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Poder Judicial de la Nación

CAMARA CRIMINAL Y CORRECCIONAL FEDERAL - SALA 1


FMP 8580/2020/27/CA17

CCCF - Sala I
FMP 8580/2020/27/CA17
“ARRIBAS, Gustavo Héctor y
otros s/ procesamientos y
embargos”
Juzgado n° 10 - Secretaría n° 19
c/n° 60.993 – A.R.O.

/////////////nos Aires, 15 de julio de 2022.


Y VISTOS Y CONSIDERANDO:
I. Motivan la intervención de este Tribunal los
recursos de apelación interpuestos por las defensas de Gustavo
Héctor Arribas, Silvia Cristina Majdalani, P. G. P., O. B., V. A.
M., D. A. S., P. O. G., A. S. N., A. M. M., G. E. C., J. L. F., R. H.
B., N. I. B., G. C., N. C. D., E. M. R., M. D. P., J. N. S., Z. L. R., O.
R. G., D. O. D. S., R. D. B., N. M. S., L. O. J., J. M. P., S. M. L. y
M. V. G. -quienes se hallan correctamente identificados en el legajo,
encontrándose sus nombres reservados por tratarse de agentes de
inteligencia- contra las resoluciones dictadas en el marco de la
presente causa por el doctor Alejo Ramos Padilla, titular en aquella
oportunidad del Juzgado Federal de Dolores.
Mediante los respectivos autos dispuso sus
procesamientos al hallarlos penalmente responsables del delito de
realización de acciones de inteligencia prohibidas en carácter de
coautores, a diferencia de R., D. y P. a quienes se les asignó una
participación secundaria, en virtud de haber obtenido información,
producido inteligencia y almacenado datos sobre personas, por el solo
hecho de sus acciones privadas, u opinión política, o de adhesión o
pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales o
comunitarias, y por la actividad lícita que desarrollaban, así como en

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virtud de haber pretendido influir en la situación institucional y
política del país, en la vida interna de los partidos políticos y en
asociaciones y agrupaciones legales de cualquier tipo; en concurso
ideal con el delito de abuso de autoridad de funcionario público en
carácter de autores (arts. 248 in fine del C.P. y art. 43 ter, en función
del art. 4° incs. 2º y 3º de la Ley 25.520, texto según Ley 27.126).
En el caso de N. I. B., se lo encontró además
prima facie penalmente responsable del delito de destrucción de
documentos confiados a su custodia, en carácter de autor, en concurso
real con los demás delitos por los que fue procesado (art. 255 primer
párrafo del C.P.).
II. Los hechos investigados en la causa.
Imputaciones:
Se les achacó a los imputados, cada uno desde su
cargo y rol dentro de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), la
realización sistemática de tareas de inteligencia expresamente
prohibidas por la Ley 25.520 y sus modificatorias, consistentes en la
obtención de información, producción de inteligencia y
almacenamiento de datos sobre personas, por su opinión política o su
pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales,
comunitarias o asistenciales.
Entendió el magistrado que mediante tales acciones
se buscó influir en la situación política e institucional del país y los
partidos políticos, conocer sus actividades, los lugares donde se
situaban sus locales partidarios y comedores los comunitarios, los
datos personales de sus militantes y la identificación de sus referentes,
las actividades que realizaban, la identificación de las personas que
asistían a actos políticos y/o de protesta que según los criterios
preestablecidos podían afectar a la gestión de gobierno, y los
vehículos en los que se trasladaban.
Sostuvo que con esa finalidad el Director General
Gustavo Arribas creó y estableció en la provincia de Buenos Aires,

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entre mediados del año 2016 hasta fines de 2017, las denominadas
“Bases AMBA” en las localidades de Ezeiza, Haedo (Morón), San
Martín, Quilmes, Pilar y La Matanza, a cargo de R. B., A. N., J. F., P.
G., A. M. y G. C. respectivamente, las cuales, junto con aquellas
bases preexistentes ubicadas en La Plata, Mar del Plata y Bahía
Blanca, bajo el mando de R. B., N. I. B. y G. C., pasaron a depender
orgánicamente de la Dirección de Reunión Provincia de Buenos Aires
- también creada al efecto y a cuyo cargo se encontró P. G. P.-, y
llevaron adelante acciones de inteligencia ilegal bajo la coordinación
tanto de D. S. y V. M., como de N. D., M. P. y E. R., que eran
informadas periódicamente a la Subdirectora Silvia Majdalani, razón
por la cual se decretaron sus procesamientos cuyas apelaciones
motivaron la intervención de esta Alzada de modo unificado bajo la
presente incidencia conforme fuera oportunamente ordenado atento a
la identidad probatoria, sucesos achacados y cuestiones a resolver.
III. Agravios:
En términos generales las defensas tildan de
arbitrarios los procesamientos recaídos al advertir que carecen de la
debida motivación toda vez que, a su entender, exhiben un
fundamento sólo aparente atento la ausencia de una imputación
concreta y precisa dirigida a sus asistidos, la carencia de elementos de
convicción suficientes para corroborar la hipótesis delictiva sostenida
y sus eventuales responsabilidades, y la falta de producción de la
prueba solicitada.
Sustentan su crítica también ponderando las dudas
que giran en torno al origen, custodia, inalterabilidad y valor
probatorio asignado al fondo documental recabado, que se erigió
como el único elemento cargoso en que se sustentó la acusación, y la
afectación al pleno ejercicio de sus defensas que importaron las
restricciones impuestas por el instructor al acceso de la totalidad de la
prueba, incidentes y legajos restringidos.

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Con relación a la cuestión de fondo, niegan los
recurrentes que haya habido recolección de información personal por
el solo hecho del perfil político, social o gremial de los ciudadanos,
habiéndose abocado las labores desplegadas exclusivamente a la
producción y gestión de conocimientos acerca del conjunto de
problemáticas relevantes en materia de defensa nacional y seguridad
interior.
Afirman, con relación a este punto, que del estudio
de los archivos cuestionados no se puede afirmar que se encuentre
comprobada de ningún modo la finalidad que exige el achacado
artículo 4°, inciso 3° de la Ley 25.520 de “influir de cualquier modo
en la situación institucional, política, militar, policial, social y
económica del país, en su política exterior, en la vida interna de los
partidos políticos legalmente constituidos, en la opinión pública, en
personas, en medios de difusión o en asociaciones o agrupaciones
legales de cualquier tipo”.
Con respecto al material documentado sostienen
que alude a notas de prensa, datos de fuente abierta, actos de acceso
público e información recopilada en conformidad con la Ley 25.326
de Protección de Datos Personales, y que de ningún modo se
efectuaron injerencias indebidas a la esfera de intimidad y privacidad
de las personas.
Por otra parte, cuestionan el hecho de que haya
sido la propia AFI quien, por indicación del instructor, seleccionó
entre las bases de datos de las Delegaciones de La Plata, Mar del Plata
y Bahía Blanca aquel material comprendido solamente en el período
2017 que a su entender podría resultar delito y lo aportó al Tribunal,
cuando correspondía haberse efectuado mediante una orden de
allanamiento. En este punto destacaron a su vez que las tales bases
funcionaron tanto antes como después de la vigencia del proyecto
AMBA por lo cual hubiese sido de utilidad para la pesquisa contar
con lo actuado durante otros procesos.

