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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO.

LA GESTION PROFESIONAL DE INTERESES, SEGÚN LEY


28024, MEDIO PARA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y
TRÁFICO DE INFLUENCIAS.

TESIS PARA LOGRAR EL TÍTULO PROFESIONAL DE


ABOGADO

AUTOR
Adalberto Alejandro Lévano Muñoz
ORCID ID: 0000-0001-7810-2814

TUTOR
Dr.
ORCID ID:

PUCALLPA - PERÚ
JURADO
Presidente
Dra.
ORCID ID: 0000-0002-00683337

Miembros
Dr.
ORCID ID:
Dr.
ORCID ID:

TUTOR
Dra.
ORCID ID:
ÍNDICE
Título de tesis.

Equipo de trabajo.

Contenido (índice)

III. Introducción.

IV. Planeamiento de la investigación.


4.1. Planteamiento del problema.
4.2. Objetivos de la investigación.
4.3. Justificación de la investigación.

V. Marco teórico y conceptual.


5.1. Antecedentes.
5.2. Bases teóricas de la investigación.
5.3. Hipótesis.

VI. Metodología.
6.1. El tipo de investigación
6.2. Nivel de la investigación de las tesis
6.3. Diseño de la investigación. ( incluye hipótesis si se requiere)
6.4. El universo y muestra.
6.5. Definición y operacionalizacion de variables.
6.6. Técnicas e instrumentos de recolección de datos.
VII. Referencias bibliográficas.
Anexo
Costos y presupuesto del estudio de investigación.
Cronograma de estudio de la investigación.
III. Introducción.

Estamos pasando por un momento muy álgido en el País donde podemos apreciar actos de corrupción de

todo tipo de índole, tanto en lo político como en jurídico, es por eso que me animo a crear esta tesis como

apoyo a la investigación de nuevas formas de luchar contra la corrupción, teniendo un panorama mucho

más amplio sobre una ley que a pesar que existe muy pocos la conocen, en un tiempo siendo la ley de solo

un grupo de 16 personas inscritas en un registro en SUNARP, personas privilegiadas para hacer lobbys en

nuestro país, ley que además blindaba a los profesionales o personas jurídicas que ejercían dicho privilegio

en el estado y en las entidades donde podían conseguir favores que no necesariamente se debía enterar el

común de las personas, sino solo un grupo de personas que lucraban de una manera descomunal, al

momento de ejercer la gestión de intereses, tapando de esta manera el delito de tráfico de influencias, pues

esta ley los blindaba siempre y cuando cumplieran algunos requisitos que la misma ley les otorgaba, en este

trabajo de investigación no solo veremos que dice la ley de la GESTIÓN PROFESIONAL DE

INTERESES, sino como la misma ley entra en contradicción con otras normas solo para blindar a personas

y empresas que en su momento estaban haciendo GESTIÓN ´PROFESIONAL D EINTRESES, tales como

el caso del señor ROMULO LÉON, que por ser GESTOR DPROFESIONAL DE INTERESES sale de la

cárcel, ya que su abogado el Dr. Cesar Nakazaki, dijo que el señor León estaba haciendo GESTIÓN DE

INTERESES.

Así mismo en esta tesis podremos apreciar la concordancia de la ley con otras leyes que en la práctica

fueron utilizadas para la realización y el blindaje momentáneo de esta ley, siendo que La Gestión

Profesional de Intereses contribuye al buen gobierno corporativo por cuanto permite el mapeo y rastreo de

todas las relaciones privados y públicas que afectan los intereses de la organización, además de permitir la

planificación de actividades de relacionamiento en función del Plan Estratégico Empresarial, convierte la

sensible actividad de “lobbying” en una relación formal, transparente y legal, eleva los niveles de

“accountability” y convierte la sensible relación con las autoridades públicas en una fuente estable de

ventajas competitivas.
IV. Planeamiento de la investigación.

