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República de Colombia

Corte Suprema de
Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACIÓN LABORAL

Magistrada Ponente: ISAURA VARGAS DIAZ

Radicación No. 21814

Acta No. 84

Bogotá, D.C., trece (13) de octubre de dos mil

cuatro (2004).

Resuelve la Corte el recurso de casación

interpuesto por el apoderado de RAFAEL DE JESÚS VARGAS

TRUJILLO contra la sentencia dictada el 28 de marzo de 2003 por la

Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, en

el proceso promovido contra la EMPRESA DE ACUEDUCTO Y

ALCANTARILLADO DE BOGOTÁ ESP.

I. ANTECEDENTES

RAFAEL DE JESÚS VARGAS TRUJILLO, instauró

demanda ordinaria laboral para que la EMPRESA DE ACUEDUCTO Y

ALCANTARILLADO DE BOGOTÁ ESP., fuera condenada, previa


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Corte Suprema de 2 Expediente 21814


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declaratoria de despido injusto, a reintegrarlo “al cargo de JEFE DE

DIVISIÓN NIVEL 020 DE LA ADMINISTRACIÓN DE SUELDOS Y

PRESTACIONES o a otro de igual o superior categoría y

remuneración”, (folio 3 cuaderno 1); que como consecuencia de lo

anterior se le reconozca y pague los salarios, primas, auxilios,

prestaciones sociales y demás emolumentos dejados de devengar

desde el 4 de diciembre de 1995, hasta la fecha en que se produzca

su reintegro; que los conceptos salariales y prestacionales se

incrementen con base a los índices de precios al consumidor

certificados por el DANE.

De manera subsidiaria, a pagarle indemnización

por despido unilateral por parte del patrono, sin justa causa, de

acuerdo a la Convención Colectiva vigente para la época en que se

produjo la terminación del contrato y la indemnización moratoria

originada por el no pago oportuno de las cesantías y demás

prestaciones sociales causadas de conformidad con el decreto 797

de 1949, a partir del día 91 posterior a la terminación del contrato

de trabajo, en razón de un día de salario por cada día de retardo, de

acuerdo al último salario.


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Corte Suprema de 3 Expediente 21814


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Fundó sus pretensiones en que estuvo vinculado

laboralmente a la demandada mediante contrato de trabajo a

término indefinido desde el 2 de julio de 1985, hasta el 25 de

octubre de 1995; que el último cargo desempeñado fue de Jefe de

División nivel 020 de Administración de Sueldos y Prestaciones, con

una asignación mensual promedio de $1´426.986.20; y que era

beneficiario de la convención colectiva de trabajo.

Así mismo aseveró, que en vigencia del contrato

individual de trabajo, fue designado por el Gobernador del Huila,

como Secretario General de la Gobernación de ese departamento,

mediante Decreto 01 de 1995; que por lo anterior, solicitó permiso a

la accionada para desempeñar dicho cargo, mediante la figura

jurídica de la suspensión del contrato de común acuerdo; que

mediante oficio 4194 del 6 de enero de 1995, la EMPRESA DE

ACUEDUCTO Y ALCANTARILLADO DE BOGOTÁ, “le otorgó (...) el

PERMISO solicitado” (folio 5), a partir del 10 de enero de 1995 por el

tiempo que demandara el ejercicio de las funciones del cargo para el

que fue designado; que a consecuencia de lo anterior tomó posesión

en el cargo aludido el 11 de enero de 1995, en el cual permaneció

hasta el 3 de diciembre del mismo año; que mediante oficio 4427 del
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Corte Suprema de 4 Expediente 21814


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8 de marzo de 1995, la accionada, a través de su gerente, le

comunicó la terminación del permiso otorgado, ordenándole

reintegrarse el 21 de marzo del mismo año.

Afirmó, que mediante escrito del 17 de marzo de

1995 comunicó a la accionada, que no podía dar por terminado de

manera unilateral el permiso otorgado mediante la suspensión del

contrato por mutuo acuerdo, por lo que continuó ejerciendo las

funciones en el cargo de la Gobernación del Huila hasta el 3 de

diciembre de 1995; por lo anterior, la accionada dispuso a través de

oficio 6000-95 del 24 de marzo de 1995, iniciar investigación

disciplinaria en su contra por no haberse reintegrado a su cargo; que

la investigación mencionada se adelantó por un funcionario de

inferior jerarquía a la suya, la cual se realizó entre el 24 de marzo de

1995 y el 4 de mayo del mismo año, contraviniendo a lo dispuesto

en el artículo 48, literales b y d de la Convención Colectiva de

Trabajo; (folio 7 ibídem); por lo que interpuso el recurso de súplica,

que le fue resuelto de manera adversa; que la empresa le aplicó el

reglamento interno de trabajo, “que estaba por fuera de lo pactado

en la Convención Colectiva de Trabajo” (folio 7).


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La EMPRESA DE ACUEDUCTO Y ALCANTARILADO

DE BOGOTÁ – ESP, al contestar la demanda aceptó como extremos

de la relación laboral: del 2 de julio de 1985 hasta el 10 de enero de

1995, fecha en que se concedió el permiso; además aceptó, que el

trabajador fue designado para desempeñar el cargo de Secretario

General de la Gobernación del Huila; que otorgó permiso al

trabajador para desempeñar el cargo para el cual había sido

designado, quien tomó posesión el 11 de enero de 1995; que dio por

terminado el permiso de trabajo con base en las acciones judiciales,

de tutela y de Procuraduría, “que hicieron aconsejable para la

Empresa de Acueducto y para el demandante eliminar la situación

que las generaba” (folio 48); que el demandante le comunicó que el

permiso no podía suspenderse de manera unilateral y continuó en el

ejercicio del cargo hasta el 3 de diciembre de 1995, sin reintegrarse

en la fecha prevista como se le indicó en la terminación unilateral del

permiso; por lo que se le inició investigación; que el demandante

interpuso recurso de súplica el cual le fue resuelto adversamente.

