada como esposa, y
Dios tiene que ser visto como la realidad interna de ella.

XXXVIII

Visitante: Estos milagros que Swami realiza con sólo mover


Su mano; la mueve y aparecen cosas valiosísimas que
surgen de la nada. ¿Hay alguna explicación?

Sai: Algunos objetos Swami los crea de la misma manera en


que creó el Universo material. Otros objetos, como re-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 173

lojes, son traídos de abastecimientos existentes. No


existen seres invisibles que asistan a Swami trayendo
estas cosas; Su Sankalpa (Voluntad Divina) trae el obje-
to en un instante. Swami está en todas partes. Sus
creaciones pertenecen al ilimitado poder natural de
Dios y en ningún sentido son producto de poderes yo-
guis o de magia. El poder de crear no es ni inventado
ni desarrollado, sino que es simplemente natural.

J. H.: ¿Es cierto que los animales salvajes no atacarán a una


persona santa?

Sai: Había una vez un gurú que le dijo a su discípulo que


Dios estaba en todo. El discípulo creyó firmemente en
esta declaración. Ese mismo día se realizó una parada
real en la cual el rey era el centro de atracción mon-
tado en un gigantesco elefante. Ignorando las reglas
de seguridad en estos casos, el discípulo se paró deci-
didamente en el camino frente al elefante real, sin
prestar atención a los gritos de advertencia respecto de
que sería aplastado. Cuando llegó frente a él, el pa-
quidermo lo levantó con su trompa y lo puso a salvo
a un lado de su camino. El discípulo volvió a visitar a
su gurú y se quejó de que, aunque Dios estaba tanto
en él como en el elefante, él había sido incapaz de sa-
car al elefante de su camino, sino que, por el contra-
rio, había sido el elefante el que lo había sacado a él.
El Maestro le explicó que en este caso el elefante te-
nía mayor fuerza física, y le indicó al discípulo que si
no hubiera estado viendo a Dios en el paquidermo,
éste seguramente lo habría pisoteado y muerto sin más
ni más. Sin embargo, dado que el discípulo había es-
174 John S. Hislop

tado mirando a Dios en la bestia, Dios lo había saca-


do a salvo de su camino. Ningún animal, ni siquiera
una cobra, le hará daño a la persona que ve a Dios
como la realidad esencial del animal o de la serpien-
te. Lo mismo vale, en general, en lo que respecta a
hombres peligrosos, pero aquí se producen excepcio-
nes debido a implicaciones kármicas.

XXXIX
J. H.: Compré este libro: Los Santos de la India.

Sai: (Abriendo el libro y repasando la lista de nombres.) Es-


tos no son santos. Eran eruditos y jefes de sectas reli-
giosas. (Sai leyó los nombres, haciendo comentarios en
telugu respecto de cada uno. El intérprete se mantuvo
en silencio.)

J. H.: Swami, sería bueno saber los nombres de algunos


santos verdaderos como para poder leer acerca de ellos.

Sai: ¿Qué se entiende por “santo”?

J. H.: Creo que quiere decir un mensajero de Dios. De la


lista de nombres, la gente en general piensa en ese sen-
tido de Sankara, Ramakrishna y Ramana Maharshi.

Sai: Ramakrishna comenzó siendo un devoto de Dios; no


existían sino la Madre Kali y él mismo. Ambos eran algo
separado. Existía la dualidad. En un cierto momento él
realizó ciertas acciones y la Madre Kali jamás volvió a
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 175

aparecérsele. Hacia el final llegó a fundirse en Dios y


alcanzó la conciencia divina.

J. H.: ¿Sankara y Ramana Maharshi fueron casos similares?

Sai: Sí.

J. H.: ¿Buda tal vez fue un mensajero de Dios?

Sai: Buda jamás mencionó a Dios. Se conoce la historia de


que era un príncipe que tenía mujer e hijos, que cuan-
do vio la miseria y la muerte decidió encontrar la cau-
sa. Por años se sometió a las más severas austeridades.
Hizo tres anuncios: Todo es sufrimiento, todo es transi-
torio, todo es vacío.

J. H.: ¿Entonces Buda no tomó conciencia de Dios, sino del


Nirvana?

Sai: Sí. (En una ocasión anterior, Sai había dicho que ca-
da uno encontraba aquello que buscaba y que Buda
había buscado la causa del sufrimiento.) No hay sino
un yoga y ése es el bhakthi yoga (yoga de la devo-
ción). Todos los demás: kriya yoga (yoga de la prác-
tica del deber), hatha yoga (yoga del bienestar físico),
el así llamado Sai yoga, pranayama (yoga de la respi-
ración), todos los métodos y técnicas que se conocen
como yogas pertenecen sólo al cuerpo. Todos son me-
ros adiestramientos. ¡Derecha! ¡Izquierda! ¡Arriba! ¡Aba-
jo! ¿Dónde está el resultado? Son vanos y no son sino
una pérdida de tiempo. Bhakthi yoga (yoga de la de-
voción) es el camino directo hacia Dios. Es el camino
176 John S. Hislop

fácil. Todos los demás son inútiles. Hay seis tipos de de-
voción o bhakthi: madhura bhakthi significa la devo-
ción dulce y es la del tipo superior.

J. H.: ¿Qué es lo que hace superior a la madhura bhakthi?

Sai: En ésta el devoto ve a todo como Dios. Cuando Jayadeva


tomaba su ropa para ponérsela, veía a Krishna en ella y
no la trataba como vestimenta. Él andaba desnudo por
las calles y la gente lo cubría con alguna ropa; hablaba
con Krishna, cantaba a Krishna, bailaba con Krishna, se
fundía en Krishna y caía sin sentido. Él fue el gurú de
Chaitanya.

J. H.: Swami, la descripción suena en cierto modo a la que


se haría de Ramakrishna Paramahamsa.

Sai: Jayadeva, Chaitanya y Ramakrishna están en esta co-


rriente de devoción. Jayadeva se consideraba la novia
de Krishna y debido a esto el público, con intención
mundana, tiene a sus canciones por lujuriosas, cuando
en realidad, su significado verdadero, el significado que
Jayadeva les daba, era muy diferente. Para él, el cora-
zón era la novia y Krishna el Alma.

J. H.: ¿Qué tipo de persona era Chaitanya?

Sai: Chaitanya también le cantaba a Krishna y danzaba en


éxtasis con Él. Una vez fue a visitar a un admirador suyo.
Lo alojaron en una habitación contigua a la sala de
oraciones. Cada vez que se le ofrecía alimento al ído-
lo compuesto por cinco metales de Krishna, se veía a
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 177

Chaitanya comiendo el mismo tipo de alimento en su


pieza. El anfitrión decidió llevar a cabo una prueba.
Encerró a Chaitanya en su habitación y abrió una mi-
rilla por donde podía observarlo. Se le ofrendó ali-
mento al ídolo de Krishna y se vio que Chaitanya co-
mía lo mismo. El anfitrión entró en la habitación y le
dio dos bofetadas a Chaitanya. Sin embargo, después
de haber hecho esto, el ídolo de Krishna desapareció.
Esto causó la mayor preocupación en la casa y se ele-
varon fervientes plegarias a Krishna. Krishna se les
apareció a sus devotos y dijo: «Me ofrecieron alimento
y entonces me abofetearon cuando lo comía. Así es
que me fui».

J. H.: Su devoción tenía...

Sai: Chaitanya tuvo como gurú a Sachananda en un tiem-


po. El Maestro quiso poner a prueba la devoción de
Chaitanya. Colocó un trozo de azúcar sobre la lengua
de Chaitanya y le dijo que lo tuviera allí hasta que él
regresara del río. En el río, Sachananda se bañó, lavó
ropa, elevó sus cánticos y retornó después de una o
ca aún abierta y el trozo de azúcar que vibraba algo,
pero que estaba aún intacto sobre su lengua, sin ha-
berse disuelto. Reconociendo la grandeza de Chaitan-
ya y que el control sobre sus sentidos era tan comple-
to, se postró ante él y declaró que Chaitanya era su
Maestro.

J. H.: Swami, ¿hay devotos tan completos como Jayadeva y


Chaitanya que vivan hoy en día?
178 John S. Hislop

Sai: ¡Claro, existen! Sin embargo, la mayoría guarda su de-


voción para sí. A veces se dejan ver y el mundo los ca-
lifica de enajenados. Swami se ha topado con devotos
tales, pero no les otorga entrevistas. Viven llenos de
felicidad. Encontré hace algunos años a uno de ellos,
una rani, una reina. No era apropiado a la situación
otorgarle una entrevista.

J. H.: ¿Es posible para un occidental llegar a ser un de-


voto así?

Sai: Sí, absolutamente posible.

J. H.: ¿Para un funcionario que tiene que llevar a cabo


el trabajo de Swami en el mundo, cuál es la mejor
devoción?

Sai: La misma.

J. H.: ¿Pero cómo podría uno trabajar si fuera así?

Sai: Es absolutamente posible llevar a cabo un trabajo y ser


al mismo tiempo el más alto devoto. Lo que es impor-
tante es el sentimiento, no el trabajo. Hasta en los casos
de Jayadeva y de Chaitanya su influencia se extendió
mucho.

J. H.: Swami, pareciera ser que desde la época de Krishna


hasta la de Sathya Sai no ha habido oportunidad...

Sai: (Interrumpiendo.) ¿Tiempo? ¡Yo soy Krishna! ¿Dónde


está el tiempo?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 179

J. H.: Swami, quiero decir que entre el tiempo del cuerpo


de Krishna y el de Sathya Sai no ha habido oportuni-
dad de tener a Dios mismo como Maestro.

Sai: Hasta el cuerpo de Shirdi.

J. H.: Entonces, Swami, éste debe ser el mejor momento del


mundo para los seres humanos que nazcan.

Sai: Sí, absolutamente el mejor momento. Incluso mejor


que durante la vida del cuerpo de Krishna.

XL
Sai: El cáncer, a menudo, se desarrolla partiendo de una pe-
queña pústula, a la que sigue una inflamación, se pro-
ducen gases y de ahí se desarrolla el cáncer.

J. H.: ¿Puede Swami curar hasta casos terminales de cáncer?

Sai: ¡Oh sí! Cierta persona a la cual conoces es un buen


ejemplo. Tenía un cáncer generalizado. Los médicos re-
nunciaron a seguir con los tratamientos, retiraron los
drenajes, suturaron las incisiones e indicaron que no le
quedaban sino unos pocos días de vida. Ahora es una
mujer fuerte y saludable y trabaja todo el día.

J. H.: ¿Swami lo hace sólo cuando el karma es apropiado?

Sai: No. Si Swami está conforme con una persona, la sana


de inmediato. El karma no puede intervenir en ello.
180 John S. Hislop

J. H.: Esa es una información de gran interés, porque cuan-


do la gente fracasa en su intento de ser curada por
Swami, lo achaca a que su karma no es el apropiado.

Sai: Si la persona posee un corazón puro y vive las ense-


ñanzas de Swami, la gracia de Swami actúa de manera
automática. No hay karma que pueda prevenir eso.

J. H.: Hay una situación en California que incumbe a un


“sanador” que desea unirse a un Centro Sri Sathya Sai y
aplicar sus poderes curativos en beneficio de los devo-
tos de Baba. El director de ese Centro ha sido aliviado
de sus enfermedades por el poder que fluye de las ma-
nos del sanador, y piensa que éste ha sido enviado por
Baba y que Baba es el que produce las curaciones a tra-
vés de esta persona. Se me pidió que le preguntara su
opinión a Swami.

Sai: El poder que fluye de las manos del sanador no es el


poder de Swami. Se trata de un poder maléfico. El sa-
nador mismo es el que requiere ser sanado. El Poder
Divino está en todo lugar; surge de adentro. Estos dos
cuerpos (señalando a Hislop y al conductor del coche)
son fuertes y saludables (implicando que la salud se
debía al poder divino, sin intervención de un sanador
externo).

J. H.: El sanador mismo también me pidió plantearle una


pregunta. Quiere saber si lo que hace está bien.

Sai: No, no está bien. No hay poder divino que fluya a tra-
vés de su persona.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 181

J. H.: ¿Y cómo debería ser sanado uno entonces?

Sai: A través de los medios médicos habituales y de la


oración.

J. H.: Pero Swami, hay miles de casos en todo el mundo de


gente que es curada por sanadores. ¿Qué pasa con
ellos?

Sai: Todo beneficio no es sino una sensación de alivio tem-


poral y no es real. Si se produce una curación, se debe
a que la persona en cuestión ha sentido o pensado en
Dios.

J. H.: Entonces, ¿el poder que proviene de Dios no fluye


hacia una persona?

Sai: ¿Dónde está Dios? Está dentro de ti. Y Él sana desde


adentro.

Visitante: Baba, puesto que el tiempo es simplemente Tu


voluntad y no tiene realidad fuera de ella y su duración
también es Tu voluntad, ¿por qué no acortas en algo el
tiempo? La gente padece tantos sufrimientos, ¿por qué
deben sufrir por tanto tiempo?

Sai: Están sometidos a prueba, aunque no debería decirse


así; es gracia; aquellos que sufren tienen Mi gracia.
Sólo mediante el sufrimiento serán persuadidos de vol-
verse hacia adentro y de indagar. Si no llevan esto a
efecto, jamás escaparán de la desdicha.
182 John S. Hislop

J. H.: Hay gente que dice que está siendo castigada por
Swami. ¿Es así?

Sai: Por supuesto. Castigando a una persona por una falta


leve, Swami castiga con el objeto de corregir al que ha
faltado; no obstante, aunque duro en apariencia y voz,
Baba es todo amor en el fondo. En ocasiones, Swami
reprende a una persona en privado; a veces en público;
depende del individuo. Si la reprimenda la hace en pú-
blico, todos los que oyen se enteran de lo que agrada a
Swami y de lo que no le gusta. La mantequilla puede ser
cortada con un dedo, pero quebrar una roca requiere
un martillo de hierro; todo está sujeto al material, a la
persona. Swami es muy estricto en sus reglas y princi-
pios; un Avatar no transige. Para el devoto, el rigor es
la mejor gracia al final de cuentas. Dependiendo de la
situación, Swami puede ser blando, bondadoso, o pue-
de ser tan duro como el diamante. Él no da sólo una
oportunidad, perdona miles de veces; sin embargo, si la
persona continúa sin hacer caso, Él la castiga.

J. H.: Sí, Swami. La gente, los devotos que están cerca de


Swami tienen que rendir el máximo; ser perfectos en su
comportamiento.

Sai: A la gente que en apariencia está “a distancia” de Swami,


Él les da indicaciones, pero nunca tan severas como a
los que están “cerca”. La gente, en general, juzga a Swami
por sus devotos “cercanos”, de modo que éstos deben
ajustarse a moldes muy estrictos de comportamiento.
Por lo tanto, el “castigo” dependerá también de la na-
turaleza y la magnitud del error.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 183

J. H.: ¿Puede ser correcto que Dios perdone el pecado?

Sai: Con el arrepentimiento sincero, todo pecado puede


ser lavado. Responde la Gracia de Dios. Si Su voluntad
es perdonar, nada puede interponerse. Todo karma se
cancela. En la raíz de toda acción espiritual –la cual no
tiene reacción– se encuentra la simiente del amor. Si
esa simiente se alimenta, crecerá de la misma manera
en que crece un árbol, y todo lo valioso surgirá auto-
máticamente de ese árbol del amor. Cuando existe un
profundo arrepentimiento y Amor a Dios, no importa
cuáles hayan sido los pecados del pasado porque son
lavados y la naturaleza es purificada. El temer que esto
no suceda no es sino debilidad. La compasión de Dios
es infinita. Busquen Su Amor y el perdón vendrá a
continuación.