4.1. Planteamiento del problema.

El país necesita saber cuales son los acuerdos que tienen nuestras autoridades con los grupos empresariales

que de uno u otro modo quieren realizar actividad dentro del estado, no pudiendo saber cual es el aporte del

empresariado al estado, no teniendo un sistema que según la ley este abiertos a todos, presentándose la

necesidad de buscar estrategias que ayuden a que los actos de corrupción por medio del tráfico de

Influencias sea parado, dándonos alternativas con esta ley para poder hacer que los empresarios y

autoridades sean transparentes en sus actos.

4.2. Objetivos de la investigación.

Tenemos por objetivo el análisis de la ley y de como repercute la misma en el país.

Objetivo general. a

Hacer que se conozca la ley y como aportar par que la misma llegue a la población sin ser muy tediosa

para ellos.

Objetivo específicos.

1.- Conocer la ley y sus artículos.

2.- Desarrollar algunas estrategias para que la ley sea mejorada.

3.- Demostrar que necesitamos un sistema con Gestores Profesionales de Intereses, para que todas las

empresas puedan contribuir con el sistema y la lucha contra la corrupción.

4.3. Justificación de la investigación.

En esta tesis tenemos como objetivo establecer las mayorías de las variables que contribuyen a que la

gestión de intereses se constituya en un elemento que influya, como instrumento anticorrupción, en la

práctica gerencial pública dentro del sistema democrático peruano. El método utilizado para la

realización de la investigación se ha centrado básicamente en el interpretativo sin olvidar algunos

aspectos del método tradicional o cuantitativo. Para verificar la representada por la afirmación del

objetivo mencionado, se ha recurrido a la investigación bibliográfica y de entrevista a cierto sector de


la población que está directamente ligada a dicha ley. Se ha podido comprobar, que existen factores

que hacen de la gestión de intereses una práctica gerencial a impulsar desde diversos ámbitos como la

capacitación, mejora en su regulación, establecimiento de mejores y mayores controles en su

implementación, entre otros.

III. Marco teórico y conceptual.

3.1. Antecedentes.

El lobby es una actividad legítima que, siendo bien utilizada y regulada, tiene un impacto positivo en la

función pública en un Estado Democrático de Derecho. Son básicamente dos las ventajas de la presencia

de prácticas del Lobby: Permite al público en general comprometerse con el proceso de toma de

decisiones públicas y mejora la calidad de las decisiones públicas, en tanto permite que se abran canales

para las diversas opiniones y aporte de expertos temáticos.

Es por ello que diversos países han emitido leyes que regulan la actividad de gestión de intereses:

EE.UU. (1946), Alemania (1951), Francia (2009), México (2010), Italia (2012), Chile (2012), etc. El

Perú no ha sido ajeno a esta realidad y en julio de 2003, se publicó la Ley N° 28024, Ley que regula la

gestión de intereses en la administración pública. No obstante, si bien el Perú ha sido uno de los primeros

países de la región en regular normativamente el lobby, en la práctica, hasta la fecha, luego de casi 15

años, no se ha adoptado las medidas suficientes para que esta ley pueda aplicarse de manera efectiva y

se prevengan actos de corrupción. Así, por ejemplo, en 13 años de vigencia de esta ley, sólo existieron

6 personas registradas formalmente en la SUNARP como gestoras de intereses en todo el país; además,

no hubo ni un solo acto de gestión registrado, a pesar de que era una obligación hacerlo.

La ley exigía que se implementara y operara un Tribunal Administrativo Especial para aplicar sanciones

a los gestores de intereses que no cumplieran con las exigencias de registro y transparencia en su

actividad; no obstante, dicho Tribunal nunca se implementó y no hubo una sola sanción en la materia.

Estos datos evidencian que, en puridad, todo este tiempo no ha existido la voluntad política de hacer

transparente y fiscalizar adecuadamente la práctica del lobby a fin de prevenir actos de corrupción en el

seno de la función pública.