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En esos términos se expresa la defensa de I. B. al


indicar que lo que se efectuaba en su base era reportes de
conflictividad social en relación a las diferentes problemáticas de la
ciudad de Mar del Plata, siendo de público conocimiento los
diferentes ataques de los que fueron víctimas tanto el ex presidente
Mauricio Macri como la ex gobernadora María Eugenia Vidal.
Tilda a su vez de contradictorio el razonamiento
efectuado por cuanto el mismo magistrado habría reconocido que la
síntesis de prensa sobre la embarcación Repunte ARA San Juan no
debería ser considerada delito al referir que “si bien el tono utilizado
en algunos de los informes de estas bases preexistentes podría
inducir a pensar que se trataban de tareas de síntesis de prensa, lo
cierto es que ese lenguaje también es propio de los informes de las
nuevas bases AMBA cuando trasladaban a informes semanales la
información producida por acciones de espionaje directo, el que sí
era explícitamente reflejado en primer término en los informes
diarios. Por lo tanto, la utilización de métodos de espionaje directo e
intrusivo no puede descartarse en ningún caso, de acuerdo a las
lógicas sistemáticas y programáticas de inteligencia prohibida que
asumieron las nueve delegaciones provinciales, incluidas aquellas
asentadas en La Plata, Bahía Blanca y Mar del Plata”.
En este punto destaca que los informes de análisis
referenciados en realidad eran efectuados en la Dirección y no en las
delegaciones, y que en ningún momento especifica cuál fue el método
de espionaje directo e intrusivo que se le adjudica a la base.
Por otra parte, tanto la defensa de Arribas como de
Majdalani afirman que los objetivos estaban claramente delineados, y
que lo que se pretendía formar era un adecuado estado de situación y
ponderar desde el punto de vista preventivo de la inteligencia aquellas
circunstancias que pudieran considerarse potencialmente atentatorias
con el orden constitucional, como ser saqueos, levantamientos
sociales violentos o tomas de tierras.

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Con relación al valor probatorio del fondo
documental relevado, alegan las partes la imposibilidad de demostrar
que los archivos hayan tenido origen en cada una de las delegaciones
que se afirma, que fueron creados en la época que se indica y/o que no
hayan sido modificados con posterioridad, destacando el hecho de no
haberse efectuado ninguna comprobación pericial a dicho fin no
obstante ser la única prueba en que se basa la acusación.
En esa senda ponen de relieve también la
circunstancia de que por disposición legal no era posible el archivo de
documentación en las bases, rezando el artículo 16 quinquies de la ley
25.520 que “los organismos de inteligencia tendrán centralizadas sus
respectivas bases de datos en un Banco de Protección de Datos y
Archivos de Inteligencia”, y que los informes se elevaban a la
Dirección y que no quedaban copias en las delegaciones.
Indican también el hecho de que toda la actuación
de la Agencia y el dictado de las resoluciones en cuestión estuvo
siempre bajo supervisión de la Comisión Bicameral de Fiscalización
de Organismos y Actividades del Congreso de la Nación, no
registrándose ningún cuestionamiento de su parte poniendo de relieve
ilicitud alguna.
Cuestionan en esa dirección la pretensión del
magistrado de dar por superado el análisis del tipo subjetivo
afirmando arbitrariamente que agentes de carrera debieron tener en
claro la ilicitud de las instrucciones y reportes que habrían emitido no
obstante responder a una normativa regulatoria dictada por decretos
presidenciales que contó con la constante revisión de la mentada
Comisión Bicameral.
Por último, criticaron los embargos decretados
alegando la desproporción o arbitrariedad del monto fijado.
IV. Cuestiones de previo y especial
pronunciamiento.

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Previo a ingresar en el análisis de los agravios


expuestos, corresponde dar respuesta a los planteos que, de modo
preliminar, han formulado ciertas defensas.
En primer lugar, en cuanto a la alegada
arbitrariedad de los autos que se revisan por carecer de una adecuada
fundamentación, podemos observar que, más allá de ciertas falencias
argumentativas que serán abordadas a continuación y que tendrán
directa repercusión en la decisión que se habrá de adoptar, podemos
concluir que el juez de grado expresó las razones de hecho y de
derecho que lo condujeron a adoptar las decisiones criticadas,
demostrando la existencia de una conexión entre las conclusiones y
las premisas valoradas que permiten tener mínimamente satisfechas
las exigencias de motivación que establece el artículo 123 del código
de rito.
Con respecto a la alegada afectación al derecho de
defensa en juicio vinculadas a las trabas que el magistrado le habría
interpuesto a los letrados a fin de compulsar las actuaciones se
advierte, en consonancia con lo expresado por el Fiscal General
Adjunto al momento de corrérsele vista, que es facultad del juez, en
aras a proteger la información delicada y que legalmente deba ser
resguardada, tomar las medidas pertinentes para ello.
A dichos fines, si bien se observa que el
magistrado hizo lugar al requerimiento de copias digitales del
expediente, con relación a los anexos documentales del Legajo de
Prueba n° 1 y la prueba digital oportunamente acompañada por la AFI
ordenó que, atento a la obligación legal de mantener reserva sobre
tales documentos, únicamente podría ser compulsada en un despacho
y una computadora especialmente acondicionada y dispuesta para ello
en la judicatura, que se encontraba prohibido el ingreso con cualquier
medio que permita la copia o duplicación de aquella información, y
que la parte que accediera al conocimiento de esa documentación
quedaría sujeta a las previsiones contenidas en los artículos 17 de la

