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UNIVERSIDAD EUROPEA DEL ATLÁNTICO

Facultad de Ciencias de la Salud

Departamento de Psicología

Trabajo de fin de grado

La relación entre el trastorno de identidad disociativo y el abuso sexual en la infancia de

las mujeres

The relation between dissociative identity disorder and childhood sexual abuse in

women

Presentado por:

Adianez Gómez López

Tutora:

Alba Hernández Santana


1

Resumen

El Trastorno de Identidad Disociativo (TID) es un síndrome postraumático crónico asociado

con experiencias y relaciones infantiles negativas acumulativas, incluido el abuso y la

negligencia infantil. El TID se caracteriza clínicamente por un deterioro significativo de la

identidad debido a la presencia de estados de personalidad distintos (alters) que toman el

control repentinamente. Según diversas investigaciones las mujeres son más propensas a

desarrollar este trastorno y a su vez son más proclives a experimentar algún tipo de violencia

durante su niñez, sobre todo en el ámbito sexual y todo lo que ello conlleva, ya sea en su vida

social, familiar o psicológica. Por todo lo anterior, este estudio se centra en una propuesta de

intervención con una muestra de 150 mujeres de España, la cual busca establecer si realmente

existe una influencia del abuso sexual a la aparicion del trastorno de identidad disociativo asi

como el análisis de si la falta de apoyo social y la prolongación en el tiempo de los abusos

sexuales son factores claves para el desarrollo del mismo.

Palabras clave: TID, Abuso sexual, Mujeres

Abstract

Dissociative Identity Disorder (DID) is a chronic post-traumatic syndrome associated with

cumulative negative childhood experiences and relationships, including childhood abuse and

neglect. DID is clinically characterised by significant identity impairment due to the presence

of distinct (alternative) personality states that suddenly take over. According to various

research, women are more prone to develop this as they in turn are more likely to experience
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some type of violence during their childhood, especially in the sexual sphere and all that this

entails, whether in their social, family or psychological life. Therefore, this study focuses on

an intervention proposal with a sample of 150 women from Spain, which seeks to establish

whether there really is an influence of sexual abuse to the appearance of dissociative identity

disorder as well as the analysis of whether the lack of social support and the prolongation in

time of sexual abuse are key factors for the development of the same.

Keywords: TID, Sexual abuse, Women


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Introducción

El abuso sexual infantil según Murillo (2020) se define como ” cualquier

conducta y proceso de comportamiento en el que un niño o joven se expone o se

involucra en cualquier actividad sexual, usando la autoridad que el otro posea como

adulto asi como la confianza, dependencia (emocional, social o económica), poder,

fuerza, miedo, cultura, comprensión, necesidad u otra vulnerabilidad, manipulación,

confusión, exclusión o violación del consentimiento”

La OMS (2001) considera abuso sexual infantil “a involucrar al niño en

actividades sexuales que no llega a comprender totalmente, a las cuales no está en

condiciones de dar consentimiento informado, o para las cuales está evolutivamente

inmaduro y tampoco puede dar consentimiento en actividades sexuales que trasgreden

las leyes o las restricciones sociales”.

El abuso sexual infantil se pone de manifiesto en actividades entre un niño y un

adulto, o entre un niño y otro que, por su edad o por su desarrollo, se encuentra en

posición de responsabilidad, confianza o poder.

Estas acciones pueden incluir: tocar los genitales con el pene, los dedos u otros

objetos. También, incitar a tocar, la masturbación, voyerismo, exposición al sexo,

pornografía o la violación. También forman parte del proceso de abuso sexual las

estrategias y pasos previos, presenciales o digitales, a estos comportamientos así como

las actuaciones estigmatizadoras y silenciadoras hacía a las víctimas y sus entornos

(Murillo, 2020).

Existen dos criterios fundamentales para determinar la existencia de abuso sexual infantil: el

primero es el abuso de poder. El agresor utiliza la situación de poder que tiene para
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interactuar sexualmente con el menor. El segundo es la asimetría de edad. El agresor es

significativamente mayor que la víctima, no necesariamente mayor de edad. Existe coerción

porque no hay libertad de decisión, obvia ante una diferencia de edad significativa (Félix

López,1997)

Finkelhor (1970) realizó un estudio en el que preguntó a 796 estudiantes sobre

experiencias pasadas. La encuesta encontró que el 9% de los hombres y el 19% de las

mujeres experimentaron abuso sexual durante la infancia. Según Finkelhor se realizó

otra encuesta que abarcó 21 países y encontró que el 7% de las mujeres y el 3% de los

hombres sufrieron abusos durante la infancia. (Losada, 2012). 

