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Los Incas
La cultura Inca (1.400 d.C.) fue la civilización más importante de Sudamérica.
La organización económica y la distribución de la riqueza, sus manifestaciones
artísticas y su arquitectura impresionaron a los primeros cronistas. Los Incas
adoraron a la tierra (Pachamama) y al sol (Inti). El Inca, soberano del
Tahuantinsuyo, se consideraba sagrado e hijo del sol, de ahí que las leyendas
del origen de los incas nos relaten que el sol envía a sus hijos (Manco Cápac y
Mama Ocllo o los cuatro hermanos Ayar y sus esposas) a fundar el Cusco,
ciudad sagrada y centro del Tahuantinsuyo. La expansión de los incas se
atribuye a su extraordinaria capacidad organizadora. La población tenía como
núcleo central, familiar y territorial, al ayllu, y al tener que alejarse por razones
laborales, no perdía los vínculos con éste. El Inca movilizaba grandes
cantidades de población como premio o castigo y así fue consolidando la
expansión, a la vez que se nutría de los conocimientos de las culturas que se
habían desarrollado anteriormente. El grupo de parentesco del Inca era la
panaca, que estaba integrada por los parientes y sus descendientes, con
excepción de aquel que se convirtiera en Inca y formara una nueva panaca.
Los cronistas españoles del siglo XVI señalaron que fueron trece sus
soberanos: desde el legendario Manco Cápac hasta el controversial Atahualpa,
quien perdió su vida durante la conquista española. El Tahuantinsuyo o Imperio
Inca logró extenderse hasta los actuales países de Colombia por el norte y
Chile y Argentina por el sur, incluyendo totalmente los territorios de Bolivia y
Ecuador. Los miembros de las panacas eran los nobles Incas, encabezados
por el soberano. El poder de las panacas y del Inca es tangible en todo el
Tahuantinsuyo, pero es en la arquitectura cusqueña que alcanza su esplendor:
el Koricancha o Templo del sol, las fortalezas de Ollantaytambo y
Sacsayhuamán y, sobre todo, la ciudad de Machu Picchu.
La tradición serrana
Organización social
Lauricocha
Se trata de cuevas y yacimientos al aire libre, situados a unos 4 mil metros sobre el nivel
del mar, en las nacientes del río Marañón, en Huánuco. Los restos óseos más antiguos
de Lauricocha están fechados entre el año 6000 y 7000 a.C.
Fases. En la primera se hallaron pocas puntas foliáceas y cuchillos bifaciales de tipo
hoja de sauce, junto con otras de forma triangular y de base recta, abundantes cuchillos
bifaciales y raspadores. La tercera se caracteriza por utensilios más pequeños. En las
fases tardías hubo preferencias por el consumo de camélidos, mientras que se eligió a
los cérvidos en las fases tempranas.
Entierros. Se hallaron once entierros en las cuevas. Cuatro son de adultos enterrados en
posición lateral flexionada. Augusto Cardich interpretó algunos artefactos líticos y
huesos quemados como ofrendas asociadas a niños. Se sabe que eran individuos de
cabeza alargada y cara medianamente ancha.
Es una cueva ubicada a unos pocos kilómetros al sur de Yungay, a 2580 metros de
altitud. Alrededor del año 9700 a.C. el hombre llegó al Callejón de Huaylas. En esta
época los glaciares se habían extendido, por lo que no se podía vivir en las zonas altas
durante largos periodos. En estas zonas se descubrieron algunos lugares vinculados a
la cacería, pero los hombres buscaron zonas más cálidas para complementar el ciclo
anual de subsistencia.
Economía. Los hombres vivían en la cueva de Guitarrero solo una parte del año,
durante la cual recolectaban plantas de los alrededores, según lo demuestran los restos
botánicos hallados en la cueva. Al finalizar la estación lluviosa, el grupo se desplazaba
a los campos altos, donde realizaban otras actividades, como la caza. Este tipo de
economía se mantuvo desde los niveles más tempranos de la cueva hasta los fechados
en el 4000 a.C.
Alimentación. Además de los vegetales, la dieta de quienes habitaron la cueva incluyó
camélidos y cérvidos, así como una variedad de pequeños animales, como la vizcacha,
el zorro, el conejo y aves.
Telarmachay
En las alturas de San Pedro de Cajas, a más de 4400 metros de altitud, se encuentran
una pequeña cueva conocida como Telarmachay. Se estima que los primeros habitantes
de esta zona llegaron 7 mil años a.C., cuando se retiraron los hielos y aumentaron las
lluvias. Los artefactos de piedra hallados en esta cueva son abundantes y muy diversos.
Domesticación de camélidos. Los camélidos constituyeron el principal alimento de
estos pobladores, a juzgar por la gran cantidad de restos encontrados en la zona
pertenecientes a estos animales. Los hallazgos realizados muestran un gran número de
restos de fetos y nonatos de camélidos correspondientes al cuarto milenio antes de
nuestra era, lo que ha sido interpretado como el resultado de la existencia de
enfermedades en los corrales. Esto sugiere que había empezado su domesticación.
Preparación de alimentos. Se ha obtenido amplia información sobre diversos procesos
técnicos realizados para la preparación de alimentos y la fabricación de utensilios. Los
fogones evolucionaron hasta parecerse a las actuales pachamancas. Las rocas era
enterradas en ceniza, para deshidratarlas gradualmente y mejorar así sus propiedades
para tallarlas. En cuanto a la preparación de las pieles usaron el ocre rojo para evitar la
putrefacción.
Primeras plantas domesticadas
Años Alimento
8000 – 6000
El pallar y el zapallo
a.C.
6000 – 4000
El maíz
a.C.
2500 – 1500
La achira
a.C.
Años Alimento
6000 –
La calabaza
4200 a.C.
4000 – El maíz, palto, maní, pacae, yuca, guayabo, ají, dos especies de zapallo,
2500 a.C. lúcumo, algodón y la chira.
A partir del año 6000 o 7000 a.C., el hombre es marcadamente dependiente de los
camélidos. La construcción de corrales y la formación de las primeras sociedades de
pastores debió de ocurrir a comienzos del año 4000 a.C. Por esta fecha el cuy y el pato
debieron ser también domesticados.
La domesticación de todos estos elementos naturales, según cambios climáticos en los
Andes, hacia el año 7000 a.C. Esto ocurrió especialmente en la sierra norte (cueva
Guitarrero), el primer sitio de América donde se domesticó el maíz.
Para que esto fuese posible, los primeros habitantes andinos variaron el cauce del agua,
para que llegara a tierras no cultivables. Los antiguos pobladores realizaron estos
cambios preservando el entorno natural.
Como los demuestran los hallazgos de Caral, pobladores de neolítico asentados en zonas
costeras lograron dominar el mar y obtener de él gran cantidad y variedad de productos
alimenticios.