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AÑO n . D O M I N G O 5 D E FKURKÍFIO D E ISOO. i S Ü M . 1,-.

r.'iiff arrei/ln A l'i lff¡ \h- prí>jnfila>i lilfiann y cuwL'nruí rxi^trntri, •¡uf.ila ¡mthibUla la rf}\Tiidnrv\ar[ lítr Ion grabailon g la Irü/lmrion ih lux a/lirnh.i ilfe.\le iirr¡Mu-o.

S U M A R I O . G r . i h i i . i o H . — l'nn n..i'lic cu rí o;im]iii- ri>i|ui.—Ilnlsa y j!iiiirilii-Iii^l^"i"3--í*ii'!i ili'l fl<is¡iit;il IIL' Siin Ju- Textil. I.ii «uiTra de Afrira.—flrrtnipn do la sriiian:!.—Flrs-
mi'iiln, —Itrlllniílr rnreiMlnihi p o r d u s rscuiiilnitiis ili' lliküMrL's'le liiiii.—lliiiriritii'ili: liis Cij(T|)iis v<i]iiiil:iriii>; llunmilns ILillcnient,— rrijitlini l'i|i"Unilli';i iM UTrciio r.i)iii|in'iidi,li> i'nln; í^ciits T el riil
la l'rliK^osii,—íliilhi.iit y ItnniiK liirncili;ili>s ;'i T<UIIMII.—Ti|i(i ili: un Vist;l lie l:is IU|jili>ilS, M:irilii 11 üii 'IVliiii 1.—.iii!i;i liislcaii ; H'iii(;-Kiiin{.-llinL'Íaeilt.—
iiiarroqui.—Vislii IÍL'I Kiinlo ili; l;i riii ili^ Ti'iiiiiii.—ltiimU'ra in¡ir- liiin iiiiidn^ crisliiiiia.—Niivulii.—CDnrríjintnlt-ncla.

le del cüinpiímciiLo en los mismos panijes donde tu- priiiieros COITOS tnmcdialos á sus Lrincliei-as por ios
U\ GUERRA DE AFRICfi. vo lugjir el cniíilíiiLtí del din In. Aunque por su es- Ijnlnlloniís de cazadoras de Arapiles y Simancas, y
ciiHO númcTo el eneniign no [i.-trecia icner inlonclo- formó on m;is:i.s li.'.laiilu de dichas trincheras el res-
iios de iU,-ic;if roMiiMlriioule, ol Gciitit-iil PrJni, que to do la primera división del segundo cuerpo.
conlintiahíi con el ni¡mdo del scíjiiudo cuerpo por ElGcnei-aíonJcre, liicyo que rejibió el aviso
iuiscneiii dí'I ficnenil Z:ivid;i, dio ¡n'iso sin demora dni General Prim . se trasladó ai punto amenazado,
rp'j •tü^i't N el articulo ílcl número |>rcccilciile, do lo que ocLirr'iíi ni (leueral en Jefa; hizootiupar los disponiendo n) mismo licmpo que una coníprulja deJ
• -.. - lercor regimicnlo
^ : ^ d¡l.i..s I:. monlndü do aríille-
y^é'''^ Mnri7tr¡i'ii *' "¡> y una de nion-
'' • * í (le l.'l II !••"'- Inña , avíinzascli ;i
••-"••' dKi del [íjóf- silirarsoála izquier-
("iln, (lospiics ílc IKI- da de nuestra linca,
l)L'rliC(.*lici lu defiillu- q'ic can |;is tros del
dti del cniíibíile (pie segruRJo regimiento
el Uiii t(f di! Ollero iiionUido, que ve-
iiivn inie snsleiici' W'Jiaii en Ja misma
i:onlr;i lua juerzíis posición qiie ociipa-
Mi;iiTn((iiíos 011 Iris l«in eJdialU, n,\\\-
|i¡n-iijes vecinos ¡H poniuii una formidn-
CJini|irmiet)to (¡ue Woljalcji-LLuseei-
oeii|«i)j;i soljt'eel rio I-J'os (ij.s/>jjros de
Cíijiil.-incs. Uinlas piezas sein-
El tlia 11 de di- ííiTii'oncI estrago t'íi
cho niüs el enemigo el enemigo, el cuaf
no Sé pfüsciiló, pe- "O por eso dejó de
ro ct I2úlMSdos ílc avanzar cada voz
la Uirdc se prcsen- mas nujneroso y
inrún nlgiioos gru- atri.'vido , üoiívír-
pos de moros, jil (icndo on formal y
jfriiicipio no muy Urii-i n o c l i e e n e l c n i T i i j á m s n t o . vigoroso ata(¡iie el
numerosos, ni (ivit- rilcmlllilD Jior naestrocr>rrVFpDiisn] I), fl. M.) qik-íd]jrii]ei|iiuania-
'JÜ KI., MUNDO MTLTTAH

