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Revista Estudios, Universidad Costa Rica. Nos. 14 y IS, pág.

179-180, 1997-1998

Addy Salas: Con Manuel, Editorial Universidad de Costa Rica, San José, 1997,413 páginas.

"No lo olvides. No lo olvides." Don Manuel ción" (p. 194) o cuando constata que "la calle de-
Mora recalcaba esta frase a su esposa y ella gus- sapareció, con la radio y la televisión como inter-
tosamente dio ejecución a este mandato. Addy mediarios ineludibles". Ella confiesa su timidez y
Salas hábilmente maneja una interferencia entre tengo para mí que le está pasando lo que relata de
dos extremos: la biografía sentimental y el doc- Carlos Luis Fallas, que tuvieron que empujar a es-
trinario trabajo de tesis. Lo recalca desde el prin- cribir. Pero a su vez promete otro volumen.
cipio: "este libro no quiere ser una biografía, ni Lo artístico-narrativo no le resulta indiferen-
un manual de historia, sino un testimonio" (p. te, como lo prueba por ejemplo en el penúltimo
13). Lo es, hasta con ribetes de álbum familiar, capítulo, al evocar conversaciones en el hospital,
por la cantidad de material fotográfico: y no lo ya con su marido muy enfermo. El libro contiene
es, porque un abundante corpus de notas y visi- también múltiples alusiones a Carmen Lyra, es-
blemente colaboraciones ajenas diluyen esa sen- critora y compañera en lides ideológicas. En va-
cillez de una "simple" remembranza. rios momentos se percibe además una mirada
La publicación coincidió con el año del cin- nostálgica hacia mentes tan generosas como Don
cuentenario de los hechos del cuarenta que de- Joaco, el gran desamparadeño, evocado en varios
sembocaron en la "guerra" del 48 y no por ser es- momentos e ilustrado en fotos.
crito con este tono y por una mujer sin cargo apa- Pero detrás de un hombre que no se puede
rente, resulta menos comprometido: su subtítulo obviar en el desarrollo histórico local entre los
"devolver al pueblo su fuerza" es elocuente. años treinta y ochenta, hay una esposa atenta, ... y
El trabajo va dentro de una línea que se ha una secretaria diligente. Es así como se ilumina
ido configurando últimamente. Recuérdese "Ca- con una nueva luz ciertos episodios cruciales co-
sado con una leyenda", de la Sra. Boggs, la pri- mo el de Ochomogo; también así se enfoca con
mera esposa de Pepe Figueres. Siguió el libro de nueva luz a personajes esenciales de la época, co-
Miguel Acuña ("La neurosis de una Administra- mo Calderón Guardia y Monseñor Sanabria. Sin
ción"), donde la perspectiva es nada menos la de embargo, un capítulo lleva como título "Yo mis-
Yvonne Clays, Primera Dama en tiempos del Dr. ma", quizá el más importante. Vuelve la modes-
Calderón (ella, sin ser nombrada, se perfila en el tia, cuando desde la introducción confiesa sus li-
libro de la viuda de Mora, por ejemplo, p. 126, mitaciones y repite a menudo un "no me acuer-
... ). Ahora le toca a ella. Relata en primera per- do" que no surge de alguna estrategia sino de lla-
sona, casada como estuvo con otra leyenda, la del na sinceridad. Estoy seguro que esta actitud le
fundador y dirigente histórico del Partido Comu- puede molestar a más de un lector; a mí en cam-
nista en Costa Rica. bio simplemente me parece inherente al enfoque
Más allá de asuntos, a veces, de menor im- adoptado. Por eso es que el libro tiene difícil lec-
portancia (para los que entienden la Política o la tura, en cierto sentido, por manejar diferentes re-
Historia sólo con mayúscula), ciertas frases, refe- gistros temporales y tonos, cosa un tanto visuali-
rencias y contextos llaman la atención por reflejar zada por la tipología de letras (negrita, cursiva,
un alma sensible. Incitan a pensar, como cuando ... ). Felizmente la autora irrespeta un eje crono-
de repente la autora se justifica: "nombro tales co- lógico que parecía anunciar en 17 capítulos, para
sas porque ya no existen. Las derrotó la civiliza- refugiarse a cada rato en evocaciones. A través de
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diálogos reconstruidos y un tanto armados para aporta matices, para "comprender el tejido", co-
la viveza del relato, por dicha tampoco surge una mo reza el capítulo 17. Ahora bien, el "no 10 ol-
hagiografía, ni del persona-personaje de su mari- vides" vale no sólo para la generación de los na-
do, ni menos de su partido: "he considerado ne- cidos antes del 48. Con justa razón subrayaba
cesario no excluir 10 feo de 10 bonito" (p. 18). Al Rodolfo Cerdas en una crónica periodística, en
contrario, está presente la autocrítica, con sus re- los días de publicación del libro, que estamos
proches a cierto fundamentalismo y a los conflic- frente a un fin de ciclo y que, con base en este pa-
tos internos que, en 1984, hicieron reventar el sado, cabe preguntamos si tenemos un proyecto
partido por dentro. Leer aquello después del co- histórico para la Costa Rica de hoy.
lapso soviético es revelador.
En definitiva, al lado de los libros de Soto
Harrison, Aguilar y tantos otros, este volumen Víctor Valembois

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