El pensamiento causal "se basa en una lógica de predicción" y la efectuación en una

"lógica de control
Cuando usamos estrategias de causalidad, creemos que el futuro se puede predecir y
podemos apuntar a alcanzar un objetivo deseado. Este tipo de razonamiento se utiliza
ampliamente en la planificación estratégica.
Los líderes causales primero predicen una solución ideal y luego reúnen recursos para
implementarla. Los líderes efectivos evalúan sus recursos disponibles y luego los utilizan
para dar forma y crear una solución.
Los líderes causales primero predicen una solución ideal y luego reúnen recursos para
implementarla. Los líderes efectivos evalúan sus recursos disponibles y luego los utilizan
para dar forma y crear una solución.
El pensamiento efectivo es diferente. Los pensadores eficaces creen, hasta cierto punto,
que pueden controlar el futuro.
Los que emplean un razonamiento eficaz están más orientados al control, mientras crean
el futuro en el que producirán resultados. Por otra parte, el pensamiento causal se
preocupa por planificar, predecir y prepararse para el futuro con una postura más pasiva y
menos probable que produzca resultados en el futuro.
El pensamiento estratégico requiere individuos y equipos con mentalidades de
crecimiento que van más allá de la resolución de problemas a la búsqueda de soluciones
en sus procesos de pensamiento.
El protocolo de pensamiento estratégico está guiado por un equipo de navegación
compuesto por el CEO, algunos líderes senior y líderes de opinión clave en toda la
organización.
Los resultados del pensamiento estratégico se derivan del uso de los componentes del
proceso. Las conversaciones estratégicas se utilizan para promover puntos de vista
individuales y colectivos en el desarrollo de una dirección compartida. Luego, todos los
datos se someten a las herramientas de decisión: lienzo de estrategia y análisis I-FODA (un
FODA aplicado en relación con la intención acordada). Al dialogar sobre la información el
equipo de navegación elabora el mapa de estrategia que describe lo que se eliminará,
restará importancia o avanzará.
El protocolo da como resultado una declaración compartida de intención estratégica, un
plan procesable que forma el punto de vista de la organización. Contiene una aspiración, o
esperanza, de lo que la organización quiere convertirse, un plan para el comportamiento
organizacional y las estrategias que llevarán a la organización hacia su aspiración.
Dado que toda estrategia decae y debe ser recreada, se sugiere que las estrategias
encontradas en una declaración de intenciones sean viables por un período de 3-5 años
dependiendo del dinamismo ambiental.
El protocolo de pensamiento estratégico tiene la capacidad de crear una realidad
compartida y luego una dirección compartida. Esencialmente, el protocolo permite que
toda la organización aprenda mediante la aplicación de un proceso iterativo de escuchar,
dialogar, aprender y elaborar hasta que se llegue a un acuerdo.