^^ara como ligera cscaiamuza, extendictido la línua enemigo fueron muy considerables; y á pesar del á las ocho de la mañana sobre la boca de la i-ía.
de sus fuegos por lodo el escabroso terreno al Sur extraordinario empeño que pone en retirar sus lieri- Hc'cho un disijai'o á la torre que hay en ella, y no
del campamento, prolong'ándose desde el parajje en dos y ocultar los muertos, dejaron 47 cadáveres en habiendo sido contestado ni desde la torre ni desde
que se apoyaba el flanco derecho del tercer cuerpo, el campo y 4 prisioneros en nuestro poder. Las tro- una batería colocada al Norte, á corla distancia,
por delante de todo el frente del segundo y hasta la pas se condujeron con su acostumbrada bizarría. Del mandó que desembarcaran LOO hombi'os de tropa y
división de reserva. General Prim dice el General en .Tere, que en este mai-inería á las órdenes del Capitán de fi'agata don
El General en Jefe, á íin de rechazar el vigoroso combate manifestó la pericia del General y el arrojo José Polo de Bei'nabé, para que se apoderaran de
ataque de los moros, hizo avanzar por la izquierda del soldado. A su lado se distinguieron los Generales dichos dos fuertes, lo cual se efectuó sin necesidad
al batallón cazadores de Llerena, perteneciente á la de división Orozco y 0-Donnell; los Brigadieres Pa- do desembarcar toda la tropa y marinería que el
segunda división del tercer cuerpo; por la derecha redes y Hediger; el Coronel Jefe de Estado ¡Vlayor General Bustillos tenía preparada para el caso en
cuatro compafiías del segundo batallón del regimien- del segundo cuerpo D. Gabriel de Torres y Jurado; que los moros hubiesen tratado de defender dichos
to de Cuenca, perteneciente á la división de reserva; los demás Mes y Oficiales de Estado Mayor y det puntos, y qite se componía de las giiariiicínnes de
al mismo tiempo el General Prim, al frente de la di- cuartel genei-al del mismo cuerpo, y muy principal- los dos buques perdidos, vapor Sania habd y go-
sion O-Bonnell, avanzó arrollando con su enérgico mente la escolta de iníarUcria del General Prim, que leta Rosalía, y 50 hombres de la guarnición del na-
empuje delante de si al enemigo, y envolviéndole compuesta de un corto número de valientes, en va- vio Isabel II. Acto continuo el Comandanle do las
por su derecha. rias ocasiones hizo retroceder á fuei'zas enemigas fuerzas navales hizo la señal [Mira que la división
El enemigo cedió; pero en su tenaz empeño hizo considerablemente superiores. Kios comeiizíU'a ;i desembarcar, y él mismo se di-
un esfuerzo por romper el centro de nuestra línea; El dia 13 no se dejaron ver los moros. A las rigió con la canoa á la torre de la boca do la ría
el General Prim, con el arrojo que le caracteriza, á ocho de la noche el Brigadier Cervino, con los dos acompañado del Mayor general de la escuadra.
la cabeza de su cuartel geneml, le salió al encuentro batídlones del regimiento de la Albuera y el de ca- I,a marinería que había dcsembarciulo, escaló la
rechazándole victoriosamente, mientras que la se- zadores de Ciudad-Rodrigo, que componen parte de torre cuya puerta no pudo abrirse por fuera, y ar-
gunda división verificaba su movimiento con éxito la brigíida de su mando, se situó en las llanuras que boló en ella la bandera nacional; dentro se encon-
completo, adelantando su segunda brigada al mando baña el rio Azmir para proteger el paso de toda la traron siete cañones do hierro del calibre de á 24,
del Brigadier Hediger. La división Orozco avanzaba artillería, por un puente conslruido por los inge- montados sobre cureñas del sisleina Gribaubal; de
por la izquierda sobre el enemigo, que cada vex se nieros con admirable prontitud y solidez, y solo 500 á 1,00Q balas del mismo calibre y una bandera.
ilw reconcentrando mas, deshaciéndolo por último con las relamas, pequeños arbustos y las are- En laljatería del Norte se eneonlmrnn tres cureñas
con una brillante cargaála bayoncladadaporlos ba- nas, únicos elementos r[ue ofrecen aquellas inhospi- del miíjmo sistema, y poco después, esca^^aiido, los
tallones de cazadores Arapiles y Figucras. Asíconli- talarias playas. La operación duró toda la iioclie; tros cíiñones que las correspondían y que los moros
nuíU'on avanzando nuestius ti'opas con el brío y re- las avanzadas del enemigo se veían al frente y á habían enterrado al retirarse; 25 granadas de 08
solución que las caracteriza, dejando en pocos ins- corta distancia , y los tres batallones mencionados sin cargar y 11J balas sólidas de 32. El General Bus-
tantes el campo limpio de enemigos, que en confuso permanecieron toda la noche sobi'e las armas sobre tillos dispuso r[ue quedara en la torre un destaca-
tropel de infantes y ginetes buian delante de las ba- la húmeda arena, esperando con el mayor silencio mento de tropa y marinería, y que el resto de la
yoneUas de nuestros soldados, los que se detuvieron al enemigo, que no se atrevió d moverse de sus po- gente que habia desembarcado regresase á sus res-
en su avance á Uiu corta distancia del campamento siciones. pectivos buques.
marroquí, (pie ii haber tenido el día una hora mas El dia 14 tuvo lugar la Ixitalla gloriosa y san- Entre tanto la división Rios desembarcaba una
de luz, hubiese quedado en poder de los. vencedores. grienta que hizo dueños á nuestros soldados de las
milla al Norte de la tori-e, empicándose en e^ta ope-
Las tropas cnipcüadas en el combate, en su im- alturas do Cabo Negro y de la vega de Tetuan. En ración , dirigida por el Capitiui de fragata D. Manuel
petuoso avance liubiau voriíkado un cjunbio de fren- el número siguiente liareuíos la narración extensa de la Rigíida, las lanchas llevadas al efecto de Má-
te sobro la izquierda, y ocupaban las posiciones si- y cu-cunslanciada de este brillante hecho de armas. laga y Algcciras remolcadas por botes de los tras-
guientes : en la extrema izquierda el batallón caza- 1^1 división Ríos quedó embarcada en Algocíius portes y escampavías del resguardo. El desembarco
dores de Llereua; á su derecha los de Arapiles, Si- el dia 14. El dia 15 al amanecer se hallaba en las de la división quedó torminailo i'i las diez y cuarto
mancas y Figueras, y en reserva de estos los regi- playas de Cabo Negro. Al amanecer de dicho dia el de la nwñana. A la división Rios se unieron en se-
mientos de Córdoba y Castilla: la segunda división General Bustíllos, Jefe déla escuadra de operacio- guida una batería de montaña y acémilas del Ejér-
del segundo cuerpo, en escalones de masas, ocupa- nes, y el General Ríos, desembarcaron y coníercu- cito. A las cinco de la larde el General Ríos tomó
ba el resto de la linea, cuya extrema derecha cubrían ciaron con el General en Jcle, acordando c[ue á la las [tosiciones de la boca de la ría, haciéndole en-
un batíxtlon de la Princesíi y el de cazadores de Alba mañana del siguiente la escuadra batirla los fuertes trega de la torre-el Capitán D. Segundo Díaz de Her-
do Tormos: el regimiento de San Fernando, un ba- que defendían la entrada de la ría de Tetuan, y que rera , Jefe del destacamento de tropa y marinería
tallón del Infante y dos escuadrones de coraceros del la división Ríos descmbarciiria y se apoderarla de que la guarnecía desde el instante en que fué ocupa-
Príncipe formaban la reser\-a general á retaguardia ellos. Los ingenieros estuvieron ocupados en el mis- da. Dicha torré tenia reparada todK la parle Sudeste,
del centro: la artillería montada continuaba en sus mo dia en habilitar candaos para el tránsito de la conociéndose por lo reciente de la obra los estragos
artillería. ([uc en ella hicieron las granadas de los buques el
primeras posiciones: la compañia de artillería de
dia 20 de diciembre.
montaña afecta al tiuinlo regimienLo de á pié de la El dia 16 el enemigo se presento en fuerzas con-
misma arma, al mando de su Capitán Sr. López Do- siderables , pero habiendo avanzado contra él la di- El dia 17 el Ejército verificó sin molestia la tras-
mínguez , acompañaba desde el principio de sii mar- visión de reserva y la de caballería y el tercer regi- lación de su campo por el ílanco izf|uÍerdo á las ori-
cha á la segunda división del segundo cuerpo;' esla miento de artillería rodada, á las órdenes del Gene- llas del rio Guatl-cl-Jelú, reuniéndose á la división
balería contriijuyó con sus certeros fuegos albuen ral Rubin_, no quiso admitir el reto y huyó en el Ríos y ocupando el ediñcio de la Aduana de Tetuan,
éxito de los ataques de dicha divisioii. mayor desorden, perseguido por los proyectiles de convenido ya por nuestros infatigables ingenieros
. Acercándose la noche y hallándose las tropas le- nuestras piezas rayadas, que le alcanzaron hasta en un fuerte de gran defensa.
jos de las tiincheras, el General Prim dispuso lai'e- cerca de Tetuan. En este dia los moros trasladaron Desde el 17 hasta el 23 sin que el enemigo se
lirada al campamento, que se verilkó por escalones, su cíunpo alas vertientes de Sierra Bermeja. En el haya atrevido en dichos dias á descender de sus posi-
con el uiaytjr orden, sin que el enemigo se atreviera mismo dia'á las seis y media de la mañana, el Ge- ciones, se han ido haciendo lodos los li-abajos preli-
á hostilizarlas, f[uedando terminada á las siete y me- neral Comandante délas fuerzas navales se dirigió minares y preparativos necesarios para em[)rcnderiíl
día de la larde. ^ con los buques de guerra y trasportes al Sur de Ca- sitio de la plaza enemiga con todas las seguridades de
Las pérdidas que tuvimos en esLc día consistie- bo Negro, donde dcbia desembarcar la división Ríos. buen éxito que pueden exigirse al General mas inte-
ron en un oficial herido y 2 contusos; un individuo El General Bustíllos, que montaba en el vítpor Vul- ligente, previsor y escrupuloso en el cumplimientó de
cano, colocado á la cabeza' de la linca, se hallaba sus deberes. El dia 23 el enemigo quiso tentar otra
de tropa muerto, 90 heridos y 41 contusos. Las del
PANORAMA UNIVERSAL. W