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ley N° 25.520 y 222 y/o 223 del Código Penal, debiéndose labrar el
acta respectiva (cfr. autos de fecha 28/09/20 y 05/10/20 glosados en el
expediente principal).
Se vislumbra así de los despachos reseñados cuáles
fueron las razones en que el magistrado fundó su proceder y cómo
debían actuar las partes a fin de salvaguardar su derecho de defensa,
todo lo cual no puede acarrear la invalidez del proceso pues se
trataron de recaudos en el cumplimiento de la ley que no impidieron
su labor.
Este grupo de agravios se revelan entonces como
expresiones de disconformidad con el mérito o contenido de las
decisiones adoptadas, por lo que nos encontramos frente al caso de
absorción de la nulidad por apelación, pues dicho recurso es la vía
correcta mediante la cual debe encauzarse el reclamo, ocasión en la
cual habremos de explayarnos sobre las deficiencias de
argumentación que hemos advertido en el marco general y más
amplio que ofrece dicho recurso.
En cuanto a la nulidad pretendida respecto al origen y cadena
de custodia de los discos secuestrados, teniendo en consideración el
acuerdo al cual se ha arribado en autos respecto a la motivación que
llevará a adoptar la decisión de fondo corresponde diferir su
tratamiento hasta tanto se dé cumplimiento con los lineamientos que
se expondrán a continuación.
V. Análisis del auto de mérito.
En orden a resolver los agravios aludidos, y a fin
de dotar de mayor claridad expositiva a la decisión que se habrá de
adoptar, se hará una reseña desde los inicios de este proceso
instructorio en función de las conclusiones a las que fue arribando el
juez a lo largo de sus autos de procesamiento, lo cual, en consonancia
con los agravios expuestos por las defensas, dejará de manifiesto la
ausencia de elementos y falencias motivacionales que impiden de
momento homologar la decisión arribada por el magistrado de grado.

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Inicio y trámite del expediente. Hallazgo de las


memorias externas:
Las presentes actuaciones resultan ser un
desprendimiento del expediente FMP 88/2019 caratulado “D´Alessio,
Marcelo Sebastián y otros s/ asociación ilícita y otros” que tramitó
bajo la dirección del por entonces titular del Juzgado Federal de
Dolores, doctor Alejo Ramos Padilla, cuyo objeto se circunscribía a la
investigación de una organización criminal paraestatal que habría
llevado a cabo de manera estructurada y sostenida en el tiempo
numerosas actividades.
Fue en el marco de dicho proceso que el instructor,
en “vísperas de la declaración indagatoria del imputado P.” le
solicitó a la AFI el 30 de junio de 2020 (época para la cual ya se
encontraba intervenida conforme los Decretos 52/2019 y 540/20) que
remitiera “toda información disponible relativa a la creación,
funcionamiento, finalidades y tareas que desarrollaban las
denominadas bases AMBA, como así también las razones de su cese.
En particular, deberá aportar -si esto fuera posible- documentos
relativos a su creación, a posibles convenios con el gobierno de la
provincia de Buenos Aires, protocolos de actuación, organigramas
internos, sedes o lugares físicos en los que funcionaron, etc. y
cualquier otra información que pudiera resultar útil en el marco de
esta investigación” (fs. 146 del Legajo de Prueba reservado FMP
88/2019/92).
Así, el día 7 de julio de ese año la Interventora
Cristina Caamaño Iglesias Paíz remitió mediante el Informe AFI 1309
“dos discos externos con información hallada en el marco de la
intervención decretada por el Poder Ejecutivo Nacional (Dto.
52/2019 y 540/2020) los que contienen información que podría ser de
interés para vuestra investigación” en un bolsín de seguridad con
precinto n° 1811990 y constancias de las actuaciones internas

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vinculadas a su resguardo físico, así como también una carpeta
identificada como “Documentación Delegación AMBA” con copias
de diversas resoluciones vinculadas a la creación de las “Bases
AMBA” (como ser la Res. AFI n° 558/17 mediante la cual con fecha
05/04/17 se aprobó su nuevo organigrama y sus anexos), actuaciones
relativas al hallazgo y análisis de aquellas memorias externas (expte.
n° 4854/20 -actuación preliminar n° 1542), así como también actas e
inventarios relativos al cierre de tales delegaciones (fs. 154/9 del FMP
88/2019/92)
El día 13 de ese mes, y a fin de contar con una
copia segura para acceder a la información digital remitida sin alterar
de ningún modo la integridad de los dos dispositivos, el juez remitió
el bolsín cerrado a la Dirección General de Investigaciones y Apoyo
Tecnológico a la Investigación Penal de la Procuración General de la
Nación (DATIP), y le solicitó procediera a la realización de imágenes
forenses y a su posterior indexación, recuperando los archivos que
hubieran sido borrados por el usuario, así como también se realice un
“análisis de tiempo” para conocer las últimas fechas de acceso y
modificación de los discos en cuestión (fs. 160 del FMP 88/2019/92).
Una vez recibido el Legajo DATIP n° 6629 se
agregaron las actuaciones al incidente FMP 88/2019/132, creado a los
efectos de instruir de modo separado la hipótesis delictiva vinculada a
las “Bases AMBA”, y dispuso el magistrado ese 7 de agosto que se
reserven los discos externos originales y la creación de un equipo de
investigadores de la judicatura a su cargo que procedió a compulsar
los discos destino D1 y D2, que contenían la copia segura de la
información extraída por la DATIP, con el objeto de relevarla,
clasificarla y distinguir los elementos de prueba jurídico-penalmente
relevantes para la presente investigación de aquella otra información
relativa a otras posibles investigaciones judiciales y/o labores de dicha
Agencia vinculadas a la ley nacional de inteligencia cuya reserva
resultaba legalmente necesaria, obrando glosado a continuación el

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pertinente informe (fs. 289/310, 311/4 y 315/449 del expte. FMP


88/2019/132).
Dicho ello, y del estudio de las copias del
expediente n° 4854/20 -actuación preliminar n° 1542- remitido por la
AFI, corresponde efectuar ciertas ponderaciones respecto las
circunstancias retro reseñadas que, como ya se adelantara, si bien no
tornan inválido el material hallado y valorado por el a quo, sí afectan
directamente el valor probatorio que se les pretende otorgar,
deviniendo necesario despejar las dudas planteadas por las defensas
respecto su origen y garantía de no haber sido alterados a fin de dotar
de una base sólida, y respetuosa de los derechos de los imputados, a
las acusaciones cursadas en los autos bajo análisis.
En primer lugar, se advierte que, no obstante haber
sido requerido en reiteradas ocasiones por las partes, la AFI no
cumplió aún con el pedido de desclasificación y posterior aporte al
Tribunal del mentado expediente vinculado con el hallazgo,
manipulación, reserva y tratamiento de custodia de los discos de
memoria externa oportunamente aportados, cuya producción resulta
relevante tanto para el adecuado ejercicio de defensa como para la
correcta dilucidación de los hechos.
Tal como lo sostienen las defensas, el acta en que
se habría instrumentado el hallazgo de los dispositivos electrónicos se
encuentra testada casi en su totalidad, no pudiendo extraerse ninguna
información que permita responder los interrogantes planteados
acerca de quién o quiénes y en qué circunstancia de modo, tiempo y
lugar hallaron las dos memorias en cuestión “en el piso 6 de 25 de
Mayo 11 - CABA”, o cuál fue el derrotero interno y cómo se los
conservó luego, como así tampoco de qué manera y con qué
resguardos se procedió a analizar y extraer la información contenida
en ellos.
La carpeta con actuaciones en copia remitidas
mediante el Informe AFI 1309 consta de tres partes. En la primera