Pero, ¿en qué consiste el lobby? Según Art. 3° de la Ley N° 28024, la gestión de intereses es la “actividad

mediante la cual se promueve de manera transparente los punto de vista de privados en el proceso de

toma de decisiones públicas”. Asimismo, el artículo 4° de esta ley señala que un acto de gestión es la

“comunicación dirigida por el gestor de intereses a un funcionario público con el fin de influir en un

decisión pública”. En tal sentido, un acto de gestión o de lobby tiene un sentido amplio, siendo su

elemento principal la finalidad de incidir en el proceso de toma de decisiones de determinado funcionario

público. Ahora bien, la ley es muy clara al señalar, en su artículo 3°, que los funcionarios públicos están

prohibidos de realizar actos de gestión en favor de privados; prohibición que se extiende hasta un año

después de dejar el cargo a fin de evitar que existan una mezcla de intereses privados y públicos en las

tomas de decisiones. Resulta criticable que en nuestro país se tenga un “periodo de enfriamiento” del

funcionario de sólo un año, cuando a nivel comparado (España y la Unión Europea, por ejemplo) y de

acuerdo a recomendaciones de Organismos Internacionales, como Transparencia Internacional, se

apuesta por una prohibición de mínimo dos años luego de dejar el cargo público.

En la actualidad, aún existen grandes desafíos para tener un sistema que fiscalice adecuadamente la

práctica del lobby y lo haga más transparente a fin de prevenir actos delictivos de corrupción. En los

últimos tiempos, sin embargo, no ha habido una muestra desde el Estado de querer ocuparse realmente

de este tema. En enero de 2017, se eliminó el registro de gestores de intereses y se suprimió el Tribunal

Administrativo Especial en la materia. En su reemplazo, se exige que todas las entidades públicas

cuenten con un “libro de visitas” en el cual conste la concurrencia de personas que se reúnen con ciertas

autoridades. Esto resulta insuficiente en términos de transparencia, pues como lo exigen Organismos

Internacionales, el registro en esta materia debe contar con datos como la actividad de gestión que se

realizará, las empresas o intereses a los que responde el lobista, el financiamiento del gestor, etc. Además

dicho registro debe ser unitario de manera que sea de más fácil acceso a los ciudadanos.

Lamentablemente, nada de esto se establece expresamente en la norma actual.

Al respecto, si bien la OCDE recomendó al Perú que simplificara el registro que antes existía en

SUNARP sobre gestión de intereses, ello no suponía que debía suprimirse, sino hacerlo menos
burocrático y más accesible al ciudadano de a pie, incluso se sugirió que se creen incentivos o beneficios

para que el registro sea utilizado por los lobistas. Teniendo en cuenta esto, se espera que el Estado pueda

adoptar las medidas normativas adecuadas para procurar un registro de gestión de intereses eficiente y

que, sobre todo, busque realmente transparentar esta práctica que, como hemos sido testigos

recientemente, muchas veces se convierte en un peligroso vehículo para la alta corrupción.

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Cfr. DIRECTORIO LEGISLATIVO. Aportes para la regulación de la gestión de intereses en Argentina. Directorio Legislativo, Buenos Aires,

2016. p. 2.

Cfr. ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICOS. Estudios de la OCDE sobre integridad en el

Perú. OCDE, Paris, 2017. p. 182.

Cfr. TRANSPARENCIA INTERNACIONAL. Estándares internacionales para la regulación del Lobby. Trasparencia Internacional, 2015. p.

8.

Mediante Decreto Legislativo N° 1353, Decreto Legislativo que crea la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información

Pública, fortalece el régimen de protección de datos personales y la regulación de la gestión de intereses.

Cfr. TRANSPARENCIA INTERNACIONAL. op. cit. p. 6.