J. H.: ¿Es que Dios perdona hasta el karma presente?

Sai: Hay tres tipos de karma: pasado, presente y futuro.


El karma presente debe continuar. Es como el carro
que levanta tras de sí una estela de polvo; si se detie-
ne, el polvo se depositará sobre él. Quizá se dude de
si el carro puede continuar siempre de manera que
vaya adelante del polvo que el mismo levanta. Pero,
el carro no necesariamente tiene que rodar por un ca-
mino polvoriento, sino que puede tomar una carrete-
ra pavimentada en la que no haya polvo. La carretera
vendría a ser la Gracia de Dios. Existe una diferencia
entre el beneficio de la Gracia y el beneficio de la de-
voción. Un paciente que sufra dolores recibe un se-
dante que calma el dolor. La Gracia, en cambio, es
184 John S. Hislop

una operación que elimina el dolor para siempre. No


se equivoquen, la Gracia elimina por completo el karma.
De manera similar a un medicamento que indica en
su etiqueta “duración hasta 1968” y que si se emplea
en 1972 será totalmente ineficaz. El cuerpo es la bo-
tella, el karma en el cuerpo es el medicamento; Dios
estampó una fecha en la “etiqueta”, de modo que no
es eficaz.

J. H.: Swami, ¿pero la Gracia es una prescripción poco


común?

Sai: Puede que se piense que la Gracia es difícil de con-


seguir. Pero no es así. La Gracia es la cosa más fácil
de conseguir, si se conoce y se utiliza el método para
lograrla. En el Gita se indica el método que es igual
que cuando se conduce un coche. Al comienzo pare-
ce algo tan difícil, y luego con la práctica, resulta fá-
cil realizar todas las maniobras coordinadamente e in-
cluso sostener una conversación al mismo tiempo. No
hay nada que no pueda realizarse con práctica. Inclu-
so las hormigas que crucen una piedra en fila dejarán
una huella. Aquello que los guardará y guiará a lo lar-
go de toda la vida es el Nombre. ¡Y es algo tan pe-
queño! Pero tampoco para cruzar el océano se nece-
sita de un gran barco; una balsa pequeña puede ser
suficiente. El Nombre de Dios es lo más pequeño de lo
pequeño y lo más grande de lo grande. La boca es la
entrada principal del cuerpo, así que la lengua debe te-
ner siempre el Nombre de Dios en ella. Como una
pequeña linterna, el Nombre debe acompañarlos en
todo momento y a dondequiera que vayan, y así po-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 185

drán moverse fácilmente a través de toda la selva de


la vida.

XLI

J. H.: La recuperación extraordinaria de Baba de lo que los


médicos consideraban muerte segura durante el inci-
dente en Goa debe haberlos asombrado y confundido.

Sai: A la mañana siguiente, después de que Baba hubo ba-


jado a las cuatro de la tarde los ciento cincuenta esca-
lones desde el palacio hasta la plataforma desde la
cual pronunció un discurso espiritual, se efectuó una
conferencia de los veinticinco médicos que había lla-
mado el gobernador para consultar el caso de Baba,
junto con cierto número de estudiantes de medicina.
La discusión se centraba en la imposibilidad de que
continuara viviendo un cuerpo con el apéndice roto y
sin operación. El médico principal dijo: «Estamos en-
frascados en una discusión inútil: Sri Sathya Sai es di-
vino». Baba creó veinticinco anillos, todos al mismo
tiempo, uno para cada uno de los médicos. Ahora
ellos se han rendido ante Baba y dicen “Sai Ram” an-
tes de tratar a sus pacientes. La radio informó que Baba
estaba muriéndose, se llamó a los mejores doctores de
la India; Baba ya estaba negro, los médicos le pronos-
ticaron diversos tiempos de vida hasta un máximo de
diez minutos o así. Entonces Baba declaró que daría
una conferencia por la tarde, y que había asumido la
enfermedad de un devoto. El médico más prominente
de la India indicó: «Quizá sea así; pero yo digo que us-
186 John S. Hislop

ted está a punto de morir». Baba le dijo: «Véalo a las


cuatro de la tarde». .

J. H.: ¿Es cierto que Baba sufrió serios maltratos a manos de


algunos médicos, cuando era niño?

Sai: Baba sufrió torturas a manos de los médicos locales


cuando Él comenzó a permitir que se manifestaran sus
poderes divinos a mayor escala. Esto fue alrededor de
los diez años de edad. Los médicos le hicieron puncio-
nes en el cráneo y las cauterizaron con hierros canden-
tes, le hicieron incisiones en la piel y vertieron líquidos
quemantes en ellas, lo enterraron en una zanja y lo cu-
brieron de arena hasta el cuello, amarrándolo antes a
barras de hierro para evitar que se moviera. Pero Él se
movía libremente, pese a todo ello. Durante todas estas
torturas, Él sólo sonreía y no sentía dolor. En ningún
momento se identificó en lo más mínimo con su cuer-
po. Cuando Baba nació, sabía su divinidad y sabía que
era Dios mismo. El Universo entero es sostenido por la
mano de Baba y, si quisiera, podría hacerlo desapare-
cer en un instante.

J. H.: Swami, por favor, ¿podrías contarnos algo de tu niñez?

Sai: Swami tenía dos camisas y dos pantalones para todo


un año. No había dinero ni para alfileres, las roturas se
sujetaban con espinas. Las roturas en su ropa las hacían
los castigos que le infligían sus compañeros de estudio,
porque Él siempre sabía las respuestas en la escuela.
Siempre era Él el que sabía la respuesta correcta, y si
la decía, los compañeros lo castigaban; en tanto que el
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 187

maestro lo golpeaba si no contestaba. En algunas


oportunidades, el alumno que respondía tenía que dar
una bofetada en la cara a los que no lo habían hecho.
Como Swami era muy pequeño, tenía que subirse a
una silla para hacerlo, pero lo hacía con suavidad. En-
tonces, el profesor lo aporreaba a Él tantas veces como
Él lo había hecho con suavidad. Pero, por supuesto,
después de los enojos inmediatos de los compañeros,
siempre se mostraban cariñosos y afectuosos con Ba-
ba. Aunque Baba no tenía ni un alfiler para sí mismo,
solía producir plumas, lápices, papel de notas o cual-
quier cosa que los niños necesitaran. A la larga esto hi-
zo surgir ciertos temores en la aldea, porque, ¿cómo se
les podía explicar a las autoridades la presencia de es-
tas cosas? Llegado un momento, más o menos a los
once años, se mantuvo a Baba encerrado por algunos
años. En esa época se llevaba a cabo el proceso de li-
beración de la India y en todas partes había policía
arrestando a miembros del Congreso y a otras perso-
nalidades, incluso en los pueblos.

J. H.: Estos primeros relatos son extraordinarios. No


concuerdan con nada de lo que uno podría imagi-
narse. Los compañeros de la niñez deben haber sido
muy especiales. ¿Fue poco usual también su destino
posterior?

Sai: Teníamos un asiento en la escuela que era para tres.


Había dos niños que se sentaban con Swami. Cuando
Swami declaró que no iría más a la escuela, uno de
ellos se suicidó. El otro niño enloqueció: todo el tiem-
po llamaba «Raju, Raju». Murió poco tiempo después.
188 John S. Hislop

J. H.: ¡Qué extraño! Es un misterio. ¡Pero, fue buena su


muerte, ya que su mente estaba fija en Swami y llama-
ba constantemente Su Nombre!

Sai: Se fundió conmigo. Hubo también un profesor de te-


lugu que había hecho grandes esfuerzos para lograr el
nombramiento en la escuela en que estaba Swami; él
abandonó esa escuela tan pronto como Swami dejó sus
estudios.

XLII
Visitante: ¿Un programa de gimnasia es importante? En
Occidente se considera el ejercicio como algo de gran
valor.

Sai: El ejercicio se alaba en Occidente como algo bueno pa-


ra digerir el exceso de comida y para sublimar los im-
pulsos sexuales. Swami, que está fuera del área de los
pensamientos sensuales, toma una cantidad muy pe-
queña de alimento y no necesita del ejercicio. Y así y
todo su cuerpo es muy fuerte. La idea del ejercicio atrae
a los ociosos o a los que no llevan sobre sí la comple-
ta responsabilidad del trabajo. Se requiere de modera-
ción en la vida, ya que de lo contrario no hay reservas
de energía. Por eso el alimento debe permanecer un
cierto tiempo en el cuerpo, para renovar las reservas de
energía. Demasiado ejercicio consume la energía pro-
ducida por el alimento antes de que pueda integrarse a
la reserva, de modo que nada se gana. De manera si-
milar, el sistema humano no puede resistir el mucho ha-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 189

blar. Un parlamentario estuvo hablando por dos horas


y se sintió mareado. Nadie puede hablar continuamen-
te, excepto Swami, que lo ha estado haciendo por años
y años.

XLIII

J. H.: Swami, uno ve hippies a dondequiera que vaya.


Resulta difícil para una persona mayor relacionarse
con esa subcultura. No parece que exprese valores
que puedan tomarse en serio.

Sai: Las ideas de los hippies se basan en no trabajar, en


drogas, en mendigar y en la libre relación entre los se-
xos. Baba les dio trabajo a algunos en la imprenta. No
lo hicieron. Baba les ofreció dinero para que volvieran
a sus hogares; no querían regresar. No entienden el
“karma” (que el trabajo, la acción, produce resultados)
como se entiende en India. Dharma no tiene una pala-
bra equivalente en castellano. Podría decirse que “vir-
tud” y “rectitud” en el trabajo, veracidad en las pala-
bras, y veracidad y amor en el corazón constituyen el
dharma.

J. H.: ¿Cómo determina uno el dharma particular apropiado


para sí?

Sai: Uno tiene que indagar. Hazte preguntas como: Yo soy


hombre, ¿cuál es el trabajo de un animal?; ¿soy varón o
mujer?, ¿soy viejo o joven?, y así sucesivamente; porque
un comportamiento animal no es correcto en seres hu-
190 John S. Hislop

manos; un hombre no debe conducirse como una mu-


jer; si un viejo juega con muñecas como un niño es ri-
dículo; si un joven toma un bastón y camina como un
anciano es ridículo. Aquel trabajo recto, veraz, bien
considerado en la verdad, es dharma. Pensamiento, pa-
labra y acción deben coincidir. El prójimo debe ser
comprendido; debes sentir hambre si otra persona la
tiene, debes sentir que su hambre es tuya.

J. H.: ¿Cuándo experimenta uno que es lo mismo que el pró-


jimo? Porque ahora uno siente por otro compasión; pero
la compasión no es vivencia directa. Cuando alguien le
pegó a un perro, a Sai Baba de Shirdi le aparecieron los
moretones. Esa es la vivencia real de la unidad.

Sai: Todo es divino. Cuando estés firmemente establecido


en el hecho de tu divinidad, sabrás directamente que
tus congéneres son divinos. La compasión por los de-
más se siente mientras sigas considerándote entidad
separada. La historia acerca de Sai Baba de Shirdi tal
como se relata en los libros no es del todo correcta. Lo
que ocurrió fue que una señora hizo un plato de dul-
ces para Baba de Shirdi y un perro se los comió, por
lo que la mujer lo ahuyentó con golpes y luego llevó
otro plato de dulces a Baba de Shirdi, quien los re-
chazó diciéndole que ya había comido los dulces que
le había llevado anteriormente y que ya no tenía ham-
bre. La señora objetó que esa era la primera vez que
le ofrecía los dulces y Baba no podía decir lo contra-
rio. Baba replicó que no, que ella se los había ofreci-
do antes y también le había pegado, de modo que le
dio a la mujer una lección de que Él era Omnipresen-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 191

te y de que había sólo una vida. Durante Su existen-


cia Baba de Shirdi no recibió gran atención; su re-
conocimiento como Avatar y el interés en Su vida sur-
gieron únicamente después de Su “muerte”. Así, varios
incidentes son memorados ahora por los devotos y
transcriptos en libros. La misma falta de reconocimien-
to de la divinidad la ejemplifican las vidas de Rama y
Krishna, a quien se tenía por un sencillo pastor y lue-
go por un simple cochero. Aun la vida de Baba de
Shirdi antes de los dieciocho años es sabida sólo por
Baba, y su divinidad fue manifiesta únicamente para
unos cuantos devotos genuinos.

J. H.: Parece extraño que tan poca gente reconozca a un


Avatar.

Sai: No, no es extraño. ¿Cómo lo reconocerías tú?

J. H.: Por medio de la fe.

Sai: La fe es una cosa, el reconocimiento otra. Puede que


tu mujer tenga fe en ti, pero no es probable que tam-
bién te conozca. Puede que se conozca en un momen-
to al Avatar, pero surgen las dudas y el reconocimiento
vacila. Un ejemplo es Viswamitra, el gran sabio, que pi-
dió a los jóvenes Rama y Lakshmana que lo acompaña-
ran para ayudarle a vencer a los demonios que lo inte-
rrumpían en sus ceremonias védicas. Le dijo al rey que
no quería su poderoso ejército, sino sólo a los dos mu-
chachos que eran encarnaciones divinas. Sin embargo,
al llegar ellos a su destino, llamó a Rama para instruir-
lo en los mantras que vencerían a los demonios. Hay
192 John S. Hislop

olas de maya que hacen prácticamente imposible el re-


conocimiento de un Avatar.

J. H.: Pero Swami, resulta bastante raro que el reconoci-


miento de un Avatar haya sido tan difícil en esos remo-
tos días, tanto más simples, y en esta corrupta y com-
plicada sociedad de hoy, el reconocimiento del Avatar
se haya extendido por todo el mundo.

Sai: ¿Realmente se ha extendido? Hay artículos y relatos so-


bre Swami, pero, ¿cuántas son las personas que están
seguras de que Él es el Avatar? y ¿cuántas de aquellas
que están seguras están libres de toda duda? Y otro
ejemplo: ¿conoces tú a Swami como el Avatar?

J. H.: Sí.

Sai: ¿No existen dudas?

J. H.: Ninguna duda, en absoluto.

Sai: ¿Por experiencia propia sabes que Swami es Omnipresente?

J. H.: Sí, ésa es mi experiencia directa.

Sai: Sin embargo, cuando dejas a Swami en Brindavan y


llegas a tu hotel, piensas en Swami que está en Brin-
davan. Ya ves, no es tan fácil conocer al Omnipresen-
te Avatar, aunque haya, evidentemente, algunos que
saben. En el Avatara de Krishna también hubo algunos
que sabían. Al igual que hubo algunos que sabían del
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 193

Avatara de Rama. No todos los capullos se abren al Sol


tan pronto sale, sólo algunos están prontos. Existe el
factor de la madurez. En un árbol, no todos los frutos
maduran al mismo tiempo. Otro ejemplo: ¿quién está
ofreciendo la casa nueva y a quién se le dará?