En España, en 2018 se presentaron 385.000 denuncias, de las cuales: el 44 % fueron

por abuso sexual, el 13,9% por agresión sexual, el 12,3% por agresión sexual con

penetración, el 7,6% por abuso sexual con penetración, el 6,5% por pornografía con menores

y el resto (el 15,7 por ciento) por delitos como jactancia o acoso sexual (Pueyo., et al 2020).

Cuando un menor está siendo víctima de un abuso sexual de cualquier tipo, suele
presentar una serie de indicadores generales, que indican que algo está ocurriendo. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que no hay síntomas vinculados exclusivamente a los
abusos, y a la hora de interpretarlos hay que descartar cualquier otra causa que pueda
producirlos.
La presencia de los indicadores físicos específicos certifica que los abusos sexuales han
ocurrido. Algunos de estos son: las lesiones en zonas genital y/o anal, los desgarros
recientes o cicatrizales del himen y el desgarro de la mucosa vaginal.
En cuanto a los indicadores psicológicos, estos son: La revelación por parte del niño/a o
adolescente de haber sido objeto de abusos sexuales lo que conlleva a conductas y
conocimientos hipersexualizadas/os y/o autoeróticas/os infrecuentes en niños/as de la
edad. (Intebi, 2008)
5

Estos indicadores en la mayoría de los casos no están. Existen otros síntomas no


vinculados exclusivamente a los abusos, y a la hora de interpretarlos hay que descartar
cualquier otra causa que pueda producirlos

En la edad temprana existe una información más escasa y esta se desarrolla a partir de
muestras clínicas gestionadas por el servicio de protección del menor y las autoridades
judiciales correspondientes.
Con el paso del tiempo estas consecuencias se vuelven síntomas somáticos: enuresis,
encopresis, dolores de cabeza y dolores estomacales, ansiedad, retraimiento social,
hiperactividad (alteraciones en el nivel de actividad) conductas regresivas, temores
inexplicables ante personas o situaciones determinadas, alteraciones y/o trastornos del
sueño y especialmente, trastorno de estrés postraumático y conducta sexualizada.
Este comportamiento sexual inapropiado de los preescolares objetos de abuso sexual se
ha encontrado utilizando toda una variedad de instrumentos de evaluación que van
desde las valoraciones realizadas por los padres en el CBCL, la observación de juego
libre con muñecos anatómicos y la evaluación de los dibujos de figuras humanas (Cortés
y Cantón, 2008 como se citó en Cantón-Cortés y Cortés, 2015).

La investigación sobre las consecuencias del abuso es considerablemente más numerosa


entre los niños en edad escolar.

En el dominio físico/motor, la enuresis todavía aparece como un problema, habiendo


encontrado algunos autores otros problemas físicos tales como dolores de estómago y de
cabeza en niñas abusadas sexualmente (Trickett, Noll, Reifman y Putnam, 2001).
En el campo socioemocional, al igual que ocurría con los niños más pequeños, todavía se
pueden encontrar las conductas sexuales inapropiadas y los problemas internalizantes
como la ansiedad, depresión y retraimiento (p.e., Hébert, Tremblay, Parent, Daignault y
Piché, 2006). Durante esta etapa pueden aparecer también una serie de problemas
nuevos: los problemas externalizantes (p.e., agresiones y problemas conductuales),
trastornos disociativos, problemas en las relaciones con los iguales, bajo rendimiento
escolar y desregulaciones en los niveles de cortisol y otros trastornos psicobiológicos
debidos a una desregulación del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (lo que podría
explicar los problemas emocionales de las víctimas) son más frecuentes entre niños
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víctimas de abuso sexual que entre niños no víctimas (Trickett et al., 2001; Trickett,
Noll, Susman, Shenk y Putnam, 2010 como se citó en Cantón-Cortés y Cortés, 2015).