VOZ la siicrtí! CÍÜ las armas, y como siemprefiiú dur- sin (inda van íi sTiminisIrai- i'i lo^ iiimles ilcl i^riiiinnnnii de sus Esta nueva bandera arrancada en la acción de] 2Ó, de
mliulo, dejando cu ¡Kulcr di', los liuKíiTnsdLí Fnnicyio mus nefíraí |)íijíinas. Leemos solini esLe liornWo sucoso la en medio de los escuadrones africanos por el denodado im-
aiyuiente coiimiüfaoioii que el iieriódieo do donde la toma- pelo de loa lanceros do Farncsio', es arifs tica mente consi-
oir'ii liíindcíiii, que c! Gcnciiil cu .Icl'e, previa la vé- mos reiiroduce con loitn vnsiM'va. derada de tan escaso valor como la primera. Se reduce á un
ala tle S. M. lia olrecido ú nombre del EJLM'CÍIO al rtlíxiste iiii ln nulle-siir-Lnin;, iiohiaciou situad!» cnLrt; trapo de la misma lela, del mismo color y de la misma
Serenísimo Sr. Príncípcde Aslurias en ía solemni- Nenvy-sur-Loii'é y COSIIG niiii iiosada cuya nnieslra es ,1 i'n gt- forma (pie la anterior, no teniendo por ctmsifíuiente mas
dad de sus dias. ^•afa, lisia iiosatla, dislaiUe cerca de SCM) metros de la iKjbia- diferencias que el asta algo mas larjífl , y !¡t hoja de hierro
cion y aislad!» de toda otra vivienda, esta situada en el eami- con que termina alpo mas esbelta y tersa.
El mes do enero lia sido de li'ninclc f;loria para
110 de Orleans \i Novei-a, ,v la nueva via-féri'en que prisa cerca
lUicsU'O EjórciLodc Arrica. Comenzó por la victoria de ella ilivide uu f!nn|io hasLaiUe jíratulc ([ue se extiende :i El hospital díj San Julián, que desde su instalación está
de los CastillejoB, y ha Lerminado con otra mas in- sil IVeulc! y eonsliliiyií nna de siisde|ieiidern'Í!is. Hay ijue ad- mereciendo los mas sinceros aplausos de tofla la prensa» ha
si^^iic, si e!d)e, en las llanuras doTcLuan, en (jiie han vertir qnoct dueño déosla veutu y eam|)0, despncs ile Inilier llamado ya, como tm podia menos, la ateiicien de S. M. y de
sido derrolados vergonzosamente dos Prtnciiíes Afri- lieclio inútiles esfuerzos |)itra coiiscyuiv qne el camino de resullas vemos con singular placer que en la Gaceia oficitl del
liierro no pasara por las inmcilñu'iones de su casa, y al ver 3 se dan en el Real nomhre las {rraeias á las señorasquo con-
canos, hermanos del Snllan de Marruecos, y á la
que los traliajos de exidanaciim se iltan acercando, se apn*- cibieron y sostienen del modo mas expléiidido aquel lujoso
vista del Gnlíoniador de GibvaUar. No deja de ser siii'i'i a cifrceer ([ue liariii i>oi'su projiia cuenta las eseavaeio- asilo para nuestros bi/.arros heridos del Ejéiyitn di; África.
easiial eoiiieideiieia la Ucg-ada del pei'sooaiío hrlLíinico [u;sí[ue fuesen noeesarias en su pro|»iedad. Estos ofreci-
En el itñmern pasado dimos el diseño de nii sillon-coclie,
á nuestro campamenLo, y la del Príncipe Sidi-Hamet inienlos, de que n!idie pudo por entonces darse razón, no
por medio del cual los heridos residenles en el edilicin pue-
al campo cncmig-o; muchas consideraciones se nos fuomii ncc|itados; mas 0(1 so tardó en conocer la causa,«pie
den, cuamlr» conviene, trasladarse con toda comodidad de
los mntivalia.
ncnrren sobre esle hecho, qnc no expresamos, por- uno á otro piuito.
qno nos liemos [íropueslo sor meros cronistas de »JV los [n'imenis a/nduna/os (i:ides junto :i los árlmlcs que Solo el inyenio de la caridad, expresado por la sinqüUica
hahia en aquel campo, se encentraron ios restos de un cadii- sensibilidad del IKÍIIO sexo, puede crear prudigios como los
hechos cicrlos y pLiblicos.
vcr, Ineao otpo, luego otro; en una palabra, un esípielcto al «pie hay ocasión de admirar eu el eslalileeímiento de que nos
Annr|iie hemos recorrido lodos los aconlecimicn- pié de catín !'irhol. ocupamos.
los que lian tenido lug;ar durante el mes de enero, líEste desenhritnienlo imprevisto y que revelaba una serie El dolor, la misma muerte, pierden en medio de tan cari-
haremos la narración extensa y circunstanciada de de en'nienes, Ue^ó pronliimenle íi oídos de la justicia, y se ñosa solicitud la mayor [larte de su fimebre prestigio, Hemos
emiie/ó á instruir siu pérdida de tiempo la cem[M;lenle inda- dicho anteriormeiile (pie un herido se creia trasportado al
las batallas y combates del 14, 16, 2:i y íi1. de ene- yacion. Parece que el ventem á Un de snstritei'se á ios rumn- ahi'ir los Ojos al [»rimer rayo de la rnañunit (son sus propias
ro, lueiío r[ue tcng'amos de ellos los datos que hasta res del público, que omiienabn ii reiiraducir con este mntivo palabras) al tocador de una dama, y hoy'podemos añadir el
ai'iui nos lian serviilo de |irinei[.ial base pam redaelar acusadores recuerdos de sospeebas cjiíe habían pes:idu sobre dicho de otro cpic reliriéndoso ft lo que presenció durante los
nuestros artículos. él con luolivn de eslraüas desaparicinncs tle personas que últimos mouKmtos del sfíñor Talero, uno ecliú de meaos, ni
ludiian pasado la ueelie en su venia, uianifestii [lorde pronto hkslágrimas de nna madre.»
La ardiente animación de la fíMorra y de los cam-
liallarse poselilu de indignaciun, y acus» desde iuepi de ca- Las fundadoras de (vste eslahlecimiento, cuyos nombres,
pamentos so ha trasladado toda, al ^'alle de Teluan. Inninia ú los quo se alrevian :i Uacer tilles siiposieioiies. no cu (Kqiel, sino en labias de márrnid (piisiérainos estampar,
En torno del Serrallo y en las alturas que lo rodean, >iI>ero la ctreunslancia de halterse suicidado sin causa co- son las si{,'nientes:
parayes que han sido ag-itado teatro de lan sanf^'rien- noí'ida una bija suya á los pocos dias de casada, ln incivihlc Exorna. Sni. doña Trinidad Orimd de íleredia.
tas escenas, solo reina el silencio, la soledad, la raiiidc/. de su fortuna, los esfuerzos qne bidña hecho fi Doña AuKilia Heredia de Loring, Condesa de Lnring.
Ihi de impedir que el tra/.!ido del nuevo camino [íasarai por Doña (i:innen Quiñis de Trciller, Marquesa de Paniega.
monotonía y la paz de los sepulcros interrumpida
a<i«el fatal campo, y el estado de los cad:iveres, délos cuales Doña Julia ririiud de Heredia.
á veces por los acompasados golpes del hacha del lüdiia algunos t[He liiicia poco tiempo liabiansido enlerrados, Dnfia llosario Oriarzahal de Loring.
leñadoi". Apenas so ve de tarde en tarde á través y <pie aun conservaban cerca de sus restos señales del cri- Doña María Lorinj; de Dolías.
do ios es[iesos árboles que cLilircn aquellos bos- men que po<!¡au contribuir íiuu exacto reconocimiento, to- Doña Maria Heredia de Parladt?.
ques, la sombra errante de algim moro faméli- das esas cireunstatn-ias reunidas, cornibtu'alian terriblenieule Duna M!iria Qnirós de Parlad(>.
las nutn'us sospeebas. Asi es qne no obstante 1a audacia y Duna .\na QiiiriVs de Parlad^'.
co y^lu^itivo. El dia 23 fueron sorprendidos tres
disininlaciou de sus procedimientos, el ventero fué reducido
moros en los reductos de las altui'as del Serni- Doña Ihifaela Itoose de Quiñis.
á [irisiiMí é ineinnuiiicado de su mujer é hijo.
Doña Mercedes de Quirós.
llo; dos se entregaron prisioneros y el otro mu- "Dícese «pie liace ya inasde ríOaños qiu; aquel mónslnio
rió á consecuencia de la lena?, resistencia que opu- venia alrayeude :'i su ]Ktsada, |ior la ecí)riumía de fíastos, á 1(H El vifíor que de algún tiempo i esta [larle vemos desarro-
so. Rn un reconocimiento hecho últimamente sobre lilis los uicrcaderes ambiilanles y pequeños iiitlnslriahís. ;i llado eu nuestra |)ali'¡a. por todr» hi ri'lativo á útiles adelan-
el pueblo de Anghei'a. por el General Lassausíi- <piiencs obsequiaba por de pronto reserviindoles luirbara tos, se ñola particularmente en el progreso que se observa
muerte para euiíndo estuviesen dormi<leK. en las viiis furnias, En el presente año se alirínin á la circula-
ye con la brigada de su mando, la de vanguardia
«Asi es (pie al lado de una de las victimas, se ha encontrado ción, scRnn las condiciones de subasta, lado Madrid i'i Valla-
del primer Cucr[io, se encontraron por las cañadas y
la rueda de un vaciador, iil liid(f del otro el cajón de uu bu- dolid, ynyi] ti'ayeetnse recorrei'j'i en seis horas; la de Madrid
bari'uncos multitud de cadávei'es de moros bacina- IiLMicro, y utros instrumentos propios del oílcío que liabiau !i liúr^os en II, y la d<' Madrid á li'un en 11).
dos. La brigada llegó hasta el pueblo de Anghem y ejercido.
lo encontró complcttimente desierto, y una de las uParece que los caihWercs encontrados Jiasta el presente
casas d.í mayor cajiacidad , convertida en cementerio pasan de So."
de cadáveres de ¡nlielcs ¡ascpullos, víctimas tlel plo- DESÜEIPGIQIJ T 0 P C G P Í F : C A
INTISHIOR.
mo y del acero de nuestros valientes. ¡ Terrible cas- nKI. TKRHI'lNO rOH1>UKlS»]l)0
El banquete con que SS. MM. celebraron en la noche del
ligo, dirán los sectarios del profeUi, ha fulminado ENTRE CEUTA V EL RIO MARTIN Ó DE TETUAV.
olí el feliz cumpleaños de su aiiyustii liennana UliifanLadoña
Alá, sobre los íiue con sus bárbaras é infundadas Luisa , l'iié lodo lo es|iléndido que era de esperar.
agresiones han dado ocasión á la presente guerra! Desde el pórtico del rcfíio ah'!t7.!U' basta el suntuoso salón Para mayor inteliircncia del mapa qne aeoirqiañaha al nú
.TOSE SiDno Y SUHGA. donde tuvo hijear ei banquete, haliria podido creerse qioí de- mcrn auterier, vaiims ¡i liacer siquiera sea i-ájiida y breve-
minaluí una deliciosa pi'iinavei'a con toda la suavidad de su mente, una descripción de los ¡lai-aj^es que nuestro Ejército
luz, la IVajíaucia de sus llores, y hi dulzura ríe! audiicnle. ba alnivíísado en su marcha desde el campamento ih'l Seiia-
S. M. la llciiia se ))n!scnlúpniilu;ilmeiite :'i ia hura señala- llo al valle ife Telnau.
da, y la cariñosa exprcsieii de SLI rustro dejiíba a|iciias lijar la El Imperio de M!HTUI'(ÍOS es una de las retienes mas mon-
CRÓNICA DE LA SEMANA. atención en el elegante cuanto sencillo traje biancu. ni en tnosas, agrestes y féililes de la tierra. La majestuosa cordi-
las ri([uisiinas joyits que adornaban su aui^usla [lerseiia. llera del (Jraiidc Atlas lo divide de Sudoeste á iVordeste «MI
bislin^uíase asimismo S, M, el Iley por sn afcctnesa !inia- dos parles; la que cae bíuíia las vertientes occideiilales coui-
EXTERIOR. bílidad, y la infanta iloña Luisa [''ei'uaiida veslida de lilant^i príMide los ifínos de Marruecos al Sui', y de Fez al Norleí ¡i
Eti linilo (nio Ü11 líis nlLoft pírciilos cliiilomñliriis s<; ¡iiíLlan con aderezos }ír.Huites, rev<dal>:i cu la |i:didez de su hermoso esle reino pertenecen los parages que vamos i^ describir.
cu Fraiiciii CUCSUOUGS, (jm; imcsims coli'gus ijoliticos i'C|ii-<)- rostro al;,'uu tantik de sulriniicntn deludo tal vez al estado Muchas de las cimas del Atlas, se al/.air á mas de 5,(Hin
(lucinuí con t>iiOL'ltiuiisnhsGi-viu'¡Liii(!S, viuiiaf imsotroa í\ ilar iutercsaiile en que se encuenlra. meiros sobre el nivel del unir; el monte MUhiu (|ue es e\
razón ílí! un sttücisti qtii! liare alRuiiiKs ijíussifíi»! Iliiinamlij liii- punto mas culminante, se eleva á la altura do ."5,473 inélro.s.
lOfOKuiiKMih; l:i ;iL«iu:ioinle los |)t;r¡i.'niii,uvf do |;i N¡i;vri;. 1',L'I-<.';I Otra bandera ban remitido \ su Ueína nuestros valientes Las cumbres ni:>s alias del Atlas esliin cubiertas de nieve
de una venta iiiinucliiila ;U lra/,¡ulih del í'aiiiirm tic liiei-ri] de de África, ulru troteo r[iie linr!'t grata nucsLra memoria á las todo el año; la nieve ajílomerada en sus laderas sii derrile en
Brturboiinais ¡t Cosiie, se ti:ui cncoiili-adu 17 cailávoi'ds, que venideras j;euer:>ciones. el estío y da or/ffcn ¡i multitud de aneyos, que serpcnleaudo
100 E L MUNDO MILITAR.