J. H.: A la forma divina.

Sai: ¿Qué? ¿A la forma divina? ¿Esto es la forma divina? Esto


es un cuerpo humano. Cuando el Nombre de Swami es
puesto en una escritura de cesión, ¿a quién se cede la
escritura y quién hace la cesión? ¿No es de ese cuerpo
a este cuerpo?

J. H.: Sí, de un cuerpo al otro.

Sai: Exactamente. (Con ello implica que si Swami fuera


realmente reconocido como Avatar, tanto la oferta co-
mo el asunto de la aceptación carecerían de sentido, y
no se llevarían a cabo.)

J. H.: Swami habla a veces del Ramayana y del Mahabha-


rata como si fueran históricos y a veces como si fueran
representativos de los conflictos internos, virtudes, cua-
lidades negativas, etc., de cada individuo. ¿Estos even-
tos y personajes constituyen hechos históricos?

Sai: Sí, son crónicas de personajes e incidentes históricos.


Pero en sí mismos, las batallas y los problemas de esas
familias no tienen importancia. Lo que contienen de
perdurable es el significado espiritual interno de los su-
cesos. Rama era una persona real y un Avatar. Dasaratha
194 John S. Hislop

fue su padre. Krishna fue real y los eventos de su Ava-


tara fueron reales. La vida de Rama fue algo alterada y
distorsionada a través de las edades; la historia escrita
por Swami sobre Rama será un clásico a través de va-
rios Yugas. En la época de Krishna, los puntos de vista
eran diferentes y las acciones que ocurrieron se verían
de manera muy distinta hoy en día.

J. H.: Swami mencionó en una oportunidad que si pudié-


ramos ver a Rama hoy, su apariencia nos sorprendería.

Sai: Cada edad tiene sus propias circunstancias, tradicio-


nes y valores, de modo que no debería sorprendernos
el que no todos fueran iguales a nosotros. Incluso hoy
en día se mantienen ciertas diferencias. En las selvas
africanas la gente tiene ideas propias respecto de lo
que es la belleza. Se deforman los labios, las narices y
las orejas, por ejemplo. En la edad anterior a Rama, la
gente acostumbraba a tomar como unidad de medida
la distancia entre la punta de los dedos hasta el codo.
En esa época, lo normal en cuanto a la estatura de la
gente era de catorce veces esa medida. La estatura de
cada persona tenía su propia armonía. En el Treta Yu-
ga*, la edad de Rama, la proporción se había reducido
a siete veces la distancia de la punta de los dedos al
codo para la estatura media. Para el Kali Yuga, el múl-
tiplo es de tres veces y media. La descripción de Rama
es “Aquello que encanta”. La característica de la per-
sona de Rama era un encanto divino extraordinario.

* Treta Yuga: La segunda Edad del mundo según la mitología hindú.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 195

Sus rasgos eran perfectos y mostraban una belleza que


atraía el corazón de toda persona que lo veía. Su figu-
ra era igualmente perfecta: estatura y miembros tenían
una armonía perfecta.

J. H.: Leemos que ni los demonios podían resistir el en-


canto de Rama.

Sai: Se les llamaba demonios a los Yakshas, pero hasta ellos


se postraron ante Rama, con sólo mirar su hermoso ros-
tro y porte. Los Yakshas tenían rostros muy deformes, a
veces les faltaba la nariz, a veces tenían los ojos muy
hundidos.

J. H.: ¿Y qué hay con respecto a Krishna? ¿Cómo se le


describiría?

Sai: La situación era algo diferente con respecto a Krishna.


Tenía la cualidad de ser atrayente. Todos se sentían
atraídos hacia Él y querían estar cerca de Él.

J. H.: Krishna era muy joven entonces, ¿no es así?

Sai: Krishna fue siempre joven. En cuanto a años, se veía


como un niño de seis o siete. Las Gopis lo mimaban
como a un niño.

J. H.: Tenían aviones en esos tiempos, ¿no?

Sai: El primero fue “Pushpak”, el que utilizó Ravana para


raptar a Sita. La línea aérea hindú está construyendo
ahora un modelo pequeño al que le dio ese nombre.
196 John S. Hislop

J. H.: ¿Usaban energía atómica para volar?

Sai: No. La nave volaba con el poder de un mantra. Tam-


bién se usaban mantras para dirigir las flechas; las cua-
les eran adoradas para hacerlas efectivas. Cuando le
dijeron a Arjuna que Krishna había muerto, se le olvi-
daron todos los mantras y perdió su poder. Hoy en día,
los campesinos veneran sus instrumentos de labranza
por medio de mantras, durante el festival de Navaratri,
y ello tiene sus efectos.

J. H.: ¿Entonces, aún hoy en día producen efectos los


mantras?

Sai: ¡Oh sí! Incluso los occidentales que experimentan con el


mantra de Gayatri descubren que tiene poder. El mantra
debe ser empleado por personas profundamente imbui-
das en la vida espiritual.

J. H.: Swami parece no entregar mantras. Cuando Sus de-


votos están prontos para su utilización, ¿deben solicitar-
la a Swami o es Él el que decide cuándo están aptos?

Sai: Ahora los mantras los entregan personas muy bajas, al-
gunos yoguis o jefes de sectas por aquí y por allá, gen-
te de ese tipo. Los Avatares nunca han dado indicaciones
respecto de mantras. El Avatar muestra que Dios está en
todas partes. La recitación de un mantra indica una
mente estrecha. En la época de un Avatar, el escuchar-
lo, el entender lo que dice y el llevarlo a la práctica vie-
ne a ser un mantra. Krishna no les entregó mantra al-
guno a los hermanos Pandava, ni siquiera a Arjuna.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 197

Simplemente decía: «Haz esto... haz aquello». Con ello


bastaba para que la acción tuviera poder.

J. H.: Las enseñanzas de Baba tienen el sonido de la ver-


dad y Sus palabras llevan casi por sí mismas a la acción.
Su autoridad ni siquiera depende del hecho que Swami
sea o no un Avatar.

Sai: No dudes del Avatar como Swami. Sin que sea necesa-
rio que se le diga o que lo lea, cualquier pregunta que
se le haga a Baba es respondida de inmediato, sin va-
cilaciones y en detalle.

J. H.: Hay un incidente en la vida de Sri Krishna que no en-


tiendo. Cuando instruyó a Arjuna para que pusiera a
salvo a las mujeres y a los niños y Arjuna fracasó. ¿Por
qué?

Sai: Arjuna sintió siempre que Krishna estaba en su corazón


y eso era lo que le prestaba fuerzas. Cuando oyó que
Krishna había muerto, sintió que Krishna se había ido y
en el momento de sentirlo, sus fuerzas lo abandonaron.

J. H.: Pero Swami, si Arjuna tenía a Krishna en su corazón,


¿por qué su muerte tuvo ese efecto?

Sai: Por unos ochenta años Arjuna sintió que Krishna esta-
ba con él en su corazón. La reacción ante las noticias
de la muerte de Krishna hicieron que lo olvidara mo-
mentáneamente. Fue una debilidad. Y luego fue inca-
paz de volver a sentir que Krishna estaba con él.
198 John S. Hislop

J. H.: Si Arjuna hubiera mantenido el sentimiento y el con-


cepto de Krishna en su corazón, ¿habría retenido su
fuerza?

Sai: Cuando oyó la noticia de la muerte de Krishna, perdió


todo interés por el mundo.

J. H.: Las Gopis quedaron abrumadas por el dolor cuando


Krishna partió; de seguro que lo llevaban en el corazón.

Sai: Ante la noticia de la muerte de Krishna, muchas Go-


pis cayeron muertas debido al golpe que esto signifi-
có para ellas.

J. H.: ¿Quiere decir que su relación estaba establecida sola-


mente con la forma de Krishna?

Sai: Las Gopis tenían ambas relaciones. Debido a los años


de estrecho compañerismo con Krishna se sentían fuer-
temente apegadas a Su presencia física. Pero también
reconocían a Krishna en sus corazones. Sentían perma-
nentemente que Él estaba con ellas, incluso cuando sus
actividades en el mundo lo habían alejado de ellas.

J. H.: Entonces, ¿por qué el golpe, si Krishna estaba tan fir-


memente asentado en sus corazones?

Sai: Las Gopis ya no tenían interés por el mundo y el cuerpo


una vez que Krishna estaba muerto. La única razón por
la que habían dado algún valor a la existencia física se
debía al hecho de que Krishna también estaba en la
existencia física. Sus corazones eran absolutamente pu-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 199

ros y Krishna era su corazón. El lazo físico también era


poderoso. Por ejemplo, tú tienes la prueba de que Swami
está siempre contigo, pero al mismo tiempo tienes de-
seos de venir a la India para estar cerca de Swami, ¿no
es así?

J. H.: Me parece que el episodio de Arjuna y la muerte de


Krishna encierra una lección muy importante para los que
vivimos hoy en día.

Sai: No hay ninguna necesidad de tomar a Arjuna como mo-


delo. Simplemente ten la conciencia de que Dios está
contigo y en tu corazón, constantemente.

J. H.: ¿Un Avatar puede nacer en alguna otra parte del


mundo?

Sai: Buda, Cristo, Mahoma y otros no han sido Avatares,


aunque tuvieran poderes divinos. Los Avatares nacen
solamente en la India, porque solamente aquí se en-
tienden los Sastras, y sólo en la India los sabios experi-
mentan y practican constantemente. Es similar a una mina
de oro. Allí en donde se encuentra oro, se reúnen los
geólogos, ingenieros y mineros experimentados. De allí
se extrae el oro que después puede ser llevado a cual-
quier parte del mundo.

XLIV
J. H.: Hay personas que visitan diferentes ashrams, y es na-
tural que se sientan tentados a hacerlo.
200 John S. Hislop

Sai: En América es tanta la inquietud, que la gente acepta


cualquier cosa que aparente ser espiritual con el obje-
to de lograr algo de paz. Pero esa paz resulta ser sólo
temporal. Las organizaciones espirituales pueden tener
algo de valor en un principio, pues impulsan a las per-
sonas a comenzar a inquirir por Dios. La búsqueda
equivale a tres cuartas partes del conocimiento de Dios
y la práctica espiritual a una cuarta parte. Uno tiene el
derecho a inquirir con respecto a un santo; con res-
pecto a cómo actúa, por qué hace esto o aquello. Pero
seguir a muchos gurús equivale a la historia del hom-
bre que poseía una hectárea de terreno. Cava un poco
por aquí, entonces se mueve a otro punto y cava otro
poco y sigue así varias veces. Por último, cava un pozo
de un metro y medio y encuentra agua. El total de sus
excavaciones sería de unos diez metros, siendo que al
final excavó un metro y medio y encontró agua, y al mis-
mo tiempo malogró toda su hectárea, llenándola de
una multitud de excavaciones poco profundas. Si se
hubiera quedado en un solo lugar, habría excavado a
diez metros de profundidad y habría descubierto el
agua. La hectárea es el corazón espiritual; todos los ho-
yos son los diversos Maestros. El corazón espiritual se
ha arruinado con tanto hoyo, ya que cada uno repre-
senta una filtración.

Visitante: ¿Qué es un gurú?

Sai: Un gurú es una luz para mostrarle a uno el camino, pe-


ro el destino final es Dios. Uno se siente agradecido al
Maestro, pero adora a Dios. Hoy en día se adora al gu-
rú, cosa que es absolutamente errónea.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 201

J. H.: Supongamos que el gurú (el Maestro), es el Señor


mismo. ¿En qué forma cambiaría esto el cuadro?

Sai: (Riendo.) El cuadro cambia muchísimo. Si el Señor es


el gurú de uno, no hay necesidad de preocuparse por
nada. De la misma manera en que una madre amorosa
cuida de su hijo, si uno le ha entregado su vida a Dios
con plena fe en Él, el Señor se encargará de ese devo-
to. No hay necesidad de preocuparse por nada. En re-
alidad, el único gurú es Dios y Dios está únicamente
dentro de uno. Los que están afuera no son gurús, son
maestros de un tipo o de otro. El significado de la pa-
labra “gurú” es “aquel que elimina la oscuridad”. Sólo
Dios puede remover la oscuridad interior. Solamente la
Gracia de Dios puede hacerlo.

J. H.: En este asunto del sadhana, de la práctica espiritual,


¿por qué no sería posible tomar al Señor como gurú
desde un comienzo y entregarle nuestra vida a Él?

Sai: (Riendo nuevamente.) ¡No es tan fácil como parece! En


realidad es algo bastante difícil de lograr. En primer lu-
gar, uno debe domar la mente, que es como un elefan-
te salvaje en la selva. Debe ser apresada y domada. Una
vez que se ha aquietado y domado, viene a ser como
un elefante de circo que, hasta siguiendo las indicacio-
nes de un niño pequeño, obedece y realiza lo que se le
ordene hacer. Y esto es el resultado del entrenamiento
y la práctica.

Visitante: El problema de domar la mente parece demasia-


do difícil. ¿Por qué no tomar el sendero del amor?
202 John S. Hislop

Sai: El amor tampoco resulta muy fácil. Puede que en el mun-


do haya un exceso de amor y esto llevaría a acciones de-
sequilibradas. La cultura hindú, por ejemplo, maneja a las
esposas teniéndolas permanentemente ocupadas en el
hogar. Sin embargo, en lo que concierne a lo divino,
el amor puede ser ilimitado y no encierra peligro alguno.
El amor “del mundo” debe tener un límite, mas el Amor de
Dios no lo tiene. La falta de comprensión no es muy peli-
grosa, no obstante, la mala comprensión lo es en demasía.
En América, las películas, aunque malas, son tomadas
como algo cotidiano. En la India corrompen y arruinan
el respeto por la femineidad, la condición de la mujer.

Visitante: ¿Qué hay de los gurús americanos?

Sai: Viene gente de América, aprende algo de yoga, vuelve


a América y pone un cartel: “Instituto de Yoga” y se
transforma en un guía. Luego leen algunos libros y
se ofrecen para responder a todos los interrogantes. El
verdadero guía practica y vive su filosofía y entonces la
gente empieza a mirar hacia él, porque observa que hay
vida en lo que él dice.

J. H.: ¿Cómo debemos considerar a los muchos gurús que


hay por todas partes en el mundo? Algunos de ellos
parecen hacer mucho bien, aunque Swami no los ala-
be. Hablan bien sobre lo divino y han atraído a mu-
chos discípulos.

Sai: Lo correcto para esa persona es admitir que no cono-


ce a Dios y sugerirle a sus seguidores que investiguen
en conjunto y, además, realizar sadhana. Pero no es eso
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 203

lo que hacen. Su concepto es recoger por aquí una res-


puesta y otra por allá y luego entregar la información
como una grabación, al tiempo que pretenden que es
su propia sabiduría. Una persona de este tipo tiene un
hijo sobre el que no ejerce ninguna influencia ni auto-
ridad; es un hombre que no sabe guiar ni a su propia
familia y, sin embargo, se ha arrogado el papel de guía
de otros. Resulta ridículo.