Cfr. ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICOS. op. cit. p. 181


La moderna información política ha llamado la atención del gran público sobre el fenómeno: durante

las décadas comprendidas entre 1890 y 1920, los reformistas estadounidenses ya denunciaban y se

preocupaban por la influencia “corruptora” que estos elementos tenían en el Gobierno norteamericano.

Así, ilustres inquilinos de la Casa Blanca, como Eisenhower o Kennedy advirtieron o defendieron esta

realidad, lo que alimenta su carácter polémico. Un análisis de los antecedentes históricos podría ayudar

al periodista y al ciudadano, a formarse una opinión compleja e informada sobre ello, de cara a un futuro

en el que, cada vez más, va integrándose como parte formal del sistema parlamentario moderno y multi-

estatal. De hecho, David Dwight Eisenhower, recordemos que exmilitar de brillante carrera, dato que es

si cabe, aún más significativo, dijo en una ocasión tras haber llegado a la Casa Blanca: “En los consejos

de gobierno, tenemos que tener cuidado con la adquisición de una influencia ilegítima, deseada o no,

por parte del complejo militar-industrial. Existe el riesgo de un desastroso desarrollo de un poder

usurpado y se mantendrá. No debemos permitir nunca que el peso de esta conjunción ponga en peligro

nuestras libertades o los procesos democráticos.

Cuando las ciudades-estado que fueron cuna de la civilización europea en Grecia e Italia se asomaron

más allá de sus asentamientos iniciales, las formas de gobierno primitivas fueron quedando obsoletas;

casi todas ellas tenían o terminaron teniendo una forma de Senado o Asamblea. Si bien Roma comenzó

siendo una Monarquía (753-509 a.d.C.), una vez desterrada, los cabezas de familia de los clanes

principales de la ciudad (patricios) quienes ya conformaban el consejo de ancianos o ‘seniles’ (de donde

‘Senado’) como órgano consultivo de los Reyes, pasaron a ostentar todo el poder e incluso a dar nombre

a la nación (Senatus populusque romanus -SPQR- o El Senado y el pueblo de Roma). Nada más que

hombres vestidos con pieles, hombres de corazón rústico: cien de entre ellos, en un prado, eran muchas

veces todo el Senado. Con el tiempo se convirtió en una mezcla ambivalente de Patricios, Caballeros y

Gentes de la Plebe. En Esparta, sus dos Reyes coetáneos eran poco menos que decorativos ya que ni era

labor suya declarar la paz o la guerra, ni tenían poder para ello. Ni tan siquiera la Gerusía (Senado) de

los 28 gerontes (Gerusía -junta de ancianos, en griego-) podía hacer esto solo: requería de otros

organismos de control distintos que estaban presentes en la estructura política: cinco individuos
escogidos anualmente de entre las clases bajas -los éforos- tenían, en este sentido, más poder que el

Senado y los Reyes juntos. Volviendo a Roma, recordemos que la Monarquía es sustituida por un

sistema de dos pretores (más tarde llamados cónsules), de modo que uno y otro se controlasen

mutuamente a la hora de ejercer el poder ejecutivo supremo. En las democracias, como Atenas, la

complicadísima normativa electoral y gran cantidad de órganos garantizaban el acceso al poder del

hombre de a pie: ni tan siquiera la flota podía salir sin un plebiscito, pues eran los ciudadanos quienes

remaban en ella.