Respecto a los demás hechos manifestó no ser ciertos o solicitó que

se probaran. Propuso las excepciones que denominó “Falta de

jurisdicción y competencia”, “Caducidad de la acción de reintegro”,


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“Pretensión contra legum”, “Inexistencia de las obligaciones

demandadas” y “la genérica” (folios 52 a 55 ibídem).

Mediante fallo de 20 de junio de 2001, el Juzgado

Trece Laboral del Circuito de Bogotá absolvió a la EMPRESA DE

ACUEDUCTO Y ALCANTARILLADO DE BOGOTÁ “de todas las

peticiones incoadas en su contra” (folio 329); declaró no probada la

excepción de inexistencia de la obligación; e impuso costas a la

parte demandante.

II. SENTENCIA DEL TRIBUNAL

La alzada se surtió por apelación de la parte

demandante y concluyó con la sentencia impugnada en casación,

por medio de la cual el Tribunal Superior del Distrito Judicial de

Bogotá confirmó “en todas sus partes” (folio 370) la decisión del a

quo e impuso costas a la parte demandante.

En lo que atañe con el recurso de casación cabe

decir que el Tribunal en su convicción, encontró demostrado con

base en el literal b) del artículo 48 de la convención colectiva de


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Corte Suprema de 7 Expediente 21814


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trabajo, la existencia de un procedimiento para la aplicación de

sanción disciplinaria; y que el artículo 46 ídem, para efecto de la

calificación de las faltas, remite a los artículos 75 y parágrafo del 77,

del reglamento interno de trabajo.

Con base en lo anterior consideró el Tribunal, que

al prever el régimen disciplinario que las faltas graves son justa

causa de despido sin previo aviso, no está obligado el empleador, a

agotar procedimiento alguno.

Sin embargo, sostuvo el Tribunal, de los

documentos de folios 13 a 27, 29 a 41, 44, 47 y 60 del cuaderno

principal, la resolución 481 del 10 de octubre de 1995, vista de folios

13 a 41 del cuaderno anexo 2 y el folio 66, se evidencia, que la

empleadora se ciñó estrictamente al procedimiento convencional;

concluyendo, que “la parte demandada no solamente demostró que

agotó el procedimiento disciplinario en legal forma, sin que fuera

necesario debido a la gravedad de la falta cometida por el

trabajador, sino que la causal invocada constituye justa causa de

despido” (folio 369).


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Corte Suprema de 8 Expediente 21814


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Además dijo el Tribunal en relación con la

suspensión del contrato con base en el permiso otorgado, “que si

una de las principales obligaciones del trabajador es realizar

personalmente la labor y cumplir las órdenes de su empleador;

cuando decide terminar el permiso otorgado, el empleador está

plenamente facultado para ello tanto legal como disciplinariamente y

por esa razón si su actuación está legitimada, el trabajador no tiene

otra posibilidad que obedecer” (ibídem); considerando como

equivocada la argumentación de la defensa, en cuanto a que “al

otorgarle permiso al trabajador se suspende el contrato de trabajo y

por esa razón no debe obediencia, ni el patrono puede dar órdenes”

(ibídem); por cuanto siendo la obligación contractual del trabajador,

realizar personalmente la labor contratada y cumplir con las órdenes

del empleador; cuando éste decide terminar con el permiso

otorgado, está en ejercicio de sus facultades legales y disciplinarias

que lo legitiman para ello.

Apuntaló el Tribunal, que “Permiso” significa

licencia o consentimiento para hacer una cosa, y por lo mismo,

cuando el trabajador solicita permiso para ausentarse del lugar de

trabajo, “no solo está reconociendo la existencia de una autoridad,


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sino que está aceptando que se encuentra subordinado y por esa

razón está sometido a las órdenes y decisiones de su empleador”

(folio 369); y considerando contradictoria la afirmación del

apoderado en cuanto a que el permiso suspende el contrato de

trabajo, sostuvo, que mientras exista contrato de trabajo, “el

empleador está facultado para decidir si concede un permiso y hasta

cuando” (folio 370); y que así mismo, “el trabajador solamente

puede tomar el permiso cuando se lo concedan y hasta el día en que

el empleador lo decida” (ibídem).

III. RECURSO DE CASACIÓN

En la demanda con la que sustenta el recurso

(folios 13 a 41, cuaderno 10), que fue replicada (folios 70 a 72,

ídem), el recurrente le pide a la Corte que case totalmente la

sentencia impugnada, en instancia revoque la del Juzgado y en su

lugar, condene a la demandada al reintegro del trabajador con el

consecuente pago de salarios y demás emolumentos dejados de

percibir desde el 4 de diciembre de 1995; o en subsidio, a pagarle la

indemnización por despido injusto prevista en el artículo 59 de la


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convención colectiva y la indemnización por mora de conformidad

con el artículo 1º del Decreto 797 de 1.949.

Con tal propósito le formula cinco cargos de los

que la Corte estudiará conjuntamente el primero con el segundo, tal

y como lo permite el artículo 51 del Decreto 2651 de 1991, adoptado

como legislación permanente por el artículo 162 de la ley 446 de

1998, atendiendo la similitud de su objeto y los preceptos citados

para la formulación de los mismos.