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sección caratulada “Documentación Delegaciones AMBA” se
aportaron copias de la Resolución AFI n° 558/17, sus Anexos y
restantes resoluciones relativas a la locación de los inmuebles donde
se emplazarían las bases creadas.
La tercera sección titulada “Documentación
Delegaciones AMBA” contiene copias de las actas labradas en
oportunidad de la recolección de credenciales de los agentes y
elementos pertenecientes a las Delegaciones Haedo, Ezeiza, San
Martín y Pilar, todas del día 19 de diciembre de 2017, y por último de
la Delegación Morón sin fecha ni firmas.
Por su parte, y en lo que en este punto concierne,
se encuentra la segunda sección titulada “Actuaciones Internas
Discos” que consta de copias de la actuación preliminar n° 1452.
Conforme se observa, la misma se inició con un acta que reza
textualmente: “En la ciudad de Buenos Aires, a los 24 días del mes de
enero del 2020, siendo las 13:00 hs., en la sede Central de la Agencia
Federal de Inteligencia, sita en la calle 25 de Mayo 11, C.A.B.A., y en
presencia de los testigos (nombre testado) y (nombre testado) se
(resto de la carilla testada).
En tal sentido, también se observan:
Una carpeta negra sin denominación (resto de la carilla y la
siguiente testadas en su totalidad)
- “G20 2018” (resto de la carilla testada)
- Caja denominada AMBA en cuyo interior se encuentra diversa
documentación identificada de la siguiente forma: un sobre cerrado
denominado “Dir. Cicia.”, dos discos externos con “back up info
computadoras AMBA” (resto de la carilla y dos últimas carillas
testadas)”.
A continuación, luce un acta mediante la cual con
fecha 3 de febrero del 2020 le hacen entrega del material hallado a un
nombre que se encuentra testado, representado por otro nombre

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testado, quienes firmaron al pie comprometiéndose este último al


resguardo de la información entregada.
De seguido obra otra acta de ese mismo día donde
se indica que “en la sede de la (testado) se procede al resguardo del
material recibido en el día de la fecha en la oficina de la mencionada
dirección, bajo llave de seguridad. En relación a los dos (2) discos
externos, se procede a resguardar en bolsín con precinto de
seguridad Nro. 1381871, resguardándose todo lo recibido en una
oficina de esta dirección, bajo llave (Firma testada)”.
A foja siguiente obra otra acta dejando constancia
que “a 15 día del mes de abril de 2020, (testado) procede a la entrega
del bolsín con precinto de seguridad Nro. 1381871, a la (testado)
para el correspondiente análisis forense (firmas testadas)”.
A los 4 días del mes de junio, conforme se
desprende de la constancia agregada de seguido, se procedió a la
apertura del bolsín a fin de proceder al análisis de los discos, obrando
finalmente un informe con firma testada en el cual se hizo saber que
“contenían el backup de varias computadoras que se encontrarían
ubicadas en diferentes bases de la Agencia Federal de Inteligencia
denominadas (Base Ezeiza, Base Haedo, Base La Matanza, Base
Pilar, Base Quilmes, Base San Martín). El análisis forense se realizó
siguiendo los criterios mínimos para el análisis de información
obtenida de medios de almacenamiento de datos efectuado en el
marco de la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia. En
tal sentido, se procedió de la siguiente manera:
A) El día 4 de junio se procedió a verificar si los discos contenían
información. Para ello, se utilizaron técnicas de recuperación de
información;
B) El día 5 de junio se analizó la información contenida,
incluyendo también la recuperada. Se detectó que los discos
contenían información organizada en carpetas que referenciarían
diferentes bases de la Agencia ubicadas en la región AMBA.

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C) El mismo día se procedió a realizar un análisis superficial de
la información hallada: informes de contenido político, fotografías
varias que darían cuenta de los diferentes operativos efectuados,
fichas de personas, documentación administrativa, entre otros.
A fin de resguardar la correspondiente cadena de
custodia, se procedió a colocar otro precinto de seguridad (Nro.
1811990) al mismo bolsín que se recibió (Firma testada)”
Siendo esa la última actuación glosada se infiere
que a partir del 10 de junio de 2020 no se adoptó ningún otro
temperamento con respecto a ambos discos y su contenido, y que
habrían permanecido en poder del responsable del área a cargo del
análisis hasta que fue aportado al juzgado a cargo del juez Ramos
Padilla en respuesta a una solicitud del día 30 de ese mes donde se le
requirió a la Interventora de la AFI tengan a bien remitir “toda
información disponible relativa a la creación, funcionamiento,
finalidades y tareas que desarrollaban las denominadas bases
AMBA”.
La prueba así expuesta permite avalar lo plasmado
por las defensas en cuanto a que se carece de información necesaria a
fin de lograr completar todo el recorrido que habrían seguido los
documentos relevados desde su presunta creación en el período 2016-
2017 en las diversas computadoras ubicadas y utilizadas por personal
de las Bases AMBA hasta su recolección con motivo del cierre de las
delegaciones en diciembre de 2017, y desde allí hasta su hallazgo tres
años después en una oficina y por personal de la AFI que se
desconoce, dentro de dos discos externos, desconociéndose también
cómo fue el proceso de recolección en cada base, y por qué y cómo
fue que aparecieron todos los archivos unificados en esos dos discos.
No escapa al Tribunal que una vez recibidos en
Secretaría los mentados discos, el procedimiento seguido en cuanto al
resguardo de la cadena de custodia no ofrece reparos. Pero ello no
permite despejar los interrogantes planteados acerca del contenido de