B r i l l a n l e ctirga dnda p o r ilos e s c i m d r o n e e ele H ú s o r e s de lit PrincfRn , el din 1.* de e n e r o de 180O,


llteiiiitiilu y dibujada por nuestro currusimiisal tí. .Munut-l .Mjria JiiUL-iiei).

\)üi- las t,':iri;.i:i(.is y


(ar. V.w K'\ lado qrio
valles <|iit! roriiiiiti h s
cao al Ksle do dícliu
iiiiiuinciaMc's liimili-
liniiiliailurio so cii<
riiciniifs (|ue so deri-
«•iionii-aii lo> |iara;íoH
Viin lii.' (:m ííraii(lif>sii
do (|iie vamos á ocii-
('(irdilii'ia , van ;i ¡la-
jiaiiios.
lai" :i1 mar ú :i otros
litis, aiiitiL'iitaiKlo L<l Las rariiíJicacin-
caudal do sib;iijíuaa, iiOsdcICi'amio Atlas,
iiueeri siiciit-sd inan- ([uo como lioiiios di-
tii'iicii la t'i'i;if¡d;.d \ clio ciil>nai casi lodo
IVrsciiia ('11 los valk-s el Kiiolo dol IiniH'-
y llamiias y dcs[iui!s ríü, liad lili dolo [KH'
(It^si'iuhiH'aii i.'.n lus domas atrcideiilado,
(lus maros (itu> Imñaii .iKi-osti", [liiitorcsco y
las cusías sc¡iU'iili'Í(i- orlil, (MI sus íilii-
iial y oi'cÍ(ii;iital do iiias .doi-ivacioiios U»-
lan dilalada rL'j,iiiii. t'iui las costas do los
dos inai'os {|uo lo
Las nimillcatMoiies liañau. Una do os-
ikd Alias culirc'u casi las raiuilicacioiios for-
Iddn el siK'lii dol Iiii- ma una iroidUlora do
[itírio. La cosía 'SmU- 1,300 motriLs d<! altu-
di'l)uisin(),t'oi']i)auiia ra soliio el iMvol d(;|
liidf'iiiida curva de la ' mar, conocida con
cual la oxtromidad lil iiondiro de Sierra
1)1 lidciital avan/a cu ' iill¡i;c.i, y (¡ue avaii-
i'l tiiai- fiiniuindo iiu líii lio Sur á Norto
iailiciisopromiiiiliit'io l'or el jiiiuciiso [iro-
!!«« casi loca ala par-" nioMloriociladd, lias-
le mas saliciito >• mo- ta lo]'iuriiar(^)i su ox-
i-ídi<iii;Ll di' Ksjiaña. tromidad mas cnluii-
riii-m:nido coa olla el iiaiitoyseiitenlríoiial
Ksii'oclto de Gibral- Guliiiue y llniíuK inriiadmiofi ú T ji. IL.I al l ü d j E n e r o d e 1 8 ü O .
01) punía Lüona y
(llCLuiíiljy atbjj;i.ii lur njesU-ücorrcs|joiisul U. \lfunso CaiaiTonJ,
PANORAMA UNIVEHSAL. ini

el iiroinimlono du ("ires, ciibriendo Ins ;ilri'ii(;- tlu los siglos XVI y X V n cuando lodo el li-
ilures itc CL'UIII y sioiid» el IDUIIIL' llailio iiiia tORil de Marruecos y Iterlterta eslalia sume-
|)]'ol()ti;^':K'ii)ii (lu rAU. tidu :i lispaña y Porluyal.
L:is (lt!nv;ici<iii(;.s iiiit! ilü oslii ciiniilli'ra Las altiiray do la Condesa y el iniuile N B -
cucii á la |)iii-li; di; Luvünti! luisla lus;ir l;is Rron ftirman un valle de iiaiitaiios y l¡it;uiias,
ayiüís (IL'I MtídiUMniiiou, Ibiniaii ilcsde llciitii cxcelcnle criadero d e las lamosassani;uijuelas
liastii ül c-iibo de Ti.aii;in, cuatro valles ú (luc
de líerlíiMia, di- iiue lanío consumo se liaee
liait TKiiiiliio los dilereiircs ríos (¡iieliisriegan.
en Kuropa y .\mi:iica, y por cuyo a i r e u d a -
Saliendo di^ las a lluras ('iilitei'lasdi'i!s|)i<sii «liento lia peiTÍliido el Emperador de Mar-
husqiJi; i\{u: dniíiiiiaii el Seri'alltt, y en las eiia- ruecos anualmente la considcralile suma de
Itís lian eonKLi'iiidí» niieslros soldados los re-
cuarenta mil dni'os. Kl rio Manuel, tjue da
d u c i o s d e halicl U. l-raacUní de ,1M'S. tixpam y
iKimlire ú esle valle , y asi se llama por el de
Cixnerox, ({He dominan el camino de Tánger,
Uno de los Monarcas i»oiln^neses predeceso-
el ramoso liiKiiiete de ,\ii;íliera y el eaniino de
r e s del i n r m l u n a d o Kcy b . S e h a s l i a u , ó riii
Tetnaii , y atravesaiiiJo el barraiiro lie las
M n n e l , como Ins áralies le pronuncian , se
(lolmeiias, cuyo IVindo llenan con freeueneia
[lierde en dichas lagunas. Knlre las layuíias y
las ajanas l o r r c i i l o s a s , s¡{;niendo |ior la playa
el mar liay un esireclio p a s o , ¡lor donde
del Canto, se eiilra (;ii el i>rÍin(^i'o lie diclins
nuestro Kjéifilo siyiiiú su marelüi liídiil y
etialni valles, á (|iie llamamos de los Castille-
valerosumenle diritíUla el diu (f d e e n e r o , de-
jos, poi' los edilicios ruinosos (pie en él se le-
jando hiu-lado al eneniiíío en las alUiras C|ue
vantan corea de la orilla del m a r ; al arroyo
<]ue lo atraviesa le liemos dado el noinlue de rodean el valle, en las cuates esperaba eon-
rio Casliltejos; solire una du las colínas ([iie liadameiilt; ser a l a c a d n , y poder seimllar á
accidenlan el l'ondo verde del vallo, se óslen- lodo el Kjéirilu en las l a y u n a s , no podiendo
la niio de esos Illancos eililicíos de lorma có- lu-esuniir (jue lomase la direcciun que llevó.
iiiea ((lie lanío aliund.in en l;is rajíioucs Lahj- Kn el monte .NcHi'on , cuyas v e r ü e n l e s r i i -
ladas |ior nuisnlniaiies y que sirven di; mora- tí!in los lins .Neltso y .\/.mir, aeaini¡ó nuestro
da (Je eleniii ro[>o.so á las centras de al^nn Kjércilo el día 7. Kn o l a s monlañas se vió
saiilnn ó inoi'aliilo reverenciado d e esos lariá- asaltado y enlorpecido en sn niarcl.a, no por
licos S(;clari«is. Los moros rían al valle el noin- la resistencia del ei:ei»it(o, sino por tii.a Unr-
lire (le i'nediik y al a n o y o (pii^ lo rie^a el de rihle toniiiestad, i»'i'los elemenlos desenca-
Ayoals; iiueslrc^s soldados se luisesioiiiiron de denados. Tres dias an^tusliosos pasó asi eii
él el día 1." de e n e r o , retíamlo ¡ilinndaiite- aijiiella posición mii;slro \aiíeiite Kji'-rcito, Íi>
inenle sus verdes praderas y colinas con sn ciininnicado por tieri'a y por m a i ' . suliiendo
sun^re y la de sus ciieniigos. los torrentes de ajíiia ipie s r desj^ajaliaude las
n u b e s , y las furias del hniacan ijue deslroza-
LasalUinis de la Condesa cierran al Sur
iKín los débiles abiiiíos de las liberas liuLdas
I valle (le los (;:istillcjos. De ellas se pose-
d e campañ:i, sin t e n e r un momento ile alia-
sionó y acampó el Kjcrcito el día i d e e n e r o
tiinicnlii, y con es;i provi-rbial constancia con
tlespiies de nn breve ccimliale d e avanzadas.
f^"' S cpie lantus dias de gloria lia dado á su patriii
I'^l iionihre es]tañol cuii qne se díst¡ii<{i]e
T i p o lili u n 1 n u r r u i i u i p r e s e n t a d o e n e l C a m p a m e n t o e n l o e p r l m e r u R el soldado esiiañol en linios tii'DJiíiJs. asi de-
esla derivación de Sii-rra llnllones, lu'ocede d i o s fie í l i c i e i i i l i r c úo I K ' t í ) , rundiendo y reeoiKjitisIaiiuo el suelo palerno,
(DcmiiiíJD |iur iiucblru ciirre.-'imnsul 1>. M. C.J