PRIMER CARGO

Acusa la sentencia por la vía directa, por

interpretación errónea de los “artículos 26 y 44 del decreto 2127 de

1945, infracción legal que produjo como consecuencia la aplicación

indebida de las normas sustanciales contenidas en los artículos 3°,

4°, 19, 467, 468, 469 y 476 del C. S. T., 2° y 11 de la Ley 6ª de

1945, 19, 30, 31, 34, 37, 40, 43, 46, 48, 51 y 52 del Decreto 2127

de 1945, 1° del decreto 797 de 1949; 6°, 1602, 1603, 1740 y 1741

del C.C., 296 del C.R.P. y M., 8°, 11, 18 y 20 de la Ley 13 de 1984;

125 y 164 del Decreto 1241 de 1993; 6° y 7° del Decreto 2351 de


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1965; 3° de la Ley 48 de 1968, 14, 22, 28, 37, 41, 45, 51 y 56 del

Decreto 482 de 1985; 63 del Decreto 1950 de 1973; 8° y 17 de la

Ley 153 de 1887, 1613, 1614, 1626 y 1649 del C.C., 178 del C.C.A.;

831 del Co. De Co., 307 y 308 del C. P.C., en relación con los

artículos 9, 53, 58, 83, 93 y 209 de la C. P.; 57-6 y 61-i del C.S.T.;

73 del C.C.A. 7° del Convenio 158 de la Organización Internacional

del Trabajo y 9° de la Recomendación 166 de la misma organización

(folio 17, cuaderno 10).

En la demostración del cargo el recurrente además

de considerar equivocado el razonamiento del Tribunal por cuanto

acordada la suspensión del contrato de trabajo, no puede el

empleador de manera unilateral anticipar el vencimiento del plazo

convenido, sostiene con base en el principio jurídico, “pacta sunt

servanda”, que los acuerdos “que celebran el empleador y el

trabajador durante la ejecución del contrato de trabajo deben

cumplirse en los términos convenidos por los contratantes sin que el

poder subordinante, como cree el Tribunal Superior, faculte a la

parte fuerte de la relación laboral para modificarlos o incumplirlos en

perjuicio de la parte débil (…)” (folio 19, cuaderno 10); pues

considera, que el empleador con base en el poder subordinante no


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puede desconocer una licencia temporal acordada, por cuanto ello

conllevaría a la arbitrariedad; y dice, que “por la misma razón que el

convenio de suspensión del contrato incumplido por el trabajador

particular que no reanuda la prestación del servicio al finalizar el

plazo de la suspensión equivale a la terminación del vínculo laboral

(art. 61-i C.S.T.) el empleador está en la obligación correlativa de

permitirle al trabajador la reanudación de las labores al terminar el

plazo de suspensión pues, de no hacerlo así, simplemente se

produciría un despido injusto al privar abusivamente al trabajador de

la posibilidad de seguir laborando” (folio 21, cuaderno 10).

Considera el recurrente que por su misma

naturaleza, debe entenderse que la suspensión del contrato de

trabajo, así como suspende, “la facultad patronal de dar órdenes”

(folio 21, cuaderno 10), igualmente genera “el correlativo deber de

cumplirlas a cargo del trabajador” (ibídem); por lo que le resulta

equivocada la interpretación que diera el Tribunal a los artículos 26 y

44 del Decreto 2127 de 1945 e indebida la aplicación de las demás

disposiciones citadas; puesto que de no ser así, la sentencia “habría

concluido que una vez que las partes convinieron en la suspensión

del contrato por un lapso determinado, esa suspensión no podía ser


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unilateralmente revocada por el empleador” (folio 22, cuaderno 10);

proceder que según afirma, constituye un abuso del derecho “en

perjuicio del trabajador” (ibídem).

Por su parte la oposición replica el cargo aduciendo

que “existe una indebida acumulación discordante en este cargo,

como quiera que por requisitos de forma, la acusación solo admite la

interpretación errónea o la aplicación indebida en forma separada y

no de manera complementaria o residual. Por ello el cargo no tiene

vocación de prosperidad pues el sustento del ad quem es de

eminente interpretación hermenéutica” (folio 71 ibídem).

SEGUNDO CARGO

Acusa la sentencia por la vía directa por aplicación

indebida de los “artículos 11 de la Ley 6ª de 1945, 26 y 44 del

decreto 2127 de 1945 y, consecuencialmente, por aplicación

indebida de los artículos 3°, 4°, 19, 467, 468, 469 y 476 del C.S.T.,

2° de la Ley 6ª de 1945, 19, 30, 31, 34, 37, 40, 43, 46, 48, 51 y

52del decreto 2127 de 1945, 1° el Decreto 797 de 1949; 6°, 1602,

1603, 1740 y 1741 del C. C., 296 del C.R.P. y M., 8°, 11, 18 y 20 de
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la Ley 13 de 1984; 125 y 164 del decreto 1241 de 1993; 6° y 7° del

Decreto 2351 de 1965; 3° de la Ley 48 de 1968, 14, 22, 28, 37, 41,

45, 51 y 56 del Decreto 482 de 1985; 63 del decreto 1950 de 1973;

8° y 17 de la Ley 153 de 1887, 1613, 1614, 1626 y 1649 del C.C,

178 del C.C.A, 831 del Co. De Co., 307 y 308 del C.P.C., en relación

con los artículos 9, 53, 58, 83, 93 y 209 de la C.P.; 57-6 y 61-i del

C.S.T.; 73 del C.C.A; 7° del Convenio 158 de la Organización

Internacional del Trabajo y 9° de la Recomendación 166 de la misma

Organización” (folios 23 y 24 ibídem).

En este como en el primer cargo, plantea los

mismos argumentos para demostrar la equivocación jurídica del

Tribunal, agregando que de no haberse aplicado indebidamente las

normas indicadas, “habría concluido que una vez que las partes

convinieron en la suspensión del contrato por un lapso determinado,

esa suspensión no podía ser unilateralmente revocada por el

empleador quien, al proceder a dicha revocatoria, abusó de su

derecho en perjuicio del trabajador” (folio 28 ibídem), resultando

injusto el despido y por procedente el reintegro del trabajador.


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La opositora confuta el cargo aduciendo que la vía

utilizada por el recurrente “solo se presenta cuando partiendo de la

claridad de la norma y sin que medien errores de hecho se hace

aplicación de la norma a un hecho probado pero no regulado por

ella. Del análisis riguroso de las normas que sirven de fundamento a

la censura, se advierte que ellas no son claras y por ende resisten

interpretación, máxime si se tiene en cuenta que en el evento

discutido se aplicó el hecho regulado por esas disposiciones” (folio

71 ibídem).