J. H.: Otro tipo de gurú es el hindú que llega a América.


El ejemplo más sobresaliente es un hombre que tiene
renombre internacional y cuyos seguidores es proba-
ble que sumen millones. A través de él la gente se in-
teresa por la India, aprende a meditar y existen miles
de informes respecto de los beneficiosos efectos que
esto ha tenido en la vida de sus seguidores. ¿Un gurú
como éste no tiene algún valor?

Sai: Puede que haya un millón de personas sentadas con las


piernas cruzadas, meditando. Ninguno logra la liberación
de las ataduras. ¿Cuál sería el sentido de esto? Sería en
cierto sentido valioso aunque no fuera sino el gurú el que
lograra la liberación. Pero ni siquiera esto sucede. Y si lle-
ga a cometerse un pequeño error, el daño sería inmenso.
El claro efecto de todo esto es que se daña tanto al gurú
como al discípulo. El aparente beneficio es sólo temporal,
no es permanente. Tú, por ejemplo, has adquirido una
considerable experiencia genuina. ¿Querrías ser un gurú?

J. H.: ¡Dios no lo permita! ¡Por ningún motivo sería un gurú!


No puedo imaginar nada más opuesto a mí... ¡no quisie-
ra ni siquiera parecer uno!
204 John S. Hislop

Sai: ¡De eso se trata justamente! Esa es la verdadera senda.


Es así como eres un gurú. El genuino gurú jamás se es-
tablece como gurú. Prosigue adelante con su propia
práctica espiritual, manteniéndose fuera de la atención
pública. Al observar su manera de vivir, una o dos per-
sonas lo seguirán y lo obligarán a revelarles algo de su
conocimiento; de esta manera estos aspirantes pueden
lograr una ayuda genuina de esta persona.

XLV
Sai: (Al comienzo de una entrevista con un grupo de occi-
dentales.) Sigan al maestro, al Alma interior, a la super-
conciencia. La vida es un reto; luchen hasta el final. La
vida es una canción, cántenla. La vida es divina, realí-
cenla. La vida es carácter. Hay un solo camino, com-
pleten su vida.

(Dirigiéndose a un muchacho de unos dieciséis años.)


¿Qué es lo que deseas?

Muchacho: La liberación.

Sai: ¿Qué es la liberación?

Muchacho: (Después de cierta vacilación.) El fin del camino.

Sai: El significado es inmortalidad. La eliminación de la in-


moralidad es el único camino hacia la inmortalidad.
¿Quién eres tú? Tú no eres lo exterior, no eres el cuer-
po. ¿Quién eres tú? Inquiérelo. El Amor lo es todo. El
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 205

amor expansivo, no el amor egoísta. El amor desintere-


sado del ser, no el amor del ego. Todos son mujeres, na-
die es hombre. Mujer significa debilidad, no fuerza. La
palabra sánscrita para mujer significa debilidad, carencia
de fuerza. Todos los seres humanos son así: odio, ira, ce-
los, penas. Los hombres quizás controlen esto mejor, pe-
ro su sentimiento interno es el mismo, todos los demás
son igualmente afectados. Sólo Dios está por encima de
los sentimientos. Dios es la única persona masculina. En
un colegio de mujeres, para una representación, puede
que aparezcan personajes masculinos en escena, pero no
son sino mujeres vestidas de hombre. El mundo es un
colegio de mujeres y los hombres no son sino roles,
internamente todos son iguales, todos son mujeres. La
vida es un escenario cósmico en el que nosotros somos
los actores. En una escena, puede que un actor re-
presente un papel y en otras, papeles diferentes. La
Creación implica cambio; nada es inmutable. En cada
momento se producen cambios, ¿cómo podían estas
cosas cambiantes darles felicidad a personas que es-
tán cambiando también? Vuestra felicidad puede ha-
cerse permanente sólo con la inmortalidad que no
cambia. Los científicos hacen hoy sus experimentos y
sus descubrimientos ya son pasados de moda mañana.
El mundo persiste en rechazarse arbitrariamente a sí mis-
mo. Aquello que la ciencia sabe es microscópico en com-
paración con la inmensidad de lo que hay por conocer.
El átomo: sin él no se hace nada. Todas las cosas son
producidas con átomos. Los átomos juntos también ha-
cen la Luna. Los átomos son alertas y activos, jamás
inertes. Por lo tanto, ¿cómo es posible decir que la Lu-
na se considere inerte? Todo el Universo está en activi-
206 John S. Hislop

dad gracias a los átomos. ¿De dónde proviene la ener-


gía? Electrones, neutrones, protones... ¿de dónde surge
esta ciencia? Los científicos se preguntan “cómo” es que
funcionan estas cosas. Pero no preguntan “por qué”. La
respuesta al “por qué” los conduce a lo divino. La ener-
gía básica es Shakti (energía universal) y desde esta
energía básica se deriva todo. ¿De dónde proviene
entonces el poder del átomo? No es sino Poder Divino.

J. H.: ¿Qué es un círculo de estudios?

Sai: No se trata solamente de leer libros en grupo. Círcu-


lo, círculo de estudios, significa elegir un punto, un
aspecto, y que cada persona manifieste qué significa
este aspecto para ella. Es como una conferencia en
mesa redonda. Cada persona entrega su punto de vis-
ta y de ellos se derivan valores. Si se tratara sólo de
leer, surgirían dudas. En cambio, si cada uno expresa
su criterio, las dudas obtendrán respuesta.
El tópico se examina en el círculo de estudios obser-
vando sus diferentes facetas. Sería algo similar a observar
un diamante con sus diferentes facetas, entre las que
hay una sola que es plena: la superior, y desde ésta se
pueden observar todas las demás. La tarea del círculo
de estudios es la de descubrir la faceta superior. Pue-
den tomar como punto de partida las charlas de Swa-
mi u otras Escrituras. Tomen un tema, hagan que todos
reflexionen al respecto y discútanlo hasta llegar a un
punto final en que hayan disminuido las dudas. Si hay
sólo una persona que lee, obtendrán un solo sentido.
Una vez que hayan salido a luz todos los conceptos
erróneos, todos los puntos de vista, los miembros irán
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 207

adquiriendo confianza. No cabe la menor duda al res-


pecto. En cambio, si hay uno que sólo lee durante ca-
da reunión, esto puede que continúe por un año, pero
termina por desarrollarse una alergia a la lectura. To-
dos los Centros deberían tener círculos de estudios de
este tipo, y nadie notaría el paso del tiempo. Todos es-
cucharían con interés y muchos querrían exponer sus
puntos de vista. Pueden tomar como base la Biblia, el
Corán, el Gita, los libros de Swami. Lo que resulta im-
portante es el círculo de estudios, la rotación y que ca-
da uno reciba una oportunidad.

Un científico visitante: (El padre del muchacho que intervi-


no antes.) Pero muchos ignorantes no hacen un hom-
bre sabio.

Sai: Sólo los que son inteligentes se ocuparán con un círculo


de estudio. Puede que haya ignorantes en otras materias.
Pero tenemos aquí el ejemplo de un médico notable
que es un diestro cirujano, pero muy torpe en materia
de vendajes, por lo que descansa en sus enfermeras pa-
ra que hagan ese trabajo. La vida implica este tipo de
combinaciones. Un hombre con una mente dual es me-
dio ciego. En algunas materias todos son medio ciegos.
Sólo aquellos que conocen lo divino son expertos de
primera categoría en una rama del saber. Pero, en ge-
neral, la gente carece de sentido común, aunque el sen-
tido común sea indispensable en la vida diaria, y es eso
lo que cuenta. Cada sujeto no es sino un camino; pero
la maestría, el desarrollo del sentido común constituye
un esfuerzo espiritual. En una casa un adulto no es res-
petado, porque el joven ha estudiado algunas materias,
208 John S. Hislop

en tanto que el sentido común requiere que la actitud


del joven hacia el adulto sea de respeto. El sentido co-
mún es muy necesario. La humildad y el amor son di-
vinos. Si ustedes llegan a ser maestros en una materia y
desarrollan ira y ego, tienen a dos enemigos del sende-
ro espiritual.

Científico: Pero existe consenso en cuanto a que la ciencia


es de gran valor.

Sai: Hasta un cierto límite, la ciencia ayuda. Le presta servi-


cios a la humanidad. Pero Baba sabe aquello que la cien-
cia no conoce. Baba se encuentra a un nivel que se si-
túa más allá del alcance de los sentidos. No todo lo que
Él sabe puede ser traído hasta un nivel inferior. El ex-
ceso de corriente quema la lámpara. Hay que conocer
las capacidades. El poder de Swami se otorga según la
capacidad. Baba es el servidor. Él espera junto a la
puerta del santuario para darles lo que quieren. Es de-
ber de Swami el ser el servidor de sus devotos. No hay
lugar para el ego. Un pequeño ejemplo: Sobre el globo
terráqueo América no es muy grande. California ocupa
un pequeño espacio. La casa de Hislop no es más que
un puntito y Hislop mismo no es ni siquiera visible. Pa-
ra una persona tan pequeña como para ser invisible, tan
transitoria en el espacio del Universo, vivir con un ego
resulta vergonzoso. Toda persona con ego es una igno-
minia. Si logran expandir la idea de que ustedes mismos
son Dios, entonces desaparece la razón para que haya
un ego y no queda lugar para él. Si se achican para ade-
cuarse a su estatura relativa dentro del vasto Universo,
tampoco queda lugar para el ego. Lo más bajo y lo más
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 209

alto vienen a ser iguales, es el medio en donde se ejer-


ce la presión.

J. H.: De la descripción de Swami de lo que debiera ser un


círculo de estudios y la forma en que debe operar, pa-
reciera que el círculo debería limitarse a unas diez per-
sonas.

Sai: ¿Y por qué? Podrían ser cien.

J. H.: Pero Swami, ni un solo tema podría ser tratado rota-


tivamente en un grupo tan grande.

Sai: No es así. Del grupo que hay aquí, sólo el científico y


Hislop han hecho preguntas. No todos en un círculo de
estudios serán capaces de intervenir.

J. H.: Sí, entiendo la situación.

Científico: Aquí hay un tema. Hablé sobre Swami en Co-


penhague y algunos científicos que se mostraron in-
teresados hicieron esta objeción: No puede verse lo
que es. Los científicos saben qué es, pero no puede
ser visto.

Sai: La labor de Baba es transformar el corazón de la gente.

J. H.: ¡Quieren someter a Baba a un experimento! (El cien-


tífico y varios de sus colegas habían estado tratando ya
por muchos años de lograr que Swami se sometiera a
mediciones electrónicas y de diferentes tipos.)
210 John S. Hislop

Sai: Baba puede transformar a los científicos, pero los cien-


tíficos pueden transformarse a sí mismos sólo entrando
en la vida espiritual. Se encuentran abocados únicamen-
te a la física, y la filosofía empieza allí donde se acaba la
física. No es que la física no sea útil, pero es únicamen-
te información. La vida espiritual es transformación.

Científico: Baba realiza milagros para sacudir a los incrédulos.

Sai: Baba los hace por su gusto. Dejen que los científicos ven-
gan, y yo los transformaré. El mundo espiritual se sitúa
más allá de lo material. Las cosas materiales están
envueltas en sufrimiento. ¿Es que los grandes científicos
conocen la compasión y una mente serena? No. Suman
preocupaciones a preocupaciones. Lo que se necesita es
unir la vida espiritual con la vida del mundo. En primer
término hay que desarrollar la vida espiritual y luego vi-
vir una vida espiritual en el mundo, una vida dual. La vida
espiritual implica calidad; la vida del mundo, cantidad.

Científico: No obstante, sería valioso permitir que los cien-


tíficos lo examinaran.

Sai: ¿Qué es lo valioso?

Científico: Si pueden ser convencidos de que los milagros


son válidos de acuerdo con los controles y los “stan-
dards” científicos, de ello resultaría que se creería en Ti.

Sai: ¿Si ellos llegaran a creer, qué ganaría el mundo? Sólo au-
mentarían sus deseos mundanos, puesto que es tan po-
bre su entendimiento.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 211

Científico: Es que toma tiempo. La ciencia consolida sólo


gradualmente sus avances.

Sai: Puesto que ni siquiera entienden plenamente su propia


ciencia, está bien que avancen con lentitud.

XLVI
Visitante: ¿No resulta mejor tener una niñera calificada
para cuidar a un niño, en el caso de que la madre no
pueda atenderlo apropiadamente por ser muy nerviosa?

Sai: La niñera entrega un amor que es comprado. El amor


de la madre es genuino. Entrega un niño a sirvientes y
los pensamientos de ese niño serán cultivados al nivel
de sirviente.

Visitante: El piso de cemento de mi habitación es muy duro.

Sai: Baba instruye a través de la vida en el ashram. Levan-


tarse temprano y acostarse temprano para que la men-
te sea clara y alerta. Sigue viviendo sobre el suelo, así
aprenderás que el cuerpo tiene muy pocas necesidades
reales.

XLVII
(Hislop y un intérprete estaban desayunando con Swa-
mi. Dos hombres, los señores XY y CD entraron en la
habitación. El Sr. XY cayó a los pies de Swami. Estaba
212 John S. Hislop

bañado en lágrimas y era obvio que algún asunto gra-


ve y penoso lo había traído hasta Swami. Hislop y su
compañero abandonaron de inmediato la habitación.
Al poco rato ambos hombres se fueron y Baba llamó
a Hislop y a su compañero nuevamente.) (Se han omi-
tido los nombres de las personas, para no involucrar
identidades.)

Sai: El caso de Sri XY ilustrará la forma en que Swami cui-


da de sus devotos. Cuando murió la madre de Sai, se
estaba desarrollando el curso de verano, de modo que
Sai envió el cuerpo a Puttaparti, pero no lo acompañó,
ya que su responsabilidad era el curso.

Ahora, al morir la señora XY, no estaban sino las mu-


jeres en la casa y nadie que se pudiera encargar de los
arreglos necesarios o llamar a un sacerdote para que
cantara los himnos védicos requeridos. Swami se fue
directamente desde Prashanti Nilayam a la casa de XY,
llevando a un sacerdote Veda con Él. Swami confortó
a las mujeres e hizo todos los arreglos necesarios an-
tes de seguir viaje a Brindavan. Luego envió a uno de
los superiores de los encargados de la casa en Brinda-
van para que las señoras de la casa de XY no estuvie-
ran solas esa noche. Sai es el pariente más cercano y
real de sus devotos. Las señoras de la casa de XY deja-
ron de lado su pena y se sintieron felices con la lluvia
de Gracia de Sai.

J. H.: A Swami no se le había dicho nada, ¿pero de alguna


manera Él sabía cuándo murió la señora?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 213

Sai: Swami sabía ya desde mucho antes el momento de su


muerte y llevó a cabo todos los arreglos ya entonces, in-
cluso enviándole un mensaje especial a Hislop el día 16
respecto de que la celebración en el colegio no se lle-
varía a cabo el 25 pero que no se les avisara a los es-
tudiantes. La señora XY nació un día de Luna llena y
murió también en uno de Luna llena.