Finalmente, en el caso de los adolescentes, la mayoría de los resultados encontrados son


similares a los de niños en edad escolar. Los estudios han encontrado desregulaciones en
los niveles de cortisol y otros trastornos psicobiológicos, problemas internalizantes y
externalizantes, trastornos disociativos, síntomas de Trastorno de Estrés Postraumático
(TEP) y problemas en el rendimiento escolar y cognitivo (Muela, Balluerka y Torres,
2013; Noll, Trickett, Susman y Putnam, 2006; Trickett et al., 2001). También, es más
probable que los adolescentes abusados sexualmente, comparados con los niños,
realicen actividades delictivas, sufran trastornos de la alimentación, problemas físicos
de salud, consuman drogas, lleven a cabo más conductas suicidas y auto lesivas y
conductas sexuales tempranas y de riesgo (Feiring, Miller-Johnson y Cleland, 2007
como se citó en Cantón-Cortés y Cortés, 2015)

Las consecuencias que se generan tras haber vivido esa situación dependen de muchos
factores y la correlación entre ellas como por ejemplo, tener o no una red de apoyo
psicosocial, la actitud de la red psicosocial ante la revelación del abuso, la identidad del
abusador, la frecuencia y severidad de los actos sexuales, el verse obligado o no a seguir
conviviendo con el abusador, la prontitud y efectividad de las medidas sociales y
judiciales tomadas por el entorno del menor, contar o no con un apoyo psicológico, la
victimización secundaria que la víctima puede vivir entre otras.

Existen algunos factores que podrían correlacionar el abuso sexual en la infancia y los
trastornos disociativos los cuales se caracterizan por ya que se estudió que las víctimas
de abuso sexual infantil a menudo presentan síntomas disociativos relacionados con
cambios en el funcionamiento mixto de la conciencia, la identidad, la memoria y la
cognición periférica como se vio reflejado anteriormente cuando se mencionaban las
consecuencias en niños en edad escolar (APA, 2002 como se citó en López et al., 2012).

El trastorno disociativo se caracteriza por “una interrupción o discontinuidad en la


integración normal de la conciencia, memoria, identidad propia o subjetiva, emoción,
percepción, control motor y comportamiento” (APA, 2014 como se citó en López
Alaminos 2020). Robles, Páez y Marín en 2011 llegan a la conclusión de que también es
necesario aludir a una desconexión o falta de ella entre las cosas que tendían a estar
relacionadas, de forma que se llevan a cabo pensamientos disociados, desintegración de
la cognición y la -memoria que suponen una discontinuación en la conciencia y la
identidad personal usual. (López Alaminos, 2020)
7

Esta alteración puede suceder de forma súbita o gradual, transitoria o crónica y “se
divide en tres trastornos más específicos que son la amnesia disociativa, el trastorno de
despersonalización o desrealización y el trastorno de identidad disociativo” (APA, 2014
como se citó en López Alaminos 2020), en este último se profundiza en este trabajo.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) clasifica

este antes mencionado como un trastorno de identidad caracterizado por la presencia de dos o

más estados de personalidad distintos (en algunas culturas manifestados por posesividad),

alteraciones en la autopercepción y la autoorganización, cambios afectivos, conductuales, de

conciencia, de memoria, de percepción o sensoriomotores. Las personas con TID tienen

lagunas periódicas en su memoria autobiográfica.

El DSM-5 establece que estos síntomas causan una angustia grave y no pueden ser

causados por prácticas culturales o religiosas aceptadas. Además, los signos y síntomas de

TID pueden ser observados o informados por otros. Los trastornos similares al TID pero con

síntomas menos evidentes (p. ej., TID subagudo) se clasifican como otros trastornos

disociativos no especificados (Brand, 2016).

La complejidad de definir el término disociación surge del origen del trastorno. Dado

que es un trastorno cuyas características como: los cambios de personalidad y la disociación

son difíciles de entender, la explicación de los síntomas difiere de un autor a otro. Durante el

inicio de la enfermedad, se van datando varios casos de pacientes con algún tipo de

disociación, y cada autor explica un concepto particular acerca de este trastorno (Bastidas &

Alejandra., 2019)

Pese a lo anterior, si es cierto que existe consenso en torno al concepto de

disociación entendido como mecanismo de afrontamiento desarrollado debido a

experiencias traumáticas, generalmente con una figura de apego en la infancia y que


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son demasiado abrumadoras para ser manejadas a través de un solo yo (Parry et al.,

2018).