IV. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Observa la Sala que fueron varias las

consideraciones que llevaron al Tribunal a la confirmación de la

sentencia del juzgado que absolvió a la demandada y que dieron

origen a la inconformidad planteada por el recurrente a través del

recurso extraordinario respecto de la sentencia de segunda

instancia; cuyo error atribuye en el primer cargo a la interpretación

errónea de los artículos 26 y 44 del Decreto 2127 de 1945 y en el

segundo a la aplicación indebida de los mismos, que a la vez lo

condujeron también a aplicar indebidamente los demás preceptos


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invocados; haciéndola consistir, en la imposibilidad del empleador de

“anticipar unilateralmente el vencimiento del plazo” (folio 18), de la

licencia o permiso temporal otorgado al trabajador, objeto de la

suspensión del contrato de trabajo.

Mientras que para el Tribunal, desde que “se afirme

la existencia de un contrato de trabajo, las partes están obligadas a

cumplir y respetar los derechos y obligaciones previamente

establecidas en el estatuto laboral aplicable” (folio 369); y siendo

una de las principales obligaciones del trabajador “realizar

personalmente la labor y cumplir las órdenes de su empleador”

(ibídem); al decidir el empleador dar por terminado el permiso, “el

trabajador no tiene otra posibilidad que obedecer” (ibídem); pues

considera, que desde que el trabajador pide permiso para

ausentarse del lugar del trabajo, “no solamente está reconociendo la

existencia de una autoridad, sino que está aceptando que se

encuentra subordinado y por esa razón esta sometido a las órdenes

y decisiones de su empleador” (ibídem); para el recurrente, este

planteamiento del Tribunal resulta equivocado, por cuanto “La

naturaleza misma de la suspensión del contrato determina que

durante el lapso de su duración también quedan en suspenso la


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Corte Suprema de 17 Expediente 21814


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facultad patronal de dar órdenes y el correlativo deber de cumplirlas

a cargo del trabajador” (folio 21, cuaderno 10).

Así las cosas, lo que se observa de la tesis

planteada por el recurrente, es la equivocación en que incurre al

confundir, la suspensión del contrato de trabajo con la extinción del

mismo.

El artículo 46 del Decreto 2127 de 1945, que aun

cuando no lo mencionara fue verdaderamente aplicado por el

Tribunal en este asunto; es muy claro cuando identifica que la

suspensión del contrato no significa su extinción; y que durante el

período de la suspensión, lo que cesan son las obligaciones de

prestación del servicio por parte del trabajador y la de pagar los

salarios y asunción del riesgo por cuenta del empleador.

Es decir, que el contrato se mantiene y con él

persiste su elemento sobresaliente o esencial, como es la

dependencia o subordinación; y por tanto, la circunstancia de estar

suspendido no significa, que el empleador pierda las facultades que


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Corte Suprema de 18 Expediente 21814


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suponen normalmente su desarrollo; pues de lo contrario, se estaría

frente al hecho de la extinción, mas no de la suspensión de éste.

Por tal razón, no se considera equivocado el

entendimiento que le dio el Tribunal a la disposición enjuiciada, y

mucho menos que hubiere sido mal aplicada; por cuanto el alcance

jurídico de la subordinación en la relación laboral implica del

empleador de dar órdenes adecuadas al trabajador dentro del

servicio que presta.

Si, por la causa que acá no se discute, el

empleador consideró pertinente el reintegro del trabajador a sus

labores; no le asiste razón al recurrente para sostener que por el

hecho de la suspensión del contrato éste podía como lo hizo, hacer

caso omiso a la orden de reintegro, aun cuando ello implicara la

cancelación del permiso acordado entre las partes.

Pues como se dijo anteriormente, solo la extinción

del contrato, produce la disolución de los vínculos jurídicos de las

partes y por lo mismo el poder subordinante que caracteriza toda

relación de trabajo.
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Corte Suprema de 19 Expediente 21814


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Lo anterior demuestra que el Tribunal no se

equivocó, cuando con base en el elemento subordinación sostuvo,

que el empleador estaba facultado para anticipar unilateralmente el

vencimiento del plazo de suspensión otorgado, máxime que se trata

de un empleador oficial; resultando si equivocada, la tesis del

recurrente, en cuanto a que, por su naturaleza, la suspensión del

contrato implica, que “durante el lapso de su duración también

quedan en suspenso la facultad patronal de dar órdenes y el

correlativo deber de cumplirlas a cargo del trabajador” (folios 21 y

27, cuaderno de la Corte), la cual en síntesis es en estos dos cargos

la inconformidad planteada por el recurrente.

En consecuencia los cargos no prosperan.

TERCER CARGO

Acusa la sentencia por la vía directa en la modalidad

de infracción directa de los “artículos 48 del Decreto 2127 de 1945 y

413 del C.S.T, en relación con los artículos 12 del Decreto 2400 de

1968, 140 del Decreto 1950 de 1973, 44 y 45 de la Ley 734 de 2002,


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Corte Suprema de 20 Expediente 21814


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73 del C.C.A., 9, 29, 53, 83, 93 y 209 de la C. P.; 19 del C.S.T.; 7° del

Convenio 158 de la Organización Internacional del Trabajo y 9° de la

Recomendación 166 de la misma Organización, y,

consecuencialmente, por aplicación indebida de los artículos 3°, 4° 19,

467, 468, 469 y 476 del C.S.T., 2° y 11 de la Ley 6ª de 1945, 19, 30,

31, 34, 37, 40, 43, 46, 48, 51 y 52 del Decreto 2127 de 1945, 1° del

Decreto 797 de 1949, 6°, 1602 1603, 1740 y 1741 del C. C.; 296 del

C. R.P. y M., 8°, 11 18 y 20 de la Ley 13 de 1984; 125 y 164 del

decreto 1241 de 1993; 6° y 7° del Decreto 2351 de 1965; 3° de la Ley

48 de 1968, 14, 22, 28, 37, 41, 45, 51 y 56 del Decreto 482 de 1985;

63 del Decreto 1950 de 1973; 8° y 17 de la Ley 153 de 1887, 1613,

1614, 1626 y 1649 del C.C., 178 del C.C.A., 831 del Co. De Co., 307 y

308 del C.P.C.” (folio 30, cuaderno 10).

