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volumen 11 • número 4
octubre-diciembre 2011
El efecto de la globalización
sobre los ingresos y el empleo
Michael Spence
Cita recomendada:
Spence, Michael, (2011 ) “El efecto de la globalización sobre los ingresos y el empleo”, Foreign
Affairs Latinoamérica, Vol. 11: Núm. 4, pp. 97-108. Disponible en: www.fal.itam.mx
El efecto de la globalización
sobre los ingresos y el empleo
Las desventajas de integrar los mercados
Michael Spence
c
en mi opinión
Una manera de medir el tamaño de una empresa, industria o economía
es determinar su producción. Pero es mejor aún determinar su valor agregado; es
decir, la diferencia entre el valor de sus productos (los bienes y servicios que pro-
duce) y los costos de sus insumos (las materias primas y la energía que consume).
(El valor agregado proviene del capital y de la mano de obra que a su vez convier-
ten los insumos en productos.) Los bienes y servicios son adquiridos a menudo
como insumos intermedios por otras empresas o industrias, como los servicios jurí-
dicos contratados por una empresa, por ejemplo. El valor agregado producido por
todas las industrias de todos los sectores de la economía forma el pib de ese país.
A diferencia del empleo, el valor agregado de las partes comerciables y no
comerciables de la economía estadounidense ha aumentado a una tasa similar
desde 1990. En el sector no comerciable, que experimentó un crecimiento rápido
del empleo, esto significa que el valor agregado aumentó un poco más rápido que
el empleo: el valor agregado por empleado aumentó modestamente, a un promedio
anual de 0.7% desde 1990. En el sector comerciable de la economía de Estados Uni-
dos, donde los niveles de empleo aumentaron muy poco, el valor agregado general
y por empleado aumentó rápidamente cuando el sector comerciable estadouni-
dense subió en la cadena de valor agregado y creció en sincronía con la economía
global. Mientras que en el sector no comerciable el valor agregado por empleado
pasó de 72 000 dólares a más de 80 000 dólares entre 1990 y 2008, en el sector
comerciable subió de 79 000 a 120 000 dólares; en otras palabras, el aumento fue de
sólo 12% en el sector no comerciable, pero de casi el 52% en el sector comerciable.
Lo más sorprendente son las tendencias dentro del sector comerciable. El valor
agregado aumentó en ese sector, incluso en el financiero donde el empleo aumentó,
y en la industria manufacturera, donde el empleo disminuyó, en general. De hecho,
en el extremo superior de la cadena de producción, el valor agregado aumentó tanto
que superó las pérdidas en el extremo inferior causadas por el traslado de la acti-
vidad económica de Estados Unidos a otros países.
El valor agregado representa un ingreso para alguien. Para las personas emplea-
das, significa ingreso personal; para los accionistas y otros propietarios de capital,
ganancias o rendimiento de la inversión; para el gobierno, ingresos fiscales. En
general, los ingresos de los trabajadores están estrechamente relacionados con el
valor agregado por empleado (no obstante, no es el caso de la industria minera y
de servicios públicos en las que el valor agregado por empleado es mucho mayor
que los salarios, ya que estas actividades son muy intensivas en cuanto a capi-
tal, y la mayor parte del valor agregado es un rendimiento del capital). Dado que
el valor agregado en la parte no comerciable de la economía estadounidense no
aumentó mucho, tampoco subió el ingreso promedio del sector. En el sector de
bienes comerciables, por otra parte, los ingresos subieron rápidamente junto con
el valor agregado por empleado gracias al aumento en la productividad en algu-
nas industrias y al traslado de empleos de menor ingreso a otros países. Además,
laborales parece ser real e inmediata; el aumento de los ingresos reales que produ-
cen los precios más bajos, no. Por ejemplo, según encuestas recientes, un número
importante de estadounidenses cree que sus hijos tienen menos oportunidades que
ellos. La lenta recuperación de la reciente crisis económica puede estar afectando
estas percepciones, lo que significa que podrían desaparecer cuando la situación
mejore y se recupere el crecimiento. Sin embargo, la evolución estructural de largo
plazo de la economía estadounidense y mundial sugiere que los problemas de dis-
tribución permanecerán; es necesario tomarlos en serio.
