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La Pornomiseria

La pornomiseria es un concepto acuñado en 1978 por los cineastas colombianos Carlos Mayolo y
Luis Ospina, que lo pusieron en práctica con un devastador “falso documental” llamado “Agarrando
Pueblo”.
Ospina y Mayolo, en su manifestos de la Pornomiseria, señalan que esta búsqueda de
documentalistas y directores de cine dispuestos a contar historias de pobreza y miseria, han
pervertido la idea del cine de denuncia social por la implacable maquinaria del mercado. Es decir, la
miseria se ha convertido en una mercancía demandada y codiciada que tiene un séquito de
consumidores y por tanto, es un producto que hay que vender.

Pero pornomiseria no es cualquier película que hable de violencia o marginalidad, pues el


tema no es la única condición para que se considere como tal. El asunto definitivo que
decide si una película es o no pornomiseria es el tratamiento que se le da a esos temas, la
forma como el director los mira, es decir, su ética a la hora de abordarlo. El problema es
cuando esa realidad es mirada desde el asombro o la indignación, y tratada de forma
sensacionalista, sólo para impactar y llamar la atención, para asombrar al espectador de la
misma forma en que el realizador en su ignorancia, en su papel de fisgón amarillista, se
acercó a esa realidad.
Más tarde, el llamado Grupo de Cali, y especialmente los integrantes Carlos Mayolo y Luis
Ospina, unen la palabra “porno” y “miseria”, como un chiste y de este modo se convierte
también en una crítica a este tipo de cine. Estos dos cineastas realizaron el
documental Agarrando Pueblo, una parodia de Gamín, una especie de falso documental
donde se representan las puestas en escena y el acoso de la gente de la calle sin
escrúpulos, sin censura y sobretodo sin respeto. Igualmente, se muestran temas que
revelaban la exclusión, las diferencias de clase, pero sobre todo la manera en que estas
situaciones eran ocultadas. Estos dos directores no se inscribieron en ninguna corriente
del llamado Nuevo Cine Latinoamericano, y declararon abiertamente no pertenecer a
ningún partido político. Sin embargo, en sus películas, y específicamente en la selección y
tratamiento de los temas, se puede ver el compromiso de hacer del cine un espacio de
conciencia y conocimiento de la propia realidad.

La Pornomiseria
La pornomiseria es un concepto acuñado en 1978 por los cineastas colombianos Carlos
Mayolo y Luis Ospina como crítica a la deformación que hubo del cine independiente,
pues en un inicio se mostraba la pobreza desde un punto crítico y analítico, pero después
fue mostrado desde una perspectiva amarillista o sensacionalista porque era un contenido
que se vendía mucho en Europa. Estos cineastas realizaron un falso documental llamado
“Agarrando Pueblo” en el que muestran cómo se manejaban estas producciones en donde
de alguna forma utilizan a las personas y la situación en la que se encuentran para
grabarlos y lucrarse con esto.

Ejemplo: Gamín (1977) Documental


https://www.youtube.com/watch?v=l4eEp2eHDVI
En Colombia, la palabra gamín se refiere a un niño indigente que habita en las calles. De esos
que tienen reputación de ser ladrones y viciosos.

 La sierra (Margarita Martínez, Scott Dalton, 2005)


https://www.youtube.com/watch?v=j2qWvrWKTAQ

Agarrando Pueblo fue una respuesta hacia las películas donde no se


estudiaba la causa de la marginación, degradación de la gente ni sus
consecuencias. Estaban repletas de retratos superfluos: personajes
irracionales viviendo de manera “excéntrica”, hasta cierto punto, felices
en un ambiente sucio, miserable, violento. Difícilmente, la pobreza será
motivo de felicidad. Otro rasgo característico de estos filmes es la voz en
off que suele sustituir las voces de las personas; no escuchamos sus
pensamientos u opiniones, su voz está acallada, filtrada. En su lugar,
participa la voz de un narrador, quien insinúa que los pobres son los
culpables de su condición, ya sea por ignorantes, perezosos o porque
crecieron en familias violentas. Una película que encarna aquellos
estilismos de Porno-miseria es Gamín (1977), documental dirigido por
Ciro Durán; retrata la trágica vida de los niños de la calle. Los vemos
divertirse, sufrir, robar para sobrevivir. Sin embargo, las escenas parecen
puestas casi preciosistas, más que demostrativas. La pobreza y la
violencia que han sufrido los niños callejeros no son estéticas ni
románticas.
¿Por qué, entonces, no es pornomiseria una película como “La mujer del animal”? Porque
en ella no existe la pretensión de lucrarse económicamente de las miserias que
arrastramos los colombianos que son representados, en este filme, por un grupo
poblacional de condiciones vulnerables; claramente, el animal es un campesino sin
educación que ha violado todas las normas de convivencia posibles, tal vez porque esa
posición es una forma de sublevación hacia un orden político que no le inspira confianza.

Un documental clásico colombiano llamado “Gamín” de Ciro Durán es un ejemplo de la


pornomiseria audiovisual que proliferó en ciertos años en Colombia con el único fin de
obtener dinero por este tipo de obras. De los europeos y norteamericanos que pagaban
altas sumas por las películas vendidas aquí por unos cuantos, ciertos directores enfocaron
todos sus esfuerzos en realizar cuadros amañados de una realidad fragmentada por la
pobreza material y espiritual de Colombia.

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