A parte de la disociación, también se conceptualizan los llamados alters que “ son

personalidades complejas con sus propios comportamientos, voces y gestos  (Barlow &

Durand, 2003 como se citó en Bastidas & Alejandra., 2019) y se conceptualizan como

aspectos separados de la personalidad completa de un individuo.” (Gleaves, 1996 como se

citó en Bastidas & Alejandra., 2019). En algunos casos, hay evidencia de que la

personalidad alterada puede reemplazar temporalmente a la personalidad principal como una

solución de contención, ya que la personalidad principal no puede funcionar de manera

óptima (Bastidas y Alejandra, 2019).

Según Sar et al. (1998, como se citó en Carrillo, 2014) el Trastorno de Identidad

Disociativo (TID), se consideraba un trastorno poco frecuente, al menos hasta finales de la

década de 1980. VER TABLA

Hoy en día, se ha encontrado evidencia experimental de la distribución por igual de

los síntomas de disociación entre hombres y mujeres, tanto en la población general como en

varios ensayos clínicos  (Ross et al. 1990 citado en Johnson, Cohen, Kasen y Brook, 2006

como se citó en Marin Rullán, 2013 ). Uno de los factores de riesgo asociados al TID son la

vivencia de eventos traumáticos, como puede ser el abuso sexual (Johnson et al, 2006 como

se citó en Marin Rullán, 2013).

La prevalencia más alta según Spitzer y Freyberger, (2008). de este trastorno en las

mujeres puede explicarse por los contextos socioculturales, ya que los hombres que disocian

a menudo no terminan en el sistema de atención médica, sino que terminan en los sistemas

legales (como prisiones o autoridades judiciales) (Rullán et al., 2013). En un estudio en

Turquía, se evaluó una muestra representativa de mujeres de la población general (n =


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994) en tres etapas: las participantes completaron autoinformes sobre el grado de

disociación; dos grupos de participantes, alto y bajo, recibieron DDIS de un

investigador que desconocía los resultados; y dos grupos estaban en ensayos clínicos

(también ciegos a la puntuación). Los investigadores pudieron identificar cuatro casos

de DID, todos los cuales involucraron abuso o negligencia infantil. (Brand et al., 2016). 

Este estudio correlacional pretende aportar datos sobre la influencia generada por ser

víctima de abusos sexuales en la niñez con respecto a la aparición del TID. También

cómo afecta la prolongación en el tiempo de los abusos sexuales y la falta de apoyo

social a las personas a la aparición de trastornos psicopatológicos graves como el

descrito.

Las conclusiones del estudio contribuirán al avance en la prevención primaria,

secundaria y terciaria de los abusos sexuales desde la infancia en el ámbito clínico,

educativo y social permitiendo una detección precoz del abuso sexual en estos contextos,

reduciendo el riesgo de consecuencias más graves y duraderas. Igualmente podría

contribuir ayudar a sensibilizar y generar más conocimiento sobre el trastorno en sí.

Para ello, el objetivo general de esta investigación es evaluar la relación existente

entre la duración de los abusos sexuales y el aumento de la probabilidad de aparición de

Trastorno de Identidad Disociativo en las mujeres y hombres de la muestra. En cuanto a los

objetivos específicos estos serán analizar si la falta de apoyo social a las mujeres y hombres

de la muestra aumenta el riesgo de un trastorno de la personalidad, concretamente el trastorno

de identidad disociativo.
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La hipótesis relaciona el aumento de la duración de los abusos sexuales en la

infancia de las mujeres y los hombres con un incremento en la posibilidades de

desarrollo de un trastorno de personalidad, concretamente en el TID. Asimismo, un

bajo apoyo social se relaciona con mayores probabilidades de aparición del TID.