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los mismos; saber dónde, por quién y cuándo fueron creados; o


establecer si sufrieron modificaciones a fin de su atribución penal a un
sujeto determinado, cuestiones todas estas que debieron haber sido
analizadas y evacuadas mediante el pertinente peritaje técnico
encomendado por los apelantes.
El mismo magistrado puso de resalto esta
circunstancia, relativa a la capacidad de alteración de este tipo de
documentos word y excel, al requerirle a la DATIP la realización de
imágenes forenses a fin de contar con una copia segura para acceder a
la información digital remitida sin alterar de ningún modo la
integridad de los dos dispositivos. Si bien dicha tarea bastó para dar
certeza de su fidelidad de ahí en adelante, no alcanza para brindar la
evidencia que esta instancia requiere respecto de su pasado.
Surge del legajo que en esa misma ocasión el juez
le solicitó también a esa dirección que realice un análisis de tiempo
para conocer las últimas fechas de acceso y modificación de los discos
en cuestión, respondiendo en su mentado informe glosado a fojas
289/310 del legajo FMP 88/2019/132 que “se puede observar una
última fecha de acceso el día 04/06/2020, coincidente con lo
mencionado en la foja 144 del documento “Actuaciones Internas
discos”, de donde se desprende que se realizaron operaciones
técnicas (…) Para un análisis más detallado de los metadatos de
acceso, modificación y creación, será necesario realizar un informe
ampliatorio, con un análisis más exhaustivo sobre las imágenes
forenses”.
Queda así expuesta la circunstancia de que no se
efectuó ninguna diligencia eficaz tendiente a determinar la integridad
física del contenido de aquellas memorias para poder afirmar que no
fue manipulado tanto previo como luego de su hallazgo en la sede de
la AFI y, en caso negativo, dejar en evidencia cuáles fueron aquellas
modificaciones.

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Lo así expuesto no hace más que resaltar la
imperiosa necesidad de contar en la pesquisa con un estudio de
especialidad que siente bases firmes respecto el origen, creación,
modificación, conservación, autoría y acceso a los archivos en
cuestión, y sobre las cuales poder tanto acusar como defenderse de un
modo respetuoso de las garantías procesales, viéndose así afectada
cualquier valoración efectuada por el instructor al pretender confirmar
la hipótesis inicial y motivar las responsabilidades atribuidas a los
encausados -hasta el momento sustentadas casi exclusivamente en
base a los informes referenciados-, no bastando las referencias
efectuadas a los códigos con los que se individualizaron las
computadoras recolectadas en algunas de las bases.
Puede resultar relevante también en este punto
contar con el testimonio del personal de Contrainteligencia que
participó del cierre de las bases y retiró los elementos allí obrantes a
fin de clarificar el camino que siguieron los archivos que hoy
conforman sustancialmente el fondo documental y que fueron
hallados luego de tres años en una oficina junto con un sobre que
rezaba “Dir. Cicia.”.

Resolución del 26 de agosto de 2020. Fija indagatorias a


P. P. y R. B.. Solicita a la AFI documentación Bases Históricas.
Sentado ello, y siguiendo en modo cronológico con
la instrucción desarrollada, encontramos al auto a través del cual el
juez luego de efectuar una reseña de los antecedentes relativos a la
obtención de la información asociada a las “Bases AMBA” y las
pruebas aunadas al momento, concluyó que “1) el despliegue del
aparato de inteligencia en la Provincia de Buenos Aires se
encontraba compuesto por las seis Bases AMBA y, además, por las
tres bases históricas de la AFI en esa provincia ubicadas en las
ciudades de La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, anteriormente
dependientes de la Dirección de Reunión Interior; 2) que todas ellas,

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al menos durante el período comprendido entre abril y diciembre de


2017, estuvieron bajo la órbita de la Dirección de Reunión Provincia
de Buenos Aires, a cargo de P. P. y; 3) que todas ellas habrían
realizado labores de inteligencia prohibidas, recopilando
información de ciudadanos por el solo hecho de su opinión política, o
de adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales,
sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales o culturales (art.
4 inc. 2 de la ley 25.520)” (fs. 450/68 del expte. FMP 88/2019/132).
En base a ello, luego de efectuar una valoración de
las normas legales que observó afectadas mediante la actuación de
aquellas delegaciones, consideró que existían elementos suficientes
para ampliar la indagatoria de P. P. y R. B., sosteniendo la necesidad
de que los sucesos ilícitos en cuestión tramiten por separado bajo el
Legajo de Prueba n° 132 del expediente FMP 88/2019 “a los fines de
garantizar la reserva pertinente y por un mejor orden procesal”.
Dispuso también correr vista al Señor Fiscal a fin
de que compulse la documentación e impulse la acción, al mismo
tiempo que ordenó una serie de medidas que consideró urgentes
tendientes a hacer cesar la presencia de datos sensibles en los registros
de la Agencia y a profundizar la investigación a fin de recabar
mayores elementos probatorios que pudieran hallarse en poder de la
AFI, vinculados al despliegue llevado adelante en la provincia de
Buenos Aires, y poder determinar eventuales responsabilidades.
En primer lugar, elevó una orden de presentación a
la Interventora de la AFI en los términos del artículo 232 del código
procesal a fin de que haga entrega de forma urgente de toda aquella
documentación en formato papel o digital que pudiera hallarse en las
Delegaciones Provinciales de La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca
y que pudiera contener información sensible de personas físicas,
recopilada durante el año 2017 mientras dependían orgánicamente de
la Dirección de Reunión de la Provincia de Buenos Aires, por el solo
hecho de su opinión política, o de adhesión o pertenencia a

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organizaciones partidarias, sociales, sindicales, comunitarias,
cooperativas, asistenciales, culturales o laborales (cfr. prohibición
establecida en el art. 4 inc. 2 de la Ley Nacional de Inteligencia).
En caso de hallarse documentación de tales
características, se le indicó a la interventora que la misma sea
analizada por personal especializado de la Agencia -como aquel que
forma parte del Programa de Protección de Registro y Archivo- a fin
de su sistematización y desclasificación, resguardando toda aquella
que no guarde interés investigativo para la causa y deba permanecer
en secreto, y remita un informe detallado en el que describan las
características de ese fondo documental, los metadatos y ruta de
acceso, las particularidades de su sistematización y el esquema
orgánico de su reporte a la superioridad.
A fojas 471/9 del Legajo de Prueba n° 132 obran
las constancias de la respuesta brindada por parte de la AFI junto con
la remisión de un pendrive, con toda la documentación recabada, que
se reservó (copias agregadas a fs. 440/8 del legajo de prueba FMP
8580/2020/1).
Recibido el requerimiento de instrucción por parte
del Agente Fiscal, el juez encomendó el día 2 de septiembre de 2020,
por un lado, la remisión del dispositivo electrónico de
almacenamiento recibido a la DATIP a fin de que efectúe una copia
de seguridad de la información allí contenida y, por el otro, en cuanto
a las medidas probatorias sugeridas por el acusador público, requirió a
la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y
Actividades de Inteligencia del Congreso de la Nación la remisión de
todo antecedente que pudiera registrar vinculado al funcionamiento y
cese de las denominadas “Bases AMBA”, teniendo presente de
momento las restantes proposiciones (fs. 480/91 y 492/3 del expte.
FMP 88/2019/132).
Aquí se insertan y cobran relevancia los agravios
de las partes que cuestionaron la falta de respuesta de las medidas que