V i s L n d e l F i i e r i e <le la r m de Tolunii. O a n d e r a c o g i d a p o r et o e c u a d r o n d e F a r n e s i o el 2 3 d e e n e r o .
B o l s a y g u a r d a - p ó l v o r a c o t r i d o [lor e l I t n t a l l o n c o z n d o r e s d e S i n i o i i c o
(Itomilldj y illbuj^i.!:! pur iia.slrü corrcspons.il I'. NK^oUs I.JJHI;,.) (llriiiilhlo por niicslru rnrrc'iiims.il ti. A. Ciililrnin.)
102 E L MUNDO M I L I T A R

como sonietiemlo y civili/ando lüjaiiüs, ignotas y liárharas encaramarse á la áridií montaña á pesar de su nula y fatigo- priiicipio de la coloní/acion. Hacia dicho extremo iMopíeza
rogioniís. Tros comhatüs rojriiron de sangre Ins verdes pen- sa pendiente. una multitud d(! encrucijadas en las (jue no es nadaprndenlo
dientes de estas inoiiUtñas. A la derecha del qiie llega se pierde de vista el laberinto aventurarse .solo, porque (d robo á ojos vistos y haciendo uso
Entre el monte Negron y las derivaciones de la sierra confuso de calles y callejones que constituyen el barrio Chi- de la fuerza, está á la orden del dia en tistajoya de la Ingla-
Huilones, que avanzando mas al Sur dentro del mar, forman no, y al Oriente la ciudad Matheson, llamada así <lel nom- terra, contándose muchos episodios, que repugnan á la civi-
la gigantesca mole de Cabo Negro, se al)re el valle del A/.- bre de los opulentos banqueros que la han edificado en una lización.
mir. regado por el rio que así llaman los árabes, ó de Capita- situación aislada del centro por una iiecpieña pradera, ador- Los ladr(nies de Hong-Kong van cu parejas, uno íh; ellos
nes, cnmii se llamó en los siglos antes citados. Las playas de nada de escasos árboles, y donde dos dias por semana acu- es alto, fornido y vigoroso, el segundo (!s un chínito, lo (pie
Zaniir y de Cabo Negro lamen en Indo lo largo de la costa den la músicas militarías á amenizar el pasco. se llama en Madrid un pilluelo.
este valle, y en ellas se provisionó nuestro Ejército de vive- La iglesia protestante .se deslaca de! fondo gris por su Avanza el goliat sobre el descuidado extraujci'O, y abra-
res y mniüciones durante iosilias II, 1-2 y 15 de enero. color amarillt» rabioso, y aun<pie no carece de biicn gusto, zándole fiierleinente le ¡iriva úi', todo movimiento, mientras
El dia 13 pasó el Ejército el rio Azmir por cerca de su su construcción tiene ese frió glacial y esa falta de senti- su compañero, con prodigiosa habilidad, le alivia iMi pocos
desemboca dura mi el mar, por dos pnenles, el uno construi- miento íntimo que distingue cuanto perteuece al culto an- segundos el peso de los Ixilsillos; terminada esta opífracion,
do por la marina con boles de los ¡tuques, barricas y pipas; glicano. sueltan á su victima y desaparecen como por encanto entro
y el otro, adnnrable por su solide/., rorislrnido por los inge- El palacio del Gobernador, también solitario, lija las mi- la demás muchedumbre de chinos, (pie obstruyen el paso eu
nieros , con retamas, ])iM]ueños arbustos y arenas, únicos radas por su sencilla y elegante linea de columnas. todas direcciones, y contra la cual nada pueden los agentes
elementos de que podian disponer en aquellas playas. En las aguas de la bahía, además de las inmnneiables de policía, (pie se pascan armados hasta los dii-nlcs. para ha-
Entre Cabo Negro y las derivaciones de la sierra de Hu- embarcaciones de Europa, Asia y América, existen en gran cers(! respetar mas por la fuerza ipi.' por la iiillnencia moral.
ilones que lonnan el Calió de Tetuan , se abre el extenso y cantidad casas de madera ancladas, de bonitas formas y Su|)rimo, i'or agenas di; un superliííial articulo de mnv
magnitico valle en (¡ne se encuentra la ciudad del mismo numerosas ventanas: parecen d(í dia, Jardliu^s Ilutantes por estrechos limites, las consideraciones que se agolpan á mi
nombre, piu' cuyas cei'canias pasa el ííuad-el-Jelii, que á las macetas de vistosas llores Iropicah^s {pie las adornan; y mente sobre vA sistema de colonización inglés, (jue atento al
cuatro millas distante de ella, desemboca en el Mediterrá- de noclii;, palacios encantados de mitológicas badas, á los lucro comercial descuida cnm|iletamciile el primero de loa
neo, ainiu'utado r! caudal de sus agnas por otros riachue- brillantes rcllejos de los mil faroles de cola de pescado bi- lazos que unen á los boinbres y W,s inclinan á amarse y ayu-
los , que ID liaccn navegable para buques de poco calado bas- zarramente pintorrejeados y llenos de inscripciones chines- darse, antes que á discurrir métodos de especulación y ite
ta una distancia de dos miliiis pi'óximamente. cas de grandes letras encarnadas. despojo.
Tomadas á viva fuerza, y después de un venido y san- Ignoro si me engañaron al indicarme , oliciosamcnle , al- No es necesario prescindir del alma para apri'mtcr arit-
griento cómbale, el día 11 las altui-as de Cabo Negro, el gunas de estas fantásticas moradas, como misterioso nido de mética.
EjíiTito descendió al valle en los días l a y 16, posesionán- sospechosas golondrinas. Este barrio chino de Hong-Kong merece ser visitado cuit
dose de la orilla i/(]uierda del rio, donde eoii la prudencia y Trasladado á la orilla, por fin, en una voladura lunha, estudio.
perii'ia de (pie laii relevauíes ¡uniebas lia dado en esta cam- subi los (escalones de un desembarcadtiro, y me encontré ro- Los ruidos mas discordaiit(;s se escuchan sín cesar por lo-
paña el Cencral en JeH\ liace sus preparativos para avan- deado de un tropel ile calis, que en discordante jeringonzit das partes, y sobre lodo cuando llega la noche, es un infierno
zar con todas las probabilidades de seguro cxilo contraía anglo-cbina se disputaban el liici'o de algunos r.lieliucs, ofi'C-
de í'aííii-'ÍJii!.v, í(ims-/(imi. petardos y gritería, á la cual si>
pla7.:> euennga.que no lardará en eoroiiau brillan temiente los ciénUomc sus servicios ¡lara conducirme en una silla de mezcla en alguna taberna inglesa c! g<;nudo ahogadít del vio.
esfuerzos de nuestros heroicos soldados en el primer periodo manos. * .'_ ( lín, (pie acompaña los pocos seguros p¡(;s de marineros de
(le su gloriosísima campaña de Aíiica. Siempre me ha parecido repugnante el espectáculo de la todas las naciones, ensayainhi baii(!s de su ¡lálria, entre e|
JOSÉ Sioito v SUHGA.
liumaEodad degradada, y amupi(> toda ini vida la pase (<(ue humo denso de las pipas y el sonido seco de los la|iones que
üios no qiñeraj eu estas regiones, nunca podré acostum- se dis[)aran y de los vasos que se chocan.
bi'arine á caminar sobre los hombros de mis prógiinos sin un Tan aniínaila y bulliciosa como se presenta esta ¡larte de
secreto disgusto; pero para poder juxgar de todo, es pre- la (lindad, otro tanto de Irislc , silenciosa y muerta aparece
ÍNULA INGLTÍ:SA. ciso exiieriineularlo. la (xaipada por los europeos así (pie el sol desaparí^ee bajo el
Acomódeme, [mes, en una confortable butaca de bejuco, horizonte.
sost(>nÍda por las robustas espaldas de dos forzudos subditos .\1 dirigir una mirada melancólica sobrií lupicllas suntuo-
Hong-Kong.
del Célenle ICviperaibr, dispuse ipu; mí asistente Tagalo lii- sas habitaciones, cuyas monumentales ra(diadas las ilau el as-
Grandes eran mis deseos de examinar de cerca esa pela- cici'a lo misnu) eu otra, para gozar con las emociones ipie pecio de ¡mneiisos inausóliHis, alumbrados fúiudireiniMitc por
da roca, arrancada por la tenaz Inglaterra al ¡mlerm» hija me revelarla su lisonomia,y después de hacer cai'gar con la luna; al rcllexioiiar los inilloucs de piastras (pie lian l'or-
del cielo, <|ue al dejaila entre sus manos por el tratado de mis efectos á otros dos chinos, rompió la marcha la impro- uiado la argentina música de sus mostrad(n'cs duranle el dia,
Nang-King, uo podría imagiiunse su ¡¡róxima trasformacion visada caravana i'on dirección á la fonda, en la cual pL'rma- al recordar cuántas injusticias, ciiánlos atropellos, cuáiilas
neci escasos momentos, pues tan pronto como nuestro Cón- inhumanidad(s ha costado esa riqueza , el cin-azon oprimido
en una importantísima rolotiia.
sul, el caballero .Vguilai, supo mi llegada, me obligó, cmi Se figura ver al saiigricnlo fanlasuia did reniordiiiiíi'iito, ¡lo-
Hong-Kong, ese centinela británico que á sesenta millas
las mas vivas y delicadas instancias, a alojaruie en el Con- sando su mano inexorable sobre los escuetos capitules (pie
de Cantón se b'vanla conio una i'iudad fabulosa, brotando
sulado. se levantan, fríos como un cálenlo, sobre sus eíiníentos de
ilel seno de los uiares para dnunnar la embocadura del Clion-
Kíang, lia ri'presenlado un papel bien importante un la histo- A sn amable y boruiadoso carácter )niy deudor de lo agra- piedra.
ria conlenipoi'ánea de las trascendentales complicaciones eu- dable <pie fué [tara mí la permanencia en una ciudad en la
líl Teniente ¡le infanleria,
ropeas en el Celeste Imperio, y ha i-ealÍ7.udo, para llegar alcual, terminados los asuntos oliciales qni; á (día me llevaban,
StRAiiN OLAIIE.
encontré pocas distracciones, como loilo el (pie se halla in-
apogeo de su explemioi-, i;i[es milagros de constancia é iiitu-
ligencia, que era muy natural la iiiipdcla impacieiieia de queteresado en el alza ó la baja de los precios corrientes.
me bailaba poseído, por ver precipitarse el ancla eu el fondo Los r(!cieutes y últimos acontecimientos de Cantón, ha-
de atpiclla rada, atestada de butpics de todas las naciones. bían disminuido el número de objetos curiosos de la indus-
Pero en el largo espacio de tiempo (|ue trascurrió basta tria china, pero restaban los muy sobrados para hacerme vi- A iin (le piit(!Ulizar la utilidad de ton Riflemenl, iii caballero
colocarse el Síoí/íínfi en el anclaje conveniente, no estuvie-sitar con placer los numerosos almacenes, y trocar dulce- Mr. M'K('rdy, ('oiitó en un mei;ting de voluntarios la anéc-
ron ociosos mis ojos, porque desde la cubierta se disfrutaba mente por admirables fruslerías las piaslras, tan odiciadas dota signienle , (pie en realidad da la mas ventajosa idea de
la perspectiva de un panorama magníiico. [lor los interesados hijos de la tierra de las flores. semejaut(! institución.
La isla de Hong-Kong aparet^e como una colosal monta- Muebles de maipu';, (;aprÍelios infinitos de hueso, sándalo Hace bastantes años, viajando por el continente, tuvo
ña tenninada eiv pico, que arranch lu-useamente de la orilla, y marfil, bordados sidjre seda y pintiu-is eu impalpables ho- por criado nn viejo soldado prusiano, (pie me contó el si-
y es preciso contemplarla para concebir la existencia de una jas tras|)arentes ó sobre liuisimo pajiel de arroz, ricas, de los guiente nolablc aconlcciiniciilo:
|i(d)laciou en su i;scar|)ada laida. matices mas vivos y de las mas cslravagantes invenciones, '•En 18ir> ó \H\i formaba yo parte de un (;uer|)o de 1,00(1
El mar besa los cimieiUos de una no interrumpida serie (bien ofensivas al pudor algunas de ellas); esculCuras en [lor- hoinbiTS di; todas armas (piedefendia la orilla derecha de!
de vasloh palacios de granito, decorados con toda la uiagni- celaiia y bronce, de un color local y de un valor artístico in- Hliín, mientras los franceses estaban en posesión de la re-
calculable, esas mil |ircci(isid;ides (|ue forman las delí(;¡as de gión de la izipiierda del rio. Era al principio del otoño, en
liccucia que |niede desplegar la severa arquitectura, inspira-
da por la elegancia inglesa. una mujer elegante, cuando cada una de ellas representa nn cuya (Slacion el tiempo estaba delicioso, y la cosecha ya
Una porción de hermosos muelles de piedra con sus es- recuerdo sobre la chimenea ó velador; todo pasaba ante mis casi recogida. Una larde viva(pieaba el (^lUírpo i'crca (l(!l rio
calinatas, que se retlejan eu las olas, bordan la costa, y losojos de una manera deslumbradora , y el viejo comerciante por la comodidad de tiuier próxima el agua, y la plaza se
barcos de carga y descarga, depositando en ellos fardos, adivinaba en mis miradas el objeto (pie mas me había fasci- consideraba en completa seguridad de ala(|ue poripie la ori-
barricas y cajones de todas formas y tamaños, revelan i[ue nado para hacérmelo pagar cuatro veces mas caro, lo cnal lla opiKSla tira una vasla llanura de rastrojos, donde no se
a(piellos soberbios erUlicios pertenecen á la aristocracia del era bien fácil, pues conlicso (pie todo me parecía t'abnlosa- alcanzaba a ver ni niia sola cinpali/ada, y fácílmi;nte pinlia
comercio. mcnte barato. distinguií'sc lili Ejército ipie hubiera avanzado. El rio no era
vadeable, y tenia cerca ilc do.s(rii;iilas yardas de ancho. Las
Detrás de esta primcni linca deslumbradora, a¡)anH'eu en IJOS cliiiu>s lian establei-ido sus viviendas en la paile oc-
[ropas se contaban , por lo tanto, (completamente si.'guras de
anlitealro las agrupadas casas de la cimlad Vicloiia, ¡pie se cidental de Hong-Kong, á lo largo de la inmensa calle (pie
alaipie, y empezaban á preparar su cena á Iin de re[ionerso
esi'.d.'uiaii unas sobre otras, como buscando un apoyo para se prolonga desde la ciudad europea, y (pie era la Única al
¡'A>JCP.A:.ÍA UNtVKRSAL. 103