Método

Participantes

Para este estudio, se necesitaría una muestra de 46 mujeres y hombres entre los 18 y

40 años, seleccionadas de manera aleatoria de los servicios de psiquiatría del Hospital

Valdecilla, Hospital de Cruces y el Hospital de Oviedo. Estos pacientes comparten haber

sufrido un abuso sexual en algún momento de su vida a excepción de un grupo control

formado por pacientes del servicio de psiquiatría que en su historial clínico no aparece

el abuso sexual. Su desarrollo intelectual debe ser proporcional a su edad y debe aceptar

participar voluntariamente en el estudio después de que se le haya explicado todo el proceso.

Los criterios de inclusión serían mujeres y hombres con abuso sexual en su historial clínico

de duración variable. Pueden ser abusos sexuales continuados o episodios más breves. La

muestra se dividirá en cuatros grupos, de 12 personas cada uno, formados por hombres y

mujeres de manera aleatoria. Estos grupos están formados bajo el criterio temporal en torno a

la duración de los abusos sexuales de la siguiente manera.

 Grupo control: sin abusos sexuales en la historia clínica

 Grupo 2: víctima de abuso sexual menos de un año.

 Grupo 3: víctimas de abuso sexual entre un y cinco años.

 Grupo 4: víctimas de abusos sexual durante más de 5 años.


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Instrumentos

El ICSN-3 es un cuestionario auto administrable en el formato de papel y lápiz. Su

versión original es de William N. Friedrich, Jennifer L. Fisher, Carrie Anne Dittner,

Robert Acton, Lucy Berliner, Judy Butler, Linda Damon, W. Hobart Davies, Alison

Gray y John Wright en 2001 y su versión en español la llevó a cabo Jessica Talavera,

Alfonso Martínez-Taboas, y Sean Sayers-Moltalvo, en 2012. La escala es una tipo

Likert con formato de cuatro puntos (0, nunca; 1, menos de una vez por mes; 2, una a

tres veces por mes; y 3, por lo menos una vez por semana). En la cual la madre o

encargada principal escribe en un panfleto, con un lápiz o bolígrafo, cuán frecuente ella

ha observado cada una de las conductas sexuales listadas durante los pasados 6 meses.

Los 38 reactivos del ICSN-3 están escritos de manera que puedan ser comprendidos a

un nivel escolar de quinto grado.

Para ello consta de dos partes en la primera de las cuales se explora cuáles son las

fuentes de información sexual del niño y la segunda recoge el tipo y frecuencia de las

conductas sexualizadas. (Antequera, 2006)

El proceso de adaptación se llevó a cabo siguiendo un modelo de adaptación

cultural. Además se utilizó un diseño psicométrico con el propósito de evaluar y

validar el ICSN-3 y un diseño de comparación de grupos con post-prueba

solamente para así corroborar las hipótesis.


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La utilización de este cuestionario a modo de screening a todos los participantes,

contribuirá a recolectar datos sobre el grado de conocimiento que tienen de los abusos

sexuales y de las formas de prevenirlos a día de hoy.

Escala de experiencias disociativas DES II de Montes, S., Ledesma, R., y Poo, F.

(2011). DES es una herramienta de autoinforme de 28 ítems que evalúa la frecuencia de

varios fenómenos disociativos en la vida diaria, como la sensación de desrealización,

despersonalización, la personificación, la alteración de la identidad, la vigilancia y la

percepción. Dado que DES se clasifica de relativamente normal a más patológico, sus

puntuaciones no son necesariamente y/o psicológicamente reflexivas y los resultados pueden

tener diferentes significados dependiendo de si la muestra es clínica o no clínica. (ver Anexo

1)

Cuestionario MOS de apoyo social de Sherboume, C. D., y Stewart, A. L. (1991).

Este cuestionario consta de 20 ítems de respuesta tipo Likert con cinco opciones de respuesta,

siendo: 1-nunca y 5-siempre. No solo evalúa el apoyo social sino cómo éste es percibido por

la persona. El primer ítem mide el tamaño de la red social, mientras los ítems restantes miden

cuatro dimensiones del apoyo social. Estos son, el apoyo emocional o informacional,

instrumental, interacción social positiva y apoyo afectivo (Londoño, et al., 2012).