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fueron específicamente encomendadas tanto por las partes como por


el instructor, y del hecho de que haya sido la propia AFI quien, por
indicación del instructor, seleccionó entre las bases de datos de las
Delegaciones Mar del Plata, Bahía Blanca y La Plata aquel material
que a su entender podría resultar delito circunscribiendo la búsqueda
solamente al período comprendido en el año 2017.
En este punto y siendo que tales bases funcionaron
tanto antes como después de la vigencia del proyecto AMBA se
advierte que el recorte temporal en el requerimiento generó la
imposibilidad de analizar el material completo de diferentes procesos
y poder así comprobar si hubo una modificación en los reportes
realizados antes y/o después de ese año 2017.
De todos modos, en sus considerandos el
magistrado refirió que de aquellas bases nadie retiró ningún elemento
o documentación cuando el proyecto llegó a su fin, por lo cual los
jefes tuvieron dominio de la documentación producida por sus agentes
con posterioridad, y que eso explicaría por qué en esos casos sólo se
contaba con aquellos documentos que circularon de algún modo por
otras dependencias, en referencia a los archivos hallados en los dos
discos externos referenciados en el apartado anterior, aplicando al
caso las consideraciones allí efectuadas.
Formación del presente expediente.
Procesamientos. Nuevas citaciones a indagatoria.
Con fecha 9 de septiembre del 2020 se les recibió
ampliación de su declaración indagatoria a P. G. P. y R. O. B. por los
hechos concretamente ventilados en el mentado Legajo n° 132 del
expediente FMP 88/2019, resolviéndose el día 23 de ese mes sus
procesamientos (ampliación en el caso de B.) por encontrarlos prima
facie penalmente responsables del delito de realización de acciones de
inteligencia prohibidas en carácter de coautores, en virtud de haber
obtenido información, producido inteligencia y almacenado datos
sobre personas, por el solo hecho de sus acciones privadas, u opinión

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política, o de adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias,
sociales, sindicales o comunitarias, y por la actividad lícita que
desarrollaban, así como en virtud de haber pretendido influir en la
situación institucional y política del país, en la vida interna de los
partidos políticos y en asociaciones y agrupaciones legales de
cualquier tipo; en concurso ideal con el delito de abuso de autoridad
de funcionario público en carácter de autores (art. 248 in fine del C.P.,
y art. 43 ter en función del art. 4 incs. 2° y 3° de la Ley 25.520, texto
según Ley 27.126).
En ese mismo auto el magistrado dispuso convocar
a prestar declaración indagatoria por tales sucesos a las autoridades de
la AFI Gustavo Arribas y Silvia Majdalani; a los coordinadores D.
S. y A. M.; y a los jefes de las “Bases AMBA” P. G., A. N., A. M.,
G. C. y J. L. F. al mismo tiempo que, en virtud de los distintos
estados procesales que atravesaban ambos tramos de la pesquisa,
ordenó formar una nueva causa con copias de dicho interlocutorio y
de todas las actuaciones que guarden vinculación con este línea
investigativa, declarando su conexidad atento las concretas
vinculaciones, la comunidad probatoria y por razones de identidad
subjetiva (fs. 12618/12789 del expte. FMP 88/2019).
Una vez formado el nuevo expediente bajo el
número y carátula de marras, se fueron llevando a cabo de modo
progresivo tanto las indagatorias referidas como así también la de los
restantes implicados, disponiéndose los procesamientos en orden a los
delitos ya referenciados de los nombrados previamente junto con los
titulares de las denominadas bases históricas R. H. B. y N. I. B. con
fecha 15 de diciembre de 2020 (Legajo de Apelación n° 27/CA17); de
N. D., E. R., M. P., que compartían oficina con el Director P. y
oficiaban de nexo con los delegados, con fecha 24 de febrero del 2021
(Legajo de Apelación n° 34/CA18); del delegado de la base histórica
Bahía Blanca G. C. también ese 24 de febrero (Legajo de Apelación
n° 35/CA19); de los agentes J. S., Z. R., O. G., D. D. S., R. B., N. S.,

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L. J., J. M. P., y S. L. con fecha 18 de junio del 2021 (Legajo de


Apelación n° 46/CA20); y de la agente M. G. con fecha 19 de agosto
2021 (Legajo de Apelación n° 48/CA21).
Para así resolver el magistrado afirmó en sus
resolutorios que cada uno desde su cargo y rol dentro de la AFI
ordenaron, coordinaron y/o realizaron de modo sistemático tareas de
inteligencia expresamente prohibidas por la Ley 25.520 y sus
modificatorias, y que mediante tales acciones se buscó influir en la
situación política e institucional del país y los partidos políticos.
Sostuvo que fue a dichos fines ilegales que el
Director General Gustavo Arribas creó y estableció en la provincia
de Buenos Aires, entre mediados del año 2016 hasta fines de 2017, las
denominadas “Bases AMBA” en las localidades de Ezeiza, Haedo
(Morón), San Martín, Quilmes, Pilar y La Matanza, a cargo de R. B.,
A. N., J. F., P. G., A. M. y G. C. respectivamente, las cuales, junto
con aquellas bases preexistentes ubicadas en La Plata, Mar del Plata y
Bahía Blanca, bajo el mando de R. B., N. I. B. y G. C., que pasaron a
depender orgánicamente de la también creada al efecto Dirección de
Reunión Provincia de Buenos Aires, a cuyo cargo se encontró P. G.
P., llevaron adelante acciones de inteligencia ilegal bajo la
coordinación tanto de D. S. y V. M., como de N. D., M. P. y E. R.,
que eran informadas periódicamente a la Subdirectora Silvia
Majdalani.
Que mediante el dictado por parte del titular de la
AFI, Gustavo Arribas, con fecha 5 de abril de 2017 de la Resolución
N° 558/2017, se modificó la estructura orgánica de la Agencia, y creó
formalmente la mentada Dirección y las seis nuevas delegaciones, que
ya se encontrarían activas desde abril de 2016, asignándole funciones
específicas y destinando importantes recursos económicos, técnicos,
tecnológicos, humanos y logísticos para llevar adelante las tareas aquí
achacadas.