|>;ir;i h iiocliü, ciisimlo se oyó mi Uro oii l:i orill;i (HHR^SIJI. Y un MKNSAJKHO. FUI'' de crislianos su muerte, rieron con exlraordinana rapidez hacia las ruinas; pero
ííi'ilo on c! viviic, ntiiineió (¡iio un iiomhn; liiiliia sido hendn. Se confesaron los dos. Francis, previendo esla maniobra, al mismo tiempo qne tre^
Tocins los sotíliulosse |IUSÍ(M'OIH;II iiii- iiiRlaiiU'uiiüimüiile y mi- MADRK. NO todos tienen tal suerte, paba por la colina habia ganado terreno en la misma direc-
raron al Iravi's dol rio; pero, sin einhariío, nadie pmlo ver ni ¡Viva España , gloria á Dios! ción, y Pelveu le vio aparecer de improviso á doscientos
min viísli[;i()s (l(í enrniifío ai^íimo, lo niul sorjininilió en ex- F E R S A M ) 0 FULCOSIO. pasos de distancia . galopando de modo que Iba A corcir la
Ircino :i lodos, pneslo (luo no lüihiii malürial ali^uiio, y los retirada á las lavanderas, que asi se hallaban cogidas entre
imiarilieiilos rastrojos estal)an aeomodadns |)r('ris:iiniMile de los dos Oliciales, Ilervé las vio meterse detrás de nn lienzo
snerte ijne podía descubrirse el olijelo mas diminnlo á nuii de pared aislado que se alzaba entre los escombros de una
iívim disuuieia del rio. En lauto ijue lodo el cuerpo estalla FPISDDIO DE LA GUERRA DE BRETAÑA, poterna exterior; pero aunque había un gran espacio vacio
ojiümdo d(! csli' modo, vieron elevarse nna nnbe de luimo á entre aquel lienzo de pared y el castillo , fué grande su sor-
escrito en francés
unas cinenenta jardas lU; la orilla, seguida de la explosión presa al observar que no salían por el opuesto lado. Francis
de un riíle, y eayó lierido t)h'o soldado. En el nmnienlo, y POTl. M l ^ . O C T A V E FEUILLET.
experimentó la misma sorpresa.
sin qui! prneediera órdtin de nintíun ülicial, cerca de rien TltADUCCION —¡Están ocultas detrás de esa pared!—gritó.
hombres se arrojaron á flor de agua, y empezaron á Iiaeer
Pocos instantes después ambos Oficiales hacían saltar
Inogo liácia el punto de lUnnh'. Víínian los [iros, ann cuando no DE D. I F. S.\E^'Z DE UmL sus caballos por cima de las ruinas é iban 6 caer uno á cada
se velan mas ipie raslrojos. Inmcdialann-nte después se oyó
otra delonai'ion, (jue ruó st'iíuida de la i'aida ilií otro lioui- II. lado (lela pared aislada. Entonces pudieron examinar el ter-
lire, locnalesas[ieró tanto á la fuerza entera, ipie al poco rato (Contlnaacion.) reno por ambos lados, y convencerse de que loda huella de
lodos los soldados empe/.aron á lirar liíieia el silio en que se las lavanderas había desaparecido. Los dos Oliciales echaron
—¡Eli!—gritó,—¿quién vive? pié á lierra. se arrodillaron en el suelo y comenzaron á exa-
i'íevaban las inibes de humo. Entonces se convencieron de
Luego, después de un breve momento do silencio, añadió: minar el sitio, levantando los escombros y golpeando la tier.
qui; el agravio bahiasidoliiTlio por un solo rífkmcnt. Sifíuic-
—Os advierto que no quiero cxjioner ni á uno solo de mis ra con las emptiñaduras de sus sables ; pero ya fuese (pie la
roii mas tiros y cayei'on nías liombivs, basta el punto que el
soldados en lan necio encuentro. Rendios ó hacamos fuego. noche , qne era ya mas oscura , frustrase sus pesquisas, ó
(ioniandanli; tuvo serios iieiisauíientos de levaular el campa-
¡Apunten!... que cometiese un error al atribuir al orden natural de los
mento; pero la verfíiierría de que una fuerza tan numerosa
como I,(í<l(l fuese abiiyi-nlada por un soldado, le hizo titu- —¡Cuidado con el agna!—murmuró Bruidoux. sucesos la causa de aquella desaparición, nada descubrieron
bear, hasta tpu: el rifleiw.nl haltia tirado diez y oelio tiros, y Sin embargo, las lavauder.is continuaban su ronda y su que pudiera explicarles huinanamenle el éxito desgraciado
nmerlo y herido diez, y sieU- bombres, al tiempo ijue para misteriosa melopea. de su persecución.
gran satisfacción de todos, vieron levantarse á un iUMnbre —¡Vamos, fuego!—gritó llorvé.
Tan luego como se IIUIJO disipado nn poco el humo y los ni. •
de entro los raslrojos, y nn tiro le mató casnalmcnte. Pero
eso no sucedió basta (jue le hiinerou fuego muchos miles, soldados pudieron examinar el efecto de su descarga , esla Sefinr, he recibido una bo-
Hé atpii nna prnelia de la ntillilad del rille. Aipiel hombre se lió en las lilas nna carcajada general; se veia A todas las fülailn.