Procedimiento

El Comité de Ética del Colegio de Psicólogos debe aprobar el proyecto de

investigación que vayamos a realizar. Nos pondremos en contacto con cada departamento de

psiquiatría de cada hospital o clínica individual, para conocer la existencia del proyecto, su

finalidad y el proceso de selección, ya que necesitamos datos del paciente para sustentar su

historial clínico. Y posteriormente citaremos a los encuestados por teléfono y los invitaremos
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a ir al centro, el cual estará bien iluminado y con un ambiente cómodo donde se llevará a

cabo el proyecto y donde serán informados en detalle e invitados a participar. Deberán leer y

firmar la Ley Orgánica 7/2021 de Protección de Datos y el Consentimiento Informado para

que quede constancia de que son voluntarios a participar, que pueden irse cuando así lo

quieran y que sus datos serán tratados confidencialmente (ver Anexo 3)

El estudio se desarrollará en las instalaciones del hospital en una sala acondicionada

para ello. De manera individual se les aplicarán las escalas y los cuestionarios.

Recogiendo en los protocolos aquellas observaciones y comentarios relevantes para el

objeto de la investigación.

Cada paciente accederá a la sala y el investigador explicará los fines de la investigación,

la confidencialidad y carácter voluntario de la misma antes de comenzar con la

aplicación de las técnicas. Una vez finalizada la aplicación se le comunica a las personas

que la devolución de la información extraída se le comunicará en una próxima cita

teléfonica o presencial..

Resultados

En este estudio se realiza una investigación de diseño correlacional mediante la

aplicación de encuestas.. La correlación de Pearson se utilizará para el análisis de datos como

medida del grado de asociación o relación entre dos conjuntos de atributos. Con este proyecto

de intervención se espera encontrar que existe una relación directamente proporcional del

abuso sexual y la manifestación del TID, dando como resultado una correlación de Pearson

mayor que cero (p>0.05) ya que eso indicaría que existe una correlación positiva.

Los resultados mostrarán la relación directamente proporcional entre la existencia de

abuso sexual en la infancia y el desarrollo del TID. Igualmente se observará una relación

directamente proporcional al tiempo de exposición a los abusos. Es decir, se observa en los


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grupos 2,3,4 una mayor incidencia de este trastorno en la muestra. . En el mismo sentido se

espera especificar que las variables como el apoyo social sean influyentes en la aparición del

trastorno realizando un análisis de mediación mediante la técnica bootstrapping con una

significación mayor de p> 0,05 dando como resultado un bajo apoyo social en la mayoría de

participantes. Por lo tanto, se hace visible que la falta de apoyo social estaría vinculada con

una mayor probabilidad de la aparición del TID.

El screening previo realizado a los participantes ha permitido obtener información

sobre el conocimiento de cada participante sobre los propios abusos sexuales y las formas de

prevenirlos.

Análisis estadísticos Se utilizó un banco de datos creado por el programa Statistical

Package for Social Sciences (SPSS). Se realizó un análisis de frecuencia para las

variables sociodemográficas de la muestra. También se realizaron distintos análisis

estadísticos para auscultar las propiedades psicométricas del instrumento. Se

evaluó la consistencia interna del instrumento utilizando el análisis de alfa de

Cronbach. Se esperaba que el coeficiente alfa de Cronbach fuese igual o mayor que

.70 para considerar que el instrumento es confiable (DeVellis, 2003). También se

realizó un análisis de discriminación (rbis) de cada uno de los reactivos. Los

índices que eran mayor a .30 se seleccionaron como aceptables (Kline, 2000).

Posteriormente se realizó un análisis de varianza (ANOVA) para evaluar la

capacidad discriminativa del instrumento, comparándose por género, grupos de

edad y educación de los padres. Se utilizó un nivel de significancia de .05 para los

análisis de comprobación de hipótesis. (Talavera, 2012)

Discusión
15

Este proyecto de investigación tiene como objetivo estudiar la relación entre el abuso

sexual en la infancia y la aparición del TID en las mujeres y hombres. Concretamente la

influencia del tiempo y el apoyo social en el desarrollo de este trastorno.

La correlación obtenida muestra la necesidad de prevención e intervención en los

abusos sexuales para evitar su aparición y su prolongación en el tiempo por las repercusiones

en la salud mental que tiene.

Las aplicaciones en el ámbito educativo pueden concretarse en acciones preventivas

primarias. La realización de talleres a través de FAPMI sobre la violencia y los abusos en la

infancia permiten al alumnado destinatario y a sus familias tomar conciencia de los abusos

sexuales y las formas de combatirlo.

