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La contabilidad cuenta con unos instrumentos materiales en los que se recoge las operaciones que
se efectúan diariamente en un negocio y que afectan a su propio patrimonio. Estos instrumentos
son los libros de contabilidad.
Los libros de contabilidad se pueden considerar como el arma principal para la administración ya
que sirve como entrelazamiento entre los dirigentes de la empresa y las decisiones a tomarse. El
empresario al consultar sus libros de contabilidad, determinara diariamente el volumen de su
negocio. Entonces la necesidad de recoger las operaciones de un negocio que afectan el valor de
su patrimonio de forma escrita, ordenada y unificada es fundamental, porque mediante ellos
podemos cumplir con las obligaciones de la ley.
Los libros de contabilidad son de suma importancia para la vida económica del país. Desde el
punto de vista jurídico permite registrar las operaciones mercantiles empleando reglas o
disposiciones establecidas, en lo económico en base a los datos que nos proporcionan se podrán
realizar proyecciones de acuerdo a una toma de decisiones coherente, en lo funcional nos conduce
a la realización de una buena administración.
Los libros contables son los libros que deben llevar obligatoriamente los comerciantes y en los
cuáles se registran en forma sintética las operaciones mercantiles que realizan durante un lapso de
tiempo determinado.
Los libros de contabilidad deben conservarse por lo menos 10 años, contados desde el cierre de
aquellos o la fecha del último asiento o comprobante, cuando se garantice su reproducción por
cualquier medio; en caso contrario, podrán destruirse después de 20 años.
En los libros de contabilidad se prohíbe: alterar el orden cronológico en los registros, dejar
espacios en blanco, hacer interlineaciones, raspaduras o correcciones, borrar o tachar en todo o
en parte los valores de los asientos y arrancar hojas o alterar el orden de las mismas.
Los Libros de Contabilidad:
Son libros especiales donde se anotan o registran en forma ordenada, analítica y justificada las
diversas operaciones mercantiles que realiza la empresa en un determinado periodo de tiempo.
Los libros de contabilidad deben conservarse por lo menos diez años, contados desde el cierre de
aquellos o la fecha del último asiento o comprobante.
Sirven de sustentación y prueba de que las operaciones mercantiles han sido registradas
objetivamente y en base a ello determinar y comprobar el monto de los tributos a pagar.
Los libros y registros vinculados a asuntos tributarios serán legalizados por los notarios o, a falta de
éstos, por los jueces de paz letrados o jueces de paz, cuando corresponda, de la provincia en la
que se encuentre ubicado el domicilio fiscal del deudor tributario.
Tratándose de las provincias de Lima y Callao, la legalización podrá ser efectuada por los notarios o
jueces de cualquiera de dichas provincias.
Los notarios o jueces, según corresponda, colocarán una constancia en la primera hoja de los
mismos y procederán a sellar todas las hojas del libro o registro, las mismas que deberán estar
debidamente foliadas por cada libro o registro, incluso cuando se lleven utilizando hojas sueltas o
continuas.
Tanto los notarios como los jueces llevarán un registro cronológico de las legalizaciones que
otorguen.
2. Oportunidad de la legalización
Los libros y registros deberán ser legalizados antes de su uso, incluso cuando sean llevados en
hojas sueltas o continuas.
Para la legalización del segundo y siguientes libros y registros, de una misma denominación, se
deberá tener en cuenta:
Tratándose de libros o registros que se lleven utilizando hojas sueltas o continuas, se deberá
presentar el último folio legalizado por notario del libro o registro anterior.
Tratándose de libros y registros perdidos o destruidos por siniestro, asalto u otros, se deberá
presentar la comunicación que se ha establecido para ese efecto.
Los libros y registros vinculados a asuntos tributarios que se lleven utilizando hojas sueltas o
continuas deberán empastarse, de ser posible, hasta por un ejercicio gravable, debiéndose
efectuar, como máximo, dentro de los cuatro (4) primeros meses del ejercicio gravable siguiente al
que correspondan las operaciones contenidas en dichos libros o registros.
Cuando el número de hojas sueltas o continuas a empastar sea menor a veinte (20), el empaste
podrá comprender dos (2) o más ejercicios gravables, debiéndose efectuar, como máximo, dentro
de los cuatro (4) primeros meses del ejercicio gravable siguiente a aquél en que se reunieron
veinte (20) hojas sueltas o continuas.
Los empastes deberán incluir las hojas que hayan sido anuladas. A tal efecto, la anulación se
realizará tachándolas o inutilizándolas de manera visible.
Las hojas sueltas o continuas correspondientes a un libro o registro de una misma denominación,
que no hubieran sido utilizadas para el registro de operaciones del ejercicio del que se trate,
podrán emplearse para el registro de operaciones del ejercicio inmediato siguiente.
De realizarse el empaste en varios tomos, cada uno incluirá como primera página una fotocopia
del folio que contenga la legalización del libro o registro al que corresponde.
Las disposiciones para el tratamiento tributario de los libros y registros vinculados a asuntos
tributarios están referidas a:
La contabilidad completa, disposición vigente a partir del 2009 de acuerdo a lo dispuesto por la
Resolución de Superintendencia N° 239-2008/SUNAT.
La información mínima y formato del Libro Diario de Formato Simplificado, vigentea partir del
2009 de acuerdo a los dispuesto por la Resolución de Superintendencia N° 239-2008/SUNAT.
La información mínima contenida en los libros y registros vinculados a asuntos tributarios, así
como los formatos que la integran, disposición que entró en vigencia a partir del 01 de julio del
2010, excepto para el Libro Diario de Formato Simplificado, de acuerdo a lo dispuesto por la
Resolución de Superintendencia N° 017-2009/SUNAT