ligurantas ite aquel baile faiilásiico tendidas en el suelo cuan (MoLtF.nE , el ülcijiano.)
había acostado en mi pe(picño lineco, tan pcijueño (pie no
tir.i perceptible á través del rio, y desde allí derribó á diez largas eran y .sin movimiento, parecidas á esas piezas de —Hé aquí una comedía,—dijo Hervé levanlíisdose,—que
y siete, y mientras él estaba poco menos qne en completa lienzo blanco <iue suelen exponerse al roció de la noche. durante mucho tiempo sentiré no haber podido convertir en
tieguridad, casi derrotó un peipieño Ejército.u —¡Eso les enseñai'.'i,—dijo (triiidonx,—.i dedicarse á tragedia.
bailes impúdicos A lu luz de la luna! —Cuento , mi Comandante, con que tan luego como lle-
J. Duz SEHVKT.
Sin embargo, Hervé, desconfiando de un resultado Inn guen nuestros hombres revolveremos este terreno hasta dar
completo, mandó que volviesen á cargar las armas, y dis- con el escondite.
m-o-O-O- O t > CMJ-o-
|uiso que los granaderos conservasen la formación en bata- —No es ese mi diclamen ; ademas de que carecemos de
lla , desjuies délo cual volvió A poner en inarcba el destaca- las herramientas necesarias, no quiero bacer qne maten á
Di'jamos por esta vez al liipiz significar con innclia mas mento, precedido de los dos OTiciales. Aun no liabian anda- mis granaucros uno por uno, por el respiradero de una cue-
expresión (pie á lo que á nosotros seria dable, el tipo de nn do diez pasos, luiando de improviso las formas blancas qne va , ni oponernos h nn nuevo chasco s i , como lo supongo,
i'ilíeño, copiado del nalnra! (m toda la asquerosidad de su vacian conriindidas en el suelo se levantaron todas á la vez
esla gente tiene otras salidas para escapársenos. Lo que úni-
liMje y su persona. y comenzaron á correr por la llanura , sallando y brincando
camente debemos hacer es lener esquisita vigilancia esla nu-
. El individuo íi (piien si; reiícrc es seguranienle digno de con perfecta vitalidad.
che para mantener á la fantasmagoría en su caja hasta
Htemñon por ser el único que expon!áneamenle se ha pre- —¡A mí, l'"rancis!—gritó Hervé,—¡á galope! y vosotros mañana.
sentado en nuestros campamentos de Ceuta, bien sea acosado mucliachos , á darles caza lo mejor que podáis. —Corriente, mi Comandante ; pero la canonesa se va á
por el hambre ó por alguna otra razón no fácil de descubrir. Al mismo tiempo davalía las espuelas en los ¡jares de reír á sus anchas.
De todas niuni;ras, la ansiosa voraíúdad i^on que se arrojó á su caballo, y se lanzaba en per.secucion de las fugitivas , lle- —;No importa! ya nos reiremos, también , cnando lle-
los alimentos que se le presentaron, parece conlirinar la pri- vando íi su lado al Teniente. Desgraciadamente el .suelo del
gue el caso. ¡Silencio! que oigo á nuestra gente.
mera de osas suposiciones, anncjue á juzgar por su aspecto, valle era pantanoso , y los caballos .se atascaban á cada ins-
En efecto , los soldados acudían presurosos, jadeantes y
lio bay vil instinto (|ue no pueda tener lugar bajo esa lorba tante en las charcas, de que los fantasmas blancos tenian
cubiertos de lodo; lanzaron gritos de alegría al verá sus
frente, ni repugnante costtimbre (pie no le sea familiar. bastante instinto ó conocimiento del terreno para librarse
Oficiales, y fueron á colocarse en lomo suyo con ardiente
con oporiunidaí!. Los granaderos se liabian preci|)¡tado des-
curiosidad. Hervé, cargando su conciencia con una mentira
ordenadamente en seguimiento desús Jefes, y su carrera, in-
inocente , les refirió que los clinanes habían tenido tiempo
terrumpida cim frecuencia, y con la cual se mezclaba un con-
I NA MADi\E CRISTIJ-XA. cierto degritos, llamamientos, imprecaciones y carcajadas, suficiente para bajar por la opuesta falda de ta colina antes
añadió una nueva escena grotesca Alas queliabia presen- de que él hubiese llegado á la mésela , y aun señaló , en un
ciado en el valle. punto del hori/.oiile , un bosque de pinos en el que , según di-
HISTüUIl'.Ü.
j o , balda juzgado iiiiuil perseguirles. Estas e.-^lilicacianes co-
Cuando el grupo de lavanderas buho llegado, medio cor-
menzaban á causarle cierto embarazo, cuando le sacó de apu-
i'j, MKNSAJKIIO. Madre , tus lujos han muerto riendo y medio bailando, al extremo del valle, comenzó á
ros la llegada de las mujeres y del guia. Andrea salló del
Llenos de gloria y de honor. subir por la cuesta de la colina, en cuya cumbre se alzaban
caballo y se arrojó temblorosa al cuello de su hermano (piien
iVUmiK. ¡ Oh, nn me engañes, no es cierto I las grandes ruinas feudales. Hervé y Francis duplicaron sus
le repitió breveinenle la fábula que acababa de inventar para
¡Yo me estremezco de honor! esfuerzos, y al líii luvieron el gozo de oir scuiar las herradu-
los granaderos. Luego, dejando colocado un centinela al pié
MKNSAJKUO, SUS cuerpos eobn; la tierra, ras de sus caballos S(d)re el terreno mas lirmc de la colina.
di! la pared . bajo el protesto de vigilar el bosque dp pinos,
l'ero cayeron matando. Pelveu llevaba alguna delantera á su amigo.
tonid el brazo de la joven y se dirigió al castillo seguido de
MAÍIHK. I Ay, mal haya amen la guerra ! —¡Comandante!—gritó Francis,—¡aguárdeme Vd.!
loda la cícnlta.
Dos liijos tpitído llorando. Y viendo (jue Ilervé continuaba escalando íi golpe la co-
—Hija mía,—dijo Hervé i su hermana aprovecbundo un
• Madres, madi'cs, si tenéis lina sin escucharle, volvió á gritar:
momento en que la canonesa no poilia oírle, ¿siente.^ aun en
Hijos cual yo los tenia , —¡Tenga Vd. cuidado, (|ue le van á cercar! Acaso haya
tu corazón algo de interés bácia mi?
))e verme asi, ¿ no os doléis? un centenar de cliuaiies allá arriba.
—¿Algo de interés, Ilervé? ¡Dios mió! Entre dos huérfa-
¿ No lloráis mi suerte impía ? —Aun cuando haya cien mil con el gran ehuan en
nos como nosotros no puede haber simple interés, sino tier-
Pues sois madres, claro (ístá persona,—contestó Hervé, á quien el dc-^pecbo ponia fuera
nisimo cariño.
Que mi anguslia os cansa llanto, de si,—¡por el diablo (|Ui; liahr(; de matar siquiera á uno!
—Cracias, querida Andrea ; borras de mi mente una idea
¿De esla infeliz, ipiéserá? En aipiel mismo momento llegaba el Comaiidaiilo á lo al-
¡ Muévale, oh Dios, mi quehranlo! io déla pendiente, viendo á las lavanderasíi nii tiro de pis- muy triste.
Entre los moros, decid , tola lanzó un grito de triunfo, por([ue en el terreno llano de —¿Qué idea?
Sin confesión moririan; la meseta la lucha llegaba á ser de una desigualdad que pare- —La de que mi hermana podía ser cómplice en algunu
empresa contra mi honor de hombre y de soldado.
De su Dios, allá en la lid cía decisiva en favor d(! Iris f;incles. Las fugitivas, viéndose
,.?• Quizás , ay , se olvidariaii. estrechadas de cerca , bicieron un rodeo á la derecha y cor- —¿Tu honor Hervé? palabra es esa acerca de la cual te-
mo que no nos entendamos.
104 EL MUNDO MILITAR.