J. H.: ¿Por qué murió? ¿Es que le había llegado el momento


de morir?

Sai: El momento de morir le había llegado muchos años an-


tes, pero ella le pidió en sus oraciones a Swami que
quería ver a su nieto casado antes de morir y que que-
ría participar en las celebraciones del aniversario de
Swami. Swami le concedió su petición. Tenía también
un tercer deseo, que no mencionó. Deseaba pasar unos
días con su hijo menor antes de morir. Cuando estuvo
en Prashanti Nilayam en noviembre último, le contó a
Swami que su nieto se había casado y que ahora esta-
ba participando en la celebración del cumpleaños de
Swami, de modo que se sentía contenta de morir en
cualquier momento, puesto que sus mayores deseos se
habían cumplido. Swami le señaló que si moría ahora,
su marido –que estaba en el extranjero por un tiempo–
no iba a estar con ella. Ella le replicó que Swami esta-
ba aquí y que ella dependía de Él y de nadie más. Swami
le dijo que podía viajar hasta la ciudad para visitar a su
hijo menor por algunos días, y así lo hizo. Ella debía
volver a su propia casa el 18 de diciembre, ya que su
marido regresaba el 19. El 18 su hijo la conducía al ae-
ropuerto y ella venía conversándole desde el asiento
214 John S. Hislop

trasero del auto. De pronto no habló más. El hijo se vol-


vió y vio que había caído hacia un lado. Se había ido.

J. H.: ¿Sin ningún dolor?

Sai: Nada de dolor ni sufrimiento. Tenía muy buena salud y


se fue en un instante. El hijo dio la vuelta y regresó a su
casa. Si la madre hubiese muerto en el aeropuerto, el
cuerpo habría sido retenido. Cuando llegó a su casa, en-
contró que lo esperaba una llamada de Baba. Baba le
había dado instrucciones a uno de los miembros del
ashram para que telefoneara el siguiente mensaje: «Man-
da el cuerpo de inmediato a la casa de tu padre». El fun-
cionario del ashram estaba perplejo ante el mensaje,
puesto que no sabía nada acerca de “un cuerpo”. Swami
llamó entonces al Sr. CD, el que recién venía acompa-
ñando al Sr. XY y le indicó que volara a Bombay y es-
perara al Sr. XY en el aeropuerto y lo trajera a Brindavan.
Esa fue la ocasión que ustedes presenciaron. El Sr. CD no
debía decirle nada sobre la muerte de su mujer hasta
que no llegaran aquí. Cuando viste al Sr. XY estaba abru-
mado por la noticia. La secuencia de los sucesos fue per-
fectamente armonizada. Cuando los devotos le entregan
sus vidas a Dios y le obedecen, Él asume la total res-
ponsabilidad y cuida de ellos hasta en los más mínimos
detalles. Un último punto: cuando Swami llegó a la ca-
sa de XY desde Prashanti Nilayam, arregló para que el
cuerpo fuera preparado y que lo dejaran hasta que el Sr.
XY llegara después de haber visto a Baba y haber sido
confortado por Él. Así fue que Swami, al ordenar armó-
nicamente todos los detalles, le permitió a XY incluso ver
el cuerpo de su mujer y despedirse de ella.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 215

J. H.: ¡Swami! Acabamos de presenciar una parte de esta


asombrosa historia. ¿Cómo puede ser todo esto? Swami
sostiene todo el Universo en Su Mano, asume la res-
ponsabilidad de todo el inconcebible Universo... ¿Cómo
es que puede prestarle al mismo tiempo atención tan
minuciosa a las vidas de los devotos?

Sai: Es como tú dices. Swami sostiene el Universo en Su


Mano. Pero los devotos aprenden sobre la Gloria y Ma-
jestad a través de la atención que Swami le presta a ca-
da uno, personalmente. El que Swami sostenga el Uni-
verso y que, sin embargo, se preocupe hasta del más
nimio detalle de la vida de sus devotos es una medida
de Su gloria que el devoto puede entender.

J. H.: ¡Swami! Cómo es que Swami produce una armonía


perfecta en un caso, el de la muerte de la señora XY y,
sin embargo, en otro caso –como aquel del que estába-
mos hablando antes de la llegada de XY– hay todo me-
nos armonía, en realidad hay una situación totalmente
imperfecta. Esto resulta un verdadero enigma.

Sai: Depende de la gente involucrada. En el caso de un de-


voto que tiene pensamientos puros y un corazón puro
y que se ha entregado a Bhagavan, Swami asume la to-
tal responsabilidad de esa vida y cuida de ese devoto.
Pero cuando una persona tiene un enorme ego y se
apoya en los deseos del ego y no en Bhagavan, enton-
ces Swami mantiene la distancia y no interfiere.

J. H.: Sí, veo la diferencia.


216 John S. Hislop

Sai: Swami podría hacer que la situación fuera perfecta con


respecto a esa persona. Pero cuando existe ego desme-
dido y la persona quiere seguir el deseo de ese ego,
Swami no interfiere sino que permite a la persona ha-
cer lo que desea.

J. H.: Swami señala que hay que cortar los deseos hasta las
raíces. ¿Qué significa “cortar de raíz”?

Sai: Si viene un deseo, analízalo. Si es bueno para ti y no


es perjudicial para otros, sigue adelante. Si no es bue-
no, deséchalo de inmediato. Si no estás seguro, no ha-
gas nada hasta no haber clarificado tu incertidumbre.

J. H.: ¿Es erróneo criticar a una persona?

Sai: No es equivocado si se ha llegado a la crítica después


de una lenta y cuidadosa evaluación.

XLVIII
Visitante: ¿Cómo se logra fe suficiente incluso para meditar?
No hay tiempo.

Sai: Eso no es cierto. Siempre tenemos tiempo suficiente


como para hablar, ir de visita, ir al cine, etc. Es eviden-
te que hay tiempo para la meditación.

Visitante: Después de la meditación se produce una sensa-


ción de fuerza. ¿De dónde proviene ese poder y qué re-
lación tiene con la meditación?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 217

Sai: El poder proviene de Dios. La relación entre Dios y el de-


voto es el amor. Es casi imposible llegar a darse cuenta
de la relación con Dios. Dios es lo más sutil de lo su-
til, y la relación con Él es de la misma sutileza.

Visitante: Swami dijo que meditar dos veces al día es lo


mejor.

Sai: Temprano en la mañana es lo mejor. La mente está


quieta y no se ha producido aún la presión de las res-
ponsabilidades.

Visitante: ¿Está bien meditar de tiempo en tiempo durante


el día?

Sai: Durante el día resulta difícil. Hay gente en torno de


uno y hay trabajo que hacer. Si se trata de meditar, pue-
de que perjudique el trabajo.

Visitante: ¿Qué es la meditación?

Sai: La real meditación es estar absorto en Dios como úni-


co pensamiento, como único objetivo. Dios únicamen-
te, sólo Dios. Pensar Dios, respirar Dios, amar Dios y
vivir Dios.

Visitante: ¿Qué nos puedes decir de la concentración?

Sai: La concentración significa que todos los sentidos y de-


seos han cesado y existe sólo Dios. La concentración de
Ramakrishna Paramahamsa era naturalmente tan fuerte
que medio le creció una cola cuando estuvo meditando
218 John S. Hislop

sobre Hanuman el mono. Su cuerpo era sólo una bur-


buja flotante, tan fuerte era Su concentración. No es
preciso ocuparse en especial de la concentración como
parte de la meditación, pues ya está presente donde-
quiera que se haga uso de la mente, la inteligencia y los
sentidos; sin ella ustedes no podrían siquiera caminar;
no necesita ninguna práctica especial, está por debajo
de los sentidos. La meditación está por encima de los
sentidos. Entre la concentración y la meditación, como
una separación, está la contemplación. Concentración a
contemplación, luego meditación. Mientras uno piensa:
«Estoy meditando», la mente está funcionando y esto no
es meditación. Mientras uno sepa que está meditando,
no está meditando. En esa absorción en Dios, uno pone
a un lado cada Forma y se funde en Él. En ese proceso
la mente se detiene naturalmente.

Visitante: Baba habla de cortar con toda Forma en la medi-


tación, pero nosotros adoramos la Forma de Swami...

Sai: Es correcto hacerlo. Pero cuando uno se acerca a Baba


se abandona la visualización. En este momento estás
mirando directamente a Baba, ¿sigues visualizando?

Visitante: ¿Qué debo hacer? Mi meditación es el inquirir


“¿quién soy yo?”.

Sai: El inquirir como lo indica Ramana Maharshi no es


bueno de por sí. Hay que combinarlo con meditación.
La meditación, para ser practicada correctamente, de-
bería realizarse siempre en un mismo lugar y a una
misma hora. De este modo tendrá un éxito asegurado.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 219

Si uno está lejos de casa, de viaje, puede ir mental-


mente a su lugar habitual, sin importar en dónde se
encuentre. La búsqueda de la verdad resulta super-
flua. La verdad está en todo momento, en todo lugar.
Hay que vivir la verdad, no buscarla. “Koham”:
“Quién soy yo” es el grito del recién nacido. Después
de una vida de prácticas espirituales, el anciano dice
“Soham”: “Yo soy Dios”. Cuando están lejos de Swami,
el recordarlo haciendo esto o aquello “cargará las ba-
terías”. Eso también es meditación genuina. La medi-
tación es la investigación interior constante con res-
pecto a quién soy yo, qué es verdadero, cuál es la
acción del ego, qué es amar y qué es severidad. Me-
ditación es el pensamiento sobre principios espiritua-
les, eligiendo la aplicación a uno mismo de lo que Ba-
ba dice y temas por el estilo.

J. H.: El Sr. X hace Kriya Yoga (el yoga de la acción diaria).

Sai: Él hace un mal Kriya.

J. H.: Medita mucho y practica el Yoga Kundalini.

Sai: El Kundalini Shakti (fuerza de la Kundalini) es equili-


brio de mente y acción.

J. H.: Pero Swami, se supone que el Kundalini Yoga signi-


fica que el poder de Kundalini está ascendiendo por la
columna vertebral.

Sai: Eso no es real, es sólo palabrería. La gente dice que su-


cede y presume de ello. No es sino un gran ego.
220 John S. Hislop

J. H.: ¿Quiere Swami decir que de hecho no existe ningún


poder o energía de Kundalini que comienza en la base
de la columna vertebral y asciende por ella?

Sai: Nada de ello existe. Es sólo charlatanería y ego. El yogui


S (un maestro de yoga) está lleno de codicia, de ego y
de odio.

J. H.: Swami destaca el pranayama* y el pratyahara**.

Sai: Ante todo está el control de los sentidos externos, lue-


go viene el control de los sentidos internos, luego una
sensación de equilibrio y una libertad ilimitada. Porque
la libertad es la meta de la sabiduría. Luego viene el
pranayama y el pratyahara.

J. H.: Pero Swami los destaca a ambos. ¿De qué manera de-
berían actuar al respecto los devotos?

Sai: Todos ellos, al igual que el Hatha Yoga*** y los demás,


son como pruebas, como exámenes. Estudias y pasas el
examen y entonces te sientes confiado y orgulloso. Es
como ir al colegio. Hay ocho etapas principales y tú te
esfuerzas y logras llegar a una. Pero son necesarias sólo
si vas al colegio. Para aquel que se ha entregado por

* Pranayama: Práctica espiritual por la cual se sostiene el prana o respi-


ración.
** Pratyahara: Retirar los sentidos del mundo objetivo llevando la mente
hacia la conciencia interna de uno.
*** Hatha Yoga: Práctica de ejercicios yóguicos para el bienestar físico y
el despertar de los centros espirituales.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 221

completo a Dios y cuyo corazón está lleno de amor a


Dios no se requieren estos “cursos” ni esta “escuela”,
puesto que resulta innecesario y no tiene sentido.

J. H.: ¿Tiene el Alma alguna ubicación en el cuerpo, en la


que pudiera fijarse la atención al meditar? ¿Tiene un
“asiento” el Alma?

Sai: El Alma está en todas partes, pero para el propósito de


meditar, se puede considerar que el principio vital se si-
túa a unos treinta centímetros por encima del ombligo,
en el medio del pecho. La mejor medida es diez veces
el largo de la primera falange del pulgar.

J. H.: He leído que el asiento del Alma se encuentra hacia


el costado derecho del pecho, el lugar que uno gene-
ralmente indica al señalarse a sí mismo.

Sai: Eso no es sino un punto de vista, ya que los zurdos


apuntan a sí mismos de manera diferente.

J. H.: Respecto a sentarse a meditar, muchas veces uno se


pregunta por cuánto tiempo debe hacerlo.

Sai: No hay respuesta para ello. No existen plazos determi-


nados. La meditación es en realidad un proceso de to-
do el día.

J. H.: Swami ha dicho que poseemos y utilizamos un alto


grado de concentración en nuestra vida diaria. ¿Por qué
entonces no es automática la concentración en la prác-
tica espiritual?
222 John S. Hislop

Sai: Nada se puede hacer sin concentración, de modo


que a lo largo del día empleamos esa concentración.
¿Por qué resulta tan difícil lograr esa concentración en
materia espiritual? Porque la mente está vuelta hacia
afuera y por deseo se aferra a objetos. Sin embargo,
puede llegar a entrenarse a la mente para que se con-
centre hacia adentro, así como el corazón puede cul-
tivarse para que crezca en amor a Dios. ¿Cómo? Por
medio de la práctica espiritual. El mejor sadhana es
que cada acto del día se lleve a cabo como una for-
ma de adoración a Dios. Dios es como la corriente
eléctrica. El corazón es la lámpara. Los alambres son
la disciplina. El interruptor es la inteligencia. El acto
de conectar la corriente es la meditación de la ma-
drugada, de mediodía y del anochecer. Una vez que
estén instalados el interruptor eléctrico, los alambres
y la lámpara, ya nada más hay que hacer: simple-
mente se oprime el interruptor y hay luz.
En torno de un arbolito pequeño es necesario colocar
una reja para protegerlo. La misma precaución debe
tomarse con la meditación. La gente cree en general
que da lo mismo meditar en cualquier lugar. Pero hay
que considerar las corrientes y la fuerza de voluntad.
Hay una corriente muy fuerte que pasa hacia la tierra
y es debido a ella que la tierra ejerce una muy fuerte
atracción. Durante la meditación es aconsejable aislar-
se de tales corrientes. Esta es la razón por la cual los
meditadores se sientan sobre un tablado y se cubren
los hombros con un chal de lana. Pero una vez que
una persona ha desarrollado fuerza en su meditación,
puede sentarse sin problemas en cualquier parte.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 223

J. H.: Debe haber un segundo o una fracción de tiem-


po entre un pensamiento y otro, como asimismo en-
tre el sueño y el despertar. ¿Imagino que este esta-
do intermedio debe ser algo especial...?

Sai:Descúbrelo. Continúa practicando hasta captar el inter-


valo entre el sueño y el despertar. Hazlo con Amor.

J. H.: Swami, cuando uno ve un cadáver puede entender


que el cuerpo no tiene una vida propia. ¿Cómo puede
asociarse la mente a un cuerpo que es inerte?