Aún tendrían que transcurrir muchos años antes de la aparición del lobby actual: un fenómeno

íntimamente ligado a los regímenes parlamentarios de la era industrial. Hay consenso en que el

fenómeno cristalizó, y el término empezó a usarse en el siglo XIX con el auge de las democracias

anglosajonas: El lugar de nacimiento del lobbying institucionalizado no ha sabido concretarse: para unos

el Reino Unido, para otros Estados Unidos de América. Alonso Piñeiro, después de recordar que el

término “lobby” significa los salones situados antes del recinto de sesiones de la Cámara de los Comunes

en el Reino Unido del siglo XVIII, donde se daban cita los representantes de distintos intereses

comerciales para conversar con los parlamentarios a fin de obtener favores, sitúa el nacimiento del

lobbying como institución parlamentaria en febrero de 1884 en Londres. En 1829, en el ya independiente

Estados Unidos, los términos “lobby” y “lobbyagents” se usaban corrientemente. La profesión de estos

intermediarios (Mayoritariamente abogados) tuvo un rápido desarrollo en Washington y en las capitales

de los estados, debido sobre todo al debilitamiento del poder ejecutivo a favor del legislativo (…)5 Pero

no será sino hasta finales de ese siglo cuando la práctica se reconociera y se regulase, al menos en parte,

de la mano de las cámaras estadounidenses, a fin de diferenciar la presión legítima de la corrupta La

iniciativa reguladora del lobbying se remonta al siglo pasado en los Estados Unidos. Ya en 1876, la

Cámara de Representantes adoptó una resolución que exigía el registro de los lobbistas en el secretariado

de la Cámara (cuestión básica en toda propuesta de regulación, vigente hasta nuestros días); obligación

que fue impuesta seguidamente en varios estados de la Unión. El recelo, justificado por ciertas pruebas

documentales, ante la corrupción política encubierta por la presión legítima, provocó la primera
propuesta legislativa en 1913 (…) hubo que esperar hasta 1946, año en que se dictó la “Federal

Regulation Lobbying Act” (hoy muy desarrollada con la promulgación de la “Lobbying Disclosure Act”

de 1995) Históricamente hablando la primera legislación efectiva se daría en el Estado de Georgia en

1877, tipificándolo como delito y más tarde en el Estado de Massachusets, en 1890 donde se reguló,

primerizamente, su actividad. La democracia norteamericana busca separar la influencia legítima sobre

el poder legislativo, de la ilegítima. En Estados Unidos, las prácticas lobbísticas están amparadas desde

hace doscientos años en el Derecho de Petición (Right to Petition) que es el derecho que todo ciudadano

norteamericano tiene, amparado por la primera enmienda a su Constitución, como parte conformante de

la libre expresión. Consiste en poder presentar al Gobierno solicitudes y quejas para que sean

escuchadas.

Lo que es muy chocante, sabiendo que, quienes redactaron la constitución americana, entre ellos James

Madison, quien llegaría a ser el 4º presidente de la nación (1809-1817), habían tratado de limitar el

interés de los sectores particulares por interferir en el gobierno de la nueva República. Por ello, la

intención de los llamados “Padres fundadores”, al crear la constitución, era precisamente evitar el control

del nuevo Estado por parte de individuos poderosos socialmente. Madison consideraba que las facciones

(grupos de ciudadanos que en representación de minorías o mayorías buscan imponer intereses que

perjudican los derechos de otros ciudadanos) eran peligrosas para la democracia. Estos “grupos de

presión” podían dedicarse a ejercer su labor a favor de causas comprensibles, o a veces incluso triviales,

pero siempre relacionadas con la mejora de individuos o empresas6 . A principios del XIX, la mayor

parte de los lobbies en el nuevo país operaba a nivel de las administraciones y cámaras de los Estados.

Sólo en los últimos años del siglo y comienzos del XX sus actividades se ampliaron definitivamente al

gobierno federal. Además, en todos los ámbitos, se practicaba de manera discreta, con poco o ningún

conocimiento por parte del público.7 Entre 1890 y 1920 (recordemos el intento de regulación de 1913)

desde distintos ámbitos se culpaba a los lobbistas de corromper a los políticos8 . Un efecto derivado en

gran parte de esa gestión discreta con que el lobby se había estado conduciendo. En 1953, a raíz de una

comisión de investigación del Congreso y una sentencia de la Corte Suprema, se diferencian ya dos tipos
de lobbying: el directo (reuniones con los representantes y comparecencias ante las comisiones de las

Cámaras por parte de los agentes de los grupos) y el indirecto: convencer a la Opinión pública para que

sea ésta la que presione al legislador: algo profundamente ligado a la libertad de expresión, según la

Corte Suprema.

