Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Título:
“TEORÍA DE LA PENA Y DETERMINACIÓN JUDICIAL –
REINCIDENCIA Y HABITUALIDAD”
Autor:
Piero Alessandro Castillo Medina
Docente:
Roger Renato Vargas Ysla
Trujillo - Perú
2021
Índice:
I. Introducción……………………………………………………………………………
II. Desarrollo
1. Teorías de la pena……………………………………………………….
2. Teoría absoluta de la pena……………………………………………….
2.1 Teoría de la justa retribución…………………………………………….
3. Teorías Relativas De La Pena…………………………………………...
3.1 Teorías de la prevención especial……………………………………...
3.2 Teoría de la prevención general……………………………………….
3.3 Teoría de la prevención general positiva…………………………….
4. Teorías mixtas o de la unión……………………………………………
I. INTRODUCCIÓN
1. Teorías de la pena
El principal medio de que dispone el Estado para combatir el delito es el castigo en
el sentido de "restringir los derechos del responsable". La orden también prevé las
llamadas medidas de “seguridad” para remediar situaciones en las que el uso de
sanciones no está justificado. Así, el sistema de respuesta a delitos se integra con
dos tipos de herramientas; sanciones y medidas de seguridad. Desde la antigüedad
se han discutido esencialmente tres concepciones sobre el fin de la pena, en sus
más diversas combinaciones, siendo motivo de discusión en la actualidad, por lo
que, para explicar estos remedios incluidos en el derecho penal, se proponen estas
diversas teorías., que se basan en puntos desde un punto de vista crítico o
preventivo, puro o mixto, que tienen la responsabilidad de sustentar diferentes
formas e interpretación de las condiciones presupuestarias para la implementación
del "ius puniendi" y los fines que persigue el Estado con cargos criminales.
2. Teoría absoluta de la pena
2.1 Teoría de la justa retribución
Fue desarrollado por Kant, para quien el castigo "debe" ser incluso cuando el
estado y la sociedad desaparecen. Hegel, cuyo trasfondo punitivo general, es la
base del permiso Organiza la teoría de la criminología, (basada en la teoría de la
gramática restricción) el delito es visto como una negación de derechos, el castigo
como una negación, el exilio como la abolición de un crimen, como la restauración
de los derechos, lo que significa Superar el crimen es un castigo. Simultáneamente
con Kant, Hegel tampoco se dio cuenta Con fines preventivos, como refuerzo e
intimidación, con fines punitivos. Esta construcción fue crucial para el posterior
desarrollo del derecho penal y dado que aún no hay alternativas de fusión,
actualmente mantienen una Energía. En la jurisprudencia, la teoría salarial ha
jugado un papel importante incluso No hace tanto tiempo, este concepto recibió su
característica "absoluta" porque vio la sensación de penalización al buscar un
objetivo social útil, pero también confirmó que este significado se encuentra en que
el sentido de compensación del autor es compensado por imponer un delito, es
decir, la gente agotó todos los castigos en la remuneración principal, explicada por
Kant. La clasificación de órdenes emergentes de la idea de justicia y dialéctica
Hegel es como una negativa a negar la ley. Entonces negó un concepto de castigo
Basado en las razones de los servicios sociales, las personas se convierten en una
La herramienta "mitad" para el beneficio de la empresa de dos personas a enlaces y
para todo el guardián de la teoría de la remuneración, los conceptos de prevención
son no compatible con la dignidad humana porque solo se puede promover el
castigo animal. Con respecto a las personas, la única motivación es que la única
palabra es la palabra misma “Estándar”.
Es así que con la Ley 28726, del 5 de mayo de 2006, Ley que incorpora incisos 12
«la habitualidad del agente al delito» y 13 «la reincidencia» al artículo 46, así como
también, se incorpora al Código Penal los artículos 46-B «reincidencia» y 46-C
«habitualidad», entre otros. Esto trajo consigo dos plenos jurisdiccionales: el 003-
2005-PI/TC y el 0014-2006-PI/TC, mediante los cuales el Estado postula por una
política de persecución criminal, aplicando el derecho penal del enemigo.
Con posterioridad, se aclara que, evidentemente, esta concepción no puede ser
asumida dentro de un Estado que se funda, por un lado, en el derecho-principio de
dignidad humana y, por otro lado, en el principio político democrático. No obstante,
ello no quiere decir tampoco, en modo alguno, que el derecho penal constitucional
se convierta en un derecho penal «simbólico», sino que debe responder severa y
eficazmente, dentro del marco constitucional establecido, frente a la afectación de
los bienes constitucionales —que también el Estado constitucional de derecho tiene
la obligación de proteger, de conformidad con el artículo 440 de la Constitución—
aplicando el principio de proporcionalidad de las penas y respetando las garantías
constitucionales del proceso penal y buscando, siempre, la concretización de la
reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad (fundamento
5 del Pleno Jurisdiccional 0014-2006-PI/TC).
El legislador fundamentó la reincorporación de estas agravantes, que fueron
categóricamente proscritas 15 años antes, en las necesidades impuestas por un
notorio incremento de la delincuencia y la supuesta indefensión en que se
encontraría la sociedad.
El contenido expreso de los fundamentos de la Ley 28726, del 9 de mayo de 2006,
da cuenta del alejamiento manifiesto del principio de responsabilidad por el acto que
importó la reincorporación de las agravantes calificadas de reincidencia y
habitualidad reguladas en los artículos 46-B y 46-C del Código Penal. Asimismo,
revela, de forma más o menos evidente, que el punto de partida de la
reincorporación de la agravante de reincidencia y habitualidad se encuentra en
consideraciones preventivo-especiales reconducibles a los planteamientos
preventivo-especiales.