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Adviento,

Camino de preparación

El curso del año tiene vida propia. El alma humana puede sentir esa vida y en la medida en que
percibe la respiración de los ciclos anuales sentirá que crecen en ella fuerzas que unen el alma con
el mundo en el que entró al nacer

El tiempo de Adviento es un tiempo que nos prepara para la fiesta de Navidad. Celebrar
Adviento significa poder esperar; esperar es un arte que en nuestro tiempo impaciente es valioso
recuperar. Los 4 domingos que preceden a la Navidad constituyen una linda oportunidad para
preparar el alma y el espíritu para su celebración.

Les proponemos acompañar este trabajo interior con una construcción diferente y progresiva del
pesebre que nos recuerda nuestra cuádruple constitución e involucra de manera consciente a los
4 reinos de la naturaleza.

Este camino de preparación es un ritual ideal para hacer junto a los niños y niñas, quienes lo
disfrutan mucho.

Mientras se va construyendo el pesebre, se canta, se encienden las velas y se narra la historia de


los cuatro ángeles de Adviento que llegan cada semana con un mensaje específico (se pueden
preparar con vellón, por ejemplo, e irlos colocando en la escena cada domingo para sorpresa de
los pequeños).

El camino a Belén
Primera Semana: El Reino Mineral

El domingo 29 es el primer domingo de Adviento y con él llega el Ángel Azul. Luego de realizar
el pequeño relato de su llegada (que acompaña este archivo) comenzamos la construcción del
pesebre.

Una vez elegido el lugar adecuado, para el cielo se cuelga una tela de azul profundo (una
hermosa idea es colocar una estrella el primer domingo, e ir agregando día a día una estrella
hasta que esté lleno para el día de Navidad).

El suelo se cubre de telas marrones, colocadas formando pliegues, y se marca el camino que
culmina en el establo. María y José se colocan en el otro extremo, junto al burrito.

Durante esta semana se irán colocando piedras, cristales, caracolas y elementos del reino mineral,
recolectados en nuestros paseos, o elegidos de entre los que seguramente los pequeños/as
atesoran.

Segunda Semana: Reino Vegetal


Con la llegada del Ángel Rojo la escena recibe los tesoros del reino vegetal: musgos, hojas,
ramas, raíces, semillas, flores. Es momento de observar, afinar la mirada y tomar con gratitud
algo de lo que la naturaleza nos ofrece en esta ocasión.
María y José junto al burrito avanzan un poco más en el camino.

Tercera Semana: El Reino Animal

El Ángel Blanco llega ahora y los animales van apareciendo en escena: la vaquita se coloca en el
establo. Ovejas, cabras, un buey y pequeños animalitos aguardan la llegada de Jesús. María y
José que están ya, con su buen burro, muy cerca del establo donde Jesús va a nacer.

Cuarta Semana: El Reino Humano

En la cuarta semana llega el Ángel Lila y aparecen las figuras de los pastores, María y José están
ya llegando al pesebre. El niño Jesús hecho simplemente con materiales naturales como lana,
algodón y seda, aparece la mañana del 25, acostado en el pesebre.

Pasada la navidad los reyes magos comienzan a acercarse hasta que llega el 6 de enero para
encontrarse con Jesús.

Para los adultos, también cada semana nos propone un camino especial de preparación, que
queremos compartirles:

En la primera semana de Adviento debe el hombre, tras larga lucha interior, madurar para estar
dispuesto al sacrificio, al servicio y al amor. Tiene que verse a sí mismo con los ojos interiores y
vivir cada día la celebración del anhelo de nacimiento. La consagración de la fiesta es: Yo me
consagro al servicio del Espíritu del Amor, de Aquél espíritu que quiere nacer en mí. Los
pensamientos se dirigen al Cristo que viene hacia el ser humano.
Segunda semana de Adviento: El hombre empieza a buscar y encuentra en su búsqueda que no
puede hacer nada solo. Así él prepara su corazón para que pueda entrar lo divino, pues en su yo
disminuye lo negativo, se hace espacio para lo divino.
Tercera semana de Adviento: El hombre busca la realidad verdadera que yace en lo espiritual. La
llave para esta realidad y para todo conocer espiritual es el sacrificio. La voz del silencio dice: no
quiero hacer sufrir a nadie. Quiero perdonarlo todo.
Cuarta semana de Adviento: El hombre ha encontrado el sendero y se prepara a caminarlo. Esto
significa el dominio del cuerpo terrenal. Entonces puede despertarse el Hijo de Dios en el
Hombre. La aspiración en esta época es hacer visible el Reino de Dios en el mundo a través de
uno mismo, a través de su comportamiento y su obrar.
Nosotros somos portadores también de este Reino Espiritual eterno. Las etapas del Adviento son
grados de conciencia en el alma.

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