la gran desventaja
Es común pensar que el mercado resolverá las disparidades de empleo
y de ingresos una vez que la crisis económica desaparezca y se restablezca el
desde hace algunos años, pero los resultados son dudosos. Por ejemplo, la Orga-
nización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos aplica un conjunto de
pruebas estandarizadas, el Programa para la Evaluación Internacional de Alum-
nos, en más de 60 países, desarrollados y en desarrollo, para medir las habilida-
des cognitivas de los estudiantes adolescentes. Estados Unidos se encuentra cerca
de la media en lectura y ciencias, y muy a la zaga de la mayoría de los países en
matemáticas.
Los problemas en la calidad y en la eficacia de algunos aspectos del sistema
educativo estadounidense se han reconocido desde hace algún tiempo. Hasta el
momento, los numerosos intentos por mejorar las cosas, incluida la aplicación
nacional de pruebas estandarizadas y el sistema de compensaciones basadas en
méritos, no han dado resultados concluyentes. El problema va más allá del sis-
tema escolar. La falta de compromiso con la educación por parte de las familias y
las comunidades provoca que todo el campo de la educación parezca poco atrac-
tivo, lo que desalienta a los profesores dedicados y ahuyenta de la enseñanza a los
estudiantes talentosos. Eso, a su vez, reduce el incentivo para que las comunidades
valoren la importancia de la educación. Para romper con este patrón, será necesario
cambiar el valor que las comunidades —y el país— le dan a la educación, mediante
un liderazgo moral, tanto a nivel comunitario como nacional. Crear oportunidades
de empleo atractivas, condicionadas al éxito académico, es otro incentivo impor-
tante. Así se llega al punto de partida; en otras palabras: se necesita una mayor
efectividad educativa para que Estados Unidos sea competitivo, y la promesa de
un empleo satisfactorio y bien remunerado es un incentivo necesario para com-
prometerse con mejorar la educación.
A pesar de lo importante que es la educación, no puede ser la única solución;
Estados Unidos no va a salir de sus problemas con educación. El gobierno federal
y los gobiernos estatales deben seguir líneas de ataque complementarias. Deben
invertir en infraestructura, lo que crearía empleos en el corto plazo y aumentaría el
rendimiento de la inversión del sector privado en el mediano y largo plazos. Tam-
bién deben invertir en tecnologías que podrían ampliar las oportunidades de empleo
en el sector comerciable de la economía estadounidense en los niveles de ingreso
que no sean los más altos. El sector privado tendrá que ayudar a guiar estas inver-
siones, ya que tiene gran parte del conocimiento sobre dónde se podrían encon-
trar estas oportunidades. Empero, este esfuerzo también requerirá la participación
del sector público. El gobierno de Estados Unidos ya hace grandes inversiones en
ciencia y tecnología, pero la creación de empleos no es su principal objetivo; gene-
ralmente, se ve sólo como un efecto secundario benéfico. Ya es hora de dedicar
fondos públicos para desarrollar la infraestructura y la base tecnológica de la eco-
nomía estadounidense con el objetivo específico de restaurar la competitividad y
ampliar el empleo en el sector comerciable.
La estructura tributaria también se debe reformar. Se debe simplificar y recon-
figurar para promover la competitividad, la inversión y el empleo. Asimismo, se
deben eliminar las lagunas y los incentivos distorsionadores. Por ejemplo, las tasas
impositivas corporativas y las tasas impositivas sobre el rendimiento de las inver-
siones se deben reducir para que Estados Unidos sea más atractivo para los nego-
cios y la inversión. Actualmente, las empresas multinacionales que tienen ganancias
fuera de Estados Unidos tienen un fuerte incentivo para mantener sus ganancias
en el extranjero y para reinvertir en el extranjero porque las ganancias son grava-
das, tanto en el lugar en el que se obtienen como en Estados Unidos si son repa-
triadas. La reducción de las tasas impositivas provocaría una pérdida de ingresos
para el gobierno de Estados Unidos, pero éstos se podrían sustituir por impuestos
al consumo, que tendrían el beneficio adicional de ayudar a modificar la compo-
sición de la demanda de productos nacionales a productos extranjeros, una acción