El recurrente sienta su inconformidad en lo que

considera un razonamiento equivocado del Tribunal, de que “cuando

el trabajador incurre en una conducta que constituya justa causa de

despido, el empleador no está obligado a cumplir el procedimiento

establecido para la aplicación de sanciones” (folio 30, cuaderno 10),

por cuanto el despido no constituye sanción disciplinaria.


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Corte Suprema de 21 Expediente 21814


Justicia

En su planteamiento sostiene el recurrente que esa

equivocación del Tribunal lo llevó a ignorar los artículos 48 del Decreto

2127 de 1945 y 413 Código Sustantivo del Trabajo, aplicable a los

trabajadores oficiales, por cuanto no existe duda de que el despido

por justa causa es una sanción disciplinaria.

Sostiene el recurrente, “que en la regulación de las

relaciones de trabajo en el sector privado debe distinguirse entre el

despido y la sanción disciplinaria de modo que el primero no

corresponde a una especie de la segunda, en el sector oficial ello no

es posible por ministerio de la ley” (folios 30 y 31 ibídem), por esto

cuando el empleador oficial despide a un trabajador, alegando una

justa causa, está imponiendo una sanción de acuerdo a lo previsto por

el artículo 48 del decreto 2127 de 1945, y el artículo 413 del C.S.T.

(ibídem)

Sostiene que de acuerdo a los artículos 12 del

Decreto 2400 de 1968, 140 del decreto 1950 de 1973 y 44 y 45 de la

Ley 734 de 2002, aplicable también para el sector público, “el despido

para los servidores del Estado corresponde a la sanción disciplinaria

más grave, sin que sea válido, porque la ley no distingue, que la
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Corte Suprema de 22 Expediente 21814


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destitución sea una sanción disciplinaria para los empleados públicos y

el despido no lo sea para los trabajadores oficiales” (ibídem).

Agrega, que el Convenio 158 de la OIT y a su

Recomendación 166, consagra “el derecho del trabajador a no ser

despedido por motivos relacionados con su conducta sin que se le

haya ofrecido previamente la posibilidad e defenderse de los cargos

formulados en su contra” (ibídem); señalando además, que “las

causales de terminación unilateral del contrato por decisión del

empleador previstas para el sector particular en los numerales 7, 14 y

15 del artículo 7° del Decreto 2351 de 1965, por ejemplo o para los

trabajadores oficiales las previstas en el ordinal 7° del artículo 48 del

Decreto 2127 de 1945 o en el artículo 8° del decreto 2541 de 1945,

no corresponden a decisiones sancionatorias del empleador y por lo

tanto quedan comprendidas en lo que la doctrina ha denominado el

despido deliberatorio. Pero en los casos en los cuales se impute al

trabajador un incumplimiento de sus obligaciones o una conducta

justificativa de la terminación del contrato (despido sancionatorio) es

indispensable darle oportunidad de ser oído por la aplicación

elemental de la garantía constitucional del derecho a la defensa” (folio

31 y 32 ibídem).
República de Colombia

Corte Suprema de 23 Expediente 21814


Justicia

Para la oposición, el sentenciador no incurrió en

infracción directa, ya que de acuerdo al criterio jurisprudencial sobre el

punto, “el empleados (sic) no está obligado a cumplir el procedimiento

para efectuar el despido, pues éste no se considera sanción” (folio 71

ibídem).

V. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Partiendo del supuesto que genera la inconformidad

del demandante en casación, en cuanto a que “cuando el patrono

oficial despide a un trabajador invocándole justa causa para la

terminación unilateral del contrato le está imponiendo una sanción”

(folio 31) y por lo mismo debe agotar el procedimiento disciplinario; y

que por tal razón, lo dicho por el Tribunal significó una violación al

artículo 48 del Decreto 2127 de 1945 y el 413 del Código Sustantivo

del Trabajo; analizado el punto cuestionado, no encuentra la Sala en

que pudo consistir la pregonada violación.

Pues el Tribunal además de la anterior

consideración, que según se observa no tuvo incidencia directa en la


República de Colombia

Corte Suprema de 24 Expediente 21814


Justicia

decisión, concluyó con base en “la profusa documental anexada” (folio

369); y en especial, en “los documentos de folios 13 a 27, 29 a 41,

44, 47 y 60 del cuaderno principal; la Resolución 0481 del 10 de

octubre de 1.995 incorporada del folio 13 a 41 y del cuaderno anexo 2

y su folio 66” (ibídem); que la empleadora “dio estricto cumplimiento

a la normatividad del procedimiento disciplinario establecido” (ibídem);

y que además de haber agotado “el procedimiento disciplinario en

legal forma, sin que fuera necesario debido a la gravedad de la falta

cometida por el trabajador” (ibídem); la causal invocada para la

terminación laboral, “constituye justa causa de despido” (ibídem).

Al establecerse de las anteriores deducciones del

Tribunal, la existencia de un procedimiento disciplinario para el

despido; que según el mismo Tribunal, por tratarse de justa causa

fundada en una falta grave, no estaba obligado la patronal a agotar;

pero que con base en el análisis probatorio, estuvo demostrado que lo

agotó; no encuentra la Sala cuál pudo ser la equivocación jurídica en

que incurrió la sentencia al no dar aplicación al artículo 48 del Decreto

2127 de 1945 y 413 del Código Sustantivo del Trabajo.


