Está en la página 1de 8

Alberto Borea: “El Perú se

salvó de la anarquía”
Defensor de Pedro Pablo Kuczynski ante el fallido intento de
vacancia evalúa lo ocurrido la última semana. Pide firmeza y
aprendizaje al mandatario tras lo que consideró “amenaza a la
democracia”

Según Borea, en una conversación privada, Kuczynski le reiteró que no incurrió en


conflictos de intereses con Westfield Capital cuando fue ministro. (Foto: Lino Chipana/El
Comercio)

Diego Chirinos24.12.2017 / 07:45 am

El presidente Pedro Pablo Kuczynski superó, casi en el


último minuto, la mayor crisis de su gobierno. Y, para intentar
evitar una declaración de vacancia por incapacidad moral
permanente, eligió al abogado constitucionalista Alberto
Borea como defensor. Pasada la tormenta, el ex senador y
diputado espera que Kuczynski haya “aprendido” de un
proceso que califica como “inconstitucional”. También habla del
Parlamento que encontró, del indulto y le pide “firmeza” a quien
seguirá llevando “el timón de la República”.

— ¿Cómo se cocinó su designación para defender al


presidente Kuczynski ante el pleno del Congreso?
El viernes pasado [15 de diciembre] llamó un gran amigo. Me
dijo: “Queremos que seas el abogado del presidente”. Me estaba
yendo de vacaciones el sábado. Pedí que me dejara pensarlo,
hablé con mi familia y mi esposa me dijo: “Has luchado toda la
vida por la democracia, no puedes dejar de hacerlo”. Entonces,
le dije a mi amigo: “Acepto el reto, pero quiero que quede bien
clara una cosa: ‘¿Tú me estás proponiendo o el presidente me
eligió’?”. Me contestó que era un pedido del presidente, ya que
se sentía cómodo con mi defensa. No podía quitarle el cuerpo a
esa responsabilidad.

— ¿El jefe del Estado le pidió que su discurso de


defensa tuviera algún componente en particular?
Ninguno. Le pregunté por todas las dudas que yo tenía y le dije
que quería saber todo, pero, en primer lugar, si alguna de las
acusaciones [de presuntos vínculos de su empresa unipersonal
con Odebrecht] era cierta. Me lo negó de manera categórica,
reafirmando todo lo que dijo en estos días. Que no tuvo
participación en la gestión de Westfield Capital [mientras era
ministro del gobierno de Alejandro Toledo].

— ¿El apelar a aspectos políticos fue una decisión


propia o sugerencia del mandatario?
Tuvimos una primera reunión el domingo. Le conté las líneas
argumentativas y le dije que no enfrentaría lo del debido
proceso por el lado que se venía enfrentando. También lo iba a
enfocar en el desvío del procedimiento predeterminado por la
ley. Este no es un tema de responsabilidad política como se
decía. Es un juicio donde se juzga la responsabilidad moral y las
reglas para hacerlo son muy distintas. ¿Cómo se resuelve sobre
la dignidad de las personas a partir de directivas de un tercero
que no ha escuchado a las partes o que no conoce las pruebas?

— ¿Cree que la directiva de votar a favor de la vacancia


fue de los dirigentes de Fuerza Popular?
No tengo claro de quién. Lo que tengo claro es que la inmensa
mayoría de ellos dijo que iba a votar por la vacancia. El día que
se planteó la moción, el congresista [Daniel] Salaverry dijo
“renuncia o lo vacamos”. No querían escucharlo. La acusación,
además, se basó solamente sobre la mentira. Uno no puede
decirle a la población que lo que se quiere discutir es la mentira
para, después, discutir temas sobre los cuales no han dado
información ni tiempo para poder ejercer la defensa.

— Si bien son cortos, el reglamento del Congreso


estipula esos plazos para la vacancia presidencial.
Dicho reglamento tiene rango de ley. 
No importa lo que la ley diga si va en contra de la Constitución y
de los principios. Por el criterio de convencionalidad, no solo la
Constitución es una norma de mayor importancia sino que los
tratados, en especial los de derechos humanos, obligan a las
normas a adecuarse a esos principios de derecho universal. Eso
sucede con el Pacto de San José. La obligatoriedad de la norma
viene en tanto esté inserta dentro del principio de jerarquía.