—Voy, jnies, h es- Cuando Ri-Mah y


plÍcAptcl;l tul c o m o JO Andrea se encontra-
!i entiendo,—repuso ron solas en su es-
Hepvé severameme. tensa habitación, qne
—Mi lionnr consiiite solo estaba ilumina-
en servir hasta In da por lina lampari-
muerte á los colores l l a , se arroiliilaron
que ves aquí, y defio ambas A un tiempo y
decir, Anilreii, que oraron duranle al-
todo proyectil qii« gún ralo en voz baja.
tienda á hacernip fal- Anrlrea liié la prime
lar h ese propósito ra que se levantó , y
iiialterahle, redtinctn- arcrci^ndosé ¡1 una
rá en perjuicio, (HüíNr ventana, parecióque
y vergüenza de los miraba con inleriís lo
que le hayan conce- qne pu-iíaba en el r e -
bido. cinlo del antiguo cas-
—¡En nomlire del tillo. Los snld;idosliu-
c i e l o , herniami niiní bian enceniliiio en
—dijo Andrea miran- diferentes punios al-
do ¡I Ilervé con ese gunas ho-iiH'ras, cu-
aire sorprendido y jos variliintes res-
cAndido q u e , en los plandores se rePeja-
ojos de 1a mujer ni;is ban pop intervalos
j o v e n , suele ser una en los arcos ojivados
de las ventanas ó fin
arliliciusn estratage-
sos mutilados aflor-
ma,—¿qué sospecha
óos ; todos se csla-
tienes de mi?
S u l a liol H o s p i l o t d e S i n . T i i l i - m . co'^Lc'.nflo p o r I n s R e í i n r n s Oe J l á l n g n . bk'cian lo inejnr po-
—De I t , en parti- (Itcmllido por nuestro rorrcspansiil 1). F. llorlinc)
Dible para pasar la
cular nin(;itiia ; pero
noche.
lenio que la escena
que acalla de pasa I\ti la alfnnilira de
no fjaya sido tan i n - Césped quH se i'xieii-
(spHcalile para esas dia df'aiiie de la fa-
señoras como para chada del casi lllo, es-
l l ; lenio q u e se;: el taba el coinaiidani«
preludio d e farsas nervópaseánibisesíi-
menos inocentes, y l ' i , iiciipadrí sin r!uda
por Hso te dí^o , para r n dar vueltas en su
i;ue lo rejiitas, q n e eerebro 6 I s últimas
¡iiiy ¡Mcap:i7. de prefe- palabras de su liep-
r i r en tiempo alguno matia , con esa espe-
l a conservaciim de cie de iotpiielud in-
mi vida n la honra de fantil qiieraracli-ii/a
m r r i r cou mis sol- íi los amantes. De
dados. pponlo se detuvo y
La júvpii.al oir e.*- alzó la vista hacía la
Um palahras (pie le ventana , desde la
revelaban la nainra- cual le estaba obsep-
ll 7.a dé los lémures vando Andrea.
de Hei vé , lanzó, co- La joven .'•e echó
mo á pesar Miyi) un hacia atrás con vi-
• U'pirn pH fundo. vr7.a y cnií-nyó íi pa-
— A Dios ^íra^;fa^' srarse milv ai:itada
—exclamó pri'suro- prir su cnarln, e.-trn-
sa;—lengii la c e r l i - j:iiido nn p.iñiielocon
dumhre de qiio líi y sus dedos.
los tuyos corréis tan U n i f o r i r i e s lie l o s C n e r p o n v o l u n t n r i O R l l n m n r i o R d e I H i l l e i i i e n L , (Se continuará.
pocos peligros en ese B Arlllleríi.—5 UnlvcrsiJaii de Oitord.—i Barrio de Surrcj.-lí Marllt'bone.—2 lldna Vicloriii.—I Uiidrcs.
viaje como nosotras.
Y en seguida, acercando sus labios al oído de su herma- formaba el ala opuesta A la torre de honierni-ie . parncia r i ' - COlUtlíSPOMirCNXIA PAIlTlClil.AIt.
n o , añadió con tono de misterio : i montarse apenas A tos úliitnos iiemp"s de los Valois. Esta Sr. D. I. I,. V.—r.iir(u¡/cna.—nii- \ Sr. |1. I», (i. K. -O^e/sd.—llccdd-
r.iliiiiii sri rumcíii. (1 I sil ri!(ll''S:i.
—Ademíis, ya sabes que somos aquí d o s , por lo menos, parte del castillo tenia indavia sus venl'-inas y sus halcones Sr. II. A. r,. A—/Ííí'/-V'i:.—TI. Sr. I). S. \'.~¡hirirem.—hl.
Sr. It. J. V.—Rwrre/ont/.—til, Sr. t). M. n.-r.„rdo/Hi.~l.t.
las que anhelamos la conservación de t u v i d a , gallardo con l>alaustradas de Itierrn de primorosas labores. Sr. I). A. C.—Soí/m-.—Ul. sr. II. II. 1'.-,I;Í(:ÍÍJIÍC.—bt.
Comandante. | En este pabellón fué d o í d ^ Hile, de Pelveu se reunió fir b t". C —fflr¡/'fní.—Id. Sr. ll I;. i;,-í>„íü«r(i(.—l'l.
.Sr. f). r . M.-/'," >íc Sfii.Muría. IiJ, Sr. 11. -t. V. H.—ÍXtíi/íí. —Id.
Mlle. de Pelveu, dejando este dulce calmante en el oído con Dellah y con la can^nesa. (¡uiatlas por el enirda-bns- Sr. II. I", t). l).—.\n't'Í!rir.~U\. Sr. I). V. W.—Zurajoz-i.—tii.
Sr. II. I. M. (; -lVi/(i>i--(Vl,-|,l, .^^. ll. ll. lt.-/Mín;i/. Ji'i.—lil-
del sospechoso Comandante, snliiA, saltamlo de escalón en que , recorriernn laK niínusas tiabitaciones que (üimpoidan Sr. \i. A. C. H.—7V'yí//'i,—Irl. Sr. II. A, fi. n.-rruJi//'>.—]'l.
.*ír. M.
escalón cual graciosa y vivaracha avecit'a al zaguán del , el primer piso. Iliciéronse aiire-iur.tdim'-nlií algunos prepa- Sr. n IV. V.—f.t H'sUl.^ M.A. J l..—l'nnifíeafira.—l<l. Sr. II. ,1. 11. ll.-.SrY<//«.-1il.
Sr, II. I''. CJ. n. — ¡!iir'jox. — \'\.
aliandonado y ruinosn castillo. I rativo^i para pasar la noche en Ins dos apiisenios que al pa- Sr. F. H. F..Sitntiii'j'i -til. Sr. II. H. r..-n'¡'liij'iz.--\-\.
.Sr. II. II. ]\.-l\i'np/i>n,i.-\t¡. Sr. ll..1. .11- >•• ¡•l.ipíiiraijHera. \¡\.
El eáificio estenso é irreffnlar al que los liabitanles del recer ofrecian mas seguro abrigo, luego , Kado sirvió ¡i las Sr, II. t'. t-'.—/'/í:íi;>Ainí(,—Id Sr. II. II. l'-—¡'iiiilcfa'li-u.—\i\.
Sr. [I, (;. r,.—VitZ'UTnn.-\il. Sr. i». A. T.—/•'liz-ríi/.—lil.
pai.i daban el nombre de la fíroac'h . tenia impreso el sello mujeres algunas provisiones tomadas anticipadamente en la Sr. n. A. O. t.—Icrjiríí.—1.1. Sr, n. I. S. ^.— Vioero —h\.
de los ilifert-nies si-Ios que liabia alravesa'lo desde su f o n - última aldea por donde habían pasado. La colación fué lire- Sr. íl. ». .Sr. I). A. n. U.— Tr'i/i¿íi).~\'U Sr. K. ,M. I-.— i'(i/-yrt/ví.-Iil.
l.l—Siiní'mii.—ll. Sra. b.' M, L.-rr!/;/,íríí.-Ir|.
dacion. La m:ifia principal de las ruinas , la elevada torre de ve y silenciosa, y Andrea y n-'llah tardaron muy poco en re- Sr. II. .1, V.— Vi/i,riii.~li\. Sr. II. M V.—/'„efí/i' la ileina. M.
Sr. I). N. I,. X.—N'iwí del Rei/.U.
homiMiige que au[i se lo.in tenia de pié y los restos de un pe- tirarse al cuarto que les estaba di-stinadi). L i canonesa coiii- Sr. I). 1'. V.. ü.—fífiíKinunlit.^\ii. Sr. 11. I--. ( ¡ . _ / ' , Í ; „ ; , / , „ „ I . _ | , 1 ,
.Sr. U. J. D. T.— VíilíitríoíH.-hl. Sr. II. [>. |>, •í.— lti'.rg;s.—\A.
ciniii almenado , conservaban el aspecto ifnponenle de una ' partió el suyo con Alix , y la doncitlla escocesa se posesionó H:iÁdin., J, liAMiAHHRDt.
fortaleza ilel siglo X I I . Otros edilicios mas bajos presenta- \ de nn oratorio p-'qiieño praclicaiio en una torrecillii. Algn- Piir lurlv lo no firmada, ni Siirri'lurlii O. iwt SIIITIII t Scnot.
h a n . e i i l a disfiosioinn particular de su estructura y s i t ú a - I nos catres de tijera habían sido preparados de antemano por 'llIfüCOrT prnptniariii, t), M. PK^EI nK flieTnn.
liililiir rus|iitartnlilL' , D. Jacmlu lUulniim''-
einii . lo-í indícii)s d.- n i i i éjKtca arquitectónica mas remota el provisor Kado, h quien se hallab i confiado el cuidado de
Mailritl: ltn|i. y IJlosnnla niiliiar iliH ATI..4S, rt í;irKrt iIc J. Jlnilrisn-''',
oda vía, rnií.nir.is qij'- el edificio con tejado puntiagudo qne 'arreglar el itinerario de la espedicion.

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