República de Colombia

Corte Suprema de 25 Expediente 21814


Justicia

Además de que la argumentación del recurrente no

se apunta para desvertebrar la providencia acusada; el artículo 48 del

Decreto 2127 de 1945, señala las justas causas que dan origen a la

terminación unilateral del contrato de trabajo, sin previo aviso por

parte de empleador y trabajador, dándole así la razón al Tribunal en

cuanto a que no se requiera de procedimiento previo; y aun cuando

entre las justas causas señale, cualquier falta grave calificada como tal

en la convención colectiva de trabajo, en los contratos individuales o

en los reglamentos internos aprobados, “siempre que el hecho esté

debidamente comprobado y que en la aplicación de la sanción se

sigan las correspondientes normas de la ley, la convención o el

reglamento interno”; y que el artículo 413 del Código Sustantivo del

Trabajo admita que “ el fuero sindical no impide aplicar al trabajador

que de él goce, las sanciones disciplinarias distintas al despido en los

términos del respectivo reglamento de trabajo” ; no significa como lo

pretende hacer ver el recurrente que la sentencia se equivocó, porque

cuando el empleador oficial invoca para la terminación unilateral del

contrato una justa causa de despido, ”le está imponiendo una

sanción”. Pues de acuerdo a lo que textualmente consagran las

disposiciones en cita; y lo que igualmente resulta de la sentencia

acusada, lo entendible, es que el despido es diferente a la sanción


República de Colombia

Corte Suprema de 26 Expediente 21814


Justicia

disciplinaria, con independencia de que también en este caso se agotó

un procedimiento que la demandada no estaba obligada a cumplir.

Finalmente, no debe olvidarse que los trabajadores

oficiales, al estar bajo la subordinación del Estado, son destinatarios

del régimen disciplinario impuesto por él como empleador; no de

manera caprichosa sino derivada de las funciones de interés general

que cumplen estos servidores y que tal potestad sancionatoria tiene

cause frente al despido, aunque no puede desconocerse que en

ciertos eventos pueda constituirse en fuente o causa de éste.

Por lo anterior el cargo se desestima.

CUARTO CARGO

En este ataque, acusa la sentencia por la vía

indirecta, por aplicación indebida de los “artículos 2° y 11 de la Ley

6ª de 1945, 19, 30, 31, 34, 37, 40, 43, 46, 48, 51 y 52 del Decreto

2127 de 1945, 1° del Decreto 797 de 1949; 3°, 4°, 19, 467, 468,

469 y 476 del C.S.T., 6° y 7° del Decreto 2351 de 1965; 3° de la Ley


República de Colombia

Corte Suprema de 27 Expediente 21814


Justicia

48 de 1968, 8° y 17 de la Ley 153 de 1887, 6°, 1602, 1603, 1613,

1614,1626, 1649, 1740 y 1741 del C. C., 178 del C.C.A., 831 del Co.

de Co., 307 y 308 del C.P.C., en relación con los artículos 9, 29, 53,

58, 83, 93 y 209 de la C. P.; 73 del C.C.A., 7° del Convenio 158 de la

Organización Internacional del Trabajo y 9° de la Recomendación

166 de la misma Organización” (folio 34).

Señalando como errores de hecho los siguientes:

1. “Dar por demostrado, contra la evidencia, que la


EMPRESA DE ACUEDUCTO Y ALCANTARILLADO DE BOGOTÁ
cumplió el trámite convencional para despedir al actor”
(folio 34).
2. “No dar por demostrado, estándolo evidentemente, que
para despedir al actor la EMPRESA DE ACUEDUCTO Y
ALCANATARILLADO DE BOGOTÁ incumplió el procedimiento
establecido en la Convención Colectiva de Trabajo”
(ibídem).

Afirma que los anteriores errores de hecho fueron

producto de “la apreciación indebida de los documentos visibles a

folios 75 a 88 del cuaderno principal, 61 del Cuaderno de Anexos No.

2 y 56 a 106 del cuaderno de Anexos No. 5” (ibídem).


República de Colombia

Corte Suprema de 28 Expediente 21814


Justicia

Respecto a la Convención Colectiva, señala, que en

su artículo 44, numeral 5, establece que “si la cancelación del

contrato de trabajo se efectúa sin la observancia de los trámites que

establece la convención, la Empresa deberá ser condenada a

reintegrarlo al cargo que venía desempeñando, o a otro de igual o

superior categoría y remuneración, a pagarle los salarios dejados de

devengar y a considerar sin solución de continuidad el contrato de

trabajo en el lapso comprendido desde el despido hasta cuando se

efectúe el reintegro” (folio 35). Que así mismo el artículo 48 “prevé

que si pasados treinta días desde la comisión de la falta por el

trabajador la sanción no se hubiere decretado prescribirá la falta y

no habrá lugar a aplicación de sanción alguna y si llegare a

decretarse la sanción fuera de ese término la misma no producirá

efecto alguno” (ibídem).

En relación con al acta No. 16 de 4 de mayo de

1995 obrante a folios 75 a 88 señala, que la falta que se le imputó al

demandante para dar por terminado de manera unilateral su

contrato de trabajo fue “no haberse presentado a trabajar el 21 de

marzo de 1995” (ibídem), queja que el gerente administrativo

formuló al Comité de Personal, el 24 de marzo siguiente.


República de Colombia

Corte Suprema de 29 Expediente 21814


Justicia

Con el documento de folio 61 del Cuaderno de

anexos No. 2, agrega que al igual que con los folios 75 a 88 del

cuaderno principal, se demuestra que la falta que se le imputa al

demandante ocurrió el 21 de marzo de 1995, y que la decisión de

cancelar su contrato de trabajo se adoptó el 4 de mayo de 1995

(folio 36 ibídem).

Finaliza su argumentación diciendo que si el Ad

quem hubiera examinado con detenimiento los documentos

enunciados junto con el literal b) del artículo 48 de la Convención

Colectiva, hubiera concluido que desde que el actor cometió la falta,

hasta cuando se dispuso su despido, transcurrieron “más de los

treinta días hábiles que dispone la Convención” (folio 36, cuaderno

de la Corte), contraviniendo lo estipulado en el procedimiento

convencional.