— La Constitución es la norma de mayor jerarquía en


el Perú y no establece causales específicas de
incapacidad moral. ¿Por qué, entonces, considera que
declarar la vacancia por ese motivo hubiese sido
inconstitucional?
Que uno se sienta libre para destrozar los derechos de personas
por falta de requisitos no es constitucional, ni humano ni
respeta la dignidad. Atenta contra el artículo 1 de la
Constitución [vigente] y el artículo 45 de la Constitución de
1979, que dice con toda nitidez: “El poder emana del pueblo”.
Uno no puede saltar desde pequeñas parcelas a decir “yo
represento al pueblo”. El pueblo ya dijo quién era su
representante para gobernar.

— ¿Ante el Congreso defendió la institucionalidad o la


inocencia del presidente?
Bueno, si uno quiere acusar de algo a una persona, tiene que
demostrarlo. En el caso del presidente Kuczynski, no había
ninguna prueba que lo inculpara de actos irregulares. Se decía
que él tiene que encontrar el documento [que acredite lo
contrario]. El que tiene que encontrarlo es el que acusa, porque
es quien está diciendo que se produjo algo irregular. Entonces,
yo defiendo la institucionalidad general del sistema democrático
peruano con separación de poderes.

— ¿Confía en la inocencia de Pedro Pablo Kuczynski?


Creo que todos deberíamos partir de un principio: ¿se ha
probado que el presidente actuó indebidamente? No. Además,
el proceso que estaban tratando de aplicar no era el
correspondiente. Decir que se investigue no significa que no
crea en su inocencia. Creo en la inocencia del presidente hasta
que me demuestren lo contrario.

— Si bien –como señala– no hay pruebas contundentes


de delito, sí las hay para pensar por lo menos en un
presunto conflicto de intereses durante su función
como ministro. 
De los papeles que he visto, no lo he encontrado. Lo que se tiene
que probar, si se quiere acusar al presidente, es que haya algún
documento firmado o un video en el cual está dando
instrucciones a alguien. Uno no puede, por suposiciones o
prejuicios, condenarlo. Y supongamos que efectivamente se
demostrase que mintió. Que hay una mentira por un hecho que
no tuvo consecuencias perjudiciales para el Estado. Le llamas la
atención u otra cosa, pero lo que no haces es vacarlo.

— Enfatizó mucho en la poca atención que ciertos


congresistas le prestaban mientras ejercía la defensa
del jefe del Estado. ¿Con qué sensación se fue del
Parlamento?
Eso muestra el nivel de responsabilidad de quienes están
representando al país en un momento tan difícil. ¿Cómo no
desconocen a los ocho millones que votaron para que Pedro
Pablo Kuczynski fuera presidente si están jugando con sus
videojuegos o chateando? No se dan cuenta de que esa es una
irresponsabilidad absoluta y una cuestión por la cual el pueblo
tendría que llamarles la atención. Por tomar una decisión sin
siquiera haber escuchado. La cereza de la torta fue cuando se
trajo a una persona que no había estado en el debate [Maritza
García], que no escuchó nada, para que decida si vacaba al
presidente. 

— ¿A qué atribuye esa actitud?


Mira, desde el autogolpe [de 1992], cada vez los que se reúnen
en la plaza Bolívar han ido descendiendo en su nivel de debate y
de capacidad de hacer leyes. Entre otras cosas, porque se ha
prescindido de la Cámara de Senadores. El Senado es muy
importante. Es el foro en el cual los grandes líderes de las
organizaciones políticas conversan.

El jueves se decía: “¡Están conversando!”, cuando conversar es


el abecé de la política. Si a uno lo convencen, ¿eso es compra de
votos como dijo [Héctor] Becerril? Aquí cabe otro dicho: el
ladrón cree que todos somos de su condición.

— Aunque no constituya una compra de votos, es


indudable que se concretaron algunos acuerdos para
evitar la vacancia. En ese contexto, ¿las lágrimas de
Kenji Fujimori podrían ser sintomáticas?
Habría que preguntárselo a Kenji Fujimori. Así como soy un
crítico intenso del fujimorismo del golpe y de quienes lo
acompañan sin ningún propósito de enmienda, como lo
acabamos de ver con el intento del golpe legislativo, hay que
destacar cosas positivas como la del jueves. Personas de Fuerza
Popular que votaron en contra [de la vacancia], o el caso de
Jorge del Castillo y Luciana León, insultados por la intolerancia
de quienes forman parte de su organización.