Sai: Existe el cuerpo inerte. Existe la conciencia suprema.


Y entre ambos está la mente, la cual también es iner-
te, pero que parece estar viva porque en ella se in-
funde la conciencia. Del mismo modo en que el hie-
rro al calentarse parece estar en ignición porque lo ha
penetrado el fuego; de modo que no es el hierro el
que arde, sino el fuego. Todo este espejismo proviene
del pensamiento. De la identificación del “Yo” con el
cuerpo surgen todos los problemas y las complicacio-
nes. Puesto que es la mente la que ha tejido esta red
de identificación con el cuerpo, debe ser la mente la
que se vuelva y busque, a través de la discriminación,
el renunciamiento y la indagación, nuestra verdadera
naturaleza. Tanto el ego como la inteligencia pueden
incluirse en la palabra “mente” .

J. H.: Swami, muchos occidentales están utilizando la luz


solamente en la meditación. No la forma definida de
la llama, sino simplemente una luz sin forma, y se
concentran en ella y la proyectan. ¿Resulta correcto
224 John S. Hislop

tomar una luz sin forma determinada como objeto de


concentración?

Sai: No es práctico el tratar de concentrarse en algo que


no tiene forma. El concentrarse en la llama es una ilus-
tración solamente. El objeto en el que uno se concen-
tra puede ser un sonido, una forma, la llama, etc. Ne-
cesita ser algo concreto. No es fácil fijar la mente en lo
abstracto.

J. H.: ¿Existe algún recorrido particular en el que habría que


desplazar la llama en el cuerpo?

Sai: La luz se lleva primero al corazón, el que se concibe


como una flor de loto cuyos pétalos están abiertos.
Luego la llama se va desplazando hacia otras partes
del cuerpo. No se requiere de una secuencia específi-
ca. Lo importante es el punto de detención final que
es la cabeza. Allí la luz se transforma en una corona
que envuelve y cubre la cabeza. Luego la luz se mue-
ve hacia afuera, de lo particular a lo universal. Muevan
la luz hacia los parientes, hacia amigos, enemigos, ár-
boles, animales, pájaros, hasta que se vea a todas las
formas del mundo con la misma luz en su centro, tal
como se la ha descubierto en uno mismo. Esto de mo-
ver la luz hacia la fase universal es la idea de la uni-
versalidad, de que esa misma luz divina se encuentra
en todo y en todos y en todas partes. Realizamos este
ejercicio de llevar la luz hacia afuera de nuestro pro-
pio cuerpo para imprimir esta universalidad en la men-
te. Uno debería entender qué es lo que se produce du-
rante la meditación, a medida que uno va entrando
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 225

más profundamente en ella; no se trata de pensar en


la luz, sino de olvidarse del cuerpo y lograr con ello la
experiencia directa de que el cuerpo no es uno. Esta
es la llegada a la etapa de la contemplación, cuando el
cuerpo queda absolutamente olvidado. Es algo que no
puede forzarse, sino que se va produciendo por sí so-
lo y es el nivel que sigue naturalmente a una concen-
tración correcta. Vivekananda relata que cuando me-
ditaba, no podía encontrar su cuerpo. ¿Dónde estaba
el cuerpo? No podía hallarlo.
El ver la luz y el moverla de un lado al otro es sólo
para darle trabajo a la mente, para mantenerla co-
rrectamente ocupada, de modo que no se ponga a
pensar en esto o en aquello, e interfiera con el pro-
ceso de aquietarse cada vez más. El expandir la luz
hacia la fase universal, el enviarla hacia todos los de-
más cuerpos, hasta que uno llegue a estar tan con-
centrado que ya no tenga conciencia de su propio
cuerpo, representa el nivel de contemplación. A me-
dida que la contemplación se hace más profunda, la
meditación se produce por impulso propio, y tampo-
co es algo que pueda forzarse. Si el meditador per-
manece consciente de sí mismo y de que está medi-
tando, no está meditando en absoluto, sino que se
encuentra aún en la etapa preliminar, en el comienzo
de la concentración.
Hay tres etapas: concentración, contemplación y
meditación. Una vez que se va haciendo más profunda
la contemplación, se pasa naturalmente a la meditación.
La meditación se sitúa por completo por sobre los sen-
tidos. En la verdadera meditación, el meditador, el ob-
jeto de su meditación y el proceso mismo han pasado
226 John S. Hislop

a segundo término y no hay más que uno, y ese Uno


es Dios. Todo lo sujeto a cambio ha desaparecido y el
estado es el de: “Tú Eres Aquello”.
Al volver paulatinamente al estado de conciencia nor-
mal y habitual, se lleva la llama nuevamente al cora-
zón y se mantiene encendida allí a lo largo de todo el
día.

J. H.: Cuando se medita en la Forma de Dios, Swami ha di-


cho que la transición a los estados de contemplación y
de meditación ocurre naturalmente, sin que medie la
voluntad de la persona que está meditando. ¿Qué rela-
ción habría entonces con la meditación en una luz, en
la que el meditador mueve la llama deliberada y volun-
tariamente de un lado a otro?

Sai: Las tres etapas: la concentración que se sitúa por de-


bajo de los sentidos, la contemplación que se sitúa al
medio y que está parcialmente en los sentidos y par-
cialmente por sobre ellos, y la meditación que se si-
túa por encima de los sentidos, todo ello constituye
la meditación genuina, ya sea que se haya elegido
forma o luz como objeto. No hay una diferencia
esencial.
Si el devoto tiene una Forma de Dios a la que le tie-
ne una devoción especial, puede integrar esa Forma
a la llama, y será esa la Forma objeto de su concen-
tración y que se verá como estando en la luz, en
cualquier parte. La concentración puede realizarse
exclusivamente en la Forma de Dios, porque Dios es
universal en cualquier Forma. Repito que el objeto
elegido no es sino un recurso que le permite a uno
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 227

sumirse profundamente en la quietud y permitir que


el cuerpo –que no es uno mismo– desaparezca de la
conciencia. Como objeto de concentración puede
elegirse cualquier cosa concreta, como luz, forma o
sonido. Entrar directamente a la etapa de meditación
es casi imposible.

J. H.: Al hablar de los yogas, Swami dijo que el bhakthi yoga


o devoción por Dios, era el único que valía la pena y
que otros tipos eran inútiles. Sin embargo, entre los oc-
cidentales se afirma que Ramakrishna Paramahamsa
describió cómo veía ascender el factor Kundalini para ir
abriendo uno a uno los chakras. ¿Cuál sería la respues-
ta correcta para aclarar esta duda?

Sai: Ramakrishna usaba el término chakras como símbolo


para las regiones de mayor sensibilidad a lo largo de la
columna vertebral. Existen muchos malentendidos res-
pecto de esta así llamada meditación-Kundalini. El chakra
es una rueda y no hay ruedas en la columna vertebral.
Se toma la rueda como símbolo, porque la circulación
de la sangre es “circular”. También son circulares los
discos de la columna vertebral. Mediante el procedi-
miento de colocar la “rueda” en varios puntos a lo lar-
go de la columna vertebral y denominándolos de
manera especial, uno puede fijar la mente en estas
áreas y moverla de una a otra.

J. H.: Swami, ¿qué hay de la idea de que la serpiente de


Kundalini despierta en la base de la columna y va acti-
vando cada chakra a medida que asciende?
228 John S. Hislop

Sai: Esa energía es prana, el aire vital. Se la imagina ascen-


diendo a lo largo de la columna con la práctica de pra-
nayama. El practicar pranayama es peligroso a menos
que todas las circunstancias sean absolutamente preci-
sas. No es necesario y Swami lo desaconseja. El área en-
tre la novena y la duodécima vértebras es especialmen-
te sensible, cualquier lesión allí puede resultar en
parálisis. La meditación, tal como lo señala Swami, es el
camino real, el camino fácil. ¿Para qué complicarse con
otras prácticas? Para que la meditación resulte efectiva,
requiere de una práctica constante, sin impaciencia y
sin apuro. Con la práctica constante, la persona se
serenará y el estado de meditación se producirá de
manera natural. Pensar de manera diferente denota
debilidad. El éxito está asegurado. Llamen a Dios, Él
les ayudará. Responderá y Él mismo será vuestro gu-
rú. Él los guiará. Él siempre estará a vuestro lado.
Piensen en Dios, vean a Dios, oigan a Dios, coman a
Dios, beban a Dios, amen a Dios. Ese es el sendero
fácil, el camino real hacia vuestra meta para salir de
la ignorancia y tomar conciencia de vuestra verdade-
ra naturaleza, que es una misma con Dios.

J. H.: Swami, los occidentales se interesan profundamente


en todo lo que Swami dice y piensan y hablan de ello.
El hecho de que la respiración diga “Soham” veintiún
mil seiscientas veces por día tiene intrigados a algunos,
ya que dicen no darse cuenta de respirar a ese ritmo.

Sai: El respirar veintiún mil seiscientas veces al día repre-


senta el término medio en nuestra vida. Cuando se ha-
ce ejercicio o uno se agita, la respiración se acelera; en
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 229

momentos de paz y tranquilidad se hace más lenta. Hay


personas que pueden tener un promedio superior de
respiraciones al día. Un yogui experimentado puede
que no tenga el promedio corriente de quince respira-
ciones por minuto, sino sólo seis o siete. Mientras más
lenta es la respiración, más larga es la vida. El mono tie-
ne una vida muy corta y respira unas cuarenta veces
por minuto, en tanto que la serpiente de larga vida res-
pira tres o cuatro veces por minuto.

J. H.: ¿Para nosotros, los occidentales, hay algo de la esen-


cia, algún indicio que fuera aplicable a la acción y que
señalara la acción correcta para cualquier papel en la
vida?

Sai: No existe una rectitud para los hindúes y otra para los
occidentales. La rectitud es universal. Pero sí hay un test
que puede aplicarse a toda acción y con ello puedes
determinar si es acorde con la acción correcta. No per-
mitas que lo que hagas dañe o lesione a otro. Esto nace
del reconocimiento de que la luz, que es Dios, es la mis-
ma en toda forma, y que si lesionas a otro estás lesio-
nando la misma luz que está en ti mismo. La acción
correcta te permite llegar a la conclusión de que todo
aquello que es lesivo para otra forma es también lesivo
para ti. El test que se refiere a la acción correcta se
enuncia muy claramente en la religión cristiana, y dice:
No le hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti.

J. H.: La gente que ha aplicado prácticas de meditación an-


tes de integrarse a un Centro Sathya Sai Baba, ¿en qué
forma debe evaluar ahora el procedimiento?
230 John S. Hislop

Intérprete: Esta pregunta ya está contestada con la descripción


de Swami de la meditación genuina. Si la meditación que
realiza el nuevo miembro del Centro no cumple con
eso, que tome la guía de Swami al respecto.

XLIX
Sai: (A un grupo de occidentales.) ¿Algunas dudas o pre-
guntas? Sólo preguntas de tipo espiritual.

Visitante: ¿Por qué usar una lámpara para la meditación?

Sai: ¿Por qué una luz? Si uno toma arena, llegará el mo-
mento en que se acabe. Si se saca agua de un estanque,
llegará el momento en que se seque. Sin embargo, pue-
den ser miles de personas las que enciendan sus velas
en la llama de una vela, y la llama no disminuirá en nada.
Enciendan una lámpara o una vela. Miren derecho ha-
cia la llama. Entonces lleven esa llama hacia el corazón
y véanla en medio de sus pétalos. Observen cómo los
pétalos se abren y vean cómo la luz ilumina el corazón.
Ningún sentimiento negativo podrá subsistir. Luego lle-
ven la llama a las manos y ya no podrán realizar accio-
nes tenebrosas. De la misma manera, vayan llevando
por turnos la llama a los ojos y a los oídos, para que en
adelante no puedan absorber sino sensaciones luminosas
y puras. Luego lleven la luz hacia afuera, hacia vuestros
amigos, parientes y enemigos, y luego hacia animales,
plantas y objetos para que todos sean iluminados por la
misma luz. Cristo dijo: «Todos son Uno, actúen del mis-
mo modo con todos». De este modo ya no estarán limi-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 231

tados a sólo su cuerpo, sino que se expandirán a través


del Universo. El mundo que ahora les parece tan in-
menso se hará pequeño, pequeñísimo. El expandirse
fuera de los límites de uno mismo y el ver que nuestra
luz es la luz del Universo significa liberación. La libera-
ción no difiere mucho de esto.

Visitante: El mantenerse sentado y erguido no es algo que


resulte fácil de hacer.

Sai: El sentarse derecho es importante. Entre la novena y


la duodécima vértebras se encuentra la fuerza vital. Si
la columna vertebral es lesionada en esa región, so-
breviene una parálisis. Si el cuerpo se encuentra en
una posición recta, como si estuviera armado en tor-
no de un poste vertical, le permite a la fuerza vital as-
cender por el cuerpo y entregarle a la mente la cali-
dad de una concentración intensa. Y además, al igual
que un pararrayos colocado en el techo de un edifi-
cio atrae los rayos, un cuerpo perfectamente derecho
se convierte, por así decir, en un conductor para que
el poder divino penetre en el templo de vuestro cuer-
po y les dé la fuerza para llevar a cabo vuestra tarea
y alcanzar vuestra meta.
Otro ejemplo: el poder divino está siempre presente,
al igual que están presentes las señales de radio. Pero
para escuchar música en la radio, se requiere de una
antena y, además, si el receptor no está bien sintoni-
zado, captarán sólo ruidos y nada de música. De ma-
nera similar, el poder divino que los rodea podrá fluir
hacia ustedes si la meditación es correcta y el cuerpo
está derecho.
232 John S. Hislop

Visitante: ¿Qué hay de la meditación Brahma Muhurta?

Sai: Brahma Muhurta significa muy temprano en la ma-


ñana, entre las tres y las seis. Significa que los senti-
dos están quietos, aún no han sido agitados por el
día y que la mente se ha aquietado con el sueño. Pero
las horas deben ser mantenidas y no debe meditarse
a una hora un día y cambiarla al día siguiente. Basta
media hora en la mañana y media hora en el atardecer
para meditar. Si se realiza durante todo el día, per-
derá su atractivo después de algunos años. Para
mantener el interés, la práctica espiritual debe ser
variada. Algo de cantos devocionales, algo de repe-
tición del Nombre del Señor, algo de tiempo pasado
en compañía de gente espiritual y cosas por este es-
tilo. De la misma manera en que algo de variedad
en la vida cotidiana hace que el mismo día sea
interesante.

J. H.: Swami, ¿cómo debe terminarse el período de medita-


ción con la llama?

Sai: Primeramente, están en la luz. Luego la luz está en


ustedes. Finalmente, ustedes son la luz y la luz está
en todas partes. Gocen de ello por algunos instantes,
luego lleven la luz de vuelta al corazón y mantén-
ganla allí por el resto del día. Puede incluirse tam-
bién la Forma de Dios que prefieren: Krishna, Rama,
Jesús. La Forma de Dios que elijan puede ser vista en
el centro de la llama a dondequiera que se la lleve, y
de este modo dondequiera que estén, estarán con
Dios.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 233

Visitante: En la reunión se mencionó que la gente que re-


aliza otro tipo de meditación no debería unirse a un
Centro Sathya Sai Baba.