VI. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

El motivo de la inconformidad con la sentencia que

se plantea en este cargo se encamina a establecer que la


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Corte Suprema de 30 Expediente 21814


Justicia

demandada para despedir al trabajador, incumplió con el

procedimiento disciplinario convencional, puesto que entre la falta

cometida y la terminación del contrato de trabajo, transcurrieron

“mas de los treinta días hábiles que dispone la Convención” (folio 36,

cuaderno 10).

Además de que el Tribunal se fundó en “la profusa

prueba documental anexada” (folio 369) y en especial en “los

documentos de folios 13 a 27, 29 a 41, 44, 47 y 60 del cuaderno

principal; la Resolución 0481 del 10 de octubre de 1.995 incorporada

del folio 13 a 41 y del cuaderno anexo 2 y su folio 66” (ibídem) para

establecer que “si se dio estricto cumplimiento a la normatividad del

procedimiento disciplinario establecido” (ibídem); y que al

controvertir la sentencia, el recurrente no reseñó tal documentación,

como indebidamente apreciada por fallador de alzada; de los

documentos señalados se obtiene objetivamente lo siguiente:

El numeral 5º del artículo 44 de la convención

colectiva de trabajo de 17 de febrero de 1994, estipula que la falta

de observancia de los trámites convencionales dará judicialmente


República de Colombia

Corte Suprema de 31 Expediente 21814


Justicia

derecho al reintegro, pago de salarios y prestaciones debidos y

declaratoria de no solución de continuidad.

Asimismo, el artículo 46 consagra un régimen

disciplinario para la imposición de sanciones contempladas en el

Reglamento Interno de Trabajo; y el artículo 47, establece otro

procedimiento en caso de falta que conlleve al despido; ordenándose

obligatoriamente el adelantamiento de la investigación

correspondiente; la cual una vez perfeccionada, deberá pasarse al

Comité para que decida el despido; y el trabajador dispondrá de 3

días para interponer el recurso de súplica ante el Gerente, quien

decidirá si revoca o confirma.

El artículo 48 de la misma convención en lo que

denomina disposiciones varias, establece una serie de pautas que

corresponden en caso de “aplicación de una sanción disciplinaria”

(folio 75, anexo 5), y en la que se dice que “Si pasados treinta (30)

días desde la comisión de la falta que pueda dar lugar a la aplicación

de una sanción disciplinaria, ésta no se hubiese decretado,

prescribirá la falta y no habrá lugar a la aplicación de sanción

alguna” (ibídem).
República de Colombia

Corte Suprema de 32 Expediente 21814


Justicia

Empero, como lo que se trata en este caso es de

confrontar el cumplimiento del procedimiento aplicable en caso de

despido y no de aplicación de sanción disciplinaria; de acuerdo a

como textualmente lo dice el recurrente en su escrito con el que

sustenta el recurso extraordinario, se extrae del estudio probatorio

que el Tribunal no se equivocó, puesto que de acuerdo con el acta

de folio 81, “la falta que se imputa al doctor RAFAEL DE JESÚS

VARGAS TRUJILLO fue no haberse presentado a trabajar el 21 de

Marzo de 1.995, falta por la cual el Gerente Administrativo de la

Empresa formuló al Comité la queja correspondiente el día 24 de

Marzo de ese mismo año” (folio 35, cuaderno 10); con el folio 84

que “el Comité de Personal decidió terminar el contrato de trabajo

del actor por justa causa” (folio 35, cuaderno 10); y con el folio 61

del cuaderno Anexos(sic) 2, que forma parte del acta 16 del Comité

de Personal: que “la falta imputada por la demandada al

demandante ocurrió el día 21 de Marzo de 1995 (...) y que la

decisión de cancelar el contrato de trabajo del actor se adoptó el día

4 de Mayo de 1.995” (folio 36, cuaderno 10).


República de Colombia

Corte Suprema de 33 Expediente 21814


Justicia

Solo basta con observar las argumentaciones de la

censura con fundamento en las pruebas analizadas para establecer

que no hubo equivocación del Tribunal en cuanto a la aplicación del

procedimiento para despedir al trabajador; toda vez que con base en

su dicho se establece que se cumplió la investigación previa al

despido y la intervención del Comité de Personal para la decisión

sobre el despido; cuyas exigencias impone el artículo 47

convencional; pues como se dijo anteriormente, el artículo 48

descrito por el Tribunal como fundamento de la reclamación del

impugnante en alzada, solo es aplicable en caso de imposición de

sanción disciplinaria mas no de despido del trabajador.

Por lo anterior, el cargo no sale avante.

QUINTO CARGO

Acusa el fallo por la vía indirecta, por aplicación

indebida de los “artículos 11 de la Ley 6ª de 1945, 3°, 4°,19, 467,

468, 469 y 476 del C.S.T., 19, 30, 31, 34, 37, 40, 43, 46, 48, 51 y 52

del Decreto 2127 de 1945, 1° del Decreto 797 de 1949, 6° y 7° del

Decreto 2351 de 1965; 3° de la Ley 48 de 1968, 8° y 17 de la Ley


República de Colombia

Corte Suprema de 34 Expediente 21814


Justicia

153 de 1887, 1613, 1614, 1626 y 1649 del C.C., 178 del C.C.A., 831

del C. Co., 307 y 308 del C. P. C.” (folio 37 ibídem).

Quebranto normativo que atribuye al haber el

Tribunal dado “por demostrado, contra la evidencia, que por no

presentarse a trabajar luego de que la Empresa decidió cancelar

unilateralmente el plazo convenido de suspensión del contrato, el

actor incurrió en justa causa de despido” (ibídem).