— Horas antes de la sesión, el jefe del Estado le


adelantó a un medio colombiano que la oposición no
tenía los 87 votos para vacarlo. ¿Le dijo a qué se debía
esa seguridad?
El presidente podía tener esa percepción. Yo tenía la contraria.
Si la vacancia se hubiese concretado, hoy todo sería un caos. Y
del caos nunca sale nada bueno. Por eso, en democracia hay un
período de antagonismo durante las elecciones presidenciales,
pero no se puede pasar los cinco años peleando. Hay un período
de cinco años en los cuales se tiene que dejar gobernar al que
ganó y, luego, se vuelve a abrir el debate.
— ¿Qué siente cuando se dice que Kuczynski superó el
pedido de vacancia gracias a Kenji Fujimori y no
gracias a su defensa?
Me da lo mismo porque, al final de cuentas, lo importante es
que el Perú se salvó de la anarquía. Si uno quita los diez votos
de Kenji y suma los diez votos de los partidos que tuvieron un
historial democrático como el Apra y Acción Popular, tampoco
vacaban a PPK. A pesar de que los comunistas votaron en
contra [en alusión al Frente Amplio]. La sorpresa fue que
personas que dicen admirar a gente que estuvo siempre en el
sector democrático terminen abriéndole la puerta al golpismo.

— Al ser un “crítico intenso” del autogolpe, asumo que


rechazaría un eventual indulto a Alberto Fujimori.
Ese es un tema que tiene que decidir el presidente y está dentro
de sus atribuciones.

— ¿Cuál sería su reacción si eso sucede?


No estoy de acuerdo con el indulto. Lo he dicho y lo sigo
diciendo.

— En una reciente entrevista dijo que estaba


decepcionado del ex presidente Alejandro Toledo, al
que apoyó. ¿Cree que con Kuczynski no se repetirá esa
historia?
Alejandro me decepcionó como a todos los peruanos. Espero
que eso no suceda [con Kuczynski] y no creo que sea así. El
presidente es una persona que, en su campo, supo desarrollarse
de la mejor manera. Y, de aquí en adelante, habrá aprendido
que a la mujer del César no le basta ser honrada, sino también
parecerlo.

— ¿Seguirá ayudando al mandatario, por ejemplo


cuando acuda a la Comisión Lava Jato, por las
acusaciones en su contra?
A mí me pidieron que ayudara en una cosa puntual. Pero, si se
amenazara con la vacancia del cargo por otra razón fútil o
utilización malsana de un vacío, naturalmente volvería a la
cancha.
— Algunos se preguntan quién asumió el costo de su
defensa al presidente. ¿Fue el mandatario a título
personal o el Ejecutivo?
No he aceptado ningún pago del Estado para defender al
presidente Kuczynski.

— ¿El revuelo generado tras su presentación ante el


Parlamento podría animarlo a volver a la política o ese
es un capítulo cerrado?
La política no está descartada porque hay que volver a ella cada
vez que uno sienta que es necesario. Soy un hombre de
formación política.

— ¿Ser ministro del actual gobierno es una opción?


Para mí, la opción ahorita es seguir viendo mis casos como
abogado. Pero puedo decir nombres de gente notable. Gente
que no tiene más aspiración que servir al país, como Fernando
de la Flor, Ángel Delgado, Aurelio Loret de Mola. Un gran
canciller sería Harold Forsyth, por ejemplo.

— Pasada la crisis, ¿considera necesario establecer


requisitos para determinar la vacancia por
incapacidad moral?
Los temas importantes hay que discutirlos con frialdad. Las
constituciones no son salidas a crisis políticas. Creo que hay que
esperar a que baje un poco esta marea.

— Pero estaría a favor de definirla.


Más que causales, hay que decir en qué momentos procede y
que no puede ser utilizada nunca como pretexto para copar el
poder o para hacer por la vía indirecta lo que está prohibido
hacer por la vía directa.

— Dijo que en la política no todo es enfrentamiento.


¿Cree que en este momento el gobierno debe dialogar o
enfrentar a la mayoría fujimorista?
Esa pregunta hay que hacérsela a los dos. Ambos deberían
tratar de tender puentes. Ahora, si uno tiende puentes, como
pasó, y el otro los dinamita, el presidente tiene que gobernar
con firmeza. No con abuso, con firmeza. Porque el que pretende
dirigir y no es firme, no puede llevar el timón de la República.

— ¿Es momento para que Kuczynski se ponga firme


con la oposición?
Creo que es momento para que el presidente gobierne con
firmeza, pero también para dialogar. Hablar con las distintas
posiciones para ver cómo sacamos adelante al Perú.
TAGS RELACIONADOS:
Alberto Borea
 
PPK

LEER COMENTARIOS (3)

También podría gustarte