Sai: La respuesta no es este yoga y aquel yoga. Es evi-


dente que pueden ingresar incluso aunque lleven a
cabo otro tipo de meditación. Unámonos todos con
un mismo objetivo. Dios es alcanzado sólo a través
del Amor.
El Pranayama (práctica espiritual mediante la respira-
ción) somete al corazón y a los pulmones a grandes
esfuerzos y presiones. Hay que tener muy buena sa-
lud. Por ello resulta mejor el Bhakthi yoga o yoga de
la devoción. El hacer una gran mezcla sólo creará
confusión. La meditación en la luz está libre de peli-
gro, es segura y conduce directamente a la meta.

Visitante: Pero en el caso en que uno se ha iniciado en otro


tipo de meditación, el libro de Swami dice que es un
pecado cambiar.

Sai: La meta sigue siendo la misma. El cambio es una pe-


queña variación en el camino, en el método que se
emplea. La meditación en la luz es verdadera medi-
tación. La luz no tiene forma, es eterna, divina. Re-
presenta el camino salvo y seguro. Pero por encima
de todo está el Amor. El Amor es el camino real ha-
cia Dios. Dios es Amor. En un comienzo debemos
considerar seriamente e investigar el tipo de medita-
ción o de sadhana que deseamos adoptar. ¿Quién es
el gurú? ¿Cuál es el resultado? Si logran adquirir ab-
soluta confianza en que ese camino los conducirá
234 John S. Hislop

hasta vuestro objetivo espiritual, entonces recién de-


ben adoptarlo y mantenerlo. No hay que olvidar tam-
poco que están apuntando hacia un objetivo espiri-
tual, no a un objetivo físico, no a una finalidad a
nivel sensorial.

Visitante: ¿Pero cómo puedo lograr una confianza en mí


mismo que no poseo?

Sai: Para las cosas equivocadas tienen autoconfianza para ir


adelante; la autoconfianza también está allí para hacer
las cosas buenas. Todo el mundo tiene autoconfianza.

J. H.: Eso está muy bien.

Sai: Sí, es importante. La confianza en sí mismo está allí. Si


hay interés por las cosas buenas, se cuenta con auto-
confianza suficiente como para llevarlas a cabo. Hay
gente que viaja a América y cobra diferentes cantidades
por entregar una información espiritual que les perte-
nece a todos y por la cual no debería cobrarse. La in-
formación no debería venderse y los americanos no de-
berían pagar por ella.

J. H.: Swami, en la descripción de la meditación en la luz,


no me quedó absolutamente claro si Swami indicó que
su resultado era la liberación.

Sai: Tú eres la luz. La misma luz se encuentra también en


otros. El cuerpo desaparece y tú eres la luz. Eso es li-
beración.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 235

J. H.: Swami ¿quiere decir que por intermedio de la luz


uno se expande por todo el Universo y ya no queda
limitado por el cuerpo?

Sai: Lo “mío” desaparece, ya no existe el “mío”.

J. H.: Tenemos aquí un método de meditación entrega-


do por el Señor mismo y que nos lleva directo a la
liberación. ¿Por qué debería entonces alguien preo-
cuparse de cualquier otra meditación?

Sai: Motivado por algún placer sensorial, algún resultado


corporal.

J. H.: Swami, ayer la gente tuvo la impresión de que cual-


quier tipo de meditación podía ser usada en un Centro.

Sai: No te preocupes por ello. Dentro de algún tiempo se


van a dar cuenta cuán grande es la “meditación en la
luz” y cambiarán hacia ella. No los fuerces, dales algún
tiempo.

J. H.: Swami dice que es un sublime beneficio el que un


individuo lleve una vida tal como para merecer el
Amor de Dios. ¿Cómo experimentar directamente
ese Amor divino?

Sai: En la cocina está un dulce; ahora bien, tienes que venir


de lejos hasta la cocina para disfrutar de él, y sólo cuan-
do lo comas tu hambre será mitigada. A fin de disfrutar
de la dulzura del Amor divino debes intentar experimen-
tarlo directamente. ¿Cómo se adquiere la aptitud para ex-
236 John S. Hislop

perimentar directamente el Amor divino? Nuestros anti-


guos rishis* disfrutaban de la Bienaventuranza estando en
soledad y sentándose con sus cuerpos rígidos aparente-
mente sin vida. Por otra parte, la gente está meneando to-
do el tiempo la cabeza y el cuerpo; tales personas no pue-
den lograr la concentración. El cuerpo es descrito como
un templo que contiene al Señor; si es parte de nuestro
cuerpo el seguir meneándose, el contenido, la mente,
también se estará meneando. Por eso en la meditación se
prescriben ciertas posturas y la razón por la cual deben
ser mantenidas. Cuando estén meditando lleven la mente
a lo profundo con el propósito de no distraerse; cuanto
más profundo se lleve la mente, tanto menos se pertur-
bará por el ruido circundante. En el Gita se dice que la
concentración precede a la sabiduría; si al sentarte a me-
ditar sigues rascándote la cabeza o la espalda, no estarás
haciendo la meditación correcta. Algunas personas se
sientan a meditar; simplemente se sientan, pero ensegui-
da están preguntándose cuándo podrán quitarse de esa
postura. Cuando estés meditando, concéntrate en la for-
ma que has escogido; luego pasa a la contemplación y
después a la meditación; sólo mediante estos tres estados
llegarás allí. De la concentración debes cruzar al campo
de la contemplación para entrar a la meditación. Tenemos
las tres cosas: el meditador, la forma escogida y el proce-
so de meditación; los tres deben fundirse y volverse uno,
y éste es el estado de meditación; pero si todo el tiempo
sientes que estás meditando, eso no puede llamarse me-
ditación. Cuando hay atención total en la forma escogida,

* Rishis: Antiguos videntes de la India, de corazón puro.


Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 237

eso lleva a la meditación. La atención de la mente está to-


talmente apartada del cuerpo y totalmente concentrada
en la forma escogida como objeto de tu meditación.

J. H.: El otro día, Swami, los estudiantes no sólo estaban en-


cantados sino también sorprendidos por el regreso a
Brindavan. A mí me pasó otro tanto, ya que Swami ha-
bía dicho que se quedaría en el ashram.

Sai: Baba tomó la decisión de quedarse en Prashanti Nilayam


durante Shivarathri. Ese era Su Sankalpa o Voluntad
Divina. Su voluntad es como el hierro. El tercer día
del Festival, los muchachos en Brindavan decoraron
las vacas y realizaron una procesión y sus ansias por
Swami eran tan fuertes, que Swami decidió súbita-
mente regresar a Brindavan. Se podría preguntar: si el
Sankalpa de Swami es como el hierro, ¿cómo es que
puede cambiar? Bueno, la devoción es como el fuego,
y el fuego puede hacer que el hierro se funda. Dios
es movido por la devoción.

L
J. H.: Swami, la gente declara cosas contradictorias con
respecto al uso del vibhuti. ¿Un devoto debe utilizar el
vibhuti* como único tratamiento en caso de enferme-
dad o lesión?

* Vibhuti: Cenizas con poderes curativos que materializa habitualmente.


238 John S. Hislop

Sai: A las enfermedades y heridas menores no les presten


atención alguna. En asuntos más serios, lo mejor es la
plegaria a Swami. Eso es importante. Puede o no usar-
se el vibhuti, pero la plegaria sí es importante.

J. H.: ¿Qué dices de la ayuda que se puede conseguir nor-


malmente? ¿La persona debe acudir a ella primero antes
de llamar a Swami?

Sai: Hay gente que tiene fe en los médicos y hay gente que
tiene fe en Swami.

J. H.: Pero Swami, ése es justamente el problema. Hay gen-


te que tiene miedo de demostrar falta de fe en Swami
si usaran cualquier cosa que no fuera vibhuti.

Sai: En realidad, ambas cosas pueden ir juntas. Puede con-


sultarse al médico y puede usarse también el vibhuti.
Pero aparte del grado de fe, lo mejor es orar por la Gra-
cia de Swami.

J. H.: Hay devotos que llegan a los extremos. Sin importar lo


grave que sea la enfermedad o el problema, declaran que
sólo usarán vibhuti y que jamás consultarán a un médico.

Sai: Si desean hacerlo así, pueden hacerlo. Pero Swami pre-


fiere que se le dé el lugar que les corresponde a los me-
dios habituales.

J. H.: Swami dice que la autoindagación es tres cuartas par-


tes y la meditación una cuarta. ¿Cuál es la autoindaga-
ción hábil? La acción puede ser hábil o inhábil.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 239

Sai: El devoto puede carecer de alguna destreza especial,


mas a todos les es posible interrogarse sobre si lo que
se proponen hacer es correcto o indebido.

J. H.: ¿Pero la indagación no debemos considerarla autoco-


nocimiento, conocimiento de lo que sucede dentro de
uno?

Sai: El autoconocimiento ciertamente es acerca de uno, no


acerca de lo externo.

J. H.: En la averiguación acerca de uno, Swami aconseja


que preguntemos si somos el cuerpo, la mente o el
intelecto.

Sai: Tú eres el observador de ellos.

J. H.: Uno observa también otras cosas. Cada deseo se


anuncia como “yo”, aunque esté en contradicción con
deseos pasados o futuros.

Sai: En realidad hay dos “yos”. Uno es el ego que siempre


se identifica a sí mismo como “yo” y el otro “yo” es el
eterno observador o testigo, que es Swami. Si hay con-
ciencia del testigo, el “yo”-ego no molestará y ya no
tendrá mucha importancia.

J. H.: En la autoindagación, Swami, una persona puede notar


que mientras su idea es que tiene libre albedrío, de he-
cho es empujada de un lado a otro e impulsada a actuar
por toda clase de influencias. En realidad, uno no es del
todo libre, es como un prisionero, ¿verdad?
240 John S. Hislop

Sai: Que no sea libre es equivocado; sólo hasta cierta etapa


de la vida, de acuerdo con las influencias que pesen so-
bre uno, tales como herencia, circunstancias, tendencias
y otras por el estilo. Más tarde uno está por encima de
ello y libre de cualquier influencia.

J. H.: Pero Swami, si de hecho uno al observarse se consi-


dera como estando prisionero, ¿puede que desarrolle
un profundo interés por la libertad?

Sai: Son muy pocas las personas que llegan a estos niveles
profundos de autoindagación. En general, no se aden-
tran en el asunto. El factor esencial aquí es la madurez.
Sería importante que se pusieran sobre el tapete estos
asuntos en las conversaciones con respecto al sadhana
con los devotos, y los subrayaras de acuerdo con tu
propia experiencia.

J. H.: Se pueden observar muchas emociones en uno mis-


mo, Swami; algunas son perjudiciales como la ira, el
odio, los celos, la depresión, el temor y otras por el es-
tilo; son emociones muy fuertes y surgen pese a nues-
tras mejores intenciones.

Sai: Este es un tema de gran importancia, en especial para


América, ya que allí las emociones son fuertes y conducen
a acciones violentas.

J. H.: Parece que hubiera alguna posibilidad, Swami, de


que una persona pueda refrenar estas emociones peli-
grosas antes de expresarlas en la acción.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 241

Sai: El problema reside en que la gente posee algunos co-


nocimientos que ha adquirido a través de libros, pero
no poseen los conocimientos generales sobre la vida
que provienen del poder espiritual. Con disciplina,
oraciones a Dios y constante sadhana surge un poder
espiritual dentro de la persona y con ello se reduce la
fuerza de las emociones peligrosas. No obstante, e in-
dependientemente de esto, las personas pueden y de-
ben evitar que estas emociones se expresen exterior-
mente. Aunque haya ira, odio, depresión, bullendo en
su interior, la conducta externa de la persona debe
mantenerse tranquila. Su sonrisa debe seguir siendo
calma. Y debe resistirse con todas sus fuerzas a de-
mostrar estas emociones perjudiciales.
Tanto la autoindagación como este asunto de las
emociones son de mucha importancia. Al hablarles a
los devotos en los distintos Centros, debes tratar cla-
ra y enfáticamente estos dos aspectos de la práctica
espiritual.
(En anteriores ocasiones, Swami ha dicho que los im-
pulsos y las emociones peligrosos y dañinos desapare-
cen automáticamente en la Presencia de Dios; que las
fuerzas maléficas son producto de la pesadumbre y la
angustia, y que no pueden existir allí donde hay Anan-
da, la felicidad que surge cuando uno ama a Dios con
todo el corazón y lo ve en todas partes.)

J. H.: Otra cosa inexplicable que puede observarse es que


alguien se desvíe de su objetivo. Por ejemplo, una per-
sona puede mostrar la más constante determinación
en permanecer junto a los Pies de Loto del Señor; y,
242 John S. Hislop

sin embargo, puede que un año más tarde esa persona ha-
ya abandonado a Swami.

Sai: La razón para esto es una debilidad de la mente en la


etapa inicial. La mente de esa persona era titubeante
cuando percibió su objetivo por primera vez. Si su
propósito hubiera sido preciso y claro desde el princi-
pio, no se desviaría de su objetivo. La falla hay que
buscarla en la mente vacilante y en la indecisión del
propósito.

J. H.: Swami, una pregunta más, por favor, respecto de las


plagas domésticas. Las dueñas de casa están permanen-
temente ocupadas en combatir las hormigas, las cuca-
rachas, los mosquitos, etc. Y si dejan de combatirlos, los
insectos invadirán la casa.

Sai: Está perfectamente claro, hay que preocuparse por


ellos.

J. H.: Lo que pasa es que la gente se preocupa porque en


este caso estarían cometiendo un pecado en contra de
Swami al matar a estas pequeñas criaturas.

Sai: No hay nada de malo en mantener la casa libre del


asalto de estas criaturas. Pero solamente allí donde tú
estás, en tu área, no afuera.

J. H.: Swami, si se mata a una hormiga de una colonia, ¿sig-


nifica eso matar a un Jiva (Alma que reside en un cuer-
po) individual? ¿O es que hay una especie de Jiva gru-
pal cuyo cuerpo es la colonia de hormigas?
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 243

Sai: No existen los Jivas individuales. Hay un solo Jiva. El Ji-


va jamás es lesionado, jamás se le mata. Los cuerpos son
muchos. Las mentes son cambiantes y pueden ser afec-
tadas. Los cuerpos pueden ser muertos o pueden morir.
Pero nada de ello afecta al Jiva. El Jiva es uno y es eter-
no. La norma para la vida espiritual es ser cauteloso. Par-
te con cuidado, conduce con cuidado y llega sano y sal-
vo. (En una ocasión anterior, Swami dijo: «¡Sé firme, sé
resuelto. No cometas una falta o des un paso en falso
para arrepentirte luego! Ten en primer término la deli-
beración, la decisión y la disciplina; esto es mucho me-
jor que lamentar más adelante el error cometido».)

LI

J. H.: ¿Puedo plantear una pregunta espiritual?

Sai: Adelante.