PROPERCIO, Sexto Aurelio (20 a.d.C.): Elegías, IV. Traducción de RAMÍREZ DE VERGER, A. (1989). Gredos. Madrid .

Historia y Comunicación Social 881 Vol. 18. Nº Esp. Dic. (2013) 879-892

XIFRA, Jordi (1998): Lobbying: como influir eficazmente en las decisiones de las instituciones públicas. Gestión 2000.

Barcelona.

Cuanto más se profundiza en los diversos sectores económicos, más hallamos la sombra del lobby. Así, por ejemplo, citaremos

una investigación desarrollada en 2006 en la Universidad Complutense se pudo comprobar que los sectores médico-

farmacéuticos incluían cada vez más productos para cirugía estética. Para completar esta información recomendamos se

consulte: CALDEVILLA DOMÍNGUEZ, David (2007): “La imagen de la cirugía estética y su presencia en los medios de

comunicación” en Revista de comunicación de la SEECI, nº 14. Disponible en: www.seeci.net/

revista/hemeroteca/Numeros/Numero%2014/Caldevilla.pdf [07-09-2013] 7

DE KIEFFER, Donald E. (2007): The Citizen’s Guide to Lobbying Congress: Revised and Updated. Chicago Review Press.

Chicago-EE.UU.-

.Disponible:http://books.google.es/booksid=_8BuewFmfZEC&printsec=frontcover&dq=%22lobbying%22&hl=en&sa=X&ei

=o40PTreG8fv0gGUlbmOAw&redir_esc=y#v=onepage&q=%22lobbying%22&f=false. [05-09-2013]

CLEMENS, Elisabeth S. (1997): The People’s Lobby: Organizational Innovation and the Rise of Interest-Group Politics in the

United States. University of Chicago. Chicago. Disponible en: www. amazon.com/The-Peoples-Lobby-Organizational-

Innovation/dp/0226109933#reader_0226109933. [05-09-2013]
3.2. Bases teóricas de la investigación.

Concepto de la Gestión Profesional de Intereses.

Se entiende por gestión de intereses a la actividad mediante la cual personas naturales o jurídicas, nacionales

o extranjeras, promueven de manera transparente sus puntos de vista en el proceso de decisión pública, a

fin de orientar dicha decisión en el sentido deseado por ellas. La gestión de intereses se lleva a cabo

mediante actos de gestión. a. Los funcionarios públicos se encuentran prohibidos de realizar actos de gestión

por intereses distintos a los institucionales o estatales. b. Para efectos de esta ley, no se considera gestión

de intereses: c. Las declaraciones, expresiones, testimonios, comentarios o similares realizados mediante

discursos, artículos o publicaciones; d. La difusión de noticias o de otro material distribuido al público en

general o difundido a través de cualquier medio de comunicación social; e. La información, por escrito o

por cualquier otro medio susceptible de registro, proporcionada a la administración pública en respuesta a

un requerimiento hecho por ella; f. La información brindada en cualquier medio de comunicación social en

el marco del ejercicio de la libertad de expresión; g. Las afirmaciones, declaraciones, comentarios hechos

en cualquier reunión pública, en el marco del ejercicio del derecho de la libertad de expresión, de opinión

y de reunión; h. El libre ejercicio de la defensa legal y de la asesoría, dentro de lo previsto por el

ordenamiento jurídico; y i. Otras gestiones similares que no conduzcan a la toma de decisión por parte de

la administración pública.