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En la citada resolución Arribas estableció
específicamente que la primera función de la Dirección de Reunión
Provincia de Buenos Aires era la de “coordinar las tareas de las
Dependencias de la Provincia de Buenos Aires para optimizar el
funcionamiento del área”, así como también “obtener información en
el ámbito de su jurisdicción y mantener actualizada la situación base
primaria de los componentes político, económico y social” y
“planificar, dirigir y supervisar las actividades de reunión de
información que se requieran sobre los factores de poder político,
económico, psicosocial y en el componente científico tecnológico”.
Al momento de asignar responsabilidades por los
hechos pesquisados el magistrado sostuvo que Gustavo Arribas
debía responder penalmente por haber dictado una orden
manifiestamente ilegal a partir de la cual se orquestó el denominado
“Proyecto AMBA”, ordenando expresamente la realización de tareas
de inteligencia con orientación política al momento de disponer las
funciones específicas de la referida dirección y sus bases.
Refirió que Silvia Majdalani era quien se nutría
diariamente de la información de inteligencia reunida por las nueve
delegaciones y quien fijaba los objetivos ilícitos a abordar, impartía
las directivas generales y adoptaba las decisiones en base a la
información recopilada por esas bases, mientras que P. P. fue quien
coordinó la realización sistemática de las tareas de inteligencia y
almacenaje de los datos prohibidos por parte de las bases que
dependían orgánicamente de la Dirección a su cargo, y reportaba
diariamente a producido.
Con relación a los coordinadores entendió el
magistrado que debían responder penalmente por haber supervisado,
reportado y trasladado a las delegaciones provinciales bajo su órbita
las directivas ilícitas impartidas por la superioridad, encargándose de
coordinar la realización de las tareas de inteligencia ilegal prohibidas,

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procesar, analizar y reportar de modo ascendente la información


producida.
Finalmente, se les endilgó a los agentes haber sido
quienes elaboraron determinados informes, mientras que a los
delegados a cuyo cargo éstos se encontraban se les reprochó haberlos
organizado para dichos fines y el posterior reporte a la superioridad de
la información ilegalmente producida por éstos.
Ahora bien, sentado ello es que advertimos que nos
encontramos ante una deficiente atribución de responsabilidad, la cual
responde no solamente a las falencias ya referidas previamente en lo
relativo a la escasa contundencia probatoria que ofrecen de momento
los documentos recabados para apoyar la hipótesis delictiva trazada,
sino también al modo abstracto en que fueron efectuadas dichas
acusaciones mediante la utilización de términos genéricos como ser
“ordenar”, “permitir”, “planificar”, “dirigir”, “supervisar”, “realizar”
o “reportar” de modo sistemático tareas de inteligencia y almacenar
de datos de personas por su opinión política o su pertenencia a
organizaciones partidarias, sociales, sindicales o comunitarias.
Es que no se logra observar tanto en las
imputaciones cursadas al ser indagados como al momento de dictar
sus procesamientos cómo, cuándo y dónde cada uno de los
legitimados pasivamente llevaron a cabo las actividades que se
reputan ilícitas, lo cual resulta ser una consecuencia lógica de aquello
cuanto se puede extraer del compendio de archivos ponderados a lo
largo de los autos de mérito que no se encuentran firmados ni poseen
fecha cierta, y respecto de los cuales no se indagó si respondían a
simples síntesis de prensa o si poseían vínculo con posibles alertas de
seguridad o conflictividad social (“umbrales de riesgo” utilizados y
valorados por el propio magistrado) que permitiera desechar toda
intromisión ilegal en la privacidad de los ciudadanos.
Es por eso que se presenta harto necesario contar
con un peritaje que permita dilucidar también la computadora en la

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que se originó cada archivo achacado, y que no responda a las
características referidas previamente, así como también determinar a
quién y dónde estaba asignado cada equipo en la época de los hechos.
No se expusieron a lo largo de los considerandos
hechos concretos respecto los encartados, así como tampoco ni cuáles
fueron aquellas órdenes ilegales que habrían sido impartidas, ni
cuándo o cómo fueron trasladadas y coordinadas dentro de la
estructura jerárquica de la Agencia.
Tampoco se encuentra acompañada por elementos
objetivos la alegada finalidad de influir en la situación política, social
o económica del país o la provincia de Buenos Aires.
Entendemos que el instructor dio inicio a la
presente pesquisa abrigado por la premisa de que la creación de las
Bases AMBA respondió a la única y deliberada razón de orquestar un
plan sistemático de espionaje respecto del cual, en consecuencia, cada
una de las personas que estuvieron orgánicamente vinculadas a la
Dirección de Reunión formaron parte con cabal conocimiento,
debiendo responder penalmente por ello.
Fue así que contando únicamente con unas notas
periodísticas, lo manifestado por P. y B. en el marco del expediente
FMP 88/2019 y por diversos funcionarios al prestar declaración ante
la CBI sin las debidas formalidades jurisdiccionales, y con los
archivos aportados por la Interventora, con todas las falencias ya
relatadas, el magistrado fue recreando el organigrama de la Agencia
atribuyéndole a cada uno de los funcionarios vinculados a la
Dirección de Reunión, mediante la utilización de los verbos
previamente señalados, participación y responsabilidad en lo que
entendió se trataba de un engranaje destinado exclusivamente a espiar
gente.
De ese modo, se pretendió superar el análisis
objetivo al sostener que todos los informes elaborados por las bases
durante su existencia, que en realidad son el resultado de una

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preselección efectuada por el equipo de trabajo formado al efecto por


el a quo del universo de documentos habidos en los discos externos,
cuentan con una identidad de estructura, asuntos y objetivos a abordar
“que permiten identificar una matriz sistemática dispuesta por la
superioridad”.
Y todo ello, afirmó el juez, permitiría inferir que la
recolección de información respecto de aquellos objetivos no fue
azarosa sino que respondía a órdenes directas y específicas emanadas
de las máximas autoridades que se nutrían de los informes elaborados
formando así el ciclo de inteligencia, concluyendo que se habría
detectado la utilización de una categorización sistemática de la
información de inteligencia producida respecto de criterios
preestablecidos por la superioridad con el objetivo preponderante de
detectar en las actividades político-partidarias, sociales, sindicales y
comunitarias “eventuales riesgos para los intereses políticos de la
gestión gubernamental de turno”.
Se puede advertir de qué modo el resolutorio va
avanzando en el análisis mediante afirmaciones dogmáticas que no
hallan correlato en algún elemento probatorio concreto y contundente.
En lo que respecta a las bases históricas, por
ejemplo, dice el juez que los informes asignados a ellas si bien
parecen ser síntesis de prensa usan lenguaje parecido al de las Bases
AMBA por lo cual “no puede descartarse” la utilización de métodos
de espionaje directo e intrusivo. Se observa aquí la liviandad con la
cual escudado bajo el paraguas de la existencia de un plan sistemático
del cual todos los imputados formaban conscientemente parte, se
llevan adelante imputaciones por no poder descartarse que
efectivamente se hubieran utilizado métodos de espionaje intrusivo
que tampoco se indica cuál sería.
Con relación a la alegada falta de evacuación
suficiente de citas, y si bien en líneas generales siempre se ha
considerado que compete al juez, como director del proceso, evaluar