En el ámbito sanitario, los resultados pueden contribuir a intervenciones orientadas al

trabajo terapéutico con las víctimas de abuso sexual para evitar repercusiones

psicopatológicas graves como el TID.

Estudios previos han mostrado evidencia de haber utilizado técnicas que no eran

comunes cuando se trata de pacientes con esta condición y, aunque se estudian

individualmente y se tienen en cuenta aspectos de cada paciente, durante el tiempo de

intervención pueden complicarse (López Alaminos, 2020).

En otro estudio de Marca et al, 2019 el tratamiento de la etapa 1 podría usar un

enfoque multimodal orientado a la actualidad que enfatiza la educación psicológica y la

terapia cognitivo-conductual al tiempo que conceptualiza la dinámica de las relaciones a

través de la psicodinámica y la teoría del apego (Brand, 2001). A los pacientes se les enseñan

habilidades de afrontamiento saludables para manejar la desregulación, incluido el contacto

con el presente para reducir la disociación. También se usan habilidades de control de

emociones para reemplazar la adicción a comportamientos no saludables (NSSI, abuso de

sustancias, etc.) y reducir las formas de manejar comportamientos abrumadores y peligrosos.


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Esto puede servirles no sólo para evitar la aparición de otras identidades sino también para

mejorar su calidad de vida así como hacer que progresen en cuanto al trauma o condiciones

que les haya podido generar el abuso en la infancia.

En futuras líneas de investigación se podría llevar a cabo este mismo estudio pero

abarcando todo el territorio español para que el número de muestra que obtenga las dos

variables sea mayor.

Alguna de las limitaciones que presenta este proyecto son la baja prevalencia de este

trastorno disociativo. En futuras investigación podrá ampliarse a trastornos de la personalidad

sin especificar.

Otra limitación puede deberse a que una de las identidades retenga el recuerdo de

haber sido abusado para proteger a la persona anfitriona o host (persona que usa el nombre

real) y por esto mismo Inventario de Conducta Sexual en la Niñez no quiera decirlo o

responder a ciertas preguntas del Inventario de Conducta Sexual en la Niñez. También es

posible que aunque el host sepa que ha pasado algo negativo en su infancia, como la mayoría

de personas con este tipo de situaciones en el pasado, tenga sentimientos de culpa, vergüenza,

etc. y no quiera presentarse a la prueba o cuestionario.


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Rullán, M. M., López, V. D., y González-Trijueque, D. (2013). Los trastornos

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Inventario de Conducta Sexual en la Niñez-3, en Español, en una Muestra Normativa

de Niños/as Puertorriqueños/as Entre las Edades de 2 a 12 Años. Revista

Puertorriqueña de Psicología, 23(2), 6.
20
21

Anexos

Anexo 1 (Escala de experiencias disociativas DES II)


22
23
24
25
26

Anexo 2 (Cuestionario sobre conocimientos acerca del abuso sexual para

alumnos/as)

Pregunta Si No No sé

1. Los secretos no

siempre deben

guardarse.

2. Los niños y

niñas ¿también

tienen derechos

como los mayores?

3. A veces está

bien decir no a un

adulto cuanto te

pide que hagas

algo que no está

bien.

4. Cuando se habla

de abuso sexual,

¿significa que te

pegan?

5. ¿Está bien decir

no y marcharte si

alguien te toca de
27

forma que no te

gusta?

6. Si alguien te

toca de forma que

no te gusta o

piensas que está

mal, ¿lo contarías a

un adulto?

7. Las personas

que abusan de los

niños/as son

siempre

desconocidos.

8. Si tu amigo/a te

dice que no será tu

amigo nunca más

si no le das tu

último caramelo,

¿se lo darías?

9. Si alguien te

toca de una manera

que no te gusta,

¿tienes tú parte de
28

culpa?

10. Los abusos

sexuales sólo

pueden ocurrir en

sitios lejanos y

oscuros.

11. Si un adulto te

dice que hagas

algo tú siempre lo

debes hacer.