3.3. Hipótesis.

Hipótesis general

Es necesario Tener una ley que regule y ordene la ley actual de la Gestión Profesional de Intereses, para

que podamos estar dentro de los estándares internacionales de lucha contra la corrupción y el

acercamiento del empresariado limpio y sin mañas al sector público.

Hipótesis Específicas

Ahora corresponde realizar una previa introducción al problema 'que se presenta en torno al desarrollo de:iá

actividad de gestión de intereses ,o lobby, conjuntamente con otras actividades como el financiamiento de
partidos políticos, que muchas veces a través de los favores políticos irregulares pueden acarrear la

denominada corrupción política cuando no se tiene claro cuáles son los parámetros penales que las

delimitan. En ese sentido, FERRERO COSTA, precisamente expone su preocupación por la falta de

aplicación de sanciones penales frente a hechos de corrupción política: «¿Cuál es o cuáles son las fuentes

que originan la corrupción: el poder absoluto, el autoritarismo, la no alternancia en el gobierno, el

narcotráfico, etc.? Como bien decía Lord Acton «el poder corrompe y el poder absoluto corrompe

absolutamente». Si bien la corrupción se da hasta en las democracias más pintadas, también es cierto que,

a mayor grado de democracia, son menores los casos de corrupción, y a la inversa, en los países donde el

poder se concentra en pocas manos, son mayores los casos de corrupción. ¿Nuestra legislación es lo

suficientemente severa para atacar la corrupción? La legislación debe revisarse para que las sanciones sean

más efectivas, pero sobre todo que se apliquen. De nada servirán las mejores normas si no se van a

aplicar»97. Por otro lado, en la doctrina se ha establecido que, en el ámbito penal, al desarrollarse el bien

jurídico administración pública, protegido ante actos de corrupción, estamos frente a un interés jurídico, en

cuanto a la realización de prestaciones públicas a la ciudadanía, sobre la base del buen gobierno, de apego

a la legalidad y el deber

VI. Metodología.

6.1 TIPO Y NIVEL DE INVESTIGACIÓN

El tipo de investigación propuesta es el que corresponde a un estudio empírico, descriptivo, cualitativo de

nivel exploratorio.

La investigación es descriptiva porque se propone “descubrir un fenómeno dado, analizando su estructura,

explorando las asociaciones relativamente estables de las características que lo definen, sobre la base de

una observación sistemática del mismo”.


6.2 POBLACION Y MUESTRA

• POBLACIÓN : La población de la línea de investigación está constituida por todos los Gestores

Profesionales que aún están inscritos en registros Públicos.

• Muestreo :

La muestra de investigación se obtiene mediante la técnica denominada, muestreo de juicio como método

no probabilístico donde se descarta la probabilidad en la selección de la muestra dependiendo esta del

criterio o juicio del investigador.

Para la selección de la muestra se optará por la revisión del cumplimiento de los siguientes requisitos:

Ser gestor Inscrito en SUNARP

Haber realizado al menos un acto de gestión y realizado sus inscripciones.

6.3. DEFINICIÓN Y OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES

La presente Línea de Investigación aborda la problemática de que los países deben crear leyes que estén a

favor de la pulcritud de conciencia al mostrar los puntos tratados en una reunión de gestión de intereses,

pues ante los hechos de corrupción, la administración pública debe ser mas clara en los puntos que se

decidan sobre los vienes de los administrados.

Esta punto de la carrera de Gestor debe servir para ayudar a que las personas que no pueden llegar a hacer

oír su vos en el estado pese a que deberían ser escuchados, me refiero a los gremios, asociaciones civiles,

grupos en riesgo, ellos también deben tener alguien que les ayude a tener sus peticiones menos engorrosas

en el estado, pues los tienen subyugados a la burocracia que lo único que hace es cansarlos y matar sus

ganas de hacer que el país con ellos ordenados sigan creciendo.