J. H.: ¿Hay algo de único en cuanto a tener un cuerpo físico?

Sai: La forma humana es única en cuanto a que la fuerza


divina se encuentra presente en ella en un ochenta por
ciento. Por comparación, está presente sólo en un quin-
ce por ciento en el animal; en ambos casos en sentido
figurado y aproximativo. El hombre puede por sí mis-
mo elevarse hasta la unión con Dios, en tanto que el
animal no puede liberarse de su estado natural. Por
ejemplo, a un gato se le puede alimentar bien y con co-
sas sabrosas; sin embargo, en cuanto ve un ratón, in-
cluso cuando está comiendo, dejará su alimento para
244 John S. Hislop

correr tras el ratón. Se puede entrenar y domar a un ti-


gre, pero jamás le satisfará una dieta de granos, de modo
que se mantiene intacto su impulso por matar para
comer.

J. H.: No obstante, Swami, ¿qué hay de extraordinario


con respecto al cuerpo físico? ¿Por qué cualquiera
debe desear tener uno?

Sai: Hislop está en México, en América o en Puttaparti. Si


no tuviera un cuerpo, ¿cómo sabría en dónde está?
Cae una piedra. La fuerza de gravedad es invisible,
pero se revela por la caída de la piedra. El cuerpo del
hombre es necesario porque es capaz de viajar hacia
el Dios invisible. El Sol, la Luna y las estrellas están
en el espacio y se mueven y orbitan de acuerdo con
un orden y con una disciplina; si esa disciplina vaci-
lara por un instante, se produciría el colapso general.
¿Qué es lo que mantiene esa disciplina? La invisible
Fuerza Divina.

J. H.: ¿Qué es lo único y especial con respecto a tener un


cuerpo humano?

Sai: Swami ya explicó que el cuerpo sirve para revelar la


Divinidad que reside en él.

J. H.: Sí, Swamiji, pero lo que quiero decir es: ¿qué valor
tiene para el individuo tener un cuerpo? El individuo
vive y muere, ¿por qué debería preocuparse? La ciencia
dice que hay muchos planetas en los que podría haber
una vida muy similar.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 245

Sai: En todo el Universo no existe ningún otro planeta que


tenga vida humana o una forma de vida similar.

J. H.: En ese caso, Swami, debe haber algo muy especial y


único respecto de la vida en un cuerpo físico.

Sai: Hay vida en todo el Universo. Para Dios, el Universo


es uno. La reencarnación no puede producirse en otras
regiones del Universo, siempre se produce en la Tierra.

J. H.: Swami, ¿qué significa eso para el individuo?

Sai: La expresión de la vida en la Tierra es ascendente, a tra-


vés de lo humano hacia lo Divino. La virtud del naci-
miento humano reside en que el próximo paso es la ple-
na conciencia de lo Divino. La vida humana es sagrada
y debe ser apreciada en cuanto a su sublime valor.

J. H.: Siempre desde el punto de vista del individuo,


Swamiji, ¿podría decirse que Swami ha dicho que el na-
cimiento humano es un tipo de oportunidad especial
para liberarse del nacimiento y la muerte?

Sai: Estás en lo cierto. Ese es el caso.

J. H.: ¡Swamiji! ¡Entonces, ese es el secreto! ¡Ese es el mara-


villoso motivo por el que nacemos en un cuerpo!

Sai: Sí, ese es el motivo principal.

J. H.: Swami, ¿hay otras regiones del Universo en las que pue-
de haber una liberación del ciclo de nacimiento y muerte?
246 John S. Hislop

Sai: Eso puede realizarse solamente en la Tierra. Esta


oportunidad no se da en ningún otro planeta ni en
ninguna otra región dentro de toda la vastedad indes-
criptible del Universo. Es único y está confinado a es-
ta Tierra.

J. H.: ¡Swami! ¡Qué maravilloso! ¡Cuán sagrada es la Tierra!


¡Qué infinitamente precioso es el nacimiento humano!

Sai: Realmente es así. Pero la gente no lo comprende ni lo


entiende, porque no lo sabe.

J. H.: Swami, ¿es posible informar de este gran secreto de


la vida a los devotos? En los Centros Sathya Sai Baba de-
ben saber que cada minuto que se pierda es un trágico
despilfarro ante la magnificencia de esta oportunidad
humana.

Sai: Sí, lo puedes divulgar. Has planteado una pregunta


muy importante y puedes dar a conocer la respuesta.

J. H.: ¡Swami, la respuesta es divina! Es tan maravillosa


que resulta difícil poner en palabras su adecuada
evaluación.
Swamiji ha dicho que no se produce una encarnación
desde la Tierra hacia otras regiones del Universo. ¿Y
con respecto a lo opuesto? ¿Hay algún movimiento des-
de otras regiones del Universo hacia la Tierra?

Sai: Toda vida puede aspirar al nacimiento humano, pues


sólo a través del nacimiento humano puede alcanzarse
la conciencia de Dios. Perder el tiempo es una gran lo-
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 247

cura, el individuo está aquí ahora, aquí y ahora tiene la


oportunidad de tomar conciencia del objetivo absoluto
de la vida. ¿Quién puede tener alguna seguridad res-
pecto de las condiciones y circunstancias de su próxi-
mo nacimiento? No debería desperdiciarse ni un solo
momento de esta vida.

Visitante: Swami, tengo una pregunta: ¿cuál es el mejor


sadhana para una persona joven con ataduras e im-
pedimentos debido al trabajo y a la familia? (después
de que Swami se hubiera referido bromeando a la hi-
ja de ocho meses del visitante como una “atadura-ser-
vidumbre-samsara”).

Sai: No es correcto considerar estas cosas como ataduras o


servidumbre. Hay que verlas como una “práctica espiri-
tual de adecuación”. Es algo bueno para mantener tu vi-
da equilibrada y para darle una orientación. Los cam-
bios que tengas que introducir en tu vida y en tu rutina
diaria, esas adecuaciones son práctica espiritual y no
servidumbre ni atadura.
El propósito de todo sadhana es ver lo bueno, lo Divino
en todo y llegar a ser capaz de pasar por alto lo malo, lo
perverso. Desde el punto de vista de la Divinidad no hay
ni bien ni mal, todo es Divino. Sin embargo, la mente ve
una cosa como buena y otra como mala, una como co-
rrecta y otra como equivocada. Es la mente la que debe
entrenarse para ver sólo lo Divino en todos y en cada
dificultad.
Un pequeño ejemplo: Hay un perro muerto en el cami-
no, los buitres lo están comiendo. Pasa gente y excla-
ma: «¡Qué cosa tan horrible y qué mal olor!». Pero pasó
248 John S. Hislop

Jesús y dijo: «Qué bellos dientes tiene ese perro, tan


blancos y fuertes. Nadie los ha cuidado y, sin embargo,
el perro mantuvo esos dientes tan bellos». Jesús estaba
demostrando que uno puede ver las mejores cualidades
incluso en la peor de las situaciones. La gente virtuosa
siempre mira el bien y no se enreda en el mal.
Otro ejemplo: El cirujano y el villano usan un cuchillo.
El corte que el cirujano le inflige a una person, es para
el bien; pero el villano usa el cuchillo con un propósi-
to malvado. E incluso un carnicero puede usar un cu-
chillo para cortar la carne y una dama para cortar fruta
o verdura. Si se pusieran todos los cuchillos en un círcu-
lo, con un imán al medio, éste los atraería a todos por
igual. El bien o el mal no está en los cuchillos. Dios es
el imán y todos los hombres son atraídos hacia Él. El
bien y el mal no están en el ser humano, sino en la for-
ma en que se usa la mente.
No llenen la mente pensando sobre la perversidad de
las acciones que se observan en el mundo. El propósi-
to de todo tipo de práctica espiritual es educar la men-
te para que perciba lo Divino en cada cosa. Ese es el
verdadero sadhana de adecuación. Y lo pueden realizar
en cada cosa que hagan.
GLOSARIO
Advaita: La Filosofía del no-dualismo que se refiere a la
verdad última de Dios, el Hombre y el Mundo.

Anantapur: Una ciudad en Andhra Pradesh en la India del Sur.


Sede del Colegio Sri Sathya Sai de Artes y Ciencias para Mujeres.

Arjuna: El discípulo del Señor Krishna a quien Krishna le


reveló la verdad de la existencia humana poco antes de ini-
ciarse la batalla que inauguró la Guerra del Mahabaratha. El
Discurso Divino se conoce como el Bhagavad-Gita.

Ashram: Residencia de un personaje espiritual.

Atma: El más sutil aspecto de nuestro ser (Alma). Aquello


que no cambia, que no se modifica, que no es afectado por
nada y que es intemporal.

Atma Shakti: La fuerza, el poder del Alma.

Avatar: El omnipresente Principio Divino, encarnado pero


ilimitado al mismo tiempo.

Avatara: El período de vida del Avatar encarnado.

Bhagavan: Señor, Dios.

Bhagavan Sri Sathya Sai Baba: Proclamado el Avatar de la


Era. El Principio Divino encarnado e ilimitado.
250 John S. Hislop

Bhajans: Cánticos devocionales.

Bhaktha: Alguien que ama a Dios como el impulso principal de


su vida.

Bhakthi: Devoción a Dios. Amor a Dios.

Bangalore: Una ciudad del sur de la India. A unos 25 km


de allí se encuentra el Colegio Sri Sathya Sai Baba de Artes,
Ciencias y Comercio para Varones.

Brindavan: Nombre que se le da a la residencia de


Bhagavan Sri Sathya Sai Baba en Whitefield, a unos 25
km de Bangalore.

Dharma: Acción justa hacia uno mismo y hacia los demás,


basada en el Amor al Señor siempre feliz y amoroso que es
la Esencia de todos.

Dharmakshetra: Nombre que se les da al salón de confe-


rencias y al edificio levantado por devotos de Sri Sathya
Sai Baba en Bombay.

Darshan: La visión directa de una persona santa, la que le


confiere Su Gracia a la persona que la ve.

Gokul: Pueblo en los bajos del río Jumna en el cual vivió


Krishna en sus primeros años como uno de los niños que
tenían la responsabilidad de cuidar las vacas del pueblo.

Gopis: Las mujeres del pueblo de Gokul, supremas de-


votas de Krishna.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 251

Gunas: Las cualidades primarias de un ser capaz de sentir


físicamente. Son las equilibradas y puras (Sathwa); mera-
mente activas (Rajas) e ignorantes e inertes (Tamas).

Gurú: Preceptor espiritual.

Indra: Rey del panteón de deidades.

Japamala: Una sarta de ciento ocho cuentas que se usa pa-


ra la repetición del Nombre de Dios con devoción y reve-
rencia (rosario).

Jivanmukthi: La persona que ha llegado a la conciencia


de Dios, para la cual sólo la visión Divina actúa. Una
persona que ya no tiene ninguna identificación con su
cuerpo.

Jñani: Persona que posee un conocimiento directo de la


sabiduría suprema.

Jhoti: La luz y la forma de una llama.

Kalpataru: Árbol que cumple los deseos. Experiencia


que vivieron muchos devotos durante los primeros años
del Avatara de Sai.

Karma: Acción. Es también el nombre que se le da a la re-


acción o efecto que uno debe sufrir debido a sus acciones.

Koshas: Las cinco envolturas del cuerpo.

Lakshmana: El hermano de Rama.


252 John S. Hislop

Lanka: Isla de Ceilán: Sri Lanka.

Lilas: Juegos de Dios.

Mandir: Recinto de oración, Templo.

Mantram, mantra: Secuencia de palabras de poder, habitual-


mente en sánscrito, que se usan para obtener un resultado.

Maya: Un aspecto de lo Divino. El poder del desconcierto


o de la desorientación que le da apariencia de realidad a lo
irreal y que obstaculiza la percepción de lo real.

Om: El sonido original mediante el cual Dios mantiene el


Cosmos.

Paramatma: El Alma vista en su aspecto universal, Dios.

Pranayama: Control de la respiración, de acuerdo con cier-


tas técnicas enseñadas en algunas disciplinas yogas.

Prashanti Nilayam: La morada de Bhagavan Sri Sathya Sai


Baba, al norte de Bangalore, vecina a la aldea de Puttaparti.

Pratyahara: El retirarse hacia la conciencia interior.

Puttaparti: Lugar de nacimiento de Sri Sathya Sai Baba. Al-


dea en Andra Pradesh, en el sur de la India.

Rama: Un Avatar de Dios que precedió al Avatara de


Krishna. Aquel que confiere dicha. Aquello en el corazón
que es pura delicia.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 253

Ramakrishna Paramahamsa: Un gran santo de Bengala


(1836-1886).

Ravana: Un rey de los demonios que raptó a Sita, la con-


sorte de Rama.

Rishi: Un gran santo que tiene el pleno conocimiento de la


omnipresencia de Dios.

Sadhaka: Aquel que practica las disciplinas espirituales.

Sadhana: La vida espiritual practicada en la vida cotidiana.


Palabras, pensamientos y acciones que purifican la mente y
el corazón de ilusión y engaño.

Sai: La Divina Madre de todos.

Sai Ram: El Principio Divino que reside en cada cora-


zón como dicha pura. Nombre que los devotos le dan
a Sri Sathya Sai Baba y que se repite constantemente
junto a la visualización de Su Forma, como un sadhana
permanente.

Sannyasi: Un aspirante espiritual que ha hecho abandono


del apego a los objetos y relaciones mundanas y que vive
apartado. A menudo es un peregrino sin hogar.

Saris: Ropaje femenino que se usa en la mayor parte de la


India.

Sastras: Una categoría de las Escrituras Hindúes.


254 John S. Hislop

Satwa, Rajas y Thamas: Tres gunas o características de los


seres encarnados. Aproximadamente se pueden traducir
como equilibrio, actividad e inercia.

Shirdi Sai Baba: El Avatara de Sai se manifiesta como una


trinidad separada en el tiempo relativo por las vidas de tres
encarnaciones: Sai Baba de Shirdi (que ya pasó, 1918), Sri
Sathya Sai Baba y (por venir) Sai Prema.

Sita: La consorte de Rama.

Shiva: El aspecto benéfico de Maheswara. El tercero de la


Trinidad de Deidades supremas, Dios.

Swami: Título de respeto que se le da a personajes


espirituales.

Tapas: La práctica de austeridades destinadas a debilitar la


convicción de que el hombre es el cuerpo.

Telugu: El idioma nativo de Sri Sathya Sai Baba. Lenguaje


de Andhra Pradesh.

Upanishads: Una categoría de Escrituras Hindúes.

Vedanta: El Vedanta es un sistema de filosofía que prueba


por medio de la experiencia aquello que se ha formulado,
específicamente el Advaita (no dualismo). La ciencia de lo
Absoluto.

Vedas: El aliento de Dios, a través del cual se logra el conoci-


miento del invisible fundamento de lo visible. Las Escrituras.
Conversaciones con bhagavan sri sathya sai baba 255

Védico: Aquello que deriva de los Vedas.

Vivekananda: Discípulo favorito de Ramakrishna Param-


hamsa.

Yogui: Un aspirante espiritual que busca la unión con Dios


a través de una o más disciplinas mentales y físicas especí-
ficas, que son tradicionales y que se conocen bajo la de-
nominación de Yoga.

Yugas: Las cuatro fases a través de las cuales se mueve la


vida para completar un ciclo del mundo.

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