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la pertinencia y utilidad de las medidas de prueba propuestas por las
partes, podemos concluir en este caso que la premura con la que se
resolvieron las situaciones procesales con la mínima producción de
pruebas, quedando pendientes algunos resultados a fin de
convalidarlas o refutarlas, y el tenor de las diligencias que restan por
producirse, exigen que la pesquisa se profundice en los términos
planteados por las defensas.
Lucen pertinentes en esa senda aquellas medidas
solicitadas relativas a la producción de peritajes técnicos, establecer
entre el gran cúmulo de archivos recabados cuáles documentos tienen
información obtenida de redes públicas de acceso irrestricto o prensa,
y descartarlos como materia de imputación, así como recabarse las
copias de las resoluciones y modificatorias que aprobaron la
estructura orgánica de la Secretaría de Inteligencia en el período
2001-2015 y de la AFI hasta la actualidad, con foco en lo relativo a la
Dirección Reunión y a la Dirección Reunión Interior, aquellas
comunicaciones a la CBI con resoluciones orgánicas dispuestas entre
2015 y 2019 y la remisión oportunamente encomendada de todo
antecedente que pudiera registrar vinculado al funcionamiento y cese
de las denominadas “Bases AMBA”.
Corresponde también ahondar la pesquisa en
cuanto a aquello referido por distintas partes relativo a la disposición
legal que no permitía el archivo de documentación en las bases,
elevándose los informes a la Dirección sin quedar copias allí,
circunstancia que podría repercutir también en la imputación cursada
a I. B..
Por último, en cuanto a la situación de los agentes
J. S., Z. R., O. G., D. D. S., R. B., N. S., L. J., J. M. P., M. V. G. y
S. L., si bien presentan una situación que, de momento, puede ser
diferenciada en virtud de sus roles y el vínculo con quienes impartían
las directivas, del análisis de sus acciones se observa que no se

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encuentre acreditado en el caso el efectivo alcance de sus


intervenciones.
VI. El proceso penal, como procedimiento que
busca la reconstrucción histórica de un episodio, es un conjunto de
reglas que guía la recolección y análisis de los elementos que pueden
ser prueba constitucionalmente válida.
Si bien ello no se traduce en una certeza, que es
ajena a la instrucción, sí implica un juicio de probabilidad acerca de la
existencia de uno o varios hechos y de la intervención que en éstos le
cupo a cada imputado.
Lo adecuado entonces es que una decisión de
mérito refleje la progresión de la investigación, a lo largo de la cual el
juez debe dar cuenta de las diligencias ordenadas, de los resultados
obtenidos y de cómo ellos inciden en la corroboración de la hipótesis
planteada y su consecuente atribución de responsabilidades.
Si bien consideramos que las falencias
desarrolladas no bastan para invalidar a las resoluciones recaídas, no
se puede soslayar que contienen varios aspectos que merecen un
replanteo, así como también que aún restan medidas importantes por
producirse para esclarecer la totalidad de los hechos investigados y
sus posibles responsables.
Sentado todo lo expuesto, se puede concluir de la
lectura de los autos de procesamiento que, más allá de su profusa
extensión, exhiben un fundamento fáctico y probatorio insuficiente
para adoptar un temperamento incriminante que impide, de momento,
verificar de qué manera el juez llegó a decidir del modo en que lo hizo
pues prescinde de elementos incorporados a la causa y provistos de
relevancia para resolverla, omitiendo indagar cabalmente acerca la
verdad histórica y las concretas actuaciones que le cupo a cada
imputado.
Como ya dijimos y a riesgo de ser reiterativos,
resulta indispensable para el debido desarrollo de esta investigación

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contar con elementos vastos, suficientes y sólidos no solamente para
superar el juicio de contralor que en esta instancia somos llamados a
efectuar, sino también para dotar a la pesquisa de la contundencia que
se requiere en etapas ulteriores.
Así pues, entendemos que las falencias apuntadas
en los párrafos que anteceden conducen a revocar los autos de mérito
apelados y a la necesidad de que el a quo avance en los términos
indicados y dicte oportunamente un pronunciamiento donde se realice
un análisis integral de la prueba existente con aquella que se indicó
resta efectuarse, y resuelva la situación procesal de cada imputado en
base a una imputación clara, concreta y circunstanciada sobre la cual
estribar la acreditación, con el grado de probabilidad que esta
instancia exige, de los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal
escogido.
Hasta que no se agoten esas vías de examen,
debemos adoptar un criterio expectante razón por la cual, por los
fundamentos expuestos, corresponde revocar los procesamientos
dictados, postulando la falta de mérito para procesar o sobreseer a los
nombrados en el epígrafe.
En virtud de lo dicho, el Tribunal RESUELVE:
I. RECHAZAR el planteo de nulidad tratado en el
punto III de la presente y, respecto a los restantes, estar a lo señalado
en los considerandos.
II. REVOCAR los procesamientos de Gustavo
Héctor Arribas, Silvia Cristina Majdalani, P. G. P., O. B., V. A. M.,
D. A. S., P. O. G., A. S. N., A. M. M., G. E. C., J. L. F., R. H. B., N.
I. B., G. C., N. C. D., E. M. R., M. D. P., J. N. S., Z. L. R., O. R. G.,
D. O. D. S., R. D. B., N. M. S., L. O. J., J. M. P., S. M. L. y M. V. G.
y DISPONER la FALTA DE MERITO para procesar o sobreseerlos
(artículo 309 del Código Procesal de la Nación), debiendo el a quo
proceder conforme se expuso en los considerandos.

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Regístrese, notifíquese, hágase saber y devuélvase


a la anterior instancia vía sistema informático.

LEOPOLDO OSCAR BRUGLIA PABLO DANIEL BERTUZZI MARIANO LLORENS


JUEZ DE CAMARA JUEZ DE CAMARA JUEZ DE CAMARA

ANA MARIA CRISTINA JUAN


SECRETARIA DE CAMARA

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