Ciertamente, ya se han realizado múltiples evaluaciones referidas a la norma, una que consideramos

importante es la realizada por la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción, creada mediante Decreto Supremo

N° 016-2010-PCM, fecha 28 de enero de 2010, la cual detectó la siguiente problemática:

1. Falta de difusión y conocimiento de la Ley N° 28024.


2. Falta de supervisión y registro.

3. Registro en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP).

4. Difícil acceso sobre información de gestores de intereses.

5. Inaplicabilidad de sanciones.

6. Disposiciones inválidas respecto al Sistema Nacional de Control.

7. Falta de representantes del Tribunal Administrativo Especial.

8. Falta de uniformidad de Registro de Gestores de Intereses.

9. Diferencia en la emisión y registro de constancias de actos de gestión.

Aunado a ello, ¡dicha Comisión de Alto Nivel resaltó los siguientes resultados obtenidos de la apelación

normativa de la Ley N° 28024:

1. A través de la página web de la SUNARP, no es de fácil acceso el Registro de Gestores de Interés

profesionales, ni el acceso a los informes semestrales.

2. Al mes de noviembre de 2009, fecha prevista en la Ley, solamente está vigente la inscripción de dos

personas en el Registro de Gestores de Intereses.

3. Al mes de noviembre del 2009, solamente figura un Informe semestral.

4. A la fecha, después de casi siete años, de aprobada la Ley, no se ha nombrado a los Miembros del

Tribunal, situación que evidencia falta de voluntad política en la designación de los funcionarios que deben

actuar en el caso de las apelaciones a las sanciones.

5. N o se ha sancionado a ningún funcionario público, después de casi siete años de vigencia de la ley, por

alguna transgresión a la Ley de Gestores de Intereses.

6. No funciona el sistema de sanciones para que sea aplicada adecuadamente, con un nivel de exigencia de

parte de los funcionarios públicos.

7. Desconocimiento por parte de los altos funcionarios públicos de la aplicación de la Ley de Gestión de

Intereses, inobservando los procedimientos cuando se recibe a un gestor de intereses por lo tanto

incumpliendo con la suscripción de los formatos correspondientes. 8. Los principales lobistas son los

estudios de abogados que representan a las empresas inversionistas y que no quieren identificarse ni
inscribirse en el registro que existe para tal fin. Es ese el panorama evaluado por dicha Comisión de Alto

Nivel, y que aun cuando alberge algunas deficiencias, también lo es que resulta necesario mantener la

«transparencia» en el desarrollo en dicha actividad. Es así, que se dieron en el camino algunos intentos de

cambios normativos, como el Proyecto de Ley N° 1269 j2011.CR. de fecha 14 de junio de 2012. En otro

ámbito, existen otros cuerpos normativos, como el literal f) del artículo 23° del Reglamento del Congreso

(párrafo modificado mediante Resolución Legislativa del Congreso 1-2011-CR, publicada e17 de agosto

de 2011) que ratifican que los «deberes funcionales», como en el caso de los Congresistas sobre atención

al público, no atañe en nada a posibles promociones de favoritismos: De mantenerse en comunicación con

los ciudadanos y las organizaciones sociales con el objeto de conocer sus preocupaciones, necesidades y

procesarlas de acuerdo a las normas vigentes, para lo cual se constituyen cinco días laborables continuos al

mes en la circunscripción electoral de procedencia, individualmente o en grupo.

Esta norma no promueve la realización de actos destinados a conseguir privilegios para ninguna persona o

grupo.

Para el cumplimiento de esta obligación, los titulares de las entidades de la administración pública, dentro

del marco de la ley, brindan las facilidades del caso, bajo responsabilidad.

Definición de la variable acto de gestión: Se entiende por acto de gestión a la comunicación oral o escrita,

cualquiera sea el medio que utilice, dirigida por el gestor de intereses a un funcionario de la administración

pública, con el propósito de influir en una decisión pública.

Ley 28024 Art. 1, 2, 3.

Libro lobby y corrupción dr. Paucar.

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