Señala que el error de hecho mencionado se

produjo como consecuencia de la “apreciación indebida de la

Convención Colectiva de Trabajo vigente en la EMPRESA DE

ACUEDUCTO Y ALCANTARILLADO DE BOGOTÁ cuando ocurrió el

despido (…) (fls. 56 a 106 del Cuaderno de Anexos No. 5), del

Reglamento de Trabajo de la empresa demandada (fls. 137 a 180 y

275 a 289 del cuaderno principal) y del acta No. 16 del Comité

Personal (fls. 75 a 88 de cuaderno principal)” (folios 37 y 38 ibídem).


República de Colombia

Corte Suprema de 35 Expediente 21814


Justicia

Para demostrar el cargo sostiene que si el juez de

alzada hubiera estudiado con detenimiento la Convención Colectiva,

se habría percatado de que en virtud a su artículo 42 las justas

causas para dar por terminado el contrato de trabajo de los

servidores de la demandada, “eran las previstas en el artículo 7° del

decreto 2351 de 1965 y normas concordantes. En el mismo precepto

se dispuso que la Empresa se abstendría de aplicar en materia de

justa causa para despido las disposiciones de la Ley 6ª de 1945 y del

Decreto 2127 de ese mismo año” (folios 38 y 39 ibídem).

Respecto al reglamento de trabajo de 1967

aplicado, sostiene que carece de vigencia de acuerdo a la

Convención Colectiva de Trabajo del 17 de febrero de 1994 y al

artículo 34 del Decreto 2127 de 1945.

Por último dijo que de acuerdo con el artículo 42 de

la Convención tantas veces mencionada y a los artículos 6° y 7° del

Decreto 2351 de 1965, la causa de despido invocada por la

demandada para terminar unilateralmente el contrato de trabajo del


República de Colombia

Corte Suprema de 36 Expediente 21814


Justicia

demandante, no tenía la connotación de justa, tanto así, que ni la

propia accionada supo con precisión la causa que invocó, por lo que

al momento del despido el Comité de Personal se limitó a mencionar

que el despido se produjo “por los hechos imputados en su contra”,

los cuales de acuerdo al folio 81 consistieron en no reintegrarse el

21 de marzo de 1995 de acuerdo a lo ordenado por el gerente

(ibídem).

VII. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Equivoca su acusación el recurrente por cuanto la

alusión y transcripción del Reglamento Interno de Trabajo en su

parágrafo del artículo 77 que hizo el Tribunal, como se desprende de

lo dicho en la sentencia, fue únicamente con el objeto de establecer

la existencia de escala de faltas, sanciones disciplinarias y

procedimiento para aplicarlo en tal caso; y para obtener la

convicción de que “si no es una falta disciplinaria el empleador no

está obligado a agotar procedimiento alguno” (folio 368); todo para

concluir, que como en este caso lo decidido por el Comité de

Personal fue la terminación del contrato de trabajo con justa causa y


República de Colombia

Corte Suprema de 37 Expediente 21814


Justicia

sin previo aviso, “no estaba obligado a agotar el proceso disciplinario

como lo alega el demandante” (folio 369).

Sin embargo, a pesar de ser cierto que el artículo

42 del estatuto convencional, que habla de la terminación del

contrato por justa causa, considerando como tal, “las previstas en el

Artículo Séptimo (7º) del Decreto 2351 de 1965 y normas

concordantes” (folio 71, anexo 5); ordenándole abstenerse de

aplicar en este caso, “las disposiciones consagradas en la Ley 6ª., de

1945 y en su Decreto Reglamentario No. 2127 de 1945 y las

correspondientes al Decreto 797 de 1949 que sustituye el Artículo 52

del Decreto 2127 de 1945” (ibídem).

Como se observa del citado artículo convencional,

la prohibición de aplicación se refiere es a las disposiciones

aplicables en dicha materia que consagra la Ley 6ª de 1945 y su

Decreto Reglamentario 2127 de 1945. Pero cuando la misma

disposición convencional ordena la aplicación del citado artículo 7º

del Decreto 2351 de 1965 “y normas concordantes”, además de que


República de Colombia

Corte Suprema de 38 Expediente 21814


Justicia

esto implícitamente hace referencia al reglamento interno de

trabajo; igualmente su aplicación surge del numeral 6º del citado

artículo 7º, por cuanto allí expresamente se dice que son justas

causas para dar por terminado el contrato de trabajo:

“Cualquier violación grave de las obligaciones o

prohibiciones especiales que incumben al trabajador de acuerdo con

los artículos 58 y 60 del Código Sustantivo del Trabajo, o cualquier

falta grave, calificada como tal en pactos o convenciones colectivas,

fallos arbitrales, contratos individuales o reglamentos” (el subrayado

está por fuera de texto.

En efecto, habiéndose establecido que “la gravedad

de la falta cometida por el trabajador (...) constituye justa causa de

despido” (folio 369), no puede haber aplicación indebida por

equivocada valoración del artículo convencional citado, por cuanto

allí expresamente se remite a las consagradas en reglamento.


República de Colombia

Corte Suprema de 39 Expediente 21814


Justicia

Por cuanto no se evidencia el error ostensible de

hecho enrostrado, el cargo es infundado.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de

Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre

de la República de Colombia y por autoridad de la ley, NO CASA la

sentencia dictada el 28 de marzo de 2003 por la Sala Laboral del

Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C., en el proceso

instaurado por RAFAEL DE JESUS VARGAS TRUJILLO contra LA

EMPRESA DE ACUEDUCTO Y ALCANTARILLADO DE BOGOTA E.S.P.

Costas en el recurso a cargo de la parte recurrente.

Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al

Tribunal de origen.

ISAURA VARGAS DIAZ


República de Colombia

Corte Suprema de 40 Expediente 21814


Justicia

GUSTAVO JOSE GNECCO MENDOZA CARLOS ISAAC NADER

EDUARDO LOPEZ VILLEGAS LUIS JAVIER OSORIO LOPEZ

FRANCISCO JAVIER RICAURTE GOMEZ CAMILO TARQUINO GALLEGO

MARIA ISMENIA GARCIA MENDOZA

Secretaria

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