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APUNTES EUTIFRÓN

Se identifica lo santo con la piedad, pero lo justo va más allá, pues todo lo santo y
piadoso es justo, pero no todo lo justo es santo ni piadoso.
Lo santo: cumplir con el deber, y perseguir aquellos fines que se entienden como
buenos, independientemente de la circunstancia que los acompañe. Lo que agrada a los
dioses. Lo santo es aquello que tiene que ver con el culto y el cuidado a los dioses por
parte de los hombres. Pero orar es pedir y sacrificar es dar, por tanto lo santo es un
tráfico de intereses.
De este tráfico solo los hombres pueden salir beneficiados, pues de los humanos nada
pueden obtener los dioses.
Lo impío: lo contrario.
Sócrates apunta que entre los dioses hay discordia, y no existe un consenso sobre todas
las cosas.
Lo justo/ injusto, lo honesto/deshonesto y lo malo/bueno, son las cosas sobre las que no
existe consenso, pues no son cuantificables o medibles como la longitud o el peso.
¿Lo santo es amado por los dioses por ser santo, o lo santo es santo por ser amado por
los dioses?
Una cosa no se ve porque sea vista, sino porque se la ve.* En estos ejemplos quizá sea
más esclarecedor leer el texto original en griego, o a lo sumo en latín, pues el uso de los
casos hará más obvio lo que se quiere expresar.
Lo santo por tanto, es lo que es santo, independientemente de que los dioses lo amen.
Lo santo no se encuentra siempre con lo justo, porque lo santo es una parte de lo justo.
(El número no se encuentra siempre con lo impar, pero lo impar sí que se encuentra
siempre con el número).
Tomar un ejemplo para hacerlo un caso definitorio es incorrecto, pues no todos los
casos se corresponderán con ese. La definición habrá que establecerla en términos
universales.
Lo santo no puede ser lo que agrada a los dioses porque ellos mismos tampoco están
siempre en acuerdo, al contrario, protagonizan grandes disputas.
Lo que es santo, ¿lo es por serlo en sí mismo o por ser amado por los dioses?
Si fuera lo que es santo por sí mismo, la santidad no dependería de la voluntad de los
dioses.

Si bien es cierto que no podemos hallar en el texto una conclusión clara, sí que podemos
ver refutada la postura del adversario, que en este caso Eutifrón adopta. Podríamos
hablar en este sentido de una definición a través de la negación de los contrarios, en la
que lo justo no es tal y tal cosa. Este recurso incita al lector a elaborar un argumento
propio que termine por concluir el tema planteado.
Además puede extraerse la incapacidad de la religión para asumir las cuestiones
morales, pues en realidad solamente responden a la tradición.

RESUMEN:
El texto comienza con el encuentro entre Sócrates y Eutifrón en el pórtico del Rey, lugar
en el que se celebraban los juicios en la antigua Grecia.
Sócrates reconoce en quien lo acusa una gran sabiduría política, pues sus actos
demuestran que sabe la importancia que tiene la educación en los jóvenes (lo acusa de
corromper a la juventud).
Cuando Sócrates le pregunta por lo que es santo, Eutifrón se limita a darle ejemplos.
Cuando Eutifrón trata de esclarecer qué es lo justo y lo injusto mediante una definición,
recurre de nuevo a los dioses, esta vez diciendo que lo uno es lo que les agrada y lo otro
lo que les produce rechazo. Sócrates lo refuta argumentando que no siempre los dioses
están de acuerdo.
Convienen en que todo el mundo desea lo justo, pero no hay consenso en qué lo es.
Las cosas son como son por sí mismas, y no en función de cómo un sujeto las considere.
(Aquí se dan muestras de una postura realista)
Tras mucha discusión llegan a los cultos y sacrificios a los dioses, que conduce de
nuevo a Eutifrón a decir que lo santo es aquello que los dioses aman, pues ese es el fin
que persigue quien realiza cultos a los dioses.

Lo que hace Sócrates es cuestionar a Eutifrón, incluso cuando podemos intuir que quizá
incluso empatice con su causa por creerla también justa. Sócrates al principio adopta la
postura que todo ateniense adoptaría, pues lo que pretende es que Eutifrón tome
conciencia de por qué cree justa su causa, y así la defienda.
La situación se complica cuando quien muere por culpa de su padre, resulta también ser
un asesino, pues mata sin razón a un esclavo cuando está borracho. Además no lo mata
directamente, sino que lo deja atado y muere de hambre.

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