12. Cualquier

persona, incluso

alguien a quién

quieres (un amigo

o un familiar),

puede abusar de un

niño/a

13. Tu tienes que

dejar que los

adultos te toquen te

guste o no
29

14. Los abusos

sexuales sólo les

ocurren a las

chicas

15. Si un adulto

abusa de un niño

es porque el niño

se ha portado mal

16. La mayoría de

las personas

mayores quieren,

miman y protegen

a los niños y niñas.

17. Los niños y

niñas mayores

también pueden

intentar abusar de

los más

pequeños/as

18. ¿Se puede

saber por su

apariencia si una

persona puede
30

hacernos daño?

19. ¿Tu cuerpo te

pertenece?

20. Si alguien te

acaricia y te pide

que guardes el

secreto, ¿lo

guardarías?

21. Si alguien te

toca de forma que

no te gusta y te

dice que te

hará daño si lo

cuentas a alguien y

que además nadie

te creerá,

¿tú lo contarías?

22. ¿A veces los

adultos se

equivocan?
31

23. Si tienes un

problema y se lo

cuentas a un adulto

pero no te

cree, ¿debes

intentar olvidarlo?

24. Algunas veces,

personas que

conocemos y

parecen

simpáticas pueden

tocarnos de forma

que nos hace sentir

mal o

confusos.

25. Si alguien

conocido (un

familiar o un

amigo de tus

padres) te

hubiera tocado los

genitales (pene o
32

vulva), ¿se lo

dirías a

alguien?

26. Si te ocurre

algo que te asusta

o te avergüenza es

mejor que

lo mantengas en

secreto para no

meterte en líos.

27. ¿Está bien que

alguien que te

quiere te dé un

abrazo que te

¿Te hace sentir

muy bien?

28. ¿Siempre debes

guardar un secreto

si un adulto te lo

pide?

29. Si alguien te

acaricia de forma
33

que no te gusta

pero promete

no hacerlo más, ¿lo

contarías?

30. Si estás en el

servicio del

colegio y un niño

mayor viene y

empieza a tocar tus

genitales, ¿sabrías

qué hacer para que

no lo

siga haciendo?

31. Si ese adulto o

chico mayor

promete darte un

regalo si

guardas el secreto

acerca de lo que

pasó, ¿aceptarías el

regalo o

guardarías el

secreto?
34

32. ¿Debemos

decir sí a los

regalos y no a los

sobornos?

33. Si ganas un

concurso y tu

profesor te abraza

para felicitarte,

¿sería una buena

caricia?

Anexo 3 (Consentimiento Informado)

Lea el siguiente documento y pregunte si tiene dudas.

1. USO Y CONFIDENCIALIDAD DE LOS DATOS Toda la información

concerniente a su evaluación y tratamiento, incluyendo cualquier grabación de audio,

video o reporte escrito, son confidenciales y no serán divulgadas ni entregadas a

ninguna otra institución o individuo sin su consentimiento expreso, excepto cuando la

orden de entrega provenga de una autoridad judicial competente. Sin embargo, de

acuerdo con la ley 1090 del 2006, es necesario quebrantar este principio de
35

confidencialidad en caso de presentarse situaciones que pongan en grave peligro su

integridad física o mental o de algún otro miembro de la comunidad.

2. MODELO DE TRATAMIENTO El tratamiento que se le brinda es llevado a cabo

con base en un modelo psicológico empíricamente validado, que en unos casos

funciona mejor que en otros.

3. REVOCACIÓN DEL CONSENTIMIENTO Las decisiones sobre la continuidad o

suspensión de las actividades programadas para la evaluación y el tratamiento de la

problemática abordada, son tomadas por usted.

4. DECLARACIÓN DE CONSENTIMIENTO

Yo,____________________________________, con DNI

____________________________

manifiesto:

1) Que mi participación en este estudio es de forma voluntaria.

2) Mi aceptación del proceso de evaluación y tratamiento ofrecido entendido por mí y

cuyas condiciones generales me ha aclarado el/la psicóloga/o.

3)Que la información que le brindó al psicólogo/a es verdad y corresponde a mi

realidad, ya que sobre dicha información se plantean las propuestas de intervención.

4) Que he leído y comprendido íntegramente este documento y en consecuencia

acepto su contenido y las consecuencias que de él se deriven y accede a lo

anteriormente mencionado.

FIRMA,
36

Anexo 4. Tabla 1

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